Los pétalos marchitos de la tía,
el impermeable del abuelo en la perchera,
fantasmas acorralándose en los espejos,
memoria de barajitas,
todavía dices estar triste por eso,
sueño descomunal de una infancia
que va y viene
como pájaro de mal agüero.
Pasó el momento de llorar recordando
el suave olor invernal del Hudson,
y los galopes,
a toda carrera,
hacia el final de la vía Cavour,
Roma,
primavera,
estallante nostalgia,
acecho desde el sur,
torbellino subterráneo de ciertas playas del norte.… Leer más