Grace O’Malley

Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras, pensadoras y/o escritoras es tan importante en la historia que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de  la fascinante Gráinne Ní Mháille, Reina de Umaill, líder del clan Ó Máille y mujer pirata en la Irlanda del siglo XVI, conocida como «la reina pirata». Es precisamente su liderazgo en el mar lo que distingue a Grace O’Malley de cualquier otra líder femenina documentada en la historia.

Una de nuestras Imprescindibles.

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Grace O’Malley, también conocida Gráinne O’Malley,(en irlandés: Gráinne Ní Mháille) (Condado de Mayo, Señorío de Irlanda,1530 –Condado de Mayo, Reino de Irlanda, 1603). Fue reina de Umaill, líder del clan Ó Máille y mujer pirata en la Irlanda del siglo XVI. Es a veces conocida como «La reina del mar de Connaught». Su primera biografía fue escrita a principios del siglo XX por la historiadora Anne Chambers. La canción irlandesa «Oró Sé do Bheatha ‘Bhaile» está dedicada a ella.

Ní Mháille nació en torno al año 1530, siendo rey de Inglaterra Enrique VIII. En aquella época, Irlanda era un territorio semi-abandonado por el gobierno inglés, lo que permitía a los nobles gaélicos y sus familias vivir con cierta independencia. Sin embargo, las cosas cambiarían pronto ya que tanto Enrique como sus sucesores decidieron recuperar el control de la isla.

Su padre era Eoghan Dubhdara O’Malley, jefe del clan O’Malley. Los O’Mháille controlaban la mayor parte de lo que hoy es Murrisk. Tenía un medio hermano, que no era hijo de la madre de Gráinne, Margaret, llamado Dónal na Piopa.

Los O’Malley eran una familia marinera, que navegaba los océanos para comerciar, cobraba impuestos por pescar en sus aguas, ocasionalmente saqueaba y controlaba castillos costeros para proteger sus tierras en el oeste de Irlanda. 

La movilidad por el mar, que los O’Malley fueron practicando de generación en generación, les dio ventajas sobre el resto de sus vecinos; y les proporcionó, por ejemplo, una ruta de escape de sus enemigos y el acceso a mercados extranjeros para vender sus productos a cambio de bienes no disponibles en Irlanda.

Las descripciones de sus galeras coinciden en que eran versátiles, de considerable tamaño, de tal fuerza que mantuvieron a Granuaile y sus hombres a salvo de situaciones tan imprevistas como riesgosas por los mares de Irlanda, Escocia y España.

O’Malley creció en Belclare Castle y Clare Island, y recibió una educación tan formal que podía hablar latín con tanta fluidez como su irlandés nativo. 

Pero también creció en el mar y estaba decidida a seguir los pasos de su familia. Cuenta la leyenda que Granuaile -la niña de pelo largo rojizo que pasó su infancia entre las bellísimas praderas irlandesas, castillos, y barcos- un día le dijo a su padre que quería navegar con él. Para disuadirla, él le contestó que su larguísimo pelo quedaría enredado entre las velas del barco. Así, la futura “reina del mar” rapó su cabeza y se ganó, entre otros nombres, que la llamaran Gráinne Mhaol (en irlandés, mhaol significa calvo o de pelo muy corto).

Como testificó más tarde, cuando era niña acompañó a su padre en muchos de sus viajes de pesca y comercio, absorbió sus conocimientos y habilidades. “Aprendió sobre mareas, corrientes y los estados de ánimo del mar, para convertirse en una ‘profeta del clima’, para saber cuándo zarpar y cuándo quedarse en tierra; conocer la capacidad de los barcos que navegó, sobre lienzo y guindaleza, lastre y ancla, navegar por estrella y brújula; para aprender sobre los peligros de la traicionera costa irlandesa”, asegura su biógrafa, Anne Chambers, autora del libro Grace O’Malley.

A los 16 años, O’Malley se casó con Donal O’Flaherty, cuya familia gobernaba el amplio territorio de Chonnacht, por lo que esta alianza resultó satisfactoria para los O’Malley.. Con él, tuvo dos hijos, Owen y Murrough, y una hija, Margaret, y aprendió más sobre marinería y piratería. 

Para la intrépida Grace, el castillo de Bunowen fue una base estratégica para recomenzar su carrera marítima. Alrededor de ese tiempo, están registrados los primeros informes de ataques a barcos que navegaban por el puerto de Galway. Está claro: Granuaile continuó con la tradición mercenaria de su familia, en los registros figura como comandante de tres a veinte barcos en distintas ocasiones. En contra de todas las costumbres, se convirtió en comandante de piratas, lo que implicaba mantener bajo control a sus tripulaciones masculinas, liderar desde el frente, ser tan atrevida y valiente como los hombres a los que comandaba.

En el frente militar, dirigió a su ejército en los campos de batalla contra generales militares ingleses individuales que intentaban frenar su poder. 

Cuando Donal fue asesinado por miembros de un clan rival, en 1560, O’Malley se hizo cargo de las tierras y barcos de su difunto esposo. Y cuando el clan de los Joyce, probablemente responsable de la muerte de Donal, pensó que podría capturar su castillo fácilmente, lo defendió férreamente.

Luego regresó a las tierras de su padre y con las de los hombres de Donal que permanecieron leales a ella, hizo de Clare Island su fortaleza. Comenzando con tres galeras, se embarcó en una carrera de piratería en alta mar.Fue así como nació la leyenda de la reina pirata.

«Se requería una inmensa habilidad y coraje para surcar el peligroso Océano Atlántico y soportar las dificultades físicas de la vida en el mar. Es su liderazgo en el mar lo que distingue a Grace O’Malley de cualquier otra líder femenina documentada en la historia». O’Malley era una líder intrépida y también una guerrera vengativa, que no dejaba que ningún ataque en su quedara impune.

Cuando Hugh de Lacy, el hombre al que tomó como amante después de rescatarlo de un naufragio en 1565, fue asesinado por el clan MacMahon del castillo Doona, O’Malley esperó a que todos los involucrados llegaran a una isla cercana y los mató. Con su sed de venganza sin saciar, capturó el castillo del clan.

En el año 1566, Grace se casó por segunda vez con Richard-an-Iarainn Burke, al que se le conocía como “Iron Burke” por llevar siempre una cota de malla. Richard Burke, miembro de la poderosa familia MacWilliam y dueño del estratégicamente ubicado castillo Rockfleet, un factor atractivo para la brillante reina pirata.. Se casaron bajo la ley de Brehon, que regulaba la duración del compromiso por un año. 

Transcurridos los 12 meses, O’Malley dejó a su esposo fuera del castillo y exigió el divorcio con las palabras: «Te despido». A pesar de eso, la pareja se reconciliaría y permanecería junta durante casi 20 años. De este matrimonio tuvo un hijo, llamado Tibbot (Teodoro). Le dió a luz a bordo de un barco, cuando estaba siendo atacado por piratas del norte de África, en el año 1567.

Tal era su liderazgo que el capitán le suplicó que fuera a cubierta para envalentonar a sus hombres pocas horas después del nacimiento. Envolvió a su hijo en una manta, y con algo de dolor, rugió órdenes y le disparó a sus enemigos, antes de regresar a atenderle.

Es significativo para conocer la personalidad de Grace, lo que sucedió en el año 1576, cuando en un viaje suyo a Dublín intentó visitar al Barón Howth. Éste no la recibió, con la excusa de que la familia estaba cenando y las puertas no se abrían para ella. Grace montó en cólera y secuestró al hijo del Barón. Lo liberó con la condición de que las puertas siempre estarían abiertas para ella, así como un lugar extra en la mesa de los Howth. El barón le regaló a Grace un anillo como compromiso de tal acuerdo.

Cuando Sir Henry Sidney, Lord Diputado de Irlanda, conoció a O’Malley en 1577, registró una descripción fascinante: “Una capitana de mar femenina muy famosa (…) por la fortaleza de su coraje (…) al mando de tres galeras y 200 combatientes (…) la mujer más célebre de todas las costas de Irlanda”.

En 1580, y con la ayuda de su esposa, Bourke se convirtió en el heredero de la jefatura de MacWilliam. 

Casi al mismo tiempo, los ingleses intensificaron su conquista de Irlanda. El Lord Diputado de Irlanda de Isabel I, Sir Henry Sidney, dividió el condado de Mayo en baronías y exigió que los jefes se sometieran a la ley inglesa y aceptaran la llegada de alguaciles a sus tierras. 

MacWilliam estuvo de acuerdo, pero O’Malley sabía lo que esto significaba para su esposo. Según la ley inglesa, el heredero ahora sería el pariente varón mayor en lugar de Bourke.Para ganarse a Sidney, O’Malley le ofreció los servicios de su flota, gesto con el que se ganó al gobernante inglés quien le concedió a Rockfleet cierto grado de autonomía.

O’Malley volvió a la vida en alta mar, pero un intento fallido de saquear al conde de Desmond en Munster terminó en su captura y encarcelamiento. Desmond, que estaba bajo sospecha de ser parte de un complot contra la reina Isabel I, entregó O’Malley a los ingleses para ganarse su favor. 

Estuvo retenida en las mazmorras del Castillo de Dublín hasta principios de 1579 cuando aseguró su liberación; los detalles de cómo lo logró siguen siendo un misterio. O’Malley respondió atacando barcos ingleses y derrotando al ejército enviado para sitiar su castillo.

Cuando el jefe de MacWilliam murió en 1580, Bourke y O’Malley se rebelaron para ejercer el derecho que les habían arrebataron y con un gran ejército, que incluyó mercenarios escoceses de élite llamados Gallowglass, forzaron un trato que le otorgó a Bourke el título. 

O’Malley, considerada por muchos como el verdadero poder detrás de su esposo, se convirtió en Lady Bourke y siguió siendo una mujer temible. 

Pero su posición no duraría mucho; su esposo murió en 1583. 

Al verse viuda de nuevo, tomó lo que le debían de la propiedad de su esposo y uno de sus castillos en lugar de su dote, y se estableció con su ejército y barcos donde Grace tendría su principal fortaleza: el castillo de Rockfleet. Su flota de barcos navegaba por la bahía y ondeaba la bandera con el lema de su clan: «Terra Marique Putens» («Valiente por mar y tierra»).


Su capacidad para liderar y imponer respeto era evidente en la cantidad de hombres que la seguían.

«Cuando la ley gaélica la rechazó como jefa, O’Malley ignoró los obstáculos políticos y sociales que se interpusieron en su camino», dice Chambers. 

«Tal fue su influencia y poder que se convirtió en una matriarca aceptada, no solo por sus seguidores, sino también por los de clanes vecinos, cuyos jefes habían muerto o abandonado sus obligaciones de protegerlos».

Los ingleses, sin embargo, deseaban poner a O’Malley en su lugar. 

Sir Richard Bingham, que fue nombrado gobernador de Connaught en 1584, se convirtió en su enemigo de por vida, afirmando que ella era la «niñera de todas las rebeliones en la provincia durante estos cuarenta años»

En 1586, el hijo mayor de O’Malley, Owen, fue asesinado por el hermano de Bingham; cuando O’Malley, con el corazón roto, lideró una fuerza contra Bingham, fue timada y capturada. 

A los 56 años fue condenada a muerte, pero su yerno, Richard, logró persuadir a los ingleses de que él no formaba parte de ninguna rebelión y mantendría a O’Malley bajo su custodia.

En realidad, una vez liberados, ambos se reincorporaron a los rebeldes. 

En 1587, O’Malley aprovechó una ausencia de Bingham para visitar a su rival, el nuevo Lord Diputado de Dublín, Sir John Perrot, quien la perdonó por todas sus ofensas pasadas, así como las de sus hijos. La línea oficial ahora era que O’Malley se retiraría para vivir una vida tranquila y dejar de saquear en el mar. 

Eso estaba lejos de la realidad.

En el verano de 1588, Bingham regresó a Irlanda en medio de temores de que la Armada española encontrara partidarios irlandeses. Las escaramuzas entre sus fuerzas y las de O’Malley continuaron por años hasta que él destruyó parte de su flota de galeras a principios de la década de 1590.

Sin admitir la derrota, O’Malley pasó por alto a Bingham y apeló directamente a su jefe

La primera de sus muchas cartas a Isabel I muestra una mente tan estratégica y sofisticada como la de la reina misma y su corte.

En ella, O’Malley expone su versión de los hechos que «la obligaron a tomar las armas«, culpando directamente a Bingham.

Hacia el año 1593, el gobernador inglés de Connaught, Sir Richard Bingham en represalia, capturó a sus hijos Teodoro Burke y a Murrough y los acusó de traición, un crimen que se castigaba con la muerte. Grace no dudó en acudir a la reina Isabel I, para pedirle la libertad de sus hijos. Para ello, con la ayuda de su amigo, el influyente conde de Ormond, logró obtener una audiencia con Isabel en Greenwich en julio de 1593, con gran audacia entró con su flota por el río Támesis hasta Londres.

Isabel I recibió a Grace en el palacio de Greenwich, estando las dos rodeadas por guardias y miembros de la Corte Real. Grace llego ataviada con un impresionante vestido, como correspondía a su condición de Reina de Umaill y se negó a hacer la reverencia ante la Reina Isabel I porque no la reconocía como reina de Irlanda. En su encuentro utilizaron como lengua de comunicación el latín. Llegaron a acuerdos, destacando la libertad de sus hijos y la sustitución del gobernador inglés sir Richard Bingham. A cambio Grace se comprometía a dejar de apoyar la rebelión que hacían los lores irlandeses contra la corona de los Tudor.

El encuentro entre las dos reinas, imaginado años después en una ilustración de la Anthologia Hibernica, vol. 11, 1793.

La reina, asombrada ante una compañera líder en un mundo dominado por hombres, se compadeció de O’Malley y le permitió regresar al ‘mantenimiento por tierra y mar’, una forma autorizada de piratería que le permitiría recuperar sus pérdidas. Además, solicitó la liberación de Theobold. 

Tal fue la impresión que le causó a Isabel I que cuando se trazó un nuevo mapa de Irlanda, O’Malley fue nombrada jefa del condado de Mayo.

Sin embargo, este acuerdo duró muy poco, pues poco tiempo después Sir Richard Bingham regresó a Irlanda y en consecuencia Grace volvió a apoyar la sublevación de los irlandeses.

O’Malley continuó liderando a sus hombres en el mar hasta bien entrados sus 60 años, pero un nuevo siglo trajo un gran cambio. La batalla de Kinsale en 1602 puso fin a la rebelión y dejó que Irlanda cayera en manos inglesas, y el estilo de vida gaélico que O’Malley y sus antepasados habían vivido se derrumbó.

En 1603, O’Malley murió en Rockfleet, el mismo año que la reina Isabel I. 

Su historia se empezó a perder pero su legado sobrevivió gracias a cuentos y canciones populares de Irlanda. En Westport se pueden visitar las mazmorras de uno de sus castillos. Sobre las ruinas de este castillo está Wesport House que ofrece muchas actividades en honor a la antigua dueña del castillo. En la actualidad, sigue siendo propiedad de la familia Browne, descendiente de Grace O’Malley. Si no es posible ir hasta la orilla oeste de Irlanda para seguir los pasos de Grace también se puede visitar el castillo de Howth y sus alrededores, a media hora del centro de Dublín. 

La vida de Grace O’Malley ha inspirado a músicos, novelistas y escritores de teatro a crear obras basadas en sus aventuras. Ejemplo de proyecto artístico fue la obra musical «The Pirate Queen» de Alain Boublil, Claude-Michel Shönberg, Richard Maltby, Jr. y John Dempsey con Stephanie J. Block como Grania (Gráinne). The Pirate Queen está basada en la novela de 1986 de Morgan Llywelyn sobre la vida de O’Malley, «Grania: She-King of the Irish Seas».

Enlaces de interés :

https://www.bbc.com/mundo/noticias-56255464

https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/matriarca-la-fascinante-historia-de-grace-omalley-la-intrepida-y-feroz-reina-pirata-de-irlanda-nid05092021/

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/la-pirata-grace-o-malley/20120326132537072463.html

9 Poemas de William Butler Yeats

The Stolen Child

Where dips the rocky highland 
Of Sleuth Wood in the lake, 
There lies a leafy island 
Where flapping herons wake 
The drowsy water-rats: 
There we’ve hid our faery vats, 
Full of berries 
And of reddest stolen cherries. 
Come away, O human child! 
To the waters and the wild 
With a faery, hand in hand, 
For the world’s more full of weeping than you can understand.

Where the wave of moonlight glosses 
The dim grey sands with light, 
Far off by furthest Rosses 
We foot it all the night, 
Weaving olden dances, 
Mingling hands and mingling glances 
Till the moon has taken flight; 
To and fro we leap 
And chase the frothy bubbles, 
While the world is full of troubles 
And is anxious in its sleep. 
Come away, O human child! 
To the waters and the wild 
With a faery, hand in hand, 
For the world’s more full of weeping than you can understand.

Where the wandering water gushes 
From the hills above Glen-Car, 
In pools among the rushes 
That scarce could bathe a star, 
We seek for slumbering trout 
And whispering in their ears 
Give them unquiet dreams; 
Leaning softly out 
From ferns that drop their tears 
Over the young streams. 
Come away, O human child! 
To the waters and the wild 
With a faery, hand in hand, 
For the world’s more full of weeping than you can understand.

Away with us he’s going, 
The solemn-eyed: 
He’ll hear no more the lowing 
Of the calves on the warm hillside 
Or the kettle on the hob 
Sing peace into his breast, 
Or see the brown mice bob 
Round and round the oatmeal-chest. 
For he comes, the human child, 
To the waters and the wild 
With a faery, hand in hand, 
From a world more full of weeping than he can understand.

El niño robado

Donde se zambullen las montañas rocosas 
del bosque de Sleuth en el lago, 
hay una boscosa isla 
donde las garzas al aletear despiertan 
a las soñolientas ratas de agua: 
Allí hemos ocultado nuestras tinajas encantadas, 
llenas de bayas 
y de las cerezas robadas más rojas. 
¡Márchate, oh niño humano! 
a las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde las olas del claro de luna alumbran 
las oscuras arenas grises con su brillo, 
lejos, en el lejano Rosses 
nosotros caminamos por ellas toda la noche, 
tejiendo viejas danzas, 
juntando las manos y juntando las miradas 
hasta que la luna emprende el vuelo; 
Saltamos de un lado a otro 
y cazamos las burbujas de la espuma, 
mientras el mundo está lleno de problemas 
y duerme con ansiedad. 
¡Márchate, oh niño humano! 
a las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde el agua errante cae 
desde los cerros a Glen-Car, 
en lagunas entre los rápidos 
que casi podrían bañar una estrella, 
buscamos las truchas que dormitan 
y susurrando en sus oídos 
les damos sueños inquietos; 
Inclinándonos con suavidad desde 
los helechos que lloran 
sobre los jóvenes arroyos. 
¡Márchate, oh niño humano! 
a las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Con nosotros se marcha 
el de mirada solemne: 
Ya no oirá el mugido 
de los terneros en la cálida colina 
o a la tetera en la cocina 
cantar paz para su pecho, 
ni verá el cuello pardo de los ratones 
alrededor del cajón de la harina de avena. 
Pues se viene, el niño humano, 
a las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
desde un mundo con más llanto del que puede entender.

The Fiddler Of Dooney

When I play on my fiddle in Dooney,
Folk dance like a wave of the sea; 
My cousin is priest in Kilvarnet, 
My brother in Mocharabuiee.

I passed my brother and cousin: 
They read in their books of prayer; 
I read in my book of songs 
I bought at the Sligo fair.

When we come at the end of time 
To Peter sitting in state, 
He will smile on the three old spirits,
But call me first through the gate;

For the good are always the merry, 
Save by an evil chance, 
And the merry love the fiddle, 
And the merry love to dance:

And when the folk there spy me, 
They will all come up to me, 
With ‘Here is the fiddler of Dooney!’ 
And dance like a wave of the sea.

El violinista de Dooney

Cuando toco mi violín en Dooney, 
la gente baila como una ola del mar; 
Mi primo es un cura en Kilvarnet, 
mi hermano en Mocharabuiee.

Me crucé con mi hermano y mi primo: 
leían sus libros de oraciones; 
Yo leía mi libro de canciones 
que compré en la feria de Sligo.

Cuando lleguemos el día final 
donde Pedro, majestuoso, 
él sonreirá a las tres viejas almas, 
pero me hará pasar primero por el portal;

Pues los buenos son siempre los alegres; 
Salvo por algún maligno azar, 
y los alegres aman el violín, 
y los alegres aman bailar:

Y cuando la gente allí me vea, 
vendrán todos hacia mí, 
diciendo ‘¡Aquí está el violinista de Dooney!’
y bailarán como una ola del mar.

Libélula

Para que no se hunda la civilización
y pierda su gran batalla,
calla al perro y ata el caballo
de una estaca bien lejos:
nuestro señor el César está en su tienda
ante los mapas desplegados,
sus ojos fijos en la nada,
su cabeza apoyada en la mano.
Como una libélula en el río,
Su mente se mueve en el silencio.

Para que las torres sin cúspide ardan
y los hombres recuerden tu rostro,
muévete suavemente, si has de moverte
en este paraje solitario.

Piensa, mujer en una parte, niña en tres,
que nadie observa. Con sus pies
practica un rastreado chapucero
que aprendió en la calle.
Como una libélula en el río,
Su mente se mueve en el silencio.

Para que las púberes encuentren
al primer Adán con que soñaron,
cierra la puerta de la capilla del papa
y no dejes entrar a los niños.
En ese andamio se inclina Miguel Ángel.
Haciendo menos ruido que un ratón
Su mano se mueve de aquí para allá.
Como una libélula en el río,
Su mente se mueve en el silencio. 

Traducción de Nicolás Suescún

Moscas de largas zancas

Para que la civilización no se hunda,
perdida su gran batalla,
haz callar al perro, ata el potrillo
a un poste distante.
César, nuestro amo, se halla en la tienda
donde los mapas está desplegados,
sus ojos fijos en el vacío
y una mano bajo el mentón.
Como una mosca de largas zancas sobre el río
su mente se mueve en el silencio.

Para que las insuperables torres sean quemadas
y los hombres memoren el rostro,
muévete lo más suavemente posible, si debes hacerlo
en este solitario lugar. 

Ella piensa, en parte mujer, tres parte niña,
que nadie la mira; sus pies 
ensayan un paso de baile 
aprendido en la calle.
Como una mosca de largas zancas sobre el río
su mente se mueve en el silencio.

Para que las muchachas púberes puedan encontrar
el primer Adán en su pensamiento,
cierra la puerta de la capilla papal,
mantén fuera esas niñas. 
Ahí en el andamio está acostado Miguel Angel.
Sin más ruido que el que hacen los ratones
mueve su mano de un lado a otro.
Como una mosca de largas zancas sobre el río
su mente se mueve en el silencio.

Versión de Alberto Girri

William B. Yeats y su esposa George Hyde-Lees

Una joven y vieja mujer

¿Cuál fue el alegre muchacho que más me agradó 
de todos cuantos yacieron conmigo? 
Respondo que mi alma entregué 
y en el dolor amé, 
mas gran placer me dio un muchacho 
al que físicamente amé. 
Libre del cerco de sus brazos 
reía al pensar que era tal su pasión 
que él imaginaba que yo entregaba el alma 
cuando sólo existía el contacto de dos cuerpos, 
y reía sobre su pecho al pensar 
que era la misma entrega que hay entre las bestias. 
Di lo que otras dieron 
después de quitarse la ropa, 
mas cuando este alma del cuerpo se despoje 
y desnuda vaya a lo desnudo 
aquel a quien halló encontrará allí dentro 
lo que ningún otro conoce. 
y dará lo suyo y tomará lo suyo 
y regirá por derecho propio; 
Y aunque amó en el dolor 
tanto se aferra y se cierra, 
que ningún ave diurna 
osaría extinguir tal deleite.

El triunfo de ella

Hice lo que el dragón quiso hasta que apareciste.
Porque creía que el amor era una fortuita
improvisación, o un juego establecido
que dura mientras dura la caída de un pañuelo.
Lo mejor de todo eran las alas que tenía un minuto
y si luego había ingenio es que hablaban los ángeles;
entonces surgiste entre los anillos del dragón.
Me burlé, ofuscada, pero tú lo venciste,
rompiste la cadena y liberaste mis tobillos
como un Perseo pagano o un San Jorge;
y ahora vemos atónitos el mar
y un ave milagrosa grazna mientras nos mira.

The cat and the moon

The cat went here and there
And the moon spun round like a top,
And the nearest kin of the moon,
The creeping cat, looked up.
Black Minnaloushe stared at the moon,
For, wander and wail as he would,
The pure cold light in the sky
Troubled his animal blood.
Minnaloushe runs in the grass
Lifting his delicate feet.
Do you dance, Minnaloushe, do you dance?
When two close kindred meet,
What better than call a dance?
Maybe the moon may learn,
Tired of that courtly fashion,
A new dance turn.
Minnaloushe creeps through the grass
From moonlit place to place,
The sacred moon overhead
Has taken a new phase.
Does Minnaloushe know that his pupils
Will pass from change to change,
And that from round to crescent,
From crescent to round they range?
Minnaloushe creeps through the grass
Alone, important and wise,
And lifts to the changing moon
His changing eyes.

El gato y la luna

El gato se fue aquí y allá

y la luna giraba como una peonza.

y el primo hermano de la luna,

el gato rampante, miró hacia arriba.

El negro Minaluch observó la luna,

y por mucho que se moviera y maullara,

la fría y pura luz en el cielo

conmovía su sangre animal.

Minaluch corre por la hierba,

alzando las delicadas patas.

¿Bailas, Minaluch, bailas?

Cuando dos almas gemelas se encuentran,

¿hay algo mejor que un baile?

Quizá la luna aprenda,

cansada de modas palaciegas,

una nueva manera de bailar.

Minaluch se arrastra por la hierba,

pasando de un lugar a otro,

iluminado por la sagrada luna

que ha entrado en una nueva fase.

¿Sabe Minaluch que sus pupilas

pasarán de un cambio a otro,

y que van de luna llena a media luna,

de media luna a luna llena?

Minaluch se arrastra por la hierba

solo, importante y sabio,

y alza hacia la luna cambiante

sus cambiantes ojos.

Sueños rotos

Hay gris en tus cabellos;
los jóvenes ya no se quedan sin aliento
a tu paso;
acaso te bendiga algún vejete
porque fue tu plegaria
la que lo salvó en el lecho de muerte.
Por tu bien  -que ha sabido de todo dolor del corazón,
y que ha impartido todo el dolor del corazón,
desde la magra niñez acumulando
onerosa belleza-  por tu solo bien
el cielo desvió el golpe de su sino,
tan grande su porción en la paz que estableces
con sólo penetrar dentro de un cuarto.

Tu belleza no puede sino dejar entre nosotros
vagos recuerdos, recuerdos nada más.
Cuando los viejos se cansen de hablar, un joven
le dirá a un viejo: «Háblame de esa dama
que terco en su pasión nos cantaba el poeta
cuando ya su sangre debiera estar helada por los años».

Vagos recuerdos, recuerdos nada más.
Pero en la tumba todos, todos se verán renovados.
La certidumbre de que veré a esa dama
reclinada o erecta o caminando
en el primor inicial de su feminidad 
y con el fervor de mis ojos juveniles, 
me ha puesto a balbucear como un tonto. 

Era más bella que cualquiera
no obstante tu cuerpo tenía una tacha; 
tus manos pequeñas no eran bellas,
y temo que has de correr
y las hundirás hasta la muñeca
en ese lago misterioso, siempre rebosante
donde todos los que cumplieron la ley sacra
se hunden y resurgen perfectos. Deja intactas 
las manos que besé, 
por bien del viejo bien.

Muere el último toque de media noche.
Todo el día, en la misma silla
de sueño a sueño y rima a rima he errado,
en charla incoherente con una imagen de aire:
vagos recuerdos, recuerdos nada más.

Versión de Hernando Valencia Goelkel

La muerte

Ni miedo ni esperanza
acompañan al animal que muere;
el hombre aguarda su final
temiendo y esperando todo;
muchas veces murió,
muchas se levantó de nuevo.
Un gran hombre con su orgullo
al enfrentar asesinos
hunde en el escarnio
la cesación del aliento.
Él conoce la muerte a fondo —
el hombre creó la muerte.

Traducción de Gerardo Gambolini

William Butler Yeats /je?ts/ (Dublín,Irlanda, 13 de junio de 1865- Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 28 de enero de 1939). Poeta, dramaturgo, periodista, senador, autor y empresario de teatro, Premio Nobel de Literatura, 1923.  Creador del estilo celta crepuscular, fue sin duda el máximo representante del renacimiento de la literatura irlandesa moderna, y uno de los autores más destacados del siglo XX. Yeats estudió en Sandymount, Irlanda y en Londres. Pasó las vacaciones de la infancia en el condado de Sligo y estudió poesía desde temprana edad cuando se sintió fascinado por las leyendas irlandesas y el ocultismo. Estos temas aparecen en la primera fase de su trabajo, que duró aproximadamente hasta principios del siglo XX. Su primer volumen de verso se publicó en 1889, y sus poemas de ritmo lento y lírico muestran deudas con Edmund Spenser, Percy Bysshe Shelley y los poetas de la Hermandad prerrafaelita. A partir de 1900, su poesía se hizo más física y realista. Renunció en gran medida a las creencias trascendentales de su juventud, aunque seguía preocupado por las máscaras físicas y espirituales, así como por las teorías cíclicas de la vida. 

El mayor logro de Yeats fue independizar la cultura irlandesa de los moldes ingleses, tanto en la temática como en la expresión. La poesía de Yeats suele estar inspirada en el paisaje, los ambientes y los mitos de la cultura tradicional irlandesa, especialmente en las leyendas de origen celta, con una constante preocupación por la musicalidad del verso.

Biografía : https://www.biografiasyvidas.com/biografia/y/yeats.htm

Oscar Wilde visual



Los desafíos estéticos y sociales de Oscar Wilde | Fernando Galván



Documental de la BBC (ENG/ESP)



OSCAR WILDE (DE PROFUNDIS -AUDIOLIBRO COMPLETO-)

https://youtu.be/VspIXwl4qEQ

9 Poemas de Oscar Wilde

«Me han tratado brutalmente pero no me han cambiado ,simplemente me han destruido«

Oscar Wilde

Apología

¿Es tu voluntad que yo crezca y decline?

Trueca mi paño de oro por la gris estameña

y teje a tu antojo esa tela de angustia

cuya hebra más brillante es día malgastado.

¿Es tu voluntad -Amor que tanto amo-

que la Casa de mi Alma sea lugar atormentado

donde deban morar, cual malvados amantes,

la llama inextinguible y el gusano inmortal?

Si tal es tu voluntad la he de sobrellevar

y venderé ambición en el mercado,

y dejaré que el gris fracaso sea mi pelaje

y que en mi corazón cave el dolor su tumba.

Tal vez sea mejor así -al menos

no hice de mi corazón algo de piedra,

ni privé a mi juventud de su pródigo festín,

ni caminé donde lo Bello es ignorado.

Casa de la ramera

Seguimos las huellas de unos pies que bailaban

hacia la calle alumbrada de luna

y nos detuvimos bajo la casa de la ramera.

Adentro, por sobre estrépito y movimiento,

oímos los músicos tocando a gran volumen

el «Treues Liebes Herz» de Strauss.

Como formas extrañas y grotescas,

realizando fantástico arabesco

corrían sombras detrás de las cortinas.

Vimos girar los fantasmales bailarines

al ritmo de violines y de cuernos

cual hojas negras llevadas por el viento.

Igual que marionetas tiradas de sus hilos

las siluetas de magros esqueletos

se deslizaban en la lenta cuadrilla.

Tomados de la mano

bailaban majestuosa zarabanda;

y el eco de las risas era agudo y crispado.

veces un títere de reloj apretaba

la amante inexistente contra el pecho,

y otras parecía que querían cantar.

A veces una horrible marioneta

se asomaba al umbral fumando un cigarrillo

Como cosa viviente.

Entonces, volviéndome a mi amor dije,

«Los muertos bailan con los muertos,

el polvo se arremolina con el polvo».

Pero ella escuchó el violín,

se apartó de mi lado y entró:

entró el Amor en casa de Lujuria.

Súbitamente, desentonó la melodía,

se fatigaron de danzar el vals,

las sombras dejaron de girar.

Y por la larga y silenciosa calle

en sandalias de plata asomó el alba

como niña asustada

Flores de amor

Amor, no te culpo; la culpa fue mía,
no hubiera yo sido de arcilla común
habría escalado alturas más altas aún no alcanzadas,
visto aire más lleno, y día más pleno.

Desde mi locura de pasión gastada
habría tañido más clara canción,
encendido luz más luminosa, libertad más libre,
luchado con malas cabezas de hidra.

Hubieran mis labios sido doblegados hasta hacerse música
por besos que sólo hicieran sangrar,
habrías caminado con Bice y los ángeles
en el prado verde y esmaltado.

Si hubiera seguido el camino en que Dante viera
los siete círculos brillantes,
¡Ay!, tal vez observara los cielos abrirse, como
se abrieran para el florentino.

Y las poderosas naciones me habrían coronado,
a mí que no tengo nombre ni corona;
y un alba oriental me hallaría postrado
al umbral de la Casa de la Fama.

Me habría sentado en el círculo de mármol donde
el más viejo bardo es como el más joven,
y la flauta siempre produce su miel, y cuerdas
de lira están siempre prestas.

Hubiera Keats sacado sus rizos himeneos
del vino con adormidera,
habría besado mi frente con boca de ambrosía,
tomado la mano del noble amor en la mía.

Y en primavera, cuando flor de manzano
acaricia un pecho bruñido de paloma,
dos jóvenes amantes yaciendo en la huerta
habrían leído nuestra historia de amor.

Habrían leído la leyenda de mi pasión, conocido
el amargo secreto de mi corazón,
habrían besado igual que nosotros, sin estar
destinados por siempre a separarse.

Pues la roja flor de nuestra vida es roída
por el gusano de la verdad
y ninguna mano puede recoger los restos caídos:
pétalos de rosa juventud.

Sin embargo, no lamento haberte amado -¡ah, qué más
podía hacer un muchacho,
cuando el diente del tiempo devora y los silenciosos
años persiguen!

Sin timón, vamos a la deriva en la tempestad
y cuando la tormenta de juventud ha pasado,
sin lira, sin laúd ni coro, la Muerte,
el piloto silencioso, arriba al fin.

Y en la tumba no hay placer, pues el ciego
gusano se ceba en la raíz,
y el Deseo tiembla hasta tornarse ceniza,
y el árbol de la pasión ya no tiene fruto.

¡Ah!, qué más debía hacer sino amarte; aún
la madre de Dios me era menos querida,
y menos querida la elevación citérea desde el mar
como un lirio argénteo.

He elegido, he vivido mis poemas y, aunque
la juventud se fuera en días perdidos,
hallé mejor la corona de mirto del amante
que la de laurel del poeta.

 

Balada de la cárcel de Reading I

Ya no vestía su casaca escarlata,
porque rojos son la sangre y el vino
y sangre y vino había en sus manos
cuando lo sorprendieron con la muerta,
la pobre muerta a la que había amado
Y a la que asesinó en su lecho.

Entre los reos caminaba
con un mísero uniforme gris
y una gorrilla en la cabeza;
Parecía andar ligero y alegre,
pero nunca vi a un hombre que mirara
con tanta avidez la luz del día.

Nunca vi a un hombre que mirara
con ojos tan ávidos
ese pequeño toldo azul
al que los presos llaman cielo
y cada nube que pasaba
con sus velas de plata.

Yo, con otras almas en pena,
caminaba en otro corro
y me preguntaba si aquel hombre habría hecho
algo grande o algo pequeño,
cuando una voz susurró a mis espaldas:
«¡A ese tipo lo van a colgar!»

¡Santo Cristo! Hasta los muros de la cárcel
de pronto parecieron vacilar
y el cielo sobre mi cabeza se convirtió
en un casco de acero ardiente;
y, aunque yo también era un alma en pena,
mi pena no podía sentirla.

Sólo sabía que una idea obsesiva
apresuraba su paso, y por qué
miraba al día deslumbrante
con tan ávidos ojos;
Aquel hombre había matado lo que amaba,
y por eso iba a morir.

Aunque todos los hombres matan lo que aman,
que lo oiga todo el mundo,
unos lo hacen con una mirada amarga,
otros con una palabra zalamera;
el cobarde con un beso,
¡el valiente con una espada!.

Unos matan su amor cuando son jóvenes,
y otros cuando son viejos;
Unos lo ahogan con manos de lujuria,
otros con manos de oro;
El más piadoso usa un cuchillo,
pues así el muerto se enfría antes.

Unos aman muy poco, otros demasiado,
algunos venden y otros compran;
Unos dan muerte con muchas lágrimas
y otros sin un suspiro:
pero aunque todos los hombres matan lo que aman,
no todos deben morir por ello.

No todo hombre muere de muerte infamante
en un día de negra vergüenza,
ni le echan un dogal al cuello,
ni una mortaja sobre el rostro,
ni cae con los pies por delante,
a través del suelo, en el vacío.

No todo hombre convive con hombres callados
que lo vigilan noche y día,
que lo vigilan cuando intenta llorar
y cuando intenta rezar,
que lo vigilan por miedo a que él mismo robe
su presa a la prisión.

No todo hombre despierta al alba y ve
aterradoras figuras en su celda,
al trémulo capellán con ornamentos blancos,
y al director, de negro brillante,
con el rostro amarillo de la sentencia.

No todo hombre se levanta con lastimera prisa
para vestir sus ropas de condenado
mientras algún doctor de zafia lengua disfruta
y anota cada nueva crispación nerviosa,
manoseando un reloj cuyo débil tic-tac
suena lo mismo que horribles martillazos.

No todo hombre siente esa asquerosa sed
que le reseca a uno la garganta antes
de que el verdugo, con sus guantes de faena,
franquee la puerta acolchada
y le ate con tres correas de cuero
para que la garganta no vuelva a sentir sed.

No todo hombre inclina la cabeza
para escuchar el oficio de difuntos
ni, mientras la angustia de su alma
le dice que no está muerto,
pasa junto a su propio ataúd
camino del atroz tinglado.

No todo hombre mira hacia lo alto
a través de un tejadillo de cristal,
ni reza con labios de barro
para que cese su agonía
ni siente en su mejilla estremecida
el beso de Caifás.

 
 

Soneto a la libertad

No es que a tus hijos, de pupilas lacias
que apenas su congoja admiten ver
y mentes que prefieren no saber,
yo ame -es que el rugir de tus Democracias,

tus reinos del Terror, tus Anarquías
cual mar reflejan mi animosidad
y a mi ira un hermano dan- ¡Libertad!
sólo así tus dísonas melodías

llorando alegran mi alma, ya los jueces
todos, a mal de látigo y andanadas
robasen a los pueblos sus derechos

que no me inmute -y a pesar de los hechos,
los Cristos muriendo en las barricadas
sabe Dios que estoy con ellos, a veces.

La fuga de la luna

Hay paz para los sentidos,
una paz soñadora en cada mano,
y profundo silencio en la tierra fantasmal,
profundo silencio donde las sombras cesan.

Sólo el grito que el eco hace chillido
de algún ave desconsolada y solitaria;
la codorniz que llama a su pareja;
la respuesta desde la colina en brumas.

Y súbitamente, la luna retira
su hoz de los cielos centelleantes
y vuela hacia sus cavernas sombrías
cubierta en velo de gasa gualda.

Mi voz

En este mundo inquieto, moderno, apresurado,
tomamos todo aquello que nuestro corazón deseaba -tú y yo,
y ahora las velas blancas de nuestro barco están arriadas
y agotada la carga del navío.

Por ello, prematuras, empalidecen mis mejillas,
pues el llorar es mi contento huido
y el dolor ha apagado el rosa de mi boca
y la ruina corre las cortinas de mi lecho.

Pero toda esta vida atiborrada ha sido para ti
solamente una lira, un laúd, el encanto sutil
del violoncello, la música del mar
que duerme, mímico eco, en su concha marina.

Su voz

La intrépida abeja vaga de rama en rama,
con su hirsuto abrigo y ligeras alas,
ahora sobre el pétalo del lirio,
ahora balanceándose en un jacinto,
en torno a él:
Estaba cerca el amor; y fue aquí, supongo,
donde realicé mi voto.

Juré que dos almas deberían ser una,
mientras las gaviotas amen el mar,
mientras los girasoles amen el sol.
Será, dije, nuestra eternidad,
tuya y mía.
Querida amiga, aquellos tiempos se han ido,
la red del Amor se ha cerrado.

Mira hacia arriba, donde los álamos
danzan y danzan en el aire del estío,
aquí en el valle, la brisa nunca
agita los frutos, pero allí
los grandes vientos soplan,
y desde el susurro místico del mar
arriban las olas que acarician la costa.

Mira hacia arriba, donde gritan las níveas gaviotas,
¿qué pueden contemplar que nosotros no vemos?
¿acaso una estrella? ¿o quizás la lámpara que ruge
en algún lejano y perdido buque?
¡Ah, puede ser!
¡Hemos vivido en una tierra de sueños!
y que triste parece.

Mi Vida, no queda nada por decir,
salvo esto: el amor nunca se pierde,
el filo del invierno desgarra el pecho de mayo,
y sus rosas carmesí brotan quebrando el hielo.
Los navíos de la tempestad
en alguna bahía encontrarán su muelle,
así como nosotros deberíamos hacerlo.

Y no queda nada por hacer
salvo besarnos una vez más, y partir.
No, no hay nada que debamos lamentar,
yo tengo mi belleza, y tu el arte.
No, que nunca comience,
un mundo no es suficiente
para dos como tú y yo.

La tumba de Keats

Libre de la injusticia del mundo y su dolor,
descansa al fin bajo el velo azul de Dios:
arrebatado a la vida cuando vida y amor eran nuevos,
el mártir más joven yace aquí,
justo cual Sebastián y tan temprano muerto.
Ningún ciprés ensombrece su tumba, ni tejo funeral,
sino amables violetas con el rocío llorando
sobre sus huesos tejen cadena de perenne floración.
¡Oh, altivo corazón que destruyó el dolor!
¡Oh, los labios más dulces desde los de Mitilene!
¡Oh, pintor-poeta de nuestra tierra inglesa!
Tu nombre inscribióse en el agua; y habrá de perdurar:
lágrimas como las mías conservarán tu memoria verde,
como el pote de albahaca Isabella.

Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde (Dublin ,16 de octubre de 1854-Paris, 30 de noviembre de 1900 ) escritor, poeta y dramaturgo,de origen aristocrático, fué educado en casa hasta los nueve años y posteriormente asistió a la Portora Royal School en Enniskillen, Condado de Fermanagh ,al Trinity College de Dublín y a la Universidad de Oxford . El ambiente en Oxford era de creatividad y libertad, donde se desarrolló el dandismo. Oscar adoptó un  estilo de vida bohemio y una estética dandy repleta de extravagancias, el pelo largo,  el foulard,  un bastón con empuñadura de piedras preciosas, medias de seda y pantalones cortos de terciopelo; colecionaba objetos excéntricos y brillaba por su inteligencia y un perspicaz sentido del humor .

Mencion aparte merece su madre, Jane Wilde, mujer muy culta, escritora, poeta y feminista ,que firmaba sus escritos y alegatos con el pseudónimo de “Speranza”  . Sus textos  invitaban a la independencia de su nación, que se encontraba bajo el yugo del Imperio Británico, por lo que a pesar de ser amada por unos, también fue perseguida por el sector conservador ; después de un juicio acusada  de difamación, ella y su esposo cayeron en bancarrota. Murió en 1896 a la edad de 74 años cuando su hijo aún estaba en prisión. Dicen que Oscar Wilde siempre tuvo como referencia a su madre.

El primer libro publicado de Oscar Wilde  fué Poemas (1881) y  su primer premio el Premio Newdigate de poesía en 1878.

El 24 de diciembre de 1881 zarpa rumbo a los Estados Unidos respondiendo a una invitación que le habian hecho para dar unas conferencias, los jóvenes le siguen,visita a Walt Witman,le adelantan mil dolares para una futura obra de teatro, se pasea por todo Estados Unidos  pero en el fondo ese país no le interesa nada y regresa a Paris donde permanece un tiempo hasta que gasta todo su dinero.

A partir de 1882 se establece  en Londres de manera permanente  y en 1884 se  casa con Constance Lloyd ,una bella e inteligente joven y tienen dos hijos. En Londres trabaja como periodista y es reconocido en todos los ambientes culturales. En 1887 se convierte en director de la revista Woman Word con éxito , prestigio y bonanza económica.Escribe cuentos, ensayos, y comienza a preparar su única novela, El retrato de Dorian Gray la cual publica en 1891; el éxito es rotundo. Escribe sus obras de teatro,sus comedias. Al tiempo inicia su doble vida. descubre su homosexualidad y se entrega a vivir experiencias alejándose de su esposa. 

En  1895 Wilde inició un pleito contra el Marqués de Queensberry, quién le acusó de homosexualidad y sodomía practicada con su hijo Lord Alfred Douglas, Bosie, el gran amor en la vida de Oscar Wilde. Tras el juicio, Wilde autor ya reconocido y alabado por obras como El retrato de Dorian Gray y Salomé, fue condenado y encarcelado durante dos años en las prisiones de Wandsworth y Reading Gaol, perdiendo a su familia,(pierde la patria potestad de sus hijos, su mujer se cambia el apellido  y se aleja aunque nunca se divorciaron). tambien pierde  bienes y  amigos. Celdas oscuras y  trabajos forzados van minando la salud y apagando su vitalidad . Cuando salió de la cárcel se trasladó a la localidad francesa de Berneval y adoptó el seudónimo de Sebastian Melmoth. En Berneval escribió “Balada De La Cárcel De Reading” (1898), inspirada en su estancia en prisión.

Posteriormente residió en París en un hotel  en condiciones económicas míseras. Se vuelve a reencontrar con Alfred  y estan un tiempo juntos , viajan a Italia y Argelia, pero ya esa relacion estaba terminada.

Falleció en la capital francesa el 30 de noviembre de1900, tenía 46 años. Dicen que antes de morir pidió champaña y despues de ver la factura, al levantar la copa, comentó: “Estoy muriendo por encima de mis posibilidades”.

Novela
El retrato de Dorian Gray (1891)

El crimen de lord Arthur Saville y otras historias(1891):

El fantasma de Canterville

 La esfinge sin secreto

El modelo millonario

El retrato del Sr. W. H.

El cumpleaños de la infanta

Poemas en prosa De profundis (1905)

Teleny o El reverso de la medalla (1893)

Cuentos

El príncipe feliz y otros cuentos(1888):

El ruiseñor y la rosa

El Fantasma de Canterville

El gigante egoísta

El amigo fiel

El famoso cohete

Una casa de granadas(1892):

El joven rey

El cumpleaños de la infanta

El pescador y su alma

El niño estrella

Ensayos

Intenciones(1891):

La decadencia de la mentira

Pluma, lápiz y veneno

El crítico artista

La verdad sobre las máscaras

El alma del hombre bajo el socialismo (1891–1904)

Frases y filosofías para uso de la juventud (1894)

Algunas máximas para la instrucción de los súper-educados (1894)

Poesia
Ravenna (1878)

Poemas (1881)

Poemas en prosa (1894)

La esfinge (1894)

Balada de la Cárcel de Reading (1898)

Requiescat

Teatro
Vera o los nihilistas (1880)

La duquesa de Padua (1883)

El abanico de Lady Windermere (1892)

Una mujer sin importancia (1893)

Salomé (1894)

Un marido ideal (1895)

La importancia de llamarse Ernesto (1895)

https://www.elmostrador.cl/cultura/2014/11/07/nieto-de-oscar-wilde-en-chile-mi-abuelo-se-opuso-a-muchos-temas-de-injusticia-social/

https://www.esquire.com/es/actualidad/libros/a23548885/oscar-wilde-retrato-de-dorian-gray-manuscrito-original-censura/

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