7 Poemas de Antonin Artaud

Así, pues, la pregunta

Así, pues, ¿cuál es
la pregunta
la gran pregunta?
¿Y qué demonios hacemos aquí?
¿De qué rayos vivimos?
¿Y por qué vivimos?
Hay quienes toman su alegría de ser
en lo más alto de su cráneo,
luego la llevan al corazón
donde la gran chimenea estrepitosa
muestra a todos su presencia innata;
y mierda
y ¿cuál es la gran pregunta?
por qué tenemos
disentería
sofocación
poco aliento
largo aliento
luego se pierde el aliento
y estamos muertos
se ha muerto.

¿Y qué es estar muerto?
En uno mismo
Ya no se está allí,
Uno se ausenta.
El gran Lama me hace cagar.
Si él fuera el gran Lama de verdad
nadie lo sabría.
No hay pedestal.
No hay pregunta,
siempre lo he dicho.
Pero, en fin, estamos vivos,
¿y qué es vivir?
Reducirse sobre uno mismo,
sobre el aliento a exhalar
sobre el que NO EXPULSAREMOS.
¿Qué hacer con lo que sentimos que somos?
Sabemos pues que somos algo,
¿de dónde viene esto?
Mierda.
Hay o
no hay
pregunta.

De mí a la pregunta
hay todo un mundo.
Ahora, no atravesaré ese mundo,
no lo atravesaré más.
Pues tengo ya bastante
del mundo
y de la pregunta.
No obstante, mi corazón late
y estoy vivo,
estoy en el mundo,
la gran chimenea ruidosa de las cosas
el gran golpe de la chimenea del corazón que late
dispara…
Este texto se llama la muerte
hay un estado en el que estamos muertos.
Sí,
pero hay un estado en el que el corazón no late
y en el que la chimenea
es el tiro
es un sueño
(eso dicen)
(¿pero es cierto todo esto?)

Este texto se llama la muerte
hay un estado en el que estamos muertos
Sí,
pero nunca lo he conocido,
nunca llegué a conocerlo del todo
y siempre algo malo del ser venía de nuevo a nosotros,
algo que apestaba al ser y al hueco de sus sucios dientes.
Porque el ser nunca dejará de querer meternos entre sus dientes.
Creo que esta es la gran pregunta
y que ella existe
y hasta hoy.
Ahora, quiero hacer de mi cuerpo
algo
que evite
una cosa
para siempre
y no algo
que tome
y que entre
en otra cosa.
ya menxi
ten
ku la bera
ku le bera
katexi
ya ke menkur luri
Que la puta grumosa que me espía y me vigila
con las uñas agudas de sus pies,
la ramera
y la vulva en su entrepierna,
la prostituta,
renuncie a su idea de tragarme.
Que el horno ruidoso de esta vida hueca
y del vacío al fin (lleno)
todo a mi alrededor
renuncie a creer que me absorberá.
No me agrada vivir,
pero me agrada menos morir,
es decir, abandonarme.¿Qué es eso?
El conjunto de la defecación universal de todos.
El moco de la rinitis incendiaria de todos alrededor
de mi triste yo.
La cuestión es que no pertenezco al mundo desdoblado de la
Envoltura del ser sobre el yo, mi yo retráctil y negro y que
huye, hecho de un pie deforme hundido en lo más negro de la negación
de sí mismo
hasta lo más imposible del infinito.
Y no hay otra pregunta.
No provengo el desdoblamiento de un padre y de una madre
enlazados
sobre la espalda de su mismo hijo.
Vengo de mí,
verdaderamente de mí,
y los niños que produzco vienen también de esa voluntad negra de
mi yo, que a fuerza de aplicación arranca una naturaleza menos negra que yo
de la corteza precordial
por lo que
en fin
traer a la vida a una persona
es por lo tanto traer más sufrimiento
más enfermedad,
disentería,
sofocación,
poco aliento,
vasto aliento,
nada más
que yo
(todo de mi longitud).
ka loughin
re te ka la gouda
ka lagouda
e te ka loughin.
Al gran Lama que acaba de pasar por París
como la expresión del más grotesco títere que jamás haya
maravillado a la superficie de esta triste tierra inicua se le debe tomar
por cierto en lo siguiente:
que él es la real expresión de un mundo,
mundo que hasta ahora nos ha acogido y nos acoge,
este mundo, que va del pubis al coxis, no tiene el hábito de ser
considerado desde el ángulo de anatomía pura que ahora empleo y que es,
no obstante, el único,
oh mundo de la disentería anal,
mundo del rocoso y endurecido pecado de la vulva,
arraigado entre las 2 bolsas,
el único ángulo que le conviene
y bajo el que puede verdaderamente ser considerado,
pues no olvidemos que es este mundo desdoblado
(desdoblado, doble, que deseó la unión de sus 2 partes luego
del primer desdoblamiento),
no olvidemos,
digo,
que fue este mundo desdoblado
el que deseó
el padre-madre
es decir, el pecado obstinado
el pecado cada día repetido del padre y de la madre
sobre la columna vertebral del niño que va a nacer.
Este niño,
no está allí,
no es más que un ángulo,
un ángulo que llegará,
y no hay ángulo,
la lengua muerta de la columna trasera
y que aún no engendrará
la espina negra de la roca vertebral,
cuyos dientes, uno sobre el otro,
lisos
resbaladizos,
palidecen ante lo negro de este ENTABLAMIENTO,
de esta encajadura.
Este mundo del padre-madre es justamente el que debe irse
es este mundo desdoblado, doble
en estado de desunión constante,
con voluntad de unificación también constante,
el que es,
la espesura negra,
la espina obtusa y azarosa,
(esta espina es un manto doble de mujer)
pues del pubis al coxis este mundo de la anatomía humana constituye
una especie de sucio manto,
un dije de mala calidad,
suerte de revestimiento colgando eternamente sobre algo que es el yo.
Ahora, ese yo no es el yo del dije,
del manto de mujer,
del manto azaroso,
de la espesura negra,
es el yo
de otro,
del otro,
ese otro,
que no quiso ser
precisamente
empotrado
en el mundo del parto
acto ruin indispensable al nacimiento del ser,
acto que de no ser ruin nunca sería.
Nadie reconoce que la relación entre el padre y la madre es infame,
que necesita la infamia
o i o fortein
dei anehman
tarmu
para triunfar;
el hedor oscuro del acto resbaladizo y suave, alisado en el lado donde el labio se retuerce sobre el pequeño diente, sucio y maligno, delantero; si el padre o la madre no admiten el hueco hediondo de la caída bajo la apertura infame de la cadera,
negro y sucio,
el niño no llega al mundo,
no quiebra la membrana repugnante
del mundo obsceno de la carne
he aquí el hecho
sobre el que gira el sistema de este mundo
malignamente sostenido por la más sombría organización
por toda una secta de lamas y de bonzos
que pasan de siglo a siglo
y son los grandes responsables
(de la duración de este mundo en plena descomposición) del estado incontenible de descomposición del mundo bestializado en el que vivimos desde hace algún tiempo.
Podríamos, en efecto, no ir a parar al abismo de la bomba atómica que nos acecha como último y único medio de salvación; pero sí a la peste sexual en la que sucumbimos, a ese tumor maligno que las sectas de bonzos y de lamas ha tomado como órgano secular de conservación y de trasferencia;
cierto es que el mal nos acecha desde abajo,
que estamos conservados y […]
el ano de toda una secta de bonzos infames se comprime y defeca sobre mi propio rostro.
tior ta na sho
shabech
shabech
cha
schabecch
schabah
ya dunbin
a dumba
dumbin
hurla
ya dumbin
a dumba
dhurla
Cagándome, de puro aburrido, en la cosa escrita
y no tengo necesidad de volver a declarar que encuentro este mundo sofocante
deprimente,
espantosamente invivible,
odiosamente inhabitable,
dado que es por medio de la cosa escrita que lo haré,
y hasta tal punto esta no es la opinión mayoritaria
dado que la opinión mayoritaria deplora la ausencia de obras
y sin haber comprendido que es este propio cuadro:
la sociedad,
el mundo,
el que no les dice más nada.
Ahora bien, este mundo se ha vuelto invivible,
tal vez porque es demasiado viejo,
pero sobre todo porque su vejez
por el desgaste de las esquinas y los ángulos
permite adivinar que el mal sigue yéndose para arriba
y esta flotación del mal hacia el techo de las cosas
ha sido
desde los inicios del ser
la razón de su vida;
sin un culo de rata muerta colgado del techo del cielo;
sin un ano de lama corroído por su propia lengua en las embocaduras planetarias
(planetas: lo que está allá arriba)
del infinito para arriba,
digo que esta vida jamás habría tenido lugar,
que no hubiera tenido razón de ser,
y no hubiera estado jamás allá;
no, este mundo no habría existido más que para permitir la malaria y la peste
de la misa negra
y del desgaste maligno del cuerpo.

Noche

Los mostradores del cinc pasan por las cloacas,
la lluvia vuelve a ascender hasta la luna;
en la avenida una ventana
nos revela una mujer desnuda.

En los odres de las sábanas hinchadas 
en los que respira la noche entera
el poeta siente que sus cabellos
crecen y se multiplican.

El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza profunda.

Poeta, lo que te preocupa
nada tiene que ver con la luna;
la lluvia es fresca, 
el vientre está bien.

Mira como se llenan los vasos
en los mostradores de la tierra
la vida está vacía, 
la cabeza está lejos.

En alguna parte un poeta piensa.
No tenemos necesidad de la luna,
la cabeza es grande,
el mundo está atestado.

En cada aposento
el mundo tiembla,
la vida engendra algo
que asciende hacia los techos.

Un mazo de cartas flota en el aire
alrededor de los vasos;
humo de vinos, humo de vasos
y de las pipas de la tarde.

En el ángulo oblicuo de los techos
de todos los aposentos que tiemblan
se acumulan los humos marinos 
de los sueños mal construidos.

Porque aquí se cuestiona la Vida
y el vientre del pensamiento;
las botellas chocan los cráneos
de la asamblea aérea.

El Verbo brota del sueño
como una flor o como un vaso
lleno de formas y de humos.

El vaso y el vientre chocan:
la vida es clara
en los cráneos vitrificados.

El areópago ardiente de los poetas
se congrega alrededor del tapete verde,
el vacío gira.

La vida pasa por el pensamiento 
del poeta melenudo.

De «Oeuvres Completes»

Poeta negro

Poeta negro, un seno de doncella
te obsesiona
poeta amargo, la vida bulle
y la ciudad arde,
y el cielo se resuelve en lluvia,
y tu pluma araña el corazón de la vida.

Selva, selva, hormiguean ojos
en los pináculos multiplicados;
cabellera de tormenta, los poetas
montan sobre caballos, perros.

Los ojos se enfurecen, las lenguas giran
el cielo afluye a las narices
como azul leche nutricia;
estoy pendiente de vuestras bocas
mujeres, duros corazones de vinagre.

De «L’Ombilic des limbes»

Los enfermos y los médicos

La enfermedad es un estado,
la salud no es sino otro,
más desagraciado,
quiero decir más cobarde y más mezquino.
     No hay enfermo que no se haya agigantado, no hay sano que un buen día
no haya caído en la traición, por no haber querido estar enfermo,
como algunos médicos que soporté.

     He estado enfermo toda mi vida y no pido más que continuar estándolo,
pues los estados de privación de la vida me han dado siempre mejores indicios
sobre la plétora de mi poder que las creencias pequeño burguesas de que:
     BASTA LA SALUD

     Pues mi ser es bello pero espantoso. Y sólo es bello porque es espantoso.
     Espantoso, espanto, formado de espantoso.

     Curar una enfermedad es criminal
     Significa aplastar la cabeza de un pillete mucho menos codicioso que la vida
     Lo feo con-suena . Lo bello se pudre.

Pero, enfermo, no significa estar dopado con opio, cocaína o morfina.
Y es necesario amar el espanto de las fiebres.
la ictericia y su perfidia
mucho más que toda euforia.

Entonces la fiebre, la fiebre ardiente de mi cabeza,
-pues estoy en estado de fiebre ardiente desde hace cincuenta años que tengo de vida-
     me dará
     mi opio,
     -este ser-
    éste
cabeza ardiente que llegaré a ser, opio de la cabeza a los pies.
Pues,
la cocaína es un hueso,
la heroína, un superhombre de hueso.

Ca itrá la sará cafena
Ca itrá la sará cafá

y el opio es esta cueva
esta momificación de sangre cava ,
este residuo de esperma de cueva,
esta excrementación de viejo pillete,
esta desintegración de un viejo agujero,
esta excrementación de un pillete,
minúsculo pillete de ano sepultado,
cuyo nombre es:
mierda, pipí,
Con-ciencia de las enfermedades.
Y, opio de padre a higa,
higa, que a su vez, va de padre a hijo,-
es necesario que su polvillo vuelva a ti
cuando tu sufrir sin lecho sea suficiente.

Por eso considero
que es a mí, enfermo perenne,
a quien corresponde curar a todos los médicos,
-que han nacido médicos por insuficiencia de enfermedad-
y no a médicos ignorantes de mis estados espantosos de enfermo,
imponerme su insulinoterapia,
salvación de un mundo postrado.

Publicado en «Les Quatre Vents», N°8 (1947).Versión de Aldo Pellegrini

Me cago en el espiritu

Despues del romanticismo, del simbolismo
del dadaismo,
del surrealismo,

del letrismo,
y del marxismo,
es decir de cien «escuelas» de subversión politica, filosofica o

literaria,
existe una plabara, una cosa que permaneció en pie,
un valor que no se ha movido, que a pesar de
todo conservó su antigua preeminencia,
se trata de la palabra y la cosa del espiritu,
el valor ligado al espiritu,
el valor de la cosa espiritu,
como si bastara enunciar,
hacer brotar en la esquina de una página la palabra magnetica

espiritu para que todo estuviera dicho
Como si se hubiera convenido de hecho y como en principio y en

esencia
que el espiritu es el termino innato,
el valor tipo,
la palabra cumbre
a partir de la cual el viejo automatismo atávico de la bestia

llamada hombre pudiera dejar de vacilar.

Para terminar con el juicio de Dios

Ayer me enteré,
(se puede creer, o tal vez sólo
es un rumor falso, que me detengo en uno de
esos sucios chismes que circulan entre
fregaderos y letrinas cuando se tiran las
comidas que una vez más han sido engullidas,)
ayer me enteré
de una de las prácticas oficiales más impresionantes de las escuelas públicas americanas y que sin duda hacen que ese país se crea a la cabeza del progreso.
Parece que entre los exámenes o pruebas que debe soportar un niño que entra por primera vez a una escuela pública, se verifica la llamada prueba del líquido seminal o del esperma
que consistiría en pedirle al pequeño recién llegado un poco de su esperma para introducirlo en un frasco
y conservarlo así preparado para cualquier tentativa de fecundación artificial que pudiera llevarse a cabo en el futuro.
Pues los americanos descubren día a día
que carecen de brazos y de niños
es decir no de obreros
sino de soldados
y quieren a toda costa y por todos los
medios posibles hacer y fabricar solda-
dos con vistas a las guerras planetarias
que ulteriormente pudieran acaecer
y que estarían destinadas a mostrar por las
virtudes aplastantes de la fuerza
la excelencia de los productos americanos y
de los frutos del sudor americano en todos
los campos de la actividad y del dinamismo
posible de la fuerza.
Porque hay que producir, hay que, por todos
los medios de la actividad viable, reemplazar
la naturaleza dondequiera que pueda ser reemplazada,
hay que encontrar un campo mayor para
la inercia humana,
es preciso que el obrero tenga de qué ocuparse,
es preciso que se creen nuevos campos de actividad
donde se alzará por fin el reino de todos
los falsos productos fabricados,
de todos los innobles sucedáneos sintéticos,
donde la hermosa, la legítima naturaleza no tendrá
nada que hacer,
y deberá ceder su lugar de una vez por todas y vergonzosamente a los triunfales productos de la
sustitución,
allí, el esperma de todas las usinas de fecundación artificial
hará maravillas para producir armadas y acorazados.
No más frutas, no más árboles, no más plantas
farmacéuticas o no y en consecuencia
no más alimentos,
sino productos de la síntesis a saciedad…
sino productos de síntesis, a saciedad,
en los vapores,
en los humores especiales de la atmósfera,
en los ejes particulares de las atmósferas
arrebatadas a la potencia de una naturaleza que de la guerra sólo conoció
el miedo.
Y viva la guerra, ¿no es cierto?
Porque, fue así, ¿verdad? que los americanos pre-
pararon y preparan la guerra paso a paso.
Para defender esta fabricación
insensata de las competencias que
surgirían de inmediato en todas
partes,
se necesitan soldados, armadas, aviones,
acorazados.
Parecería
que por esta razón los gobiernos
de América tuvieron el desparpajo de pensar en ese esperma.
Puesto que, nosotros, los nacidos
capitalistas, tenemos más de un enemigo
que nos vigila, hijo mío,
y entre esos enemigos,
la Rusia de Stalin
que tampoco carece de brazos armados.
Todo eso está muy bien,
pero yo no sabía que los americanos fueran un pueblo tan guerrero.
Cuando se combate se reciben heridas
vi a muchos americanos en
la guerra pero siempre tenían delante de
ellos inconmensurables armadas de tanques,
de aviones, de acorazados que les servían como
escudo.
Vi pelear a las máquinas
y sólo divisé muy atrás, en el infinito, a los
hombres que las conducían.
Frente al pueblo que hace comer a sus
caballos, a sus bueyes y a sus asnos las últimas toneladas de morfina legítima que poseen para reemplazarla por sucedáneos de
humo,
prefiero al pueblo que come a ras de la tierra
el delirio de donde nació,
hablo de los Tarahumaras que comen el Peyote
a ras del suelo mientras nace
y que mata al sol para instalar el reino
de la noche negra,
que desintegra la cruz para que los espacios
del espacio no puedan encontrarse y cruzarse
nunca más.
Van a escuchar ahora la danza
del TUTUGURI.

TUTUGURI

El rito del sol negro
Y abajo, al pie del declive amargo,
cruelmente desesperado del corazón,
se abre el círculo de las seis cruces,
muy abajo
como encastrado en la tierra madre,
desencastrado del abrazo inmundo de la madre
que babea,

la tierra de carbón negro
es el único lugar húmedo
en esta grieta de roca.
El rito consiste en que el nuevo sol pase por siete puntos
antes de estallar en el orificio de la tierra.

Hay seis hombres,
uno por cada sol
y un séptimo hombre
vestido de negro y de carne roja
que es el sol
violento.
Este séptimo hombre
es un caballo,
un caballo con un hombre que lo acompaña.

Pero el caballo
es el sol
no el hombre.
Al ritmo desgarrante de un tambor y de una trompeta larga,
extraña,
los seis hombres
que estaban acostados,
enroscados a ras de la tierra

brotan sucesivamente como
girasoles
no soles
sino suelos que giran,
lotos de agua
y cada brote
se corresponde con el gong cada vez más sombrío
y contenido
del tambor
hasta que de pronto se ve llegar a todo galope,
con una velocidad de vértigo,
al último sol,
al primer hombre,
al caballo negro y sobre él
un hombre desnudo
absolutamente desnudo
y virgen.
(sobre él)

Después de saltar, avanzan describiendo
meandros circulares
y el caballo de carne sangrante se enloquece
y caracolea sin cesar
en la cima de su risco
hasta que los seis hombres
terminan de rodear
las seis cruces.

La tensión mayor del rito es precisamente

La Abolición De La Cruz

Cuando terminan de girar

arrancan
las cruces de la tierra
y el hombre desnudo
sobre el caballo
enarbola
una inmensa herradura
empapada en la sangre de una cuchillada.

Antoine Marie Joseph Artaud, Antonin Artaud, (Marsella, Francia, 4 de septiembre de 1896-París, 4 de marzo de 1948). Poeta, dramaturgo, ensayista, novelista, director escénico y actor, fundador del teatro de la crueldad.

Artaud nacio en una familia acomodad. Su madre, Eufrasia Nalpas, era originaria de Izmir (Turquía) y su padre, Antonin Roi Artaud, francés, era capitán de barco. Antonin  fue el primer hijo en nacer con vida, ya que sus padres perdieron a seis bebés antes que él. Artaud no había cumplido un año cuando fue aquejado por problemas de salud y una serie de intensos dolores. Se dice que era meningitis, pero la única certeza es que Artaud pasó años de su vida en cama, con neuralgias y profundos daños a su salud mental.

Artaud recibe una educación religiosa en la Sociedad de maristas. Le interesaban especialmente el latín, el griego y la historia antigua.

A los 14 años funda con sus compañeros del colegio en Marsella, una pequeña revista donde publica sus primeros poemas inspirado por Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Edgar Allan Poe. Pero en el último año de colegio, en 1914 cae en depresión, después de su primera experiencia sexual, que describe como dramática. Escribirá que tiene el sentimiento que le han robado algo.
No se presenta a la selectividad, el año siguiente, su familia le lleva a Montpellier para consultar a un especialista en enfermedades nerviosas.

Le ingresan en un sanatorio en 1915 y 1916. Después publica en febrero de 1916 poemas en La revista de Holanda.
 En mayo de 1919, ya ha estado varias veces en sanatorios. Pinta, dibuja, escribe. Más tarde durante una estancia en el hospital Henri Rouselle, (Paris) internado por una cura de desintoxicación, indica que el director del sanatorio le recetó láudano, haciéndolo caer, de por vida, en la adicción a los opiáceos. Escribe: Nunca tome morfina, ignoro los efectos precisos. Conozco los efectos análogos del opio en forma de Láudano.
En marzo de 1920, su familia confía Antonin al Doctor Edouard Toulouse director del psiquiátrico de Villejuif que es co-director de la revista Demain ( Mañana). El médico le anima a escribir poemas, artículos, lo que hace hasta la desaparición de la revista en 1922. 

En 1920 se instaló en París con el apoyo de sus padres y publicó los primeros versos bajo el título «Trictac del ciel» en 1924. Trabajó con Charles Dullin, quien había fundado el Théâtre de l’Atelier. Allí conoce a la actriz Génica Athanasiou de quien se enamora. Le escribe numerosas cartas que serán reunidas en un libro; Cartas a Génica Athanassiou con dos poemas. Su pasión tormentosa va a durar seis años. En Paris también conoce a André Breton. A raíz de su amistad con  Breton,  asumió el cargo de director de la oficina de investigaciones surrealistas, alternando su trabajo con la escritura de ensayos, guiones de películas y su  sobresaliente obra poética «El ombligo de los limbos».

En 1923 autopublicó bajo el seudónimo de Eno Dailor, el primer número de la reseña Bilboquet, una hoja compuesta por una introducción y dos poemas:

“Todos los diarios son esclavos de una forma de pensar y, de hecho, desprecian el pensamiento. […] Apareceremos cuando tengamos algo que decir. “

En 1926 fundó junto a Roger Vitrac y Robert Aron el Teatro Alfred Jarry, en homenaje al autor del movimiento de la segunda mitad del S. XX denominado patafísica , muy querido dentro del surrealismo. En 1930 por falta de fondos, el teatro cerró sus puertas.

En 1931 Artaud conoce el teatro balinés, lo cual influye poderosamente en su concepto y ejecución del teatro.

El 11 de enero 1936 Artaud viajó a México, en una misión oficial financiada por Ministerio de Educación, motivado por el reciente redescubrimiento de la cultura solar indígena. Después de pasar casi siete meses en la Ciudad de México – impartiendo varias conferencias–, Artaud logró que el Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública le otorgara una “beca” para investigar la vida cotidiana y la cultura de los tarahumaras (que se llaman a sí mismos rarámuris) y gracias a Jaime Torres Bodet y el embajador de Francia en México, Henri Goiran, obtuvo un salvoconducto para que las autoridades mexicanas le facilitaran el libre tránsito y le permitieran hospedarse en las escuelas de los pueblos. Artaud en esa vivencia fué en búsqueda de “las bases de una cultura mágica que aún puede manar de las fuerzas del suelo indio”. La intensa experiencia quedó reflejada en el libro Los Tarahumara publicado en 1945.

En 1938 publica su libro El teatro y su doble donde Artaud expone todas sus ideas y que hoy es un texto de referencia imprescindible. 


Después de varios años de reclusión psiquiátrica, publicó en 1947 el ensayo «Van Gogh le suicidé de la Société« , galardonado al año siguiente con el Prix Saint-Beuve. Artaud escribió el ensayo con la intención de demandar a una sociedad con la “conciencia enferma”, no sólo para rescatar al grandísimo Van Gogh y su pintura, sino también a sí mismo. 

El 28 de febrero de 1947 Artaud grabó para emitir por la radio francesa su escrito «Para terminar con el juicio de dios» pero el director del programa, escandalizado por su contenido, impidió su emisión .

Murió en marzo de 1948 en el asilo de Ivry-sur-Seine, solo en su pabellón, sentado frente a su cama, con su zapato en la mano. Tenía 51 años.

Enlaces de interés :

https://www.lavanguardia.com/cultura/20210722/7616382/gran-amor-antonin-artaud.html

https://thecitizen.es/literatura/antonin-artaud-3a-parte

https://rialta.org/una-carta-y-un-poema-de-antonin-artaud

Alexandra David-Néel

Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras y/o escritoras es tan importante que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de grandísima y excepcional Alexandra David-Néel. La primera mujer europea en visitar la Ciudad Prohibida de Lhasa.

Una de nuestras Imprescindibles.

Louise Eugénie Alexandrine Marie David, más conocida como Alexandra David-Néel ( Saint-Mandé, Francia, 24 de octubre de 1868-Digne-les-Bains Francia,8 de septiembre de 1969). Escritora, orientalista, cantante de ópera, periodista, exploradora, antropóloga, anarquista, espiritualista y budista. Considerada una de las más grandes exploradoras del siglo XX. Fué la primera mujer europea en visitar la Ciudad Prohibida de Lhasa.

Hija de Louis Pierre David, profesor, intelectual, masón, republicano, idealista, quien se opuso al golpe de Estado de Luis Napoleón Bonaparte en 1851 y, expulsado de Francia por sentencia, se exilió en Bélgica, donde se casó con Alexandrine Borghmans, católica de origen escandinavo.

De niña, Alexandra sentía pasión por los viajes mencionados en los libros de Julio Verne y más tarde quedó fascinada con Asia en una visita al Museo Guimet. Varios de sus biógrafos aseguran que cuando tenía sólo dos años se perdió durante horas. Sus padres estaban totalmente desesperados. Cuando por fin la encontraron, no estaba asustada. Ni siquiera lloraba. Al contrario, en su lengua de trapo decía que la dejaran seguir “paseando”.

Con 15 años intentó embarcarse sola rumbo a Gran Bretaña. Su familia, horrorizada, se lo impidió.

A la exploradora le gustaba decir que en 1871 tomó conciencia de la realidad de la ferocidad de la naturaleza humana en el Muro Federal, donde su padre, librepensador republicano, la llevó al día siguiente de la Comuna de París. Este sangriento episodio la marca para siempre.

El padre de Alexandra fue amigo del geógrafo anarquista Élisée Reclus. Alexandra frecuentó durante toda su infancia y su adolescencia a Reclus. Este la lleva a interesarse por las ideas anarquistas de la época (Max Stirner, Mikhail Bakunin…).

Élisée fundó una gran familia, aboga no sólo por la unión libre, el vegetarianismo, la emancipación femenina, la vida comunitaria, sino que también quiere enseñar y transmitir la búsqueda de la felicidad aquí y ahora. Seducido por la personalidad emergente de esta joven de carácter fuerte y compromiso tan decidido, prologó la primera obra de Alexandra, ‘Pour la vie’( 1899), libro libertario inspirado en las ideas feministas, con estas palabras: «Un libro orgulloso escrito por una mujer nuevamente más orgullosa«.

Por otra parte, se convirtió en una colaboradora libre de «La fronde», periódico feminista administrado cooperativamente por mujeres, creado por Marguerite Durand, y participó en varias reuniones del «consejo nacional de mujeres francesas» o italianas aunque rechazó algunas posiciones adoptadas en estas reuniones (por ejemplo, el derecho al voto), prefiriendo la lucha por la emancipación a nivel económico, según ella causa esencial de la desgracia de las mujeres que no pueden disfrutar de independencia financiera. Por otra parte, Alexandra se alejó de estas «amables aves, de precioso plumaje», refiriéndose a las feministas procedentes de la alta sociedad, que olvidaban la lucha económica que la mayoría de mujeres debían confrontar.

Voluntariamente solitaria, incluso misántropa, agudizó su mente crítica leyendo extensamente a filósofos antiguos, literatura religiosa y las principales obras de las religiones orientales, en el sentido amplio que tenía el término en ese momento. Los filósofos estoicos fueron sus primeros maestros.

En 1888 fue a estudiar a Londres y permaneció de forma económica y segura en la Sociedad de Gnosis Suprema. Aquí, Elisabeth Morgan le presentó a Madame Blavatsky, la fundadora de la Sociedad Teosófica, cuyas ideas esotéricas tuvieron una influencia significativa en Alexandra. Tambien conoció a sus líderes más importantes, George R. S. Mead (1863-1933) y Annie Besant (1847-1933). Alexandra regresó a Bruselas al año siguiente para continuar sus estudios de música y canto. Cuando tenía poco más de veinte años, estudió en la Sorbona y se convirtió en una política radical.

Regresa a Francia sin un franco. Debido a los vaivenes de fortuna de su familia y deseando ser independiente, inició una carrera artística como cantante y consiguió un puesto de primera cantante en la ópera de Hanoi.( Indochina era colonia francesa en aquella época). Esta posición le dio la oportunidad de seguir conociendo Asia durante las dos temporadas que trabajó. 

La opera la permite viajar a Túnez y se fascina con los llamados a la oración islámicos y estudia el Corán. Allí conoce en 1900 al ingeniero en jefe de los ferrocarriles tunecinos, Phillipe Neel y después de convivir decide abandonar su celibato. Se casaron en Túnez el 4 de agosto de 1904 pero a los pocos meses cae en cuenta que la vida monótona de casada no es para ella: “Siempre he tenido miedo de las cosas definitivas. Hay quienes temen la inestabilidad, pero yo tengo el miedo contrario. No me gusta que el mañana sea como hoy y el camino sólo me parece cautivador si ignoro la meta a la que me lleva…«, le escribió un día. La pareja sólo vivirá realmente junta por episodios, hasta que Philippe tenga la sabiduría de sugerir a su esposa que vayan al campo para estudiar estos textos sagrados que tanto la fascinan. Alexandra se preparó para lo que seria su vida y, de acuerdo con su marido, se dedica a viajar. Planea un viaje de dieciocho meses y sin embargo retorna luego de 14 años.  Se querían, se admiraban y se respetaban mucho (sus intercambios epistolares así lo demuestran), pero no podían convivir. 

Alexandra se dedicó a escribir «Modernismo budista«, su primer trabajo sobre el tema, publicado en 1911, justo antes de su partida. La futura orientalista tiene una profundé crisis espiritual y se embarca rumbo a la India, con la bendición de Philippe y una beca del Ministerio de Instrucción Pública.

Alexandra David-Neel en un yak rodeado de guías, Yongden y el maharajá de Sikkim Sidkéong Tulku Namgyal – ©Archivos Maison Alexandra David-Neel, Ciudad de Digne-les-bains

En 1912 llegó a un monasterio budista en la remota región de Sikkim, donde conoció a un monje adolescente y ayudante vital llamado Aphur Yongd, con quien se retiró a vivir como una ermitaña, en una cueva a cuatro mil metros de altitud. También conoce y se hace amiga del Maharaja de Sikkim, Sidkeon Tulku, el líder espiritual de ese territorio, y también del lama Kazi Dawa Samdup, que la llevó hasta Kalimpong, para conocer al decimotercer Dalai Lama, que estaba refugiado allí mientras duraba la guerra en China.

Acabó en Lanchen, en las montañas próximas al Tíbet, estudiando budismo durante cuatro años y medio , donde fue iniciada en las prácticas tántricas por el tercer sgom chen («gran yogui») de Lachen, Kunzang Ngawang Rinchen (1867-1947), en una cueva a la que bautizó «De- chen Ashram» (la ermita de la «Gran Paz», según su propia traducción). Este momento resultará fundamental para la investigadora autodidacta que es Alexandra, ofreciéndole la oportunidad de vivir una aventura única unida a una experiencia de campo que pocos orientalistas han conocido.

En 1913, en su informe provisional de misión (AN, F/17/17281), afirmó: “El budismo tibetano se comprende muy poco, o más bien, muy mal. Los escritores que han publicado libros al respecto han hablado sólo de las prácticas externas del culto popular, por no haber podido penetrar mas allá de ellas, siendo extrema la reserva de los eruditos lamas hacia los extranjeros”.

David-Néel en Lhasa, 1924 (en el centro).

Mención especial merece una práctica budista denominada creación de un tulpa. Los lamas budistas le advirtieron que era una enseñanza nada recomendable, pues consiste en la creación de un fantasma generado a través de nuestra mente. Alexandra fue advertida de que estas creaciones podían volverse peligrosas o incontrolables pero Alexandra estaba fascinada con la idea e ignoró la advertencia de sus maestros .

Bajo la concepción del mundo según los lamas, el universo en el que vivimos es una proyección creada por nosotros mismos, no hay fenómeno que exista si no es concebido por el espíritu humano. Los tulpas son entidades creadas por la mente de los lamas y son generalmente utilizados como sirvientes. Son figuras visibles, tangibles, creadas por la imaginación de los iniciados.

Alexandra una vez aislada de todo, comenzó a concentrarse en dicha práctica. Ella visualizó en su interior lo que quería crear, imaginando un monje de baja estatura y gordo. Quería que fuese alegre y de inocente actitud. Tras intensas sesiones de practica aquella proyección apareció frente a ella.

Aquella entidad era algo así como un robot, sólo realizaba y respondía a los mandatos de su creadora. Con una sonrisa fija en su rostro, el monje accedía sin rechistar a lo que ella le ordenaba. Lamentablemente, no siempre fue así y aquel tulpa comenzó a realizar actividades que no les había sido encomendadas. Tal era la independencia de aquella proyección de apariencia corpórea que los demás monjes le confundían con uno más. Aquella entidad comenzaba a ser un ser con voluntad propia.

A medida que iba siendo más independiente, los rasgos físicos que aquel bonachón monje fantasma fueron cambiando. Su afable sonrisa fue cambiada por otra más pícara, su mirada pasó a ser malévola y nada afable para todos los que convivían con aquel extraño ser. La propia Alexandra comenzó a sentir miedo.

En su libro publicado, Magic and Mystery in Tibet, Alexandra David-Néel narra los seis duros meses que duró el invertir aquel proceso, conseguir que su creación se desvaneciera. «No hay nada extraño en el hecho que pueda haber creado mi propia alucinación. Lo interesante es que en estos casos de materialización, otras personas ven las formas de pensamientos creadas.»- declaró posteriormente la antropóloga.

No pudiendo retornar a Europa debido a la Primera Guerra Mundial, se detiene un corto tiempo en Japón y se hace amiga de monje Ekai Kawaguchi quien le contó su estrategia para entrar en Lhasa disfrazada de religioso tibetano. Alexandra guardó esta información, que le serviría para alcanzar la cumbre de su viaje y aprendizaje por Asia.

De allí a Corea y luego a China, antes de acabar refugiados en el lejano monasterio de Khumbum, Nepal, donde estuvieron cuatro años traduciendo los Sutrasde la Prajña-paramita y trabajando en la copia de una colección de obras de Nagarjuna. La apodaron Yshe Tome, la lámpara de sabiduría. Por el camino, cruzaron el desierto de Gobi y llegaron hasta zonas de Mongolia, haciendo un viaje de más de tres mil kilómetros en mitad de la guerra civil que acababa de estallar en China. Tras un larguísimo viaje, lleno de peligros, arriba finalmente a Lhasa, capital del Tíbet, ciudad prohibida a los extranjeros. En 1924 disfrazados respectivamente de mendigo y monje y con una mochila lo más discreta posible, Alexandra y el tibetano Yongden partieron hacia la Ciudad Prohibida. Para no traicionar su condición de extranjera, Alexandra, entonces de 56 años, no se atrevió a llevar una cámara o equipo de reconocimiento; sin embargo, escondió bajo sus harapos una brújula, una pistola y un bolso con el dinero de un posible rescate.

En una carta dirigida a su marido en 1924, Alexandra David-Néel escribía: “Queridísimo amigo, he realizado satisfactoriamente el paseo que inicié cuando te envié mi última carta”.

El «paseo» al que se refería en la carta a Phillipe Neel era una auténtica odisea, que si hubiera sido realizada por un hombre le habría encumbrado a la gloria . Tras meses de penosas caminatas, “comiendo ortigas y durmiendo en el fango helado”, había llegado a Lhasa. 

En la misiva Alexandra escribe : “Por primera vez desde que existe la Tierra, una mujer extranjera contempló la Ciudad Prohibida. »

Alexandra y su hijo adoptivo Yongden

La enigmática Lhasa la decepcionó, no así los paisajes naturales “He recorrido un Tíbet que los exploradores no conocen y he contemplado rincones extraordinarios que superan en esplendor todo lo que había visto hasta entonces”. Alexandra recordaba como durante su peregrinaje “en un silencio donde sólo cantaba el viento, en soledades casi desprovistas incluso de vida vegetal, entre caos de rocas fantásticas, picos vertiginosos y los horizontes de luz cegadora del Himalaya”.

Pudo visitar el Potala y muchos de los monasterios del entorno, hasta que una mañana fue descubierta en el río, cuando bajaba a asearse y tuvo que huir precipitadamente con Yongden. Toda esta increíble experiencia quedará reflejada en su libro «Viaje a Lhasa».

De allí retorna a Europa, se separa definitivamente de su marido, y tras una intensa campaña de conferencias públicas y universitarias, David-Neel acabó adquiriendo una propiedad en Digne-le Bains (MADN, Archivos, Acta notarial, CODN 1580 y n.c.). En 1929, planeó convertirlo en un centro de retiro para la meditación. Le dio un nombre sánscrito, «Dhyāna Vihāra» (Monasterio de la Meditación), cuyo equivalente tibetano es «Samten Dzong» (bsam gtan rdzong, Fortaleza de la Sabiduría ). El lugar es el primer gompa o centro de oración budista tibetano en Europa y será la única casa que tuvo Alexandra a lo largo de su centenaria vida. Este lugar, que financió únicamente con el producto de su trabajo como literata, es tanto un espacio para vivir como para escribir; es ahí donde escribió gran parte de sus obras.
A los 69 (1937) Alexandra vuelve a Tibet, luego de escribir más de 30 libros acerca de religiones orientales, filosofía y sus viajes. Financiada por su ahora ex- esposo, viaja a China y a Tibet, retornando a Francia a los 89 años.

Su ex-marido, Philippe Néel, quien sobre todo había sido su amigo, confidente y siempre la había apoyado, falleció en 1941.

El 7 de octubre de 1955 muere de forma repentina su hijo adoptivo Yongden. Dentro de la gran tristeza y el duelo, ella siguió dedicándose al estudio y realizó pequeños viajes por Europa, y la víspera de cumplir 101 años acudió a renovar su pasaporte «porque nunca se sabe». Alexandra falleció pocos días después, el 8 de septiembre de 1969. Fué el ultimo viaje de esta mujer extraordinaria.

En febrero de 1973, tal y como era su deseo, sus cenizas junto con las de su hijo adoptivo fueron arrojadas en el Ganges.

En octubre de 1982 y mayo de 1986, el Dalai Lama XIV visito su Ermita para rendir homenaje a la incansable viajera que, de algún modo, trajo el Tibet a Occidente.

Reconocimientos :

  • Comandante de la Orden Nacional de la Legión de Honor
  • Gran medalla de oro de las exploraciones y viajes de descubrimiento

Alexandra David-Néel dejó una importante obra tras su muerte. La obra publicada durante la vida de la autor incluye unos 30 libros e innumerables artículos publicados en todo el mundo en prensa y revistas; un gran número de ellos se conservan en los archivos de la casa de la escritora, incluida la única copia conocida de sus Souvenirs d’une Parisienne au Thibet, que apareció en una edición confidencial en Beijing en 1925. Sin embargo, a falta de una bibliografía exhaustiva , aún imposible de establecer, la investigación aún no ha sondeado el alcance total de la producción escrita de Alexandra David-Neel.

Cuaderno de 129 pensamientos, citas y aforismos escritos en tinta china publicado póstumamente en La lámpara de la sabiduría – ©Archivos Maison Alexandra David-Neel, Ciudad de Digne-les-bains

Alexandra posicionó su obra dentro de los parámetros de la aventura y el descubrimiento de un mundo hasta ese momento insospechado. Abierta voluntariamente a lo maravilloso, a los sueños, a la magia y al encantamiento, sus libros tienen una dimensión dramatúrgica y espectacular única. A través del encanto de la escritura, la autora alimentó la ambición positiva de llevar un nuevo aliento espiritual a sus contemporáneos heridos por la guerra: para ella, la misión de la literatura era ayudarles a encontrarse a sí mismos y a levantarse (cf. Thévoz S., 2016). El tema preferido de muchas de sus obras, al menos el que ha retenido de forma más duradera la atención de sus lectores, es el iniciado tántrico, el lama-yogi que, «deportista del espíritu», era, entre otras cosas, capaz de producir » fuego interior» . Atrayendo a un público familiarizado con el Asia oculta de los teósofos, en la línea de algunas obras de divulgación y ficción todavía recientes sobre el tantrismo indio y tibetano, esta figura heroica fue considerada un tanto romántica por orientalistas como Sylvain Lévi, que habrían preferido una versión que respondiera a los estándares académicos. Los tibetanos se convirtieron en guardianes de un conocimiento que los eruditos europeos ignoraban y que los ocultistas occidentales fantaseaban.

Su obra influyó significativamente en los escritores de la » Generación beat» Jack Kerouac y Allen Ginsberg, y en el filósofo Alan Watts.

Además, la escritora dejó un importante patrimonio constituido en primer lugar por su casa en Digne, de cuyas ampliaciones y remodelaciones se encargó ella misma, asumiendo el rol de arquitecta (Gómez N., 2019 y Tugas J., 2018). La casa, con influencias de la arquitectura tibetana, alberga los archivos personales de la autora, sus manuscritos autógrafos, sus efectos de viaje y su colección fotográfica, así como numerosos manuscritos y objetos asiáticos (más de 300 piezas: objetos cotidianos y rituales, estatuas de deidades, thangka, esculturas, grabados, caligrafía, amuletos de protección y «cajas de talismanes»).

Un gran número de piezas principalmente tibetanas fueron legadas póstumamente al Musée de l’Homme (ahora conservado en el Musée du Quai Branly), a petición de la escritora (MADN, Archivos, testamento anexo del 20 de marzo de 1963, n.c.): consisten en unos 200 objetos de interés principalmente etnográfico y 25 instrumentos musicales. Otros fueron legados al Museo Guimet: ocho thangka (incluida una serie de tres lienzos del siglo XVIII que representan a Buda rodeado de escenas narrativas; MA 3316), dos máscaras de danza tibetana Cham (MA 3307-3308) (Bazin N., 2018), y más de 400 manuscritos tibetanos (Cramerotti C., 2018).

La casa, que inicialmente no fue diseñada para acoger al público, fue modificándose progresivamente a lo largo de los años. En 2016, la ciudad de Digne-les-Bains se comprometió a rendirle homenaje y valorizar su patrimonio iniciando una serie de obras destinadas a restaurar el estado original de la casa.

Paralelamente a las obras de restauración de la casa a su estado original, un museo dedicado a su obra y vida permite, antes de emprender una visita a su casa, conocer mejor a Alejandra. Este museo ofrece una inmersión cautivadora en el fascinante mundo de Alexandra David-Neel. Las colecciones trazan su vida aventurera, destacando sus viajes así como su pasión por la espiritualidad y el budismo. Documentos inéditos (fotografías, correspondencia, etc.) y objetos traídos de viajes respaldan la propuesta museográfica, desde la infancia hasta su último gran viaje a Asia.

Alexandra David-Neel amaba el aire libre y le encantaba dar largos paseos meditativos por su casa. Su jardín, que hoy mide menos de 1 m², fue rediseñado para devolverle dos funciones que fueron importantes para ella: la rosaleda y el huerto.
Este jardín participa plenamente en el recorrido que une la casa y el museo. A pesar de numerosas modificaciones, algunos árboles plantados cuando se compró la propiedad (tilo en la entrada, cipreses, castaños) todavía se encuentran allí. Se trata de redescubrir el espíritu del jardín «Samten Dzong» a partir de documentos fotográficos y escritos de Alexandra.

Basándose en la topografía del lugar, la museografía invita a los visitantes a subir al edificio, paso a paso, como lo hizo Alexandra David-Neel, la mujer que llegó hasta el País de las Nieves perpetuas .

La mujer que escribió :

Alexandra David-Néel âgée d’environ 85 ans, dans l’oratoire tibétain de sa maison à Digne.Maison A. David-Neel, Digne-les- Bains, PHDN 198. Crédit photo : Maison Alexandra David-Neel © Ville de Digne-les-Bains

Obra de Alexandra David-Néel:

  • 1898: Pour la vie – réflexions sur tous les faits de société (Éditions « les nuits rouges »)
  • 1909: Le féminisme rationnel (Éditions « les nuits rouges »)
  • 1911: Le Modernisme bouddhiste et le bouddhisme du Bouddha (Alcan)
  • 1921: Le Bouddhisme du Bouddha (Éditions du Rocher)
  • 1927: Voyage d’une Parisienne à Lhassa (Plon)
  • 1929: Mystiques et magiciens du Tibet (Plon)
  • 1930: Initiations lamaïques (Pygmalion)
  • 1930: Arsenia Trueba
  • 1931: La Vie surhumaine de Guésar de Ling : L’Iliade des Tibétains (Éditions du Rocher) – colaboró el lama Yongden
  • 1933: Au pays des brigands-gentilshommes (Plon)
  • 1935: Le Lama aux cinq sagesses (Plon)
  • 1938: Magie d’amour et magie noire. Scènes du Tibet Inconnu (Plon)
  • 1939: Le Bouddhisme : ses doctrines et ses méthodes (Éditions du Rocher)
  • 1940: Sous des nuées d’orage (Plon)
  • 1949: Au cœur des Himalayas : le Népal (Pygmalion)
  • 1951: Astavakra Gita – réédité (date non connue) en un volume unique « Astavakra Gita – Avadhuta Gita, poemas sánscritos vedantinos » (Éditions du Rocher)
  • 1951 : Les Enseignements secrets des bouddhistes tibétains, la vue pénétrante (Pygmalion)
  • 1951 : L’Inde hier, aujourd’hui, demain, reeditado y aumentado en 1969 con el título L’Inde où j’ai vécu(Plon)
  • 1952: Textes tibétains inédits (Pygmalion)
  • 1953: Le Vieux Tibet face à la Chine nouvelle (Plon)
  • 1954: La Puissance du néant, novela del lama Yongden, tradujo y anotó A. D.-N. (Plon)
  • Grammaire de la langue tibétaine parlée
  • 1958: Avadhuta Gita – reeditado (fecha desconocida) en un vol. único « Astavakra Gita – Avadhuta Gita, poemas sánscritos vedantinos » (Éditions du Rocher)
  • 1958: La connaissance transcendante (Pygmalion)
  • 1961: Immortalité et réincarnation (Éditions du Rocher)
  • 1964: Quarante siècles d’expansion chinoise (Plon)
  • 1970: En Chine – l’Amour universel et l’Individualisme intégral (Plon) – edición póstuma
  • 1972: Sortilèges du mystère (Plon) – póstuma
  • 1975: Vivre au Tibet: cuisine, traditions et images (ed. Robert Morel, Apt) – póstuma
  • 1986 : La Lampe de sagesse (Éditions du Rocher)
  • 1998: Pour la vie, et autres textes libertaires inédits, 1895-1907, presentó Joëlle Désiré-Marchand (Éditions Les Nuits Rouges)
  • 1999: Grand Tibet et vaste Chine (Plon), 1139 p., ISBN 2-259-19169-X (rassemble plusieurs de ses livres:  Au pays des brigands gentilshommesVoyage d’une Parisienne à LhassaSous des nuées d’orage (incorrectamente titulado Sous une nuée d’orage sur la couverture), A l’ouest barbare de la vaste ChineLe vieux Tibet face à la Chine nouvelle), et comporte une « Notice biographique : Alexandra David-Néel. Écrivain – Orientaliste – Exploratrice », écrite par Marie-Madeleine Peyronnet et Franck Tréguier) – édition posthume
  • 2000: Correspondance avec son mari, édition intégrale 1904-1941 (Plon), póstumo, reprenant les deux volumes publiés précédemment :
    • 1975: Journal de voyage : Lettres à son mari, 11 août 1904 – 27 décembre 1917. Vol. 1 (Éd. Marie-Madeleine Peyronnet)
    • 1976: Journal de voyage : Lettres à son mari, 14 janvier 1918 – 31 décembre 1940. Vol. 2 (Éd. Marie-Madeleine Peyronnet)
  • 2000: Le féminisme rationnel (articles inédits du journal La Fronde), suivi par Les femmes, ces immigrées de l’intérieur, de Catherine Lafon (Éditions Les Nuits Rouges)
  • 2003: Féministe et libertaire. Écrits de jeunesse (compilation des deux parutions précédentes, 1998 et 2000) (Éditions Les Nuits Rouges)
  • 2020: La India en que viví (La Línea del Horizonte Ediciones)

Enlaces de interés :

https://budismolibre.org/docs/libros_budistas/Alexandra_David_Neel_Iniciciaciones_e_iniciados_del_Tibet.pdf

http://www.alexandra-david-neel.com/alexandra-david-néel/bibliographie/

https://agorha.inha.fr/detail/762


Marguerite Porette Visual

Claudia D’Amico, filósofa, nos presenta a Marguerite Porete, mística francesa condenada a la hoguera por la Inquisición, tras negarse a renunciar a sus ideas. Coproducido por UNITV y el Instituto de Ciencias de la UNGS y conducido por Jazmín Ferreiro, filósofa e investigadora docente de la UNGS, Palabras en Llamas es una acción cultural que se reconoce orgullosamente como una pequeña parte de las miles que componen las distintas reivindicaciones de los distintos feminismos.


La profesora Biviana Unger hablará de Margarita Porete



Enlaces de interés :

https://poetryalquimia.org/2024/07/25/marguerite-porette/

Marguerite Porette

 Marguerite Porette (Condado de Henao, Francia, 1250 –  1 de junio de 1310, Place de l’Hôtel de Ville, París, Francia). Escritora, mística, libre pensadora, y copista del movimiento de las beguinas. Murió quemada en la hoguera acusada de herejía por haber escrito y difundido mensajes «heréticos». Actualmente es considerada como la autora de uno de los libros místicos más importantes de la Edad Media.

Como ocurre en general con las beguinas, no se conocen muchos datos concretos sobre Marguerite lo que si quedó registradisimo en actas es que fue quemada viva por la Inquisición, en la plaza de Grève, actual plaza del ayuntamiento de París, el 1 de junio de 1310. Se la condena porque había escrito un libro.

Por las actas, pues, sabemos su nombre, porque en el documento primero de la consulta que se hace a determinados canonistas para condenar su libro, se dice “Cierta beguina llamada Marguerite Porette”. Las crónicas de la época, además, hablan de ella como “una beguina clériga llamada Marguerite Porée. Se la conocía, como“la clériga” por su alta formación teológica típica de los clérigos.

Hay que esperar seis siglos para saber cual fue el libro que la condujo a la hoguera. Fué Romana Guiarnieri, medievalista italiana, quien descubre en 1946, que se trata de Le Miroir des âmes simples et anéanties (El Espejo de las almas simples), y que su autora es, en efecto, Margarita Porette. Romana Guarnieri consideraba que se trataba de una beguina itinerante basándose en uno de los pocos fragmentos de su obra que nos aporta algunos datos y que la describe como “criatura mendicante” (cap. 95 y 96) ya que a finales del siglo XIII muchas beguinas decidían abandonar la vida sedentaria y emprender un viaje solitario. Si consideramos que se trata de una beguina, podemos concluir que no fue apoyada por su propia comunidad ya que en el capítulo 122 expresa la desaprobación que encuentra en el seno de esta colectividad, que se suma a la de curas, clérigos, predicadores, agustinos, carmelitas y hermanos menores.

El proceso contra ella comienza en 1306, cuando Gui de Colmieu, obispo de Cambrai, condena el libro y lo hace quemar en Valenciennes, además, de prohibirle a Marguerite seguir difundiéndolo. Las actas de la Inquisición la acusan de relapsa (de reincidente), por seguir propagándolo entre la gente después de la primera condena, y de enviarlo incluso a un obispo, el obispo de Châlons sur Marne. Y es que después de la condena, Marguerite busca apoyos en el poder eclesiástico. Encuentra tres principalmente, de tres clérigos: el de Juan (Juan “de Querayn” según la versión inglesa del Espejo), el de un cisterciense llamado Franco de la abadía de Villers en Brabante, y el de Godofredo de Fontaines, de Flandes, ex regente de la Universidad de París. Este apoyo era realmente completo, porque tenía a un representante de la tradición monástica, otro de los movimientos más modernos, más nuevos, y otro representante del clero secular, de la universidad. Aun así, solo el cisterciense apoyaba incondicionalmente el Espejo, los otros dos mostraban admiración, pero sostenían que el libro no podía mostrarse a muchas personas, porque era una fuente de ilusiones peligrosas para quien no estuviera preparado para leerlo.

Otro de sus apoyos fue el clérigo Guiard de Cressonessart, que fue arrastrado por la Inquisición en la condena a Marguerite. Por su apoyo al libro, fue detenido en París a finales de 1308, igual que ella, y condenado por la misma reunión de teólogos que condenaron a Marguerite. Estuvo encarcelado año y medio negándose a testificar, igual que Marguerite. Pero el 3 de abril de 1308, en el juicio donde se condena a ambos como herejes, Guiard se arrepiente, abjura, y se libra así de la hoguera, aunque es condenado a pasar el resto de su vida encarcelado.

Marguerite también es encarcelada junto con Guiard en 1308. Y permanece así año y medio, el tiempo que daba la Inquisición para la reflexión.

Marguerite se negó en todo momento a prestar juramento y a arrepentirse, en coherencia con su pensamiento y creencias, como ella misma expresa en el capítulo 100 de su libro (p.140):

O en el capítulo 85 en donde podemos observar cómo se justifica su obstinado silencio ante aquellos que no considera “de su linaje”:

Tras un año y medio de cárcel fue condenada a la hoguera y ejecutada en la place du Grève de Paris el 1 de junio de 1310. Por primera vez se asistía en París a una condena al fuego de una mujer por herejía, con el consentimiento del rey Philippe Le Bel. Este acontecimiento causó gran impresión a los cronistas de entonces. 

En el capítulo 22 de su obra, precisamente emplea la imagen del fuego como metáfora de la unión mística: 

Para el académico Soletti resulta sorprendente que, en un contexto histórico-político de grandes tensiones, las máximas autoridades prestasen atención al dossier de una pseudomulier, a menos que esta fuese un peón útil a esos juegos de poder e intereses políticos entre el papado, la inquisición y la monarquía francesa. Se entremezclaron así el proceso de Marguerite con el de los templarios y con el concilio de Vienne, en el que se ratificó la condena del Temple y la supresión oficial de la Orden, se reprobó la herejía del Libre Espíritu en el decreto Ad nostrum, el movimiento de los begardos y el de las beguinas en el decreto Cum de quibusdam mulieribus y la teología femenina que había proliferado mediante textos religiosos en lengua vernácula desde el S.XII (Saranyana 2007: 267; Soletti 2008: 94; Garí 1995: 51; Garí 2015: 12-13). 

Marguerite Porette nos narra en su libro cómo empezó su proceso de escritura: dice que miró fuera, buscó a Dios y no lo encontró. Por eso, volvió dentro, al pensar, al entendimiento profundo, y sólo desde ahí pudo encontrar a Dios. Por eso escribió. Sabe que sigue presa, que sigue queriendo decir lo que no se puede decir, pero encuentra en la palabra el punto de partida. Su camino a la unión mística pasa por el proceso de escribir, es lo que expresa, a saber, que no tiene otra manera de encontrar a Dios. De ahí la necesidad absoluta de escribir. Y también de ahí la necesidad de difundir el libro, de enseñarlo, porque es un texto mistagógico, esto es, porque es la enseñanza del camino a Dios, y siente la necesidad de que se conozca lo que descubre en su texto.

El espejo de las almas simples– Este tratado de 139 capítulos escrito en clave alegórica pretende mostrar de forma didáctica el viaje místico que, en siete etapas o grados realiza el alma hasta lograr su fusión con Dios, hasta alcanzar el “País de la libertad”, como ella misma denomina.

Está dividido en dos partes: la primera va del capítulo 1 al 122, y la segunda, del 123 al 139. La primera parte está escrita en forma de diálogo entre personajes que son personificaciones alegóricas con caracteres filosóficos y teológicos. Se usa aquí la literatura propia del amor cortés, de la lengua cortesana. Es un texto en forma de un juego escénico entre estos personajes. Los principales son Dama Amor y Alma, rodeadas de los demás que son Cortesía y Entendimiento de Amor, enfrentados a los personajes de Razón y Virtudes.

Dama Amor es la transposición espiritual del Sublime Amor de los trovadores, del amor altamente idealizado de la literatura cortesana. Ese amor tiene la fidelidad intrépida del amante, que supera todas las pruebas impuestas por su dama, que no se rinde jamás. Dama Amor es Dios, y es ese mismo Sublime Amor: tiene su misma fuerza, su mismo ímpetu y alegría por conseguir el amor del amante.

Esto en la primera parte. Sin embargo, en la segunda parte, ya no hay diálogo, sino que es un monólogo. Aquí Marguerite habla en primera persona. Se dice que la primera parte es un tratado místico filosófico, mientras que la segunda, por estar escrita en primera persona, es la parte autobiográfica del libro. Aunque es mucho más interesante lo que sostiene Garí, que hace la interpretación contraria: entiende las partes del Espejo justamente al revés. Así, la primera parte es el relato sobre el proceso interior de la autora, donde los personajes mantienen conversaciones . Y la segunda, sin embargo, la parte más mistagógica, la que contiene realmente las conclusiones, las enseñanzas que Margarita expone tras su camino en la búsqueda de Dios.

Sea como sea, El espejo de las almas simples muestra el camino hacia la perfección y la libertad del alma a través de siete estados de gracia, estados que no se tratan completamente en el texto.

Este camino que quiere enseñar Marguerite no es realmente un camino, es más un recorrido, y no va en línea recta. Es como una escalera, pero de caracol. Tiene carácter tanto ascendente como descendente. Por eso, Marguerite habla de tres muertes y dos caídas: la muerte al pecado, la muerte a la naturaleza y la muerte al espíritu, por un lado, y la caída de las virtudes en Amor, y la caída de Amor en Nada, por otro. Con esta última caída culmina el gobierno de Razón, y es entonces cuando por un “relámpago”, por un momento concreto y de poca duración, se cae de la Nada a la claridad divina. Es un relámpago porque no es algo constante, si no inmediato, momentáneo. Es:

Después de asesinada Marguerite ¿qué pasó con El Espejo de las almas simples?.

A través de los procesos inquisitoriales podemos saber cómo fue avanzando la circulación de El Espejo de las almas simples. Se sabe que es el texto más traducido de los textos místicos en lengua materna, y nos han llegado versiones en francés antiguo, italiano antiguo, inglés medio y latín. En alemán, si hay alguna traducción, no se ha encontrado.

La versión inglesa data del siglo XIV, cuando el obispo de Londres, Miguel Northbrook, cofundador de la cartuja de Londres, años después de la condena a Margarita, hace la traducción al inglés añadiendo glosas ortodoxas, intentando escapar así de las posibles consecuencias de tener el libro y de traducirlo, intentando huir de las sospechas de herejía.

Más tarde, en el siglo XV, Richard Metheley, también cartujo, aunque recomienda no poner el libro en manos de cualquiera, lo traduce al latín. Se dice que uno de los motivos para traducirlo al latín es (igual que con Miguel Northbrook al incluirle glosas ortodoxas) intentar alejar el libro de sospechas.

No se conocen persecuciones por estas dos versiones. Sin embargo, en Italia, El Espejo vuelve a causar revuelo. Es por el norte del país por donde empieza a circular (no se sabe si en latín o ya en italiano). En la primera mitad del siglo XV, San Bernardino de Siena lo critica duramente e incluso predica sermones hablando sobre el texto de 1417 a 1437. Sobre los mismos años, en 1433, en Padua, los benedictinos prohíben el Espejo en sus congregaciones. Sin embargo, los Jesuatos de Venecia lo hacen su libro de cabecera y por ello se les acusa de simpatizar con la herejía del Libre Espíritu. Pero tienen otra suerte, y son declarados inocentes por dos investigadores que manda en 1437 el papa Eugenio IV. Aun así, en Padua la inquisición sigue intentando condenar el texto. Así, el papa, ya depuesto, es acusado de ser favorable al libro por un tal Maestro Santiago, que recuerda que ese libro ya fue condenado y pide que se quemen las copias guardadas en el Concilio de Basilea de 1439.

Después de esto se pierde el rastro del Espejo. Hay que esperar al siglo XVI, donde se vuelve a encontrar el libro en la biblioteca benedictina de Montecassino, pero titulado de forma diferente: Speculum animarum simplicium alias Anima adnihilata, que se encuentra, actualmente, en el Vaticano.

Por su parte, en Francia, se sabe que Jean Gerson, canciller de la universidad de París de 1395 a 1425, tuvo el libro en sus manos, y advierte al lector sobre él. Esa versión que encuentra se atribuye entonces a “María de Valenciennes”. Es el de Marguerite, porque consta la ciudad en la que nació y donde fue quemado su libro. Que pusiera “María” en vez de “Margarita” se atribuye a un error de la persona que lo copiara.

Un siglo más tarde, Margarita de Navarra, hermana de Francisco I, da con el libro y se hace fiel defensora de él. Tenía amistad con el convento de Madeleine, en Orléans, donde se encuentra la versión original de El Espejo de las almas simples en francés antiguo, aunque actualmente está en Chantilly. Es en ese convento donde pudo haberlo leído.

Este fue todo el recorrido que tuvo el texto de Margarita por Europa, a la que se intentó acallar y, sin embargo, gracias a los intentos por silenciarla, hizo que el libro recorriera todo el continente.

Actualmente Marguerite Porette es considerada una de los autores más importantes de la Edad Media pero también de los menos reconocidos y de los más incomprendidos. Numerosos intelectuales se esfuerzan por devolverle el lugar que le corresponde en la historia de la cultura medieval. Su libro es considerado una de las obras maestras de la literatura francesa de la Edad Media.

La voz de Marguerite Porette, una de las más grandes místicas medievales, fue acallada por teólogos y clérigos que trataban de construir un mundo y una iglesia en los que las mujeres ocupasen un papel sumiso y de servicio. Su avanzado sentimiento y pensamiento, fue revolucionario en su época. Dando prioridad a la conexión natural con lo Divino, y quitando importancia a la intervención de terceros y religiones. Le valió el pasaporte para la hoguera. Un alma Divina, elevada con un alto grado de pureza, a la que ninguna represión, pudo detener.

La audacia de mujeres como ella fue interpretada como subversiva y por ello muchas sufrieron persecución. Su pensamiento se aventura hacia horizontes prohibidos a las mujeres y osa alzar su voz no institucional en un amplio debate filosófico. Asimismo cuestiona el privilegiado acceso del clero a las cuestiones divinas y desafía la visión androcéntrica de la Deidad y de la humanidad.

Enlaces de interes :

Fuentes de la bio :

https://www.carm.es/edu/pub/20_2016/2U_contenido.html

https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/143580/TFG%20Cristina%20Florido%20Tallafigo.pdf?sequence=1

Marguerite d’ Oingt

Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras, pensadoras y/o escritoras es tan importante en la historia que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de  la gran Marguerite d’Oingt. Poeta, escritora, mistica y monja cartuja. Una de las primeras mujeres poetas de Francia de la que sobrevive cualquier registro y autora de las primeras obras supervivientes escritas en franco-provenzal.

Una de nuestras Imprescindibles.

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Marguerite d’Oingt (Oingt, Francia, probablemente 1240-11 de febrero de 1310). Monja cartuja, escritora y mística. Una de las escritoras más antiguas identificadas de Francia.

Marguerite nació en la poderosa familia local de los señores de Oingt en Beaujolais, que se extinguieron en 1382 por falta de herederos varones. Sabemos que su madre también se llamaba Margarita y que tenía dos hermanos —Guiscardo y Luis— y tres hermanas: Catalina, Isabel e Inés. Esta última la seguirá al monasterio, en la Cartuja, donde más tarde le sucederá como priora.

Es Marguerite misma la que comenta que su formación fue nula y que tan solo fue instruida por Dios. Sin embargo, no debemos tomarnos tal fórmula al pie de la letra, visto que resuena en ella un modelo recurrente de la tradición espiritual occidental. De hecho, en algunos casos la crítica, aún influenciada por la marginalización de los escritos espirituales de mujeres y la condescendencia que de ello deriva, ha reparado en la calidad intelectual de sus escritos y en su profundo conocimiento de las Sagradas Escrituras, que introduce mediante referencias más o menos manifiestas en sus escritos. Todo ello da cuenta de una educación eminentemente alta, fruto de un entorno social a la par. En este sentido, se puede destacar la pluralidad de lenguas utilizadas en sus obras, pues escribió en latín, en el dialecto provenzal de Lyon —lengua materna— y en langue d’oïl, que dominaba a duras penas.

Marguerite se unió a la Orden de los Cartujos como monja, y en 1288 se convirtió en la cuarta priora de la Cartuja de Poletains, fundada en 1238 por Marguerite de Bâgé, para monjas que deseaban vivir de acuerdo con la costumbre de los Cartujos, hasta donde era posible para las mujeres. Era conocido en su tiempo como la Celle de Notre-Dame y se convirtió en uno de los primeros monasterios cartujos femeninos. Así como los beguinatos demostratron tener una influencia notable en el norte, en el sureste del territorio galo las cartujas brotaron de repente con una presencia y un vigor eminentes. El nacimiento de estas cartujas femeninas parece responder a las aspiraciones de la nobleza, preocupada por encontrar un modelo que vehiculara las necesidades sociales y familiares, esto es, disponer de suficientes monasterios para acoger a las hijas de dichos linajes.

En 1286, dos años antes de que se convirtiera en priora de Poleteins, pero ya siendo religiosa, empezó a escribir la Pagina Meditationum. En 1294 su segunda obra, Speculumfue llevada al Capítulo General de la orden por el prior Hughes deVallbone. Tres años más tarde murió su padre, mientras que su madre hizo testamento el 13 de mayo de 1300.

Una década más tarde moriría la propia Marguerite, probablemente el 11 de febrero de 1310.

Tras la muerte de Marguerite, su monasterio no tuvo mucho más tiempo de gloria. A lo largo de los siglos XIV y XV se repitieron las advertencias del Capítulo General cartujo por las dudas en la estricta observancia de la regla. De este modo el monasterio, siguiendo la tendencia de los otros centros fe- meninos de la misma orden, fue perdiendo vocaciones hasta quedar suprimido por el papa en 1605. Durante la Revolución sus bienes fueron vendidos y el edificio, del cual hoy en día no quedan ni los restos, destruido en 1791.

Junto con María de Francia, Marguerite fue una de las primeras mujeres poetas de Francia de la que sobrevive cualquier registro. Solía escribir en latín, cuyo conocimiento era comparable con el de los clérigos (varones) de la época. Como hemos señalado, su primer trabajo en latín, fue Pagina meditationum (Meditaciones) de 1286. También escribió dos largos textos en franco-provenzal, las primeras obras supervivientes en ese idioma: Li Via seiti Biatrix, virgina de Ornaciu, la vita de la beata Beatriz de Ornacieux, también monja cartuja; y Speculum (El espejo). Uno de ellos, el más antiguo, se encuentra en la Biblioteca de Grenoble bajo el código 410 y data de la primera mitad del mismo siglo de la muerte de la priora. Posteriormente, algún religioso aprobaría los textos y los entregaría al Capítulo General en 1294. Este manuscrito, sin embargo, se ha perdido. El más antiguo que se conserva de sus obras fue realizado por un copista después de la muerte de la autora, siguiendo la tradición cristiana de reunir todos los escritos de una figura de relevancia en un mismo volumen. Los otros dos manuscritos datan del siglo XVII —hacia 1640— y parecen ser duplicados del anterior que la Grande Chartreuse mandó realizar, junto con las respectivas traducciones al francés. Al mismo tiempo, existe una versión provenzal del Speculum que Philipon, en su primera edición de 1877, no conocía y que encontramos citada por primera vez por C. Brunel en 1935. El documento, según D. Zorzi, data de la primera mitad del siglo XV y, por sus características lingüísticas y paleográficas, parece que fue producido al norte del Tarn, probablemente alrededor de Albi. El hecho de que este manuscrito exista da fe de la notable difusión de los escritos de Marguerite en época medieval, no obstante la circulación tradicionalmente interna de los escritos de esta orden.

El contenido de las obras de Marguerite d’Oingt nos permite adentrarnos en la experiencia personal y descubrir los ejercicios especulativos que conformaban la vida monástica de su tiempo. Ejemplo son las cartas que nos han llegado donde muestra una destacada aptitud para el gobierno, uniendo su profunda vida espiritual mística con el servicio a las hermanas y a la comunidad. En este sentido es significativo un pasaje de una carta a su padre: «Dulce padre mío, os comunico que me encuentro tan ocupada a causa de las necesidades de nuestra casa, que no me es posible aplicar el espíritu en los buenos pensamientos; de hecho tengo tantas cosas que hacer que no sé por dónde empezar. No hemos recogido el trigo en el séptimo mes del año y la tempestad ha destruido nuestros viñedos. Además, nuestra iglesia se encuentra en tan malas condiciones que nos vemos obligados a rehacerla en parte» (ib., Lettere, III, 14, p. 127).

La experiencia interior, la meditación o la escritura son fenómenos que deben entenderse dentro de un contexto muy particular, el del florecimiento de un movimiento espiritual propio de la Baja Edad Media, la llamada mística femenina. Nos referimos a ese momento en el cual, afortunadamente, las mujeres se apropiaron de los instrumentos de escritura y empezaron a hablar de sus experiencias, de sus sentimientos y, por supuesto, de Dios.  La celda se convirtió en el lugar de la búsqueda de la intimidad. Allí es donde la imagen o el texto de la meditación, además de proyectar el modelo ejemplar de la divinidad —influenciado por los nuevos modelos de la pobreza—, empujaba a un ejercicio especular en el que uno se proyectaba y reflexionaba sobre sí mismo. En el siglo XIII precisamente se produce el estallido que recorre toda Europa bajo unas mismas directrices, dentro, eso sí, de las grandes diferencias sociales y culturales que se plasman entre unas regiones y otras. La mística femenina aparece como un movimiento con unas bases teológicas y literarias comunes. La relación con la lengua vernácula, el estilo profundamente emotivo y la búsqueda de un conocimiento experiencial son las pautas que vehiculan los testimonios de Hadewijch de Amberes, Juliana de Norwich, Marguerite Porete, Angela de Foligno o la misma Marguerite d’Oingt.

Enlaces de interés :

Fuente de la bio: https://www.siruela.com/archivos/fragmentos/Escribir_y_meditar.pdf de Sergi Sancho Fibla

Sergi Sancho Fibla nace en Alcanar en 1987. Después de estudiar Humanidades, se especializa en los estudios medievales en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, donde realiza su doctorado. Su campo de estudio se centra en la espiritualidad femenina europea de los siglos XIII al XV, ámbito que estudia desde una perspectiva literaria, antropológica e histórica. En la actualidad es investigador en Aix-Marseille Université y en el CNRS (Labexmed).

V. Cirlot y B. Garí, La mirada interior. Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media. Madrid, Siruela, 2008,

Catherine Domain

Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres y/o escritoras es tan importante que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de la fantástica  Catherine Domain. Conocida como la primera librera de viajes.

Una de nuestras Imprescindibles.


Catherine Domain ( Mascara , Argelia, 23 abril de 1941). Librera y viajera.

La pasión por la lectura se inició  a los 10 años, cuando Catherine estaba interna en un colegio (el Couvent des Oiseaux), el alejamiento y la añoranza de su familia hizo que se refugiase en las páginas de los libros de Stevenson, Dumas y Verne, entre otros.

En 1959, cuando tenía 17 años, obtuvo una beca del American Field Service para pasar un año con una familia en California, este fue el comienzo de su pasión por seguir conociendo países y culturas.

Al regresar a Francia su padre le preguntó qué quería hacer en el futuro y Catherine le dijo que quería estudiar idiomas, así se trasladó a Ginebra y comenzó a viajar desde allí. El primer viaje fue a Estambul en una época en la que casi nadie iba dirección a Turquía.

Así inició una aventura que la llevó a dar dos vueltas al mundo. Al principio viajó con un amigo pero posteriormente se lanzó al viaje en solitario. Viajó por el norte de África, después América del Sur durante un año y de allí de regreso a África. Recorrió todo el continente caminando, usando los transportes públicos y alguna vez el autostop.

Después se fue en coche con un amigo hasta Nepal para pasar el invierno.

Estuvo 10 años viajando hasta que se terminó la dote que su padre le había entregado y decidió que ya era el momento de parar.

© Cesión de Catherine Domain en exclusiva a Traveler.es

En 1971, en la isla de Saint Louis, París, abrió Ulysse, una librería pionera especializada exclusivamente en libros de viaje . Veintisiete metros cuadrado donde se condensan todos los continentes y océanos. En sus estanterías confluyen libros, mapas y guías geográficas con poesía y diversas joyas que ella misma se encarga de recomendar y mostrar a sus clientes.

 En 2007 decidió pasar los veranos en Hendaia, lugar de veraneo de su niñez, y abrió una nueva Ulysse en un local en el antiguo casino frente a la playa.

Como colofón a su pasión por los libros y los viajes Catherine creó el Premio Pierre Loti en 2006, para dar reconocimiento a los mejores relatos de viaje en lengua francesa.

Catherine es toda una institución. Un referente para las libreras del mundo. Quizás por eso eligió nacer un 23 de abril, fecha en la que se celebra el Día Internacional del Libro. ¡Genial!


Catherine Domain, premio Comunicación de la Sociedad Geográfica Española, explica cómo funciona su pequeña librería Ulysse, en París, dedicada a los viajes.


Discurso de Catherine Domain en el Auditorio de la Mutua Madrileña, Madrid, 6 de abril de 2017 al recibir el Premio de Comunicación SGE 2016.



Enlaces de interés :

https://www.traveler.es/viajeros/articulos/primera-libreria-de-viajes-ulysse-paris-catherine-domain-entrevista/14711

Pagina web de la libreria Ulysse : http://www.ulysse.fr/

10 Poemas y un ensayo de René Daumal

La náusea de ser (La nausée d’être)

No vine al mundo
a forjar brazos de centauros,
a dar mi sangre a los pañuelos
que secan al claro de luna.


No vine al mundo
para combatir con mi sombra,
ni para hallar un día mis puños
picoteados por faisanes.


No vine para golpear
ni para reír de la muerte.
No me acuerdo más,
las camillas se van,
las galeras arden,
las rodillas tiemblan y los halcones se posan
sobre bolas frágiles y vivas.


Si miro hacia atrás,
la muerte va retrocediendo,
indefinidamente puertas se golpean
hasta en los placares del horizonte.


La muerte de risa vulgar
detrás de sus persianas verdes
chupa un caramelo inglés
y alfombras mojadas con infusiones.


No vine al mundo,
al principio sólo hay una gran risa,
en la esquina de una calle una muñeca de yeso
abre, sudando un agua verde de rabia,
cajas que sólo contienen cajas,
y sin fin de cajas.


Lejano, como un corazón succiona sangre,
un agujero en una carne gigantesca me aspira,
paredes vivas, rojas y calientes,
me arrastran por la garganta,
no quiero ya volver,
que ahora mismo se me asesine
con un golpe de cuchillo de cocina
entre los dos hombros.

El profeta (Le Prophète)

El niño que hablaba en nombre del sol
iba por las calles de la ciudad muerta,
las ratas corrían hacia sus pies desnudos
cuando se detenía en las encrucijadas:

El niño llamaba con una voz llena de galeras,
de velos blancos y de peces voladores,
y los hombres, convertidos en piedra,
se despertaban rechinando.
El alba era anunciada por las Οechas sibilantes
de los alegres arqueros de la cercanía,
los hombres llegaban, cada uno trayendo su noche
como se lleva una sombrilla.

Se acuclillaban en torno al niño,
y sus grandes ojos rojos reían,
y sus largas bocas escupían
arena a través de los dientes.

El niño que hablaba en nombre del sol
dijo: “no escuchen más el canto del gallo estúpido”,
y los hombres de labios largos golpeaban
el culo contra los adoquines.

El niño dijo: “Ustedes ríen, ríen,
pero cuando despierten
con las orejas llenas de sangre,
entonces, no reirán más.”

Su cabeza caía, abrumadora y caliente,
sobre el hombro de una joven mujer,
ella creyó que él quería abrazarla
y se puso a reír de terror.

“Ustedes ríen, ríen, les dijo,
– y los viejos mostraron sus colmillos ocres –
su risa no es la ofrenda
que reclama la Mandíbula celeste.

Necesita sus bebés,
sus narices fríamente cortadas,
necesita una ciega
de dedos
para cenar.

Ríe, ríe, la gran Mandíbula,
brilla, graniza,
ustedes ríen, ríen, espantosa abuela [aïeule],
pero pronto, abuela [grand-mère], tus hijos y tus hijas
no reirán más, no reirán más.
Ustedes ríen bajo sus sombrillas nocturnas,
ellas van a partirse, van a partirse,
escuchen reír a la gran Mandíbula
porque pronto no reirán más”.

De : Le Contre-Ciel [El Contra-Cielo], 1936

René Daumal – Allpes – Photo © Collection Marie-Jacqueline Daumal

Los cuatro tiempos cardinales

El ave negra de la noche
otra vez acaba de poner una aurora.
Salud, al blanco, salud, al amarillo,
salud, a la semilla que no se ve.
Señor Mediodía, rey de un instante,
en lo alto del día golpea el gong.
¡Salud, al ojo, salud, a los dientes,
salud, a la máscara devoradora, siempre!
Sobre los almohadones del horizonte,
el fruto rojo del recuerdo.
Salud, sol que sabe morir,
salud, quemador de nuestras manchas.
Pero en silencio saludo a la gran Medianoche,
que vela cuando los otros tres se agitan.
Cerrando los ojos la veo sin ver nada
más allá de las tinieblas.
Cerrando los oídos escucho sus pasos que
no se alejan

René Daumal (abajo) con sus colegas artísticos, con quienes fundó la revista literaria «Le Grand Jeu». (Foto: Marc Garanger/Aurimages vía AFP)

Après 

Je vais renaître sans coeur,

toujours dans le même univers,

toujours portant la même tête,

les mêmes mains,

peut-être changées de couleurs,

mais cela même ne me consolerait point.

Je serai cruel et seul

et je mangerai des couleuvres

et des insectes crus.

Je ne parlerai à personne,

sinon en paroles d’insectes

ou de couleuvres nues,

en mots qui vivront et riront malgré moi.

Después

Voy a renacer sin corazón,

siempre dentro del mismo universo,

siempre sosteniendo la misma cabeza,

las mismas manos,

pueden cambiar su color,

pero eso incluso no me confortaría.

Sería cruel y estaría sólo

comería víboras

e insectos crudos.

No hablaría con nadie,

sino con palabras [paroles] de insectos

o de víboras desnudas,

con palabras [mots]

que vivirán y reirán a pesar mío.

La désillusion

Blanc et noir et blanc et noir,

attention, je vais vous apprendre à mourir,

fermez les yeux, serrez les dents,

clac ! vous voyez, ce n’est pas difficile,

il n’y a là rien d’étonnant.

Je vous parle sans passion,

noir et blanc et noir et blanc,

clac ! vous voyez qu’on s’y fait vite,

je vous parle sans amour,

et pourtant vous savez bien…

-il faut être évident jusqu’à l’absurde –

Blanc et noir et blanc et noir et noir et blanc,

si nos âmes échangeaient leurs corps,

il n’y aurait rien de changé,

alors ne parlez plus de corps ni d’âmes.

Blanc, noir, clac ! c’est la seule chose

qu’ensemble nous pouvons comprendre,

(mais n’est-ce pas qu’il n’y a là rien de tragique ?)

Je vous parle sans passion

blanc, noir, blanc, noir, clac,

et c’est mon éternel cri de mourant,

ce cri blanc, ce trou noir…

Oh ! Vous n’entendez pas,

vous n’existez pas,

je suis seul à mourir.

La desilusión (La désillusion)

Blanco y negro y blanco y negro,

atención, voy a enseñarles a morir,

Cierren los ojos, aprieten los dientes,

¡clac! miren, no es difícil, no tiene nada de asombroso.

Les hablo sin pasión,

negro y blanco y negro y blanco,

¡clac! miren que se hace muy rápido

, les hablo sin amor,

y sin embargo lo saben bien

.- es necesario ser evidente hasta el absurdo –

Blanco y negro y blanco y negro y negro y blanco

si nuestras almas cambiaran sus cuerpos,

nada cambiaría,

entonces no hablen más de cuerpos y almas.

Blanco, negro, ¡clac! Es la única cosa

que unida podemos comprender,

(¿no es cierto que en esto no hay nada de trágico?)

Les hablo sin pasión

blanco, negro, blanco, negro, clac,

es mi eterno grito de moribundo,

grito blanco, agujero negro…

¡Ay! Ustedes no escuchan,

no existen,

.yo estoy solo para morir.

La piel del fantasma (La peau du fantôme)

Arrastro mi esperanza con mi saco de clavos

arrastro mi esperanza estrangulada a tus pies,

vos, que no sos aún.

y yo, que no soy más.

Arrastro un saco de clavos sobre el arenal de fuego

cantando todos los nombres que te daría,

y los que no tengo más.

En la barraca, pútrida, el andrajo

donde mi vida palpitaba antes;

todas las planchas fueron clavadas,

está podrido sobre su colchón

con sus ojos que no podían verte,

sus oídos sordos a tu voz,

su piel demasiado pesada para sentirte

cuando lo rozabas,

cuando pasabas con aire enfermo.

Y ahora he desollado la podredumbre

y todo blanco, llego a vos,

mi nueva piel de fantasma

se estremece ya en tu aire.

Il suffit d’un mot

Nomme si tu peux ton ombre, ta peur

et montre-lui le tour de sa tête,

le tour de ton monde et si tu peux

prononce-le, le mot des catastrophes,

si tu oses rompre ce silence

tissé de rires muets, — si tu oses

sans complices casser la boule,

déchirer la trame,

tout seul, tout seul, et plante là tes yeux

et viens aveugle vers la nuit,

viens vers ta mort qui ne te voit pas,

seul si tu oses rompre la nuit

pavée de prunelles mortes,

sans complices si tu oses

seul venir nu vers la mère des morts  —

dans le cœur de son cœur ta prunelle repose —

écoute-la t’appeler : mon enfant,

écoute-la t’appeler par ton nom.

Basta con una palabra (Il suffit d’un mot)

Nombra si puedes tu sombra, tu miedo

y mide el perímetro de su cabeza

el perímetro de tu mundo y si puedes,

pronuncia la palabra de las catástrofes

si osas romper este silencio

tejido de risas mudas – si osas

sin cómplices romper la esfera,

desgarrar la trama,

todo solo, todo solo, siembra allá tus ojos,

y ven ciego hacia la noche,

ven hacia tu muerte que no te ve,

sólo si osas romper la noche

adoquinada de pupilas muertas,

sin cómplices, si osas

venir solo y desnudo hacia la madre de los muertos –

en el corazón de su corazón tu pupila reposa –

escúchala llamándote: hijo mío,

escúchala llamándote por tu nombre.

Daumal y su esposa Vera Milanova

Hacia la Nada (À la néante)

Que bella matanza sin cólera en tu honor,
observá:
en esta noche polar tan blanca como negra ,
en este corazón devastado tanto por fuego como el hielo,
en esta cabeza, grano de plomo o puro espacio,
mira qué vacío perfecto se acrecienta para tu gloria.

Ni blanco ni negro, ni fuego ni hielo,
Ni grano de plomo ni puro espacio,
¡El mundo aquí está tan perdido!

Para vos, que succionás mi médula,
enfriándome la espalda,
para vos, esta devastación – ¡pero qué silencio!

…silencio y me tienes aquí , yo, que quería gritar
todo el pesado dolor condensado minúsculo
dentro del único pequeño globo duro de un universo,
yo, que quería enseñar mi sangre, cómo se hundía
cuando mis uñas raspaban el interior de mis costillas,
yo, que buscaba palabras triunfales para cantar,
cómo silbaba el hacha en los huesos de mi mano
cuando me amputaba a mí mismo,
aquí estoy, la palabra cortada, aquí estoy, minúsculo,
perdido en el vértigo absoluto de tu pecho,
aquí estoy, la voz blanca, aquí estoy, ridículo:
todo eso no era nada.

Para tu gloria, no para la mía, esta matanza,
y sin cólera. Esto nada tiene que ver con renegar del mundo,
con matar el sol, con traicionar todo por vos,
con asesinar las larvas-reflejo de mí mismo,
no tiene que ver con reventarme los ojos:
estaba seguro de vos como de mi muerte,
estaba seguro de la total-evidencia de mi noche
que es tu cuerpo de silencio vivo.

Pero fantasmas de vos mismo llegaron,
los vampiros de seda me consolaban demasiado,
la muerte vivía demasiado dentro de las sombras del día,
el tiempo maldito y siempre nuevo se reanuda.

No busco más los gritos triunfales porque sé
que para cada célula que divide mi vida,
para el mal placer que engendra
debo una ofrenda de dolor infinito.

Me destrozo vivo a fuerza de amarte,
¡Madre* de las formas, sin forma! te torturaba,
te torturo aún en este lecho de Procusto* ,
mi penosa forma de hombre:
vos, sin dimensión y libre de fronteras,
te tiendo sobre este grotesco lecho nupcial,
querría encerrarte en esta piel estúpida.

Ahora que te he jurado fidelidad,
si amo los desamparados vestidos de carnes vivas,
si amo la desdicha visible en un cuerpo,

¡que esas carnes mueran! ¡y que muera este cuerpo!
y que sufra conmigo, y que sufra por vos,
cómo voy a dormir en adelante a grandes pasos
lentamente devorado célula a célula
por el fuego cruel de ese amor lúcido.

No puedo traicionarte más, lo ves bien;
“soy mortal”; estas palabras son la dulzura del vacío,
quieren decir: “soy tuyo”
¡Soy mortal! ¡Mortal, lo que amo de tu nombre!
Pero el día de mi muerte es interminable.

Agosto 1929

* Procusto, (deformación de Procrustes, en griego antiguo Προκρούστης Prokroústês,
literalmente ‘estirador’), bandido que acostumbraba a ofrecer posada a los viajeros solitarios, a quienes
invitaba a acostarse en una cama de hierro y, luego de que estos se durmieran, los ataba y le cortaba las
partes que sobresalían de la superficie de la cama. En caso de que las personas no sobrepasaran su
superficie, las maniataba y a martillazos las estiraba para que se adaptasen a las medidas de la cama.

*Madre : Este poema y, en general la mayoría de “La muerte y su hombre”, tiene filiación con la obra de
Gerard de Nerval. “Artemisa”, poema que forma parte de Las Quimeras, presenta a la muerte como fin
y principio a la vez de todo. Según las tradiciones esotéricas, la diosa griega Artemisa, o Diana, se
asocia con Isis, principio femenino.

Casca-corazón

Ese pájaro no volverá,
el que se suelta de tu cara,
nacido de tu piel, desplegado en el espacio,
bate hojas de aire como un niño perdido
golpea las manos ante el cuerpo del padre acostado
el cráneo roto contra un muro.
Golpe repentino de un martillo de hielo
sobre el corazón, cuando las alas se anudan y desanudan
en los pliegues del aire, ese golpe
en la nuca, con sabor a sangre,
hiela la esfera del espacio:
terminado el gran aire libre, un cristal duro,
y tu rostro basta para llenarlo.
Todo pleno y pesado sobre tu frente y temés dormir:
es tu muerte, pesada, plena y redonda.
Dormir, o salir, ligero homicida,
en el aleteo del pájaro volando.

La piel del mundo

Vivo y voy preguntándome sobre la vida,
y la imagen irreconocible de mí mismo,
mundo de aire, de rocas, de casas, de luces,
de millones de caras sin ley, sin voz,
este cobre, este bosque barnizado, estos alientos, estos gritos,
dan vueltas, colores a Οor de piel,
formas tocadas, engullidas, – ¿dónde estoy?
(No, no es una adivinanza,
desgraciadamente, no lo es,
tanto aquí como en otro lado,
ya no me reconozco.)
Orden tan frágil de la geometría,
no me prodiga más el consuelo de tu corazón de hierro.
Estos días, transito en los colores y los sonidos enredados,
y veo la noche aún con las más vivas luces,
mundo, fantasma monstruoso,
tu día es la más vacía de las noches.
Una voz dice: “¿dónde estoy? ¿quién soy?”
¿es mi voz en este desierto?
La superficie de cada cosa
está tensa por la noche que la hincha
– ¡Ay, noche con velos de sol! –
Sí, palabra en burbuja de ilusión,
palabra perdida,
que es sólo la mía

Poesía negra y poesía blanca (Poésie noire et poésie blanche)(Ensayo)

Como la magia, la poesía es negra o blanca, según sirva a lo subhumano o a lo sobrehumano. Las mismas disposiciones innatas ordenan la maquinaria del poeta blanco y del poeta negro. Algunos las consideran un don misterioso, un sello de las potencias superiores, otros, una enfermedad o una maldición. No importa. ¡O en realidad sí! Importaría mucho, pero no hemos llegado a ser aptos para comprender el origen de nuestras estructuras esenciales. Quien las comprendiera se liberaría de ellas. El poeta blanco busca comprender su naturaleza de poeta, para liberarse y hacerla servir. El poeta negro se aprovecha de ella y se esclaviza. Pero, ¿qué es ese “don” común a todos los poetas? Es una conexión particular entre las diversas vidas que componen nuestra vida, tal que cada manifestación de una de estas vidas no posee ya únicamente el signo exclusivo, sino que puede devenir, por una resonancia interior, el signo de la emoción que es, en un momento dado, el color o el sonido o el sabor de sí-mismo. Esta emoción central, profundamente escondida en nosotros, no vibra y no brilla más que en raros instantes. Esos instantes serán para el poeta sus momentos poéticos, y todos sus pensamientos y sensaciones y gestos y palabras, en ese momento, serán los signos de la emoción central. Y cuando la unidad de su significación se realice en una imagen que se afirme mediante palabras, entonces más especialmente, diremos que es un poeta. Esto es lo que llamamos “don poético”, a falta de un conocimiento mayor. El poeta tiene una noción más o menos confusa de su don. El poeta negro lo explota para su satisfacción personal. Cree que posee el mérito de ese don, cree que él hizo voluntariamente sus poemas. O bien, abandonándose al mecanismo de las signiΞcaciones resonantes, se jacta de estar poseído por un espíritu superior, que le habría elegido como intérprete. En los dos casos, el don poético está al servicio del orgullo y de la imaginación falaz. Conjugador o inspirado, el poeta negro se miente a sí mismo y se cree alguien. Orgullo, mentira, un tercer elemento lo caracteriza aún: pereza. No digo que no se agite o sufra, al menos exteriormente. Pero todo ese movimiento se hace solo, se cuida mucho incluso de no intervenir él mismo, ese sí mismo pobre y desnudo que no quiere ser visto, ni verse pobre y desnudo, que cada uno de nosotros se esfuerza por esconder bajo sus máscaras. Al “don” que opera en él, lo goza como un mirón [vouyeur], sin mostrarse, se viste con él como el cangrejo ermitaño de vientre blando se abriga con una concha de múrex, hecha para producir el púrpura real y no para revestir abortos vergonzosos. Pereza de verse, de dejarse ver, miedo de no tener otras riquezas que las responsabilidades que uno asume, es de esta pereza que yo hablo – ¡oh madre de todos mis vicios! La poesía negra es fecunda en prestigios, como el sueño y el opio. El poeta negro gusta todos los placeres, luce todos los ornamentos, ejerce todos los poderes –en la imaginación. El poeta blanco prefiere la verdad, aunque sea pobre, que las ricas mentiras. Su obra es una lucha incesante contra el orgullo, la imaginación y la pereza. Aceptando su don, incluso si sufre por él, y sufre por sufrir, busca hacerlo servir a los fines superiores antes que a sus deseos egoístas, a la causa todavía desconocida de ese don.

No voy a decir: ése es poeta blanco, ése es poeta negro. Eso sería caer de ideas a opiniones, a discusiones y al error. No voy a decir tampoco: tal tiene el don poético, tal no lo tiene. ¿Lo tengo yo? A menudo dudo, a veces creo estar seguro. No estoy nunca convencido de una vez por todas. La pregunta se renueva siempre. Cada vez que el alba aparece el misterio está ahí, entero. Pero si yo he sido antes poeta, ciertamente fui un poeta negro, y si mañana deseo ser un poeta, quiero ser un poeta blanco. De hecho, toda poesía humana es mezcla de blanco y negro: pero una tiende hacia lo blanco y la otra hacia lo negro.

Aquella que tiende hacia lo negro no realiza un esfuerzo para ello. Sigue la pendiente natural y sub-humana. No se necesita esfuerzo para jactarse, para dormir, mentirse y vagar; ni para calcular y conjugar, cuando cálculos y conjugaciones están al servicio de la vanidad, de la imaginación, de la inercia. Pero la poesía blanca va cuesta arriba, como la trucha, para llegar a engendrar en la fuente viva. Ella resiste, con esfuerzo y con astucia, a los caprichos de los rápidos y de los remolinos, no se deja distraer por el tornasol de las burbujas que pasan, ni es llevada por las corrientes a los dulces valles cenagosos.

¿Cómo lleva esta lucha el poeta que quiere convertirse en poeta blanco? Diré cómo intento llevarla yo, en mis extraños mejores momentos, para que un día, si soy un poeta, de mi poesía, tan gris como es, emane al menos un deseo de claridad.

Distinguiré tres etapas en la operación poética: la del germen poético, la del revestimiento en imágenes, la de la expresión verbal.

Todo poema nace de un germen, primero oscuro, que es necesario volver luminoso, para que produzca frutos de luz. En el poeta negro el germen queda oscuro y produce ciegas vegetaciones subterráneas. Para hacerlo brillar, es necesario hacer silencio, porque ese germen es la Cosa-por-decir misma, la emoción central que a través de toda mi maquinaria quiere expresarse. La máquina por sí misma es oscura, pero ama proclamarse luminosa, y llega a hacerlo creer. Tan pronto es puesta en movimiento por el impulso del germen, ella pretende actuar por cuenta propia, para exhibirse, y por el placer vicioso de cada una de sus palancas y engranajes. ¡Silencio entonces, máquina! ¡Funcioná y callate! ¡Silencio a los juegos de palabras, a los versos memorizados, a los recuerdos fortuitamente reunidos, silencio a la ambición, al deseo de brillar –porque la luz sola brilla por sí-misma– silencio al elogio de sí mismo, a la autocompasión, silencio al gallo que cree hacer salir al sol! Y el sol aparta las tinieblas, el germen comienza a brillar, alumbrador, no alumbrado. Esto es lo que habría que hacer. Es muy difícil, pero cada pequeño esfuerzo recibe en recompensa un pequeño rayo de luz. La Cosa-por-decir aparece entonces, en lo más íntimo de sí, como una certeza eterna –conocida, reconocida y esperada al mismo tiempo– un punto luminoso conteniendo la totalidad del deseo de ser.

La segunda fase es la vestimenta del germen luminoso –que revela pero no es revelado, invisible como la luz y silencioso como el sonido–, su revestimiento por las imágenes que lo manifestarán. Allí todavía es necesario revisar las imágenes, rechazar y apresar aquellas que no quieren servir más que a la facilidad, la mentira y el orgullo. ¡Hay tantas bellas que uno querría mostrar! Pero, hecho el orden, debe dejarse al germen elegir él mismo la planta o el animal del que va a vestirse, dándole la vida.

Y viene, en tercer lugar, la expresión verbal, donde no cuentan ya solamente el trabajo interior, sino también la ciencia y el saber-hacer exteriores. El germen tiene su respiración propia. Su aliento se apropia de los mecanismos de la expresión, comunicándoles su cadencia. Entonces, deben esos mecanismos estar bien aceitados y además muy descansados, para que no se pongan a bailar su baile solos, a escandir sus metros incongruentes. Y al mismo tiempo, ella somete los sonidos del lenguaje en su aliento, la Cosa-por-decir los obliga así a contener sus imágenes. ¿Cómo realiza ella esta doble operación? Ese es el misterio. No es por conjugación intelectual, hace falta mucho tiempo para eso; ni por instinto: el instinto no inventa. Ese poder se ejerce gracias a la conexión especial que existe entre los elementos de la maquinaria del poeta, que une en una sola substancia viva materiales tan diferentes como las emociones, las imágenes, los conceptos y los sonidos. La vida de ese nuevo organismo es el ritmo del poeta.

El poeta negro hace casi todo lo contrario, aunque la exacta semblanza de estas operaciones se efectúan en él. Su poesía le abre numerosos mundos, es cierto, pero mundos sin Sol, iluminados por mil lunas fantásticas, poblados de fantasmas, decorados de espejismo, y a veces adoquinados de buenas intenciones. La poesía blanca abre la puerta de un solo mundo, el de un único Sol, sin prestigios, real.

He dicho lo que es necesario hacer para devenir un poeta blanco. ¡Hace faltaque yo llegue a serlo! Incluso en la prosa, en las palabras y la escritura ordinarias –en todos los aspectos de mi vida cotidiana– todo lo que produzco es gris, piadoso, manchado, mezcla de luz y de noche. Entonces, reemprendo la lucha después. Me releo. Entre mis frases veo palabras, expresiones, parásitos que no sirven a la Cosa-por-decir; una imagen que pretende ser extraña, un juego de palabras tomado por divertido, una pedantería de grosero que bien debería quedarse en su escritorio, en lugar de venir a tocar la flauta en mi cuarteto de cuerdas, y, cosa notable, al mismo tiempo es una falta de buen gusto, de estilo o incluso de sintaxis. El lenguaje mismo parece dispuesto para descubrirme los intrusos. Pocas de las faltas son de técnica pura. Casi todas son mis faltas. Y tacho, corrijo, con la alegría que alguien puede tener al cortarse del cuerpo un trozo engangrenada.

1941

René Daumal (Boulzicourt, Francia, 16 de marzo de 1908 – París, Francia, 21 de mayo de 1944). Poeta, escritor, ensayista y traductor. La obra de Daumal es considerada una de las más importantes de la poesía francesa moderna y de la literatura del siglo XX. 

La infancia de René Daumal transcurre durante la Primera Guerra Mundial, lo que le obliga a residir en diferentes lugares (Auvergne, París, Langres y Reims) generando en su espíritu una conciencia de desarraigo y desconfianza en la sociedad occidental que luego habría de aflorar en su producción poética. 

 Estudia en el Liceo de Reims, donde inicia su amistad con Roger Gilbert-Lecomte. En esa época constituyó un grupo llamado «los Simplistas» inspirados por Alfred Jarry, Arthur Rimbaud y los vigorosos movimientos de vanguardia del momento: dadaísmo, futurismo, surrealismo.

Acerca de sus quince años escribe Daumal:

Es en 1924, a los dieciséis, cuando Daumal conoce un tipo de experiencia única, determinante, mediante el consumo de tetraclorometano o tetracloruro de carbono (C Cl 4 ). Intuyó otro mundo, un más allá, “una trascendencia” de certeza absoluta en la que el pensamiento supera los límites del lenguaje discursivo. De estas experiencias, que condicionarán el desarrollo de su poética entera, queda testimonio en “Recuerdo Determinante” (1943):

De los diecisiete a los diecinueve años (1925-1927) es pupilo en el Liceo Henri-IV en París. Preparación del curso de ingreso a la Escuela Normal. Es alumno del filósofo, profesor y periodista Émile-Auguste Chartier (más conocido como Alain), un reconocido admirador de la obra de Alfred Jarry; y a la vez es condiscípulo de Simone Weil, futura filósofa, con la que mantendrá algunos intercambios con respecto al sánscrito – el que aprende de modo autodidacta. René Daumal se consagra a la poesía y a las experiencias narco-iniciáticas en busca del Absoluto. Escribe numerosos poemas y concluye a los dieciocho años (1926) un relato visionario, Mugle, de honda infuencia surrealista. Además redacta un importante estudio, La revolución y la ironía (que quedará inacabado). Durante las vacaciones vuelve a encontrar a sus compañeros y recomienza sus “experiencias”, mientras lee obras místicas, teosóficas, ocultistas, etcétera. Encuentra opiómanos con quienes fuma—sin llegar a la intoxicación.

En 1928, funda con su amigo Gilbert-Lecomte, Roger Vailland y el crítico literario André Rolland de Renéville la revista Le Grand Jeu, donde participaba un grupo de artistas al margen del surrealismo por su tendencia al misticismo y la metafísica oriental, que prefiere la experiencia poética a la literatura y hasta a la poesía misma. De hecho Daumal, en plena época de la ebullición del surrealismo,  se peleó agriamente con André Breton, a quien le escribió una sesuda Carta abierta (1929) donde le invitaba a abandonar las frivolidades de la escritura automática y del azar objetivo y espiritualizarse a la medida de Le Grand Jeu, la revista de Daumal.

El primer número de la revista apareció en junio de 1928, su preámbulo completo es este:

El Gran Juego es irremediable; se juega sólo una vez. Nosotros queremos jugarlo en todos los instantes de nuestra vida. Se trata, todavía, de «quien pierde gana» 9 . Porque se trata de perderse. Queremos ganar. Ahora bien, el Gran Juego es un juego de azar, es decir, un juego destreza, o mejor aún, de «gracia»: la gracia de Dios y la gracia de los gestos 10 . Poseer la gracia es una cuestión de actitud y de talismán. Investigar la actitud favorable y el signo que abre los mundos es nuestra meta. Porque creemos en todos los milagros. Actitud: es necesario disponerse en un estado de entera receptividad, para ello estar puro, haber hecho el vacío de sí. Por esto nuestra tendencia ideal a ponerlo todo en cuestión en todos los instantes. Un cierto hábito de este vacío modela nuestros espíritus día a día, una inmensa oleada de inocencia ha hecho tambalear en nosotros todos los límites de coacciones que un ser social acostumbra aceptar. No aceptamos porque no comprendemos. Ni los derechos ni los deberes y sus pretendidas necesidades vitales. Frente a esos cadáveres, auguramos poco a poco una ética nueva, que se construirá en estas páginas. En el plano de la moral de los hombres que se observan, se pisan los talones, reptan por lo bajo, vuelan por lo alto, se toman la delantera, se evitan, se aclaman, se abuchean y se observan impasibles. Pero no queremos ser entonces sino la acción de andar. Es en esto que somos comediantes sinceros. Malvados son aquéllos queno se entregan completamente a su elección. Nosotros simplemente tenemos el sentido de la acción. ¿Por qué escribimos? 11 No queremos escribir, nosotros nos dejamos escribir. Es entonces para conocernos a nosotros mismos, y los unos y a los otros: me miro cada mañana en un espejo para componer una figura humana, dotada de una identidad en la duración. Sin espejos tendría las caras de las bestias cambiantes de mis deseos, y, ciertos días en los que el milagro me alcance, ya no tendría cara. Porque, liberados, a la vez somos brutos esgrimiendo los amuletos de sus instintos de sexo y de sangre, y dioses también que buscan, por su confusión, formar una totalidad infinita. El compromiso “homo sapiens”, se eclipsa entre los dioses. El conocimiento discursivo, las ciencias humanas no nos interesan, sino en la medida en que ellas sirven a nuestras necesidades inmediatas. Todos los grandes místicos de todas las religiones serían nuestros si hubieran destrozado los grilletes de sus religiones, que no podemos soportar. Nos daremos siempre con todas nuestras fuerzas a todas las revoluciones nuevas. Los cambios de ministerio o de régimen nos importan poco. Nosotros atribuimos al acto mismo de la revuelta una potencia capaz de milagros. Ahora bien, no somos individualistas: en lugar de encerrarnos en nuestro pasado, andamos unidos en conjunto, cada uno llevando su propio cadáver sobre la espalda. Porque nosotros no formamos un grupo literario, sino una unión de hombres unidos por la misma búsqueda. Este es nuestro último acto en conjunto; el arte yla literatura no son para nosotros sino medios. La gracia unida a la actitud, como hemos dicho, tiene necesidad de talismanesque le comuniquen sus poderes, de alimentos que nutran su vida. Uno de nosotros decía recientemente que, ante todo, su espíritu buscaba alimentarse. Entre sus sensaciones busca la que pueda nutrirlo. En vano su hambre searrastraba por los museos y las bibliotecas. Pero un espectáculo, insignificante en apariencia, súbitamente le daba su ración (una empalizada, una ostra viva). La sensación turbadora de un instante había aportado, de un golpe, unas fuerzas incalculables a su vida inquieta. Son esos instantes eternos que buscamos en todos lados, los que nuestros textos, nuestros dibujos, harán nacer quizá en algunos, los que se han dado frecuentemente a sus creadores en el shock de sus descubrimientos, cuyas ingresos tratamos de investigar. Es de tales instantes que absorbemos todo, en los que nos tragamos a Dios para devenir transparentes hasta desaparecer.

En 1930, Daumal contrajo matrimonio con  Vera Milanova, nacida en Siberia de padres judíos, quien se había incorporado al Grand Jeu en 1927, en compañía de su primer marido, el poeta Hendrik Cramer de quien había enviudado. Se instalaron definitivamente en París, donde Daumal dio fin a sus estudios superiores. Volcado, a partir de entonces, en una intensa actividad creativa e intelectual (escribió cuentos, ensayos y poemas, y realizó numerosas traducciones del sánscrito). Una selección de poemas del Contra-Cielo, que acaba de terminar, aparece en la revista Commerce.

Decidió pronto ampliar su conocimiento y emprendió en 1932 un largo viaje a los Estados Unidos de América. A su regreso a Francia, tuvo que pasar un reconocimiento médico militar en el hospital Percy, donde se le diagnóstico una grave dolencia coronaria que exigía, entre otros muchos cuidados, un reposo absoluto. Es obligado a realizar el servicio militar durante 1933; destinado en abril a Nancy, es puesto primero como auxiliar por miopía y luego dado de baja en julio por taquicardia.

Posteriormente vive en Paris pero su escasez de recursos económicos le obliga a aceptar numerosos trabajos precarios y tiene que trasladarse ininterrumpidamente de ciudad en ciudad, lo que acabó por arruinar totalmente su frágil salud.

1938. Publica en Mesures, “Los poderes de la palabra en la poética hindú”. Pasa el verano en Villars d’ Aréne.

Hacia 1939 se encuentra sin trabajo en París. Proyecta un libro sobre “oscurantismo moderno”. En junio un examen médico revela un estado avanzado de tuberculosis pulmonar. Parte el mes siguiente hacia Pelvoux, en los Alpes, donde escribe el primer capítulo del célebre e inacabado Monte Análogo, demostración del lenguaje analógico y de la escritura en múltiples estratos de comprensión.

Inicio de la Segunda Guerra Mundial en septiembre. 1940. Daumal habita en Châtenay. Su salud no mejora y sufre grandes dificultades materiales.

En mayo Alemania ocupa Francia; se ve obligado cambiar constantemente de residencia ya que Vera, su mujer, es judía. Pasan el verano en Gavarnie, luego van a Marsella. La revista Fontaine publica “La guerra santa”.

1941. Habita en Allauch, cerca de Marsella, y pasa el verano enPelvoux, siempre enfermo. Para solucionar sus problemas materiales traduce del inglés los estudios de Suzuki sobre el Zen. Colabora en el número especial de Cahiers du sud sobre la India, y comienza a traducir ciertos pasajes del Rig-Veda, el Upanishad y el Bhagavad-gîtâ.

1942. Sigue viviendo entre Allauch, Pelvoux y Passy. Colabora regularmente con Fontaine donde aparece “Poesía negra, poesía blanca”, “Algunos textos sánscritos sobre la poesía” y “Memorables”.

1943. Todavía en Passy, escribe en abril Recuerdo determinante. En julio se siente mejor y piensa en terminar el Monte análogo. En octubre vuelve a París. El 31 de diciembre de 1943, también en París, muere Roger Gilbert-Lecomte, víctima de tétanos.

1944. Continúa con el Monte análogo 31 (capítulo IV y principios del capítulo V).

Enfermo y arruinado, subsistió como pudo en París hasta que su grave afección pulmonar acabo con su vida.

Daumal muere en París, calle Monticelli, cerca de la porte d’Orleans, el 21 de mayo de 1944.

Tenía treinta y seis años.

Daumal cuando fallece solo ha publicado el poemario Le Contre-Ciel (1936),libro que mereció el Premio Jacques Doucet; una novela La Gran Borrachera (1938, una mordaz novela de estilo patafísico),y deja inconcluso el relato que mayor fama y atención le ha valido: El monte análogo. Deja inconclusa también una gramática del sánscrito y queda desperdigada una sumatoria de ensayos, traducciones y prosas poéticas.

 Cada vez que el alba aparece (1940) —, su sorprendente obra inédita fue publicada póstumamente por la Editorial Gallimard y abarca más de ocho títulos, incluyendo las cartas a sus amigos.

Obras editadas en Ediciones Gallimard :

●Le Grande Beuverie [La Gran Borrachera], 1938; versión definitiva en 1986.

● Le Mont analogue [El Monte análogo], 1952; versión definitiva en 1981.

● Chaque fois que l’aube paraît (Cada vez que el alba aparece, ensayos y notas) 1953.

● Poésie noire, poésie blanche [Poesía negra, poesía blanca]: poemas 1924-1944, 1954.

● Lettres à ses amis [Cartas a sus amigos]: 1916-1932, 1954.

● Bharata: L’Origine du théâtre- La Poesía et la musique en Inde [Bharata: El Origen del teatro- La Poesía y la música en India], 1970.

● Le Contre-Ciel [El Contra-Cielo], 1936; seguido de Les dernières paroles du poète [Las últimas palabras del poeta], 1970; versión deΞnitiva en 1990.

● L’Évidence absurde [La Evidencia absurda], ensayos y notas I: 1926-1934; 1972.

● Les Pouvoirs de la Parole [Los poderes de la Palabra], ensayos y notas II: 1935-1943; 1972.

● Correspondance [Correspondencia], I: 1915-1928; 1992.

● Correspondance [Correspondencia], II: 1929-1932; 1993.

● Correspondance [Correspondencia] III : 1933-1944, 1996.

Obra publicada en otras editoriales :

● Tu t’es toujours trompé [Estás siempre engañado], Mercure de France, 1970.

● René Daumal ou le retour à soi [René Daumal o el retorno a sí], textos inéditos y estudio, edición de Jean-Michel Agasse, L’Originel, 1981.

● La langue sanskrite [La lengua sánscrita], gramática- poesía- teatro, Ganesha, 1985.

● Mougle, Fata Morgana, 1978.

● Fragments inédits (1932-33). Première étape vers la Grande beuverie, Éditions Éoliennes, 1996.

● Chroniques cinématographiques (Aujourd’hui 1934), Au Signe de la Licorne, 2004.

● Les poètes du Grand Jeu [Los poetas del Gran Juego], presentación y selección de Zéno Bianu,París, NRF, 2003.

Obras publicadas en castellano :

● «Carta abierta a André Bretón sobre las relaciones del Surrealismo y el Gran Juego», en La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, trad. M. Mansour, México, Nueva Época, N° 355, julio del 2000.

Clavículas de un gran juego poético, seguido de Poesía negra y poesía blanca, trad. y prólogo A. Ferrario y J. Lebedev, Buenos Aires, Compañía General Fabril Editora, 1972.

El contracielo, trad. Mónica Mansour, México, Aldus, 2000.

El monte análogo, trad. A. Renard, Buenos Aires, Ediciones Mundonuevo, 1961. ● El monte análogo, trad. A. Laurent, Barcelona, Ediciones Abraxas, 2001. ● El monte análogo, trad. M. T. Gallego, Girona, Atalanta, 2006. ● El Monte análogo. Novela de aventuras alpinas no euclidianas y simbólicamente verdaderas, trad. W. Romero, Buenos Aires, Augural, 2005. Edición independiente.

“La desilusión”; “El gran día de los muertos”; “La revolución en verano”; “El abandono”; “Hechos memorables” en Antología de la poesía surrealista, trad. y selección A. Pellegrini, Bs As, Compañía General Fabril Editora, 1961.

“La piel del fantasma”; “El errabundo”, trad. de L. Z. D. Galtier en La traducción literaria. Antología del poema traducido, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1965.

“Libertad sin esperanza”, trad. J. Lebedev, Revista Universitaria de México, N° 44, Octubre de 2007.

● “Los surrealistas y El Gran Juego”, “Poesía negra y poesía blanca”, “Qué muestra el autor bajo una luz más secreta”, “Nerval el nictálope”, “Reverso de la cabeza”, “Sobre el «alma primitiva»”, “Pataphysica de los fantasmas”, trad. Juan Carlos Otaño, versiones digitales.

“La ‘patafísica y la revelación de la risa”, “Patafísica de los fantasmas”, “La vida de los basilios” en Cippolini, R. (comp.), Patafísica: epítomes, recetas, instrumentos y lecciones de aparato, AAVV, trad. M. Martínez, Buenos Aires, Caja Negra, 2009

Enlaces de interés :

https://www.academia.edu/111841293/Obra_Poética_Completa_de_René_Daumal

https://revista.escaner.cl/node/7837

https://www.clarin.com/revista-n/literatura/rene-daumal-expedicion-fin_0_hu29yRxkPo.html

https://www.sueddeutsche.de/kultur/rene-daumal-der-berg-analog-gallimard-patti-smith-der-heilige-berg-1.5517306

7 Poemas de Jean Cocteau

Fruto

Un farol dominguero
madurado por el viento
puede incendiar las ramas.
Debe recogerse antes.

Final

Por la mañana me inclino, me inclino y me dejo caer. Caigo por la fatiga, el dolor, el sueño. Soy inculto, nulo. No conozco ninguna cifra, ningún dato, ni nombres de ríos ni lenguas vivas o muertas. Cosecho ceros en historia y geografía. Si no fuera por algunos milagros, me perseguirían. Por otra parte he robado los papeles a un tal J. C. nacido en M. L. el… muerto con 18 años tras una brillante carrera poética.

Esta cabellera, este sistema nervioso mal plantado, esta Francia, esta tierra, no me pertenecen. Me repugnan. Los cancelo mientras sueño de noche.

La madre no ve más que fuego. La amo. Me lo da. No digáis que la engaño. Como contrapartida le doy la ilusión de tener un hijo.

He dejado el paquete. Que me encierren, que me linchen. Que lo entienda quien quiera: Soy una mentira que siempre dice la verdad.

El Cabo de la Buena Esperanza

23 septiembre 1913 
                                                          aeródromo de Túnez 

una seria turba árabe, francesa prevenida 
por los radiotelegramas hormiguea Islam el calor 
negrillos en los árboles                            el vendedor 
de buñuelos con miel                        el severo servicio de orden 
los reporteros                              los fotógrafos 
seis mil espectadores 
caras mirando hacia occidente esperan 
prestos al entusiasmo 
por una liza 
el anuncio espléndido 

el-joven -que-ha -cruzado-el-mar 

tres torpederos 
chafados en su baba

Jean Cocteau compuso este poema, entre 1915 y 1917, en algunos aspectos 
según los principios de la escuela Dada. El personaje central es Roland Garros, 
primer vencedor del Mediterráneo, muerto en combate en 1918. 

Un amigo duerme

Tus manos por las sábanas eran mis hojas muertas. Mi otoño era un amor por tu verano.
El viento del recuerdo resonaba en las puertas de lugares que nunca visitáramos.

Permití la mentira de tu sueño egoísta allá donde tus pasos borra el sueño. Crees estar donde estás.
Qué triste nos resulta estar donde no estamos, así siempre.

Tu vivías hundido dentro de otro tú mismo, abstraído a tal punto de tu cuerpo que eras como de piedra.
Duro para el que ama es tener un retrato solamente.

Inmóvil, desvelado, yo visitaba estancias a las que nunca ya retornaremos.
Corría como un loco sin remover los miembros: el mentón apoyado sobre el puño.

Y, cuando regresaba de esa carrera inerte, te encontraba aburrido, con los ojos cerrados,
con tu aliento y con tu enorme mano abiertos, y tu boca rebosante de noche.

Hay gentes que lo poseen todo…

Hay gentes que lo poseen todo y no consiguen hacerlo creer; ricos tan pobres y nobles tan vulgares 
que la incredulidad que suscitan acaba por hacerlos tímidos y les da una actitud sospechosa. 
En algunas mujeres, las más hermosas perlas resultan falsas. En cambio, en otras las perlas falsas parecen 
verdaderas. De igual modo, hay hombres que inspiran una confianza ciega y que gozan de privilegios 
que no podrían pretender. Guillermo Tomás pertenecía a esa raza de ventura.
Se le creía. No necesitaba adoptar precaución alguna ni hacer ningún cálculo. Una estrella de mentira le 
llevaba derechamente a su objeto. Así, nunca tenía el rostro preocupado, turbado ni ceñudo. No sabiendo 
nadar ni patinar, podía decir: «Yo patino y yo nado.» Todos le habían visto sobre el hielo y en el agua. 
Un hada especial da esa suerte en el nacimiento. 
Hay algunos que triunfan y a cuya cuna no acudió más hada que esa. 
Nunca se le ocurrió a Guillermo hacer su examen y pensar: «¿Cómo saldré de esto?», o «Estoy engañando», 
o «Soy un miserable», o «Soy un hombre hábil». 
Caminaba estrechamente unido a su fábula. 
Cuanto más vivía su papel, más se incorporaba a él y más le aportaba ese fuego y esa franqueza que persuade.

Fragmento de «Tomás el impostor» 1923. Traducción de Luis Hernández Alfonso
De «Obras escogidas» Editorial Aguilar 1966

Oda a Picasso  (fragmento)

Recuerdo de Montparnasse

«Oh mi bella»

los sitios de sombra

                  fuma su pipa
sentado en sí
y contra sí


cita en casa de Nadar
                             con
               la eternidad


                  el oro del hielo
              gira alrededor

del domador

                              de musas
              que         cuelga

una cacerola
al perro de la troupe

a su vez amordazado
medita
un golpe bajo


una                        zancadilla

                  inesperada

                       pues

habiéndose
                       bufado de ellas

                             fue
                   hecho prisionero
           en su ronda terrible


y allí

busca


por
donde 
                                        salir

Versión de Cristina Peri Rossi 
José J. Olañeta, Editor 2003

Picasso y Cocteau en una fotografía de Jacques-Henri Lartigue

Mediodía 

El sol cae aplomado 

El pájaro 
Alcanzando su sombra 
Se posa dulcemente sobre ella 
En Bizerte 

Y un campesino corre…

Jean Cocteau Lecomte (Maisons-Laffitte, Francia; 5 de julio de 1889-Milly-la-Forêt, Francia; 11 de octubre de 1963). Poeta, dramaturgo, ensayista, pintor, actor y director de cine, perteneciente a la Academia Francesa y considerado uno de los creadores que mayor influencia cultural ha ejercido en la primera mitad del siglo XX.

Hijo de Eugénie Lecomte y Georges Cocteau, una familia de la gran burguesía. Fue el menor de tres hermanos, tras Marthe (1877-1958) y Paul (1881-1961). Su padre, abogado y rentista, se suicidó en 1898 disparándose una bala en la cabeza. Esto, junto con el posterior traslado de sus dos hermanos con sus abuelos, hizo que su madre fuera sobreprotectora con el pequeño Jean.

En 1900 ingresó en el Lycée Condorcet, del que fue expulsado por indisciplina cuatro años más tarde, y en 1906 continuó su educación en el Lycée Fénelon, donde nunca logró un rendimiento regular debido a su falta de interés.

Cocteau comenzó a escribir poemas a muy temprana edad y en 1908, Édouard de Max, fanático de la obra del joven, lo presentó como un joven prodigio en una matinée poética en el Théâtre Fémina. Frecuentó los salones y conoció a los escritores Catulle Mendès, Hemingway, Tennessee Williams , Jules LemaîtreEdmond Rostand y Marcel Proust; a la poeta Anna de Noailles y al compositor Stravinsky. Fue entonces también cuando conoció al fundador de los Ballets Rusos Serguéi Diáguilev y a Coco Chanel. Con ambos entabló una amistad que no solo fructificó en el plano personal sino también en el artístico. Al mismo tiempo publicaba su primera obra La Lampe d´Aladin (1909). Ese mismo año se mudó con su madre a la calle parisina d’Anjou, y tuvo una fugaz relación con la comediante Madeleine Carlier e ingresó en los círculos del ballet y el teatro.

Posteriormente publicó Príncipe frívolo (1910) y La Danse de Sophocle (1912).En 1916 conoció a Picasso y frecuentó a pintores y escritores de vanguardia: Guillaume ApollinaireMax JacobPierre ReverdyBlaise Cendrars, Amedeo Modigliani.

En 1917 formó parte del equipo creativo de Parade, el ballet para el que Erik Satie compuso la música, Picasso diseñó la escenografía y Gabrielle Chanel se encargó del vestuario.

 Serguei Diaguilev y Stravinsky le señalaron que su camino era equivocado y decidió alejarse del éxito fácil de París retirándose al campo, donde compuso Potomak(1919), una toma de conciencia de las fuentes profundas y secretas de la poesía, expresada a través de una colección de textos y dibujos. En 1919 había conoció a Raymond Radiguet, encuentro que lo llevó a escribir Le secret professionnel (1922), tratado de arte poética y de estilo de una gran profundidad.

 Radiguet fue pareja de Cocteau, de forma que este se entusiasma con los poemas del joven y le anima a escribir, le aconseja y le hace trabajar, de forma que le ayuda a publicar sus versos en varias revistas, como Sic Littérature. Se convierten en inseparables y en mayo de 1920 fundan juntos la revista Le Coq, de carácter vanguardista, en la cual colaboraron, entre otros Georges Auric, el pintor Roger de La FresnayePaul Morand y Tristan Tzara. ( Radiguet falleció en 1923, con veinte años y dos novelas a sus espaldas; Pese a su corta vida, muchos le consideraron como el Nouveau Rimbaud, comparando la precocidad de talento que ambos mostraron).

A partir de 1921 comenzó un período muy fecundo: Los novios de la torre Eiffel(1923), Antígona y Edipo Rey (1928) en teatro; Plain-Chant (1923), Thomas el impostor (1923) y Le Grand Écart (1923) en poesía y novela.

La muerte súbita de su gran amor, Raymond Radiguet, el 12 de diciembre de 1923, a causa de una fiebre tifoidea, le afectó terriblemente y llegó a declarar: «Ya no escribiré». Desesperado, Cocteau se aficiona al opio y a pesar de numerosas curas de desintoxicación, consumirá drogas hasta el final de su vida.

En 1924 reunió y publicó una compilación de sus versos bajo el rótulo Poesías(1916-1923), y al año siguiente escribió Orfeo y algunos poemas de Opéra.

En 1925 conoce a  Jean Desbordes (1906-1944) a quien dibujará en los 25 Dessins d’un dormeur de 1929.

En 1926, compuso para Stravinsky el texto de Edipo rey y publicó su Carta a Jacques Maritain, que marcó la ruptura con todo dogma religioso. En 1928 publicó anónimamente El libro blanconovela autobiográfica en la que relata su homosexualidad. Años más tarde reconocerá su autoría.

Durante su cura de desintoxicación en una clínica, compuso Los niños terribles (1929). Posteriormente publicó Opio (1930), donde describió su lucha por liberarse de la droga.

En 1930 realizó su primera película, Le sang d’un poète (La sangre de un poeta), que fue financiada por Charles, vizconde de Noailles, mecenas que le dio a Cocteau 1.000.000 de francos para hacer lo que le viniese en gana, tal era la confianza en su talento. 

Durante 1932 mantuvo una relación con Natalia Paléi, hija de gran duque ruso Pablo Románov. La princesa quedó embarazada, pero sufrió un aborto. Cocteau se refiere a esta tragedia en Le passé défini, donde asegura que el aborto se habría debido a una violenta escena con Marie-Laure de Noailles. Sin embargo, bien podría haber sido causado por el opio, droga en la que Cocteau la había iniciado.

Después de Paléi, ya no se le conocerán relaciones sentimentales importantes con mujeres; solo con hombres: Marcel Khill, a quien conoció el mismo año del aborto de Paléi y con quien realizó en 1936 su viaje alrededor del mundo en 80 días (en Mon Premier voyage figurará como Passepartout), Jean MaraisÉdouard Dermit, que se convertiría en su hijo adoptivo y heredero.

Hasta 1946 se expresó esencialmente por medio del teatro: La machine infernale (1934), Los caballeros de la Mesa Redonda(1937), Los padres terribles (1938), Los monstruos sagrados (1940), La máquina de escribir (1941), Renaud et Armide (1943) y El águila de dos cabezas (1946). 

En 1943 falleció su madre; dos años más tarde filma La Belle et la Bête (estrenada en 1946), especialmente escrita para Marais, su pareja más duradera, a quien había conocido en 1937. Su relación con el joven actor levantó fuertes críticas, que contrarrestó en sus ensayos contra la homofobia. Cocteau le había dado a Marais un papel mudo en su Edipo Rey y luego, en 1938, creó para él la pieza Los padres terribles. Marais actuará también en 1946 en su obra de teatro El águila de dos cabezas y en su famosa película Orfeo, estrenada en 1950.

 Continuó su obra con  El testamento de Orfeo (1960) que junto con las mencionadas La sangre de un poeta y  Orfeo, cerraba la trilogía sobre el mito de Orfeo. Y compuso algunos de sus más bellos poemas: Allégories (1941), Léone (1945), La Crucifixion (1946), Le Chiffre sept (1952), Appogiature (1953), Clair-Obscur (1954), Cérémonial espagnol du phénix (1961), Requiem (1962). Las dos obras más significativas de este período de posguerra son La Difficulté d’être (1947) y Le Journal d’un inconnu(1952). En sus últimos años se dedicó también a la actividad pictórica, realizando la decoración de diversas iglesias en la Costa Azul (Fréjus, Villefranche-sur-Mer, alcaldía de Menton).

Su mano derecha en el teatro y el cine fue el pintor y diseñador Christian Bérard —a quien Cocteau apodaba Bebé—, realizador de las exquisitas escenografías de La bella y la bestiaLa voz humanaEl águila de dos cabezas y otras obras, hasta que muere en 1949, a los 47 años.

Cocteau fue elegido miembro de la Academia francesa el 3 de marzo de 1955 y dos años después se convierte en miembro honorario del Instituto Nacional de Artes y de Letras de Nueva York.

En 1960 realiza para el Teatro Colón de Buenos Aires la escenografía para la ópera La Voix Humaine de Francis Poulenc, interpretada por Denise Duval.

Jean Cocteau murió en Milly-la-Forêt, cerca de Fontainebleau, el día 11 de octubre de 1963, víctima de un infarto agudo de miocardio, horas después de enterarse del fallecimiento de su amiga Édith Piaf.

Tenía 74 años de edad.

Está enterrado en la Capilla Saint-Blaise-des-Simples, de Milly-la-Forêt.

La casa ha sido abierta al público, y alberga una importante colección de obras y recuerdos

Obra poética :

  • La lampe d’Aladin, 1909
  • Le prince frivole, 1910
  • La danse de Sophocle, 1912
  • Le Cap de Bonne-Espérance, 1918
  • L’Ode à Picasso, 1919 — Oda a Picasso, prólogo y trad.: Cristina Peri Rosi; Pequeña Biblioteca Calamus Scriptorius, Barcelona, 1981 (reedición: Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 2003)
  • Poésies 1917-1920, 1920
  • Vocabulaire, 1922
  • Plain-chant, 1923
  • Cri écrit, 1925
  • Prière mutilée, 1925
  • L’Ange Heurtebise, 1926
  • Opéra, 1927
  • Morceaux choisis, poèmes, 1926-1932, 1932
  • Mythologie, 1934
  • Énigme, 1939
  • Allégories, 1941
  • Poèmes écrits en allemand,
  • Léone, 1945
  • La crucifixion, 1946
  • Poèmes, 1948
  • Anthologie poétique de Jean Cocteau, 1951
  • La nappe du Catalan , 1952
  • Le chiffre sept, 1952
  • Appogiatures, 1953
  • Dentelle d’éternité, 1953
  • Clair-obscur, 1954
  • Poèmes, 1916-1955, 1956
  • Paraprosodies précédées de 7 dialogues, 1958
  • Gondole des morts, 1959
  • Cérémonial espagnol du phénix, suivi de La partie d’échecs, 1961
  • Le Requiem, 1962
  • Poemas, edición bilingüe, trad.: Ahmed el-Boab; Letras Vivas, México, 2000

Enlaces de interes :

https://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Cocteau

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Jean Cocteau». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cocteau.htm [fecha de acceso: 6 de noviembre de 2023].

https://www.elmundo.es/andalucia/malaga/2016/06/12/575d47fe268e3ee1568b45ce.html

https://www.google.com/search?q=jean+cocteau+dibujos&tbm=isch&client=safari&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwj0_seAn6-CAxXHjicCHQE7D-IQrNwCKAB6BAgBEHs&biw=1280&bih=650

Poemas de Edmond Rostand 

Le linon 

Ce léger linon
Qui vous emmitoufle,
Mais à la façon
D’un souffle ;

Ce linon léger
Dont la candeur frêle
A le voltiger
D’une aile ;

Ce léger linon,
Assez diaphane
Pour qu’un seul rayon
Le fane ;

Ce linon, léger
Comme un fil de berge
Que fait voyager
La Vierge ;

Ce léger linon,
C’est votre pensée
Que les choses n’ont
Froissée !

Ce linon léger,
C’est, neigeuse flamme
Qu’un rien fait bouger,
Votre âme !

Ce léger linon,
Ce linon que j’aime,
Ce n’est rien sinon
Vous-même !

De: Les Romanesques, 1894

Cyrano de Bergerac

(fragmento)

¡Callaos! Tengo una idea.
Desde aquí desafío a toda la platea.
Acércate tú, valiente. Uno a uno,
quiero veros frente a frente.
¿Quién será el primero en la lista…? ¿Vos, señor?
No. Al primer duelista lo despacharé con honor,
con coraje y sin miedo.
Los que quieran morir que levanten el dedo.
El pudor os prohíbe ver desnudo mi acero.
¿Ni un hombre? ¿Ni un dedo?
Muy bien; seré sincero.
Borraré de la escena a este absurdo jabalí
utilizando con urgencia mi bisturí.

¿Qué pasa? ¿No os gusta mi nariz?
¿Os parece un poco grande?

Eso es muy corto, joven; yo os abono
que podríais variar bastante el tono.
Por ejemplo, agresivo: ?Si en mi cara
tuviese tal nariz, me la amputara?.

Amistoso: ?¿Al beber, se baña en vuestro vaso
o un embudo usáis al caso?

Descriptivo: ?¿Es un cabo? ¿Una escollera?
Mas, ¿qué digo? ¡Si es cordillera!?

Curioso: ?¿De qué os sirve ese accesorio?
¿De alacena, de caja, o de escritorio??

Burlón: ?¿Tanto a los pájaros amáis,
que en vuestro rostro una rama gorda les dejáis??

Brutal: ¿Podéis fumar sin que el vecino
grite ?¡Fuego en la chimenea!?

Fino: ?Para capas y sombreros
esa percha muy útil ha de seros?.

Solícito: ?Compradle una sombrilla,
el sol ardiente su color mancilla?.

Previsor: ?Tu nariz es un exceso;
buscad a la cabeza contrapeso?.

Dramático: ?Evitad riñas y enojos:
si os llegara a sangrar os daría un Mar Rojo?.

Enfático: ?¡Oh, nariz!… ¡Qué vendaval
te podría resfriar? Sólo el mistral?.

Respetuoso: ?Señor, bésoos la mano:
digna es vuestra nariz de un soberano?.

Ingenuo: ?¿De qué hazaña o qué portento
en memoria de qué se alzó este monumento?

Lisonjero: ?Nariz como la vuestra
es para un perfumista linda muestra?.

Lírico: ?¿Es una concha? ¿Sois tritón??
Rústico: ?¿Eso es una nariz o es un melón??

Militar: ?Si a un castillo se acomete,
aprontad la nariz, ¡terrible ariete!?.

Y finalmente práctico: ?¡ponedla en lotería;
el premio gordo esa nariz daría!?.

¡Osáis mirar mi nariz
esta vil desgariñada!…
¿Qué decís?… ¿Que la victoria
quien la ansía no la alcanza?…
¡Si no hay de triunfo esperanza
habrá esperanza de gloria!…

¿Qué queréis que haga?
¿Que deje de lado lo que amo y me desespere
por alcanzar la gloria, la fama y la fortuna?
¿Qué debo hacer?
¿Buscarme un protector, un amo tal vez,
y como hiedra oscura que sube la pared
medrando sibilina y con adulación,
cambiar de camisa según la ocasión?,
no gracias;

¿Dedicar este espectáculo a los banqueros?
¿O convertirme en bufón con la esperanza vil
de ver nacer una sonrisa en los labios de un ministro,
o besar los pies de un obispo
para obtener así su recomendación?
No, gracias.

Desayunar cada día un sapo,
tener el vientre panzón y un papo
que me llegue a las rodillas,
de tanto hacer reverencias pestilentes.
No, gracias.

Adular el talento de los camelos,
vivir aterrorizado por infames viveros
y repetir sin tregua: ?¡Señores, soy un loro,
quiero ver mi nombre escrito en letras de oro!?
No, gracias.

Sentir terror a los anatemas.
Preferir las calumnias a los poemas.
Traicionar medallas, urdir falacias.
No, gracias. No, gracias.
No, gracias.

Pero cantar, soñar, reír, ¡vivir!
estar solo, ser libre, tener el ojo avizor,
la voz que vibre. Ponerme por sombrero el universo.
Por un sí o por un no batirme o hacer un verso;
despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación hacia la Luna,
sólo al que vale reconocer los méritos.
No pagar jamás favores pretéritos,
renunciar para siempre a cadenas y protocolos…
Posiblemente no volar muy alto, pero solo, ¡solo!

¿Cuántos sois? ¿Sois más de mil?
¡Os conozco! ¡Sois la Ira!
¡El Prejuicio! ¡La mentira!
¡La envidia cobarde y vil!…
¿Que yo pacte? ¿Pactar yo?
¡Te conozco, Estupidez!
¡No cabe en mi tal doblez!
¡Morir, sí! ¡Venderme, no!

Conmigo vais a acabar.
¡No importa! ¡La muerte espero
y en tanto que llega, quiero
luchar… y siempre luchar!
¡Todo me lo quitaréis!
¡Todo! ¡El laurel y la rosa!
¡Pero quédame una cosa
que arrancarme no podréis!
El fango del deshonor
jamás llegó a salpicarla;
y hoy, en el cielo, al dejarla
a las plantas del Señor,
he de mostrar sin empacho
que, ajena a toda vileza,
fue dechado de pureza
siempre; y es… mi penacho.

(EL IMPORTUNO va retrocediendo a medida que CYRANO avanza contra él)

CYRANO ¿Por qué la miráis pues? (Refiriéndose a su enorme nariz)

EL IMPORTUNO

No….

CYRANO

¿Os desagrada?
¿Cómo una trompa es blanda, o encorvada cual pico del cóndor?

EL IMPORTUNO

Yo….

CYRANO

¿Pasea una mosca por ella?

EL IMPORTUNO

Señor…

CYRANO

¿Fea os parece? ¿En su punta habéis notado tal vez un lobadillo?

EL IMPORTUNO

Buen cuidado tuve de no mirarla, caballero.

CYRANO

¿Y por qué no mirarla? ¡Majadero!

EL IMPORTUNO

Señor…, yo no creía…, francamente.

CYRANO

¿No es sano su color? ¿Es indecente su forma?

EL IMPORTUNO

No pensé…

CYRANO

Pues ¿cómo, ¡necio!, tratáis a mi nariz con tal desprecio si en ella nada halláis de extraordinario? ¿Es demasiado grande?

EL IMPORTUNO (Balbuciendo)

No…, al contrario… pequeña…, pequeñita…, diminuta…

CYRANO

¡Insensato! ¡Quien tacha tal me imputa…

EL IMPORTUNO

¡Santo Dios!

CYRANO

…mi clemencia no demande!
¿Pequeña mi nariz? ¡Bellaco! ¡Grande, enorme es mi nariz! Chato ridículo, 
¿No sabéis que es mi orgullo este adminículo?
¿Qué es una gran nariz, romo insolente?

Condición de hombre honrado, fiel, valiente, liberal, ingenioso y bien nacido, tal como soy y vos nunca habéis sido; puesto que anduvo por demás avara con vos naturaleza en esa cara que sobre vuestros hombros va mi mano a encontrar, tan desnuda, ruin villano, de majestad, nobleza, donosura, ingenio, distinción, gracia, finura, y de nariz, en fin….

(Le da un bofetón)

EL IMPORTUNO

¡Ay!

CYRANO

….como aquella…

(Le vuelve de espaldas y une la acción a la palabra)

Que al fin de vuestra espalda mi pie sella.

EL IMPORTUNO

¡Socorro! (Huyendo).

CYRANO

Y este ejemplo nunca deben olvidar los burlones que se atreven a hacer de mi nariz chacota y chanza; sin dejarlos huir, según mi usanza, le doy, cuando es el chusco caballero, en vez de suela, y por delante, acero.

Edmond Rostand y Rosemonde Gérard, cuando tenían 23 y 20 años respectivamente

Beso

… qué es, señora, un beso?

ROXANA

¿Sois vos?

CYRANO:

Yo soy.

ROXANA:

Y habláis de… de un…

CYRANO:

Beso.
Dulce fuera el vocablo en vuestra boca,
mas no lo pronunciáis. Si os quema el labio,
¿qué no haría la acción? Sed generosa,
venced vuestro temor… sin daros cuenta.
Ha poco os deslizasteis sin zozobra
de la risa al suspiro y del suspiro
al llanto… Deslizaos más ahora
y llegaréis al beso sin notarlo,
pues la distancia entre ambos es tan poca
que un solo escalofrío los separa.

ROXANA:

¡Callad!

CYRANO:

Al fin y al cabo, ¿qué es, señora,
un beso? Un juramento hecho de cerca;
un subrayado de color rosa
que al verbo amar añaden; un secreto
que confunde el oído con la boca;
una declaración que se confirma;
una oferta que el labio corrobora;
un instante que tiene algo de eterno
y pasa como abeja rumorosa;
una comunión sellada encima
del cáliz de una flor; sublime forma
de saborear el alma a flor de labio
y aspirar del amor todo el aroma.

Edmond Eugène Alexis Rostand (Marsella, Francia, 1 de abril de 1868-París, 2 de diciembre de 1918). Poeta y dramaturgo neorromántico francés. Es famoso por su obra sobre la figura de Cyrano de Bergerac, estrenada en París en 1897 en el Théâtre de la Porte Saint-Martin. 

Edmond Rostand nació en el seno de una familia acomodada en Marsella. Su padre Eugène Rostand fue economista, miembro de la Académie des Ciencies Politiques et Morales de Marsella y en su tiempo libre: poeta y traductor de Cátulo; su abuelo Alexis-Joseph Rostand (1769-1854) fue alcalde de Marsella; su tía Victorine Rostand fue poeta; y su tío Alexis Rostand fue compositor y crítico musical.

Entre 1878 y 1884 Edmond cursó estudios en el Marseilles Lycé. A continuación inició estudios de literatura, historia y filosofía en el Collège Stanislas de París y cursó la carrera de derecho en la Universidad de París, tal y como deseaba su padre. Allí se estableció posteriormente sin ejercer su profesión.

Edmond Rostand participó en 1887 en el concurso organizado por su padre, en la Académie des Arts et des Lettres de Marseille, consiguiendo el primer premio. También en 1887 escribió los ensayos en prosa «Deux romanciers de Provence: Honoré d’Urfé et Émile Zola» y «Le costume du petit Jacques«. En esta época publicó poemas y ensayos en la revista literaria «Mireille«.

En 1888 escribió su primera obra de teatro: Le gant rouge seguido de un volumen de poesía en 1890 Les musardises. Ese mismo año contrajo matrimonio con la poeta  Rosemonde Gérard. Tuvieron dos hijos Maurice y Jean. En 1891 escribió Les Deux Pierrots .

 Rosemonde fue la primera lectora de su marido, volvió a copiar sus escritos a mano y poco legibles, repitió borradores abandonados y le dio confianza en los largos momentos de duda y en las épocas más importantes, ya que Rostand desde el principio de su carrera fue presa de una duda enfermiza que jamás le dejó.

En 1894 presentó una comedia teatral exitosa: Les romanesques. La obra permitió a Edmond Rostand conocer a dos personas determinantes en su éxito futuro: el actor Coquelin que años más tarde protagonizaría el primer Cyrano de Bergerac y la actriz Sarah Bernhardt. «Les romanesques» fue posteriormente adaptada para realizar el musical estadounidense titulado «The fantasticks«, dirigida por primera vez en 1900 por George Fleming y que se representaría en Broadway y en todos los Estados Unidos de manera continuada a través de los tiempos, ostentándo el récord de permanencia en escena, de toda la historia teatral.

A continuación escribió dos piezas para Sarah Bernhardt: «La princesse lointaine»(La princesa lejana), representada en 1895, y «La samaritaine»(La Samaritana), representada en 1897. El 9 de octubre de 1909 Margarita Xirgu junto con Enric Borràs, estrenó en el Teatre Principal de Barcelona «La princesse lointaine» (La princesa llunyana), traducida por Lluís Via i Boada.

Pero fue su obra Cyrano de Bergerac estrenada el 27 de diciembre de 1897 la que le aportó una inmensa gloria. Este drama en verso está basado en un personaje histórico. Fue un poeta, dramaturgo y pensador que nació en París el 6 de marzo de 1619 y se llamaba Hercule Savinien de Cyrano (en 1638 agregó a su nombre el de la tierra de su familia en Bergerac). El texto de Rostand presenta al poeta y espadachín que da título a la obra, secretamente enamorado de su bella prima Roxana. Cyrano no se atreve a declararle su amor a causa de su fealdad y por temor a ser rechazado. Pero ayudará a un joven cadete, Christian de Neuvillette, a conquistar a Roxana dictándole cartas y frases que al menos le sirven para expresar esa pasión.

Su temor al fracaso con esta obra fue tal que llegó a reunir a sus actores unos minutos antes de la primera representación para pedirles perdón por haberles involucrado en una obra tan arriesgada. A partir del entreacto la sala aplaudía de pie y Rostand fue felicitado por un ministro del gobierno tras su finalización entregándole su propia medalla de la Legión de honor para felicitarle añadiendo que tan solo se está adelantando ligeramente en el tiempo con esta condecoración. La obra finalizó con veinte minutos de aplauso ininterrumpido por parte del público.

La obra retomaba el orgullo francés a través de un carismático héroe tras la pérdida militar de Alsacia-Lorena en 1870. Cyrano terminó consagrándose en la literatura francesa no solo por sus hazañas, sino por sus poemas y, sobre todo, por su nariz prominente. 

Un reconocimiento parecido obtuvo su obra siguiente, «L’aiglon»(El Aguilucho), creada en marzo de 1900, que tiene como protagonista al hijo de Napoleón Bonaparte. Tras este doble éxito de público, a pesar de que la críticas no fueron favorables, en 1901, con tan solo 33 años, ingresó a la Academia Francesa.

 Con el éxito vino también la gloria y sus inconvenientes: Rostand se hizo famoso y una figura del «todo París» y era solicitado en todas partes.

  Rostand llevaba mal la fama y su salud se resentía, por lo que, enfermo de pulmonía , se retiró a la región de Cambo, en el País Vasco francés. Conoció el lugar en 1900 al cuidarse de una pleuresia e inmediatamente decidió instalarse en Cambo-les-Bains. En 1903 mandó edificar una suntuosa mansión, Villa Arnaga cuyas obras finalizaron en 1906. Con el apoyo de su esposa Rosemonde, Rostand se ocupó de la decoración, el ambiente y el alma del lugar. Un trozo del bien cuidado jardín que la rodea es una hermosa copia del Petit Trianon versallés. Actualmente es un museo, catalogado como «Monumento Histórico», y anteriormente fué denominado «Jardín Destacado» y «Casas de los Ilustres«.

En 1908 publicó la pantomima en verso «Le bois sacré» y durante esta época colaboró en la revista literaria y musical dirigida por Théodore Botrel, «La Bonne Chanson, Revue du Foyer«.

Las relaciones con su mujer se degradaron, teniendo ambos amantes fuera del matrimonio, hasta que en 1913 se separaron definitivamente, quedándose cada uno con un hijo: Jean con Edmond y Maurice con Rosemonde. A partir de 1914 Rostand se implicó mucho dando soporte a los soldados franceses en la Primera Guerra Mundial. La guerra pareció devolverle un soplo de vida nuevo al poeta, desplazándose muchas veces al frente.

 La noche del 7 de enero de 1910, se estrenó su comedia «Chantecler» en el Théâtre de la Porte Saint-Martin de París y el importe de las localidades vendidas para las primeras representaciones de la obra, ascendió a la enorme suma de doscientos mil francos. «Chantecler» desconcertó al auditorio y a los críticos, por sus audacias formales. En su estreno el «todo París» silbó la representación y constituyó un sonoro fracaso, por lo cual Rostand regresó rápidamente a villa Arnaga, sin cesar en su producción literaria aunque nunca más estrenó otra obra teatral en vida. 

En 1915 y tras divorciarse de Rosemonde, Edmond se casó con la actriz  Mary Marquet.

Cuando en 1918 se anunció el final de la guerra, marchó a París para reponer las representaciones de «L’aiglon» en el festejo de la victoria y contrajo la gripe española, muriendo el 2 de diciembre de 1918 en París, a los 50 años de edad.

Edmond Rostand está enterrado en el el cementerio de Saint-Pierre de Marseille, su ciudad natal.

Póstumamente se publicaron La última noche de don Juan,( para muchos su mejor pieza), y El vuelo de la Marsellesa, (poemas inspirados en la Primera Guerra Mundial), ambos fueron publicados en 1921.

El nombre de Edmon Rostand ha perdurado en la memoria literaria como el creador de «Cyrano de Bergerac», un personaje que superó la fama de su creador. El resto de su obra cayó en el olvido.

El cine se ocupó dos veces de Cyrano. La primera en 1950, en versión norteamericana dirigida por Michael Gordon (1909-1993) y protagonizada por José Ferrer (1909-1992), quien gano el Oscar por su interpretación , y la segunda en 1990, en versión francesa dirigida por Jean Paul Rappeneau (1932) y protagonizada por Gérard Depardieu (1947).

En el año 2009 una obra escrita por el autor de Cyrano de Bergerac fué descubierta en el Archivo Nacional francés más de un siglo después de que el propio escritor intentara destruir todas las copias.

«El guante rojo», un vodevil escrito una década antes de «Cyrano de Bergerac» y cuando Rostand tenía sólo 20 años, fue retirada después de 17 representaciones.

Después del éxito de Cyrano, Rostand se avergonzó tanto que pagó a un teatro para que no exhibiese la obra y e incluso intentó que el manuscrito despareciese.

Enlaces de interés :

http://margaritaxirgu.es/castellano/vivencia3/118rostc/118rostc.htm

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rostand_edmond.htm

http://metacultura.com.ar/el-rostro-y-la-elocuencia/

http://eljineteinsomne2.blogspot.com/2008/10/hercule-savinien-y-edmond-rostand-la.html

https://algundiaenalgunaparte.com/2009/08/03/aparece-el-guante-rojo-de-edmond-rostand/

11 Poemas de Pierre-Albert Jourdan

» L’orage vient mordre la pierre ; après la brûlure de soleil. Comment ne pas se fier à l’alternance ? La branche de pin nous le murmure qui nous donne à la fois le goût du silence et la bruissante envolée d’espace»

P.A. Jourdan. La Langue des fumées

Marcher

Pierre et poussière du chemin,  
homme désagrégé, homme comblé
tout entier dans cette image de son sang,
de son avenir de silence ;
lente et lourde pierre poussiéreuse
qui dévale le sang abrupt,
long cri se délivrant
de l’étouffant tableau de calme inaccessible

le corps soudain se connaît cible,
se fait violence
à portée de la masse obscure
qui l’étreint. 

Caminar

Piedra y polvo del camino,
un hombre desintegrado, un hombre realizado 
enteramente en esta imagen de su sangre, 
de su futuro de silencio; 
lenta y pesada piedra polvorienta 
que desciende la sangre abrupta, 
largo grito liberándose 
del cuadro asfixiante de la calma inaccesible 

el cuerpo de pronto se reconoce como blanco, 
se violenta 
a sí mismo al alcance de la masa oscura 
que lo abraza. 

Pensée fidèle

Elle a son nid plus loin
dans ce buisson de chêne vert
lointain feuillage couleur de lune
surplombant l’eau et c’est à peine
si l’image des pins déchiquetés, vivant
vient y faire courir quelque ride

Le jour se lève 
non pas ce bruit rouillé
de la mort journalière
mais cette gloire silencieuse
ouvrant les nids

rien ne bouge
que quelques grains de lumière 
roulant au bord d’une paupière

Déséquilibre

Longtemps les mots frappent à la porte
le chiendent ne veut pas céder

la route se perd qui se garde farouche
une pie longe le silence à travers champs


Là, comme une ombre
et le vent se ferait porteur
d’étranges nouvelles

heureux celui qui se contente de son pas
maudit celui qui les entend

Desequilibrio

Durante mucho tiempo las palabras llaman a la puerta 
la hierba curandera no quiere ceder 

se pierde la que se mantiene feroz 
una urraca camina por el silencio a través de los campos 


Allí, como una sombra 
y el viento transporta
extrañas noticias 

feliz el que se contenta con su paso 
maldito el que las escucha

05

Le rebond 

La grâce du pessimisme c’est de franchir toujours un
espace plus grand que son ombre.
Sur les bords veillent d’étranges silhouettes.

Une montagne défendant ses à-pics par la vertu de
quelques herbes. Le breuvage est destiné à l’innocent,
quelque part dans le temps qui baille en s’éveillant

avec le luisant de la faux sous ses semelles.

El rebote

La gracia del pesimismo es siempre atravesar un 
espacio mayor que su sombra. 
En los bordes observa extrañas siluetas.

Una montaña que defiende sus cumbres en virtud de 
unas pocas hierbas. El brebaje es para los inocentes, 
en algún lugar del tiempo que bosteza al despertar 

con el destello de la guadaña bajo sus suelas.

À la rencontre d’un pin

La parole chargée de guérir a dressé cette ruine
de quelques chardons bleus, de poussière et de vent ;
ce chemin où la mort, empoignée par tant de mots,
comme un figuier portant ses fruits dans un vieux mur
et l’embellie de lierre sur la porte fanée,
se referme sur le devenir joyeux,
le lointain, très lointain murmure
d’un pin amoureux.

Jourdan con René Char en Caromb (Foto Gilles Jourdan)

La fontaine

Le galop du cheval fait éclater les murs rongés de chaleur. Il retourne seul de la fontaine où son maître s’attarde.

Libres, de cette minime liberté qu’ils s’empressent d’oublier.

La terre à dominer pour qu’elle donne tout son sang aux vignes, c ‘est un travail où l’obstination s’est faite loi.

Le maître s’approche de son cheval, ensemble ils ne sont plus qu’un sillon sans chiendent.

La liberté est le chiendent.

Et la loi reste au vin plus fort que le vin, qui coule dans leurs sangs mêlés.

La crête

Il n ’y a plus de refuge
tout est dangereusement à vif 
tiré jusqu’à l’usure
la lassitude s’ouvre aux raisons de feu

Avec cela faire son pain
à partager encore
avec l’innocence et les fous
refusant d’assigner sa place à la beauté

La Cresta

Ya no hay refugio 
todo está peligrosamente crudo 
tirado al desgaste la 
lasitud se abre a razones de fuego 

Con esto hacer pan 
para compartir aún 
con la inocencia y los locos 
negarse a ceder su lugar a la belleza

P’ou-houa

Pour qui vient dans l’obscur, je sonne l’obscur, pour qui vient dans la clarté, je sonne la clarté; pour qui vient, hésitant, ne sachant pas nommer, je sonne de toutes mes forces, je sonne de ma sonnette fraternelle. Pour qui vient, sans nom, qui est Souffle, qui fait tarir la source, je sonne jusqu’à épuisement… 

Les volets son maintenant fermés. Personne pour supporter la charge… quand bien même, on ne cloue pas la sonnette ! Elle sonne à travers les terres, elle s’entend encore à travers de profonds espaces de temps, et n’a cessé de sonner. Il suffit d’écouter. 

J’irai ainsi, hors des murs, la bouche pleine de graviers. En attendant, je m’avance dans cet espace qui ne se connaît pas, qui ne me retient pas, me laisse libre mais de cette liberté que le moindre son de ma sonnette pétrifie. La cigale a cessé de chanter, le pin murmure encore. Suis-je pin ou cigale, compagnon ? Je n’entends que le bruit aigre de l’insuffisance. peut-être ne sonnes-tu pas assez fort ?

Le village enseveli

Le rideau que d’un doigt j’écarte. Cette vitre sur le jardin ensoleillé. Il suffira d’un instant pour que tout se fonde, brûle, s’entrouvre. Nous sommes liés à cet abîme.

Au pied du mur géant un village reçoit la force qui me fuit. Peut-être tremble-t-il certains soirs lorsque l’orage fertilise les pierres ? Qu’importe ! La beauté jaillit de telles blessures.

La route s’étrangle. Les fleurs grandissent sur les pentes.
Cette vipère, tête écrasée sur le sentier comme un nerf détestable, est le temps vaincu. Mais le pas, la marque victorieuse, le pas déjà lointain, inaudible, mais la rencontre ?

Frôlant mon dos brisé je devine cette forme altière, le souffle puissant de ce boulet qui trace l’avenir, sans égard, éblouissant.

Presque conquis par tant de hargne joyeuse. Innocent incendie pour réchauffer le cœur, brûlant les étapes, devant la route commune où nous nous enfonçons. 

Óleo sobre tela, 1959 de P.-A. Jourdan

Fragments 1961-1976

Nommer cette joie serait l’égarer.

Le regard transcrit ; la main, elle, froisse les parfums.

Tu es l’arbre de cette absence, olivier, tu es l’amertume de son fruit.

Toi, où te loger ? C’est la guerre. Je te déclare la guerre. Je crois à la vertu de la provocation.

La flèche dans son trajet ne dénombre pas les blessures.

De petites gouttes de pluie, petites goutes espacées, cloches infimes qui invitent au repliement, qui disparaissent parce que la suite ne les concerne pas. (Si promptes, au passage, à effacer ce travail d’encre, si avides d’une autre lecture !)

Commence ta journée par raturer, par enlever toute lourdeur, commence avec ce cri rauque de la corneille, ce remue-ménage dans les pins. Supprime ce cri, ces ailes, cette large tache d’un vert sombre. Commence, c’est-a-dire examine ce suspect qui est là, assis sur une pierre, prêt à divaguer au soleil. Toi, ici, comme un reste d’orage et le lent travail d’éclairement, de réchauffement. Soupèse ce bagage, il est bien léger ! Tu pourrais presque prendre la route.

Tu es si bien accordé à cette terre, tu voudrais sacrer chaque brin d’herbe. Tu es accroupi là, avec. D’ou vient cet accord ? N’est-il pas mémoire ?

Ne m’écoutez pas, mais croyez à cette poussée qui vous ferait vagabond, croyez à cette démence.

Le monument à l’inutilité : l’enrichir chaque jour.

Je caresse un plant de thym. Hébétude de la parole hors son efficacité marchande. Apprendre à parler avec le corps, tâter le sol en aveugle. S’enfoncer. Je fais un stage d’herbe. J’apprends que les cris sont inutiles, que le puissant recul est nécessaire, qu’un autre oui y prend racine mais qu’il partage le monde sans pitié.

Fragmentos 1961-1976

Nombrar esta alegría sería perderla.

La mirada transcribe; la mano, en cambio, aja los perfumes.

Sos el árbol de la ausencia, olivo, sos la amargura de su fruto.

Y a vos ¿dónde albergarte? Es la guerra. Te declaro la guerra. Creo en la virtud de la provocación.

La flecha en su trayecto no enumera las heridas.

Unas gotitas de lluvia, gotitas espaciadas, campanas ínfimas que invitan al repliegue, que desaparecen porque lo que viene después no las atañe.  (Tan dispuestas, al pasar, a borrar este trabajo de tinta, ¡tan ávidas de otra lectura!)

Empezá la jornada tachando, eliminando toda pesadumbre,  empezá con el chillido metálico de la corneja, esa agitación en los pinos. Suprimí el grito, las alas y la mancha extensa de un verde oscuro. Empezá, es decir, examiná a ese sospechoso que está acá, sentado en una piedra, listo para divagar al sol. Vos, acá, como vestigio de la tormenta y el lento trabajo de esclarecimiento, de recalentamiento. Sopesá el equipaje, ¡es bien liviano! Casi podrías echar a andar.

Concordás tan bien con esta tierra que te gustaría consagrar cada brizna de hierba. Acá estás, en cuclillas, con. ¿De dónde viene este acuerdo? ¿Acaso no es memoria?

No me escuchen, pero crean en el impulso que los convertiría en vagabundos, crean en ese delirio.

El monumento a la inutilidad: enriquecerlo cada día.

Acaricio un plantín de  tomillo. Estupor de la palabra fuera de su eficacia mercantil. Aprender a hablar con el  cuerpo,  tantear el piso a ciegas. Hundirse. Hago un curso de hierba. Aprendo que los gritos son inútiles, que la poderosa distancia es necesaria, que otro sí se enraíza pero divide el mundo sin piedad.

Traducción de Julia Azaretto

Paisaje de Caromb, óleo sobre tela, 1953 de P.-A. Jourdan

Jardin suspendu

Surgissent à nouveau de vieilles douleurs, tout est
en place. La porte s’ouvre sur des murmures de soleil,
ponctuation de crêtes. Le fauteuil n’est qu’un peu
de terre autour d’un tronc noirci. Puis vient l’apaisement,
le déferlement de l’espace.

Les degrés de la sagesse, ici, sont de pierres grises,
tachetées d’ombre, masquées d’herbes sèches, paroles
élémentaires. Une saison clémente se met en marche,
comment nommer ce fruit?

Un dessin de sol craquelé, lambeau de désert bordé
de mamelons de pierres comme s’entassent les siècles;
une soif grise. La montagne s’alanguit, domination
sereine qui s’éprend, semble-t-il, de lassitude
ourlée de cigales en touffes, repères de feu.
N’était-il pas question d’un fruit?

Le mal précieux de cette rose injurieuse.

Pierre-Albert Jourdan (Paris, Francia, 3 de febrero de 1924-13 de septiembre de 1981, Caromb, Francia). Poeta y ensayista.Tras haber sido conocida en un círculo restringido, la obra de este poeta secreto fue revelada tras su muerte, recogida en dos volúmenes por el poeta y escritor Yves Leclair en las ediciones Mercure de France .

Hijo único, fue un niño tímido e introvertido, y como muchos niños sin hermanos, pobló su soledad con compañeros imaginarios.

Estudió las carreras de ciencias políticas, de comercio y de derecho. Trabajó durante toda su vida profesional (1947-1981) ocupando el cargo de Jefe de servicio en la Sociedad Mutualista de Transportes Públicos. Empezó a escribir, a partir de 1956, apartado de los circuitos literarios.

 Antes de empezar a escribir, y durante toda su vida, Jourdan dibujó, pintó y se interesó por la fotografía. Sus pinturas figurativas que representan paisajes del Ventoux, de Caromb, retratos de familiares, realizados a partir de 1949, y sus collages fotográficos de inspiración surrealista dieron lugar a dos exposiciones en la galería Jacob en París (VIe) en 1953 y en 1955. Después de 1954 dejó de exponer, pero siguió pintando, sobre todo pinturas abstractas en gran formato, y él mismo se encargó de ilustrar algunos de sus textos, por ejemplo los de La Langue des fumées que llevan una aguada original, o el poema “Gerbes” publicado con dos dibujos del poeta.

En 1961 publicó su primer libro de poemas La Langue des fumées (hay traducción en español inédita: La Lengua de las humaredas) –muy marcado por la influencia de René Char– que pasó absolutamente desapercibido, y continuó en silencio escribiendo una obra abundante y variada. Hasta 1973 ésta se compone principalmente de poemas inéditos durante su vida –excepto algunos que fueron publicados parcialmente en revistas– y reunidos, luego de variaciones complejas, en libros manuscritos: Le Chemin nuCe Torrent d’ombre.

En 1974 creó su propia revista Port-des-Singes.  En los nueve números que publicó hasta su muerte, Jourdan reunió a amigos, poetas o pintores, y publicó fundamentalmente algunos extractos de sus libros de fragmentos en preparación.

 La búsqueda espiritual a la que el poeta subordinaba su escritura, y que caracterizaba la voluntad de desaparición y de despojo del “yo”, lo condujo a abandonar progresivamente el poema, forma cerrada, en provecho de fragmentos poéticos y morales, cuyas entregas sucesivas publicadas durante el último decenio de su vida –prematuramente interrumpida por un cáncer de pulmón–­ constituyen sus obras maestras: Le Matin (1976), Fragments (1979), L’Angle mort (1980), L’Entrée dans le jardin (1981), Les Sandales de Paille (1982) cuya edición preparó pero no llegó a ver publicada, y por último L’Approche, póstumo.

Pierre-Albert Jourdan fue amigo de poetas prestigiosos, entre ellos Henri Michaux y  René Char, al que conoció en 1957 y que permitió la publicación de su primer libro La Langue des fumées en 1961 por la editorial José Corti. Asi mismo fue amigo de Yves BonnefoyPhilippe Jaccottet, Jacques Réda, Lorand Gaspar, que participaron en  Port-des-Singes junto a otros poetas menos reconocidos y que a menudo le han rendido homenaje.

Sus escritos recopilados han sido publicados por Mercure de France en dos volúmenes: Les Sandales de paille (Las sandalias de paja, 1987) y Le Bonjour et l’adieu (Los buenos días y el adiós , 1991), respectivamente prologados por Yves Bonnefoy y Philippe Jaccottet. El trabajo de Jourdan, en las traducciones de John Taylor, ha aparecido en Antioch Review , American Letters & Commentary , Yale Review , Packingtown Review , The Bitter Oleander , KestrelPoetry Wales , FragLit , 1913: A Journal of Forms y Cerise Press .

Una de las últimas frases que escribió antes de morir :

«La puerta permanece cerrada pero el rayo de luz corta, como una espada».

Enlaces de interés :

http://pierrealbert.jourdan.free.fr/esppaj1.html

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