La extranjera
Contra su bautismo natal
el nombre secreto con que la llamo: Babel.
Contra el vientre que la disparó confusamente
la cuenca de mi mano que la encierra.
Contra el desamparo de sus ojos primarios
la doble visión de mi mirada donde se refleja.
Contra su altiva desnudez
los homenajes sacros
la ofrenda del pan
del vino y el beso.
Contra la obstinación de su silencio
un discurso largo y lento
salmodia salina
cueva hospitalaria
signos en la página,
identidad.
Erótica
Tu placer es lento y duro
viene de lejos
retumba en las entrañas
como las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía
Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces
Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo
como una piedra.
Tu placer, animal escaso.
Última entrevista
La última entrevista fue triste.
Yo esperaba una decisión imposible:
que me siguieras a una ciudad extraña
donde sólo se había perdido un submarino alemán
y tú esperabas que no te lo propusiera.
Con el vértigo de los suicidas
te dije: « Ven conmigo» sabiéndolo imposible
y tú -sabiéndolo imposible- respondiste:
«Nada se me perdió allí» y diste la conversación
por concluida. Me puse de pie
como quien cierra un libro
aunque sabía -lo supe siempre-
que ahora empezaba otro capítulo.
Iba a soñar contigo -en una ciudad extraña-,
donde sólo un viejo submarino alemán
se perdió.
Iba a escribirte cartas que no te enviaría
y tú, ibas a esperar mi regreso
-Penélope infiel- con ambigüedad,
sabiendo que mis cortos regresos
no serían definitivos. No soy Ulises. No conocí
Itaca. Todo lo que he perdido
«Inmovilidad de los barcos» 1997
Cabina telefónica 1975
El exilio es tener un franco en el bolsillo
y que el teléfono se trague la moneda
y no la suelte
-ni moneda, ni llamada-
en el exacto momento en que nos damos cuenta
de que la cabina no funciona.
“Estado de Exilio”(2003)
De aquí a la eternidad
Descubrir a Dios entre las sábanas
-no en el templo fariseo
ni en la altiva mezquita-
sábanas blancas
sudario del amor que te cubría
manto sagrado
iniciar la bienaventurada ascensión
de tu piel a la eternidad
de tu vientre al círculo celestial
sentir a Dios en tus húmedas cavidades
en el grito vertiginoso
de la jauría de tus vísceras
saber
que Dios está escondido entre las sábanas
sudoroso
consagrando tu sangre menstrual
elevando el cáliz de tu vientre
descubrir de pronto que Dios
era una diosa,
última ascesis,
de aquí a la eternidad.
La pasión
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
«Babel bárbara” (1991)
El cementerio de los sueños
Sólo en nuestros sueños
una vez hubo una vida mejor.
Algunos sueños los cortaron a cuchillo (manos y miembros desgonzados
en tortura) o los arrojaron desde los aviones desnudos y sedados
(qué delicadeza: un somnífero antes de lanzarlos).
Otros sueños murieron por falta de publicidad
de financiación, como se dice ahora.
Y los pocos sueños que consiguieron sobrevivir nos encargamos de
matarlos diariamente
con pequeñas envidias y miserias: los sueños parecen tan tristes tan
ridículos
como los inválidos de Vietnam.
Las palabras son espectros
Las palabras son espectros
piedras abracadabras
que saltan los sellos
de la memoria antigua
.
Y los poetas celebran la fiesta
del lenguaje
bajo el peso de la invocación
.
Los poetas inflaman las hogueras
que iluminan los rostros eternos
de los viejos ídolos
.
Cuando los sellos saltan
el hombre descubre
la huella de sus antepasados
.
El futuro es la sombra del pasado
en los rojos rescoldos de un fuego
venido de lejos,
no se sabe de dónde.
Montevideo
Nací en una ciudad triste
de barcos y emigrantes
una ciudad fuera del espacio
suspendida de un malentendido:
un río grande como mar
una llanura desierta como pampa
una pampa gris como cielo.
Nací en una ciudad triste
fuera del mapa
lejana de su continente natural
desplazada del tiempo
como una vieja fotografía
virada al sepia.
Nací en una ciudad triste
de patios con helechos
claraboyas verdes
y el envolvente olor de las glicinas
flores borrachas
flores lilas
Una ciudad
de tangos tristes
viejas prostitutas de dos por cuatro
marineros extraviados
y bares que se llaman City Park.
Y sin embargo
la quise
con un amor desesperado
la ciudad de los imposibles
de los barcos encallados
de las prostitutas que no cobran
de los mendigos que recitan a Baudelaire.
La ciudad que aparece en mis sueños
accesible y lejana al mismo tiempo
la ciudad de los poetas franceses
y los tenderos polacos
los ebanistas gallegos
y los carniceros italianos
Nací en una ciudad triste
suspendida del tiempo
como un sueño inacabado
que se repite siempre.
El arte de la pérdida (Elizabeth Bishop)
El exilio y sus innumerables pérdidas
me hicieron muy liviana con los objetos
poco posesiva
Ya no me interesa conservar una biblioteca numerosa
(vanidad de vanidades)
ni colecciono piedras
botellas cuadros
encendedores
plumas fuentes ?así se llamaban en mi infancia
las codiciadas e inasequibles estilográficas
Parker y Mont Blanc?
ni necesito un amplio salón para escribir
al abrigo de los ruidos de la calle
y de los ruidos interiores
El exilio y sus innumerables pérdidas
me hicieron dadivosa
Regalo lo que no tengo ?dinero, poemas, orgasmos?
Quedé flotando ?barco perdido en altamar?
con las raíces al aire
como un clavel sin tronco donde enlazarse
El exilio y sus innumerables pérdidas
me hicieron dadivosa
Regalo lo que no tengo ?dinero, poemas, orgasmos?
me dejó las raíces al aire
como los nervios de un condenado
Despojada
desposeída
dueña de mi tiempo
Y con él tampoco soy avara:
sería ridículo pretender administrar
un bien desconocido.
Reflejos
Escribo poemas
converso
cuento cuentos
veo películas.
Ah, el poema de León Felipe
«en Auschwitz en la soledad de un niño muerto de frío
rumbo al matadero igual que un pollo pelado
se callan todos los violines!».
Escribo poemas
converso
veo películas
qué bella y melancólica Mónica Vitti
paseándose en la inmensa soledad
de una enorme nave industrial
llena de máquinas donde no se escucha más que el ruido de motores
(El desierto rojo, Antonioni)
qué estremecedora belleza
la de ese hombre solitario
de espaldas, frente a la inmensidad
del cielo y del mar
(Caspar David Friedrich)
pero ayer un hombre acechó a una niña de trece años
en el rellano de la escalera
donde él también vivía
La acechó la atrapó la violó y la mató
mientras su padre la esperaba
solo a veinte metros de su casa
y su madre
-la del asesino-
moría de cáncer en un hospital.
Él también tiene una hija
una hija de la misma edad (trece años).
Y aquí que se calle papá Freud
que se calle el abuelo Jung
y mamá Kristeva.
Aquí que se calle Borges
y Cristina Peri Rossi
que prefieren el reflejo de la vida
a la vida misma
porque en el arte se sufre con belleza
y no sé qué belleza pudo percibir la niña
de trece años empalada crucificada por un matón.
En la vida, en cambio, se sufre con mugre,
quebrantahuesos, trapos sucios, gritos, muros
que caen
sangre por los pasillos cuerpos desgonzados
y miembros rotos.
Eh, ten cuidado.
No pises un útero descuajado por el suelo
ni una cabeza cortada.
Pisa este poema o todos los de este mundo
y se sufrirá menos
muchísimo menos
nadie sufrirá.
Y si el origen de tanto dolor está
en el cromosoma Y que hace hombres a los hombres
diferentes a las mujeres,
por favor
fabriquen robots sin cromosoma
Y entonces
quizás
podremos amar algo más
que el reflejo de la vida
Once de septiembre
El once de septiembre del dos mil uno
mientras las Torres Gemelas caían,
yo estaba haciendo el amor.
El once de septiembre del año dos mil uno
a las tres de la tarde, hora de España,
un avión se estrellaba en Nueva York,
y yo gozaba haciendo el amor.
Los agoreros hablaban del fin de una civilización
pero yo hacía el amor.
Los apocalípticos pronosticaban la guerra santa,
pero yo fornicaba hasta morir
–si hay que morir, que sea de exaltación–.
El once de septiembre del año dos mil uno
un segundo avión se precipitó sobre Nueva York
en el momento justo en que yo caía sobre ti
como un cuerpo lanzado desde el espacio
me precipitaba sobre tus nalgas
nadaba entre tus zumos
aterrizaba en tus entrañas
y vísceras cualesquiera.
Y mientras otro avión volaba sobre Washington
con propósitos siniestros
yo hacía el amor en tierra
–cuatro de la tarde, hora de España–
devoraba tus pechos tu pubis tus flancos
hurí que la vida me ha concedido
sin necesidad de matar a nadie.
Nos amábamos tierna apasionadamente
en el Edén de la cama
–territorio sin banderas, sin fronteras,
sin límites, geografía de sueños,
isla robada a la cotidianidad, a los mapas
al patriarcado y a los derechos hereditarios–
sin escuchar la radio
ni el televisor
sin oír a los vecinos
escuchando sólo nuestros ayes
pero habíamos olvidado apagar el móvil
ese apéndice ortopédico.
Cuando sonó, alguien me dijo: Nueva York se cae
ha comenzado la guerra santa
y yo, babeante de tus zumos interiores
no le hice el menor caso,
desconecté el móvil
miles de muertos, alcancé a oír,
pero yo estaba bien viva,
muy viva fornicando.
“¿Qué ha sido?”, preguntaste,
los senos colgando como ubres hinchadas.
“Creo que Nueva York se hunde”, murmuré,
comiéndome tu lóbulo derecho.
“Es una pena”, contestaste
mientras me chupabas succionabas
mis labios inferiores.
Y no encendimos el televisor
ni la radio el resto del día,
de modo que no tendremos nada que contar
a nuestros descendientes
cuando nos pregunten
qué estábamos haciendo
el once de septiembre del año dos mil uno,
cuando las Torres Gemelas se derrumbaron sobre Nueva York.
Elogio de la lengua
Me vendió un cartón de bingo
y me preguntó de dónde era.
”De Uruguay”, le dije.
”Habla el español más dulce del mundo”,
me contestó mientras se iba
blandiendo los cartones
como abalorios de la suerte.
A mí, esa noche,
ya no me importó perder o ganar.
Me di cuenta de que estaba enganchada a una lengua
como a una madre,
y que el salón de bingo
era el útero materno.
“Estado de Exilio”(2003)
Cristina Peri Rossi (Montevideo, Uruguay, 12 de noviembre de 1941). Escritora, poeta, Profesora de literatura, traductora, periodista. Una de las voces mas importantes de la literatura actual. Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes en el año 2022.
Hija de inmigrantes italianos. Estudió literatura comparada. Participó en las revueltas de los años sesenta en Uruguay. Su nombre y su obra fueron prohibidos en su país y tuvo que exiliarse a España en 1972. Debido a sus actividades políticas, dos años más tarde tuvo que emigrar de nuevo, esta vez a París, con la ayuda de su amigo Julio Cortázar, ciudad en la que permanece un par de años. La relación con Cortázar databa de los primeros años de su carrera de escritora, y había sido mayormente una relación a distancia. Fue en los últimos años de la vida del escritor argentino cuando se reencontraron y vivieron una intensa relación, parte de la cual está plasmada en el libro autobiográfico Julio Cortázar y Cris, que Peri Rossi publicó en 2014. El autor de Rayuela también le había dedicado una obra a Peri Rossi: “Quince poemas de amor a Cris”.
Evohé (1971), su primer poemario, causó revuelo por su erotismo lésbico en un tiempo en el que no era tan común escribir con libertad sobre el amor erótico lésbico y fué censurado y prohibido en su país de origen.
Regresó a Barcelona en 1974. Ha sido articulista y colaboradora de publicaciones españolas (El País, Diario 16, La Vanguardia, El Periódico de Barcelona y El Mundo). Nacionalizada española en 1975, mantiene la nacionalidad uruguaya.
Ha escrito novelas, relatos, poesía, ensayos y artículos periodísticos, y ha sido traducida a más de veinte lenguas. Entre sus obras se destaca La nave de los locos (1984), «considerada la novela hispanoamericana más importante después del boom latinoamericano.
De las novelas y relatos publicados por Peri Rossi destacan Indicios pánicos(1970), La tarde del dinosaurio (1976), libro de relatos prologado por Julio Cortázar; Ulrra lactucra y cotras(1976), obra que obtuvo el Premio Pérez Galdós, pero que acabó por no publicarse; La rebelión de los niños (1980); y las recopilaciones de ensayos y relatos tituladas El museo de los esfuerzos inútiles y El ángel caído, ambas de 1983; le siguen las novelas: La nave de los locos, de 1984, Una pasión prohibida (1986), Fantasías eróticas (1991), La última noche de Dostoiesvki y La ciudad de Luzbel, ambas de 1992; Cosmoagonías(1994); Desastres íntimos, Solitario de amor y El amor es una droga dura, las tres de 1999.
Obra poética:
Evohé: peomas eróticos (1971), Descripción de un naufragio (1974), Diáspora (1976), Lingüística general(1979), Europa después de la lluvia (1987), Babel bárbara (1990), Otra vez Eros (1994), Aquella noche (1996), Inmovilidad de los barcos (1997), Poemas de amor y desamor (1998), Las musas inquietantes (1999), Estado del Exilio (2003), Estrategias del deseo (2004), Poesía reunida (2005), Mi casa es la escritura (2006), Habitación del hotel (2007), Playstation (2009) con la que ganó el Premio Loewe, La noche y su artificio (2014), Las replicantes (2016)
Ha obtenido, entre otros, el Premio Vargas Llosa de relatos, el Loewe de poesía, el Ciudad de Torrevieja, el Don Quijote de la Asociación de Escritores de España, el Rafael Alberti 2003, y el Ciudad de Barcelona y en 2019 el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas la eligió en 2008 como la escritora que más había contribuido a la lucha por la paz y la justicia en castellano.
Enlaces de interés :
http://www.cristinaperirossi.es/web/
https://rialta.org/cristina-peri-rossi/
https://www.lavanguardia.com/cultura/20211110/7853191/cristina-peri-rossi.html
https://issuu.com/cristinaperirossisiempre/docs/_soy_ciudadana_del_mundo_entrevista_con_la_escri
Nota: Esta entrada ha sido actualizada El 23 de abril de 2022 para dejar constancia de que Cristina Peri Rossi ha obtenido el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes en el año 2022, el galardón literario más importante en lengua castellana.
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