Abrir los ojos es romperse por el centro 
y engendrarse en cada rotura un asentamiento de millones de años 
esparcidos o mejor poseídos de cada hilacha 
de cada rincón del retazo nuevo y sangriento y arrugado.
Abrir los ojos es andar poniendo seña 
o hallar la voluntad de hacerlo por despecho 
por venganza a la ceguera 
al dulce afán engañado por la eterna lengua tan promiscua 
pues no hay lengua verdadera que tenga el centro intacto 
antes bulle vientre adentro el estallido 
y se dan mandobles a los sinónimos para asegurar con la cabeza la estocada.… Leer más 
