Poemas de Unica Zürn

“La libertad, una vez la abrazamos, nos atrapa para siempre, ya no nos suelta. La libertad habita en la soledad, en un mundo sin anclas y sin amarras, en el que nadie nos ayuda ni nos sostiene más que nosotros mismos.”

Unica Zürn

I
Todo esto ya existió,
otros hablaron de ello.
Tú te acuestas con tu cuerpo
incendiado y fangoso,
esquivas el calambre
la mancha
los hilos encontrados,
mientras alguien muy cerca te engulle
cuida de ti
te cría
en el vacío,
mientras alguien dice a tu madre
cuál es tu verdadero nombre.
Lo que había ahí también era la vida,
otro de sus cantos remedados,
lo que había ahí en el ciclo del hierro
en la forja:
tu pulpa en manos del verdugo,
apenas un arco
entre lo material
y la hipótesis.
Qué sucedería si el deseo fuera cierto
y fecundo,
qué sucedería si tu boca fuera tragada por la suya,
se cerraría entonces
el colapso impar y roto del miedo
la extrañeza de quien ama solo
a los aparecidos.
II
sombra sombra sombra
placa entre placas
desnivel
de mi hueso en la tierra
chirrido de las aves
santidad del verbo y de la pústula
santidad de las lenguas que se esconden
en mi lengua
yo que he guiado mis pasos
hacia el eje
yo
la escogida
a quien han hablado los cristales y las hojas
yo
la gran ensimismada
la que surca la materia espiral de un pensamiento
la que unge los espejos de rasguños
la que vivió una vida más alta
y murió una muerte más pura

El hombre jazmín (fragmento)

«¡Qué suerte estar antes del principio! Nada puede pasarnos porque no podemos chocar con nosotros mismos. Cuando la abandonan un millón de glóbulos rojos, cuando su cuerpo se cubre de innumerables manchas rojas de alegría, escribe en el manuscrito de una anémica: «Alguien me recorre en un viaje a través de mi ser. Desde esta perspectiva, se cierra el círculo. Él me recorre por dentro y me rodea desde afuera – ésta es mi nueva situación-. Y me gusta.
(…)
Cielo azul de mediodía en primavera, ¿cuántas veces te has oscurecido de pronto, cuando llega el vahído, la súbita desintegración de lo que uno llama su seguridad? Por lo menos una vez y me estremezco al pensarlo. Yo he visto con espantosa nitidez esta repentina negrura. Y es que no todo el que es aniquilado mira al cielo. “


 

Primavera sombría (fragmento)

«Saca del armario un pijama más bonito y se lo pone. Se mira al espejo por última vez. Imagina el golpe que su cuerpo dará en el suelo y las manchas de tierra y de sangre que habrá en el pijama. En el cementerio reinará un silencio de muerte y la gente se mirará con ojos de culpabilidad: ¿No sabéis que aquí hay una niña que se mató por amor? Y en adelante los padres serán menos severos y más cariñosos con sus hijos, para que no les ocurra lo mismo. Y piensa también en el duro y estrecho ataúd, en el que no podrá estirar los brazos y las piernas como hace en su cama blanda. Estará rígida como un soldado. ¿Y si no se mata al caer y la salvan?
(…)
Ya está casi oscuro en la habitación. Sólo llega a la ventana el resplandor de una farola de la calle. Ya le es indiferente morir «en suelo extraño» o en su jardín. Se sube al alféizar, se sujeta con fuerza a la cuerda de la persiana y ve su oscura silueta en el espejo. Le parece encantadora y empieza a sentir compasión de sí misma. «Se acabó», dice en voz baja, y antes de que sus pies se separen del alféizar, ya se siente muerta. Cae de cabeza y se desnuca. Su cuerpecito queda extrañamente doblado sobre la hierba. El primero que la encuentra es el perro. El animal mete la cabeza entre las piernas de la niña y empieza a lamer. En vista de que no se mueve, se tiende a su lado llorando suavemente. «

Unica y Bellmer en su casa de París

“… El juego se hace peligroso, y eso

es lo que a ella le gusta. Le vendan

los ojos. Encienden fuego, tan cerca que

su vestido empieza arder.

Le tiran del pelo. La pellizcan

y la golpean. Ella no deja oír ni una queja.

Sufre en silencio, perdida en ensueños

masoquistas en los que no caben

pensamientos de venganza o

de desquite. Ella tira de sus ligaduras y

siente con gusto cómo se le clavan en la carne.”

de Primavera sombría

Unica Zürn fotografiada por Bellmer

El hombre jazmín (fragmento)

«La mujer se encuentra en una crisis erótica aguda. Tiene las manos atadas, no se le ven los brazos. Echa la cabeza hacia atrás y saca la lengua. Arquea el cuerpo. Trata con gran esfuerzo de acercarse a su imaginaria pareja. Se observa claramente cómo experimenta el orgasmo. Gime, susurra palabras incomprensibles y hace muecas. Luego, se derrumba en el colchón y descansa tiritando. Antes de cinco minutos, la escena se repite. Sin que una pareja, o ella misma, se toque, tiene más de treinta orgasmos en menos de una hora.
De vez en cuando, abre los ojos y despierta de su delirio durante unos minutos. En estos cortos intervalos, durante los que se da cuenta de dónde está, se castiga abofeteándose (la enfermera le ha soltado las manos).
Se abofetea con las dos manos. Luego, las junta y sus labios murmuran oraciones. Se santigua una y otra vez. Es fascinante y triste a la vez observar a esta mujer.
¡Hay tanto frenesí y tanta pasión en esta enferma!
La mujer no es joven ni bonita. No tiene dientes. Es sólo obscena. Está delgada, y suda. No se cansa de entregarse a su imaginaria pareja, pero incluso este espectáculo, cuando se repite varias veces, llega a aburrir.
Por la actitud de su cuerpo (en el momento del orgasmo), esta mujer se parece a uno de esos asombrosos cepalópodos que solía dibujar Bellmer: la mujer toda cabeza y vientre. Los brazos son sustituidos por patas. O sea, que no tiene brazos. A esta enferma no le falta ni la repulsiva lengua de los cafalópodos de Bellmer».

Nora Berta Unica Ruth Zürn( Berlín,Alemania, 6 de julio de 1916-19 de octubre de 1970, París, Francia).Escritora, poeta y pintora surrealista, se significó por su poesía anagramática.

Nace en el seno de una familia acomodada.La casa de la infancia será para Unica Zürn el paraíso perdido. Siempre guardará unos hermosos recuerdos de su niñez, de la casa familiar llena de los objetos que su padre escritor traía de sus viajes por países exóticos, para ella fue un paraíso inexorablemente perdido. En “El hombre jazmín“ escribirá:

A una época de la infancia llena de alegría y esplendor le sigue otra de sufrimientos, debido a la violación cometida por su propio hermano, al divorcio de sus padres cuando tiene catorce años, a la situación económica familiar que se deteriora por lo que debe dejar de estudiar y a los dieciséis años se debe poner a trabajar. Por azar se orienta hacia el cine siendo sucesivamente montadora, archivista y cineasta en Ufa-film. Se casa en 1942 con Erich Laupenmühlen, dignatario del IIIº Reich, un hombre mucho mayor que ella y deja de trabajar, tienen dos hijos, uno de sus partos fue de alguna suerte provocado por el bombardeo de su casa, y Zürn, aterrorizada pare literalmente bajo las bombas. Se separan en 1949, Laupenmühlen se vuelve a casar con su amante y los dos hijos son confiados a él. Zürn, sola, se gana la vida escribiendo cuentos y relatos que le publican periódicos alemanes y suizos, hace amistades dentro del medio artístico berlinés.

Entre los años 1949 y 1955 publica un centenar de textos, son pequeñas historias que escribe en la posguerra de una Alemania destruida, en un Berlín que sufre bloqueo. Son cuentos cortos, en unos rememora el mundo de su infancia, en otros inventa nuevas realidades, o narra historias fantásticas.

En 1953, Unica Zürn conoce al pintor y escultor Hans Bellmer, entre los dos nace una atracción recíproca, ella confesará posteriormente que ese encuentro le marcará “el inicio de una existencia al filo de la navaja y abocada hacia la fatalidad” .

Unica deja Berlín y vivirá con Bellmer en París desde 1955 hasta su muerte. Este también es un período muy productivo para Unica. Bellmer la anima a que dibuje y cree anagramas.

En 1954 da a conocer en una galería de Berlín su primer libro “Hexentexte” compuesto con 10 dibujos automáticos y 10 anagramas a los que ella califica como “escrituras brujas”, los anagramas están formados a partir de las palabras “Je sème le néant blanc”. Más tarde publica “Oracles et spectacles” con poemas, anagramas y aguafuertes.

Entre los años 1953 y 1957 realiza cuatro exposiciones individuales en París donde Bellmer la introduce en el círculo de los surrealistas: Man Ray, Henri Michaux, Gaston Bachelard – casi su vecino de la calle Mouffetard –, Max Ernst, etc… Los únicos, ella dice “los admirados, entraron en mí, pusieron cerca los raros tesoros guardados de la infancia”. Participa con su obra en la Exposición Internacional Surrealista realizada en París en 1959. Llega a tener una profunda amistad con P. de Mandiargues que más tarde le escribirá el prólogo de su libro “El hombre jazmín” y con Henry Michaux, de quien lee sus escritos y le impresiona su poesía del inconsciente. Comienza a experimentar con mescalina, lo que puede que agudice las crisis que arrastra desde hace años.

Michaux la hace internar en Sainte-Anne, donde le lleva pinceles, tinta china y papel de dibujo para animarla a seguir creando. Michaux es quien le anima a escribir “Primavera sombría”, y con quien tendrá una relación afectiva parecida a la de Bellmer.

Los dibujos que hace Unica Zürn son inquietantes y de una gran finura, en ellos aparecen animales fantásticos, grifos y dragones, peces de un extraño universo marino e insectos salidos de su imaginario o de sus visiones delirantes. Entre algunas de estas figuras se asoman rostros humanos. Son dibujos en que ella deja libre su mano, sin saber qué va a dibujar, siente excitación y gran curiosidad para ver lo que está surgiendo, así como se sorprende que de su trabajo vayan saliendo mundos misteriosos, mundos como si estuvieran vistos bajo un microscopio o de cuentos de hadas y dragones, mundos salidos de pesadillas.

En el año 1957 se produce su primera depresión y comienza a exponer con menor asiduidad. Ese mismo año viaja a Berlín donde la tienen que internar durante un período en la clínica Wittenau. Todo comienza un día que Zürn deambula por las calles y ve una peluquería abierta, entra en ella y se hace lavar el cabello para poder descansar; cuando le piden que pague dice que no tiene dinero y la envían a la cárcel. Al otro día la llevan ante el juez al que dice “Me parece que soy esquizofrénica. Creo que deberían llevarme a Wittenau”. En este hospital la hacen acudir al “cuarto de labores” con las mujeres, sitio en donde remiendan los calcetines de los enfermos. Una noche intenta cortarse las venas con los trozos de una botella, no sabe como hacerlo, cree que se desangra pero al día siguiente ve que sigue viva. Cuenta su intento de suicidio a una enfermera y ésta solo le dice “No se muere tan fácilmente”; más tarde el médico que la examina le pregunta “¿Creía realmente poder matarse con un trozo de botella

A partir de 1957, ingresó varias veces en centros psiquiátricos para superar sus brotes de esquizofrenia, especialmente tras ser fotografiada por Bellmer, desnuda y encadenada, para la portada del número 4 de Surréalisme même

Unica Zürn fue atendida con los medios de la época, en unas condiciones que ella describe como miserables, instituciones en que contaban solo con un médico para trescientos pacientes, en donde se comienzan a utilizar “raros medicamentos”, en donde están separados hombres y mujeres, mujeres que solo cosen, zurcen y tejen y “no se quitan de sus sillas”, y en donde cuando alguien se torna violento se le encierra en una camisa de fuerza, que describe como un traje de tela gruesa, de color vivo e imposible de rasgar, con largas mangas con correas a los extremos con los que les “crucifican” atándoles en las cuatro esquinas de la cama “Un traje de arlequín con el que un artista de la pantomima podría representar una escena impresionante, si tuviera ocasión de estudiar su papel en un manicomio

En 1962 comienza a escribir “El hombre jazmín” que subtitula “impresiones de una enferma mental” y termina su redacción en 1966. Este libro se publica en Berlín en 1970, el año de su muerte, y se traduce al francés un año más tarde. En “El hombre jazmín” escrito en tercera persona relata su travesía de la locura, detalla con minucia sus vivencias y experiencias depresivas y los períodos de exaltación, con una notable precisión de escritura para describir sus estados mórbidos.

En 1967 escribe “Primavera sombría”, un texto corto de 60 páginas escrito en unos pocos días.

En este libro vuelve a su niñez, a sus primeros doce años, es un recorrido desde la casa de la infancia a los desórdenes de después de la guerra. Allí vuelve a escribir en tercera persona, narra sus obsesiones, escribe sobre la madre que odia de la que le asusta su cuerpo que ha perdido la belleza, del padre que
la fascina al que idealiza y ama, del hermano que es un extraño para ella, al que luego le gustaría matar, de sus primeros amores, de su despertar al deseo, de sus fantasías eróticas y de sus rituales onanistas. Es su propia historia de iniciación a la sexualidad y puede ser también a su enfermedad mental, enfermedad de la que hay antecedentes en su familia, su padre era persona de humor inestable, y su tío Falada, del que Unica Zürn escribe en “El hombre jazmín”, de joven repartió su dinero entre los transeúntes que cruzaban un puente y pasó sus últimos años de vida en una clínica para enfermos nerviosos.

Unica Zürn siguió padeciendo crisis que fueron aumentando durante los años siguientes, hasta que, en 1970, a la salida de una de sus innumerables hospitalizaciones, llegó a casa en París y delante de Bellmer (el Bellmer que desquicia, el Bellmer que te aplasta –había escrito años antes en una nota, cuando el artista no andaba todavía en silla de ruedas–), se subió a la ventana y, después de observarlo un minuto en silencio, terminó arrojándose al vacío.

 En el informe del psiquiatra de uno de los hospitales franceses con bastante desprecio hacia la vida tan dura que llevan sufriendo los dos artistas puede leerse: “(…) va a París, vive con el Sr. Bellmer que es un pintor miserable y que la ha sodomizado durante trece años: ella lo ha tolerado porque le da de comer y le compra ropa. El mismo está divorciado con dos hijos. Es un hombre repugnante. Él le ha llevado, a pesar de todo, a la pintura y el dibujo, y ella ha podido vender algunos cuadros y dibujos. (…) Muchas tentativas de suicidio, a los 12 años: de comienzo, ella quiso tirarse por la ventana. Pero no lo hizo pues tenía un lindo pijama nuevo. Después a los 45 años, en el asilo de Berlín, intentó cortarse las venas con una botella de Coca-Cola. Después a la salida de este hospital, intentó ahorcarse en casa de unos amigos. En la calle Mouffetard, quiso tirarse por la ventana, pero no era bastante alta. Actualmente todo le es igual y si tuviera una pistola se mataría.

Se ha escrito mucho sobre esta relación de dominio de Bellmer hacia Unica Zürn, en donde ella se deja someter voluntariamente de forma masoquista y ejerce sobre ella una creatividad sádica. Zürn y Bellmer se convirtieron en ese tipo de pareja de  amor enfermizo que idealizaban los surrealistas.

El día del entierro de Unica, Bellmer escribió en una corona de flores: “Amor mío, te seguiré por la eternidad”. A la muerte de Bellmer, su cuerpo fue enterrado junto al de Unica en una tumba con la misma inscripción.

La fama de Unica se debe sobre todo a sus dos novelas póstumas El hombre jazmín (Der Mann in Jasmin) y Primavera sombría (Dunkler Frühling), en las que relata sus frecuentes estancias en el hospital psiquiátrico. También escribió varios relatos breves, recopilados en El trapecio del destino y otros cuentos.

La obra literaria de Unica Zürn durante muchos años solo había sido editada en Francia hasta que la editorial Seix Bárralos en el año 86 y Siruela en el 2004 comenzaron a rescatarla para España en sucesivas ediciones. 

Obra publicada :

  • Hexentexte, Berlín 1954
  • Dunkler Frühling, Hamburgo 1969
  • Der Mann im Jasmin, Frankfurt/M. [u.a.] 1977
  • Im Staub dieses Lebens, Berlín 1980
  • Das Weiße mit dem roten Punkt, Berlín 1981
  • Das Haus der Krankheiten, Berlín 1986
  • Gesamtausgabe, Berlín
    • Bd. 1. Anagramme, 1988
    • Bd. 2. Prosa 1, 1989
    • Bd. 3. Prosa 2, 1991
    • Bd. 4,1. Prosa 3, 1991
    • Bd. 4,2. Prosa 4, 1998
    • Bd. 4,3. Anmerkungen, Briefe, Dokumente, 1999
    • Bd. 5. Aufzeichnungen, 1989
    • Bd. 6. Briefe, Dokumente, Hörfunk, 2001
  • Les jeux à deux, Berlín 1989
  • Orakel und Spektakel, Berlín 1990
  • Lettres au docteur Ferdière, París 1994 (zusammen mit Hans Bellmer)
  • Primavera sombría; El hombre jazmín. Traducción de Ana María de la Fuente. Barcelona, Seix Barral, 1986
  • El trapecio del destino y otros cuentos. Traducción de Ana María de la Fuente. Madrid, Siruela, 2004

Enlaces de interés:

https://www.nodo50.org/xarxafeministapv/?+Surrealismo-y-locura-Leonora+

https://www.google.com/search?q=unica+z%C3%BCrn&client=safari&rls=en&ei=6IY1Ypr3JYGdlwTxm5DwAg&start=10&sa=N&ved=2ahUKEwiai6yO1NH2AhWBzoUKHfENBC4Q8NMDegQIAhBU&biw=1280&bih=652&dpr=2

https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwjGvaTJ2dH2AhUjxYUKHfhmASY4ChAWegQIFBAB&url=https%3A%2F%2Frevistas.ucm.es%2Findex.php%2FARTE%2Farticle%2Fdownload%2FARTE0707110203A%2F8974%2F&usg=AOvVaw3Xu15Y1Tg2A1cTkY-1Kjkz

https://elagrimensorliterario.blogspot.com/2019/01/unica-zurn-la-aleatoria-disfuncion.html


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