«No hay que quejarse. Este es el único país que respeta la poesía: matan por ella. En ningún otro lugar ocurre eso…»
Mandelshtam
La tristeza inexpresiva
La tristeza inexpresiva
abrió sus dos ojos enormes,
el florero al despertar
del cristal arrojó las flores.
Todo el cuarto se invadió
de una lánguida -¡dulce medicina!… Leer más