Alquitran
Afiliaron hasta los remos de la balsa
para que todo estuviese dispuesto para la muerte.
Los timadores no tenían que sobrevivir a nada
y sin embargo, nunca les fue suficiente:
ni el espacio, ni el poder, ni los recursos, ni el afecto.
Siempre querían más.
Los machos hacían roncar los motores de sus bestiales naves
(aplastar y seguir adelante),
y sus hembras sólo pensaban en no incomodarlos,
(seducir y seguir adelante)
Lo suyo crecía en directa oposición
a lo nuestro:
sus mentiras, sus placeres, sus libertades,
sus privilegios,
sus caminos se hacían más anchos
mientras estas alcabalas se hacían más frecuentes.… Leer más