7 Poemas de Camila Henríquez Ureña 

Futuro

Cuando yo haya dejado de existir, en la vida
¿qué se creará con esta materia ahora reunida
en mí? Y esta energía, este aliento divino,
¿en qué transformaciones renovará el destruir?
Ser y no ser yo misma: continuar la existencia
disgregada, disuelta, esparcida en esencia.

Levantarme del polvo con la savia secreta,
ser con el viento, abrazo que circule el planeta,
con el agua, llevar en mí la claridad,
con el grano de arena, realizar la igualdad.

Repetir de la carne el gesto dolorido
en el cansado cuerpo de un animal sufrido,
y volver, con la muerte, a la inmortalidad.

Al ojo de la estrella dar mi curiosidad,
gemir con el mas ávido en todas las riberas,
brillar en las auroras de nuevas primaveras
y en invisible rayo de idea, con mi ardiente
inquietud, incendiar un alma indiferente.

Punto en el universo, vibración, chispa, arista,
átomo en todo. Acaso cuando mi yo no exista
se colme al fin mi anhelo de sentir y de ser.

Santiago, Cuba, abril de 1934

 Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

La raíz

Sobre los campos danza la gracia de las flores
y resuena la verde sonata del follaje;
se han vaciado en el aire mis ánforas de olores
el color fluye y colma las venas del paisaje.

Mientras mi pie devuelve a la ardorosa tierra
el beso de las ramas que rozan mi cabeza,
yo pienso en la raíz que el polvo se entierra,
fredental ignorado de la vital belleza.

La raíz que en silencio; como madre amorosa
mantiene al fruto, oculta bajo la opaca alfombra,
y extiende con la rama y eleva con la rosa
hacia la luz, el lento trabajo de la sombra.

Lo externo puede siempre renovarse.
La hoja cae, el tallo se quiebra, la flor pierde sus galas,
El fruto aguarda una mano que lo recoja,
mas la vida no cierra sus palpitantes olor[es].

Y la planta renace, si la raíz atenta
sostiene su latido misterioso y fecundo.
Ella nada posee, mas todo lo sustenta
y por sus venas corre la fuerza que creó el mundo.

Amor, toda mi sangre se vierte por la herida,
¡bébela y al sol alza tu impetuosa hermosura!
Soy una entraña, un nudo secreto de la vida,
una raíz, henchida de eternidad oscura.

Diciembre, 1934. Santiago de Cuba.

De: Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

Vida y Libertad

Esta es mi vida, la de arriba,
la de la pura brisa,
la del pájaro último,
¡la de las cimas de oro de lo oscuro!
Esta es mi libertad: oler la rosa,
cortar el agua fría con mi mano loca,
desnudar la arboleda
¡cogerle al sol su luz eterna!

Santiago de Cuba, diciembre de 1934.

De: Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

Hermana Ana

Grandes masas opacas,
los muros se levantan 
contra el cielo callado. 

De aroma de jazmines 
y de rayos de estrellas, 
el aire está temblando. 

Asomada en silencio 
sobre la noche, aguardo. 
Entre el alma y su ahnelo 
crece el límite opaco 

No puede la mirada 
atravesar los muros 
pasar sobre los muros 
entre el alma y la esfera 
altos, que crecen entre
el alma y la esperanza 
crece el límite opaco. 

Sube más alto, alma, 
más alto que los muros. 
¿Qué miras, más allá, 
bajo el cielo callado? 

Más allá, el cielo curvo 
ajusta al horizonte 
su párpado cerrado.

Habana, Junio de 1936

 Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

Viaje por el espejo

Penetraré en tu fondo delicado,
transparente
tu transparencia,
en la profundidad que no se mide
con la materia.

Vagaré por tus largas avenidas,
tu inagotable sucesión de puertas,
me hundiré en tu universo de distancias
de cristal.

Déjame entrar en mí. Vengo cansada
de vagar por la imagen de mi sombra,
hacia adentro, sin alba de otros ojos,
¡sin miradas en la inmensidad!

En tu pupila viva,
navegaré a través de mi infinito,
hecha luz.

La Habana, agosto de 1936

De: Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

Lo Verdadero

Creímos que todo estaba
Roto, perdido, manchado.

(Pero dentro sonreía
lo verdadero, esperando)

¡Lágrimas rojas, calientes
en los cristales helados!…

(Pero dentro sonreía
lo verdadero, esperando)

Se acababa el día negro,
Revuelto en frío mojado…

(Pero dentro sonreía
lo verdadero, esperando)

Vassar, 15 de mayo de 1994. 

Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

¿Triste?

¡Sí, soy un cementerio nuevo,
que ha estrenado esta tarde
en hombre que se ha muerto
de tu alma en mi alma!

¡Alto, lejos, lejos, alto!
¡Libre yo por los espacios,
de mí misma reencarnada
y de ti resucitada!

Vassar, 15 de mayo de 1994. 

Obras y apuntes. Tomo III: Camila Henríquez Ureña. (2020). Editorial Universitaria (Cuba).

EL FEMINISMO

Por Camila Henríquez Ureña

1°. Las mujeres más atractivas y especialmente las mujeres que poseían una buena dote, se casaban; pero quedaba un núme­ro crecido de solteras; en las clases inferiores, la prostitución y el concubinato no permitían que el problema se plantease; pero en las clases acomodadas, particularmente en la burguesía, quedaban obligadas a vivir parasitariamente. También limitada por fuerza en su vida física y espiritual, la solterona solía enfermar de men­te y de cuerpo si no le era dable alcanzar una actividad interesan­te a que consagrar su energía, lo que no era fácil. Este tipo, a causa de las múltiples actividades en que hoy puede tomar parte la mujer, está desapareciendo con gran velocidad; pero aún pue­de encontrársele, con relativa frecuencia en pequeñas comunida­des donde todo progreso es lento.

2°. — La prostituta es el tipo de víctima social femenina reverso de los anteriores. Además de la poligamia que se realiza por el concubinato, el hombre ha practicado generalmente la promiscuidad sexual, con ciertas limita­ciones. Estableciendo por una parte una restricción sexual forzosa para las mujeres que considera virtuosas, pero no obligándose él a practicar igual virtud, necesariamente ha conducido a otra porción de la humanidad femenina a vivir en la promiscuidad a causa de la miseria, del escaso salario, de la dificultad para encontrar trabajo retribuido, que por mucho tiempo fue para la mujer imposibilidad; y también a causa de su debilidad moral y física y de la explotación a que esta situación da origen, esas mujeres han hecho de la promiscuidad un comercio.

3°. — La prostitución ha existido desde que la civilización ha merecido ese nombre. Ha sido reglamentada y explotada por las religiones, los Estados y los individuos; pero en ninguna época han sido esa reglamentación y esa explotación más repugnantes, más lesivas de la dignidad humana que en la Edad Media y la Moderna, bajo el influjo de la hipocresía y la codicia.

4°. — Es todavía uno de nuestros más pavorosos problemas, que sólo se resolverá con la completa reorganización económica y social del mundo. Mientras tanto, las prostitutas lo único que hacen para la humanidad es propagar las más espantosas, por sus consecuencias, de todas las enfermedades. Son otro grupo femenino estéril y antisocial, al igual que los dos anteriores.

5°. — Es decir, que tres divisiones importantes de la humanidad femenina, desde hace siglos, han estado absolutamente anuladas, incapacitadas de llevar una vida útil ni a la huma­nidad ni a sí mismas, en nombre de la costumbre y con la compli­cidad de las leyes. Lo extraño y sorprendente es que los mismos individuos que han vivido en un estado social que impone la este­rilidad a una porción tan numerosa del sexo femenino, se espanten con el fantasma del control de la natalidad según el concepto actual. Parece que sería más racional evolucionar hacia una organización en que las condiciones económicas y las costumbres permitieran a toda mujer sana y capaz de tener un número limitado de hijos y criarlos con la mayor eficacia posible.

Camila Henríquez Ureña, (Santo Domingo, República Dominicana, 9 de abril de 1894-12 de septiembre de 1973, Santo Domingo, R.Dominicana). Poeta, escritora, conferencista y feminista. Doctora en Filosofía y Letras, Doctora en Pedagogía. Considerada como una de las intelectuales más destacadas de Latinoamérica y el Caribe del siglo XX y una de las figuras más importantes del feminismo latinoamericano y caribeño del siglo XX.

Camila nació en una familia de intelectuales. Era hija de la reconocida poeta nacional Salomé Ureña Diaz y de Francisco Henríquez y Carvajal -quien fue presidente interino de República Dominicana- . Salome Ureña, ademas de poeta, trabajó toda su vida por ampliar las posibilidades de educación de las mujeres. En 1881 fundó el Instituto de Señoritas, primer centro femenino de educación superior, que formó a las primeras profesoras normalistas del país. 

Cuando Camila tenia tan solo 4 años muere su madre a causa de una tuberculosis y durante su infancia y juventud estuvo al cuidado de dos hermanos que se convertirían en figuras intelectuales importantes de la primera mitad del siglo XX: Pedro y Max Henríquez Ureña. Pedro se convirtio en uno de los intelectuales fundamentales del pensamiento crítico y los estudios literarios latinoamericanos. Para Camila su hermano Pedro, que era 10 años mayor, fue un modelo a seguir y un motivador, siempre alababa su inteligencia y capacidad intelectual, aunque también le recomendaba no dedicarse a la poesía.

A los nueve se mudó con su familia a Cuba. En 1917, a los 22 años, se doctoró en Filosofía, Letras y Educación en la Universidad de La Habana. Emigró a EE. UU. donde se desempeñó como profesora en la Universidad de Minnesota. Tres años después regresó a Cuba y adoptó la ciudadanía cubana. Fue profesora de Lengua y Literatura Españolas en una Escuela Normal, formó parte de organizaciones feministas. Fundó la revista cultural cubana Lyceum.

En 1932 se mudó a París para estudiar en La Sorbona. Dio conferencias en distintos países de Latinoamérica. Más adelante se trasladó a Nueva York donde se convirtió en profesora de La Universidad de Vassar y de Middlebury College.

En 1939 publicó su famoso ensayo “Feminismo” denunciando el nulo reconocimiento que ha tenido la labor de cuidados realizada por las mujeres. Camila lo presentó durante una conferencia ofrecida el 25 de julio de 1939 en la Institución Hispano-Cubana de Cultura de La Habana.

 Al iniciar el ensayo, Camila Henríquez Ureña evidencia sus preocupaciones sobre las injusticias y miserias que las recientes repúblicas latinoamericanas estaban generando en la vida cotidiana de las personas. Por ello, reconoce que para las mujeres existiria una doble lucha por asumir: en primer término, aquella derivada de la condición social impuesta por ser mujer, y en segundo término, por las miserias humanas generalizadas a la población (Henriquez Ureña, 2004a, p. 66). 

Camila insiste en que la clave para la emancipación de las mujeres es que tengan autonomía económica y en que esta solo se puede lograr a través del acceso a la educación, que para ella debe ser lo más amplia y profunda posible. Por otro lado, confía en que la lectura expande los horizontes de las personas, permitiéndoles vivir más creativamente y también conocerse mejor.

 (Extracto de conferencia a mujeres en la Cárcel de Guanabacoa, Cuba)

La pensadora cubana señala a la iglesia como dispositivo clave en la regulación moral y sexual sobre los cuerpos de las mujeres, al producir en Eva el mito de la mujer como culpable del pecado: el cuerpo femenino es la tentación sexual, la impureza, lo obsceno. Esta concepción cristiana del pecado original, inscrito en nuestro cuerpo, formula la abstinencia, humillación y plegaria como una forma de vida necesaria para las mujeres, en pos de la redención permanente de aquel pecado primario que tiene forma de mujer. Para la Iglesia y el derecho canónico, solo la creación del hombre seria a la imagen y semejanza de Dios, excluyendo a las mujeres, quienes por el contrario solo serian cuerpo: naturaleza, deseo, pecado. Así, dispuestas como Otro, como alter que no es Uno (De Beauvoir, 2018, p. 18), las mujeres tendrían un sustrato moral irrefutable para su dominación.

La visión de Camila Henriquez Ureña sobre la prostitución es abolicionista, pues la considera efecto de la miseria económica y la doble moral masculina. Resulta incluso impactante la forma cómo Camila Henriquez Ureña describe el trabajo sexual, al decir que:

A partir de 1941, Camila Henríquez viaja constantemente por América Latina y los Estados Unidos como conferencista en universidades y centros culturales. Visita Panamá, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y México.

En 1942 obtiene una Cátedra en Vassar College (EEUU) donde permanece por 17 años. En 1948, aprovechando su año sabático, se traslada a México para trabajar en el Fondo de Cultura Económica.  La Universidad de Santo Domingo en reconocimiento a su aporte a la cultura latinoamericana, le confirió en título de Profesora Honoraria. Sus ensayos fueron publicados en Revista de Instrucción Pública, Ultra, Archipiélago, Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba, Revista de la Biblioteca Nacional, Revista de la Universidad de La Habana, Revista Lyceum. 

En el decenio de 1950 viaja por España, Francia e Italia. 

Cuando tomó la decisión de abandonar su favorecida situación económica en el Vassar Collage, e incorporarse al proceso revolucionario cubano en 1960, en la gestación de una nueva pedagogía, su labor sería precisamente la de forjar, en las aulas de la Universidad de La Habana y en Ciudad Libertad, a una generación que marcaría el devenir cultural de Cuba. Ejerció de asesora técnica del Ministerio de Educación de Cuba (1960-1962). 

Camila Henríquez Ureña desarrolló la docencia hasta su muerte, ocurrida el 12 de septiembre de 1973 a los 79 años, a causa de una complicación al día siguiente de ser operada de cataratas. Tres años antes la Universidad de La Habana le había conferido el título de Profesora Emérita. 

En 1992, el narrador y ensayista dominicano Andrés L. Mateo (Santo Domingo, 1946) escribió un ensayo titulado Camila Henríquez Ureña: la virtud del anonimato. Y en 1993, la Casa de las Américas convocó al “Premio Extraordinario de de Ensayos sobre Estudios de la Mujer”, para conmemorar, en 1994, el centenario del natalicio de Camila.

En el año 2000 se publicó la biografia novelada  In the Name of Salome de la escritora dominicana-estadounidense Julia Álvarez donde reconstruye las vidas de Salomé Ureña y Camila Henríquez Ureña.

En 2003 la editorial Ediciones La Memoria publico Camila y Camila, la biografía escrita por Mirta Yañez .

Enlaces de interés :

https://palabrapublica.uchile.cl/palabras-inaugurales-del-tercer-congreso-nacional-femenino/ http://www.heroinas.net/2012/04/camila-henriquez-urena.html

https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-04622022000100031

https://acento.com.do/opinion/recuperando-a-la-feminista-camila-henriquez-urena-9442632.html

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