Hora sexta de la mañana de algún modo parece absurdo pero llega este ruiseñor y se sacude el instante.
**********
ABÎME PERDU
1 Me siento ridículo como el recolector de hojas caídas en el parque
cuando una vida es noviembre. Y he aquí que me muero de risa como bromas que beben copas de cumpleaños. Ya no escribo actúo con el bolígrafo callando.
2 El ímpetu en la nieve muerte: plumas de los ángeles. Nieva. Los niños juegan en la nieve. Ahí arriba alguien mata. Aquí abajo alguien tiene las palabras por contrapeso. El hombre de nieve algo dice no entiendo. Se halla a algo de distancia.
3 Atenas con algo de Byas y nieve parecía París: los versos llevan a la muerte con algo de afectación.
Somos mendigos de otra vida. Bebamos.
4 Todo lo que dice como si me lo dijera al oído. Curvo que se responsabiliza. Los edificios saben más que nosotros. Encontrémonos fuera en algún lugar. Incluso las palomas mantienen una posición. Veo mi libro en un escaparate. Alguna fiebre se aja dentro. Nos comunicamos con éxito. Espermatozoides que lo tenemos crudo. Las manos son para nuestros bolsillos un misterio. Hacia qué completaré el poema.
5 Llego al ser principalmente con lo que no soy. La metafísica se dibuja en las suelas. Me siento el fragmento postrero de una serie que ha terminado. La muerte en los zapatos. Hacia qué la controversia.
6 Nada más heroico que el envilecimiento: sentado en un faro tú canta ebrio madrigales de piratas.
7 Por solidaridad solo acepto dólares.
LA BOCA ABIERTA
Rocas discurren por los ríos que discurren por entre rocas puesto que reconocen renglones. Otórgale importancia. Tiene un hambre de lobo. Deja el poema para siempre con la boca abierta.
Tres poemas (1996-2008) incluidos en el próximo libro de Mantis Editions.
Traducción : Mario Domínguez Parra
Yannis Livadás (Grecia. 26 de septiembre de 1969) Poeta .
En 1993 inventó el soneto de fusión. En 2008 introdujo la idea de la antipermutación orgánica.
Desde 2011 ha evitado toda participación en festivales literarios y actos que tengan que ver con la poesía a nivel internacional, así como también la adhesión a grupos o a asociaciones de corte literario. Sus poemas y ensayos han sido traducidos a doce idiomas. Actualmente vive en Paris, Francia.
Bibliografia :
El sebo de la mosca / Poemas dispersos 1996-2012 (Mantis Editores, Mexico 2024) Κενά τεκμαιρόμενα [Segunda edición] (Εκάτη, Grecia 2023) Εκδοχικά. Τζαζ ποιήματα 1990-2009 (Πανοπτικόν, Grecia 2023) Ρουτίνες (Ίνδικτος, Grecia 2022) Άκρα [Ποιήματα 1990-2008] (Εκάτη, Grecia 2022) Il grasso della mosca / Poesie 1995-2010 (Campanotto Editore, Italia 2021) Jazz Şiirleri (Sub Press, Turquía 2021) Collected Haiku (Red Moon Press, Estados Unidos 2020) Kemiklerimden Yapılma Mezar Çorbası [Seçilmiş kısa şiirler 1996-2012] (Sub Press, Turquía 2020) La Chope Daguerre / Autoreportage (Edizioni Kolibris, Italia 2020) My Bones In The Soup Of My Grave: Selected Shorter Poems 1996-2012 (Ragged Lion Press, Reino Unido 2019) A Sum of Haiku: 1991-1997 (Ragged Lion Press, Reino Unido 2019)
Autoreportages (Moloko Print, Alemania 2018) Χάικου 1991-2008 (Εκάτη, Grecia 2018) Κενά τεκμαιρόμενα (Κουκούτσι, Grecia 2017) Magnat De La Mort [Poèmes courts 1997-2011] (Éditions L’ Harmattan, Francia 2017) An interview and Five Poems (Una coedición de Moloko Print [Alemania] y Sea Urchin Editions [Holanda] 2017) Austerity Measures/The New Greek Poetry [seis poemas] (New York Review Books, Estados Unidos 2017) Austerity Measures/The New Greek Poetry [seis poemas](Penguin Books, Reino Unido 2016) Μοντάρτ (Alloglotta, Grecia 2015) Strictly Two (Sea Urchin Editions, Holanda 2015) Το ξίγκι της μύγας (Κέδρος, Grecia 2015) Ηχούν οστά [17 ποιήματα για την τζαζ] (Ιωλκός, Grecia 2014) La Chope Daguerre + Ποιήματα κελύφους (Κέδρος, Grecia 2013) Bezumljie (Peti Talas, Serbia 2012) Kelifus (Cold Turkey Press, Francia 2011) Άτη / Σκόρπια ποιήματα 2001-2009 (Κέδρος, Grecia 2011) The Margins Of A Central Man (Graffiti Kolkata, India 2010) The Star Electric Space/An International Anthology Of Indie Writers [cuatro poemas] (Graffiti Kolkata, India 2010) John Coltrane & 15 Poems for Jazz (C.C. Marimbo, Estados Unidos 2008)
Άπτερος Νίκη/Μπίζνες/Σφιγξ (Ηριδανός, Grecia 2008) Τζον Κόλτρεϊν και 12 ποιήματα για την τζαζ (Απόπειρα, Grecia 2007) Οι κρεμαστοί στίχοι της Βαβυλώνας (Μελάνι, Grecia 2007) Παράρτημα εύκρατης συγκίνησης (Ίνδικτος, Grecia 2003) Απόδειξη λιανικής ποίησης (Άκρον, Grecia 2002) Εξπρεσιονιστή ανάδραση (Άκρον, Grecia 2000)
Nota : Todo el contenido poético así como la bio y fotografías compartidas ha sido seleccionado y cedido por el autor para su publicación en esta página. Poiesis https://poetryalquimia.org/
¡Gracias a Yannis Livadáspor su generosidad, atención y confianza!
Siéntate al pie del hermoso follaje tupido de este lauro toma del ameno hontanar un dulce trago, por dar a tus miembros, jadeantes de agobio del estío, reposo con el embate de los soplos del zéfiro
«Extranjero, bajo el olmo tus cansados miembros descansa; entre sus verdes hojas suena un dulce vientecillo. Bebe la fresca agua de la fuente, pues es para los caminantes descanso, en la ardiente estación de la cosecha, muy agradable»
Sucumbiste también tú junto a una mata pródiga en raíces, Lócride, la más rauda de las perras bulliciosas; de tal modo en tu pata ligera inoculó su implacable veneno una sierpe de cuello abigarrado.
Epitafio a un animal (Pólux, V, 48)Traducción tomada de Bernabé Pajares, A.; Rodríguez Somolinos, H. (1994). Poetisas griegas. Madrid: Ediciones Clásicas
Pasajero, da reposo al abrigo de la peña a tus miembros fatigados, ¡tan dulce murmura la brisa entre el verde follaje! Bebe el agua fresca de la fuente. Pues a los caminantes es grato sin duda este respiro en el calor ardiente.
Epigrama 1 (AP 16.228)
A su grillo, ruiseñor de la gleba, y a un huésped de la encina, su cigarra, una tumba común les hizo Miro, deshecha la muchacha en llanto virginal, pues fueron dos los entretenimientos que el implacable Hades se le llevó al partir.
Ánite (Ἀνύτη, fl. ca. 300 a. C., Tegea, Grecia).Poeta que vivió en los siglos IV y III a. C. Llamada El Homero femenino por Meleagro de Gádara y una de las nueve Musas Terrenales por el poeta del siglo I Antipatro de Tesalónica. Considerada una de las más importantes escritoras de la Antigua Grecia.
Ánite escribió epigramas, epitafios, celebraciones de guerras y poesía bucólica que inspiraría el futuro género pastoril. Han sobrevivido 18 epigramas escritos en dialecto dórico recogidos en la Antología Griega; otros 6 son de dudosa atribución. La Antología Griega está compuesta por la Antología Palatina y el Apéndice Planudes mas otro apéndice.
Hay autores que sostienen que Ánite dirigía en el Peloponeso una escuela de poesía y literatura de la que tal vez formase parte Leónidas de Tarento, quien tal vez fuese su alumno.
Los epitafios, versos breves gravados a menudo en lápidas funerarias aunque no todos tenían este destino fúnebre, que escribió Ánite, solían estar dedicados tanto a hombres como a mujeres aunque también a animales y a la naturaleza, iniciando una tendencia de poesía pastoril ampliamente explotada por futuros poetas. Entre los escritores de la Antigua Grecia que dedicaron epitafios a animales, la autoría de Ánite de Tegea es la primera en el tiempo de las conocidas, y una de las primeras en lo que toca a descripciones vívidas de la naturaleza silvestre.
Muestra de su importancia en la Antigüedad son los testimonios de escritores como Antípatro de Tesalónica, que la considera entre las nueve musas terrenales, y Meleagro de Gádara, quien la llama “la Homero femenina”. También hicieron mención de esta autora el historiador bizantino Julio Pólux (Ιούλιος Πολυδεύκης; en latín, Iulius Pollux) y Esteban de Bizancio,(en griego medieval: Στέφανος Βυζάντιος Stéphanos Byzántios) lexicógrafo griego del siglo VI.
La comparación con Homero viene de su frecuencia por la utilización del epigrama funerario (en el cual sus protagonistas mueren, así como en las épicas del autor griego), además del uso parcial del vocabulario homérico (el cual recordamos que consiste en un dialecto usado por él mismo para sus obras más importantes, la Odisea y la Ilíada). Ánite lleva esta tradición a un dominio particular y específicamente femenino: el llanto de la madre por su hija muerta.
«Muy a menudo ante esta tumba, Clino, madre de una muchacha que vivió poco tiempo, llama deshecha en lágrimas a su querida hija e invoca el alma de Filenis, la que antes del himeneo descendió a las orillas del Aqueronte».
Esta innovación en la expresión desde un punto de vista femenino también se manifiesta en los epitafios dedicados a animales, que, como se ha dicho antes, son los primeros conocidos de la literatura griega.
Estos elogios nos hacen cuestionarnos qué tan conocida pudo llegar a ser, puesto que lo que nos ha llegado hasta hoy, no es suficientemente definitivo. ¿Habría escrito Ánite esa obra épica o son en realidad sus epigramas suficiente criterio para tales honores? Lamentablemente, con las evidencias actuales no podemos saberlo ni comprender su verdadero alcance e influencia.
Epigrama 2 (AP 7.190)
Nota:
La obra conocida como Antología palatina —debido a que el único manuscrito que existe de ella se halló en la biblioteca del conde Palatino de Heidelberg— es una colección de miles de epigramas de diversos autores griegos y épocas que con anterioridad se habían ido reuniendo en diferentes colecciones menores(syllogae minores): la Guirnalda o Corona de Meleagro (del s. I a. C.), la Guirnalda de Filipo de Tesalónica (s. I d. C.), las colecciones de Diógenes Laercio (s. III) y de Estratón (s. II), el Ciclo de Agatías Escolástico (s. VI) y la crucial Antología de Constantino Céfalas (s. IX). Poco después, hacia el siglo X o el siglo XI, todos esos textos griegos, a los que se alude también con el nombre genérico de Antología griega o Anthologia graeca, fueron copiados en un manuscrito, el códice Palatinus Graecus (P), origen de nuestra Antología Palatina. A finales del siglo XIII, un monje y filólogo bizantino, Máximo Planudes, basándose en la Antología de Céfalas, llevó a cabo una segunda colecciónmayor de los epigramas menos extensa que la Palatina, la Colecciónplanudea o Pl, que pronto alcanzaría una enorme difusión, gracias a las sucesivas publicaciones que los grandes editores humanistas hicieron de su texto. Actualmente, ambas colecciones mayores, la Palatina y la Planudea, suelen editarse conjuntamente con el nombre de la primera: Antología Palatina. La causa es que la Palatina, pese a contar en su origen con quince libros y ser más extensa que la Planudea, carece de epigramas que solo se habían conservado en la otra colección, por lo que los editores suelen incorporarle el texto planudeo como libro decimosexto, a modo de apéndice. Para un cumplido resumen del proceso de formación de las colecciones de la Antología, cf. la introducción de Cristóbal Rodríguez y Marta González (en Poemas de amor y muerte en la Antología Palatina. Libro V y selección del libro VII, Akal, 1999).
Yo soy dos mujeres. una habita la casa de su infancia cuida los jarros de flores ajusta los péndulos alimenta a los niños – sus niños asiste los primeros pasos de su bebé los últimos de su abuelo toma en sus brazos la cabeza cansada de su marido y él se siente reposado se siente como el adolescente que fue el día de su primer encuentro toca los límites de la inmortalidad y duerme feliz. Después ella se desliza por la cama suelta su cabello largo sus ojos se transforman de estrellas en soles la otra mujer no ilumina ,ella brilla, lee los diarios del mundo escucha la música de los países va descalza sobre los campos sobre las florestas vuela sobre los tejados sobre las fronteras y visita a su amado prisionero su amado marinero en alta mar va de luto por su amado muerto fusilado, traspasado, ahorcado tiene también el tiempo para hacer cosas en su lugar montar barricadas mecer los huérfanos cantándoles en diversas lenguas omnisciente por amor y por éxtasis pero siempre retorna antes de la aurora tira su túnica de magia recoge sus cabellos, se inclina sobre la cama toca la frente serena de su marido y le prepara el café de la mañana antes de despertar al resto de la familia.
La razón por la que callo
La razón por la que callo es la gran belleza de vuestra palabra Pablo Neruda Yannis Ritsos Langston Hughes. Pero esta noche hago una excepción porque no visteis a mi amado torso desnudo a la luz de la luna con hombros de mármol brazos de intensa luz cuello de cisne. Vosotros no escuchasteis su gemido suave que ensancha su mítico tórax listo para combatir y es en verdad una lástima que quede sin alabar tanta gallardía.
Hay que inventar de nuevo las palabras
(A Berta Alicia Cantu de México)
Hay que inventar de nuevo las palabras.
Las que existen son olvidadas
o no bastan
sobre todo cuando un amor inesperado viene
sorprendente como cada amor
no bastan aún para lo cotidiano
penas y alegrías, la ternura, el sueño, la muerte.
Hay que inventar de nuevo las palabras
Para hacer el cotidiano más real
Inventarlas para hacerlas verdades.
Poemas de amor disfrazados
Era un gran globo y lo inflábamos riéndonos, una vez tú otra yo,
aspirábamos e inflábamos tan fuerte que nos mareábamos,
todo se arremolinaba a nuestro alrededor, cómo si estuviésemos
embriagados,
ven, mi turno ahora, no recuerdo quién comenzó primero pero
inflamos los dos como locos,
el globo crecía, crecía, nunca habíamos visto un globo tan enorme
y brillante,
creerías que podría llevarnos a los dos alto en los cielos, y la
primera vez no tuve miedo,
no pensé en ningún momento detenerme, ni en detenerte, Dios
mío, no ha vuelto a suceder,
es como si renaciera ligera, inocente, ven, mi turno ahora, una gran
aspiración,
ZAS – el ruido nos sorprendió más que asustarnos, observábamos
nuestras manos vacías extrañados,
cómo es posible, tan brillo, tanta embriaguez – no recuerdo quién
fue el último que sopló –
¿ qué importancia tiene? Nos detuvimos mirándonos mutuamente,
no desesperadamente, sino tiernamente.
Matricida
No. No como Orestes. Sin el pretexto de ser un forastero oriundo de Davlis de Fókida.
Declarando que nació aquí que se crió aquí y, sin embargo, un extraño que se dirige a una extraña un desconocido a una desconocida.
Un matricida virtuoso porque otros asesinan al padre por el trono al hermano por los derechos a la herencia – lejos de él tales pensamientos – virtuoso porque él asesina en nombre de su virtud tal vez aún en el del clero y encontrará – ya ha encontrado – testigos para defenderlo
Apolo y algunos otros con inamovibles argumentos No es madre la mujer así llamada por parir a un hijo la así llamada madre simplemente hospedó la semilla en sus entrañas extraña a un extraño.
Un matricida, más aún, sin hierro solo con palabras de hierro, la más heladas.
No como Orestes.
Brother, sister
Brother, sister,
under my skin and its colour
there are veins just like yours
inside the skull, under my hair
kinky or sleek, dark or fair
there is my brain with its memories —
grandparents gone and parents aging
just as yours
in my chest there beats a yearning heart
full of love for our little ones
full of pain for the orphaned
in my body the vital organs are like yours
no matter where on our Planet
thirst is thirst
hunger is hunger and fire is fire
earthquakes are horror of course
but there is horror more horrid
brother, sister.
Yes! Hatred and War.
I am stretching out to you
from my corner on this our Earth
I recruit myself as your fellow warrior
as your comrade in every fair struggle
because Creation exists for us all
strong, weak, male, female, short or tall
each one of us infinitesimal and humble
yet omnipotent if standing all together
joining hands from past and present
recruiting sons and daughter
seven descendants from the future.
I love and I respect your country
and please respect my faith or lack of faith,
I honour equally the dead and living
always alive in my heart, in our hearts,
brother Mohandas, sister Joan Baez
brethren of Greenpeace
sister Indira Gandhi, brother Nelson Mandela
Olof Palme, Salvador Allende
mother Teresa, brother Martin Luther
Kingand you, the Unknown Soldier of Peace on Earth.
Te tengo no te tengo
Te tengo no te tengo te poseo no te poseo te veo en sueños sobre popas de naves que van partiendo me tiendes tus manos eres no eres aquél que me llama te espero no te espero tú llegas siempre imprevisto me guías en una habitación obscura donde con una serie de metamorfosis tú te pones agua, fuego, aire, dragón y paloma con mi voz tú recitas poemas que yo misma podría, desearía o tendría que escribir y pues tú te duermes en mis brazos y me quedo y no me quedo sola.
De : Desde todo el silencio – Tomo III
¡Mira qué momento!
Mira qué momento! Ahora que se colmaron de aromas los senos de las jóvenes, ahora que se han fortalecido los brazos de los jóvenes, ¡mira qué momento eligió! Ahora que esbozaron una sonrisa los labios de las jóvenes, ahora que brillaron los ojos de los jóvenes, ¡mira qué momento! Y se extienden para recibir todas las manos de las jóvenes, pesadas se aceleran las respiraciones se los jóvenes, ¡mira qué momento eligió! Y yo sola debo quedar
De : “Dos momentos de hierro”, (1960) Trad. Marta Silvia Dios Sanz
Requiero una palabra viajera
Requiero una palabra viajera más rápida que una paloma viajera flexible como las ondas grandes etérea pero palpable una palabra que pueda ir hasta ti como los vientos fuertes de norte como los ferrocarriles pero sin fronteras. Quizás una letra sola – Alpha esa que exprime el primero, mil y diez miles una nota de música, una exclamación de alegría y el principio de todo. Un sonido que podría ir intacto hasta ti. “A” como Amor.
Estudió Letras Clásicas e Inglesas. Es maestra de lenguas extranjeras ( ingles, francés, alemán, ruso y español) y de teatro. Es doctora en Literatura Comparada por la Universidad de la Sorbona (Paris 1992) y autora de 60 libros: (31 de narrativa, 19 piezas de teatro, 14 de poesía , un ensayo). Traductora de 20 libros literarios.
Directora del Taller de Teatro Nea Smirni, ( 1983–1999) donde ha impartido clases, y ha sido presidenta del l’Instituto Internacional de Teatro del’ I.T.I., UNESCO. (2000-2006). Tambien ha sido directora y de la pequeña casa de ediciones “Bilateral”.
Ha recibido numerosos premios por su obra poética y como dramaturga, como el Premio de Poesía Leopold Sefar, del Cénacle Européen, 2009; la Medalla de Oro de la Poesía del Municipio de Nea Smirni, 2008,un premio como traductora, dos premios como actriz; y el Premio Estatal de Teatro, 1990.
Poemas suyos han sido traducidos al inglés, español, francés alemán, etcétera.
Las escamas del pescado en la pileta de los platos,
lo transitorio.
Mis párpados se cierran hacia lo vano.
.
Alzo a contraluz los vasos de cristal,
¿están limpios?
Pedazos de diamante arrojan a mi rostro,
Sombrío
Que se desliza como un riachuelo.
Las lilas, las Lilas de un mercado de barrio
Me proyectan hasta el Paraíso.
Salva mis estremecimientos, cordera de vapores.
The Bride
Slowly I descend from the heavens.
First lace
Second branch
One hundredth bead.
The veil is carefully lifted.
To my left side are horses in the pallid blue
until the appearance of
Pandrossos the obedient,
my name is among the cows.
The mind cultivating
cotton and cabbage
the other language
clay in the blood.
Girl in an elaborate territory
with kataifi
spinning its golden hair on the stairway
of almond.
And the violin
the king with his red nails
pointing to
the night,
on her palate
the Bible is thinking.
Tulle in the commandments
in abundance.
I will live
in the vineyards
in the proverbs
in the linen
in the heart
in the lullaby
in the dowry
in the shadow
in the muck
I will live in the family home
until
the nations turn their heads
in admiration.
I am a virgin,
tougher than cacti.
My body desired you in the night.
In the morning I looked for you with my soul.
Planchar
Nubes en forma de cerebro reman sobre el vidrio limpio, mientras lo azul se levanta yo plancho, evaporando en ráfagas, una camisa húmeda.
El orden de las cosas me rechaza.
Un ancla pesada me llama profundidad, o sea soy
necesaria.
Sin embargo Me dilato hacia la deserción, como si no hubiese
pasado
nunca por las filas de los Lirios. ¡Este, sí, éste planeta nuestro con sus preciosas necesidades! Qué resistencia para no sucumbir en lo de honorable
ama de casa.
Hace años ya el canasto de lavar con la ropa como corderos enroscados, me arrebata devora mi canción. Casi el pánico se apodera de mí. Trato de encontrar un nombre para mis
codos desnudos. Mientras el mueble silencioso mira hacia el mar y lo toco, el polvo en mis dedos es una gran
compañía.
Poner orden Algunas veces la
costumbre toca su plenitud. Con cariño y sumisión protejo a mis
hombres. Frecuentemente, hiero con puntadas la
ropa
en su beneficio
Los impostores de las habitaciones y
de los cajones,
no supieron
es un talento
elevar mis humildes fundas a
sacerdotisas de sueños.
Soy mujer, algo como medianoche, con la preciosa oscuridad
cruda aún.
El pino
Una nube se aproximó
y se posó suavemente
sobre un pino.
_¿”Puedo descansar un momento sobre tu rama?
He estado moviéndome todo el día”_
”Oh, por supuesto” dijo el pino,
pinchando a la nube suavemente.
“No existe dicha sin dolor”
murmuró
la lluvia que caía.
Country House
I will live with basil plants and pulses,
clasping my hands
I will pray for the cycle of my life to close gently.
The ceiling lower than the trees,
the front step two centimetres above
the silver driftwood of the shore.
Towards sunset at the turn of the skies
you lose your power
but gain radishes
and running water.
I step out on the balcony to take some air.
Between the door and the horizon god intervenes.
Athena Papadaki nació en 1945 en Atenas, Grecia. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad y trabajó como periodista en el sector público. Ha publicado siete libros de poesía: Archangel of Concrete(1974);Ewe-lamb of the Vapours (1980); Earth Once Again (1986); So Pale Almost White (1989); Shop-window Lioness(1992); Sleepless woman of the Skies(1995); y In the Balcony´s Realm (1998). También ha publicado seis libros para niños. Selecciones de su obra han sido traducidas al inglés, francés, español, entre otros idiomas.
coronadas sus sienes con mimbres bebe el melado mosto»‘
(Fragmento del libro II)
«Dulcemente como un recental cervatillo que mama todavía,
y que en la selva perdido
lejos de su cornuda madre se amedrentó.»
(Fragmento XXVIII)
«Una vez más, con una pelota purpúrea
golpeándome Eros, de rubia cabellera,
con una joven de multicolores sandalias
me invita a jugar.
Pero ella, porque es de la hermosa
Lesbos, mi cabellera,
porque es blanca, desprecia,
y se queda boquiabierta por otra de otro».
(Fragmento XIII)
«iVamos! Tráenos, oh muchacho, una copa, para que de un largo sorbo la beba, mezclando diez tazas de agua y cinco de vino, para que una vez más sin violencia celebre las fiestas de Baco ;
Ea!, una vez más ya no de este modo con estrépito y algarabía como hacen los Escritas ocupémonos de la bebida junto al vino, pero embriagados en hermosas melodías».
( Fragmento XXXIII )
El amor
Cuando la media noche se acercaba y el signo de la Osa se volvía a la mano de Bootes; cuando los hombres en el blando lecho yacían, del trabajo fatigados, el Amor a mi puerta cauteloso llegóse, golpeando las aldabas.
-¿Quién a estas horas – dije- hasta mi puerta viene, a turbarme el sueño?
-Abreme – contéstome el caminante-; soy un niño; no temas por tu vid: azótame la lluvia, y en la cerrada noche me he perdido.
Al escuchar sus quejas, de compasión se estremeció mi pecho y encendiendo mi lámpara, abrí la puerta y penetró el muchacho. Traía el arco al hombro colgado, y el carcaj lleno de flechas. Sentados junto al fuego, calentaba sus manos con mis manos y le enjugaba el húmedo cabello.
Mas él, quitado el frío quiso probar el arco, y si la cuerda rota del agua estaba. Tendiólo, y con el dardo, me hirió en el corazón, con venenosa herida, como un tábano rabioso.
-¡Alégrate, amigo, huésped –dijo riendo-; el arco estaba sano, mas tú quedas herido para siempre!
Indómita
¿Por qué, potrilla tracia
me observas de reojo
y me huyes, implacable,
creyendo que no soy
experto en nada útil?
Pues sabe que hábilmente
el freno te pondría
y tomando tus riendas
doblarias conmigo
las lindes del estadio.
Ahora paces en prados
brincas con ligereza
retozona; no tienes
ningún jinete diestro
que a tus lomos se suba.
La fiesta
Apuremos los vasos
ciñéndonos las sienes
de coronas de rosas.
Una gentil doncella
de blancos pies ligeros
danzará sobre flores
al compás de la lira,
agitando en el aire
los tirsos enlazados
con guirnaldas de hiedra,
y un hermoso mancebo
de cabellos de oro
la cítara armoniosa
tañera, mientras dulce
brotará de sus labios
una canción de amores.
Y Eros, el de la rubia
cabellera, y Lieo,
y la gentil Citeres,
reinarán en la fiesta,
regocijo de viejos y de mozos.
Oda a la cigarra
¡Cuán feliz eres, cigarra.
cuando en la cima de los árboles,
ahíta después de beber una gota de rocío, te
duermes como una reina!
Cuanto te rodea es tuyo,
y cuanto ves en la llanura
y cuanto produce el bosque. Eres
amada de los campesinos,
pues no causas prejuicio en sus campos;
los mortales te honran,
saludando a ti a la amable mensajera del verano.
Las Musas te aman, y también
el propio Apolo, que te dio una voz armoniosa.
La vejez no puede alcanzarte, hábil hija de la tierra, tú
que sólo amas el canto,
tú que no conoces el sufrimiento,
tú que no tienes ni sangre ni carne y que casi te
pareces a los dioses.
A mi mismo
Están grises ya mi sienes,
mi cabeza es cana y viejos
son mis dientes; ya no tengo
mi agradable juventud.
De la vida más sabrosa
me quedó no mucho tiempo;
por lo cual sollozo, a veces,
mucho al Tártaro temiendo.
Porque horrible es la caverna
de Plutón, y trabajoso
el descenso; y quien desciende
no podrá nunca subir.
La lira
Quiero ensalzar cantando a los Atridas, quiero cantar a Cadmo, mas de mi lira los sonoros nervios tan sólo amores dicen.
Otra lira pulsar en otro tono quise, con nuevas cuerdas y al pretender cantar al fuerte Heracles, tan sólo amores respondió mi lira.
Héroes, dejad de enardecer mi mente, porque mi lira, sólo amores canta.
Epigramas atribuidos a Anacreonte
—191 Gen. (100 B; 100 D)
Al que murió por los de Abdera, Agatón insigne,/
toda esta ciudad sobre la pira lloró./
Pues jamás a ninguno de los jóvenes de tal clase, Ares,
sediento de sangre,/
hizo perecer en el torbellino del abominable combate.
(A.P. VII, 226)
—192 (101 B; 101 D)
Valeroso en la guerra era Timócrito, suya es
esta tumba:/
Ares no perdona la vida de los intrépidos, sino de los
medrosos.
(A.P. VII, 160)
—193 (113 B; 102 D)
También a ti, Cleanorides, la nostalgia de la tierra
natal te hizo perecer,/
mientras hacía frente a la invernal tempestad del
Noto:/
porque la estación infiel te retuvo, y las húmedas/
olas de mar hicieron bambolear tu amable juventud.
(A.P., VII, 263).
—194 (104 B; 103 D).
Primero me erigió Caliteles; pero este monumento/
sus vástagos levantaron, a ellos sea grato.
(A. P., VI, 138; I.G. I(2), 824; KAIBEL, Epigr. 758, GEFFCKEN, Gr. Epigr. 13; FRIEDLÁNDER—HOFFLEIT, Epigr. 107. Fecha aproximada del 525-480 a.C.)
—195 (112 B; 105 D).
Este caballo, Feídola, de la espaciosa Corinto/ está consagrado al Cronida, como memoria del vigor de sus pies.
(A.P., VI, 135).
— 196 (112 B; 105 D)
A Telia concede vida placentera, hijo de Maia,/
en cambio de estos amables dones, mostrando tu merced./
y haz que en el demo de los integros Eudnimos/
ella viva y tenga buena parte de la existencia.
(A.P., VI, 346)
—197 (111 B; 106 D)
Suplica al heraldo de los dioses para que sea favorable a Timonacte/
el cual me erigió como ornato para este espléndido pórtico/
en honor del todopoderoso Hermes; y al que quiera,/
de los ciudadanos o de los extranjeros, yo lo acojo
favorablemente en mi gimnasio.
(A.P., VI, 143)
—198 (103 B; 107 D)
En tu honor, Dioniso, y por toda la ciudad, un insigne
ornato/
me dedicó el rey de Tesalia, Equecrátides.
(A.P , VI, 142)
-199 (109 B; 108 D)
Praxiclica llevó a cabo, pero Diseris ideó/
este manto: arte común de ambas.
(A.P., VI, 136)
—200 (106 B; 109 D)
Al hijo de Semele que ama las coronas de flores, fue
consagrada por Melanto,/
hijo de Aréifilo, como memoria de la victoria del coro.
(A.P., VI, 140)
— 201 (110 B; 110 D)
Benigno, oh dios del arco de plata, concede tu favor al
hijo de Esquilo,/
a Naucratis, en respuesta a sus ofertas votivas.
(A.P., VI, 137)
– 202 (107 B; 111 D)
El escudo que ha salvado a Pitón de la horrísona guerra/
está suspendido en el sacro recinto de Atenea.
(A.P., VI, 141)
– 203 (105 B; 112 D)
Estos dones dedicó a los dioses Praxágoras, hijo de
Liceo;/
son obra de Anaxágoras.
(A.P., VI, 139)
– 204 (108 B; 113 D)
Aquella que tiene el tirso, Heliconia, y aquella que
está junto a ella,/
Jantipa, y Glauca, danzan al son del coro/
llegando del monte, y llevan para Dioniso/
yedra, racimos de uva y un macho cabrío.
(A.P., VI, 134)
– 205 (115 B; 114 D)
Boyero, apacienta lejos el rebario, para no Ilevari
la vaca de Mirón juntamente con tus bueyes, porque los
alienta.
(A.P., IX, 715)
– 206 (116 B; 115 D)
Esta vaca que no ha sido plasmada en los crisoles, sino
por la vejez
del bronce, Mirón con su propia mano falsificó.
(A.P., IX, 716)
Anacreonte (en griego Ἀνακρέων) poeta griego nacido sobre el año 570 (AC) en la ciudad jónica de Teos, situada en la costa de Asia Menor (actualmente Siğacik, en Turquía).
Arrojado de Teos a causa de la sublevación de Histieo (contra los persas) emigró a Abdera de Tracia. Su vida estaba entregada a los amores de muchachos y mujeres y a las canciones.
Escribió elegías, cantos convivales y versos yámbicos, todo en dialecto jónico. Fué contemporáneo de Polícrates: La noticia de Himerio en Or. 31, 4 dice: «Era Polícrates un efebo, y este Policrates era rey no sólo de Samos sino de todo el mar que rodea la tierra. Así pues, Polícrates amaba la música y las canciones, y persuadía a su padre a que le ayudara en este amor a la música. El padre, enviando a buscar a Anacreonte, compositor de canciones, se lo dió al muchacho, como maestro de lo que era su afición; bajo su dirección el muchacho, cultivando trabajosamente las virtudes reales a través de la lira, llegó a cumplir el deseo de Homero, de ser en todo mejor que su padre Polícrates»
La noticia siguiente que tenemos de Anacreonte es que Hiparco, el mayor de los hijos de Pisístrato y el más culto, mandó buscar a Anacreonte (y también a Simónides de Ceos) con el fin de establecer un ambiente de alta cultura en Atenas. Se dice que Hiparco fue el que introdujo en la ciudad las recitaciones de las obras de Homero, y que todo esto lo hizo para educar a los ciudadanos y hacerlos subditos leales.Todo esto se nos dice en un texto de Hiparco del Pseudo-Platón, 228:
» Hiparco, el mayor y mas inteligente de los hijos de Pisístrato, el cual entre otras muchas empresas mostró su cultura al ser el primero que trajo a Atenas los poemas de Homero, obligando a los rapsodas a recitarlos en las Panateneas, desde el comienzo hasta el final (también Hiparco trajo a la ciudad a Anacreonte de Teos, mandando a buscarle con una nave de 50 remeros, introdujo también a Simónides de Ceos…) » .
Tenemos pues a Anacreonte en Atenas y hay que suponer que permaneció allí por lo menos hasta que Hiparco fue asesinado (año 514). Posteriormente se cree que Anacreonte estuvo en Tesalia y que la última etapa de su vida se desarrolló en Atenas.
¿Cuándo murió Anacreonte? No sabemos la fecha exacta, pero sí sabemos que murió de avanzada edad. El Macrobio, párrafo 26, del Pseudo-Luciano, nos dice que vivió 85 años.
Sobre el carácter de la poesía de Anacreonte (e indirectamente sobre su persona), los calificativos que continuamente le aplican los autores antiguos son » dulce y gracioso» tanto es así que en el siglo XIX juzgaban a Anacreonte por las Anacreónticas, composiciones graciosas pero ligeras, que no son de Anacreonte, sino bastante posteriores y distan mucho de la calidad poética del gran lírico a quien pretenden seguir. En los fragmentos auténticos de Anacreonte fulgura una poesía de una gracia más firme, que si no tiene la ardiente pasión de Safo ni la grandiosidad de Pindaro, muestra siempre un gran talento inventivo, una expresión refinada y un sentimiento que, lejos de la frivolidad que le atribuía la falsa tradición a que hemos aludido, presenta una hondura que llega a veces hasta lo sobrecogedor
La obra poética de Anacreonte, como la de los otros líricos arcaicos, ha Ilegado a nosotros muy incompleta, diseminada en pequeñas citas de diversos autores . Según el epigrama de Crinágoras parece que los libros de Anacreonte eran cinco, pero los estudios actuales solo pueden asegurar la autoría de tres libros.
Fuente: ANACREONTE (VIDA, OBRA Y ESTILO.Julián Garzón Diaz. Facultad de Filología Universidad de Oviedo
Florencia parecía desierta en su sueño al amanecer. Lejos de sus amigas, sola, vagaba por las calles.
Se puso el vestido de novia de seda, un velo de lirios y caminó por las encrucijadas. Bajo los pies, las calles le parecieron nuevas.
En los cerros que bañaba una brisa temprana de primavera, como zumbidos lejanos, lenta y profundamente doblaban, apagadas, las campanas de las ermitas.
De pronto, como si apareciera en un jardín, el aire fue más blanco. Un jardín con traje de novio, cargado de naranjos y manzanos, de un extremo al otro.
Atraída por su fragancia, se acercó a a un alto laurel, en el que un pavo real, saltando de rama en rama, subía hasta la copa.
Y alargando su cuello entre las ramas cargadas de bayas, comía una, cogía otra, y la arrojaba desde la rama a la tierra.
Instintivamente, ella levantó su delantal bordado, en la sombra, hechizada… y al instante se sintió muy pesada, cargada de rizadas bayas.
Reposó un instante del esfuerzo matinal, envuelta en una fresca nube. Sus amigas esperaban junto a la cama para acoger al niño.
Anadiómene
Heme aquí.
Amanece una rosa de bienaventurada luz,
y en ella voy surgiendo con las manos tendidas;
al azul de los cielos me invita la bonanza.
Súbitamente
los terrenales vientos irrumpen en mis pechos
y me sacuden toda.
¡Oh Zeus, qué profundo es el mar,
y mis cabellos desceñidos
me pesan cual si fueran piedras!
¡Brisas, volad! ¡Oh Kimothoe, Glauca,
sostened mi torso!
Yo no soñé brotar
así, de un aliento subyugada
en los brazos del sol.
Versión de Jaime García Terrés
“Saludo a nikos kazantzakis”
Mi amigo y yo en la santa montaña, por las laderas eternassolos al amanecer
mientras se deshacian por la primera luz los hechizos
que esparcio la lluvia,
respirando profundamente veiamos hasta alla abajo
donde brillaba oculto
palido el ancho mar, y nuestra mente, como del abeto,
la poderosa copa,
se regocijaba en la completa calma, en la bendita
fragancia del monte,
y por el frescor sentiamos hasta adentro resucitado
nuestro corazón joven…
En las frentes, en las manos, sobre todos nuestros miembros,
brillaba serenamente
la sosegada fuerza que conoció la miel de la creación,
y volviendo de nuevo
a pasar por donde libó o se amamantó en el todo
la alegría mística,
nos hacia elevar los brazos hacia un inefable culto,
como si fuesen alas…
Magna gracia sobre él iba derramando el fornido
e irrigador manantial
de la soledad, e insomne en sus ojos negros
un alma pensante
se alegraba amplia, y sagradamente, de abrazar de día
los cielos ocultos,
y como una fuente en su hondura de abrazar en secreto
la hermosa madurez de la mente…
Alto silencio nos rodeaba como un ciclópeo muro;
Y de repente, sosegada,
Cual agua fluyente cuando sin cesar llega un susurro,
La voz de mi amigo
Sonó en mis oídos: “Hermano, bendita sea la hora
en que cogí la senda,
la odorífica senda que de la población se aleja,
y te hallé tal asceta
debajo de aquel abeto, gozando en el místico
festín de la mente,
y allí, ya juntos, nos repartimos como un pan la dicha
del cielo lleno de estrellas…”
Nikos Kazantzakis con Angelos Sikelianos. 10 de octubre de 1921
El suicidio de atzesivano, discípulo de buda
Sin flaquear tomó el cuchillo Atzesivano. Y era su alma en ese instante blanquísima paloma. Como cruza una estrella fugaz el inexplorado tabernáculo del cielo en medio de la noche, o cae la flor del manzano con la suave brisa, así su espíritu se desprendió del pecho.
Muertes como ésta no se dan en vano. Sólo quienes aman la vida en lo recóndito de su valor primario pueden segar por propia mano la noble espiga de una existencia —que ya declina— con la serena majestad de un dios.
Palamás
Sonad, trompetas.. . Campanas retumbantes,
sacudid el país de punta a punta…
Tambores de guerra, redoblad…
Desplegaos al viento, banderas de amenaza.. .
¡En este féretro va tendida Grecia! Si alzamos
una montaña de laureles como el Pelión y el Ossa
y lo elevamos hasta el séptimo cielo,
¿a quién hará llorar si es mi voz quien lo cuenta?
Pero Tú, Pueblo, porque a Tu pobre habla él, el Héroe,
la tomó y la elevó hasta las estrellas,
participa ahora en el divino fulgor
de Su perfecta Gloria, levántalo en tus manos
como estandarte gigantesco, y por encima de nosotros
que lo ensalzamos, con el corazón enardecido,
di con un solo aliento: «!Palamás!»
y que la Tierra entera repita su nombre sollozando.
Sonad, trompetas.. . Campanas retumbantes,
sacudid el país de punta a punta…
Tronad, oh trompetas de guerra.. .
¡Santas banderas, desplegaos al viento!
¡En este féretro va tendida Grecia! Un pueblo,
elevando sus ojos, la está viendo,
y se inflama íntegro como un Templo, cuando arde en su penetral,
y desde lo alto una nube de Gloria Lo ha cubierto…
Sobre nosotros, allí donde fulgura
el latido inefable de la eternidad, en esta hora
Orfeo, Heráclito, Esquilo, Solomós
la santa alma victoriosa acogen,
que, pues su Obra cimentó hondamente
en esta tierra, con Pensamiento idéntico al de un dios,
ahora allá arriba va a bailar con el divino Iaco
y junto con los dioses inmortales…
Sonad, trompetas.. . Campanas retumbantes,
sacudid el país de punta a punta..
Zumba, Peán…iAl viento de la Libertad
desplegados, banderas de amenaza!
El último ditirambo órficoo El ditirambo de la Rosa (fragmento)
Orfeo
Y de nuevo ahora la he de abrir. Y, como saben, ningún otro debe tocar las palabras del Misterio con sus labios, viviendo yo… De nuevo yo, postrera vez, antes de separarme de ustedes
les desvelaré en su interior la cumplida Memoria.
Así comencé: «Oh Sol, de Ti ayuda buscamos, mas convéncete, aunque para los demás Tu luz por completo La cubra, yo a Tu madre,
la sagrada Noche, veo que Te abraza.
Mas, ¿cómo puede conocer alguien al hijo si antes no conoce a la madre? Porque también yo soy su hijo, y también yo, huérfano retoño, fui tomado en el pecho
de Su compasión, bajo su negro manto que me cerraba, y mientras mantenía su sagrado pecho como la cabra brincaba en la profunda oscuridad. ¡También yo, Su hijo! Oh Sol, a Ti ayuda he solicitado,
por ser mi hermano y ser yo el Tuyo; porque Tú naciste antes que yo, y por muy grandes que sean Tus caminos, noble hermano mío, ya son humanos. Mas, ¿cómo puede entonces conocer alguien
al hijo si antes no conoce a la madre?
«¡Oh MadreNoche! ¡Oh Secreta, oh Grande! Y si ahora te ocultas por el brillo de Tu hijo, como una viuda que alcanza a escuchar las proezas de su vástago y
lejos de él se encuentra enlutada
mas regocijada en su duelo porque muy a escondidas vela por sus hazañas. ¡Oh, Madre Noche, que aún dentro de la luz más clara Te contemplo! ¡Oh, fundamento del Profeta,
que ya no pastorea sus pensamientos con los ojos, sino con su corazón, como el rebaño de rizado pelo oscuro encuentra en la oscuridad su fuente y abreva insaciable de la corriente, ¡oh Madre!,
dame Tú de nuevo el poder para insuflar en las almas de ellos, que no Te conocen, el Misterio de la Rosa, conduciéndolos, paso a paso, desde la base hasta la santa cima, pues ni siquiera Tú pareces la misma,
tenebrosa, afligida, enlutada, silenciosa, muy pálida, blanquecina; ves desde las negras y no esclarecidas riquezas de la raíz ancestral, allá arriba siempre, bailando con gran calma
sobre las espaldas del mudo abismo, como gaviota que avanzara al Amor Armado, y siempre aguardaras. Y el aleteo de su ala por encima de Ti llega para brotar
nuevos mundos dentro de Ti, nuevas flores, ¡mil prodigios nuevos!
«Ya estamos aquí, sobre la Tierra, Oh Madre, muchos son los peldaños hasta ascender a la santa cumbre que en un aliento
todo aúna. Y desde el Hades parte
el primer peldaño y el siguiente lo construye la santa Demeter. Porque si ante Hades todos los hombres somos iguales, también lo somos ante la Espiga
Secreta que Eleusis eleva. Y junto a ellos Perséfone, velando en persona por todos, separa, como al crío de la matriz, el alma de sus cuerpos. Mas, ¿quién es el que junto a la Core
antes aún que la muerte y todavía en la muerte, ayuda al cuerpo y ayuda al alma, ya encontrados, en el sufrimiento, más allá del dolor, a ascender bailando las pendientes
del monte, las muchas que Una son? ¿Quién, desde el mismo Hades, con su aliento dirige el baile de las almas, como miles de hojas en torno a una encina seca, y se encarna en jóvenes gentes? ¿Quién insufla en ellas
el sagrado impulso del ascenso? ¿Quién sino Tú, PlutónDionisios, al ascender desde las oscuridades de la Tierra haces brotar, divino testimonio de Tu poder, la Sagrada Vid que, al hundirse en las oscuridades
de la Tierra y beber de la celestial frescura, armoniza en sus venas la oscuridad con la luz en sangre ígnea, entregada a la sagrada Embriaguez bebiendo de la mano de las divinas Musas, cada una de ellas
apostada en un peldaño para subir Contigo a la cumbre y cambiar de nombre según Tú haces cambiar el Tuyo? Y así, de embriaguez en embriaguez, nuestra razón y sentir, nuestro valor y nuestro aliento,
como de un Dionisios a otro Dionisios, súbito ascendemos hasta donde ya no basta el sagrado Vino, al abrirse en nuestro espíritu el soplo que ya todo aúna en Uno, alma y cuerpo, sangre y espíritu, odio
y amor, pueblos con pueblos, lugares con lugares, la muerte con la vida, los siglos con los siglos… Y ésta es la hora de la Rosa, la de cien hojas, en nosotros
que, sangre y espíritu, alma y carne,
e infinita liberación, nos hace entrar en el círculo en que hasta la fe sobra, porque la misma vida es fe resucitada
para siempre en nuestros corazones.»
Así hablé: la palpitación y el sobresalto
del alma consentían a la Razón. Según les miraba a ustedes, la mirada y la forma mudaban
igual que ahora… Hubo quien se irguió, como amaga el discóbolo su cuerpo
cuando lanza el disco, siguiéndole por entero, mente y cuerpo, sentido; y hubo quien a tierra se echó, como si hundiera en tierra los ojos para buscar las raíces del Hades; y un tercero que llama tenía por mirada, como si mantuviera
en tensión ese impulso por encaminarse hacia la cima; y un cuarto mantenía cerrados los ojos, como si comenzara ahora a inspirar la Rosa y su alma muy queda por dentro lo deshiciera.
Y a todos juntos un calor místico les atravesaba las venas, les hacia detener la respiración en las fosas nasales, algunos las abrían a lo ancho y mantenían cerrados con fuerza sus labios. Y de repente aquel
que como el discóbolo se agachaba por coger el sentido, estirando su cabeza hacia detrás, como si agitara un peso enorme, me gritó así: «Orfeo, concédenos
la Rosa también a nosotros, concédenosla,
porque amarga es la vida desde que su exhalación pasó ante nosotros y no se expandió por la tierra toda. Concede
la Rosa a los pueblos, Orfeo. Porque santo es el combate del Pan, y santo es
el combate del Vino, que, según disminuye la valentía del alma, de nuevo lo insta a ascensiones vivificadoras. Pero ahora otorga en combate la Rosa a los pueblos, Orfeo, para que se encaminen en unísono
hacia la cima que en Uno todo aúna, alma y cuerpo, sangre y espíritu, odio y amor, lugares con más lugares, los astros con los astros, la vida con la muerte, los siglos con los siglos. ¡Concede a los pueblos la Rosa,
Orfeo!»
Así habló aquel. Y a mí el corazón
ya me temblaba, y la mano me temblaba,
después de oír una voz tan imprevista. Y entonces, pálido, la ensangrentada Rosa levanté en mi mano, preguntando:
«Hijos, ¿dónde quieren plantar primero
la Rosa en la Tierra? ¿Dónde desean?»
Y tardó en llegar la respuesta… Mas de repente, el que tenía cerrados los párpados, los abrió y con una voz que de otro mundo
venía y que, sin embargo, fluía igual que un trueno, respondió: «¡En Grecia!» Y los precipicios, las pendientes, las cimas, como pechos que sintieras que al respirar se abrían, resonaron: «¡En Grecia!»
¡Y entonces nos envolvió el Peán,
nos llenó el Peán, nos tomó
en sus anchas alas el Peán!
«¡La Rosa», ya todos, «la Rosa a Grecia!»
gritamos y nos abalanzamos. ¡Oh, cuántos
combates desde entonces nos congregaron! ¿Qué decirles?
Apócrifo
Avanzaron fuera de las murallas de Sión Jesús y sus discípulos, cuando, un poco antes de que el sol se pusiera, inesperadamente se hallaron frente al sitio en que desde siempre echaba la ciudad sus basuras, los colchones quemados de los enfermos, ropa vieja, vasija rota, desechos, inmundicias…
Y allí, sobre el monte más alto, tumefacta, con las patas vueltas al cielo, la carroña de un perro, que, en cuanto oyeron sus pasos abandonaron los cuervos que la cubrían, despidió tal hedor que todos los discípulos, con el cuenco en la mano, conteniendo el aliento, se echaron a la vez para atrás…
Mas Jesús, avanzando solo hacia el montón tranquilamente, se paró a un paso y contemplaba la carroña, y un discípulo no pudo contenerse y le dijo desde lejos: Rabino, hasta tal punto no percibes este horrible hedor que te paras ahí?
Y él, sin volver la cabeza del punto que estaba contemplando, respondió: El terrible hedor que él exhala hasta en el pasís del que vinimos un puro hálito lo alienta…Pero ahora lo que sale de la corrupción admiro con toda mi alma….Mirad cómo brillan al sol los dientes de este perro, como el granizo, como el lirio, más allá de la podredumbre, la gran promesa, reflejo de lo Eterno, e incluso duro relámpago de Justicia, esperanza.
Así dijo El, y comprendieran o no estas palabras los discípulos, juntos, cuando él se movió, prosiguieron de nuevo su silencioso camino…
Y ahora, el último sin duda, cómo vuelvo, Señor, mis pensamientos a aquellas palabras Tuyas, y ante Ti soy todo un pensamiento. Ah, dame. dame también a mí, Señor, mientras camino siempre fuera de la ciudad de Sión, y de una punta a otra de la tierra todo es ruinas, y es todo basura, e inspultos cadávares que ahogan el manantial divino del aleinto, dentro y aun fuera de la ciudad, dame, Señor, entre el olor atroz por que atravieso, esa Tu santa paz por un instante para pararme imperturbable en medio de las carroñas, captar en algún sitio con mi propia mirada una señal blanca como el granizo, como el lirio, algo que de repente brille en el fondo de mí fuera de la podredumbre, más alllá de la podredumbre del mundo, como los dientes de ese perro que al ver, Señor, aquel atardecer admirastem como promesa grande, reflejo de la Eternidad, y a la vez duro relámpago de Justicia y esperanza.
Ángelos Sikelianós, Άγγελος Σικελιανός ; (Léucade, Grecia, 28 de marzo de 1884 – Atenas, 19 de junio de 1951). Poeta y dramaturgo. Uno de los más importantes poetas líricos del siglo XX en Grecia.
Sikelianós nació en Léucade, donde transcurrió su infancia. Era el séptimo y último hijo de Charíklia Stefanítsis (1847-1926) y Ioánnis Sikelianós (1831-1910) .
Tras completar sus estudios primarios, se matriculó en el Lycée de Lefkada en 1896 y desde ese momento comenzó a componer versos. Completó sus estudios secundarios y en 1900 ingresó en la Escuela de Leyes de Atenas, pero no se graduó. Es el mundo del arte y la filosofía lo que le atrae, a través del teatro, actuando en diversas obras y le interesan Homero, Platón, Esquilo, la Biblia y la poesía. Los primeros poemas se publican en la revista Dionysos en Marzo 1902, bajo el título francés de Ballades , y en septiembre publicó Ars minimi en la revista Panathénées . El año 1904 vio la publicación de una serie de poemas en varias revistas, Numa , Panathenae , La Muse , Vie y Akritas .
Durante el verano de 1905 viaja con su cuñado, el poeta Spylios Pasayannis; van al monte Taigeto y viven cuarenta días en una cabaña hecha de ramas de abeto. Dedicó el poema The Stranger , publicado en la revista Numa, a su cuñado . Los años siguientes viaja por todas partes y se comprometió con la poesía.
En 1907 se casó con Eva Palmer, de origen estadounidense, estudiante de arqueología y coreografía griega en París. Se casaron en Estados Unidos y se mudaron a Atenas en 1908. Durante ese periodo de su vida, Sikelianós entró en contacto con los intelectuales griegos, y en 1909 publicó su primer poemario, Alafroískïotos(The Light-Shadowed), en cual causó un impacto inmediato y fue reconocido por los críticos como un importante trabajo poético y hoy es considerada como una referencia imprescindible e incluso, una especie de punto de partida en la literatura griega moderna. Siguió Epinicios, una colección en la que Sikelianós describe la larga lucha por la liberación de Grecia del poder turco y otros poemas sobre las guerras balcánicas, que contienen algunos de sus versos líricos más inspirados, por ejemplo, en el poema titulado John Keats y, sobre todo, en La madre de Dante: el poema más bello que se haya escrito nunca sobre el parto de una mujer. (R. Irigoyen).
En Octubre de 1909, nació su hijo Glafkos.
En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y Sikelianós es movilizado. Sirvió como soldado en el frente, una experiencia que inspiró varios poemas, entre ellos Guerra y oración por Ioannina.
También se hizo amigo de su colega escritor Nikos Kazantzakis, y en 1914 ambos permanecieron cuarenta días en el Monte Athos, visitando los famosos monasterios del lugar y viviendo la vida de los ascetas. Al año siguiente se embarcaron en un peregrinaje a través de Grecia. Los dos escritores eran almas gemelas, pero también muy diferentes en sus respectivas perspectivas de la vida.
Sikelianós fue un hombre de mundo, lleno de optimismo, y con una fe inquebrantable en sus capacidades como escritor. Kazantzakis era taciturno y con tendencia a recluirse, siempre dubitativo, y tenía, como él mismo admitía, una tendencia a enfocar la calavera detrás de la cara. Juntos, sin embargo, compartieron la preocupación mutua de intentar refinar y elevar el espíritu humano a través de ejercicios artísticos.
A partir de 1915, en plena Guerra Mundial, se publicó el Prólogo a la Vida, cuyos versos muestran la actividad creadora y poética de sus Cinco Conciencias: de la Tierra; de la Raza; de la Mujer, de la Fe y, por último, la de la Creatividad personal.
Entre 1918 y 19, publicó La Pascua de los Griegos, un poemario que nunca llegó a completar y en el que intentaba aquella imposible fusión de las creencias antiguas con las actuales.
En mayo de 1927, con el apoyo de su esposa Eva, Sikelianós celebró el Festival de Delfos como parte de su esfuerzo hacia el renacimiento de la «Idea Délfica» convencido de que podía llegar a ser de nuevo, como en la antigüedad, un centro espiritual capaz de trascender las diferencias entre los pueblos. Eva no sólo subvenciona generosamente Delfos sino que también creó la coreografía y la puesta en escena de Esquilo « Prometeo Encadenado» , ella se encarga de la música y teje los trajes.
Diez años antes, cuando Eva viajaba desde París a Atenas para encontrarse con Ángelos, había tirado toda su carísima ropa parisina para vestir una larga túnica al estilo de la mujeres griegas del siglo V. Nunca volvió a usar ropa occidental. Fue ella la que se empleó más a fondo en el estudio de los antiguos modelos; montó un telar para fabricar tejidos naturales que ella misma teñía tras recolectar personalmente las plantas necesarias para obtener los colores originales y, todo ello en una casa en la que ni siquiera había agua corriente. Diseñó también las máscaras de los actores así como los escudos, cascos y lanzas de los guerreros, que hizo fundir a propósito para las representaciones. También formó y adiestró un coro de cincuenta niñas atenienses que representaron a las Danaides de Las Suplicantes. Eva era un espíritu libre y genial, además de una trabajadora infatigable. El desafío era gigantesco y las energías inagotables.
El 9 y 10 de mayo de 1927 las Fiestas de Delfos se celebran en grandes multitudes: se da la representación de Prometeo encadenado; Se organizan varias competiciones de atletismo, como el lanzamiento de jabalina y disco, así como carreras de antorchas y espectáculos de artesanía. Al final de estas fiestas, Sikelianós pronuncia un discurso en francés, luego el poeta y Eva son llevados triunfantes ante un público conquistado. El éxito es considerable, como lo demuestran las revisiones y artículos publicados en ese momento.
En 1929 circuló por primera vez en la prensa la idea de nominar al poeta al Premio Nobel de Literatura y La Academia de Atenas en 1929 concedió a Sikelianós una medalla de plata que premiaba su valeroso intento de revivir los Juegos Délficos.
Las segundas Fiestas Délficas tienen lugar en Mayo de 1930, y se organizan en tres días (1-3, 6-8 y 11-Mayo 13) cuyo programa se repite tres veces. El primer día no solo dan la representación de Prometeo encadenado , sino también de Esquilo «Suplicantes» . El trabajo preparatorio es enorme, y una vez más estas Fiestas reciben un eco internacional. Pero la pareja de Sikelianós se arruinó en este esfuerzo. En Atenas, persiguiendo la promoción de su proyecto, Sikelianós imparte charlas y conferencias; se firma el estatuto de su Unión Delfos 8 de febrero de 1931. Al mismo tiempo, estudió los misterios de Eleusis y escribió The Last Orphic Dithyrambe o Dithyrambe of the Rose , una tragedia publicada en Septiembre de 1932, y traducido al francés por el propio autor. Pero las deudas se acumulan y enfrenta serias dificultades financieras: su casa en Sykia, cerca de Corinto , está amenazada de ejecución hipotecaria. Debe renunciar a los viajes e incluso a las publicaciones.
A partir de 1933, Sikelianós alquiló una casita junto al mar, en Salamina , donde encontró un remanso de paz y donde volvería hasta el final de sus días. Eva lo dejó; regresó a los Estados Unidos donde firmó un contrato para representaciones de piezas de teatro antiguo.
A pesar de los problemas de salud, las conferencias y los trabajos se suceden, bajo el signo de la síntesis y la unidad entre pasado y presente, entre antigüedad y neohelenismo: en noviembre y Diciembre de 1935, evoca, en el Camino Sagrado y en el telesterion , el Testamento de Eleusis. En Abril de 1936, su conferencia titulada Kostís Palamás , ascético y místico , causó una gran impresión. En 1938 Sikelianós inició una apasionada historia de amor con Anna Kambanari-Karamani; se casan el 17 de junio de 1940 en Eleusis y pasan el verano en las montañas de Phteri, donde el poeta escribe con ardor la tragedia de La Sibylle .
La Segunda Guerra Mundial , seguida inmediatamente por la Guerra Civil griega , transformó su sensibilidad: durante este período, la inspiración patriótica de su obra tuvo como objetivo infundir el espíritu de resistencia a través de la fuerza de la palabra poética; abandona el lirismo por una poesía de inspiración más humana. Participa por todo tipo de medios en la Resistencia griega y multiplica los pasos e intervenciones a favor de todos los que están sufriendo. En la isla de Egina , escribió la tragedia de Dédalo en Creta , aún identificando los mitos antiguos con una realidad griega viva. Y al final de este terrible año 1942, publicó la colección de Poèmes Akritiques , cuyo título evoca al héroe bizantino Digénis Akritas que había repelido a los invasores musulmanes.
Sus palabras poéticas vibran, majestuosas y solemnes, en el funeral del poeta Malakásis, el 27 de febrero de 1943 ; y en el funeral de Estado de Kostís Palamás encabeza la procesión portando el féretro, recita el poema Palamás , escrito en la madrugada del mismo día. “¡ Toquen cornetas, campanas atronadoras, hacen temblar a todo el país de punta a punta! «. El funeral de Palamás se convierte así en una impresionante manifestación de resistencia a la ocupación alemana. Fue él quien compuso la carta que dirigió el arzobispo Damaskinos de Atenas para salvar las vidas de los judíos griegos apelando directamente a los alemanes, El arzobispo protestó valerosamente ante las autoridades de la Ocupación, lo que le valió amenazas de muerte, a pesar de lo cual, dio instrucciones para que se distribuyeran certificados de bautismo falsos a los perseguidos, que permitieron salvar la vida de miles de hebreos Romaniotes en la región de Atenas. La carta escrita por Sikelianós fue firmada por destacados ciudadanos griegos en defensa de los judíos que estaban siendo perseguidos. No existe un documento igual de protesta contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial que haya salido a la luz en cualquier otro país de Europa. Hacia el final de la guerra, en un tratado sobre el contenido social del cristianismo, invitó al espíritu de pobreza de la Iglesia primitiva, uniéndose así a las críticas del arzobispo Damaskinos contra los especuladores que se enriquecieron con la desgracia de todo un pueblo hambriento.
Sikelianósfue propuesto en 1946 para el Premio Nobel de Literatura por la Sociedad Griega de Personas de las Letras, de la que asumió la presidencia en 1947. Su salud se deterioró gradualmente a partir de esa fecha: fue hospitalizado por primera vez en Febrero de 1948, y nuevamente en Mayo de 1950, por un derrame cerebral. En 1950 se publicaba su poema La muerte de Digení; su última contribución a la poesía y a la vida, que abandonó poco después.
El 4 de junio de 1951, habiendo absorbido por error un desinfectante, en lugar de su medicación, fue trasladado al hospital, donde falleció el 19 de junio .
Ángelos Sikelianós dedicó su obra a recuperar los grandes mitos clásicos e intentó resucitar el helenismo. Algunos críticos han dividido su obra en tres períodos muy marcados. El primero recoge la tradición popular griega y exalta la belleza del mundo y del hombre en una tendencia helenista muy clara. Se destaca la composición El visionario. Una segunda etapa está marcada por la idealización de la poesía como salvadora de la humanidad, al tiempo que intenta fusionar el helenismo con el cristianismo. Pertenecen a este momento los poemas Prólogo a la vida, Testamentodélfico y Discurso délfico. La última etapa se caracteriza por la popularización de los clásicos griegos, con la traducción al griego moderno de Sófocles y Esquilo, así como con la promoción de la representación de las obras del teatro clásico en el teatro de Delfos.
Escribió los poemarios Visionario, 1901; Prólogo a la vida, 1915-1916; Discurso délfico, 1926- 1932; Poemas acríticos, 1943 y las obras de teatro Ditirambo de la rosa, 1932; Sibila, 1940; Dédalo en Creta, 1942 Cristo en Roma, La muerte de Digenís,
Otra vez Eros, mirándome lánguidamente con sus ojos bajo párpados azulados, con mil seducciones me empuja dentro de la red inextricable de Cipris.
Le temo cuando lo veo acercarse como un caballo sufridor del yugo, vencedor en los Juegos, en su vejez, caminando de mal grado, con veloz carro entrando en carrera.
El amor me quema
En la primavera, los membrilleros regados por las corrientes de los ríos -donde está el jardín intacto de las Vírgenes- y las vides creciendo a la sombra de los pámpanos florecen; pero el amor no duerme para mí en ninguna estación, sino que, igual que el tracio Bóreas por el rayo encendido, lanzándose, enviado por Cipris, en medio de una furia que lo agosta todo, oscuro e intrépido, poderosamente desde el fondo agita mis sentidos.
… quienes destruyeron ἠνάρον la gran ciudad dardánida de Príamo, renombrada, feliz, habiendo partido desde Argos por voluntad del gran Zeus, a causa de la belleza de la rubia Helena, manteniendo una lucha tema de muchos cantos durante una guerra plena de llanto, y a la muy afligida Pérgamo ascendió Ate por medio de Cipris, de cabellos de oro.
Pero ahora para mí no (es) deseable cantar al burlador de su anfitrión, a Paris, ni a Casandra, de delgados tobillos, y a los otros hijos de Príamo, ni el día innombrable de la destrucción de Troya, de altas puertas; ni tampoco el valor arrogante de los héroes a los que cóncavas naves de muchos clavos transportaron (como) desgracia para Troya, héroes valientes.
Y esas cosas las Musas Heliconidas, bien instruidas, podrían abordar…, pero un hombre mortal vivo no podría decir cada detalle de las naves, que Menelao desde Áulide a través del mar Egeo desde Argos … llegaron a …, criadora de caballos hombres de escudos de bronce, los hijos de los aqueos, y de ellos destacado con la lanza, veloz de pies Aquiles y el enorme hijo de Telamón el valiente Áyax.
…Hilis de cinturón de oro engendró, con quien a Troilo, como al oro refinado ya tres veces con el oricalco, los troyanos y los dánaos asemejaban como muy igual en su aspecto seductor.
Con ellos en cuanto a belleza siempre también tú, Polícrates, tendrás gloria imperecedera, según el canto y mi gloria.
Papiro conocido como «Oda a Polícrates» atribuido a Íbico. Hallado en Oxirrinco y publicado en 1922.
Íbico, (en griego antiguo,βυκος ), nacido en Rhegium, en la Magna Grecia italiana, fue un poeta lírico griego del siglo VI a.c. Fue contemporáneo del también poeta lírico Anacreonte. Estaba incluido en la canónica lista de los Nueve poetas líricos de la entonces helenística Alejandría. A pesar de la desahogada y despreocupada situación económica familiar, vivió una vida de aventuras y pasó una considerable parte de su vida en la corte de Polícrates, tirano de Samos,ya que hacia el 530 a.C. fue invitado por Polícrates a Samos por quien fue protegido , y adaptó allí sus maneras a las necesidades cortesanas. Algunos de sus poemas siguen la línea del «amor cortés» que se cultivaba en Samos. Íbico rechaza la antigua dependencia del mito y prefiere el tema del amor.
La historia de su muerte es así relatada: Mientras estaba en la vecina villa de Corinto, el poeta fue mortalmente herido por unos ladrones. Mientras yacía moribundo, vio a un numeroso grupo de grullas que volaban sobre su cabeza, a las que invitó a vengar su muerte. Los ladrones (que eran de Corinto), después de su criminal acción se habían dirigido al teatro a ver una representación. Allí aparecieron las grullas. Uno de los ladrones, en un gesto de burla al ver las grullas, gritó: ¡Observad a los vengadores de Íbico!, y así ellos mismos dieron la pista para su detención por el crimen cometido (Plutarco, De Garrulitate, xiv.). La frase «las grullas de Íbico» se convirtió así en un proverbio entre los griegos por el descubrimiento del crimen a través de la intervención divina.
Íbicoescribió siete libros de lírica, hasta cierto punto mítica y heroica, pero generalmente erótica (Cicerón, Tusc. Disp. iv. 33), celebrando los encantos de los más jóvenes y las muchachas hermosas.Dentro de la lírica epizante podemos postular un poema sobre la destrucción de Troya, los cazadores del jabalí, los retornos de los héroes aqueos, Heracles, la Gerioneida y las Argonáuticas. Nótense las coincidencias temáticas con Estesícoro. Fue célebre por el carácter pederasta de su literatura, algo que a los antiguos griegos no les parecía mal: «IÍbico, que escogió el dulce florecer de Persuaion y el amor de los chavales.» (Antología griega, IX,184). Se le considera el inventor o introductor del elogio (escribió el del tirano Polícrates) y su poema Juegos para Pelia es de carácter épico-lírico. Pero de esos siete libros solo ha subsistido un centenar de versos. Los antiguos griegos lo comparaban a Estesícoro en el tratamiento de los temas míticos (la Guerra de Troya, la expedición de los Argonautas), pero lo poco que de él se ha conservado, sin embargo, revela una sensible diferencia e independencia, prueba de la diversidad de estilo del poeta. Algunas de sus fórmulas fueron retomadas por el poeta latino Horacio. F.G. Welcker sugiere que sus obras eran cantadas por coros de muchachos en las competiciones de belleza que se llevaban a cabo en la isla de Lesbos. Aunque su métrica y su dialecto eran dóricos, los poemas tienen el espíritu de la poesía melódica eólica.La balada del poeta romántico alemán Friedrich Schiller «Las grullas de Íbico» celebra su famosa leyenda.
The Trojan Horse refused to comment at the time, and when they pressed him, insisted that he personally knew nothing about the so-called massacre. In any case, and speaking for himself, he had always dined frugally and as a colt he had been respectably employed on a merry-go-round.
Entonces el caballo de Troya dijo No, declino hablar con la Prensa. Y ellos dijeron ¿Porqué? Y dijo que él nada sabía de la matanza. De todas formas, siempre comía ligero en la tarde y en su juventud trabajó un período como poni de madera en un tiovivo.
de Peajes (1972)
¿Como llegamos?
¿Cómo llegamos a este lugar, de todos modos?
¿Qué le pusimos y qué sacamos de él?
Llevamos a nuestras espaldas
un nombre que no nos pertenece
caminos sin fin
que nunca fueron los nuestros.
Nos examinan como un zapato nuevo
que lleva alguien más
mientras soñamos con
grandes saltos sobre los mares
–en la sequía, bebes –como diciendo
¡mira, pero no toques!
¿Cómo llegaron a despilfarrarnos de esta manera?
Les pagamos hasta el último centavo
en retenciones!
Nosotros, que nunca tuvimos mucho en primer lugar,
renunciamos a todos nuestros derechos por adelantado…
Cantaban una canción, una canción toda suya. Pues, de sus camisas abiertas, el barro de su patria, las montañas, los olivares, vertía palas por palas. Y, de sus templos, el anhelo se evaporaba como se escapa el vapor de la tapa de una maceta y transmite ese vapor algo de la tristeza del frijol y el sabor amargo de la achicoria silvestre.
de Peajes (1972)
El silencio que crié entre cuatro paredes, en etapas tempranas estuvo destinado a volverse una canción – profunda, oscura, como agua en un pozo de los deseos; como el bolsillo en el mandil de mi madre. Dar a cada uno su porción. Estirar como el gran mensaje de las grullas en las calles, en las plazas, en los urinarios públicos, y en las salas de espera de las estaciones de tren. Una canción como un salmo del Domingo de Ramos; canción de pan y agua; un canto de gente; el canto de mí.
de Peajes (1972)
Iphigenia Mastoraki conocida como Jenny Mastoraki (Τζένη Μαστοράκη) (Atenas, Grecia, 21 de febrero de 1949-Atenas, 30 de julio de 2024). Poeta y traductora. Estudió Filología en la Universidad de Atenas.
Jenny pertenece a una familia de clase media (su abuelo había tenido un par de lavanderías antes de la guerra) pero el negocio se había derrumbado y su abuelo terminó trabajando en la lavandería de otro hombre. Sin embargo, fue criada con “pretensiones burguesas”, una especie de mascarada montada para el vecindario y los familiares que de todos modos sabían la verdad. Cuando tenía diez años, la familia se mudó a un nuevo vecindario que había sido uno de los barrios “rojos” bombardeados por fuerzas de derecha durante la terrible guerra civil de 1946 a 1949, que siguió a la ocupación y liberación alemana.
Hija de padres “monárquicos de extrema derecha” fué el abuelo materno de Mastoraki quien mantuvo a la familia en lugar de su padre, un funcionario mal pagado que fue trasladado a Creta cuando Jenny tenía cuatro años. (No volvió a verlo hasta que su propia hija cumplió tres años.) Todavía era una niña cuando se enteró de una historia de amor frustrada de su madre con un joven médico que su padre rompió: “mi abuelo no quería un yerno superior a él”, explica Mastoraki. El joven amante se suicidó y poco después se concertó el matrimonio con el funcionario menos impresionante.
Su familia odiaba los libros. El hogar, entonces, era un ambiente en el que era imposible obtener información confiable sobre el mundo exterior, especialmente porque los adultos eran correspondientemente reaccionarios, «no por ideología, porque en realidad no sabían nada y no tenían ideas«, sino por tradición, por necesidad de seguridad. La escuela, donde Mastoraki tenía profesores “democráticos y abiertos”, se convirtió en su umbral al mundo de las ideas. Ella devoraba libros. Los tomaba prestados de sus compañeros de clase. Mientras todavía leía cuentos de hadas, la familia no hizo ningún escándalo, pero cuando tenía doce años y se interesó por material más serio, su madre declaró que todos los libros eran peligrosos y los prohibió.
A los dieciséis años, Mastoraki realizaba trabajos ocasionales y con sus ganancias compraba sus propios libros, que leía «como una maníaca«; También como una maníaca, su madre los rompió. “Dijo que si lees demasiado te vuelves loco y, de todos modos, yo era una niña y ¿para qué necesitaba leer?” Este tira y afloja continuó durante la escuela secundaria, y el único apoyo de Mastoraki procedía de su abuela, una persona “exquisita” que, apenas alfabetizada, amaba los libros y leía, o intentaba leer, las hagiográficas Vidas de los Santos que entonces eran populares.
El día que los resultados del examen de ingreso a la universidad revelaron que Mastoraki había obtenido el primer lugar en su clase, su madre le regaló un crucifijo. “Me lo puso alrededor del cuello y me dijo: ‘Está bien, has demostrado que eres inteligente’. Ahora quiero que encuentres un marido y te cases’”. Pero Mastoraki estaba desesperada por ir a la universidad. “Mi madre era como su propio padre en el sentido de que no quería que yo, su hija, fuera mejor que ella. Ella nunca me perdonó por ir”.
La universidad fue una amarga decepción. Sus profesores resultaron ser “asnos” (un profesor de Filología pasó un año académico entero en una página de Demóstenes) y sus compañeros de estudios, principalmente aldeanos que soñaban con ser profesores en pueblos pequeños, “no tenían cerebro en absoluto. Simplemente escribieron lo que decían esos malditos bastardos, los profesores». Todavía vivía en casa y trabajaba (como secretaria y tutora) para ayudar a mantener a la familia y en su tiempo libre estudiaba en los institutos de lengua inglesa, alemana e italiana de Atenas.
El 21 de abril de 1967, la madre de Jenny entró en su habitación para decirle que todas las escuelas estaban cerradas. Había oído música militar en la radio y un anuncio oficial de que el ejército había tomado el poder. Jenny le preguntó si eso era bueno o malo y le dijeron que no se preocupara por eso. Entonces ella no lo hizo; ¿Por qué debería hacerlo? No había estado leyendo periódicos, sólo literatura, mucha de ella extranjera, y había estado escribiendo poesía y estudiando mucho, aislándose del resto del mundo.
En 1970, sin embargo, al final de su tercer año de estudios, conoció a un hombre que se convirtió en su amante, un cineasta comunista quince años mayor que ella. Fue su primera aventura seria y lo cambió todo. Ahora habían pasado tres años y estaba conociendo a los amigos de su amante, todos comunistas, y comenzó sus primeras lecturas sobre política y economía con libros prestados. En casas y cafés hablaba con personas que habían entrado y salido de prisión, pero que no sentían ningún peligro personal. Compró sus primeros libros “prohibidos”; era bastante fácil conseguirlos si uno conocía de cerca a ciertos libreros y estaba dispuesto a viajar dando rodeos a través de barrios dudosos y pagando enormes sumas de dinero. Su primera compra fue un volumen de poemas de Yannis Ritsos; “Valió la pena”. Así, en la Atenas de principios de los años 1970 la vida de Jenny transcurría entre veladas literarias clandestinas, cine, charlas en cafés, discusiones en apartamentos y canciones prohibidas.
Su iniciación en la política estuvo supervisada por su amante, y durante un tiempo se sintió cercana al Partido Eurocomunista (KKE-S), pero nunca se unió. Su amánte pronto fué un capitulo cerrado tras darse cuenta de que era «un tipo plagado de complejos, especialmente cuando, a sus cuarenta años, llevaba dentro de sí la carga del fracaso político de su generación. “Te cansas muy rápido de ellos. Los más jóvenes son mejores, son más indiferentes al fracaso”.
En 1972 publicó su primer libro. “El Synaxarium de la Santa Juventud”. Era joven y ambiciosa y, cuando su editor, Kedros, la llamó para informarle que habían llegado las primeras copias de su libro, voló hasta sus oficinas y sintió que todos la miraban con admiración. “Me sentí muy orgullosa«. A pesar de la situación política del momento en Grecia, autores habían sido acosados (se les habían cancelado los pasaportes, habían sido interrogados en la sede de ASFALIA o visitados en sus casas), Jenny pensaba que en realidad no parecía tan peligroso ¿qué podía hacer realmente la policía secreta? «No me meterían en prisión sólo por un libro,».
La policía secreta, ASFALIA, tenía la costumbre de visitar las editoriales para comprobar quién publicaba qué y quién y así fue como Mastoraki llegó a ser “invitada” por la policía a ser interrogada. La tuvieron esperando durante horas, “temblando como una hoja”. Ella dice que no fue valiente. Mastoraki estaba “entre los estudiantes que lucharon durante el levantamiento”, conocido como la Revuelta de la Politécnica de Atenas(Εξέγερση του Πολυτεχνείου); fue brutalmente golpeada por la policía y casi muere.
Después de que se publicara su segundo libro, Kith and Kin, en 1978, Mastoraki no volvió a escribir hasta 1982.
Para Mastoraki, el espectáculo de los literatos en pleno compromiso político es profundamente alienante. Ella es enfática en esto: no está nada comprometida ni políticamente comprometida. Reconoce que su primer libro fue escrito “con esta voz y que, en aquellos tiempos, era necesario hacerlo. Pero ya no”. El objeto concreto de la impugnación –la Junta– ha desaparecido y en su lugar hay algo difuso que lleva muchos nombres. ¿Cómo lo apuntas? En tiempos de crisis nacional, el dilema privado del escritor: ¿cómo puedo servir políticamente sin degradar mi arte? – está anulado por los acontecimientos, pero en tiempos más normales, el escritor puede tomar la decisión. Y Mastoraki, como ella dice, ha elegido escribir poesía, no eslóganes.
“Hay una frase de Elytis que me gusta mucho: ‘Me he oxidado con el viento del sur de los hombres. El viento del sur es húmedo y él, el artista, se ve a sí mismo como hecho de metal, expuesto a demasiada humanidad‘. , se oxida. Creo que muchos tipos de participación y movimiento entre la gente pueden corromperte como escritor… ¡como Ritsos, que debe escribir un poema todos los domingos! [en el periódico del Partido Comunista] Tan pronto como te involucras en algo, haces las cosas que otras personas esperan de ti, ya no lo que tú quieres hacer”. Con esta convicción, Mastoraki habla directamente desde la experiencia de su generación, una generación desvinculada de un partido político y de las recetas de un partido para la intelectualidad. Su generación estaba unida por la necesidad común de enfrentar a la Junta y, cuando la Junta abandonó el escenario, ellos se separaron unos de otros.
Mastoraki pertenece “Histórica y formalmente” a la «Genia tou 70» generación de los años setenta, término utilizado para describir a los autores griegos que comenzaron a publicar su trabajo durante esta década, pero no es consciente de pertenecer a ella por experimentos estilísticos, de dicción o de formas comunes. «Simplemente escribo como tengo ganas de escribir».
En cuanto a esa otra fuente de continuidad generacional, los Antiguos, Mastoraki no siente conexión alguna. Los lee como lee cuentos de hadas, un mundo de fantasía. También le irrita la técnica pedagógica griega de encontrar para cada experiencia moderna su análogo en la historia antigua. “Algunas hazañas de la Segunda Guerra Mundial son inevitablemente comparadas con Leónides y los heroicos Trescientos en las Termópilas. Éste es el tipo de cosas que los coroneles seguían enfatizando: nuestros grandes y gloriosos ancestros. Lo odié”. Quizás porque los logros de la literatura bizantina rara vez se ensalzan fuera de un marco de referencia eclesiástico, los encuentra más agradables y sugerentes. “A través de los textos bizantinos se ven personas reales y humanas, no esas figuras idealizadas de la antigüedad. Las historias oficiales de la corte, los arcanos, las historias de la emperatriz Teodora actuando desnuda en el Hipódromo de Constantinopla… ¡lo hizo! Escándalos. Pornografía. Leí todo esto por mi cuenta; No lo enseñarían en la universidad”.
Mastoraki ha dedicado parte de su vida a la traducción pues según sus propias palabras en Grecia era muy difícil vivir de publicar; los escritores pagan algunos de los costos de publicación con sus propios fondos. En el momento del tercer libro de Mastoraki, ella tenía un contrato pero todavía ningún anticipo, “no, nunca”, y, aunque el quince por ciento de regalías es una tasa decente, un escritor tiene “suerte” de vender una primera edición de mil copias. «Tienes que tener otra profesión o estás arruinado». Ni siquiera el premio Nobel Elytis vive de sus libros.
Durante los últimos años, Mastoraki ha sido traductora, una ocupación tan creativa en sus desafíos como la poesía. Traduce por pura envidia, trabaja en literatura que desearía haber escrito y trabaja en el texto como lo haría cualquier escritor. Y cada cuatro o cinco años dedica tiempo a escribir, porque una cosa es segura: cuando estoy traduciendo algo que realmente amo, no puedo escribir por mi cuenta”.Mastoraki es principalmente conocida por su traducción al griego. de “El guardián entre el centeno” de J.D. Salinger, entre muchos otros.
A pesar de su soledad profesional, su evaluación sarcástica de sus antecedentes literarios, su repudio al compromiso político y su pesimismo sobre su probable destino, Mastoraki es, sin embargo, un miembro reconocido de esa tribu conocida como escritores griegos. El solo hecho de ser griega lleva consigo todas esas cosas –política, idealismo, historia, memoria– que tan profundamente han constituido y moldeado la experiencia y la mentalidad de sus amigos y vecinos, parientes y antepasados, en este siglo cataclísmico. Ella no lo niega. “Incluso cuando lo intento, no puedo olvidar estas cosas”. Pero cuando se sienta a escribir, “estas cosas” desaparecen y ella se queda sola, y el poema es asunto suyo.
Las obras de Mastoraki han sido traducidas a muchos idiomas y en 1989 recibió el premio Thornton Niven Wilder de la Universidad de Columbia por sus traducciones.
Nota : Esta entrada ha sido actualizada el 1 de agosto de 2024 debido al fallecimiento de la poeta en Atenas el 30 de julio de 2024.
¡Vuela alto Jenny Mastoraki!
“La pérdida de Jenny Mastoraki nos priva de una de las figuras más importantes de la literatura griega contemporánea. Representante de la Generación del 70, nos deja un corpus poético que traspasó fronteras y fue publicado en muchos idiomas extranjeros. Su obra se distingue por su huella personal, que resalta la relación inseparable entre escritura y lectura, así como la implicación experiencial a largo plazo de la autora con el lenguaje, la historia y la literatura”, dijo la ministra de Cultura griega, Lina Mendoni, expresando sus condolencias a la familia de Mastoraki.
Esta entrevista de 7 minutos fue realizada por estudiantes de la escuela greco-francesa de Agia Paraskevi como parte del Festival de Poesía de Lfh, el 26 de abril de 2007. Subtitulada en francés.
El gran George Moustaki en español. Album Le Meteque
Temas : Le Métèque (El Extranjero) 0:00 Joseph (José) 2:27 Gaspard (Gaspar) 4:52 Voyage (Viaje) 7:40 Le Temps De Vivre (El Tiempo de Vivir) 9:53 La Carte Du Tendre (El Mapa de la Ternura) 13:11 Ma Solitude (Mi Soledad) 16:10 Il Est Trop Tard (Es Demasiado Tarde) 19:06
Georges Moustaki actua en directo en el programa de TVE «A media voz» del año 1989, y de paso conversa con Oscar Ladoire y el Gran Wyoming.
ANGELA MOLINA Y GEORGE MOUSTAQUI . muertos de amor
Última entrevista de Georges Moustaki en TV concedida a «El convidat» («El invitado»), programa creado y presentado por el periodista catalán Albert Om, quien convive durante todo un fin de semana con sus entrevistados. En este episodio Albert Om fue el invitado de Marina Rossell, si bien y habiendo sido ella íntima amiga de Moustaki durante varias décadas, Marina y Albert acaban viajando a París para convertirse, los dos a su vez, en los invitados de Georges Moustaki. Con él charlarían entre otros temas, de su delicado estado de salud, o incluso de cómo se conocieron Marina y él. Emitido originalmente el 5 de Diciembre de 2011 en TV3 / Televisión de Cataluña, con el fin de rendir homenaje al gran «Mousta» (tal como ella lo llamaba cariñosamente), se muestran únicamente los últimos 18 minutos del episodio, que incluyen, además de la entrevista final, los instantes previos al emotivo encuentro. Parte 3 de 3.