Quiero
Quiero…
Quiero volver a pasear contigo por las calles moscovitas bajo la nieve
juntos de la mano cuando el gélido aire de invierno nos golpee y sentir tu calor
y perdernos entre las multitudes que van de un lado a otro sin rumbo establecido
yendo de casa al trabajo, siguiendo sus vidas monótonas
quiero refugiarme contigo en un bufétchik cuando llueve
y compartir una taza de café caliente que renueve nuestro amor
y juntos de la mano vivir ese momento eterno a tu lado, contigo
siempre juntos, unidos como una sola persona
quiero perderme por los jardines soviéticos helados
pisando la alfombra de hojas que recibe nuestros pasos
por las calles llenas de transeúntes que se pierden en el tiempo y en la prisa
camino de sus casas, viendo transcurrir el devenir de sus vidas
quiero perderme, alejarme del mundo y encontrarme a tu lado
juntos como uno solo, recorrer el globo desde el amanecer hasta el ocaso
sentir de nuevo la tierra que pisamos y la piel erizada por la brisa
en esta utopía generada, en esta arcadia desconocida
Llanto mudo por españa… Leer más
La mañana despuntaba fría
monotonía de nubes cubrían las calles y el sol
gritos de mercado y niños en las avenidas
corriendo y jugando
Todo eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de gente en derredor
buscando ofertas y comidas
mientras el mundo seguía caminando
y entonces los cielos se oscurecieron
y las nubes taparon el sol
y una mañana todo estaba ardiendo
las hogueras salían de la tierra
devorando seres, pólvora y fuego aparecieron
y sembraron la tierra de muerte, llanto y horror
fuego y muerte desde el cielo lloviendo
bendecidos con la cruz y la esvástica, aliados en su guerra
la sangre corría en ríos que regaban los cuerpos muertos
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver la obra de aquellos traidores
venid a ver la obra del fascismo en España
almas deambulan por los páramos desiertos,
antes llenos de vida, de pueblos, ciudades y valles
convertidos en polvo y ceniza, testigos de los horrores
de la poda de la muerte y su guadaña
No te mueras suplicaron al hombre
Pero el cadáver ¡ay!