Grace O’Malley

Este blog es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras, pensadoras y/o escritoras es tan importante en la historia que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de  la fascinante Gráinne Ní Mháille, Reina de Umaill, líder del clan Ó Máille y mujer pirata en la Irlanda del siglo XVI, conocida como “la reina pirata”. Es precisamente su liderazgo en el mar lo que distingue a Grace O’Malley de cualquier otra líder femenina documentada en la historia.

Una de nuestras Imprescindibles.

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Grace O’Malley, también conocida Gráinne O’Malley,(en irlandés: Gráinne Ní Mháille) (Condado de Mayo, Señorío de Irlanda,1530 –Condado de Mayo, Reino de Irlanda, 1603). Fue reina de Umaill, líder del clan Ó Máille y mujer pirata en la Irlanda del siglo XVI. Es a veces conocida como «La reina del mar de Connaught». Su primera biografía fue escrita a principios del siglo XX por la historiadora Anne Chambers. La canción irlandesa “Oró Sé do Bheatha ‘Bhaile” está dedicada a ella.

Ní Mháille nació en torno al año 1530, siendo rey de Inglaterra Enrique VIII. En aquella época, Irlanda era un territorio semi-abandonado por el gobierno inglés, lo que permitía a los nobles gaélicos y sus familias vivir con cierta independencia. Sin embargo, las cosas cambiarían pronto ya que tanto Enrique como sus sucesores decidieron recuperar el control de la isla.

Su padre era Eoghan Dubhdara O’Malley, jefe del clan O’Malley. Los O’Mháille controlaban la mayor parte de lo que hoy es Murrisk. Tenía un medio hermano, que no era hijo de la madre de Gráinne, Margaret, llamado Dónal na Piopa.

Los O’Malley eran una familia marinera, que navegaba los océanos para comerciar, cobraba impuestos por pescar en sus aguas, ocasionalmente saqueaba y controlaba castillos costeros para proteger sus tierras en el oeste de Irlanda. 

La movilidad por el mar, que los O’Malley fueron practicando de generación en generación, les dio ventajas sobre el resto de sus vecinos; y les proporcionó, por ejemplo, una ruta de escape de sus enemigos y el acceso a mercados extranjeros para vender sus productos a cambio de bienes no disponibles en Irlanda.

Las descripciones de sus galeras coinciden en que eran versátiles, de considerable tamaño, de tal fuerza que mantuvieron a Granuaile y sus hombres a salvo de situaciones tan imprevistas como riesgosas por los mares de Irlanda, Escocia y España.

O’Malley creció en Belclare Castle y Clare Island, y recibió una educación tan formal que podía hablar latín con tanta fluidez como su irlandés nativo. 

Pero también creció en el mar y estaba decidida a seguir los pasos de su familia. Cuenta la leyenda que Granuaile -la niña de pelo largo rojizo que pasó su infancia entre las bellísimas praderas irlandesas, castillos, y barcos- un día le dijo a su padre que quería navegar con él. Para disuadirla, él le contestó que su larguísimo pelo quedaría enredado entre las velas del barco. Así, la futura “reina del mar” rapó su cabeza y se ganó, entre otros nombres, que la llamaran Gráinne Mhaol (en irlandés, mhaol significa calvo o de pelo muy corto).

Como testificó más tarde, cuando era niña acompañó a su padre en muchos de sus viajes de pesca y comercio, absorbió sus conocimientos y habilidades. “Aprendió sobre mareas, corrientes y los estados de ánimo del mar, para convertirse en una ‘profeta del clima’, para saber cuándo zarpar y cuándo quedarse en tierra; conocer la capacidad de los barcos que navegó, sobre lienzo y guindaleza, lastre y ancla, navegar por estrella y brújula; para aprender sobre los peligros de la traicionera costa irlandesa”, asegura su biógrafa, Anne Chambers, autora del libro Grace O’Malley.

A los 16 años, O’Malley se casó con Donal O’Flaherty, cuya familia gobernaba el amplio territorio de Chonnacht, por lo que esta alianza resultó satisfactoria para los O’Malley.. Con él, tuvo dos hijos, Owen y Murrough, y una hija, Margaret, y aprendió más sobre marinería y piratería. 

Para la intrépida Grace, el castillo de Bunowen fue una base estratégica para recomenzar su carrera marítima. Alrededor de ese tiempo, están registrados los primeros informes de ataques a barcos que navegaban por el puerto de Galway. Está claro: Granuaile continuó con la tradición mercenaria de su familia, en los registros figura como comandante de tres a veinte barcos en distintas ocasiones. En contra de todas las costumbres, se convirtió en comandante de piratas, lo que implicaba mantener bajo control a sus tripulaciones masculinas, liderar desde el frente, ser tan atrevida y valiente como los hombres a los que comandaba.

En el frente militar, dirigió a su ejército en los campos de batalla contra generales militares ingleses individuales que intentaban frenar su poder. 

Cuando Donal fue asesinado por miembros de un clan rival, en 1560, O’Malley se hizo cargo de las tierras y barcos de su difunto esposo. Y cuando el clan de los Joyce, probablemente responsable de la muerte de Donal, pensó que podría capturar su castillo fácilmente, lo defendió férreamente.

Luego regresó a las tierras de su padre y con las de los hombres de Donal que permanecieron leales a ella, hizo de Clare Island su fortaleza. Comenzando con tres galeras, se embarcó en una carrera de piratería en alta mar.Fue así como nació la leyenda de la reina pirata.

“Se requería una inmensa habilidad y coraje para surcar el peligroso Océano Atlántico y soportar las dificultades físicas de la vida en el mar. Es su liderazgo en el mar lo que distingue a Grace O’Malley de cualquier otra líder femenina documentada en la historia”. O’Malley era una líder intrépida y también una guerrera vengativa, que no dejaba que ningún ataque en su quedara impune.

Cuando Hugh de Lacy, el hombre al que tomó como amante después de rescatarlo de un naufragio en 1565, fue asesinado por el clan MacMahon del castillo Doona, O’Malley esperó a que todos los involucrados llegaran a una isla cercana y los mató. Con su sed de venganza sin saciar, capturó el castillo del clan.

En el año 1566, Grace se casó por segunda vez con Richard-an-Iarainn Burke, al que se le conocía como “Iron Burke” por llevar siempre una cota de malla. Richard Burke, miembro de la poderosa familia MacWilliam y dueño del estratégicamente ubicado castillo Rockfleet, un factor atractivo para la brillante reina pirata.. Se casaron bajo la ley de Brehon, que regulaba la duración del compromiso por un año. 

Transcurridos los 12 meses, O’Malley dejó a su esposo fuera del castillo y exigió el divorcio con las palabras: “Te despido”. A pesar de eso, la pareja se reconciliaría y permanecería junta durante casi 20 años. De este matrimonio tuvo un hijo, llamado Tibbot (Teodoro). Le dió a luz a bordo de un barco, cuando estaba siendo atacado por piratas del norte de África, en el año 1567.

Tal era su liderazgo que el capitán le suplicó que fuera a cubierta para envalentonar a sus hombres pocas horas después del nacimiento. Envolvió a su hijo en una manta, y con algo de dolor, rugió órdenes y le disparó a sus enemigos, antes de regresar a atenderle.

Es significativo para conocer la personalidad de Grace, lo que sucedió en el año 1576, cuando en un viaje suyo a Dublín intentó visitar al Barón Howth. Éste no la recibió, con la excusa de que la familia estaba cenando y las puertas no se abrían para ella. Grace montó en cólera y secuestró al hijo del Barón. Lo liberó con la condición de que las puertas siempre estarían abiertas para ella, así como un lugar extra en la mesa de los Howth. El barón le regaló a Grace un anillo como compromiso de tal acuerdo.

Cuando Sir Henry Sidney, Lord Diputado de Irlanda, conoció a O’Malley en 1577, registró una descripción fascinante: “Una capitana de mar femenina muy famosa (…) por la fortaleza de su coraje (…) al mando de tres galeras y 200 combatientes (…) la mujer más célebre de todas las costas de Irlanda”.

En 1580, y con la ayuda de su esposa, Bourke se convirtió en el heredero de la jefatura de MacWilliam. 

Casi al mismo tiempo, los ingleses intensificaron su conquista de Irlanda. El Lord Diputado de Irlanda de Isabel I, Sir Henry Sidney, dividió el condado de Mayo en baronías y exigió que los jefes se sometieran a la ley inglesa y aceptaran la llegada de alguaciles a sus tierras. 

MacWilliam estuvo de acuerdo, pero O’Malley sabía lo que esto significaba para su esposo. Según la ley inglesa, el heredero ahora sería el pariente varón mayor en lugar de Bourke.Para ganarse a Sidney, O’Malley le ofreció los servicios de su flota, gesto con el que se ganó al gobernante inglés quien le concedió a Rockfleet cierto grado de autonomía.

O’Malley volvió a la vida en alta mar, pero un intento fallido de saquear al conde de Desmond en Munster terminó en su captura y encarcelamiento. Desmond, que estaba bajo sospecha de ser parte de un complot contra la reina Isabel I, entregó O’Malley a los ingleses para ganarse su favor. 

Estuvo retenida en las mazmorras del Castillo de Dublín hasta principios de 1579 cuando aseguró su liberación; los detalles de cómo lo logró siguen siendo un misterio. O’Malley respondió atacando barcos ingleses y derrotando al ejército enviado para sitiar su castillo.

Cuando el jefe de MacWilliam murió en 1580, Bourke y O’Malley se rebelaron para ejercer el derecho que les habían arrebataron y con un gran ejército, que incluyó mercenarios escoceses de élite llamados Gallowglass, forzaron un trato que le otorgó a Bourke el título. 

O’Malley, considerada por muchos como el verdadero poder detrás de su esposo, se convirtió en Lady Bourke y siguió siendo una mujer temible. 

Pero su posición no duraría mucho; su esposo murió en 1583. 

Al verse viuda de nuevo, tomó lo que le debían de la propiedad de su esposo y uno de sus castillos en lugar de su dote, y se estableció con su ejército y barcos donde Grace tendría su principal fortaleza: el castillo de Rockfleet. Su flota de barcos navegaba por la bahía y ondeaba la bandera con el lema de su clan: “Terra Marique Putens” (“Valiente por mar y tierra”).


Su capacidad para liderar y imponer respeto era evidente en la cantidad de hombres que la seguían.

“Cuando la ley gaélica la rechazó como jefa, O’Malley ignoró los obstáculos políticos y sociales que se interpusieron en su camino”, dice Chambers. 

“Tal fue su influencia y poder que se convirtió en una matriarca aceptada, no solo por sus seguidores, sino también por los de clanes vecinos, cuyos jefes habían muerto o abandonado sus obligaciones de protegerlos”.

Los ingleses, sin embargo, deseaban poner a O’Malley en su lugar. 

Sir Richard Bingham, que fue nombrado gobernador de Connaught en 1584, se convirtió en su enemigo de por vida, afirmando que ella era la “niñera de todas las rebeliones en la provincia durante estos cuarenta años”

En 1586, el hijo mayor de O’Malley, Owen, fue asesinado por el hermano de Bingham; cuando O’Malley, con el corazón roto, lideró una fuerza contra Bingham, fue timada y capturada. 

A los 56 años fue condenada a muerte, pero su yerno, Richard, logró persuadir a los ingleses de que él no formaba parte de ninguna rebelión y mantendría a O’Malley bajo su custodia.

En realidad, una vez liberados, ambos se reincorporaron a los rebeldes. 

En 1587, O’Malley aprovechó una ausencia de Bingham para visitar a su rival, el nuevo Lord Diputado de Dublín, Sir John Perrot, quien la perdonó por todas sus ofensas pasadas, así como las de sus hijos. La línea oficial ahora era que O’Malley se retiraría para vivir una vida tranquila y dejar de saquear en el mar. 

Eso estaba lejos de la realidad.

En el verano de 1588, Bingham regresó a Irlanda en medio de temores de que la Armada española encontrara partidarios irlandeses. Las escaramuzas entre sus fuerzas y las de O’Malley continuaron por años hasta que él destruyó parte de su flota de galeras a principios de la década de 1590.

Sin admitir la derrota, O’Malley pasó por alto a Bingham y apeló directamente a su jefe

La primera de sus muchas cartas a Isabel I muestra una mente tan estratégica y sofisticada como la de la reina misma y su corte.

En ella, O’Malley expone su versión de los hechos que “la obligaron a tomar las armas“, culpando directamente a Bingham.

Hacia el año 1593, el gobernador inglés de Connaught, Sir Richard Bingham en represalia, capturó a sus hijos Teodoro Burke y a Murrough y los acusó de traición, un crimen que se castigaba con la muerte. Grace no dudó en acudir a la reina Isabel I, para pedirle la libertad de sus hijos. Para ello, con la ayuda de su amigo, el influyente conde de Ormond, logró obtener una audiencia con Isabel en Greenwich en julio de 1593, con gran audacia entró con su flota por el río Támesis hasta Londres.

Isabel I recibió a Grace en el palacio de Greenwich, estando las dos rodeadas por guardias y miembros de la Corte Real. Grace llego ataviada con un impresionante vestido, como correspondía a su condición de Reina de Umaill y se negó a hacer la reverencia ante la Reina Isabel I porque no la reconocía como reina de Irlanda. En su encuentro utilizaron como lengua de comunicación el latín. Llegaron a acuerdos, destacando la libertad de sus hijos y la sustitución del gobernador inglés sir Richard Bingham. A cambio Grace se comprometía a dejar de apoyar la rebelión que hacían los lores irlandeses contra la corona de los Tudor.

El encuentro entre las dos reinas, imaginado años después en una ilustración de la Anthologia Hibernica, vol. 11, 1793.

La reina, asombrada ante una compañera líder en un mundo dominado por hombres, se compadeció de O’Malley y le permitió regresar al ‘mantenimiento por tierra y mar’, una forma autorizada de piratería que le permitiría recuperar sus pérdidas. Además, solicitó la liberación de Theobold. 

Tal fue la impresión que le causó a Isabel I que cuando se trazó un nuevo mapa de Irlanda, O’Malley fue nombrada jefa del condado de Mayo.

Sin embargo, este acuerdo duró muy poco, pues poco tiempo después Sir Richard Bingham regresó a Irlanda y en consecuencia Grace volvió a apoyar la sublevación de los irlandeses.

O’Malley continuó liderando a sus hombres en el mar hasta bien entrados sus 60 años, pero un nuevo siglo trajo un gran cambio. La batalla de Kinsale en 1602 puso fin a la rebelión y dejó que Irlanda cayera en manos inglesas, y el estilo de vida gaélico que O’Malley y sus antepasados habían vivido se derrumbó.

En 1603, O’Malley murió en Rockfleet, el mismo año que la reina Isabel I. 

Su historia se empezó a perder pero su legado sobrevivió gracias a cuentos y canciones populares de Irlanda. En Westport se pueden visitar las mazmorras de uno de sus castillos. Sobre las ruinas de este castillo está Wesport House que ofrece muchas actividades en honor a la antigua dueña del castillo. En la actualidad, sigue siendo propiedad de la familia Browne, descendiente de Grace O’Malley. Si no es posible ir hasta la orilla oeste de Irlanda para seguir los pasos de Grace también se puede visitar el castillo de Howth y sus alrededores, a media hora del centro de Dublín. 

La vida de Grace O’Malley ha inspirado a músicos, novelistas y escritores de teatro a crear obras basadas en sus aventuras. Ejemplo de proyecto artístico fue la obra musical «The Pirate Queen» de Alain Boublil, Claude-Michel Shönberg, Richard Maltby, Jr. y John Dempsey con Stephanie J. Block como Grania (Gráinne). The Pirate Queen está basada en la novela de 1986 de Morgan Llywelyn sobre la vida de O’Malley, «Grania: She-King of the Irish Seas».

Enlaces de interés :

https://www.bbc.com/mundo/noticias-56255464

https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/matriarca-la-fascinante-historia-de-grace-omalley-la-intrepida-y-feroz-reina-pirata-de-irlanda-nid05092021/

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/la-pirata-grace-o-malley/20120326132537072463.html

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