“Perderé como tú, si se da el caso, la cabeza pero nunca las alas”
A la Victoria de Samotracia/ L. Sanchez Saornil
Elegía interior
Qué viento, de repente,
ha secado tu alma?
Oh, si pudiéramos
hundir las manos en el fondo del tiempo.
Y traerlas colmadas
de las emociones antiguas!
Si pudiéramos, de nuevo,
leer las páginas que hemos dejado atrás
en las estanterías del pasado
entre el polvo de nuestra vida.
Minutos! Estampas inefables
que colgamos en nuestra galería
interior; galería encantada
donde había una brisa
que abría de repente las ventanas
a un eco de canciones
y de besos…
Quién ha cerrado nuestra galería?
Quién puso luto al sol?
Quién ha cerrado el libro
de nuestros madrigales?
Qué te ha dejado fría?
Qué viento, de repente
ha secado tu alma que no la encuentro?
El tiempo
sigue apagando lámparas
alma loca, alma mía.
Panoramas urbanos
La noche ciudadana
orquesta su Jazz Band
Los autos desenrollan
sus cintas sinfónicas por las avenidas
atándonos los pies.
En el bar canta una canción
agua y cristal.
Cascabeles mudos
cuelgan sobre la pista.
Sobre el tapiz voltaico
hay un ballet fantástico
enlutado como un duelo.
Estos funámbulos
hemos arrinconado el aro de la luna
y el corazón el viejo pirueteista
anda desorientado.
Pero los cerebros como granadas explosivas.
Hay un box formidable.
Al final
todos queremos cabalgar
los caballos de bronce de las glorietas.
Poema en el agua
Íbamos trillando estrellas…
Tus manos iban a una caza
de estrellas partidas
pero ellas te burlaban
escurriéndose entre tus dedos abiertos.
Las palabras, como pájaros,
se ahogaban en el agua.
Pasaba la brisa
?adioses de abanico en nuestras frentes?
Tenías un aire desmayado
que te iba bien.
Músicas colgaban de tus labios.
?Y por qué no había de ser
esta noche
nuestro viaje a la luna?
¡Oh! no tendríamos más que dejarnos caer!
(Publicado bajo pseudónimo de Luciano San?Saor y con el título “El ultra romántico” en Grecia N*XX ,año 1919)
Sonetos de la desesperanza
Pero…¿es verdad que la esperanza ha muerto?
¿Es verdad que toqué ya la frontera
de mi destino? ¡Dios! ¡y será cierto
que no me encenderá otra primavera?
Ya no veré altamares…solo un puerto
de sirenas varadas que exaspera
mi ansiedad, condenada a un punto muerto,
contar, pesar, medir lo que yo era.
La catarata de mi sangre ardiendo
se espesa en lento arroyo, y en mi frente
ya no canta un alondra cada día.
¡Que desesperación voraz y fiera
sentir que el ascua del vivir se enfría…
Que ya no espero nada…¿y Dios? ¿Me espera?
El Madrigal de tus sortijas
Oh tus sortijas líricas… (Juan Ramón Jiménez)
Como un aroma de flores exóticas me llegó de tus
manos…
Bajo el pálido artificio luminoso de las grandes
ampollas eléctricas, esta noche las he admirado largamente,
extáticamente.
La dulce pedrería de tus sortijas las llenaba de
constelaciones.
Tenían un anillo antiguo,
de un oro viejo con dos corazones rojos.
Otro era tan leve, tan leve, que tu dedo parecía cercenado
y engarzado luego a tu mano con un hilo de oro.
En otro conté hasta trece piedras, casi microscópicas,
que ponían una como rociada de estrellas en la
extrema palidez de tus manos.
Oh tus manos líricas, como cercenadas en las muñecas
por dos finas pulseras de oro! Eran, en la sombra
de tu falda, como las manos truncas de una virgen antigua
dispuestas sobre un altar negro para no sabemos
qué horrendo sacrificio.
Y, como ofenda trágica, sangraban en tu anular
los corazones de tu sortija.
Madrigal de ausencia
Novia lejana de la faz de cera,
dulce adorada de melena rubia,
añorando tu boca primavera
sueña el poeta mientras cae la lluvia
Canta el agua sus arias otoñales…
dulce nostalgia de tu voz de seda,
que cantara divinos madrigales,
bajo el palio triunfal de la arboleda.
Roza una hoja la dolida frente…
?visión amada de la blanca mano
que me da su caricia trasparente?
Y en un divino espasmo de ansia loca
me dé un beso la lluvia…
beso hermano del beso
deseado de tu boca.
(Publicado bajo el pseudónimo de Luciano San?Saor en “Los Quijotes” no 43, Madrid,10/12/1916)
Romance de “La Libertaria”
María Silva por nombre
ya era un romance certero.
María Silva traía
los grandes ojos ardiendo,
muda su lengua andaluza,
pálido el rostro moreno
y un espasmo de terror
por las entrañas adentro.
Estampa de noche trágica.
Benalup, en su recuerdo
raía como una lima
la carne de su cerebro;
cerebro de niña pobre,
sin pan, sin libro y sin credo.
En una disputa trágica
gritan la llama y el viento;
rayan la noche fusiles
con resplandores siniestros
buscando al hombre en El Monte
como el lobo carnicero.
Dieciséis años tenía
María Silva incompletos.
¡Ay, María Silva Cruz,
nieta del bravo “Seisdedos”,…
tus piernas de corza joven
hacen competencia al viento!
¡Corre hacia los negros campos;
corre viva, corre presto;
salva tus dieciséis años,
tu vida en flor, que aún es tiempo!
Salta las tapias enanas,
busca refugio en los cerros;
chacales con voz humana
siguen tu rastro sangriento.
¡Corre, María Silva, corre!
Y el sol la alumbró corriendo
por caminos de Jerez,
duros de noche y de invierno.
¡A la zaga iba el destino
como una fiera al acecho!
En cárceles tenebrosas
–Cádiz, Sevilla– murieron
como dieciséis jazmines
dieciséis años parleros.
Alguaciles y escribanos
–jeta asquerosa de puercos–
olisqueaban tu carne
y tu pobreza, sabiendo
que el hambre es la celestina
mejor de sus trapicheos.
¡Pecado tus ojos grandes,
aún abrasados de incendio,
tu dulce lengua andaluza,
tu labio tímido y fresco!
¡Pecado con que soñaban
sus apetitos sin freno!
Un incentivo, tu llanto,
mejor que un dique a su sueño
Y la flor de tu inocencia,
aguijón de su deseo.
Fuera botín descontado
tu carne, carne del pueblo,
si en la sombra no velaran
como dos puntas de acero
–carne de tu misma carne–
un afán con ojos negros.
Quebró el destino su vara
y te miró con respeto.
¡Ay, María Silva Cruz,
(“Libertaria”, por tu abuelo),
qué poco dura la dicha!
¡qué poco dura!, ¡ay! El tiempo
mide con varas distintas
una alegría y un duelo.
Apenas tuviste un dulce
collar de brazos morenos,
roncos cañones tronaron
sus tempestades de hierro;
Atila picó de espuelas
su raudo potro siniestro;
sobre los campos de España
la sal del odio vertieron,
porque no dieran más pan
que el pan de su privilegio.
Se desbordaron de sangre
el Guadalquivir y el Ebro;
torrentes rojos teñían
montes, collados y oteros;
y a la luna subió el grito
de guerra del pueblo ibero.
–¡A las armas!, camaradas,
¡a las armas!, que los perros
han quebrado sus carlancas.
¡A las armas! ¡Rompan fuego!
Lucha cruel han trabado
la aristocracia y el pueblo
y en un revuelto amasijo
de carnes rotas y nervios,
rugen por tierras de España
cada uno de sus fueros.
–¡Camaradas, a las armas!
¡El grito deshizo el cerco
adorable de los brazos
y quebró desnudo el cuello!
Sola, no, que ya reclinas
un sueño de oro en tu pecho;
aún tienes una sonrisa
que devuelve tu reflejo.
¡”Libertaria”, has de ser fuerte!
María Silva, ¡de hierro!
Pedazos de tus entrañas
necesitan tu alientos.
Látigos hienden la noche.
–Corazón mío, es el viento…
Y María Silva canta:
–“Duerme…, nanita…, arrapiezo.”
Puños de gigante baten
la puerta del aposento
y la noche entra de pronto,
negra de horror y misterio.
–Ráfagas de fuego arrancan
desgarrones de silencio–.
¡Ay María Silva Cruz,
carne dolida del pueblo!
Rugió brutal el destino,
–¡Al fin, María Silva! ¡Fuego!
¡Ay!, María Silva Cruz
(“Libertaria”, por tu abuelo),
¡carne de tu misma carne,
te vengará el pueblo ibero!
Himno de mujeres libres
Puño en alto mujeres del mundo
hacia horizontes preñados de luz
por rutas ardientes,
los pies en la tierra
la frente en lo azul.
Afirmando promesas de vida
desafiemos la tradición
modelemos la arcilla caliente
de un mundo nacido
del dolor.
Qué el pasado se hunda en la nada.
¡Qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra MUJER.
Adelante, mujeres del mundo,
con el puño elevado al azul.
Por rutas ardientes,
¡Adelante,
de cara a la luz!
(Publicado en Valencia en 1937)
Lucía Sánchez Saornil, la anarquista estadounidense Emma Goldman y Christine Kon-Rabe, 20 de octubre de 1938
¡MADRID, MADRID, MI MADRID!…
¡Madrid, corazón del mundo!
-no ya corazón de España-
como túnica de cristo
malhechores te desgarran.
¡Ay, rondas de mi Madrid,
ríos de sangre y de lágrimas!
Tus noches no son tus noches
llenas de luz hasta el alba:
son pavorosos abismos
en cuyas negras entrañas
revientan frutos del fuego
maduros de vieja saña
*
¡Madrid, de los arrabales,
ríos de sangre y de lágrimas
abre la tumba a tus muertos!
-A nosotras, Malasaña!-
van las mujeres rugiendo
trémulas de fiebre y ansia,
galopando en potro de ira,
con las manos desplegadas
a la busca de campos de odio
de amapolas de venganza
¡Madrid, corazón del mundo,
corazón que se desangra!…
Por la Puente de Segovia
sube de cara al alcázar
entre roncos alaridos
el pueblo pidiendo armas.
-¡Madre, madre, me han matado
al hijo de mis entrañas!
–Anoche dejé a mi padre
quieto el corazón, sin habla.
Boca arriba en el arroyo
buscando un cielo sin alba.
-¿A dónde vas, compañero?
-Deja, mujer, que me vaya
no tengas celos de nadie.
Que es la muerte quien me aguarda
para jugarse conmigo,.
Firme el pulso y cara a cara.
La vida de mi Madrid
que tiene preso en sus garras.
-Voy contigo, compañero,
los dientes tengo y me bastan.
*
– A mí los de Avapiés,
Curtidores y la Caba;
los mozos de pelo en pecho
dispuestos a lo que salga.
Por Las puertas de Toledo
va en aluvión la “canalla”
en busca del enemigo
ciegos los ojos de lágrimas
prietos los dientes de ira
chocando al aire las armas.
¡Madrid, Madrid, mi Madrid
haremos una muralla,
con carne huma y de fuego
y a ver qué guapo la salta!
*
Todas las horas del día
están cortadas de alarma.
Cruzan veloces las calle
campanas precipitadas,
sirenas agudas gritan
en la noche ciudadana
y contra un terror oscuro
los sueños rompen sus alas.
Debajo de las estrellas
los negros aviones cantan,
serpientes de traición silban
que hasta a al muerte acobardan.
La cuna que acuna al niño
no por ser cuna se salva;
y crujiendo en su raíces,
muda de terror, la casa
alarga sus escaleras
y hace más honda su entraña.
¡contra el cielo ennegrecido,
pegan sus lenguas las llamas!
*
¿Muchachos al parapeto!
Desde Madrid os reclama.
¡adelante mujeres!
¡¡Adelante ! ¿Quién se tarda?
Una hora vale un año
un minuto una semana
¡Hagamos un muro de carne
y a ver qué guapo la salva!
El canto nuevo
Oh, cuánto tiempo HORA NUESTRA
te hemos esperado!, ¡cuánto!
Oh, cuántas veces tendimos
el cable de nuestra mirada limpia al futuro
y aplicamos el oído extático
al viento,
ávidos de distinguir
tu música en embrión!
¡Oh, cuántas veces
el diamante de nuestro deseo
partió el cristal del horizonte
buscándote más allá de la aurora!
Y al fin te poseemos,
HORA NUESTRA;
al fin podremos mecerte en nuestros brazos
y escribir tu claro nombre en nuestras frentes.
Hermanos,
he aquí, todo cumplido;
hagamos braserillos en el hueco de nuestras manos
para esta “LLAMA ALARGADA”.
El horizonte es la pauta hermanos.
Nuestros martillos, pulidos y brillantes
como uña de mujer,
canten sobre las columnas truncas,
sobre los frisos rotos.
Tal un vendaval impetuoso
borremos todos los caminos,
arruinemos todos los puentes,
desarraiguemos todos los rosales;
sea todo liso como una laguna
para trazar después la ciudad nueva.
Tiranos del esfuerzo,
nuestros brazos levantarán esta vieja Tierra
como en una consagración.
Un abanico en llamas
consumirá las viejas vestiduras
y triunfaremos, desnudos y blancos
como las estrellas.
Los que hemos creado esta hora
alcanzaremos todas las audacias;
NOSOTROS EDIFICAREMOS
LAS PIRAMIDES INVERTIDAS.
(Publicado bajo el pseudónimo de Luciano San?Saor en “Cervantes”año 1920)
Soñar, Siempre Soñar
Has jugado y perdiste, eso es la vida
El ganar o perder no importa nada;
lo que importa es poner en la jugada
una fe jubilosa y encendida
Todo lo amaste y todo sin medida
¿Cómo puedes sentirte defraudada
si fuiste por amor crucificada
con un clavo de luz en cada herida?
Sobre urdimbres de olvido van tejiendo
lanzaderas de ensueño otra esperanza
de un morir cotidiano renaciendo
porque un nuevo entusiasmo nos transporta
a otro ensueño entrevisto en lontananza
y en la vida, el soñar, es lo que importa.
Serenidad
Quiero serenidad , me dije un día
quiero serenidad para morirme.
Yo, que afronté la vida sin rendirme
aceptaré la muerte sin porfía.
No quiero que me gane la impaciencia,
que este absurdo esperar sin esperanza
no se me haga tortura, a semejanza
de un turbio agonizar de la conciencia.
Para pasa el ecuador temido
quiero mi rebeldía , sosegada
y el ímpetu domado y contenido.
Que , si al fin, a morir he de rendirme,
no he de ser con la muerte porfiada.
Quiero serenidad para morirme.
Lucía Sánchez Saornil (Madrid, España, 13 de diciembre de 1895 – Valencia, España, 2 de junio de 1970). Poeta , pintora, periodista , anarquista y humanista. Fundadora, junto a Mercedes Comaposada y Amparo Poch, de la organización Libertaria «Mujeres Libres».
Hija de una familia humilde de Madrid. Su padre trabajaba para el duque de Alba y su madre y su hermana murieron cuando Lucía no era más que una niña. A ella le correspondió cuidar de su hermana menor y de la casa . No obstante, gracias a una herencia familiar, poseían una modesta biblioteca que despertó la sed literaria de Lucia.
Asistió a la escuela del Centro Hijos de Madrid, que incluía enseñanzas artísticas, a las que se aficionó, y que pudo completar en clases particulares de la Escuela de Bellas Artes de Pintura De San Fernando.
En 1914 inició con el poema “Nieve” sus colaboraciones en Avante de Ciudad Rodrigo, extendidas hasta julio de 1915; un total de 18 poesías -ya varios sonetos- y un relato.
En 1916 comenzó a trabajar en la Compañía Telefónica y envió textos breves a Los Noveles, de Barcelona, así el cuento El principe azul . En 1917-1918 la revista Cádiz-San Fernando publicó sus sonetos y prosa poética. Posteriormente Lucia se centra de lleno en el ultraísmo, movimiento en el que participa activamente. Muestra de ellos es su coparticipación en el Manifiesto ultraísta publicado en la revista Cervantes en el año 1919. Durante esa época también publica en las revistas “Vértices “ , “Tableros”, “Plural”, “Manantial” y “La Gaceta Literaria”. Es considerada la única representante poeta de este movimiento, aunque como otras muchas mujeres, es obviada de antologías del ultraísmo que ni la mencionan. Algunos de los poemas más notables de aquella época son “Cuatro Vientos” o “Elegía Interior”. Por entonces, ya se hallaba incluida en Literaturas europeas de vanguardia (1925) y se mantiene hoy en otras antologías.
“De ascendencia familiar humilde, su formación poética había sido autodidacta y su producción lírica aderezada aún de ingredientes modernistas estaba compuesta mayoritariamente por poemas amorosos. Firmaba con el seudónimo de Luciano de San-Saor y en los poemas se atribuía un “yo” poético masculino dirigido a un destinatario femenino. En última instancia, lo reseñable de estos poemas tempranos es su “osadía en la concepción sensual y no ideal del amor-pasión”. El seudónimo que utilizaba le concedía, además, libertad en el tratamiento de las temáticas teniendo en cuenta que sólo tenía veintiún años y era la única representante femenina destacable en el movimiento en un contexto social en el que las mujeres tenían aún limitado el acceso a la literatura y a las tertulias literarias de los cafés” ( extracto de feministas.org) .
En el ámbito político, en 1936, junto con Mercedes Comaposada y Amparo Poch, fundaron la organización “Mujeres Libres”, sección femenina de la CNT en Madrid, (llegaron a tener una afiliación de 20.000 mujeres ) y posteriormente ,en mayo de 1936, crearon la revista Mujeres Libres, con trece números hasta el otoño de 1938, de la que fué editora y redactora .
Durante la República, convertida en oradora y periodista, abandonó la poesía y adoptó la prosa como símbolo de unión con la dura condición obrera y como vehículo no-burgués de comunicación. Pronto su contribución periodística llegó a ser de las más significadas en la prensa libertaria.
Su posición feminista se va reafirmando a lo largo de los años, dejando constancia de ello en sus artículos publicados en “Tierra y Libertad”, “La Revista Blanca” y “Solidaridad Obrera”, donde defiende abiertamente que la lucha de la mujer no debe estar supeditada a la lucha de clases y donde insta a los anarquistas para que empiecen a liberar a las mujeres de sus prejuicios en sus propias casas. Pero los prejuicios machistas no apoyan esta mirada y Lucia solo recibe descrédito y descalificación de los dirigentes de la CNT y la FAI.
Su destacada crítica contundente al machismo estructural dentro de la CNT, se hizo evidente por medio de la oposición entre ella y Mariano Vásquez sobre la “cuestión femenina en nuestros medios”, en las páginas del periódico barcelonés Solidaridad Obrera, a fines de 1935. En seis potentes artículos que escribió denuncia que a pesar de que la CNT reconoce en la teoría y en el derecho la igualdad en relación a los hombres, en la práctica la situación de las mujeres era completamente diferente. La crítica de Lucía abarcaba desde el enfoque centrado en la cuestión económica hasta el contradictorio comportamiento autoritario de los hombres anarquistas en el ambiente privado.
Lucia, anarquista convencida, considera que la República es una farsa de origen burgués y que una vez conseguida hay que proceder a su derribo.
Con la guerra, en julio de 1936, participó en el asalto al Cuartel de la Montaña, se trasladó a los frentes para sus crónicas ?publicadas en Juventud Libre, Más Allá, Fragua Social, Nosotros, etc.? y contribuyó a las colectividades.
En poesía, retomó el verso romance, alguno de cuyos poemas recitó en Radio Madrid, declamados después de boca en boca, como ¡Madrid, Madrid, mi Madrid!.
En mayo 1938 ocupa la secretaría del Consejo General de Solidaridad Internacional Antifascista. Posteriormente se traslada a Valencia donde se convierte en la redactora jefe del semanario “Umbral”, allí conoce a la que será su compañera toda su vida, América Barroso.
En el año 1939 se exilian a Francia donde pasan dos años, estuvieron en Le Perthus y Perpignan, y después en París.
En 1941 vuelven a cruzar la frontera de regreso a España huyendo del nacionalsocialismo alemán y para evitar la deportación a los campos de concentración. En un principio se instalan en Madrid e intentan reorganizar en secreto Mujeres Libres aunque no tuvieron el éxito conseguido en tiempos de la Segunda República. Lucía es reconocida caminando por la calle y se establecen definitivamente en Valencia donde vivirán en un discreto anonimato literario y político. La excepción al anonimato es el poema “Quiero en mi ley cumplirme”, publicado en “Estrofa “( burgalesa, número 22, octubre de 1955, pág. 8).
Al final de su vida dejó 23 poemas escritos, en los que desgrana sus vivencias ante la cercanía de la muerte.
Lucia Sanchez Saornil falleció en Valencia el 2 de junio de 1970. Sobre su tumba, su compañera América mandó escribir:
“Pero… ¿es verdad que la esperanza ha muerto?”, primer verso de “Sonetos de la desesperanza”.
En 1996, el IVAM de Valencia y la editorial Pre-Textos publicaron su Poesía conocida.
Según expresó Federica Montseny, Lucia Sanchez Saornil era “ la que mejor escribía de todas las militantes”,
«Ya no veré altamares… sólo un puerto / de sirenas varadas que exaspera / mi ansiedad condenada a un punto muerto, / contar, pesar, medir lo que yo era» .
Quizás aun queda esperanza, Lucia
la esperanza brilla
en todas aquellas que leen tus versos
y saben de tu vida de libertad y lucha.
¡Gracias!
PoetriAlquimia
Enlaces de interés :
Documental sobre «Mujeres Libres» https://www.youtube.com/watch?v=xvOz-VfEwgk&t=180s
https://mega.nz/file/EBAjVCga#Qhh9IykktDIP_6Sj9HCpmnnwCygaFWkztO6ppZPDw4M
https://www.filmin.es/pelicula/las-sinsombrero-2-ocultas-e-impecables
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