Abrir los ojos es romperse por el centro
y engendrarse en cada rotura un asentamiento de millones de años
esparcidos o mejor poseídos de cada hilacha
de cada rincón del retazo nuevo y sangriento y arrugado.
Abrir los ojos es andar poniendo seña
o hallar la voluntad de hacerlo por despecho
por venganza a la ceguera
al dulce afán engañado por la eterna lengua tan promiscua
pues no hay lengua verdadera que tenga el centro intacto
antes bulle vientre adentro el estallido
y se dan mandobles a los sinónimos para asegurar con la cabeza la estocada.
Abrir los ojos no viene a ser una esperanza
ya lo habrá previsto así el de las cursivas cualquier tarde calurosa
una vez reconocida la quebrada bajo los pies
un vacío para el que nada sirve la máscara de gala.
«Habría que ser tan valiente para huir» habrá dicho en su fortaleza.
«Habría que ser tan valiente para volver» dirá en otro tiempo
otra urbe más terrible.
Samariterstrasse resiste
La tribu universal ensaya sus acaloradas discusiones de licor y yerba
característica debilidad en los sentidos
reflejos dormidos
la lengua pastosa arrastrando el ocio productivo de la conversación
la reflexión es el zumo de todo vacío
yo también intoxico mi identidad con la identidad ajena
me pierdo en el vaho y en el duro repiquetear de los tambores.
Los bravos mancebos de las botellas exhiben sus tatuajes y eructan con sofisticadas maneras
las altas muchachas se abandonan en el raído pantalón y mueven sus ombligos como sirenas
en mares turquesa
el tarro donde crepita el fuego del infierno cobija a elefantes rubios, al cadáver melenudo y al ángel infaltable
yo nado en los sudores generales
me acomodo al hueco de las rodillas
dudo de aquello que me es otorgado
pero no dudo del siguiente trago.
Es que aquí estamos, aquí estamos
viendo pasar las horas
menos solos que solos en nosotros mismos
los oráculos tremebundos vaticinando las próximas tormentas
yo doy gracias porque el techo humano nos sostiene
al menos por esta noche
la ceremonia del brindis traerá actividad al vidrio
ojalá deje entrever la luz de los corazones
la profundidad de la vana celebración
la labia prendida del chiste
la caída de los ídolos de la buena presencia
todo sea por ver amanecer
el hachich odia mi lápiz
enormidad de litros olvidados
montículos de colillas
una poca de luz todavía testifica
como resistimos en Babilonia los inviernos.
Correlación de fuerzas
De un lado el enemigo
poderoso en egoísmo
mofándose de las heridas
que el mismo provocó
Del otro lado el lobo
con su infinita entrega
convenciéndose de su valor
A este David imberbe
el aliento le hace el peso
contra el coloso
piedra versus fusil
una niña frente al fuego
Estas son las cartas
este es el juego que quema corazones.
De Capuchita negra
Hay una niña en un pozo
Una línea corta el horizonte en dos.
No es necesario que alguien diga uno y otro lado
ya la niña se ha puesto a lamer la huella
y a confundir con sus saltos y sus vítores y su ahínco
las distintas lunas del espejo.
Una línea divide el horizonte en dos.
La niña sigue el paso del conejo y bebe del pozo
como quien bebe de su propia caída.
Una línea fija el horizonte en dos.
Dentro de la línea una niña cae y cae preguntándose a viva voz
la duración de su caída.
No causará extrañeza el llanto de la niña cuando tope fondo
-pero no topa fondo-
y no será raro tampoco que el horizonte recupere su unidad
si la niña lograra mirarse en lo hondo de su llanto.
Pero la caída trae como consecuencia
anverso y reverso de un único horizonte.
de Escrito en Braille (Santiago, 1999)
Agar en el desierto
¿Realmente he mirado yo al que me ve?
Génesis 16:13
Acaba de brotar agua de salvación
Ya me estaba despidiendo del muchacho
cuando El Grande escuchó su llanto
después de haber sido expulsado por su padre
sin más herencia que un odre vacío
y una hogaza de pan añejo
El Grande no resistió
el llanto del muchacho
la traición a la esclava
que por muy esclava que sea
es madre de primogénito
Esclava fui
entregada como cosa que se usa
según necesidad
debido al vientre seco de la esposa
sacrifiqué belleza en tálamo senil
por la famosa descendencia
y la tierra prometida
¿Qué se supone que va a heredar
el malcriado de Isaac?
Un páramo yermo
una desolación abrazadora
un espejismo
cuatro piedras quietas
¿Por este desierto los hermanos
serán enemigos?
Que no lo permita El Grande
el Dios de la Vista
cuya misericordia observa
y abre pozos de salvación
A nosotros nos basta
la extensión llana del horizonte
junto a estas dunas
al amparo de la fuente
criaré a Ismael
Señor de los Arqueros
Yo no vuelvo a la tienda de la ofensa
no seré aplastada por la envidia
el escorpión es mejor compañía
que el veneno del ama
No nací para capricho
de la pareja elegida
soberana sobre tierra infértil
Soy abuela de multitudes
ninguna esposa me quitará ese derecho.
Bajo el árbol 8 minutos bastan
El espíritu del árbol me habla quedo
por él entiendo cuánto debo a la partícula
a la rama desprendida y al rumor de los días idénticos.
La vida de la pradera me abraza desde su más fresca brizna
yo me quedo en la conversación del bosque
larga en el sol demorado
muy parecida a una piedra
extendida y contrita a la vez
no diría como adorno sino como solución en el paisaje.
Me abro y entiendo
todo es inevitable
sereno y perenne a través de los ciclos.
Cuelgo ese YO tan preciado
del total para que se pierda
¡es renovación cada muerte sufrida!.
Pongo mi atención en el entorno
es que soy infinita.
Ruinas de la casa
En la casa del amor están rotas las ventanas
se cuela el frío por ellas
entra lluvia de pájaros
se levanta un polvo de huesos
En la casa del amor los dinteles sonríen
a los nombres olvidados
erradas inscripciones que sostienen el umbral
En la casa del amor están rotas las ventanas
nadie puede mirar a través
de la vendedora de cerillas
(La luz no tolera el descampado)
En la casa del amor
hay muros parecidos a perforaciones
puertas tatuadas de siglas
que el tiempo borra como contornos de arena
(Bracea el náufrago de siempre)
La casa del amor
no tiene techo ni suelo
menos argolla y almohada
pero una ventolera de muertos tiene
algunos de los cuales se jactan
de poseer sigla
en la sonrisa del dintel.
Gemütlich
como de un trapecio en el otro
como el acróbata neófito respiro a salvo en el carro de Ubahn
descansando en los rostros que no deseo comprender sino en la fugaz dimensión de la fantasía
como en casa cuando el ebrio de siempre escandaliza a la viejecilla de siempre o la luz matutina alegra las gafas de los lectores
hay tres niños turcos irritando a los adultos con sus monerías extranjeras
hay un perro azul durmiendo largo la siesta en el pasillo
hay adolescentes sordomudos inmersos en un bullicio de manos
hay hombres apretándose contra el fondo del vagón
hay madres naturistas de hijos enfermos que acarrean con ellos todo el polvo del pantano
hay un desadaptado, sin techo ni cuenta bancaria, vendiendo a módico precio el último pasquín
hay brujas groseras amadas por tímidos príncipes
hay un gordo con ganas de hablar que sonríe a su reflejo
yo soy un pedazo de toda esa nada
yo voy hacia algún sitio mezclando mi nada con la nada general
yo tenía desde antes un vacío y lo traje hasta este hueco
aquí me quedo al menos 8 estaciones más
como en el recién estrenado número el trapecista
fija bien los pies antes de saltar.
Cuenco
Acotada
entre tus brazos
estuve acotada
Agua sin cauce
que confluye a la sed
pues alguien espera
saciarse con ella
Yo era desparrame
conocía del mundo
sólo expansión
los días contaban pérdida
medían derroche
no daba conmigo
conmigo no daban
fluía sin nombre
extensión ignorante
sitio eriazo del lamento
boba pulsión del adiós
desperdicio andariego
una errante sin pausa era
Hasta que entre tus brazos
fui reunión.
Quedishtu
El amanecer era blanco.
Gonzalo Rojas
Llegas mordido de polvo
pesado de sangre
el peto abollado de almas
los ojos cargados al odio
tus pies anduvieron suplicios
tu cabeza sola ya no habla
gruñe un poco de agua
la sed que el infierno no sacia
Eres el extranjero
de lejos te vi
un desperdicio de la mano de los dioses
Los hombres como tú vuelven desechos
sostenidos apenas
hay que religar sus partes
Las partes aisladas sollozan
las partes jirones aguardan
el embrujo divino que junta
Primero: lavo
el agua disuelve toda condena
Segundo: lamo
mi boca urde la trama que eres
Tercero: unjo
mis manos devuelven poder
Cuarto: beso
hay labios que enseñan a orar
Quinto: observo
mis ojos añaden valor
Sexto: hablo
que mi susurro te haga arder
Séptimo: abro
una resistencia para alcanzar más honduras
Octavo: cabalgo
el esfuerzo vale tu hartura
Noveno: recibo
mi cuerpo ha sido tu templo
Décimo: sello
completo te querían los dioses.
Querida familia:
ustedes preguntan por mí
sepan que llevo tres meses de muerta
mis huesos han empezado a florecer
acabo de llegar y sé que hasta aquí me han seguido algunos fantasmas
pero no dieron con mi calle
yo estaba desaparecida
otra en mi lugar piaba con mi voz perfectamente desconocida
otra en mi lugar sostuvo las experiencias pasadas
revisó antiguos cuadernos
juntó reservas de fuegos ya consumados
de lágrimas entregadas a destajo.
Aquí hay ciertas esquinas
precisos sacados en el muro para acomodar la maniobra del recuerdo
hay como islas, mesas queridas donde he dejado un gran esfuerzo
paraderos conocidos y túneles de breve lapso.
Son resquicios de antiguos cotidianos
un aroma
un agujero aporta al hogar interno y al santuario
un ángel saluda de una inmensidad a otra de la acera.
Fuera de todo aquello de minucia conquistado
un peldaño corto apenas, un respiro
las planicies de desconocidos
el enorme social solitario
la sequía del afecto.
Aquí se miran entre ellos
todo el tiempo
las posturas correctas y las palabras adecuadas
aunque no te vean ni a la nada germinando
sólo aparece la mácula en el traje
el error gramatical
sólo la diferente piel
el peinado más bizarro
las piedras sobre el pecho y el pájaros silbando sobre ellas
nada ven, ni la población de gusanos
querida familia
aquí bajo la tierra sobrevivo
al paulatino acomodo de las conductas
la generación de nuevos miembros adecuados para nuevas condiciones
si mi ánima me arrastra a rincones donde resisten otros difuntos
tal vez animales
no se preocupen
para hallar hogar basta poner el corazón en otras manos
y servir de almohada
de mesa
de materia para el abrevadero.
Alejandra del Río Lohan (Santiago de Chile, 1972). Poeta, docente, traductora, terapeuta humanista-transpersonal.
Hija de madre alemana y padre chileno, por lo cual la biculturalidad es algo que marca toda su vida. Estudió Literatura en la Universidad de Chile. Residio en Alemania desde el año 1999 hasta el año 2009. Realizó allí estudios sobre Escritura Autobiográfica y Creativa en la Alice Salomon Hochschule en Berlín.
En 1994 publica su primer libro, El yo cactus, con el cual obtuvo el primer premio en el «Concurso de Poesía para Obras Inéditas» convocado por el Departamento Técnico de Investigación de la Universidad de Chile. En 1995 fue becaria de la fundación Pablo Neruda, donde se gestó Escrito en Braille. En 1998 con su libro Escrito en Braille obtuvo el premio “Eusebio Lillo” de la I. Municipalidad de El Bosque. Irónicamente parte del premio consiste en una publicación en LOM, sin embargo, dicha casa editorial se niega a publicarla por no enmarcarse en su línea editorial.
Alejandra del Rio se ha dedicado tanto a la poesía en papel como a la performance, trabaja con niños, intervenciones artísticas, video-poemas y grabaciones. Ha participado desde muy temprano en intervenciones en espacios abiertos. Sus comienzos fueron cuando aun era estudiante de la Universidad de Chile, donde junto a otros compañeros de carrera conformaron “Water loo” como una forma de protesta respecto a los encapuchados y los disturbios que éstos provocaban, es así, como en vez de combatir con capuchas deciden combatir con poesía. Creadora de la metodología de enseñanza del lenguaje llamada “Educación Poética”, es especialista en diario de vida y escritura terapéutica y fundadora de «Mano escrita”, una fundación enfocada en educar y sanar por la escritura.
Ha traducido poetas alemanas como Ingeborg Bachmann, Hilde Domin, entre otras.
Algunas de sus obras publicadas:
- El Yo Cactus, Universidad de Chile, Santiago(1994)
- Escrito en Braille, Santiago( 1999)
- Material Mente Diario (2009)
- Dios es el Yotro (2010)
- Llaves del pensamiento cautivo, Garceta Ediciones, 2016, Santiago (2015)
- Dramatis Personae, Editorial UV de la Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile,(2018)
- Capuchita negra (Editorial Aparte, 2019)
- Escrito en braille 2da edición ( Universidad de Valparaíso, 2020)
- Tú calas (Editorial Aparte, 2021)
Enlaces de interés :
http://alejandradelrio.blogspot.com/?view=classic https://www.blogger.com/profile/16611195419844021567
https://www.manoescrita.cl/?fbclid=IwAR1OapgXUMYhWCseXpjvzI_GoVwMwkl21ix6o_HGVJiubMxAzHUSGiKnCyE
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