9 Poemas de Sui Yun
«Poesia es la sintaxis del alma”
Sui Yun
Amor, camino al Universo
el espejismo ensanchando sus alas blancas de libélula
Orquestando el otoño en todo su esplendor
agitando la tierra esas frutas vivientes
rozando la espuma del viento, la primavera que atardece en mi cuello
Abrazo la lumbre, el fulgor de tu mente
sombras de campanas mecen mi memoria en estaciones paranoicas
En un intento de zozobra el mar arrastra mi vientre como una luna
bermeja
fermentando ollares ígneos
camino en estragos como un astro inmenso escarbando sus patas largas
de coleóptero atormentado
camino al paraíso, a la urdiembre del destino
camino inusitado como las cúpulas de mi mano en alto.… Leer más
12 Poemas de María Antonieta Flores
Heredad
delgados hilos atados en mis dedos
flores secas prendidas entre los dientes
firmemente atada con cordones de palabras
para no escaparme de esta tierra
la muerte sacia su hambre mordisqueando mis cabellos
sobre el esternón
corre el hilo
el nombre que el tiempo grabó en el hueso
corre el hilo
en la pelvis
el nombre que el tiempo grabó en el hueso
estéril miro los campos
en la caverna vacía los vientos andan con furia
mis manos pretenden ser los velos que cubran tanto horror
la muerte unta su dedo con saliva y me acaricia
me pasa como a una de las páginas de su libro
de tapas rojas
la muerte me arrebata un íntimo espasmo
mientras se acerca a mis labios
y me pide silencio
pero la conjuro nombrando tu cuerpo
arañas rojas
nombrándote
en mis pies
el ardor de sus ponzoñas
dejándome
arañas rojas
que aman
laten los perros
de toda orfandad y hambre
de acercarse a la mesa
a por las migajas
y por las violencias
echados en la llaga cruda de sus silencios
todo lo miran
pasa frente a ellos el deseo
y corren atrás con ladridos
siempre sin alcanzar nada
corren por correr
anudados en su cuerpo
esperan que pase lo adverso
cuánta hambre cuánta sed cuánto frío
quita la mano y haz silencio
ya la muerte se ha marchado
escucha los huesos descabritarse
cuerpo cribado por tu cuerpo
ayuntado
reverberado por tu ritmo
pero déjalo aquietarse en el mudo espacio
donde nada puede nombrarse
donde el jadeo es un último resquicio
y un agradecimiento
quita la mano del tiempo
respira en mi boca
hazte sorbo en mis papilas

un día mi padre decidió morir
no recuerdo el día exacto
ni las palabras que dijo
pero lo supe en ese momento
había cerrado las puertas
para consumirse
alejado de cualquier visita
que es decir abrazo
que es decir palabra
o amor
escucho sus excusas
en silencio absoluto
extiendo mi mano como un deseo
que nada atrapa
a veces me detengo
por algo sutil que pasa
la muerte es un roce

tendidos de la memoria
coloqué un libro sobre otro
en una calle sin mirarlos
eran todo el tiempo que quedaba
los que amparaban del desprecio
del sonido y de la furia de estos tiempos
pero espacio debía a otras cosas
tendidos cuidadosos de lo perdido
golpes en el rostro para despertar
ante el sonido del ramaje que atraía el canto
pequeñas aves que de flores se alimentan
era así la orden en mis días
declinar invitaciones presuntuosas
seguir ajena a los juegos de la vanidad
que otros edifican en las palabras
o en sus juegos de salón
salones de cartón que el viento perdona
frivolidades de palabras ingeniosas
lejos del reposo que tengo atesorado
entre los huesos y la hilera de mis dientes
que no cesan de crujir en el descanso
pues la vigilia deja su semilla de maldad
inconsistencias de los días y de los aquellos
en el tiempo que de minutos a semanas se dilapida
pero siempre el rastro del olor
de un destino
con sabor
pasos
descalculados propósitos
me senté y escribí estas palabras
para encontrarme más cerca
de aquellos días cuando la respiración sobre mi cuello
era
de estos tiempos cuando aún acompasábamos el aliento

con la luz de los vitrales
no el odio
en esta tierra de exilio
avísole a los hierros que sostienen la balanza
y limpio los platos
coloco los sucesos con mesura
lo que de ellos queda
siempre traen sangre
la violencia que aborrezco
de naturaleza acuosa
sobrevivo
regreso a los lugares donde fui amada
tiempo extraordinario ya segado
(de temples, 2014)

cadencia del milagro
en esos asuntos
no te metas
puedes quemarte las manos
ya de por sí con cicatrices
en demasía arrugadas por la faena
por relieves de venas cruzadas
pero las manos han nacido para eso
para agarrar y soltar
sentir el frío o el calor
recibir el cuchillo imprudente
su cortadura
hacerse de callos
para luego rozar apretar sudar el deseo
hacer de ellas mismas un asunto
con sus huellas
que en el papel dejan marcas tintadas
para aquellos que interpretan sueños
o hacen fantasías con la niebla
o persiguen
y con gestos dibujan animales en la penumbra
se extienden para confiar
no te quemes por nadie te digo
pero quién detiene unas manos
que golpean una espalda convulsa en su tos
o apresuran los movimientos del placer
con impecable sabiduría
aquellas que no fallan sobre la tabla de cortar
o desgranan
y frotan sabores sobre una olla hirviente
hierbas de aromas que han cultivado
sin guantes
desnudas sobre la tierra
o apretadas sobre prendas blancas
que golpean en las piedras
soñando con la luz el amor
porque la historia de miles de años
cuajan en las manos
que hoy sostienen el relevo
porque ya es tiempo de abandonar los afanes
cruzarse en el pecho
y quizás sostener
fingidamente
un rosario o una rosa
sean de papel o pintadas de blanco
que no lleven quemaduras las manos
por tu exceso de confianza
míralas
son tuyas
y vendrán a cerrar ojos
lavar cuerpos rígidos
secar lágrimas
y
siempre siempre
acariciar

diérame con la piedra más blanca en los dientes
yo
triunfadora entre las todas
gallarda y grácil
bien ganada
diérame por inconforme
esta ganancia de tenerte
en los filos me advierto
y saco la carta
mujer y con un libro
sacerdotisa
la más afortunada
lento me golpeo los dientes con la piedra
inédito, 1998

las grandes aflicciones
las palmeras
cuanto más peso llevan
más alto ascienden
tú del orden de los tréboles
te extiendes sobre una tierra roja
al borde del camino
seco y flaco el rastro de un arbusto
la higuera
tu mano extendida bajo su sombra
en la otra tierra
los eucaliptos se mecen bajo el viento rojo
hoy te despiertas con certezas
la luz del amanecer te contradice
diez lirios abrirán hoy
regresas de días de lluvia
las palmas se han secado en tus jardines
ellos te expulsaron
un niño canta
el zumo dulce de la naranja se seca en tus labios
y apenas comienza el día

presentimiento
una mujer todo lo inventa
todo está en lo que escucha y no le dicen
en lo que ve y no mira
donde no está tu voz ni tus palabras
no está tu cuerpo ni tú
una mujer ha visto sentido escuchado
lo que allí no está el rumor
de las alas el incendio del alma
desde la nebulosa se inventa en lo inexistente
bajo tu aliento y tus palabras
abre los ojos
sólo está la quimera
un último desaliento en los rincones del sueño
levanta los velos
habla nadie le cree
se arrodilla
te repite cuidadosa lo que le has dicho
lejos de esta realidad y de la tuya
una mujer te hace aparecer

soy fuerte me susurra
respiraste la malaria
el sonido de la sangre
el lado derecho del corazón recibe sangre
la bombea hacia los pulmones
el mundo tropical no es una fruta de pasión
es la fiebre que te llena de temblores
bajo su sombra el final se apresura
más rápido se regresa a la tierra
las palmas el caribe el azul
el reino de los insectos
los antepasados invencibles en el paisaje
algo no cesa de latir
el corazón trabaja mucho
de los gozos del sueño,(2021, Oscar Todtmann Editores)

los cuchillos
se levantaron
hundiéndose hiriendo
en una piedra de esperanza
que se ha desmoronado
desollaron sin cuidado y con destreza
cortaron para que no olvidara
tasajo me hicieron para el silencio
con mis manos detuve el filo
siempre dulce la palabra perdón
la fragua en mi mirada
el fuego en la piedra
nadie sabe cuánto tuve que aprender
para gritar
cuánto conquisté con sangre

los gozos del sueño
han llegado como espinas encendidas
para el fulgor de las noches
sólo aguardan el día que brota de los acantilados
porque todo es caminar entre la vigilia y el sueño
transcribir las señales
escuchar cada paso que se adentra en la incógnita de las alas
el vuelo suspendido en los límites del alba
allí empieza todo
somos la alborada
el canto que despliega un ave perdida en medio de la luz
así nacen los sueños
como las llamaradas
y sus brasas caen sobre mi cabeza
una y otra vez cada día
a veces cenizas otras veces candelas
con una palabra
para hacernos abrazos
es la dicha cavada en las líneas de mis manos
a veces candelas otras veces cenizas
con el silencio
porque tú y yo estamos en los gozos
para secreta alegría
de los gozos del sueño (2021)

vigilia de la rapiña
ahí se quedarán los libros
para los saqueadores
las prendas que amaste
aquello que no usaste porque
era muy bello
las cajitas los aretes los anillos
para los saqueadores
la silla, la mesa y tus pañoletas
tus fotos y tus secretos
tus datos los archivos tus claves
todo será arrasado
no por el tiempo sino por la violencia
entonces volverás a morir otra vez
en el comienzo
de los gozos del sueño (2021)

María Antonieta Flores.(… Leer más
11 Poemas de Masiel M. Corona
Lengua de caliza piedra
LA HUMANA MEMORIA posee una
lengua de piedra caliza y antigua,
que al trazar con sus ágiles manos,
se despoja del superficial estoicismo
caduco y absurdo.
.
En su hoguera discursiva carmesí,
pregona ella, el poderío de la palabra:
eje central de sus agitadas glándulas
salivales que todo lo abrasan, que todo
lo incendian.… Leer más
11 Poemas de Adam Zagajewski
Autorretrato
Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los tres elementos.… Leer más
3 Poemas de Mary Norbert Körte
La monja cocinera Eddie Mae soñó que sor Mary huía con Allen Ginsberg
Los largos pasillos oscuros están bien fuertes
para haber permanecido después del
terremoto de 1906 cuando la sobrevivencia fue
calculada por el sonido que hacían las cuentas
del rosario de la madre superiora
ella soñó eso
la cocinera soñaba a las demás monjas
soñaba imposibles sueños de visiones plateadas
y sonidos océanicos en la
noche quejumbrosa
Soñar fue su misión a la que ella no podía
renunciar.… Leer más
4 Poemas de Hettie Jones
Praise
for Marie Ponsot
All praise the midweek market,
the first-of-the-season sexy zucchinis
gazing up from their crowded
boxes
All praise the cherries, their tight
red bellies, the sweet, slender stems
and the pit, ah the pit, to be nursed
in the mouth, cajoled to give up
its last sweet hold, praise
them.… Leer más
Hettie Jones visual
Master Class de Hettie Jones sobre poesía (abril de 2012)
Poet Hettie Jones remembers and reads poems dedicated to Allen Ginsberg
El Proyecto Legacy en el County College of Morris (CCM) organizó un foro sobre la influyente Generación Beat, un período de tiempo en la historia literaria estadounidense que vio a los escritores romper con el paquete y desarrollar sus propias voces contraculturales.… Leer más