13 Poemas de Antonio Gamoneda
“Soy un proletario que escribe poemas”
A.Gamoneda
Vienen con lámparas
Vienen con lámparas, conducen
serpientes ciegas a
las arenas albarizas.
Hay un incendio de campanas. Se
oye gemir el acero
en la ciudad rodeada de llanto.

Agricultura
Qué valdría sin pisadas humanas
esta pobreza que hace crujir la luz.
Qué sería la belleza violenta
del secano sin el corazón cansado
que piensa en él: tierra comida
y mala soledad frente al acero
mural de las montañas.
Mirad, es bello y es verdad: arriba,
el cardo blanco y el centeno, ciegos,
vibran junto a los pájaros, y luego
baja la tierra sobre sombras rojas
hasta el poco de agua y los negrillos.
Baja roída por el sol, quemada
por el hielo como el rostro humano
quieto y tajado de dolor, que pasa,
mil veces pasa por la tierra, duro,
con la herramienta y el caballo viejo,
seco como su amor, mil veces pasa,
toda la vida mientras dura el día.

Amor
Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.
.
Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.
.
Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.
de Blues castellano, 1961-966

Incandescencia y ruinas
I
Yo invoco la cabeza
más sagrada que exista
debajo de la nieve.
Mi corazón azul
canta purificado por el silencio.
II
Vándalo de pureza,
hostígame. Si hablas,
yo bajaré mis labios
hasta el agua salvaje.
De aquella gruta donde
abrasa la frescura,
ha de surgir un rey
sucio de profecías.
Oh corazón que ves
en toda oscuridad,
cuándo estaremos ciegos
en luz, cuándo hablarás,
habitante del fuego.
III
Un perro milagroso
come en mi corazón.
Ceremonia salvaje:
mi dolor se incorpora
al perro enamorado.
IV
En la cavidad que sabes,
suena una voz. Lengua fría,
tú, que silbas en la noche,
metal vivo de palabras,
dime, loco ruiseñor
del invierno, dime, tú,
que quizá participas
de una materia luminosa,
a quién anuncias ya
además de a la muerte.
V
Anticanto de amor,
quién te beberá, quién
pondrá la boca en esta
espuma prohibida.
Quién, qué dios, qué
enloquecidas alas
podrán venir, amar
aquí.
Donde no hay nada.

Después de veinte años
Cuando yo tenía catorce años,
me hacían trabajar hasta muy tarde.
Cuando llegaba a casa, me cogía
la cabeza mi madre entre sus manos.
Yo era un muchacho que amaba el sol y la tierra
y los gritos de mis camaradas en el soto
y las hogueras en la noche
y todas las cosas que dan salud y amistad
y hacen crecer el corazón.
A las cinco del día, en el invierno,
mi madre iba hasta el borde de mi cama
y me llamaba por mi nombre
y acariciaba mi rostro hasta despertarme.
Yo salía a la calle y aún no amanecía
y mis ojos parecían endurecerse con el frío.
Esto no es justo, aunque era hermoso
ir por las calles y escuchar mis pasos
y sentir la noche de los que dormían
y comprenderlos como a un solo ser,
como si descansaran de la misma existencia,
todos en el mismo sueño.
Entraba en el trabajo.
La oficina
olía mal y daba pena.
Luego,
llegaban las mujeres.
Se ponían
a fregar en silencio.
Veinte años.
He sido
escarnecido y olvidado.
Ya no comprendo la noche
ni el canto de los muchachos sobre las praderas.
Y, sin embargo, sé
que algo más grande y más real que yo
hay en mí, va en mis huesos:
Tierra incansable,
firma
la paz que sabes.
Danos
nuestra existencia a
nosotros
mismos.

La guerra
Sangrienta perdición, yugo trano,
guerra cruel, origen y osadía
de la injusta primera tiranía,
que puso cetro en poderosa mano.
Bárbara ley, tan murmurada en vano,
ayudar del morir a la porfía,
como si no costara solo el día
como si no costara el ser humano.
Mas, aunque más, ¡oh guerra!, estás culpada,
es mayor la de fáciles antojos,
en bello campo de belleza armada.
No quiero amor; más quiero dar enojos
a la dura violencia de una espada
que a la blanda soberbia de unos ojos.

Geología
Algunas veces salgo hacia las montañas
a mirar a lo lejos.
Piso unas lomas donde tierra vieja
se pone hermosa con el sol y veo
subir la sombra por los cuestos.
Ando
mucho tiempo en silencio.
Pero hay días que ando por estas lomas,
y miro hacia las montañas,
y ni allí hay libertad

Ví lavandas sumergidas
Ví lavandas sumergidas en un cuenco de llanto y la visión ardió en mí.
Más allá de la lluvia ví serpientes enfermas -bellas en sus úlceras transparentes-, frutos amenazados por espinas y sombras, hierbas excitadas por el rocío. Ví un ruiseñor agonizante y su garganta llena de luz.
Estoy soñando la existencia y es un jardín torturado. Ante mí pasan madres encanecidas en el vértigo.
Mi pensamiento es anterior a la eternidad pero no hay eternidad. He gastado mi juventud ante una tumba vacía, me he extenuado en preguntas que aún percuten en mí como un caballo que galopase tristemente en la memoria.
Aún giro dentro de mí mismo aunque sé que voy a caer en el frío de mi propio corazón.
Así es la vejez: claridad sin descanso.

Aquellos cálices
¿Quién habla aún al corazón abrasado cuando la cobardía
ha puesto nombre a todas las cosas?
Silba el adverbio del pasado. El cobre silba en huesos
juveniles, pero es el día del invierno. Alguien
prepara grandes sábanas
y restablece la oquedad. Sólo hay sustancia en ti,
sustancia azul de desaparecidos.
Aquellos gritos. Y las banderas sobre nosotros.
Ah las banderas. Y los balcones incesantes: hierros
entre la luz, hierros más altos que la melancolía,
nuestro alimento.
Cae
la máscara de Dios: no había rostro.
¿Quién habla aún al corazón amarillo?
Soy el que ya comienza a no existir
y el que solloza todavía.
Es horrible ser dos inútilmente.
Edad, edad, tus venenosos líquidos.
Edad, edad, tus animales blancos.
de “Lápidas», 1986

Blues del cementerio
Conozco un pueblo -?no lo olvidaré?-
que tiene un cementerio demasiado grande.
Hay en mi tierra un pueblo sin ventura
porque el cementerio es demasiado grande.
Sólo hay cuarenta almas en el pueblo.
No sé para qué tanto cementerio.
Cierto año la gente empezó a irse
y en muchas casas no quedaba nadie.
El año que la gente empezó a irse
en muchas casas no quedaba nadie.
Se llevaban los hijos y las camas.
Tenían que matar los animales.
El cementerio ya no tiene puertas
y allí entran y salen las gallinas.
El cementerio ya no tiene puertas
y salen al camino las ortigas.
Parece que saliera el cementerio
a los huertos y a las calles vacías.
Conozco un pueblo. No lo olvidaré.
Ay, en mi tierra sin ventura,
no olvidaré a mi pueblo.
¡Qué mala cosa es haber hecho
un cementerio demasiado grande!
de Blues castellano, 1961-966

Fábula de las madres doctoradas en química
En los laboratorios, sobre las máquinas inmóviles, hay óxido y sombras. No hay ácidos ni hombres; apenas permanece la química de la ira.
Sucede a causa de la infección general de la atmósfera, es decir, de la vida. Sucede también a causa de grandes codicilos infecciosos.
Tú, es decir, yo, entra a los laboratorios. Pon temperatura. Primero en los instrumentos más tristes. Reduce el óxido, dispersa las sombras.
Madres. Madres tuyas y mías suelen venir a las válvulas. Abre las válvulas. Busca, no sé, gritos, quizá. Sí, busca los gritos de las parturientas gozosas, busca los cabellos aceitados por la tristeza, los imperdibles perdidos.
O su llanto.
Sí, su llanto insurgente. Induce tú la sedición llorando. Pon la obra magnética.
Ya llegan las madres.
Ya visten los grandes mandiles, ya tienden la ropa más blanca, ya cantan y lloran, ya lavan los ácidos.
¿Qué hacen las madres?
Ellas saben. Restauran la química
cantando, tendiendo, lavando, llorando.
de “Las venas comunales»

Viene el olvido
La luz hierve debajo de mis párpados.
De un ruiseñor absorto en la ceniza, de sus negras entrañas musicales, surge una tempestad. Desciende el llanto a las antiguas celdas, advierto látigos vivientes
y la mirada inmóvil de las bestias, su aguja fría en mi corazón.
Todo es presagio. La luz es médula de sombra: van a morir los insectos en las bujías del amanecer. Así
arden en mí los significados.
Hay una astilla de luz en la apariencia de la eternidad, hemos lamido, casi amándolas, membranas invisibles, no hay más que invierno en las ramas inmóviles y todos los signos están vacíos.
Estamos solos entre dos negaciones como huesos abandonados a los perros que nunca llegarán.
Va a entrar el día en su habitación calcinada. Ha sido inútil la sutura negra.
Queda un placer: ardemos
en palabras incomprensibles.
He tirado al abismo el hueso de la misericordia; no es necesario cuando el dolor es parte de la serenidad, pero la lucidez trabaja en mí como un alcohol enloquecido.
Sé que las uñas crecen en la muerte. No
baja nadie al corazón. Nos despojamos de nosotros mismos al expulsar la falsedad, nos desollamos y no viene nadie. No
hay sombras ni agonía. Bien:
no haya más que luz. Así es
la última ebriedad: partes iguales
de vértigo y olvido.
Vi las bestias expulsadas del corazón de mi madre. No hay distinción entre mi carne y su tristeza.
Y esto es la vida? No lo sé. Sé que se extingue como los círculos del agua. ¿Qué hacer entonces, indecisos entre la agonía y la serenidad? No sé. Descanso en la ignorancia fría.
Hay una música en mí, esto es cierto, y todavía me pregunto qué significa este placer sin esperanza. Hay música ante el abismo, sí, y , más lejos, otra vez la campana de la nieve y, aún, mi oído ávido sobre el caldero de las penas, pero
¿qué significa finalmente
este placer sin esperanza?
Ya he hablado del que vigila en mí cuando yo duermo, del desconocido oculto en la memoria. ¿También él va a morir?
No sé. Carece
desesperadamente de importancia.
Siento el crepúsculo en mis manos. Llega a través del laurel enfermo. Yo no quiero pensar ni ser amado ni ser feliz ni recordar.
Sólo quiero sentir esta luz en mis manos
y desconocer todos los rostros y que las canciones dejen de pesar en mi corazón
y que los pájaros pasen ante mis ojos y yo no advierta que se han ido
Hay
grietas y sombras en paredes blancas y pronto habrá más grietas y más sombras y finalmente no habrá paredes blancas.
Es la vejez. Fluye en mis venas como agua atravesada por gemidos. Van
a cesar todas las preguntas. Un sol tardío pesa en mis manos inmóviles y a mi quietud vienen a la vez suavemente, como una sola sustancia, el pensamiento y su desaparición.
Es la agonía y la serenidad.
Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo. En cualquier caso, ya
la única sabiduría es el olvido.
Palomas. Atraviesan la inexistencia.
Hay huellas de pastor frente al abismo. Cóncavas.
Todo se explica en la imposibilidad.
Hay úlceras en la pureza, vamos
de lo visible a lo invisible.
En este error descansa nuestro corazón.
He atravesado las creencias. Durante mucho tiempo
nevó sin esperanza.
Había madres que enloquecían al amanecer: oigo sus gritos amarillos.
Aún nieva. Creo en la desaparición.
Creo en la ira.
de «Arden las pérdidas», 2003

Te beberé el cabello
y cerraré los ojos.
Tú seguirás manando
tu cabello,
turbio de besos.
*******
Este es el primer poema manuscrito de Antonio Gamoneda, cuyo original conserva su hija Amelia. Está datado en 1947, cuando el poeta apenas contaba 16 años. El original se pudo ver en la exposición ‘Visión del frío’ (presentada en 2007, primero en la Universidad de Alcalá de Henares y más tarde en la Casa de Botines de León, con motivo de la concesión al poeta del Premio Cervantes 2006).

Antonio Gamoneda (Oviedo,España,30 de mayo de 1931) Premio Cervantes 2006.Pertenece, cronológicamente, a la llamada generación del 50. Su padre fue un poeta que publicó un único libro, Otra más alta vida, en 1919. En 1934 muere su padre y se traslada con su madre, Amelia Lobón, a la capital leonesa. La presencia de su madre como refugio ante el horror y la miseria de la guerra y la posguerra es recurrente en toda su poesía. En 1936, con las escuelas cerradas por la guerra civil aprende a leer con uno de los pocos libros que había en su casa, el poemario de su padre «considero imposible que, con la muerte por medio, pueda darse una relación más real entre un padre y un hijo que la que aconteció en mi infancia”.
En 1941 comienza a estudiar en el colegio religioso de los Padres Agustinos hasta 1943 ya que, debido al ambiente de abusos, decide abandonar el colegio.
Al día siguiente de cumplir 14 años, empieza a trabajar como meritorio y recadero en el Banco Mercantil. Termina por libre sus estudios medios y continua de empleado de banca durante veinticuatro años hasta 1969. En 1960 publica Sublevación inmóvil (1953-1959) obra con la que es finalista del premio Adonais de poesía. En ese mismo tiempo escribió «Blues castellano«, que no editó por razones de censura.
La fama de Gamoneda se consolida al recibir, en 1985, el Premio Castilla y León de las Letras. Dos años después es galardonado con el Premio Nacional, y ya en el año 2006 se le otorga el Premio Cervantes y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Antonio Gamoneda ha vivido siempre en León, donde ha dirigido la Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos con los principios de la Institución Libre de Enseñanza.
Es considerado uno de los grandes poetas actuales en lengua castellana.
Obra poética :
1960.- «Sublevación inmóvil»
1977.- «Descripción de la mentira»
1979.- «León de la mirada«
1982.- «Blues castellano»
1987.- «Lápidas«
1987.- «Edad» (Poesía 1947-1986)
1992.- «Libro del frío«
1994.- «Mortal 1936«
1995.- «El vigilante de la nieve«
2000.- «Sólo luz» (Antología poética 1947-1998)
2002.- «Descripción del frío«
2002.- «Antología«
2002.- «Antología poética«
2003.- «Arden las pérdidas«
2004.- «Lengua y herida«
2004.- «Atravesando olvido» (1947-2002)
2004.- «Cecilia«
2004.- «Esta luz«. Poesía reunida (1947-2004)
2006.- «Antología poética«
2006.- «Ávida vena«
2006.- «Sílabas negras«
2008.- «La campana de la nieve«
2009.- «Extravío en la luz»
2009.- «Destellos«
2014.- «Lapidario incompleto»
Premios :
- Premio Adonais de Poesía (accésit), Sublevación inmóvil, 1959
- Premio de Castilla y León de las Letras, 1985
- Premio Nacional de Poesía, Edad, 1988
- Doctor honoris causa (Universidad de León), 2000
- Premio de la Crítica de Castilla y León del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Arden las pérdidas, 2004
- Premio de Cultura – Literatura (Comunidad de Madrid), 2004
- Medalla de Plata (Principado de Asturias), 2004
- Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (España), 2006
- Premio Miguel de Cervantes (España), 2006
- Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, 2006
- Medalla de Oro de la Provincia de León, 2007
Enlaces de interés :
https://tamtampress.es/2019/12/15/el-canto-poetico-de-gamoneda-un-ensayo-inedito-de-victor-fuentes/
https://ctxt.es/es/20170510/Culturas/12646/antonio-gamoneda-descripcion-de-la-mentira.htm
https://elcuadernodigital.com/2020/02/07/entrevista-a-antonio-gamoneda/
https://farogamoneda.wordpress.com/2016/03/23/el-primer-poema-manuscrito-1947/
15 Poemas de Pita Amor
Que todo morirá cuando yo muera… ¡Imposible pensar de otra manera!
Pita Amor
Vi en el espejo
Vi en el espejo un personaje raro
un pájaro de sombras taciturno,
del polaco Chopin, oí un nocturno
y vendí mi reloj a un viejo avaro
Tu traje oscuro, que costó tan caro
las refulgentes luces de Saturno
el comandante que cambió de turno
y la niña que juega con el aro
Un telegrama que me ha enviado Emilio
y yo pidiéndole al demonio auxilio
las tabernas de vinos asesinos
los burdeles de vicios clandestinos
los imanes, las grises cerraduras…
También las misteriosas cerraduras.

A mi me ha dado
A mí me ha dado en escribir sonetos
como a otros les da en hacer sonatas
lo mismo que si fueran corcholatas
etiquetas, botones o boletos
A mí me ha dado en descubrir secretos
A mí me ha dado por volar veletas
A mí me ha dado en recortar siluetas
y en medir bien la luz de los abetos
A mí me ha dado en alumbrar la rosa
y medir el listón de la violeta
la rosa que se vuela en mariposa
la rosa desmayada tan secreta
la rosa de la flor maravillosa,
y en quebrar el fulgor de la ruleta

Yo fui novia
Yo fui novia del Blue Boy
de un árabe del desierto
de un músico de concierto
y en el infierno ahora estoy
Yo me voy en un convoy
a recorrer el Mar Muerto,
el mar obscuro y abierto y
por sus ondas me voy
Voy a pescar peces rojos
y a encerrarlos con cerrojos
en un frasco de cristal
Ya es mi locura total
estoy por ti encarcelada
en la cárcel de la nada

Tres sonetos de amores prohibidos
I.
En mi lecho anestesiado
tuve un sueño de cometa
de barcos, velas, veletas,
tuve un sueño de pecado
Un sueño como blindado
de treinta puertas secretas
y de misteriosas grietas,
un sueño casi sellado
Soñé que estabas conmigo
tú eras mi solo testigo
Soñé que me penetrabas,
que con lascivia me amabas
y tu cuerpo junto al mío
formaban sólo el vacío.
II.
Yo te amaba hasta el delirio
mas allá de lo que miro,
sabes que por ti deliro
por ti, mi tez es de cirio
mis venas son de martirio
Pero yo ya me retiro,
pongo en mi florero un lirio
erguido, blanco, morado,
en su belleza sellado
y sigo pensando en ti
infernal mi frenesí
Ante tu cuerpo
yo me quedo absorta,
me juego en ti la yugular, la aorta
III.
Por la calle tú has visto los traseros
de las mujeres, que el sudor transpira
y con sus culos abultados giran
a la iglesia los miércoles primeros
Van tocadas con velos y sombreros
que al arrebato del pecado inspiran
y en contra del incienso ellas conspiran
Tú has mirado sus talles traicioneros
De lascivia tus ojos se han llenado
Al mirarlos, ejerces tú el pecado
Tus sueños son de iglesia y de lujuria
de deseos frenéticos, de furia
Yo he sentido unos celos infernales
pensando en tus deseos municipales.

La aritmética
La aritmética alarmante
la matemática fría
la distante geografía
el álgebra desquiciante
la alquimia desconcertante
la glacial filosofía
la celeste astronomía
la teología enajenante
el ajedrez silencioso
el dominó misterioso
el deporte de la lumbre,
que es de los juegos la cumbre,
nunca podrán igualar
al deporte de pensar

Me ha pintado
Me ha pintado el Tintoretto
y el genial aragonés
que no llegó a ser francés:
Goya, y el Spagnoletto
Bajo la luz de un abeto
o a la sombra de un ciprés
o a la sombra de las diez
lanzando yo al mundo un reto,
me han pintado Zurbarán
Lautrec, Manet y Derain
y me pintó Andrea del Sarto
melancólica en mi cuarto
y Rembrandt me dibujó
en un lienzo que voló

Casa Redonda
I
Casa redonda tenía
de redonda soledad:
el aire que la invadía
era redonda armonía
de irrespirable ansiedad.
Las mañanas eran noches,
las noches desvanecidas,
las penas muy bien logradas,
las dichas muy mal vividas.
Y de ese ambiente redondo,
redondo por negativo,
mi corazón salió herido
y mi conciencia turbada.
Un recuerdo mantenido:
redonda, redonda nada.
II
Escaleras sin peldaños
mis penas son para mí,
cadenas de desengaños,
tributos que al mundo dí.
Tienen diferente forma
y diferente matiz,
pero unidas por los años,
mis penas, o mis engaños,
como sucesión de daños,
son escaleras en mí.
III
De mi esférica idea de las cosas,
parten mis inquietudes y mis males,
pues geométricamente, pienso iguales
lo grande y lo pequeño, porque siendo,
son de igual importancia; que existiendo,
sus tamaños no tienen proporciones,
pues no se miden por sus dimensiones
y sólo cuentan, porque son totales,
aunque esféricamente desiguales.
IV
Me estoy volcando hacia fuera
y ahogándome estoy por dentro.
El mundo es sólo una esfera,
y es al mundo al que pidiera
totalidad, que no encuentro.
Totalidad que debiera
yo, en mí misma, realizar,
a fuerza de eliminar
tanta pasión lastimera;
de modo que se extinguiera
mi creciente vanidad y de este modo pudiera
dar a mi alma saciedad.
V
De mi barroco cerebro,
el alma destila intacta;
en cambio mi cuerpo pacta
venganzas contra los dos.
Todo mi sér en pos
de un final que no realiza;
mas ya mi alma se desliza
y a los dos ya los libera,
presintiéndoles ribera
de total penetración.
VI
Yo soy cóncava y convexa;
dos medios mundos a un tiempo:
el turbio que muestro afuera,
y el mío que llevo dentro.
Son mis dos curvas-mitades
tan auténticas en mí,
que a honduras y liviandades
toda mi esencia les dí.
Y en forma tal conviví
con negro y blanco extremosos,
que a un mismo tiempo aprendí
infierno y cielo tortuosos.

Como dicen que soy una ignorante
Como dicen que soy una ignorante,
todo el mundo comenta sin respeto
que sin duda ha de haber algún sujeto
que pone mi pensar en consonante.
Debe de ser un tipo desbordante,
ya que todo produce hasta el soneto
por eso con mis libros lanzo un reto
burla burlando van los tres delante.
Yo sólo pido que él siga cantando
para mi fama y personal provecho,
en tanto que yo vivo disfrutando
de su talento sin ningún derecho,
y ojalá y no se canse sino cuando
toda una biblioteca me haya hecho.

Retrato de Pita Amor”, Diego Rivera, óleo sobre lienzo, 1949, Col. Dolores Olmedo.
Como los rieles del tren
Como los rieles del tren,
unidos y separados
pero siempre sentenciados
a llegar tarde al andén
Como el constante vaivén
del tren por los encrespados
cerros grises levantados,
mi amor y el tuyo también
corren paralelamente
corren fugitivamente
corren juntos, divididos
separados, pero unidos
corren hasta el mar quebrado
mar sin olas, desolado

Paralelo entre la Virgen de Guadalupe y Guadalupe Amor
Tú, de tus plumas rodeada
Yo, contemplando los soles
Tú alumbrada por faroles
Yo encaminada a la nada
Tú, celeste y constelada
Yo te ofrezco girasoles
de amarillos arreboles
Tú, en un ayate pintada
Yo divina, porque invento
mi sangre y el firmamento
Tú por ciegos adorada
Yo ciega e iluminada
Tú mexicana imperial
Yo mexicana infernal

Adentro de mi vaga superficie
Adentro de mi vaga superficie
se revuelve un constante movimiento;
es el polvo que todo lo renueva,
destruyendo.
Adentro de la piel que me protege
y de la carne a la que estoy nutriendo,
hay una voz interna que me nombra;
Polvo tenso.
Sé bien que no he escogido la materia
de este cuerpo tenaz, pero indefenso,
arrastro una cadena de cenizas:
polvo eterno.
Tal como yo han pasado las edades,
soportando la lucha de lo interno,
el polvo va tomando sus entrañas
de alimento…
¡Humanidad, del polvo experimento!

Shakespeare
Shakespeare me llamó genial
Lope de Vega, infinita
Calderón, bruja maldita
y Fray Luis la episcopal
Quevedo, grande inmortal
y Góngora la contrita
Sor Juana, monja inaudita
y Bécquer la mayoral
Rubén Darío, la hemorragia;
la hechicera de la magia
Machado, la alucinante
Villaurrutia, enajenante
García Lorca, la grandiosa
y yo me llamé la Diosa

Me Doctoré…
Me doctoré en masoquismos
también en jurisprudencia
me doctoré en la alta ciencia
de fabricar silogismos
y de inventar espejismos
Me doctoré en la vehemencia
de saber que la conciencia
sólo acelera los ismos
Me doctoré en teología
también en melancolía
Me doctoré en letras muertas
también en ciencias inciertas
Me doctoré en el amor
lo practiqué en Do Mayor

Dedicatoria
Al dueño del desierto americano,
del llano desolado y devastado,
a Rulfo, que del llano enamorado,
arrasó el Continente Americano
A Arreola, el florentino mexicano
que a Salaino su gorra le ha bordado
con alamares de festón plateado
que dibujó con tinta de su mano
A la grave y contrita Emma Godoy
que practica la misa ayer y hoy
A Guadalupe Dueñas, la infernal
y a su pluma celeste y terrenal
A Guadalupe Amor, la mexicana
que es dueña de la tinta americana.

Mi testamento
En estas líneas que con tinta escribo
te lego Juan de Dios mi testamento,
quede de testimonio documento
la palabra transcrita que transcribo
En estas letras dadas al olvido
infinitas, igual que el firmamento,
dejo mi signo, mi señal, mi acento
y te digo don Juan lo que he vivido
Y te digo don Juan cómo yo he muerto
Lego mis asombrosos abalorios
a la sombra del ávido desierto
y a la misa final de mis velorios
Y mi sangre la dejo al llano abierto
y mi gloria a los cielos transitorios
Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein, más conocida como Pita Amor, (Ciudad de México, 30 de mayo de 1918- Ciudad de México, 8 de mayo del 2000). Poeta, escritora, actriz y rapsoda, de personalidad arrolladora y transgresora fundamentada en su deseo absoluto de libertad. Es considerada por muchas voces como una de las poetas más intensas de las letras mexicanas del siglo XX.
Hija menor de los siete vástagos de Carolina Schmidtlein(de origen alemán y español) y Emmanuel Amor(de origen español y francés), descendientes de la aristocracia porfiriana venida a menos con la Revolución. Su familia había perdido su gran hacienda que abarcó casi la mitad del actual estado de Morelos.Zapata, que había sido caballerango del padre de Pita, cuando inició la revolución tomo la hacienda y la convirtió en su cuartel general.
Pita pasó su infancia en una residencia en la calle Abraham González, en el centro de Ciudad de México.
Cuando es joven, es actriz y también modelo de importantes pintores y fotógrafos como Raúl Anguiano, Juan Soriano y Diego Rivera, para quien posa desnuda.
Se mueve en círculos literarios y artísticos y entabla amistad con Gabriela Mistral, Pablo Picasso, Frida Kahlo, Juan Rulfo, María Félix, Alfonso Reyes, Salvador Novo, entre otros intelectuales.
Pita viste usualmente con capas y mantones, sin utilizar medias ni ropa interior, su personalidad es avasalladora y jamás pasa inadvertida. Pita era una mujer controvertida por su forma de ser y su estilo de vida. Tenía una personalidad avasalladora, provocadora, seductora y transgresora que vivía intensamente.
Pita Amor escribe sus primeros versos, en un instante de inspiración, sobre un papel cualquiera y con un lápiz de ojos, de Yo soy mi casa, su primer libro de poemas.
Su poesía la forja en temáticas metafísicas, el sentido de la vida, Dios… caracterizada por tener expresiones desencadenadas y directas en primera persona. En esto se percibe la influencia de Luis de Góngora, Fray Luis de León, Francisco de Quevedo, Santa Teresa y Juana Inés de la Cruz.
Su obra es elogiada por grandes como Alfonso Reyes, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Xavier Villaurrutia, Juan Rulfo y Juan José Arreola.
El primero de sus poemarios se tituló Yo soy mi casa y fue publicado en 1946, le siguieron Puerta obstinada (1947), Círculo de angustia (1948) Polvo,( 1949), que despertó la admiración de otros intelectuales y artistas . En 1953 se publica Décimas a Dios, su poemario más celebrado; posteriormente publicó Sirviéndole a Dios de hoguera (1958) y Todos los siglos del mundo (1959) y luego, un largo silencio hasta Pita y otros monstruos, siete sonetos (1983) y Soy dueña del universo (1984).
Además de una extensa producción poética, Pita también trabajó la narrativa, en la que inició a finales de los años 50. Su obra “Yo soy mi casa” es una novela semiautobiográfica o un libro de memorias, difícil de clasificar, se ubicó finalmente en la prosa narrativa con el mismo título de su primer libro de poemas. Galería de títeres, libro de relatos cortos donde refleja la realidad de burgueses decadentes, seres desolados camino de la decrepitud. También publicó variedad de textos en periódicos y revistas especializadas nacionales y extranjeras, incursionó como actriz y conductora en el medio radiofónico y televisivo de la época.
En 1961 su único hijo, Manuel, a quien había dejado al cuidado de su hermana Carolina, se ahogó en una piscina con apenas dos años de edad, lo que hizo que durante cerca de 10 años Pita se aislase de la esfera pública .
Reaparece en 1974 con un recital en el Ateneo Español; recita poesía de Sor Juana, Alfonso Reyes, Salvador Días, Xavier Villaurrutia, entre otros, con un enorme éxito. Aparece nuevamente en la televisión dando entrevistas y continua dando recitales.
Hacia su vejez, Pita Amor comenzó a comportarse de una forma extravagante, vestía muy llamativa, maquillada en exceso y cargada de joyas, y solía ser agresiva llegando a golpear a la gente con su bastón en las calles de Zona Rosa por donde deambulaba recitando y vendiendo sus poemarios e insultando a quienes no apreciaban su poesía. De esta época de Pita y como salió de ese infierno tenemos el testimonio de su amigo el dramaturgo Miguel Sabido: » ..Pero cuando Pita estaba en el momento más abyecto de su vida tuvo la fortuna de encontrar dos amigos: la magnífica actriz Patricia Reyes Spíndola y el arquitecto Carlos Zahib. Ellos la rescataron del infierno —y lo digo literalmente— en el que vivía. Ellos la alimentaron física y espiritualmente, a un grado tal que pudo volver a dar recitales de su poesía en el Cícero de Estela Moctezuma. Empezó a escribir otra vez, pero su pluma estaba tan mellada como su cuerpo. Con todo el amor de sus amigos, la recuperaba poco a poco y tenía momentos de lucidez en que volvía a acuñar algún verso maravilloso. A tal grado que pudo aceptar una invitación al Museo Casa Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo en San Ángel para exhibir sus asombrosos dibujos, recopilados pacientemente por la directora Carmen Garduño.»
Carmen Garduño, la directora del museo Diego Rivera de San Angel reunió dibujos realizados por Pita y varias de las pinturas que le hicieron pintores como Diego Rivera y montó una exposición donde también se exhibieron varios de sus libros.
El 20 de junio de 1996, gracias a Miguel Sabido, el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México le rindió un homenaje a toda su carrera; Pita apareció sobre un trono, coronada por una tiara y bajo una lluvia de pétalos de flores, la ovación del público duró dieciocho minutos…
El 8 de mayo del 2000, Pita Amor falleció a los 81 años en su apartamento de la Ciudad de México.
Pita Amor había dicho durante una entrevista: “De lo mío, de lo que yo he escrito lo que más me gusta es mi epitafio”
Mi cuarto es de cuatro metros,
mi cuerpo mide uno y medio.
La caja que se me espera
totalizará mi tedio.
**********
Salvador Novo, otro poeta transgresor, la nombró en los años 60 como la Undécima musa, en referencia a Sor Juana Inés de la Cruz, la décima musa.
En palabras de Juan José Arreola: “era un ciclón, un meteoro, una fuerza de la naturaleza. Llegaba Pita y era como si empezara un aguacero resplandeciente con rayos y centellas y todo”.
Guadalupe Dueñas, gran cuentista dijo: «Pita es una maravillosa sobreviviente de los siglos de oro»
El poeta y escritor Miguel Sabido dice: » Guadalupe fué un fenómeno del siglo XX irrepetible, importantísimo, como escritora, como poeta, como prosista, y como personaje paradigmático. Nunca ha existido alguien como Guadalupe Amor«.
La gran poeta Rosario Castellanos la definió como : » La mas grande poetisa mística «
El escritor José Emilio Pacheco, le dedicó una adivinanza en forma de homenaje:
“¿Quién es la que ardió en su llama, hizo su vida poesía, bajó a la región sombría, lleva en su nombre a quien ama?”.
Y, según ella misma escribio: «Ha vivido, vivio y murió perseguida por si misma.»
Eduardo Sepúlveda Amor, sobrino de Pita, escribió y dirigió el documental Pita Amor: señora de la tinta americana,(2018) donde aborda la vida y obra de la poeta Guadalupe Amor, Pita Amor, a partir de apuntes biográficos, entrevistas con la escritora (y sobrina) Elena Poniatowska; su biógrafo Michael Schuessler y amigos y admiradores como Patricia Reyes Spíndola, Daniela Romo, Miguel Sabido y Jacobo Zabludowsky. Se incluyen su poesía en su propia voz y representaciones en danza de poemas y de etapas cruciales de la vida de la escritora, así como abundante material fotográfico y audiovisual de archivo.
Pita Amor era tía de la escritora, periodista y Premio Cervantes Elena Poniatowska, quien hace un prólogo semblanza de la poeta en su libro de relatos «Las siete cabritas», donde reúne retratos de mujeres imprescindibles de la cultura mexicana. En esta semblanza, Poniatowska, cuya madre era prima hermana de Amor; traza una amplia descripción suya y habla de cuando se publicó Polvo en 1949. “¡No te compares con tu tía de fuego! ¡No te atrevas a parecerte junto a mí, junto a mis vientos huracanados, mis tempestades, mis ríos de lava! ¡Yo soy el sol, muchachita, apenas te aproximes te carbonizarán mis rayos! ¡Soy un volcán!”, le dijo Pita Amor a Elena durante una fiesta en 1954.
“Yo siempre he creído que cada cosa es única… este instante, preciso, exacto, en que conversamos, nunca más volverá a repetirse, ¡aunque nos juntemos infinitas veces! No se repetirá porque yo nunca estaré pensando lo mismo, ni usted… nunca se bebe dos veces agua de un mismo río, ¿está de acuerdo?“
Pita Amor
Poco se puede añadir de esta increíble mujer que sobre su poesía dijo :
«El origen de mi poesía es el origen del mundo»
Enlaces de interés :
https://cultura.nexos.com.mx/centenario-de-pita-amor-1918-2000-una-galeria
Pita Amor visual
Pita Amor recita a Sor Juana
Pita amor en una conversación con la actriz Ofelia Medina
Pita Amor recita su poema DECIMAS A DIOS
Entrevista de Ricardo Rocha a Pita Amor en 1980
La Poeta Guadalupe Amor concede palabras desde su apartamento entrevistada por Heriberto Murrieta.
Enlaces de interés :
12 Poemas de Eva Durán
Cuento de hadas
la luna arrugada y grasienta
ilumina a la princesa dormida
que flota indemne
hacia el abismo de miedos
el príncipe, mientras tanto
esta ocupado en otras faenas
más accesibles
menos pretenciosas
cansado como está
de que por un beso
le exijan asaltar
el castillo del gigante
enfrentar el dragón demoníaco
pasar a caballo el ojo de una aguja
no quiere saber nada
de esas chicas difíciles
que disfrazadas de cenicienta
y sin saber fritar un pollo
prometen un final feliz
mas allá del sol
«una princesa es igual a todas»
– él piensa
por eso
se queda con la madrastra
motivos para danzar bajo la lluvia
una cabeza de mujer
asomada ligeramente a la ventana
una mano cercenada
una pequeña boca amarga
un corazón palpitante
periódicos bursátiles
cobijan en la acera
al hijo del hombre
perros hambrientos
claman justicia en las calles
la princesa deforme
murió en la bañera
la necropsia disculpó los motivos
(el forense se negó a examinarla)
poeta incendió céntrica pastelería
(su propietario es un critico de arte)
profesor de embriología
de la universidad de Harvard
dicta conferencia gratuita
en el centro de convenciones
la vida debe ser mejor que esto susana,
escoge la hora propicia
amordaza tu dolor
sostén tu respiración y libera tus vísceras
tal vez michima nos espere al otro lado del imperio
la verdad es algo más susana, la vida es otra cosa

Eternidad
Cada noche
mi cuerpo se desdobla
en todas las mujeres
que deseo
y cada una de ellas
espera pacientemente
para satisfacer a mi amante
cada noche
cada una de ellas
da una estocada perfecta
al despertar
un jirón de piel sobre mi almohada
me recuerda
como un pañuelo sangriento
que es sólo una tregua
que la perpetua arremetida feroz
continuará febril, desesperada
que las armas
solo toman aliento al amanecer
nunca se deponen

No importa cuantas veces
no importa cuántas veces
hayas perdido la inocencia
siempre vendrá a ti un hombre
que invoque la magia
y la recupere para ti
luego
por la maravilla de la inercia
te deshojara pétalo a pétalo
dejándote desnuda
liviana
lista para la próxima vez
para el próximo milagro

Jamás pertenecí a ninguna parte
Jamás pertenecí a ninguna parte, siempre fui una cosa extraña
a la que todos (sin excepción) se acercaron con curiosidad
manosearon y abandonaron luego con desencanto
saltando de lugar en lugar
vomitando verdades y contando cadáveres ajenos
la que fue incapaz de pertenecer al mundo
la niña grande que se negó a cumplir 19
la imprudente de rostro dulce y expresión amarga
que recorrió inútilmente cuerpos y avenidas
buscando miradas amables
la ciudadana número 45.752.961
que votó por Samper y no se pierde la novela de las 8
la hija del borracho
que penetró la noche y copuló en moteles baratos
esperando un milagro
o una taza de café caliente al final de la calle
O amor… ¿Por qué no?
como quien no quiere la cosa, como se espera la buena suerte
un amor chiquito, simple, primitivo
que justifique la pesadilla de habitar un mundo criminal
el madrugar día a día sin esperanza
y el acumular un cumpleaños tras otro
como quien acumula periódicos viejos
Hasta el momento
parece que el amor ha tenido mejores propuestas que atender
no tengo suerte y no pasaré a la historia
pero tengo este cuaderno
una vagina en buen estado y un par de ojos miopes
tengo la taza de café caliente, tengo cigarros
sexo ocasional y el apartado aéreo # 316
¿no les parece fantástico?

sé un idiota
ser normal es fácil, no requiere heroísmo ni valor
solo dejarse llevar
embárcate en la vida
organiza una huelga de hambre
para que el gobierno legisle una seguridad social
obligatoria para los perros, los indigentes y los cineastas
o propón una cruzada universal
contra los vendedores puerta a puerta
organiza una secta ku kux klan que le haga ver su suerte
a los testigos de Jehová
siéntate en el andén separador de la avenida Santander
a las 3 de la mañana cantando el himno a la alegría
sé un idiota
defiende la presunción de inocencia
envíale cartas de amor al presidente
(debe ser tan penoso ser presidente)
¿has hecho el amor en el parque centenario?
¿cuantas materias reprobaste?
¿cuantos grafitis obscenos has dibujado en las ultimas horas?
ah no, nada de eso
tu aspiras a conseguir un empleo en esta ciudad
a casarte con una mujer con futuro
con la que has de tirar 3 o 4 veces por semana
a la que has de mantener y engordar y exigir fidelidad
ay de ti, pobre
mediocre y limitado hombre de fin de siglo
con tu celular en promoción, tu ropa de marca
y tu carro en cómodos pagos
ignorarás por cobardía y comodidad
los orgasmos multiétnicos
la lujuria de apostar las escrituras de tu casa
en el casino del caribe
el sabor de los labios de un travestí glamoroso
y el olor de la hierba en el amanecer del amazonas
primero se te descarga el beeper
tu no vas a defraudar a tus padres
par de ilusos que engendraron hijos
creyendo apuntarse a la eternidad
aprenderás inglés
pero ignoraras como gime de placer
una puta enamorada
y te graduaras, ¡ah, grandisimo tonto!
¡qué niño te ves en tu mundo de mentiras!
le sirves a los objetivos de una patria
que hace mucho tiempo se fue a la mierda
a unos principios y a una religión miserable
incapaz de digerir sus propias mentiras
ese miedo de quitarle la mascara a las cosas
de asumir la burla en que tu vida se ha convertido
ese miedo a la autenticidad
que implica diferencia
que te hace blanco de la intolerancia
de seres egoístas y frustrados
que tampoco han tenido el valor
de encontrarse a sí mismos
si sigues mi sabio consejo
no se te garantizan mas años de vida
tampoco tendrás éxito social
y muy seguramente termines en la cárcel
pero habrás salvado tu alma
suponiendo que el alma existe
pero ese es otro problema

Malamor (poema en prosa)
Amores hay como garfios, amores malditos que te cortan
el alma, que se te meten por las uñas furtiva,
malévolamente, que te comen por dentro, para los que
no hay defensa, ni Dios ni razón, sólo el deseo, sólo
el hambre, la alegría, la ira, la arrechera inmensa
que te hace desear arrancarle la ropa cada vez que te
lo encuentras. Amores hay que se te incrustan en los
huesos y corroen cada instante que en tu vida queda.
Amores de locos, amores de lobos, amores de mierda. Y
escuchas a una chica pelirroja gemir por un publicista
alcohólico, insignificante, y te ves a ti misma en un
espejo de ridiculez e impotencia. Amores hay que te
joden y te chupan. Lo peor de lo peor es cuando sabes
que no debes, que no puede ser, que nunca ha sido.
Porque además te sabes deliciosa, graciosa y amable,
merecedora del goce, la lealtad y el abrazo. Así que
te tienes paciencia, te compras un helado, un vestido
bonito y colmas tu casa de silencio, de buenos
recuerdos y te dices a ti misma: «Vamos guapa, todo
pasa, hasta la vida».
Él te sacó hace ya tiempo tan inequívocamente de su
alma que la única verdad que en ti cabe es que todos
los caminos conducen al olvido. Y el olvido, lo sabes
bien, es peor que la muerte «Reniego de tu piel y de
tus besos, maldiciendo todo lo que en tu nombre sea en
la tierra y el infierno». Estás jodida, clavada,
enamorada, de choques eléctricos. Lo mejor es que no
le necesitas, que te gusta lo que tienes: una casa
chiquitita en una calle de ciudades extrañas, una
vida sencilla, cinco amigos, dos perras, y un amante a
ratos. El amante es cuarto aparte, todo un bocado de
piel bronceada y brazos fuertes, todo risas, todo
labios; poderoso, creativo, bello y te penetra en
cinco velocidades distintas, y tu te entregas a él con
una desesperación y un ansia demasiado parecida al
deseo. Nunca le llamas ni le buscas ni le amas; y él
te posee como quiere, como debe ser, como si cada vez
fuera siempre la última. Y no te importa verle.
A tu amado en cambio, lo amaste siempre como si cada
vez fuera siempre la primera. Él no sabe que por él
escribes todo cuanto escribes, él no sabe que en
verdad le amas. Ah… recuerda que hace poco le
dijiste: «Descubrí que puedo acariciarte con los
ojos», recuerda que no extraña ni tu boca ni el
milagro de tus manos. Se reirá si se entera con qué
fuerza lo evocas cuando te entregas a tu amante, o las
veces que has llorado de rabia porque no es él quien
te penetra, porque otro te da a borbotones lo que solo
anhelas en sus brazos. No sabe nada, no puede siquiera
imaginarlo. Que es al tiempo lo mejor y lo peor que te
ha pasado, lo más vital, lo más contradictorio, lo más
mierda. No sabe que le amas contra ti, que te mueres
por verle, por no verle. Y piensas enseguida: «Vamos
mujer ¿Por qué culparle? Si no te quiere nada, fresca,
todo va a salir bien, no te preocupes». Acostumbrada
como estás a lamerte sola las heridas, respiras hondo,
te sueltas el cabello, sacudes el trasero y sigues
adelante.
Por si no te has dado cuenta, yo soy la protagonista
de esta historia. Y te garantizo que duele, que duele
hasta las lágrimas.

La Coleccionista
Me gusta esperarte en la tarde
ajustarme el corsé
humedecerme por dentro
para que llegue tu cuerpo
ciudadano del fuego
su penetrante rumor
su enervante silencio
amo la perversión de tus ojos
la medianoche en el bar
entregarme de
adentro
mis objetos favoritos son
el suave almohadón
la autopista hasta ti
la memoria y tu cuerpo

En esta ciudad construiré mi casa
En esta ciudad construiré mi casa
la vestiré de madera virgen y yerba fresca
crecerá al conjuro de la lluvia
refugiará proyectos tontos
actos criminales
sueños primigenios
los miedos de mi niña
y el espectro de Pilar (mi joven abuela)
sonriendo enamorada en la estancia luminosa
[28 años de ser pequeña y coqueta,
43 buscando salidas (y entradas)
en los corredores de la muerte
cayendo cada vez más hacia abajo
cada vez más hacia adentro]
La cabeza disecada
de un torero exitoso
será el orgullo
de mi sala de trofeos
En cuanto a ti
te coseré el cuerpo a pedazos
de musgo de amor y tizón ardiente
te llamaré Fernando
y serás mi hijo
Mi casa
tan profunda como los aullidos
del holocausto
tan pequeña como una caricia
sobre la tumba de mamá

La Pervertida
la pervertida
la niña buena de habitación celeste
la silenciosa amante de raíces hondas
la noche encendida que se vuelve
piel
la obicua irremediable
que se marcha siempre
sin dar un beso
sin confesar que es feliz
que le gusta estar viva
que haber nacido le basta
y que aprendió a perdonar
por sobre todas las cosas
y que por eso precisamente
tiene las manos llenas
por eso canta en la
madrugada
por eso sonríe cuando le llaman loca
que llego desnuda al corazón
del mango
sin tenedor ni cuchillo
cerrando los ojos
masticando despacio
y que amanece contigo
por puro
despiste
porque no espera nada
porque le gusta comerte
porque lee a Fallaci
porque te ama

Oración del deseante
Gracias doy al eterno indiferente
por concederrne con largueza el don de la lujuria
.
Gracias por la fuerza y perfección
con que mi cuerpo la ejerce
.
Gracias por mi cuerpo
por haberlo moldeado
exacto para elbeso
para la mirada precisa
para la perfecta humedad
.
Por hacerme curiosa, pequeña, primitiva
.
Gracias por las noches que me quedan
por el sudor que purifica mi cuerpo
por la luminosa intensidad
del abismo que me aguarda
.
No soy digna de que entres en mi casa
pero solo una caricia tuya
bastará para salvarme
La gloria sea para aquel que no olvida
Amén

Intensidad
hay crímenes dormidos
que nunca saldrán en la prensa
o en el chismero de la calle desesperada
son muertos que mueren de rabia
apretando en sus mandíbulas el nombre del asesino
está por ejemplo
el bebé descuartizado por su madre solitaria
el estudiante que murió en la requisa
o desapareció en la celda
la anciana envenenada
la niña muda
o el nn de ojos entornados
que nos hace pensar en una ventana
un beso amargo
o un coro de niños bajo la lluvia
esta el indio apaleado
el enfermo terminal
que decide que ya es bastante
y él médico que piensa que no
que no ha sufrido suficiente
hay crímenes ocultos
de rara, exquisita perfección
en los que el verdugo se aplaude a sí mismo
a falta de público

pegarle una patada
con los pies desnudos
a la jeta del poeta
a su talento impúdico
a su dolor exhibido
a su pene autografiado
a su inútil afán
de abrirse de culo ante el mundo
para mostrar su tormento
anhelando una gloria inservible

Eva Durán (Cartagena, Colombia, 1976). Poeta, escritora, periodista y defensora de la causa animalista. Miembro de la Fundación Rescate de Animales de Cartagena.
Hizo estudios de historia y estudio producción de TV. Ha escrito ensayos y guiones para teatro y televisión así como columnas de opinión política, histórica y social que han sido publicadas en múltiples periódicos y revistas como El Tiempo y El Universal. Trabajó como productora de televisión para Colombia de la Diputación de Cádiz (España), para el canal de televisión Señal Colombia y para diversas empresas privadas. Ha sido amenazada por fuerzas paramilitares de su país.
Su trabajo ha sido traducido al alemán, italiano, francés, portugués y publicado en diversas antologías y publicaciones de América y Europa. Ha realizado recitales de poesía en Paris, Madrid, Salzburg, Hamburgo, Colonia, Frankfurt, Jurlich y Troisdort.
Ganadora del premio Festival de Medellin 1997, Premio Ciudad de Cartagena 2003, Premio internacional Caza de Poesía Moradalsur de California en 2008. Becada por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de García Márquez en 2003, por la Fundación Heinrich Boll de Alemania en 2005 y por la organización Mundial de Escritores, sede Alemania, para su beca de Escritores en el Exilio en los años 2006 a 2008.
Libros: El Jardín donde vuelan los mares, Piel adentro y Registro Corporal
9 Poemas de Cosme Álvarez
« El poeta no señala direcciones, sigue huellas en el río de la experiencia »
C. Alvarez
Presencias
Cada tarde
nacen y mueren
bajo la máscara vieja del hastío,
bajo la mueca de la luna,
las geografías de sus rostros
de palo.
Su lenguaje de limo crece,
árbol de tierra,
en el bosque del silencio.
Llenos de sí son un vacío
en el paisaje,
oquedades,
más viento que presencia,
tolvanera,
más voz de polvo que sonidos,
vértigos,
sus ojos no miran: murmuran,
dicen
con sílabas negras el nombre de la noche.
Vértigos,
son gritos del olvido,
rumores en la frente.
Son un bosque,
sus follajes sangran luz;
rizomas,
árboles de polvo viejo
en la tierra florida.
Surgen al mundo con el vértigo
de los días sin fruto;
flores marchitas del azar,
su silencio nos habla
desde el árbol:
pájaros negros en los ojos.



El Último Viaje
Si ahora es el día del último viaje,
si habré de esperar a que vuelva el coraje,
no esperes por mí, ya he partido,
no esperes por mí, ya he partido.
Los caminos son sueños del hombre despierto,
y la vida es vigilia del hombre que duerme
la misma pesadilla en el desierto,
la misma pesadilla en el desierto.
Solitario en mi voz voy dispuesto a perderme,
no hay peor maldición que el insomnio
en la noche del último viaje, del último viaje.
Si ahora es el día para despedirme
habré de marchar sin lugar dónde asirme,
decirnos adiós es inútil,
decirnos adiós es inútil.
En el agua la ola traslada el oleaje
y el mar no se mueve jamás de su sitio,
nosotros somos olas en el viaje,
nosotros somos olas en el viaje.
Solitario en mi voz voy dispuesto al camino
no hay peor maldición que el insomnio
en la noche del último viaje, del último viaje.
Espejos de luna quebrada en el agua
reflejan la llama en la flor de biznaga
que late detrás de mi pecho,
que late detrás de mi pecho.
Satisfecho y seguro camino en mi noche,
en la ruta hacia nunca no mido mi paso,
no hay hábito que el tiempo no reproche,
no hay hábito que el tiempo no reproche.
Solitario en mi voz voy dispuesto al abrazo,
no hay peor maldición que el insomnio
en la noche del último viaje, del último viaje.
Si al vivir uno escribe un destino,
morir es entonces perder el lenguaje;
si al morir se termina un camino,
vivir es entonces el último viaje.
«El último viaje», del disco «Fuego sobre el lienzo».
Letra y música © Cosme Álvarez (2003), versión de 2011



Poeta en muerte
A mis hijos
Es al amor de su hogar
adonde iría yo a colocarme
si hubiese que aclimatarse
a este mundo.
F. Nietzsche
De qué están hechos mis recuerdos
sino del hueso de la vida,
de qué están hechos vida y hueso
sino del polvo de la muerte.
De rueca y polvo es la memoria,
rama prendida a mi reflejo,
de la memoria un solo rastro
enciende hogueras en mi cuerpo;
de un rostro nace un firmamento,
del firmamento otra vida.
De las palabras cae un eco,
la mano palpa en la memoria,
bosque imantado de mis huesos,
cristal de áspero mercurio
donde los dedos del olvido
dan al espíritu espejismos.
Una pregunta es un fantasma
cuando interroga lo perdido;
trazo de luz más que presencia,
yo voy detrás de sus pisadas.
He vuelto, solo y vulnerable,
a la ciudad de mis recuerdos,
volvimos, yo y mi torvanada,
para cavar sobre mi huella,
uña sangrante de experiencia,
guadaña, aguja puercoespina,
rasga el ahora, y en la muerte
cambia el misterio por nostalgia.
En la mirada crece el tiempo,
nube hilandera de espantajos.
Aquí a la orilla del silencio,
vida liviana para el ojo,
no hay luz, hay voz que se derrama:
va del ombligo a la retina.
De ayer a hoy hay sólo un paso,
la uña, el filo, la hendidura
de los recuerdos y las fechas,
donde el telar de lo visible
hilvana polvo de los huesos
y teje vida de la nada.
Aquí es el llanto, el alborozo,
o es el silencio de la muerte;
mi vida pende como fruta:
recia raíz de lima dura
donde la mano del recuerdo
mueve el tobillo del instante.
Hecha de imagen y de mundo,
la realidad es otro sueño,
va boca adentro de la vida,
hilvana horror en la mirada.
Aquí me entrego a los incendios,
bajo mis párpados hay lumbre;
aquí despierta lo indecible
desde la voz de la mirada.
De qué están hechos ojo y sueño,
sino de imagen y medida;
de qué está hecha la mirada,
sino de instante incomprensible;
la luz concibe el arco iris,
el ojo es voz de lo sagrado.
En el decir de la mirada
todas las voces y ninguna;
del hueso nacen las palabras,
de las palabras: balbuceo.
Uno al mirar palpa siluetas,
vocales, sílabas de carne,
ya no es un eco de la muerte,
es un decir y es el silencio;
hay algo hablándome al oído,
me entrego entero a su dictado.
Aquí es el límite del habla:
toco la luna con las manos;
del agualuz brotan objetos;
de lo que es real, albor nacido.
Aquí, a la orilla del lenguaje,
la voz es lazo de mi aliento,
aquí intercedo, me disuelvo
en lo sagrado que contemplo;
el mundo es hecho de silencios
en danza hueca de vocales.
La realidad no tiene lados,
dátil caído de la rama;
desde la rama nace el habla
entre el follaje de los verbos.
Hago que callen las palabras,
los dioses huecos y su espuma,
el ruidajal del hablerío:
alto crepúsculo sonoro
donde el ramal de la experiencia
es lo mirado y lo que mira.
De qué está hecho nuestro barro
sino de luz y de conciencia,
limo preñado por el tiempo
en el azar de lo nacido.
De piel y jaspe, de esqueleto
es la materia de mi cuerpo;
desde la rueca, desde el vientre,
se teje el hilo de mi muerte,
el cuerpo es voz, memoria, polvo,
rama prendida a algún reflejo.
De qué está hecho el hombre en muerte,
sino de ausencia en la pupila:
es la mirada lo que muere;
detrás del ojo: albor vacío,
memoria y polvo de los huesos
entre la sed de lo perdido.
La sensación es lo que muere,
el fundamento de los sueños;
el peso muerto de la muerte
cae sobre el cuerpo de la vida.
De la embestida, del instante,
es la materia de lo muerto;
hacia la muerte sólo un paso
hecho de ayeres en los ojos.
La muerte escarba, con los dientes,
el hueso, el jaspe, el esqueleto,
busca en la piel de lo nacido
el hueso vivo de tus huesos,
muerde la luz, lengua de frío,
y lleva el alma hacia el espanto.
De qué está hecha nuestra muerte,
sino de amor seco en los ojos;
mi muerte no es estar callado,
es voz sin riesgo en mi palabra.
Soy el arquero de la noche,
mi flecha es luna de obsidiana;
en la memoria está mi arco,
en el carcaj toda mi vida;
la muerte habla por el ojo,
la mano palpa sobre el mundo.
De qué está hecha mi tristeza,
sino de pérdida y penuria;
aquí libero los sentidos,
no hay voz que oír, sólo sonido;
callan mis ojos, calla el arco,
y calla el eco de la muerte.
Soy un arquero de palabras
donde no hay blanco sino ausencia;
mi vida pende de la rama
en el presente con la muerte.
El habla tiene una frontera,
en su contorno está mi riesgo,
voy tras su huella entre palabras,
voy por el bosque de los ojos.
Avanzo a solas entre espectros,
hay un relámpago en el iris,
hay un murmullo, un balbuceo,
hay un arquero tras la flecha,
es la mirada, su sonido,
la voz que pende del vacío.
De qué están hechas mis palabras,
sino de actos en la vida,
de amor y muerte, de mis huellas,
de luz y sombra, de sendero.
Aquí confieso, me disuelvo,
mis ojos siguen una estela;
quiero fundirme en los misterios,
quiero ser mundo en el incendio,
interceder desde mis huesos
entre tus ojos y el silencio.



Cosme Álvarez(Ahome, Sinaloa, México, el 25 de mayo de 1964). Poeta, músico y editor.
De 1986 a 1987 asistió al taller de Literatura de Héctor Manjarrez. Ha impartido talleres de narrativa y poesía.
Ha sido colaborador en Unomásuno, Sábado, La Talacha, Tierra Adentro, Revista de la Biblioteca de México, Blanco Móvil y Acequias, entre otras. Ha fundado y dirigido dos revistas de arte y literatura: Revólver (1991-1992) y Astillero (2000). Dirige la revista electrónica La Guarida. Literatura de España y América Latina. Fue Coordinador de Difusión Cultural, Publicaciones y Extensión Universitaria de la Universidad Autónoma Indígena de México (UAIM), Mochicahui, El Fuerte, Sinaloa (2008-2009) y Coordinador de proyectos en la editorial Espejo de Obsidiana (2001-2002).
Obra publicada:
Poesía: Sombra subterránea (firmado con el seudónimo de Cosme Almada), Conaculta/Fondo Editorial Tierra Adentro, núm. 47, 1992. || El cántaro de fuego, e.a., 1994. || El azar de los hechos, FCE/Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional, Letras Mexicanas, 1998; El azar de los hechos (Poesía 1992-1997), 2015 || Vivo sueño, Ediciones Sin Nombre/DIFOCUR, Sinaloa, 2006. || Cantos de venado, Conaculta, 2007. || El azar de los hechos (Poesía 1992-1997), FCE, 2015; 2018. || Vivir. Selección de poemas (2000-2014) / Living. Selected poems (2000-2014), Mumbai, Instituto Cervantes de Nueva Dehli / IberoAmerican Voices / TataLitFest, 2019.
Algunos de sus poemas y cuentos se encuentran en Taller, taller poético y tierra nueva (colectivo), UNAM, 1988; Antología de poetas sinaloenses, Conaculta, 1996; La bamba cultural, IMC, Chicago, 1999; Ecos de voces. Generación poética de los sesentas, Arlequín/Fonca/Sigma Servicios editoriales, 2003.
Reconocimientos :
Primer lugar en el I Certamen de los Juegos Florales 1994 de la Bahía de Topolobampo, Sinaloa. Primer lugar en el I Certamen de los Juegos Florales 1994 de Los Mochis, Sinaloa. Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 1997 en poesía, por El azar de los hechos.
Como músico ha sido incluido en el libro Atlas del Jazz en México (2016).
Desde 2003, ofrece conciertos con la finalidad de llevar la poesía a los espacios del rock y el rock a los espacios de la poesía. En 2009 inició una gira que, según sus palabras, terminará en su lecho de muerte. Durante 2009-2010 formó el grupo LosDeEnmedio, concepto escénico que reúne a los poetas Cosme Álvarez y Leonel Rodríguez, y al artista plástico Alejandro Álvarez [Varezal], en torno de una propuesta musical que rescata la tradición de los antiguos juglares, bajo el precepto de que hay historias que son mejores cantadas que contadas. En marzo de 2011 inicio una gira por la Ciudad de México: «Cosme es el pretexto», en la que reunió a más de una docena de poetas y músicos que interpretaron sus canciones.
Enlaces de interés :
Blog de C.Álvarez : http://cosmeal.blogspot.com
https://www.reverbnation.com/cosmeÁlvarez/song/17407686-a-la-mitad-del-camino
https://www.dailymotion.com/video/xp3hjt
http://www.lag.uia.mx/publico/publicaciones/acequias/acequias43/A43desperatsonoro44.pdf
Joan Margarit visual
El Instituto Cervantes rindió homenaje al poeta Joan Margarit con una mesa redonda donde participaron el también poeta Martín López-Vega, el periodista Enric Juliana y el historiador Jordi Gracia.
12 Poemas de Joan Margarit
Primer amor
Triste Girona de mis siete años:
en la posguerra los escaparates
tenían un color gris de penuria.
Y, sin embargo, en la cuchillería,
en cada hoja de acero destellaba la luz
como si se tratase de pequeños espejos.
Descansando la frente en el cristal,
miraba una navaja larga y fina,
bella como una estatua de mármol.
Puesto que en casa no querían armas,
fui a comprarla en secreto y, al andar,
la sentía, pesada, en mi bolsillo.
Cuando, a veces, la abría, muy despacio,
surgía, recta y afilada, la hoja
con esa conventual frialdad del arma.
Silenciosa presencia del peligro:
la oculté, los primeros treinta años,
tras los libros de versos y, después,
en un cajón, metida entre tus bragas
y entre tus medias.
Hoy, cerca ya de los cincuenta y cuatro,
vuelvo a mirarla, abierta en la palma de mi mano,
igual de peligrosa que en la infancia.
Fría, sensual. Más cerca de mi cuello.

El buscador de Orquídeas
No había en casa libros adecuados
para el desasosiego adolescente.
Los de urbanismo eran aburridos
y Cataluña, pueblo desdichado
me parecía un título muy triste.
Cogí el Mein Kampf, un breve libro negro
que tomé por profundo. Así empecé
por el lugar más sucio de la literatura.
Las palabras de Hitler, tan vulgares,
eran un pozo negro.
No lo he olvidado, pese a que no lo recuerdo.
Me di de bruces con la realidad.
Fue allí donde empezó la poesía,
difícil y sin falsas esperanzas.
He hecho siempre como el jabalí,
que busca y, delicado, escoge y come
el bulbo -conocido como el orquis–
de la orquídea.
De Casa de misericordia (Visor, 2007)

Últimos ecos
Terminada la guerra,
el saco familiar de historias tristes
se abría en cada casa: personajes
que para aquellos niños fueron sólo
un nombre, un dolor vago en los retratos
explicados en tardes de domingo
sin luz eléctrica, que se morían
oscurecidas como un gran desván.
Nuestra alegría se desparramaba
por todos los solares, con silbidos
que en el crepúsculo se oían
mezclándose al llamado de las madres.
Vuelvo a la Escuela Nacional de Niños,
puedo oír, en la calle sin aceras,
el recreo en mitad de la mañana,
el griterío y las rodillas sucias
tras pelotas de trapos y cordeles.
La calle polvorienta donde estuvo
con su estucado gris y sus dos aulas,
sin ningún patio ni jardín, mi escuela.
Pero, de aquellos días queda, apenas,
el frío anochecer
que mi padre traía en el abrigo,
miedos nocturnos, tardes
de juegos en lejanas azoteas.
Y la sombra de inviernos ferroviarios,
cuando al alba mi madre iba alejándose
por una calle oscura y solitaria
con mi hermana cogida de la mano:
la maestra y su niña hacia la escuela,
tapadas con bufandas bajo el frío.
La infancia transcurría sin pasado:
cometas de papel en la alta tarde
y canicas debajo de los muebles
y aburrimiento de calcomanías
en los días más fríos y lluviosos.
Mi madre, con mi hermana, ya se alejan
en un tren sin paradas que recorre
las soledades de mi propio invierno.
De Crónica (1975)

Penúltimo poema a mi madre
Acabada la guerra, solíamos jugar
en nuestra calle, y tú, al oír un avión
salías a buscarnos hasta que su sonido
iba a perderse entre las nubes.
Son las ruinas de aquel lugar seguro
de la infancia. Recuerdo que una vez
me levanté de madrugada
y tú estabas allí en la oscuridad,
sentada en la cocina
igual que una gaviota en una grieta
de la roca durante el temporal.
Veo tan sólo una luz tenue:
la casa que, a pesar de no existir,
me ha hecho sentir menos desdichado.
Hasta que ya el peligro
se haya perdido por el horizonte.
(No estaba lejos,no era difícil)

Identidad
¿Qué hacer con las palabras al final?
Sólo puedo buscar, para saber qué soy,
en la infancia y ahora en la vejez:
ahí es donde la noche es fría y clara
como un principio lógico. El resto de mi vida
es una confusión por todo aquello
que nunca he comprendido:
las tediosas dudas sexuales
y los inútiles relámpagos
de inteligencia. Debo convivir
con la tristeza y la felicidad,
vecinas implacables.
Se acerca la última verdad, durísima y sencilla.
Como los trenes que en la infancia,
jugando en el andén, me pasaban rozando.
(Amar es dónde)

Canción de cuna
Duerme, Joana.
Y que este Loverman oscuro y trágico
del saxo de tu hermano en Montjuïc
te pueda acompañar
toda la eternidad por los caminos
que son bien conocidos por la música.
Duerme, Joana, duerme.
Y a poder ser no olvides
tus años en el nido
que dentro de nosotros has dejado.
Mientras envejecemos,
conservaremos todos los colores
que han brillado en tus ojos.
Duerme, Joana. Esta es nuestra casa,
y todo lo ilumina tu sonrisa.
Un tranquilo silencio: aquí esperamos
redondear estas piedras del dolor
para que cuanto fuiste sea música,
la música que llene nuestro invierno.
(Llegas tarde a tu tiempo)

No hay milagros
Llovía con desidia.
Diecinueve de octubre, las nueve de la noche.
Joana iba asustada hacia el quirófano
en nuestra compañía.
Cuando entró nos quedamos a esperar
en la salita mal iluminada junto a los ascensores.
Cuentan que en un intento
de salvarse le dijo te quiero al cirujano.
Creíamos que un hada podría devolvernos
a Joana, tranquila, la de siempre,
con sus confiados ojos centelleantes.
A las once, mirábamos
las gotas de la lluvia en el cristal
como si resbalaran por la noche.
La noche era una hoja de guadaña.
(Llegas tarde a tu tiempo)

Casa de misericordia
El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre, ahora, la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
en esta Casa de Misericòrdia.
El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos fueron duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Igual que la poesía: un buen poema,
por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.
(Casa de misericordia,2007,Visor)

Shostakovich.Sinfonía «Leningrado»
¿Lo recuerdas? Joana había muerto.
Íbamos hacia el norte, tú y yo, en coche,
hasta el apartamento junto al mar,
y escuchábamos esta sinfonía.
Iniciamos el viaje una mañana
llena de luz y, dentro de la música,
el día era de muros cubiertos por el hielo,
sombras con sacos a medio llenar
y, en el lago, trineos con cadáveres.
Como una pista de aeropuerto al sol,
huía la autopistaetrás de los sonidos se extendía
una niebla de obuses ocultando
las huellas de los tanques en la nieve.
Fue en julio, una mañana de oro azul
que destellaba en el cristal del mar.
Los metales y cuerdas resonaban
con la gloria, en pasado como siempre,
rechazando la vida, como siempre.
De noche no se oía más rumor
que el de las olas bajo la terraza.
En cambio, dentro de nosotros,
como ocurría dentro de la música,
rugía el temporal de nieve y hierro
que desata la historia al pasar página.
(Casa de misericordia Visor,2007)

Querrán que te mueras
Oyes el mar tranquilo del crepúsculo,
que es mitad violoncelo y mitad órgano.
Oscurece. Como todos los viejos,
es tu propio final el que vigilas.
Mientras tanto, a lo largo de la playa,
el mar es una pieza de seda desplegándose.
Oyes las olas mientras van diciéndote
que querrán, los que te aman, que te mueras.
Y, si los amas, desearás morirte.
La lógica implacable del amor.
La lógica implacable de la muerte.
Alivio de saber que están tan juntos.
(No estaba lejos,no era difícil )

Último paseo
Ya no comía. Y se me caía el cabello.
Estaba todo el día con los ojos cerrados.
Pero salí al balcón de madrugada
y alguien desde la acera, bajo un árbol,
me habló con una voz como la de mi madre,
que dormía en su cama junto a mí.
De repente no estaba ya cansada
y bajé sin muletas a la calle.
Nunca había podido andar así.
Sentí que me volvía la alegría:
cayó la enfermedad como una piel
sudorosa, dejada allí en la calle.
Nunca pude sentirme tan ligera.
Miré hacia atrás, a mi balcón,
la baranda como una partitura.
Dije adiós a mi padre y a mi madre.
La vida me eligió para su amor.
También la muerte.

No tires las cartas de amor
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.
De Aguafuertes (Renacimiento, 1998)

Joan Margarit (Sanahuja, Lleida, España, 11 de mayo de 1938- Sant Just Desvern, Barcelona,España, 16 de febrero de 2021) Poeta arquitecto, y catedrático de Cálculo de Estructuras de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona.
Hijo de maestra y arquitecto, su infancia, adolescencia y primera juventud transcurre en Barcelona, Rubí, Figueres, Girona y Tenerife; en 1956 regresa a Barcelona para estudiar arquitectura.
En 1963 se casa con Mariona Ribalta, tienen tres hijas y un hijo. Como poeta en castellano se da a conocer en 1963 pero no es hasta 1980 que publica tambien en catalán .
Su obra poetica es extensa y llena de premios y reconocimientos.Ha sido traducido al francés ,alemán ,portugués ,euskera,hebreo,ingles y ruso.
Entre muchos premios destacamos el Premio Nacional de Poesia (2008),Premio de Literatura de la Generalitat de Cataluña (2008), Premio Reina Sofia de poesía Iberoamericana (2019) y el Premio Cervantes (2019).
Bio/Bibliografia
https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/creadores/margarit_joan.htm
Tala
Humanos, tristes humanos
pobres seres enfermos, sierra en mano
al servicio de la miseria
La grandeza del árbol, el silencio
su inmovilidad milenaria ,el llanto de su savia ,el aroma, el
oxigeno,
no conmueve
no abre la mirada ciega, el oido ,el corazón podrido
del sicario del bosque.
BegoñaToca©
PoetryAlquimia©

12 Poemas de Gary Snyder
«Sin entorno natural no hay camino, y sin camino no puede haber libertad”
Gary Snyder
En cuanto a los poetas
En cuanto a los poetas
los Poetas Tierra
que escriben pequeños poemas,
no necesitan ayuda de nadie.
Los Poetas Aire
dominan los vendavales más veloces
y a veces se mecen en los torbellinos.
Poema tras poema,
giran en el mismo impulso.
A cincuenta bajo cero
el gasóleo no fluye
y el propano se queda en el tanque.
Los Poetas Fuego
arden a cero absoluto
amor fósil bombeado de nuevo.
El primer
Poeta Agua
se quedó abajo seis años;
Estaba cubierto de algas.
La vida en su poema
dejó millones de huellas
pequeñas y distintas
entrelazándose en el barro.
Con el Sol y la Luna
en el vientre,
el Poeta Espacio
duerme.
No hay final para el cielo—
Pero sus poemas,
como gansos salvajes
vuelan desde el confín.
Un Poeta Mente
se queda en casa.
La casa está vacía
y no tiene paredes.
El poema
se ve desde todos los lados,
en todas partes,
a la vez.

Mangos de hacha
Una tarde de la última semana de abril
cuando enseñaba a Kal cómo lanzar una hachuela
-medio giro y se clava en el tocón-
se acuerda de la hachuela
sin mango, en el taller
y va a buscarla, y la quiere para él.
Un mango de hacha roto detrás de la puerta
es lo bastante largo para una hachuela,
lo cortamos a medida y lo llevamos
con la cabeza de hachuela
y la hachuela entera, al tajo de madera.
Allí empiezo a dar forma al viejo mango
con la hachuela, y la frase
que primero aprendí de Ezra Pound
¡me viene a la mente!
“Al hacer el mango de un hacha
el modelo no está lejos.”
Y le digo a Kai:
“Mira, daremos forma al mango
comparándolo con el mango
del hacha con la que cortamos.”
Y se da cuenta. Y yo lo vuelvo a oír:
Está en Wen Fu, de Lu Ji, siglo cuarto d.C.
“Ensayo sobre literatura”, en el
prólogo: “Al hacer el mango
de un hacha
cortando la madera con un hacha
el modelo está en verdad al alcance de la mano”.
Mi profesor Shih-hsiang Chen
lo tradujo y lo enseñaba años atrás
y yo me doy cuenta: Pound era un hacha,
Chen era un hacha, yo soy un hacha,
y mi hijo un mango, que pronto
también dará forma, modelo
y útil, pieza de cultura,
y así seguimos.

Aguacate
¡El Dharma es como un Aguacate!
Algunas partes tan increíblemente maduras,
Pero son buenas.
Y otras, duras y verdes
sin mucho sabor,
como para quienes gustan de los huevos bien cocidos.
Y la piel es fina,
la enorme semilla redonda
en el centro,
es tu propia Naturaleza Original—
pura y suave,
casi nadie la parte en dos
o intenta ver
si crecerá.
Dura y resbaladiza,
parece como
si tuvieras que plantarla — pero entonces
sale disparada de entre los
dedos—
se escapa.

El baño
Lavando a Kai en la sauna,
La lámpara de queroseno sobre una caja
afuera del ventanal a ras de suelo,
Ilumina el borde de la estufa de hierro y la
palangana sobre la losa
Vapor y sonido de gotas de agua
esparcidas en la pila de rocas de arriba
Él está de pie en el agua tibia
Jabón por entre toda la suavidad de sus muslos y estómago
“¡Gary no me enjabones el pelo!”
—miedo a que le escuezan los ojos—
la mano enjabonada que siente
a través y alrededor de los relieves y curvas de su cuerpo
hasta la entrepierna,
Y le lavo cosquilleando el escroto, su pequeño ano,
su pene que se curva y endurece
cuando retiro la piel e intento lavárselo
Ríe y salta, revoleando los brazos
me acuclillo desnudo también,
¿es este nuestro cuerpo?
Sudando y jadeando en la piedra caliente al vapor de la caldera
el balde de madera rocía agua en la tabla de cedro
el titilar de la lámpara de queroseno afuera en el viento del pinar
sierra bosque riscos noche—
Masa entra, permite que el aire fresco
se filtre desde la puerta
una dulce y profunda inspiración
Y ella lo inclina agarrándolo con cuidado, con una rodilla abajo
su pelo cae y esconde toda una parte de su
hombro, pecho y barriga,
Lava con destreza el pelo de Kai
que se enfada y chilla—
El cuerpo de mi mujer, la sinuosa columna de su valle
el espacio entre los muslos al que llego,
forma el arco curvo de su vulva y lo sostengo desde atrás,
un jabonoso cosquilleo una porción de grial
El portal de lo Imponente
Que se abre a un mundo cambiante de espejos dobles de
úteros en úteros, en círculos,
que comienzan con música,
¿es éste nuestro cuerpo?
El lugar oculto de la semilla
La red de venas que fluye a través de las costillas, que recoge
leche y culmina en un pezón—se ajusta
a nuestra boca—
La leche mamada de éste nuestro cuerpo despide
sacudidas de luz; el hijo, el padre,
comparten el gozo de la madre
Que brinda una suavidad a la flor de la asombrosa
puerta abierta del rizado loto que cojo y beso
Mientras Kai ríe en el pecho de su madre del que es destetado
ahora, nosotros
nos lavamos uno al otro,
éste nuestro cuerpo
El pequeño escroto de Kai junto a su ingle,
la aún oculta semilla, que pasó de nosotros a él
En flujos que auparon con las mismas alegrías fuerzas
como su lactante Masa después,
juega con su pecho,
O yo en ella,
O él emergiendo,
éste es nuestro cuerpo:
Limpios y aclarados, sudamos más, nos estiramos
sobre los bancos de secoya los corazones laten
Tranquilos al fuego lento de la estufa,
el aroma de cedro
Y luego nos damos la vuelta,
murmuramos chismes de los pastos,
charlamos de la leña,
Nos asombramos de cómo dormita Gen, cómo lo traeremos
pronto para bañarlo también—
Estos chicos que aman a su madre
que ama a los hombres, que pasa
sus hijos a otras mujeres;
La nube en el cielo. Los pinos cimbreantes.
el gorgoteo del agua en el prado pantanoso
éste es nuestro cuerpo.
Fuego dentro, el agua hierve en la estufa
Suspiramos y nos dejamos caer desde los bancos
envolvemos a los bebés, salimos,
noche oscura & todas las estrellas.
Nos echamos agua fría en la espalda y muslos
Entramos a la casa—despedimos vapor de pie junto al fuego del hogar
Kai retoza en la piel de cordero
Gen de pie se agarra y grita,
«¡Bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao!»
Este es nuestro cuerpo. Sentados con las piernas cruzadas junto al fuego
bebemos agua helada
abrazamos a los bebés, besamos sus barrigas,
Reímos sobre la Gran Tierra
Recién salidos del baño.
The bath
Washing Kai in the sauna,
The kerosene lantern set on a box
outside the ground-level window,
Lights up the edge of the iron stove and the
washtub down on the slab
Steaming air and crackle of waterdrops
brushed by on the pile of rocks on top
He stands in warm water
Soap all over the smooth of his thigh and stomach
“Gary don’t soap my hair!”
—his eye-sting fear—
the soapy hand feeling
through and around the globes and curves of his body
up in the crotch,
And washing-tickling out the scrotum, little anus,
his penis curving up and getting hard
as I pull back skin and try to wash it
Laughing and jumping, flinging arms around,
I squat all naked too,
is this our body?
Sweating and panting in the stove-steam hot-stone
cedar-planking wooden bucket water-splashing
kerosene lantern-flicker wind-in-the-pines-out
sierra forest ridges night—
Masa comes in, letting fresh cool air
sweep down from the door
a deep sweet breath
And she tips him over gripping neatly, one knee down
her hair falling hiding one whole side of
shoulder, breast, and belly,
Washes deftly Kai’s head-hair
as he gets mad and yells—
The body of my lady, the winding valley spine,
the space between the thighs I reach through,
cup her curving vulva arch and hold it from behind,
a soapy tickle a hand of grail
The gates of Awe
That open back a turning double-mirror world of
wombs in wombs, in rings,
that start in music,
is this our body?
The hidden place of seed
The veins net flow across the ribs, that gathers
milk and peaks up in a nipple—fits
our mouth—
The sucking milk from this our body sends through
jolts of light; the son, the father,
sharing mother’s joy
That brings a softness to the flower of the awesome
open curling lotus gate I cup and kiss
As Kai laughs at his mother’s breast he now is weaned
from, we
wash each other,
this our body
Kai’s little scrotum up close to his groin,
the seed still tucked away, that moved from us to him
In flows that lifted with the same joys forces
as his nursing Masa later,
playing with her breast,
Or me within her,
Or him emerging,
this is our body:
Clean, and rinsed, and sweating more, we stretch
out on the redwood benches hearts all beating
Quiet to the simmer of the stove,
the scent of cedar
And then turn over,
murmuring gossip of the grasses,
talking firewood,
Wondering how Gen’s napping, how to bring him in
soon wash him too—
These boys who love their mother
who loves men, who passes on
her sons to other women;
The cloud across the sky. The windy pines.
the trickle gurgle in the swampy meadow
this is our body.
Fire inside and boiling water on the stove
We sigh and slide ourselves down from the benches
wrap the babies, step outside,
black night & all the stars.
Pour cold water on the back and thighs
Go in the house—stand steaming by the center fire
Kai scampers on the sheepskin
Gen standing hanging on and shouting,
“Bao! bao! bao! bao! bao!”
This is our body. Drawn up crosslegged by the flames
drinking icy water
hugging babies, kissing bellies,
Laughing on the Great Earth
Come out from the bath.

Para los niños
Las altas colinas, las cuestas,
de estadísticas
están ante nosotros.
la subida escarpada
de todo, sube,
sube, mientras todos nosotros
bajamos.
El siglo que viene
o el siguiente,
dicen,
habrá valles, pastos,
nos podemos encontrar allí en paz
si llegamos.
Para subir estas cumbres venideras
una palabra para ti, para
ti y para tus hijos;
estad juntos
aprended las flores
id ligeros
For the children
The rising hills, the slopes,
of statistics
lie before us.
the steep climb
of everything, going up,
up, as we all
go down.
In the next century
or the one beyond that,
they say,
are valleys, pastures,
we can meet there in peace
if we make it.
To climb these coming crests
one word to you, to
you and your children:
stay together
learn the flowers
go light

Marin-an
El sol despunta sobre el soto
de eucaliptos bajo la pastura mojada,
el agua casi está caliente,
me siento en la ventana abierta
forjo una fumada.los perros ladran distantes, un par
de cuervos chillones; el repicar
del herrerillo enano en las alturas del pino—
tras la fila de cipreses
aparece la yegua y pace.un suave continuo rugir
viene del valle lejano
de la autopista de seis carriles—miles
y miles de carros
conducen hombres al trabajo.
De The Back Country, 1968

El llamado de lo indomable
El pesado viejo en su cama por la noche
Oye cantar al Coyote
en el monte lejano.
Todos los años de ranchero y minero y leñador.
Un católico.
Un nativo californiano.
y los Coyotes aúllan en su
octogésimo año.
Mañana,
llamará trampero
al gobierno que usa el hierro contra los Coyotes.
Mis hijos van a perder esta
música que ya comenzaban
a querer.
Los exácidos de las ciudades
convertidos al Gura o Swami,
hacen penitencia con lustrosos
pesados ojos, y dejan de comer carne.
En los bosques de Norteamérica,
la tierra del Coyote y el Águila,
sueñan con la India, de
dichosas y eternas alturas asexuadas.
Y duermen en cúpulas geodésicas
calentadas con petróleo,
adheridas como verrugas
en los bosques.
Y ahuyentan el canto del Coyote
pues temen
el llamado
de lo indomable.
Y vendieron sus cedros vírgenes,
los árboles más altos en millas,
a un leñador
que les dijo,
«Los árboles están llenos de bichos».
El gobierno decidió finalmente
emprender la guerra a más no poder. La derrota
es antiamericana.
Y la emprendieron por aire,
con ellos sus mujeres
peinadas de crepé
ponían esmalte de uñas en los
disparadores.
Y nunca cayeron
ya que se les hizo
que el piso
era procomunista. Y sucio.
Y los insectos pactaban con el Viet-Cong.
Así que bombardearon y bombardearon
día tras día, sobre el planeta
cegando gorriones
rompiéndole los tímpanos al búho
astillando troncos de cerezos
enrollando y atascando
los intestinos del venado
en las rocas abatidas y polvosas.
Todos estos americanos en ciudades especiales allá
en el cielo
arrojando venenos y explosivos
por Asia primero
y después por Norteamérica,
una guerra contra la tierra.
Cuando concluya no habrá
lugarDonde un Coyote pueda esconderse.
envío
Me gustaría decir
que Coyote está para siempre
en ti.
Pero no es cierto.
De Turtle Island, 1974

Piute Ceek
Un precipicio de granito
un árbol, sería su?ciente,
o incluso una roca, un pequeño arroyo,
un trozo de corteza en un estanque.
Colina tras colina, plegadas y retorcidas
robustos árboles apilados
en delgadas fracturas de la piedra
una enorme luna sobre todo, es demasiado.
La mente vaga. Un millón
de veranos, el tranquilo aire nocturno y las tibias
rocas. El cielo sobre montañas interminables.
Toda la porquería que viene con el ser humano
disminuye, la roca ?rme ahora tiembla,
incluso el intenso presente parece obviar
este espejismo de corazón.
Libros y palabras
como el pequeño arroyo de una alta cornisa
desapareciendo en el aire seco.
Una mente clara, atenta,
sólo tiene sentido si
lo que ve es realmente visto.
Nadie ama a la piedra, pero aquí estamos.
Los fríos de la noche. Algo que se mueve
rápido a la luz de la luna
se desliza en la sombra del Enebro:
allí atrás invisibles
orgullosos ojos fríos
de un Puma o Coyote
me observan levantarme y partir.

Lo que debes saber para ser poeta
Todo lo que puedas sobre animales y personas.
los nombres de árboles y flores y hierbas.
nombres de estrellas y los movimientos de los planetas
y la luna.
tus propios seis sentidos, con una mente observadora y elegante.
por lo menos un tipo de magia tradicional: adivinación, astrología, el libro de los cambios,
el tarot;
sueños.
los demonios ilusorios y los resplandescientes dioses
ilusorios;
besarle el culo al diablo y comer mierda; coger con su verga caliente y barbuda, cogerse a la bruja
y a todos los ángeles celestiales
y doncellas aromáticas y doradas—
entonces amar lo humano: esposas maridos y amigos.
juegos de niños, historietas, chicle-bomba, las rarezas de la televisión y la publicidad.
trabajo, largas secas horas de trabajo devoradas, aceptadas
y vividas y finalmente amadas. agotamiento, hambre, descanso.
la salvaje libertad de la danza, éxtasis solitaria silenciosa iluminación, éstasis
peligro real, juegos de azar, y el filo de la muerte.
De Regarding Wave, 1970

Sin
el silencio de natura por dentro.
el poder adentro, del poder exterior.
el camino es todo lo que pasa—no termina en sí.
el final es, gracia—sosiego—
alivio,
no redención.
cantando
la evidencia
la evidencia del poder interior.
(Turtle Island, 1974)

El voto de Amitabha
“Si, después de obtener la naturaleza del Buda, alguien
en mi tierra
cae en la cárcel acusado de vagancia, que yo
no adquiera la más alta y perfecta iluminación.
gansos silvestres en el huerto
escarcha sobre el pasto joven
“Si, después de obtener la naturaleza del Buda, alguien
en mi tierra
pierde un dedo juntando vagones de carga, que yo
no adquiera la más alta y perfecta iluminación.
el ojo de la yegua se sacude
tensado por la brida
los zapatos con brillo de piedra espolean
los tobillos tiemblan: al bajar la roca empinada
“Si, después de obtener la naturaleza del Buda,
alguien en mi tierra
no puede tomar un aventón hacia cualquier rumbo, que yo
no adquiera la más alta y perfecta iluminación.
húmedas rocas que zumban
en el suroeste lluvia y relámpagos
pelo, barba, comezón
el viento fustiga las piernas desnudas
deberíamos volver
no lo hacemos.
(Myths & Texis, 1978 )

CANCIÓN DEL GUSTO
Comer los gérmenes vivos de las hierbas
Comer los óvulos de grandes pájaros
. El carnoso dulzor henchido
. al esperma del vaivén de los árboles
Los músculos de lomo y muslos
. de vacas mansas
. El brinco del cordero en su salto
. La cola del buey en su balanceo
Comer las raíces que crecen
. firmes bajo el suelo
Recoger la vida de vívidos
. racimos de puntos en hileras luminosas
. fuera del espacio
ocultos en la viña.
Comer la semilla del otro
. comerse,
. ah, el uno al otro.
Besar al amante en la boca del pan:
. labio a labio.
(De Regarding Wave,1978)

Gary Sherman Snyder (San Francisco, EE UU, 8 de mayo de 1930). Poeta, traductor, ensayista, peón forestal, novicio budista, conferencista y activista del medio ambiente , perteneciente a la Generación Beat y al Renacimiento de San Francisco. Es uno de los poetas vivos más grandes de Estados Unidos.
Creció cerca de Lake City, al norte de Seattle, en el estado de Washington. Este fue el antiguo feudo del pueblo salish y el escenario de “la deforestación implacable de uno de los más imponentes bosques de todos los tiempos”, cuna de las coníferas más grandes del mundo. En 1951 se licenció en antropología y literatura. En 1952 y 1953, Gary Snyder trabajó como vigía en la cordillera de las Cascadas, pero le despidieron por sus contactos en el Industrial Workers of the World, un histórico sindicato anarcosindicalista fundado en Chicago en 1905. Y, muchos de sus amigos (“soldados del descontento”, los llama en un poema) fueron acusados de comunistas y “actividades antiamericanas”. Antiamericanas, no antiestadounidenses. Gary Snyder también denuncia que un país se apropie del nombre de un continente.
Por eso siempre dice que nació en la isla de la Tortuga, recuperando un mito común en muchos pueblos amerindios, que equiparan la tierra con el caparazón de este animal. Era su forma de criticar que la América por antonomasia sea la de Estados Unidos y la de gentes como el senador Joseph McCarthy. ¿Acaso Guatemala, Bolivia o Ecuador no son también América? ¿Por qué han de añadir apellidos a su nombre? Hispanoamérica, Latinoamérica…
Su fin como trabajador estacional para el Gobierno impulsó aún más su pasión por ampliar horizontes. Hizo autoestop hasta la reserva india de Warm Springs, en el extremo del estado de Oregón, donde trabajó para una compañía maderera al servicio de la comunidad tribal. ¿Se puede ser leñador y ecologista? Sí, él es la prueba. Las talas, cuyos beneficios se repartían entre los indios, eran selectivas y respetaban árboles semilleros sanos, entre los que circulaban los tractores oruga con extremo cuidado, sin descortezarlos.
La comprobación de los daños irreparables que infligimos a la naturaleza convirtió a aquel joven en montañero, silvicultor, trabajador forestal temporal y defensor de la vida salvaje. Ha trabajado en las montañas y los bosques del Oeste, de Alaska, Japón, Taiwán y Nepal, siempre en cuestiones relacionadas con la ecología, las especies amenazadas y las estrategias medioambientales. Recorrió el mundo, estudió lenguas orientales, practicó budismo y vivió muchos años en monasterios.
En 1956 obtuvo la beca del First Zen Institute of America y partió hacia Japón donde residiría durante casi doce años en las inmediaciones del Templo Daitoku-ji. En este país conoció a la primera de sus tres esposas, la poeta Joanne Kyger (1934-2017) y se casaron el 28 de febrero de 1960. En 1962 viajaron a la India con los poetas beats Allen Ginsberg y Peter Orlovsky. Allí conocieron al Dalái Lama.? En 1964 se separó de Kyger, quien regresó sola a Estados Unidos. En 1967 se casó con Uehara, con quien viviría durante veintidós años.
En 1969 volvió a los Estados Unidos y compró tierras con Allen Ginsberg en el norte de San Juan, en Sierra Nevada. En esta comunidad rural construyó su casa Kitkitdizze y el centro Zen Ring of Bone.
En 1989 se divorció de Uehara. Más tarde se casó con Carole Lynn Koda (1947-2006) y vivieron juntos hasta el fallecimiento de Carole.
Snyder ha publicado una treintena de libros, traducidos a más de 20 idiomas. Su influencia cultural fue y es enorme en Estados Unidos. Sin su figura no se entenderían la generación beat y el movimiento hippie. Jack Kerouac se inspiró en él para Los vagabundos del Dharma.
Ganó el premio Pulitzer de poesía (1974) con su libro “La isla de la Tortuga”, el American Book Award (1984), el Bollingen (1997) y el Ruth Lilly (2008), entre otros premios.
Gary Snyder inspiró el documental «The Practice of the Wild» (2010) de John J. Healey, basado en el libro homólogo de Snyder (1990).
La poesía, el budismo Zen, la práctica diaria del zazen, el compromiso con el medio ambiente, han sido para Snyder los puentes que han permitido el desarrollo de una nueva ética, una nueva estética y por tanto un nuevo estilo de vida:
«Cuando los arroyos crecen
los poemas fluyen
Cuando los arroyos se vacían
apilamos piedras»
Obra publicada :
- Myths & Texts (1960).
- Six Sections from Mountains and Rivers Without End (1965).
- The Back Country (1967).
- Riprap and Cold Mountain Poems (1969).
- Regarding Wave (1969).
- Earth House Hold (1969).
- Turtle Island (1974).
- The Old Ways (1977).
- He Who Hunted Birds in His Father’s Village: The Dimensions of a Haida Myth (1979).
- The Real Work (1980).
- Axe Handles (1983).
- Passage Through India (1983).
- Left Out in the Rain (1988).
- The Practice of the Wild (1990).
- No Nature: New and Selected Poems (1992).
- A Place in Space (1995).
- Mountains and Rivers Without End (1996).
- The Gary Snyder Reader: Prose, Poetry, and Translations (1999).
- The High Sierra of California, with Tom Killion (2002).
- Danger on Peaks (2005).
- Back on the Fire: Essays (2007).
- Tamalpais Walking, with Tom Killion (2009).
- The Etiquette of Freedom, with Jim Harrison (2010) film by Will Hearst with book edited by Paul Ebenkamp.
Enlaces de interés :
https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20200626/481912832978/gary-snyder-generacion-beat-movimiento-hippie-estados-unidos-grandes-viajeros.html
https://jenb-writing.medium.com/biography-of-gary-snyder-dac6f56c212d