La voz
Se encontraba mi cuna junto a la biblioteca,
Babel sombría, donde novela, ciencia, fábula,
todo, ya polvo griego, ya ceniza latina
se confundía. Yo era alto como un infolio.
Y dos voces me hablaban. Una, insidiosa y firme:
«La Tierra es un pastel colmado de dulzura;
yo puedo (¡y tu placer jamás tendrá ya término!)… Leer más
