María Lejárraga

Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras y/o escritoras es tan importarte en la historia que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de la extraordinaria María de la O Lejárraga que escribió casi toda su obra con el nombre de su marido Gregorio Martínez Sierra siendo este, a los ojos del público de su tiempo, el escritor de éxito y único autor.

Una de nuestras Imprescindibles

María de la O Lejárraga García (San Millán de la Cogolla, La Rioja, España, 28 de diciembre de 1874 – Buenos Aires, Argentina, 28 de junio de 1974). Escritora, maestra, articulista, editora, diputada y feminista.

María Lejárraga nació en el seno de una familia acomodada, A los cuatro años se trasladó con su familia a Madrid, donde su padre Leandro Lejárraga, que era cirujano, ejerció la medicina. Su madre, Natividad García-Garay se ocupó personalmente de la educación de sus hijos, siguiendo los programas educativos franceses.

Lejárraga estudió en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer donde tomó el primer contacto con las ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza. Terminó sus estudios de Comercio en 1891, convirtiéndose en profesora de Inglés para la Escuela de Institutrices y Comercio. Finalizó sus estudios de magisterio en la Escuela Normal de Madrid. Siendo estudiante, acudió al Congreso Pedagógico Hispano-Americano, donde apoyó los postulados educativos de Emilia Pardo Bazán. Ejerció como maestra entre 1897 y 1907. En 1905 viajó a Bélgica con una beca que le permitió conocer los sistemas educativos de este país, donde también conoció las Casas del Pueblo y, por tanto, las tesis socialistas.

En 1899 publicó su primera obra: Cuentos breves, que fue acogida por su familia con frialdad,, quienes no veían con buenos ojos que una mujer se expusiera de ese modo a la mirada del público. Eso y el hecho de ser maestra le impulsaron a ocultar su identidad bajo el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra, con el se casó en 1900. En 1901 publicaron Vida Moderna, en la que dieron voz tanto a escritores modernistas como realistas.

Con Juan Ramón Jiménez fundaron la revista del modernismo poético Helios (1903-1904), donde publicaron, entre otros, Emilia Pardo Bazán, Antonio Machado, Jacinto Benavente, los hermanos Quintero… Y en 1907 la revista Renacimiento, de corta duración pero gran calidad. Estas colaboraciones cimentaron una profunda amistad entre Lejárraga y Juan Ramón Jiménez. Lejárraga era políglota y fue quien realizó la mayoría de las traducciones inglesas y alguna francesa aparecidas en Renacimiento.

María de la O dejó su labor docente y pidió la excedencia en 1908 para dedicarse de lleno a la literatura. Su obra Canción de cuna, estrenada en 1911, recibió el premio de la Real Academia Española como la mejor obra de la temporada teatral 1910-1911. De las obras escenificadas en Madrid entre 1929 a 1931, al menos veinte eran suyas. Esto muestra el éxito de público y el interés de la crítica. Además, la «Compañía cómico-dramática Martínez Sierra«, dirigida por su esposo, no solo representó en España sino que hizo varias giras por Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Latinoamérica. En los programas de las funciones aparecían los nombres de ambos. Cuando su esposo estaba fuera, era ella quien se encargaba de los negocios relacionados con su teatro, el Teatro Lara.

También colaboró con literatos consagrados como Eduardo Marquina, en su obra El pavo real o con Carlos Arniches, en La chica del gato, que posteriormente fue llevada al cine.

El matrimonio entró en contacto con Manuel de Falla en París en 1913 a instancias de Joaquín Turina. Tras volver este a Madrid comenzaron a colaborar en varios proyectos. En 1915 se estrenó El amor brujo, que combinaba música y danza con música de Manuel de Falla y libreto de Lejárraga en el Teatro Lara de Madrid. Con esta obra querían expresar el alma de la raza gitana. Para crearlo Falla tocaba fragmentos de la partitura y Lejárraga describía el tono emotivo del pasaje. Viajaron juntos a Granada, ciudad que conocía Lejárraga en profundidad, donde dieron los toques finales. La protagonista fue Pastora Imperio.

La vinculación de Lejárraga con Granada fue siempre estrecha, especialmente desde que escribiera, en los primeros años del siglo, su libro «Granada, guía emocional». Tambien colaboró con Manuel de Falla en El sombrero de tres picos.

María, permanecía en el anonimato y Gregorio, el presunto autor y empresario de éxito, se llevaba toda la gloria. Incluso se permitió enamorase de una actriz, Catalina Bárcena, sin que por ello se rebelara María, pese a ser ella la autora de las obras en las que triunfaba la amante de su marido. Pese a la ocultación de Maria Lejarraga tras el nombre de su marido, había sospechas sobre la verdadera autoría de las obras. En 1930 Gregorio firmó un escrito en el que reconocía la coautoría de su mujer, pero él reclamaba estos derechos para sí. Hoy se sabe que Gregorio no escribía ni una linea. Incluso se ha reconocido que obras de otros autores, como fue el caso de El pavo real de Eduardo Marquina, fueron también escritas por María Lejárraga y que Marquina contribuyó exclusiva o primordialmente a su versificación.

En 1912 comenzó su colaboración con Usandizaga cuando la Compañía Martínez Sierra representó en Santander Canción de cuna. La obra, Golondrinas, fue estrenada en 1914 con un rotundo éxito. También escribió el texto de La llama, que fue representado en 1918, tres años después de la muerte del compositor. En 1914 Joaquín Turina le pidió un libreto y Lejárraga le proporcionó Margot, que fue representada en el teatro Eslava bajo la dirección de Martínez Sierra con una gran escenografía y una espectacular puesta en escena. Para preparar otra obra viajaron juntos al norte de Marruecos y con las impresiones del viaje, Turina escribió una suite de cinco movimientos titulada Retrato dedicada a Lejárraga.

En 1914 publicó Cartas a las mujeres de España y, en 1917, Feminismo, feminidad y españolismo además de colaboraciones en prensa en las que destaca «La mujer Moderna» de Blanco y negro.

En 1917 participó en la creación de la UME o Unión de Mujeres de España, que duró dos años junto a la marquesa del Ter.

En 1920 viajó a Ginebra como delegada de España al VIII Congreso de la International Woman Suffrage Alliance donde colaboró en la redacción de una carta de derechos femeninos. Fue un miembro activo de la Sociedad Española de Abolicionismo participando en múltiples mítines. Esta sociedad estaba en contra de la reglamentación de los prostíbulos. 

En 1926 participó en la fundación del Lyceum Club que presidió María de Maeztu, junto a Victoria Kent y Zenobia Camprubí, entre otras. Se inauguró con 150 socias de todas las tendencias y en él participó también Elena Fortún, a la que Lejárraga animó en su vocación literaria. El Club tenía una gran biblioteca dirigida por ella. 

Feminista convencida, se afilió en 1931 al Partido Socialista. Comenzó su labor de propagandista republicana, sobre todo entre las mujeres, con el ciclo de cinco conferencias La mujer ante la República que tuvieron lugar en el Ateneo de Madrid del 4 al 18 de mayo de 1931. En estas conferencias trató de desterrar los miedos que suscitaba el nuevo régimen, sobre todo los religiosos. Cada conferencia tenía un tema específico; así Realidad, era sobre la nueva realidad de la patria, Egoísmo, en defensa de la República,  Religión, sobre la cuestión religiosa; Federaciónsobre las autonomías y Libertad sobre la reivindicación de los derechos de las mujeres. Esta última estaba articulada en dos partes: lo que la mujer había sido hasta entonces y lo que debía ser en el futuro. Para ello revisó exhaustivamente los Códigos Penal y Civil. Por este ciclo de conferencias, el Lyceum celebró en El Retiro un homenaje en su honor recaudando 600 pesetas que ella entregó a los obreros sin trabajo. Participaron muchas personalidades de la época. En 1932 se organizó otro curso de conferencias en las que se analizó la situación política. Lejárraga participó con una conferencia cuyo título era Dudas del momento.

Promovió la Asociación Femenina de Cultura Cívica, que comenzó sus actividades en 1932. Las veinte amigas que se reunieron querían que la Asociación no solo fuera instrumento de reivindicación feminista sino también hogar espiritual y material para las trabajadoras, sobre todo de clase media. Para ello habrá espacios, conferencias, cursos y talleres. En seis meses tenían ya 600 socias. Propugnaba la alianza de las asociaciones feministas y por ello, estuvo en la publicación de la revista Cultura integral y Femenina que tuvo un gran éxito. En la Cívica se intentó la renovación teatral con la creación del Club Anfistora, dirigido por Pura Maortúa y Federico García Lorca, que funcionó con éxito desde el otoño de 1933 hasta comienzos del 34. 

En 1933, fue elegida diputada al Congreso de la República por Granada y fue designada vicepresidenta de la Comisión de Instrucción Pública.

En 1936 ocupó la representación de la República Española en Suiza como Agregada Comercial del Ministerio de Agricultura, Industria y Comercio.

También fundó y participó en la dirección del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, que estaba presidido por Dolores Ibárruri, en esta organización también estaba y participó como delegada en el Congreso Mundial de París la también escritora y periodista Consuelo Álvarez Pool, Violeta en 1934. María de la O Lejárraga colaboró en la revista Mujeres, de esta asociación.

En mayo de 1937 fue nombrada secretaria de la delegación gubernamental española en la XXIII conferencia de la Oficina Internacional de Trabajo. Sin embargo, con el cambio de la jefatura del gobierno en 1937 con la sustitución de Largo Caballero por Juan Negrín, fue cesada en su cargo y vuelve a la casa que se había construido en Cagnes-sur-mer, cerca de Niza, en donde vivirá hasta que es requisada por los nazis en 1943.

Testimonio de la penuria que pasó durante la Segunda Guerra Mundial en Francia la encontramos en una carta a su viejo amigo George Portnoff, fechada el 8 de septiembre de 1945 desde Niza:

Tras la Guerra Civil inició un largo exilio, por Francia, México y Argentina. Volvió a escribir en 1948 tras una complicada operación de cataratas y un año después de la muerte de su marido. Cuando Gregorio muere, no ratifica en su testamento la autoría de María, a pesar del escrito firmado por el; por lo tanto, ella se queda sin nombre con el que poder seguir publicando, sin su seudónimo, y sin derechos de autor, ya que son heredados por la hija de Gregorio y Catalina Bárcena .  Empieza a firmar con el nombre de María Martínez Sierra y tendrá que reclamar la autoría de su obra para poder cobrar los derechos de autor que habían pasado a la hija de este. La sociedad española de la época no creyó la gran revelación de Lejárraga, que a partir de ese momento recibió bastantes insultos y se convirtió en objeto de burla.

En la correspondencia que mantuvo María con la viuda de George Portnoff, Collice, que comienza en 1948 al poco tiempo de morir George, (de hecho, Collice se convertirá en su amiga, traductora y apoderada para todos sus asuntos literarios en Norteamérica) encontramos una carta del 27 de marzo de 1949 en la cual menciona por primera vez que esta escribiendo España triste, que luego publicaría con el titulo Una mujer por los caminos de España, María le anuncia a Collice que:

En 1950 viajó a Nueva York y más tarde a California, para entrevistarse con productores de Hollywood. Allí escribió una comedia para niños, Merlín y Vivian o la gata egoísta y el perro atontado, que le fue rechazada. Sin embargo, ella vio su similitud con la película La dama y el vagabundo. Desencantada, viajó a México donde tradujo para las editoriales Aguilar y Grijalbo. colaboró en la prensa y habló en el Ateneo Español. Por problemas de salud se trasladó a Buenos Aires, donde seguiría escribiendo hasta su muerte.

En 1952 Lejárraga publicó en Buenos Aires Una mujer por caminos de España. En este libro autobiográfico narra en forma de episodios diversos momentos vividos como propagandista del Partido Socialista Obrero Español durante la República. Aunque en un principio pensaba escribir sus memorias en un solo libro, tuvo que separarlas en dos libros diferentes porque el que iba a titular España triste no iba a ser aceptado por la censura franquista. Por ello fue publicado fuera con el título de Una mujer por caminos de España. En España quería publicar Gregorio y yo en el que solo hablaba de teatro, pero tampoco pasó la censura y fue publicado en México en 1953.

En su libro de memorias, Gregorio y yo, afirma que tras el estreno de El ama de la casa en 1910 abandonó su puesto de maestra y se dedicó exclusivamente a la literatura, animada en todo momento por su esposo. Escribió sus obras más comprometidas y experimentales entre 1925 y 1930. En varias de ellas se sugiere que el amor romántico es un engaño. Ya estaba separada de su esposo, oficialmente desde 1922, y colaboraba plenamente en la labor de apartar a las mujeres de los valores tradicionales que las mantenían ignorantes y dependientes. Por ello, su teatro es pedagógico y crítico con la idealización del amor. Era una escritora intelectual de izquierdas que ya no vivía con su marido siempre más preocupado por el éxito comercial. Varias de estas obras tiene como eje un triángulo amoroso. Así Mujer (1925), La hora del diablo (1926), Triángulo (1929) y Sortilegio (1930) texto inédito que nunca se estrenó en España. Esta última es la única tragedia de la autora. Sorprende porque el triángulo está compuesto por un hombre y una mujer que compiten por el amor de otro hombre. Trata además del suicidio. Fue la última obra de María estrenada y firmada por Gregorio. En 1931 este se estableció en Hollywood con Catalina Bárcenas y Lejárraga volvió a España (desde la Riviera francesa) donde colaboró activamente con la República y abandonó su producción dramática hasta el exilio.

En 1950, María acaba Es así, su primera comedia de duración normal escrita después de la muerte de su esposo. En ella vuelve a tratar sobre el triángulo amoroso y la traición matrimonial. Vivía en Buenos Aires donde esperaba estrenar también Para casarse hay que ser viuda, comedia «retozona» como declaró en una entrevista. Siguió escribiendo otras obras como Tragedia de la perra vida, sátira mitológica filosófica y metateatral que no pudo ver representada. Siguió escribiendo hasta su muerte seis meses antes de cumplir los cien años.

Sus últimas obras están recogidas en un libro titulado Fiesta en el Olimpo, publicado cuando tenía 86 años, en él recuerda a su esposo como el director de escena ideal para sus textos.

Tardará muchos años el público español en poder leer los dos magníficos libros autobiográficos de la autora, Una mujer por caminos de España y Gregorio y yo, en tanto que no se reeditaron hasta 1989 y el año 2000, respectivamente, ya bien establecida la España democrática.

Obras literarias firmadas con su nombre :

  • Cuentos breves (1899).
  • La mujer ante la República (1931).
  • Una mujer por caminos de España (1952).
  • Gregorio y yo (1953).
  • Viajes de una gota de agua (1954).
  • Fiesta en el Olimpo (1960).

Resto de su obra :

Todas las obras firmadas con el nombre de su marido Gregorio Martínez Sierra, puesto que el nunca escribió ni una sola letra.

Maria Lejárraga pintada por Julio Romero de Torres

Enlaces de interés :

https://laescueladelarepublica.es/wp-content/uploads/2017/10/unamujerysutiempo.pdf

https://laescueladelarepublica.es/wp-content/uploads/2017/10/UnaMujerPorCaminosDeEspana.pdf

https://www.cancioneros.com/at/1245/0/biografia-de-maria-lejarraga-de-martinez

https://www.canarias7.es/cultura/maria-lejarraga-escribio-20201116023200-ntvo.html

https://www.larazon.es/cultura/historia/20220909/qmteyrmlxndkxlumkg2z3b37hq.html

9 Poemas de Raquel Sáenz

En silencio

Adoro tu silencio.

Cuando calla tu voz.

Después de haberme dicho

todas las cosas bellas

que se pueden decir.

Cuando quedas callado,

tu silencio tiene algo de sagrado:

Yo me veo en un altar,

y pienso que en silencio

tú te has puesto a rezar.

.

Y me miras … me miras . . .

Y te miro . . . te miro . . .

Y en silencio te admiro,

como a algo más que un hombre.

Y te estrecho las manos . . .

y no sabes decir más que mi nombre!

¡Y vuelves a callar. . .

y siento que te adoro

al sentirme adorar!

De La almohada de los sueños (1925)

En la última página, noticia sobre la aparición del poemario «La almohada de los sueños » de la poeta uruguaya Raquel Saenz 

Sus ojos

He mirado sus ojos tan cerca,

que aún estoy mareada.

¿Qué influjo maléfico 

tiene su mirada?… 

.

Sus ojos de abismo,

¡me arrastran… me arrastran 

a donde ellos quieren!

Voy siguiendo dócil,

por todas las sendas 

que me sugieren. 

.

Yo sigo con ellos,

como si se hubieran 

fundido en los míos

y por los senderos 

de sus desvaríos

 voy inquieta y loca.

¡Hoy sentí sus ojos

 como ascua en mi boca!

.

 Hoy sentí en mi boca 

su mirada, abismo

 de los embelesos…

¡Y la blanca torre 

de mi misticismo, 

se volvió un incendio 

quemada en los besos 

con que me envolvieron

 sus ojos traviesos! 


De La almohada de los sueños (1925)

Ensueño

El prado irradiaba 

bajo el sol radiante.

Yo me saturaba 

de luz y color.

En brusca bandada 

volaron mis penas.

Mi loca alegría 

se desparramaba 

como un surtidor.

.

Y todas las rosas 

parecían mirarme.

Y a todas las rosas 

yo les sonreía.

Y así les decía:

¿Bajo de este palio

no estuvo mi Amado?.. 

¿No pisa su huella 

la sandalia mía?…

.

¿No pasó mi Amado

y os dejó un mensaje?…

¡Decídmelo rosas!…

Porque esta alegría,

debe ser presagio 

de cosas hermosas

.

Es que está aquí acaso?…

¿ Lo ocultáis traviesas

tras vuestro follaje? . . .

¿O es que se ha quedado

todo diluido

dentro del paisaje? . . .

.

¡Lo escucho, lo siento.

Lo miran mis ojos!…

¡Está aquí, a mi lado

postrado de hinojos. . .

(Un golpe de viento

deshizo una rosa.

Que me cubrió toda

de pétalos rosa).

.

Y quedé en ensueño.

Hasta que el crepúsculo

me vino a llamar…

¡ Y dejé en el prado

la esencia del alma

para que mi Amado

la vaya a aspirar!

De : La almohada de los sueños(1925)

Raquel Sáenz

Canto al Amor

Amor:

¡Toma mis labios y bésalos

aunque después

pongas acíbar en ellos!

Entra a mi alma por mis ojos

aunque me ciegues

con tus destellos!

¡Pon espinas en mi senda!

Mi planta las pisará,

y en pos de tí seguirá.

Amor:

¡Qué importa que seas Dolor!

Quiero quemarme en tu fuego

y en holocausto me entrego.

¡Quiero ser llama en tu hoguera!

¡Llévame como bandera

arrancada al enemigo!

¡Mátame Amor!

si me mata

¡Te bendigo!

De : La almohada de los sueños(1925)

¿Es la vida la que pesa

o es que pesa el corazón?

¿Está en mí, o está en la vida

lo amargo de mi canción?

¿Es que vivo razonando

o es que perdí la razón?

Marcho buscando… buscando

algo que será ficción

o realidad, ¡no lo sé,

pero tengo la certeza

de que nunca lo hallaré!

Nocturno de Carnaval

I
 ¡ Carnaval!… ¡ Carnaval!…
¡Quiero una careta para el corazón!
Mi espíritu escéptico,
siente el acicate de la Tentación!
¡ Carnaval!… ¡ Carnaval!…
¡Dame una careta para el corazón!

 De esa turbamulta,
que grita estridente
 bajo mi balcón,
¡Róbame alegría
y en su algarabía,
¡apaga las luces de mi reflexión!
¡Dame una careta para el corazón!

 Mi alma nunca supo
ponerse antifaz
¡Hoy quiere ser máscara!
¡ Préstale un disfraz!
¡Haz porque abandone su eterno dolor!
 ¡Porque eche en olvido a quien fue traidor!
 (¡Máscara fue Amor!) 

Y si Amor fue máscara,
¿por qué yo he de estar
con los ojos ciegos
de tanto llorar?…
¿Por qué si Alegría
 me viene a llamar 
no la he de gustar?…

 ¡Siento el acicate de la tentación! 
¡Carnaval: presta una careta a mi corazón!   

             II
 ¡ Carnaval! – . . ¡ Carnaval!.. .
En tu algarabía salvaje, brutal,
se agranda mi mal!
Calle tu estridencia!
¡no la quiero oír!…

¡Alma mía: es inútil!
 ¡no sabes fingir!



De : La almohada de los sueños(1925)

El poema de tu ventana

Como el enamorado 

ronda a su amada.

Mi imaginación ronda 

tu ventana cerrada.

.

Tu ventana cerrada,

se me quedó en el fondo 

de la mirada.

¿No oyes en sus cristales 

mi alma aletear,

como una mariposa 

que la luz de tu lámpara 

fuese a buscar?…

.

¡Tu ventana cerrada!

detrás de ella mi espíritu 

está atisbando.

¿No sientes que mis ojos 

en todos los instantes 

te están mirando?

.

¡Levanta las cortinas

para que así yo sueñe 

que me adivinas!

Que me percibes

como un velo en las frases

de «Bajo el hechizo» (1931) Premio Ministerio de Instrucción Publica año 1931

Dulce condena

Te llevo en el misterio

de mi silencio trágico.

En mi llanto en suspenso.. .

en mi honda palidez.

Vas oculto en mi pecho

 como amuleto mágico 

que engaña mi esperanza 

como un loco «talvez».  

.

Te llevo en la tristeza

 de mi mirada en sombra.

Cerrado a cal y canto 

el labio no te nombra,

y cuanto más te callo 

más me inundo de ti.

Y me aparto de todos

 para mejor soñarte.

¡Oh, el placer de llevarte 

bien adentro de mí! 

.

  ¡0h el placer de sentirte 

prisionero en mi alma,

y hacerte con mis venas 

una cadena azul!

Y ver todo lo triste,

y ver todo lo bello

a través de ti mismo 

que me nublas los ojos 

como venda de tul.  

.

Y te llevo en secreto 

envuelto en mi mutismo

y te niego a la gente

 fingiendo escepticismo,

y oigo decir tu nombre 

sin mostrar mi emoción,

y así… trágicamente

 muero sin un gemido,

 bajo la dulce pena 

de llevarte escondido 

dentro del corazón.


de «Bajo el hechizo» (1931) Premio Ministerio de Instrucción Publica año 1931

Milagro de sol

Después de la lluvia 

el sol me parece 

que sale de fiesta.

Es dorado y loco 

como un cascabel.

Baja hasta mi mesa,

las manos me besa,

juega en el papel,

me envuelve en un manto

y humilde, después,

en caliente alfombra 

se me echa a los pies.

.

Ya la lluvia helada 

no arrastra su llanto 

sobre los cristales 

de los ventanales.

La pared gastada,

que el tiempo inflexible 

cubrió de señales,

está transformada 

por el sol travieso 

que la ha vuelto joven 

con su ardiente beso.

,

¡Sol arlequinesco!

si te derramaras

en mi corazón!

¡Si me barnizaras 

las grietas del alma 

e hicieras de fuego 

la helada ilusión! … 

Vuélcate en mi vida 

sol abrasador!

Yo así temblorosa,

soy como una flor 

que se da a tus rayos: 

¡Mágico esplendor,

seca este rocío,

que desde la noche 

de mis ojos tristes 

sobre las mejillas 

me vuelca el dolor!

de «Bajo el hechizo» (1931) Premio Ministerio de Instrucción Publica año 1931

Raquel Sáenz (28 de diciembre de 1887, Montevideo, Uruguay- 1955).Poeta. Utilizó el seudónimo Aspasia.

Hija de Teresa Lede de Sáenz, poeta reconocida que utilizó los seudónimos de «Alondra» y «Flora de la estancia grande» en las composiciones poéticas de estilo criollo publicadas en varias revistas del Río de la Plata y de Félix Sáenz, periodista y dramaturgo.

Con tan solo 18 años ya se hablaba de ella en los diarios, se dijo que era «el Bécquer femenino».También se refirieron a ella como «la embajadora celeste» y «la estrella naciente».

Mantuvo correspondencia con Gabriela Mistral, y la premio Nobel la animaba a seguir escribiendo.   Algunos llegaron a insinuar que era la reencarnación de la poeta modernista Delmira Agustini, que había sido asesinada once años atrás.

Bajo el seudónimo Aspasia, Sáenz había publicado algunos poemas en la publicación mensual «Vida femenina«, la cual fue fundada por su madre, y después de unos años pasó a dirigir esa revista hasta 1933, año en que dejó de aparecer. Pero el éxito y el reconocimiento llegaron cuando publicó su primer poemario La almohada de los sueños ( Montevideo, 1925). Posteriormente publicó «Bajo el hechizo» en 1931. Este último libro fue premiado por el Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay como la mejor producción literaria y artística y le siguió «Voz y silencio; el libro de mi madre María Teresa L. de Sáenz» en 1936.

 Sáenz consiguió el favor del público y la crítica, hasta que dos obstáculos terminaron por eclipsar su obra: era joven y era una mujer.  Con veintiséis años fueron capaces de insertarla en el tópico de la mujer-niña, sin prestarle el respeto que se tenía a los autores jóvenes, genios prematuros.  La mayoría de los comentarios que le dedicaban en los espacios literarios siguieron esa línea: estaban cargados de referencias a la juvenil belleza de Sáenz.  Como cualidades personales de un personaje de novela, se obcecaron en destacar la inocencia y la virtud de una mujer divorciada y camino de la treintena.

Raquel Sáenz quedó atrapada en el papel niña prodigio, pero se hizo hincapié en el aniñamiento y se ignoró el prodigio.  Su éxito relativamente temprano supuso una lacra para su carrera.  Como ha sucedido en el mundo del cine, el «fenómeno Sáenz» llegó a su fin con el final de su juventud.  Se la excluyó deliberadamente de las antologías, y sus textos no pasaron a la historia.

En 1952, Raquel Sáenz hizo una última publicación: una antología poética.  En la nota introductoria a Estos versos míosse despoja de toda falsa humildad y expone los motivos que la llevan a recoger personalmente una selección de su obra en este libro:

«Doy esta antología, ya que algunos colegas compatriotas —a pesar de manifestarse mis amigos y admiradores— han excluido mis versos de sus florilegios publicados. Es un olvido sin razón de ser.  Y no es un ¿por qué? sin respuesta esa exclusión.  Conozco la causa de ese olvido.  Y si los que así han procedido con un egoísmo que les desfavorece escrutan en el fondo de sus conciencias, hallarían una respuesta y se turbarían al haber desechado de sus antologías bien nutridas de poetas —consagrados algunos y otros desconocidos— un nombre imposible de olvidar por ser tan repetido en loas por la crítica […]».

Enlaces de interés :

http://letras-uruguay.espaciolatino.com/marquez_selva/comentario_de_la_obra_de_raquel_saenz.htm

https://bambaeditorial.com/raquel-saenz-o-la-poeta-uruguaya-de-la-que-nada-se-sabe/

https://archive.org/details/RaquelSaenz1947LaAlmohadaDeLosSuenos/page/n31/mode/2up

https://www.lamañana.uy/cultura/raquel-saenz-las-suertes-del-poeta/

Proudly powered by WordPress | Theme: Baskerville 2 by Anders Noren.

Up ↑