8 Poemas de Alice Oswald

Secretaria de ensueño

Lo último de cada noche, salir a la luna. 
Ponte el abrigo viejo, cierra la puerta del jardín. 
Enrolla mangas viejas. Brazos oscilantes. Pobre alma. 
Piensa en la puesta de la luna. Salida de la luna. Todo funcionando 
según lo programado. 
Mundo en blanco y negro. Camina por el carril. 
Lo último de cada noche. Busca la luna. 
No hay señales más que lluvia. Casi de vuelta a casa. 
Una última más rápida. Mira hacia la luna. 
  
Ojos despojados de las tinieblas. No puedo evitar notar 
el pequeño resplandor de la lámpara de escritorio. 
Como desde la ventana de arriba.
Hombro de mujer. Ahí está ella.
Muy vieja pobre alma, tal vez ya se haya ido.
Lo último de cada noche, enciende y apaga.
Enciende y apaga. Pequeño halo de antorcha de mano.
Ahí está ella. Lo último de cada noche.
Dejando ver solo la luz de una manga blanca.
 
A veces la luna es más una ventana de arriba,
cortinas no del todo corridas pero iluminadas por dentro y habitadas.
Y a veces la luna es menor y
a veces se mueve detrás y a veces se ha ido.
A veces es la luna. A veces es la lluvia.

Zorra

Escuché una tos

como de un ladrón

fuera de mi sueño

entrecortado el aliento

.

una zorra enfundada

en su tapado de zorro

cruzando el pasto con sus guantes negros

dirigió un ladrido hacia mi casa

.

tan abrupta y tan rara

la manera en que iba

pidiendo hambrienta

con el acento grueso del corazón

.

llegó infringiendo

en un insomnio tan serio

mujer con voz de hombre

pero sin nombre

.

como diciendo: es medianoche

y mi vida

sostiene a mis hijos

como una hoja de oro

Cuerpo

Esto es lo que sucedió
los muertos se instalaban bajo sus tejados de barro
y algo se arrastraba sobre ellos

era un tejón escurriéndose por el hueco de la madera

los muertos, perplejos,
atravesaban sus días y sus noches en la misma oscuridad
bajando sus pies con cuidado y suspendidos en el aire
mientras ese tejón

aun necesitando alzar la simple y pesada caja de su propio cuerpo
se arrastraba lleno de vida

trabajando duramente
con la pala viviente que era su cuerpo
se precipitó desde las alturas sobre la calle
sin mirar arriba siquiera un instante

se perdió así la imagen de su propio cadáver cayendo hacia él como una maleta
con la sonrisa abierta como una cremallera
(como yo misma comprobé esta mañana)

y salió corriendo con su vocación de enredadera
salió corriendo sobre el seto y de nuevo hacia la tierra
temblando
como si en una jarra rota, girando el tiempo hacia atrás
el agua pudiese conservar su forma

Traducción de Adrián Viéitez 

Breve historia de la caída

Es la historia de la lluvia que cae
para tornarse una hoja y caer otra vez

es el secreto de una lluvia de verano
para robar la luz y esconderla en una flor

y cada flor un pequeño arroyo
que desde el suelo fluye verde, momentáneo

uno de los deseos del agua, este relato
cuelga de una semilla redonda más pequeña que mi uña

si solo yo, una transeúnte, pudiera pasar
tan clara como el agua lo hace a través de la hierba

para encontrar la luz solar escondida en el extremo
que se torna siembra alimentada por una especie de riego

entonces podría saber cómo el agua equilibra
la carga de la esperanza contra la luz de la paciencia

agua que es tan cruda y fuerte como la tierra
y acecha en tanques de hierro fundido, se fuga

atraída por la gravedad hacia mi lengua
enfría y llena la tubería de esta canción

que es la historia de la lluvia que cae
que asciende a la luz y vuelve a caer.

Marginalia al límite del atardecer

Ahora el sonido de los árboles es universal

y yo sigo aquí/aquí no
en la mismísima solapa del atardecer

pero debería estar allí arriba. Bañando a los niños.

porque es tarde, la bicicleta duerme oxidada
los campos cuelgan al sol de cuerdas flojas

y cuando el viento sopla exhibe
el anverso de la tarde
(cuando el sol se hunde coge
un instante más fugaz que una araña)

He visto el abdomen luminoso de una polilla

He visto un mirlo
hacerle muecas jeroglíficas al resplandor de moda

¿quién olvidó la luz de las nubes?

pausa

el humano al volante deja marcas de velocidad en la autopista
justo aquí, a mi alcance, el tiempo es tan grueso como una piedra
y tan delgado como hebra suspendida

es de noche y alguien
empuja su cortadora de pasto

hacia la luna.

Varios presagios

Varias estrellas. Varios reyes.
Varios atardeceres, signos, percepciones superfluas.
Mucha atención minuciosa, muchos observadores expertos,
mucho frío, mucha oscuridad dominante.

Varias penumbras en pleno invierno.
Varias estrellas solitarias y terribles.
Muchas noches frías, muchas flores del cielo inéditas.
Mucha gente siguiendo caminos (algunos reyes), todos aferrados a las estrellas.

Más de una Estrella del Norte, más de una Estrella del Sur.
Varios billones de galaxias elípticas, nebulosas burbujas, sistemas binarios,
varios anillos de polvo, varias rutas para atravesar diversos grados de oscuridad,
muchos túneles dentro del espacio profundo, mentes yendo de un lado a otro.

Muchas visiones, muchos cielos retocados digitalmente,
toda clase de destellos visibles en el telescopio:
llamas fulgurantes, gases de carbón, frangiblancas llamas de negrura,
llamas de girasol y/o agua, copos de nieve, estrellas de escarcha…

Varios astrónomos atónitos dilatando sus ojos,
varios astronautas rumbo a tierras donde no existe la risa,
varios mapas lunares de cinco mil años,
varios ciegos palpando el cielo en braile.

Varios dioses haciendo estatuas en bronce,
broches, coronas, triángulos, copas y cadenas,
y una variedad de estrellas de piedra seca unidas sin cemento
Muchos miembros del Comité de Sabios comentando el clima irregular.

Muchas pulsiones de exilio, muchos seguidores de voz baja,
relojes de ingenio de varios ejes, brillantes,
adivinos, cazadores de la Tierra Alta del Zodíaco
marineros arrojando redes, atados a una estrella…

Varias personas regresando a casa (algunos reyes). Varios faros.
Dos o tres niños de pie o sentados sobre el muro bajo.
Varios vientos, el viento del mar, los sonoros vientos del atardecer
soplando las estrellas hacia ellos, trayendo nieve.

Moscas

Hoy es el día. Las moscas caen despiertas en medio de la frase

aturdidas sobre la ventana temblorosas de lenguaje

pero no son palabras son trémulas fracciones de asombro lo que

de pronto irrumpe como un tiro en quien pregunta

.

este es uno de esos días repletos de palabras

caen de sus cuarteles de invierno sobre la cortina

y zumban mientras caen
se creen viejas colillas de cigarrillo

sopladas desde la superficie de un mundo carbonizado

a punto de resucitar

.

acaso sus alas meras escamas de piel muerta

las han arrastrado a esta pregunta que incorpórea ennegrece

.

¿qué suciedad podremos visitar hoy?

¿a cuál podremos volver?

.

alzan sus caras hacia el pasado y deambulan un poco

poniendo a prueba esa máquina de pensar en desuso

replicando con sus palabras trilladas

.

es tan horrible la trampa del zumbido allí donde volemos

no es posible pensar claro hasta el próximo invierno

qué es lo que debemos

cuál de las suciedades

Madre

Estoy esperando a una lechuza común.
Manteniendo intacta mi paciencia
para una criatura blanca mucho más tranquila
hecha de puntales de cometa y cuchillos.
 
Esperando un poder
apareciendo solo cuando esta la niebla en flor
y las arañas cierran todas las rutas hacia los campos.
 
Con los dedos del anochecer que se flexionan lentamente
viniendo más lentamente, dolorosamente vivo.
 
¡Fuera de alcance! Fuera de alcance!
Ella trabajará su turno
como un mecánico que desengancha un auto de manera experta sin que lo parezca.
  
Tirando de los cordones de sus alas
como dos velas rígidas ..)
 
Estoy esperando a una vieja reina deshilachada
para caminar hacia esa ventana:
 
La que brilla como la luna
pero caga en las paredes,
ella cuya casa no tiene libros
o baño.
 
La que mira a su hijo muerto
y nunca arregla
su ropa de cuna carcomida por ratas…
 
Esperando a la madre trabajadora
que posee esos huesos plumosos.
 
Algún tipo de aversión a la luz
para enseñarme su mansedumbre.

Alice Oswald (Reading, Berkshire, Inglaterra, 31 de agosto de 1966). Poeta. Está considerada como una de las poetas mas poderosas y singulares de su generación.

Hija de Charles William Lyle Keen y Lady Priscilla Mary Rose Curzon, hija de Edward Curzon, sexto conde Eare Howe.

Oswald leyó Clásicos en New College, Oxford. Luego se formó como jardinera y trabajó en sitios como Chelsea Physic Garden de Londres, Wisley y Clovelly Court Gardens. Actualmente vive en Dartington Estate en Devon con su esposo, el dramaturgo Peter Oswald y sus tres hijos. Alice Oswald es la hermana del actor Will Keen y la escritora Laura Beatty.

En su obra brillan los poemarios Dart(2002, Premio T. S. Eliot), Weeds and Wild Flowers (2009, Premio Ted Hughes),Memorial (2011) que fue seleccionado para el premio T.S. Eliot, el premio de poesía más importante de Inglaterra -dotado con 15.000 libras- se había financiado con dinero público, pero los recortes presupuestarios obligaron a los organizadores a buscar patrocinadores privados, y entonces apareció la firma Aurum Funds, que se ofreció a financiar el premio, y los organizadores aceptaron. Los fondos que gestiona Aurum Funds persiguen rendimientos muy altos, por lo que suelen estar asociados a las empresas que despiden a un gran número de trabajadores para aumentar los beneficios o con las políticas de ajuste que asfixian a los países endeudados como España. Cuando Alice Oswald se enteró de que el premio al que aspiraba iba a ser financiado por esos inversores, solicitó que su libro fuera retirado de la candidatura y escribió un artículo explicando que se había retirado porque no le gustaría, llegado el caso, cobrar un dinero que venía de unos fondos de inversión que forzaban el despido de trabajadores e imponían drásticas políticas de recortes. En 2017, ganó el Premio Griffin de Poesía por su séptima colección de poemas, Falling Awake 

Enlaces de interés :

https://www.clarin.com/rn/literatura/madre-todas-batallas_0_Hk8WeTr2Pme.html


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