Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras y/o escritoras es tan importante que creemos deben ser incluidas.
Este es el caso de grandísima y excepcional Alexandra David-Néel. La primera mujer europea en visitar la Ciudad Prohibida de Lhasa.
Una de nuestras Imprescindibles.
Louise Eugénie Alexandrine Marie David, más conocida como Alexandra David-Néel ( Saint-Mandé, Francia, 24 de octubre de 1868-Digne-les-Bains Francia,8 de septiembre de 1969). Escritora, orientalista, cantante de ópera, periodista, exploradora, antropóloga, anarquista, espiritualista y budista. Considerada una de las más grandes exploradoras del siglo XX. Fué la primera mujer europea en visitar la Ciudad Prohibida de Lhasa.
Hija de Louis Pierre David, profesor, intelectual, masón, republicano, idealista, quien se opuso al golpe de Estado de Luis Napoleón Bonaparte en 1851 y, expulsado de Francia por sentencia, se exilió en Bélgica, donde se casó con Alexandrine Borghmans, católica de origen escandinavo.
De niña, Alexandra sentía pasión por los viajes mencionados en los libros de Julio Verne y más tarde quedó fascinada con Asia en una visita al Museo Guimet. Varios de sus biógrafos aseguran que cuando tenía sólo dos años se perdió durante horas. Sus padres estaban totalmente desesperados. Cuando por fin la encontraron, no estaba asustada. Ni siquiera lloraba. Al contrario, en su lengua de trapo decía que la dejaran seguir “paseando”.
Con 15 años intentó embarcarse sola rumbo a Gran Bretaña. Su familia, horrorizada, se lo impidió.
A la exploradora le gustaba decir que en 1871 tomó conciencia de la realidad de la ferocidad de la naturaleza humana en el Muro Federal, donde su padre, librepensador republicano, la llevó al día siguiente de la Comuna de París. Este sangriento episodio la marca para siempre.
El padre de Alexandra fue amigo del geógrafo anarquista Élisée Reclus. Alexandra frecuentó durante toda su infancia y su adolescencia a Reclus. Este la lleva a interesarse por las ideas anarquistas de la época (Max Stirner, Mikhail Bakunin…).
Élisée fundó una gran familia, aboga no sólo por la unión libre, el vegetarianismo, la emancipación femenina, la vida comunitaria, sino que también quiere enseñar y transmitir la búsqueda de la felicidad aquí y ahora. Seducido por la personalidad emergente de esta joven de carácter fuerte y compromiso tan decidido, prologó la primera obra de Alexandra, ‘Pour la vie’( 1899), libro libertario inspirado en las ideas feministas, con estas palabras: «Un libro orgulloso escrito por una mujer nuevamente más orgullosa«.
Por otra parte, se convirtió en una colaboradora libre de «La fronde», periódico feminista administrado cooperativamente por mujeres, creado por Marguerite Durand, y participó en varias reuniones del «consejo nacional de mujeres francesas» o italianas aunque rechazó algunas posiciones adoptadas en estas reuniones (por ejemplo, el derecho al voto), prefiriendo la lucha por la emancipación a nivel económico, según ella causa esencial de la desgracia de las mujeres que no pueden disfrutar de independencia financiera. Por otra parte, Alexandra se alejó de estas «amables aves, de precioso plumaje», refiriéndose a las feministas procedentes de la alta sociedad, que olvidaban la lucha económica que la mayoría de mujeres debían confrontar.
Voluntariamente solitaria, incluso misántropa, agudizó su mente crítica leyendo extensamente a filósofos antiguos, literatura religiosa y las principales obras de las religiones orientales, en el sentido amplio que tenía el término en ese momento. Los filósofos estoicos fueron sus primeros maestros.
En 1888 fue a estudiar a Londres y permaneció de forma económica y segura en la Sociedad de Gnosis Suprema. Aquí, Elisabeth Morgan le presentó a Madame Blavatsky, la fundadora de la Sociedad Teosófica, cuyas ideas esotéricas tuvieron una influencia significativa en Alexandra. Tambien conoció a sus líderes más importantes, George R. S. Mead (1863-1933) y Annie Besant (1847-1933). Alexandra regresó a Bruselas al año siguiente para continuar sus estudios de música y canto. Cuando tenía poco más de veinte años, estudió en la Sorbona y se convirtió en una política radical.
Regresa a Francia sin un franco. Debido a los vaivenes de fortuna de su familia y deseando ser independiente, inició una carrera artística como cantante y consiguió un puesto de primera cantante en la ópera de Hanoi.( Indochina era colonia francesa en aquella época). Esta posición le dio la oportunidad de seguir conociendo Asia durante las dos temporadas que trabajó.
La opera la permite viajar a Túnez y se fascina con los llamados a la oración islámicos y estudia el Corán. Allí conoce en 1900 al ingeniero en jefe de los ferrocarriles tunecinos, Phillipe Neel y después de convivir decide abandonar su celibato. Se casaron en Túnez el 4 de agosto de 1904 pero a los pocos meses cae en cuenta que la vida monótona de casada no es para ella: “Siempre he tenido miedo de las cosas definitivas. Hay quienes temen la inestabilidad, pero yo tengo el miedo contrario. No me gusta que el mañana sea como hoy y el camino sólo me parece cautivador si ignoro la meta a la que me lleva…«, le escribió un día. La pareja sólo vivirá realmente junta por episodios, hasta que Philippe tenga la sabiduría de sugerir a su esposa que vayan al campo para estudiar estos textos sagrados que tanto la fascinan. Alexandra se preparó para lo que seria su vida y, de acuerdo con su marido, se dedica a viajar. Planea un viaje de dieciocho meses y sin embargo retorna luego de 14 años. Se querían, se admiraban y se respetaban mucho (sus intercambios epistolares así lo demuestran), pero no podían convivir.
Alexandra se dedicó a escribir «Modernismo budista«, su primer trabajo sobre el tema, publicado en 1911, justo antes de su partida. La futura orientalista tiene una profundé crisis espiritual y se embarca rumbo a la India, con la bendición de Philippe y una beca del Ministerio de Instrucción Pública.
Alexandra David-Neel en un yak rodeado de guías, Yongden y el maharajá de Sikkim Sidkéong Tulku Namgyal – ©Archivos Maison Alexandra David-Neel, Ciudad de Digne-les-bains
En 1912 llegó a un monasterio budista en la remota región de Sikkim, donde conoció a un monje adolescente y ayudante vital llamado Aphur Yongd, con quien se retiró a vivir como una ermitaña, en una cueva a cuatro mil metros de altitud. También conoce y se hace amiga del Maharaja de Sikkim, Sidkeon Tulku, el líder espiritual de ese territorio, y también del lama Kazi Dawa Samdup, que la llevó hasta Kalimpong, para conocer al decimotercer Dalai Lama, que estaba refugiado allí mientras duraba la guerra en China.
Acabó en Lanchen, en las montañas próximas al Tíbet, estudiando budismo durante cuatro años y medio , donde fue iniciada en las prácticas tántricas por el tercer sgom chen («gran yogui») de Lachen, Kunzang Ngawang Rinchen (1867-1947), en una cueva a la que bautizó «De- chen Ashram» (la ermita de la «Gran Paz», según su propia traducción). Este momento resultará fundamental para la investigadora autodidacta que es Alexandra, ofreciéndole la oportunidad de vivir una aventura única unida a una experiencia de campo que pocos orientalistas han conocido.
En 1913, en su informe provisional de misión (AN, F/17/17281), afirmó: “El budismo tibetano se comprende muy poco, o más bien, muy mal. Los escritores que han publicado libros al respecto han hablado sólo de las prácticas externas del culto popular, por no haber podido penetrar mas allá de ellas, siendo extrema la reserva de los eruditos lamas hacia los extranjeros”.
Mención especial merece una práctica budista denominada creación de un tulpa. Los lamas budistas le advirtieron que era una enseñanza nada recomendable, pues consiste en la creación de un fantasma generado a través de nuestra mente. Alexandra fue advertida de que estas creaciones podían volverse peligrosas o incontrolables pero Alexandra estaba fascinada con la idea e ignoró la advertencia de sus maestros .
Bajo la concepción del mundo según los lamas, el universo en el que vivimos es una proyección creada por nosotros mismos, no hay fenómeno que exista si no es concebido por el espíritu humano. Los tulpas son entidades creadas por la mente de los lamas y son generalmente utilizados como sirvientes. Son figuras visibles, tangibles, creadas por la imaginación de los iniciados.
Alexandra una vez aislada de todo, comenzó a concentrarse en dicha práctica. Ella visualizó en su interior lo que quería crear, imaginando un monje de baja estatura y gordo. Quería que fuese alegre y de inocente actitud. Tras intensas sesiones de practica aquella proyección apareció frente a ella.
Aquella entidad era algo así como un robot, sólo realizaba y respondía a los mandatos de su creadora. Con una sonrisa fija en su rostro, el monje accedía sin rechistar a lo que ella le ordenaba. Lamentablemente, no siempre fue así y aquel tulpa comenzó a realizar actividades que no les había sido encomendadas. Tal era la independencia de aquella proyección de apariencia corpórea que los demás monjes le confundían con uno más. Aquella entidad comenzaba a ser un ser con voluntad propia.
A medida que iba siendo más independiente, los rasgos físicos que aquel bonachón monje fantasma fueron cambiando. Su afable sonrisa fue cambiada por otra más pícara, su mirada pasó a ser malévola y nada afable para todos los que convivían con aquel extraño ser. La propia Alexandra comenzó a sentir miedo.
En su libro publicado, Magic and Mystery in Tibet, Alexandra David-Néel narra los seis duros meses que duró el invertir aquel proceso, conseguir que su creación se desvaneciera. «No hay nada extraño en el hecho que pueda haber creado mi propia alucinación. Lo interesante es que en estos casos de materialización, otras personas ven las formas de pensamientos creadas.»- declaró posteriormente la antropóloga.
No pudiendo retornar a Europa debido a la Primera Guerra Mundial, se detiene un corto tiempo en Japón y se hace amiga de monje Ekai Kawaguchi quien le contó su estrategia para entrar en Lhasa disfrazada de religioso tibetano. Alexandra guardó esta información, que le serviría para alcanzar la cumbre de su viaje y aprendizaje por Asia.
De allí a Corea y luego a China, antes de acabar refugiados en el lejano monasterio de Khumbum, Nepal, donde estuvieron cuatro años traduciendo los Sutrasde la Prajña-paramita y trabajando en la copia de una colección de obras de Nagarjuna. La apodaron Yshe Tome, la lámpara de sabiduría. Por el camino, cruzaron el desierto de Gobi y llegaron hasta zonas de Mongolia, haciendo un viaje de más de tres mil kilómetros en mitad de la guerra civil que acababa de estallar en China. Tras un larguísimo viaje, lleno de peligros, arriba finalmente a Lhasa, capital del Tíbet, ciudad prohibida a los extranjeros. En 1924 disfrazados respectivamente de mendigo y monje y con una mochila lo más discreta posible, Alexandra y el tibetano Yongden partieron hacia la Ciudad Prohibida. Para no traicionar su condición de extranjera, Alexandra, entonces de 56 años, no se atrevió a llevar una cámara o equipo de reconocimiento; sin embargo, escondió bajo sus harapos una brújula, una pistola y un bolso con el dinero de un posible rescate.
En una carta dirigida a su marido en 1924, Alexandra David-Néel escribía: “Queridísimo amigo, he realizado satisfactoriamente el paseo que inicié cuando te envié mi última carta”.
El «paseo» al que se refería en la carta a Phillipe Neel era una auténtica odisea, que si hubiera sido realizada por un hombre le habría encumbrado a la gloria . Tras meses de penosas caminatas, “comiendo ortigas y durmiendo en el fango helado”, había llegado a Lhasa.
En la misiva Alexandra escribe : “Por primera vez desde que existe la Tierra, una mujer extranjera contempló la Ciudad Prohibida. »
Alexandra y su hijo adoptivo Yongden
La enigmática Lhasa la decepcionó, no así los paisajes naturales “He recorrido un Tíbet que los exploradores no conocen y he contemplado rincones extraordinarios que superan en esplendor todo lo que había visto hasta entonces”. Alexandra recordaba como durante su peregrinaje “en un silencio donde sólo cantaba el viento, en soledades casi desprovistas incluso de vida vegetal, entre caos de rocas fantásticas, picos vertiginosos y los horizontes de luz cegadora del Himalaya”.
Pudo visitar el Potala y muchos de los monasterios del entorno, hasta que una mañana fue descubierta en el río, cuando bajaba a asearse y tuvo que huir precipitadamente con Yongden. Toda esta increíble experiencia quedará reflejada en su libro «Viaje a Lhasa».
De allí retorna a Europa, se separa definitivamente de su marido, y tras una intensa campaña de conferencias públicas y universitarias, David-Neel acabó adquiriendo una propiedad en Digne-le Bains (MADN, Archivos, Acta notarial, CODN 1580 y n.c.). En 1929, planeó convertirlo en un centro de retiro para la meditación. Le dio un nombre sánscrito, «Dhyāna Vihāra» (Monasterio de la Meditación), cuyo equivalente tibetano es «Samten Dzong» (bsam gtan rdzong, Fortaleza de la Sabiduría ). El lugar es el primer gompa o centro de oración budista tibetano en Europa y será la única casa que tuvo Alexandra a lo largo de su centenaria vida. Este lugar, que financió únicamente con el producto de su trabajo como literata, es tanto un espacio para vivir como para escribir; es ahí donde escribió gran parte de sus obras.
A los 69 (1937) Alexandra vuelve a Tibet, luego de escribir más de 30 libros acerca de religiones orientales, filosofía y sus viajes. Financiada por su ahora ex- esposo, viaja a China y a Tibet, retornando a Francia a los 89 años.
Su ex-marido, Philippe Néel, quien sobre todo había sido su amigo, confidente y siempre la había apoyado, falleció en 1941.
El 7 de octubre de 1955 muere de forma repentina su hijo adoptivo Yongden. Dentro de la gran tristeza y el duelo, ella siguió dedicándose al estudio y realizó pequeños viajes por Europa, y la víspera de cumplir 101 años acudió a renovar su pasaporte «porque nunca se sabe». Alexandra falleció pocos días después, el 8 de septiembre de 1969. Fué el ultimo viaje de esta mujer extraordinaria.
En febrero de 1973, tal y como era su deseo, sus cenizas junto con las de su hijo adoptivo fueron arrojadas en el Ganges.
En octubre de 1982 y mayo de 1986, el Dalai Lama XIV visito su Ermita para rendir homenaje a la incansable viajera que, de algún modo, trajo el Tibet a Occidente.
Reconocimientos :
- Comandante de la Orden Nacional de la Legión de Honor
- Gran medalla de oro de las exploraciones y viajes de descubrimiento
Alexandra David-Néel dejó una importante obra tras su muerte. La obra publicada durante la vida de la autor incluye unos 30 libros e innumerables artículos publicados en todo el mundo en prensa y revistas; un gran número de ellos se conservan en los archivos de la casa de la escritora, incluida la única copia conocida de sus Souvenirs d’une Parisienne au Thibet, que apareció en una edición confidencial en Beijing en 1925. Sin embargo, a falta de una bibliografía exhaustiva , aún imposible de establecer, la investigación aún no ha sondeado el alcance total de la producción escrita de Alexandra David-Neel.
Cuaderno de 129 pensamientos, citas y aforismos escritos en tinta china publicado póstumamente en La lámpara de la sabiduría – ©Archivos Maison Alexandra David-Neel, Ciudad de Digne-les-bains
Alexandra posicionó su obra dentro de los parámetros de la aventura y el descubrimiento de un mundo hasta ese momento insospechado. Abierta voluntariamente a lo maravilloso, a los sueños, a la magia y al encantamiento, sus libros tienen una dimensión dramatúrgica y espectacular única. A través del encanto de la escritura, la autora alimentó la ambición positiva de llevar un nuevo aliento espiritual a sus contemporáneos heridos por la guerra: para ella, la misión de la literatura era ayudarles a encontrarse a sí mismos y a levantarse (cf. Thévoz S., 2016). El tema preferido de muchas de sus obras, al menos el que ha retenido de forma más duradera la atención de sus lectores, es el iniciado tántrico, el lama-yogi que, «deportista del espíritu», era, entre otras cosas, capaz de producir » fuego interior» . Atrayendo a un público familiarizado con el Asia oculta de los teósofos, en la línea de algunas obras de divulgación y ficción todavía recientes sobre el tantrismo indio y tibetano, esta figura heroica fue considerada un tanto romántica por orientalistas como Sylvain Lévi, que habrían preferido una versión que respondiera a los estándares académicos. Los tibetanos se convirtieron en guardianes de un conocimiento que los eruditos europeos ignoraban y que los ocultistas occidentales fantaseaban.
Su obra influyó significativamente en los escritores de la » Generación beat» Jack Kerouac y Allen Ginsberg, y en el filósofo Alan Watts.
Además, la escritora dejó un importante patrimonio constituido en primer lugar por su casa en Digne, de cuyas ampliaciones y remodelaciones se encargó ella misma, asumiendo el rol de arquitecta (Gómez N., 2019 y Tugas J., 2018). La casa, con influencias de la arquitectura tibetana, alberga los archivos personales de la autora, sus manuscritos autógrafos, sus efectos de viaje y su colección fotográfica, así como numerosos manuscritos y objetos asiáticos (más de 300 piezas: objetos cotidianos y rituales, estatuas de deidades, thangka, esculturas, grabados, caligrafía, amuletos de protección y «cajas de talismanes»).
Un gran número de piezas principalmente tibetanas fueron legadas póstumamente al Musée de l’Homme (ahora conservado en el Musée du Quai Branly), a petición de la escritora (MADN, Archivos, testamento anexo del 20 de marzo de 1963, n.c.): consisten en unos 200 objetos de interés principalmente etnográfico y 25 instrumentos musicales. Otros fueron legados al Museo Guimet: ocho thangka (incluida una serie de tres lienzos del siglo XVIII que representan a Buda rodeado de escenas narrativas; MA 3316), dos máscaras de danza tibetana Cham (MA 3307-3308) (Bazin N., 2018), y más de 400 manuscritos tibetanos (Cramerotti C., 2018).
La casa, que inicialmente no fue diseñada para acoger al público, fue modificándose progresivamente a lo largo de los años. En 2016, la ciudad de Digne-les-Bains se comprometió a rendirle homenaje y valorizar su patrimonio iniciando una serie de obras destinadas a restaurar el estado original de la casa.
Paralelamente a las obras de restauración de la casa a su estado original, un museo dedicado a su obra y vida permite, antes de emprender una visita a su casa, conocer mejor a Alejandra. Este museo ofrece una inmersión cautivadora en el fascinante mundo de Alexandra David-Neel. Las colecciones trazan su vida aventurera, destacando sus viajes así como su pasión por la espiritualidad y el budismo. Documentos inéditos (fotografías, correspondencia, etc.) y objetos traídos de viajes respaldan la propuesta museográfica, desde la infancia hasta su último gran viaje a Asia.
Alexandra David-Neel amaba el aire libre y le encantaba dar largos paseos meditativos por su casa. Su jardín, que hoy mide menos de 1 m², fue rediseñado para devolverle dos funciones que fueron importantes para ella: la rosaleda y el huerto.
Este jardín participa plenamente en el recorrido que une la casa y el museo. A pesar de numerosas modificaciones, algunos árboles plantados cuando se compró la propiedad (tilo en la entrada, cipreses, castaños) todavía se encuentran allí. Se trata de redescubrir el espíritu del jardín «Samten Dzong» a partir de documentos fotográficos y escritos de Alexandra.
Basándose en la topografía del lugar, la museografía invita a los visitantes a subir al edificio, paso a paso, como lo hizo Alexandra David-Neel, la mujer que llegó hasta el País de las Nieves perpetuas .
La mujer que escribió :
“Miro hacia el pasado, los acontecimientos de mi vida, de la de los demás; Me veo como una niña en Saint-Mandé, una joven en Bruselas, me veo en Tonkín, en la India, en Túnez, doy una conferencia en la Sorbona, soy artista, periodista, escritora, imágenes entre bastidores, de redacciones. , de barcos, de ferrocarriles, se desarrollan como una película. Hay alegría, risas, estremecimientos de triunfo, dolor, lágrimas, angustias, torturas sin nombre. Todo esto es un desfile de fantasmas sin sustancia, todo esto es un juego de la imaginación. No existe ni «yo» ni «otros», sólo hay un sueño eterno que continúa dando origen a personajes efímeros, aventuras irreales. Entonces… la conclusión se desprende de forma bastante natural. »
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“Quienes viajan sin encontrarse a sí mismos y a otras personas no viajan, sólo se trasladan”
Alexandra David-Néel âgée d’environ 85 ans, dans l’oratoire tibétain de sa maison à Digne.Maison A. David-Neel, Digne-les- Bains, PHDN 198. Crédit photo : Maison Alexandra David-Neel © Ville de Digne-les-Bains
Obra de Alexandra David-Néel:
- 1898: Pour la vie – réflexions sur tous les faits de société (Éditions « les nuits rouges »)
- 1909: Le féminisme rationnel (Éditions « les nuits rouges »)
- 1911: Le Modernisme bouddhiste et le bouddhisme du Bouddha (Alcan)
- 1921: Le Bouddhisme du Bouddha (Éditions du Rocher)
- 1927: Voyage d’une Parisienne à Lhassa (Plon)
- 1929: Mystiques et magiciens du Tibet (Plon)
- 1930: Initiations lamaïques (Pygmalion)
- 1930: Arsenia Trueba
- 1931: La Vie surhumaine de Guésar de Ling : L’Iliade des Tibétains (Éditions du Rocher) – colaboró el lama Yongden
- 1933: Au pays des brigands-gentilshommes (Plon)
- 1935: Le Lama aux cinq sagesses (Plon)
- 1938: Magie d’amour et magie noire. Scènes du Tibet Inconnu (Plon)
- 1939: Le Bouddhisme : ses doctrines et ses méthodes (Éditions du Rocher)
- 1940: Sous des nuées d’orage (Plon)
- 1949: Au cœur des Himalayas : le Népal (Pygmalion)
- 1951: Astavakra Gita – réédité (date non connue) en un volume unique « Astavakra Gita – Avadhuta Gita, poemas sánscritos vedantinos » (Éditions du Rocher)
- 1951 : Les Enseignements secrets des bouddhistes tibétains, la vue pénétrante (Pygmalion)
- 1951 : L’Inde hier, aujourd’hui, demain, reeditado y aumentado en 1969 con el título L’Inde où j’ai vécu(Plon)
- 1952: Textes tibétains inédits (Pygmalion)
- 1953: Le Vieux Tibet face à la Chine nouvelle (Plon)
- 1954: La Puissance du néant, novela del lama Yongden, tradujo y anotó A. D.-N. (Plon)
- Grammaire de la langue tibétaine parlée
- 1958: Avadhuta Gita – reeditado (fecha desconocida) en un vol. único « Astavakra Gita – Avadhuta Gita, poemas sánscritos vedantinos » (Éditions du Rocher)
- 1958: La connaissance transcendante (Pygmalion)
- 1961: Immortalité et réincarnation (Éditions du Rocher)
- 1964: Quarante siècles d’expansion chinoise (Plon)
- 1970: En Chine – l’Amour universel et l’Individualisme intégral (Plon) – edición póstuma
- 1972: Sortilèges du mystère (Plon) – póstuma
- 1975: Vivre au Tibet: cuisine, traditions et images (ed. Robert Morel, Apt) – póstuma
- 1986 : La Lampe de sagesse (Éditions du Rocher)
- 1998: Pour la vie, et autres textes libertaires inédits, 1895-1907, presentó Joëlle Désiré-Marchand (Éditions Les Nuits Rouges)
- 1999: Grand Tibet et vaste Chine (Plon), 1139 p., ISBN 2-259-19169-X (rassemble plusieurs de ses livres: Au pays des brigands gentilshommes, Voyage d’une Parisienne à Lhassa, Sous des nuées d’orage (incorrectamente titulado Sous une nuée d’orage sur la couverture), A l’ouest barbare de la vaste Chine, Le vieux Tibet face à la Chine nouvelle), et comporte une « Notice biographique : Alexandra David-Néel. Écrivain – Orientaliste – Exploratrice », écrite par Marie-Madeleine Peyronnet et Franck Tréguier) – édition posthume
- 2000: Correspondance avec son mari, édition intégrale 1904-1941 (Plon), póstumo, reprenant les deux volumes publiés précédemment :
- 1975: Journal de voyage : Lettres à son mari, 11 août 1904 – 27 décembre 1917. Vol. 1 (Éd. Marie-Madeleine Peyronnet)
- 1976: Journal de voyage : Lettres à son mari, 14 janvier 1918 – 31 décembre 1940. Vol. 2 (Éd. Marie-Madeleine Peyronnet)
- 2000: Le féminisme rationnel (articles inédits du journal La Fronde), suivi par Les femmes, ces immigrées de l’intérieur, de Catherine Lafon (Éditions Les Nuits Rouges)
- 2003: Féministe et libertaire. Écrits de jeunesse (compilation des deux parutions précédentes, 1998 et 2000) (Éditions Les Nuits Rouges)
- 2020: La India en que viví (La Línea del Horizonte Ediciones)
Enlaces de interés :
http://www.alexandra-david-neel.com/alexandra-david-néel/bibliographie/
https://agorha.inha.fr/detail/762
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