soy la muchacha mala de la historia
soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.
soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.
soy
la muchacha mala de la historia
entro lentamente por tus venas
hasta inundar
todos los rincones de tu cuerpo
rescato tu nombre milenario
en cada arteria
te pierdo y me encuentro
en la profundidad de tu mirada
sin compañía alguna
invado tus pulmones
y vivo
y me recreo
con el aire que respiras
avanzo por debajo de tu piel
y organizo con exactitud
el metabolismo de tus penas
y tu cuerpo se convierte
en la zona sagrada de mi vida.
sin embargo,
hoy es mañana
y mañana será nunca.
Como tu lo estableciste
sola,
descubro que mi vida transcurrió perfectamente
como tú lo estableciste.
ahora
cuando la sensación de algo inacabado,
inacabado y ajeno
invade de escrúpulos mis buenas intenciones,
sólo ahora
cuando me siento en la mitad de todos mis caminos
atada a frases hechas
a cosas que se hacen por haberlas aprendido
como se aprende una lección de historia,
puedo pensar
que de nada sirvieron los consejos
ni las interminables conversaciones con tu madre,
y esas largas horas de mi vida
perdidas
en aprendizajes extraños
sobre pesas y medidas,
colores
y
sabores
y
en el vano intento de ir tras el sol
tras el vuelo de los pájaros,
de repente quiero acabar
con mi baño de todas las mañanas,
con el café pasado,
con mi agenda cuidadosamente estructurada
de citas y visitas
a las que asisto puntualmente;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.
cuando pienses en mi recuerda
a la jovencita inocente y tal vez ingenua
que se entrego a ti una tarde de verano.
guarda en tu memoria
mis interminables preguntas sobre tu sexo
el rubor de mis mejillas
y las huellas de mis labios en tu cuello.
conserva celosamente las dimensiones de mi talle
mi pubis ardiente e insaciable
mis lentos orgasmos
y guarda
guarda sobre todo
mis silencios.
Timida y avergonzada
tímida y avergonzada
dejé que quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome:
“nunca confíes en los hombres”.
Comprendiste mi dolor
y con infinita ternura
cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.
Terriblemente tuya
terriblemente tuya
acudo noche a noche a la inquietud de tu cama,
bric-a-brac, bric-a-brac, bric-a-brac,
los grillos nos espían
un torrente de mariposas
cubre la desnudez de nuestros cuerpos
y celosamente conservan las ondulaciones de tu talle.
Yo guardo en mi memoria.
tus labios explorando mi cuerpo.
de dia
mi cuarto es primavera
de flores y rosas
y
cuando llega la noche
es aquel viejo reloj
cansado y sin horas
que espera
y simplemente espera
al tiempo
que viene en mi contra.
es solo el tiempo
que viene en mi contra
y no me deja morir
porque
ya no
ya no le temo a la muerte
pues
sentada junto a ella
hoy
ya no tengo
la culpa
de sentirme sola
María Emilia Cornejo Calderón.(Lima, Perú, 15 de agosto de 1949 – 4 de septiembre de 1972). Poeta .
Nació en una familia católica de clase media. Su madre fué Aida Calderón Gastón y su padre Amador Cornejo Valdivia.
Estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y participó del taller de poesía que allí dirigían Hildebrando Pérez Grande y Marco Martos. Se fue de la casa familiar y se fue a vivir a un barrio pobre, Caja de Aguas, al norte de Lima, junto a otros amigos militantes y artistas y participó de la Juventud de Estudiantes Católicos, un grupo que giraba alrededor de la figura del padre Gustavo Gutiérrez y su Teología de la Liberación, muchos dirigentes de la izquierda peruana salieron de ese grupo. Posteriormente se casa con Oswaldo Márquey se muda a San Juan de Lurigancho con su esposo . La pareja no funcionó y Maria Emilia enfrentó una ruptura amorosa y un aborto a los tres meses de embarazo lo que es muy probable que la sumiese en un estado de tristeza y depresión.
Una sobredosis de pastillas acabó con su vida, tenia 23 años y cuatro poemas publicados.
Isaac Rupay, perteneciente al movimiento Hora Zero, decidió publicar, un año después de su muerte, tres poemas inéditos de la autora en la edición N° 1 de la revista Eros. Soy la muchacha mala de la historia, Tímida y Avergonzada, y Como tú lo estableciste”, estos poemas vieron la luz en una Lima conservadora y patriarcal que quedo escandalizada ante el contenido de goce sexual e inocente erotismo de sus poemas. Hay una versión sobre la autoría de esos poemas y es que que en 1973 Rosas Ribeyro y Elqui Burgos hicieron el montaje y la construcción definitiva de los tres poemas partiendo de textos escritos por Maria Emilia y según declaraciones del propio Ribeyro con intención de rendir homenaje a la joven con quien habían compartido taller literario.
Actualmente Maria Emilia es considerada la iniciadora de la poesía erótica escrita por mujeres en el Perú. Todos sus poemas fueron publicados póstumamente en el libro «En la mitad del camino recorrido» (1994), gracias a su hermana gemela Ana María.
Artículos de interés:
https://elhablador.com/debate15_izquierdo1.html
http://zonadenoticias.blogspot.com/2008/01/mara-emilia-cornejo-el-lado-oculto-de.html
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