2 Poemas de  Ken Saro Wiwa

Vivo, soy un símbolo de la resistencia. Muerto, seré un mártir y por ende aún más peligroso”

Ken Saro Wiwa

Escucho el grito doliente de los Ogoni:
lloran a los pájaros que ya no cantan al alba;
escucho los cantos fúnebres por los árboles
cuyas ramas se marchitan a la luz de las llamas de gas,
cuyas raíces yacen en tumbas estériles.
Los arroyos rebosantes ya no gorgotean,
su cosecha flota sobre aguas envenenadas por derrames de petróleo.

¿Dónde están los antílopes, las ardillas, las sagradas tortugas,
los caracoles, los leones que recorrían esta tierra?
¿Dónde están los cangrejos, los caracoles marinos, los berberechos, las gambas
y todos los que encontraban un santuario en los bancos de barro,
bajo las raíces protectoras de los mangles?

Escucho en mi corazón los aullidos de la muerte
en el aire contaminado de mi amada tierra;
entono un canto fúnebre por mis hijos,
por mis compatriotas, por su progenie. 

The True Prison

It is not the leaking roof
Nor the singing mosquitoes
In the damp, wretched cell
It is not the clank of the key
As the warder locks you in
It is not the measly rations
Unfit for man or beast
Nor yet the emptiness of day
Dipping into the blankness of night
It is not
It is not
It is not

It is the lies that you have been drummed
Into your ears for one generation
It is the security agent running amok
Executing callous calamitous orders
In exchange for a wretched meal a day
The magistrate writing into her book
Punishment she knows is undeserved
The oral decrepitude
Mental ineptitude
The meal of dictators
Cowardice masking as obedience
Lurking in our denigrating souls
It is fear damping trousers
We dare not wash of our urine
It is this
It is this
It is this
Dear friend, turns our free world
Into a dreary prison.

La verdadera prisión

No es la gotera del techo
ni el zumbido de los mosquitos
en la miasma apestosa de la celda
No es el sonido metálico de la llave
cuando el carcelero te encierra
No es el rancho miserable
indigno para humanos o bestias
ni siquiera el vacío del día
derramándose en el negro de la noche
no es eso
no es eso
no es eso

Son las mentiras que te han repetido
al oido por una generación
Es el enajenamiento del agente
ejecutando órdenes crueles y calamitosas
por una miserable ración diaria
La jueza apuntando en su libro
el castigo que sabe es inmerecido
La decrepitud moral
la ineptitud mental
la carne de los dictadores
La cobardía disfrazada de obediencia
agazapada en nuestras almas denigradas
Es el miedo que humedece los pantalones
que no nos atrevemos a limpiar el orín
eso es,
eso es,
estimado amigo, lo que convierte nuestro mundo libre
en una sombría cárcel.

Kenule Tsaro-Wiwa-Ken Saro-Wiwa ( Bori, país Ogoni, Nigeria, 10 de octubre de 1941-Port Harcourt, Nigeria,10 de noviembre de 1995). Poeta, ensayista, dramaturgo, novelista, activista y productor de televisión. Hijo del jefe Jim Wiwa, un guardabosques que ostentaba un título en el sistema de jefatura nigeriano, y su tercera esposa, Widu. Tras sus estudios en las universidades de Umuahia e Ibadan, trabajó como profesor en las Universidades de Ibadan y Nsukka, hasta el inicio de la guerra de Biafra, en 1967. Más tarde, después de pasar por la Administración donde ocupó cargos de responsabilidad en el Ministerio de Educación, en 1973 comenzó a trabajar como empresario independiente. Durante todos estos años, nunca dejó su labor literaria, publicando varias novelas, relatos, poemas, cuentos para niños, etc., así como escribiendo para la prensa diaria, la radio y la televisión. El 10 de noviembre de 1995 fue ejecutado por la dictadura del general Abacha, que en aquel momento gobernaba Nigeria, como consecuencia de las protestas continuadas por el desastre ecológico provocado por la petrolera Shell que se instaló en 1958 en la región y durante más de 40 años desgarró sin control los recursos. Saro-Wiwa pertenecía a la etnia de los ogoni, que vivía en el Delta del Níger, zona declarada para la explotación del petróleo desde 1958. Fue presidente del MOSOP – Movimento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni, que emprendió numerosas luchas para denunciar los asaltos ambientales y sociales por parte de compañías petroleras extranjeras. Ken Saro-Wiwa a través de grabaciones cinematográficas y magnetofónicas comienza a denunciar internacionalmente la situación Ogoni, a la que el llega a calificar de auténtico genocidio. La situación se fue haciendo tensa, la Shell se ve incluso obligada a cesar su actividad en territorio Ogoni, y Saro Wiwa es detenido en dos ocasiones en abril de 1993. En junio de ese mismo año se le retira el pasaporte para evitar que acuda a Viena a un encuentro internacional de movimientos de defensa de los derechos humanos. El 21 de junio es de nuevo detenido junto con otros dos miembros destacados del MOSOP. Entre el verano de 1993 y la primavera de 1994, una dura represión del ejército del dictador Abacha acaba con la vida de miles de ogonis, cientos de ellos fueron encarcelados y los bienes de otros miles fueron expropiados. En el transcurso de unos disturbios acaecidos en la primavera de 1994, cuatro jefes ogonis fueron asesinados. Saro Wiwa fue de nuevo detenido junto con otros ocho compañeros del MOSOP bajo la acusación de haber participado en los asesinatos. Fue juzgado en un juicio militar sin garantías en febrero de 1995. Saro-Wiwa, que había sido candidato al Premio Nobel de Literatura, fue ejecutado a escondidas junto a los otros 8 miembros de la comunidad ogoni.

Ken Saro-Wiwa era un hombre de paz, que desde su posición de escritor fue un gran defensor de los derechos humanos. Luchó de forma no-violenta por la dignidad de los pueblos del Delta del Níger.

Ken Saro-Wiwa recibió el premio Right Livelihood Award por su valentía, así como el premio ambiental Goldman. La Asociación de Autores de Nigeria patrocina el premio Ken Saro-Wiwa de prosa. 

Ha sido nombrado héroe escritor por The My Hero Project.

Dos de sus obras, Genocidio en Nigeria. La tragedia de los Ogoni (1992) y Un mes y un día. El diario de una detención 1994), cuentan la trágica situación del Delta del Níger y su compromiso como militante ecologista. Su novela más conocida, Sozaboy: A Novel in Rotten English,(1985) cuenta la historia de un ingenuo niño de pueblo reclutado por el ejército durante la Guerra Civil Nigeriana de 1967 a 1970, e insinúa la corrupción política  del régimen militar de Nigeria de la época.

En una carta a su amigo, el escritor Willam Boyd, Ken escribió:

«Mi moral es alta. No hay duda de que, con el tiempo, mis ideas vencerán, pero debo soportar el dolor de este momento… lo más importante para mí es que he usado mi talento como escritor para que el pueblo Ogoni aprenda a oponerse a sus verdugos. No he sido capaz de hacerlo como hombre de negocios o como político. Mis escritos lo hicieron. Y eso me hace feliz. Estoy mentalmente preparado para lo peor, pero espero lo mejor. Creo que, moralmente, he vencido».

Enlaces de interés :

El legado de Ken Saro-Wiwa en la Universidad de Maynooth

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