14 Poemas de Joyce Mansour

Las ciegas maquinaciones de tus manos

Las ciegas maquinaciones de tus manos
sobre mis senos estremecidos
los lentos movimientos de tu paralizada lengua
en mis patéticas orejas
Mi belleza toda ahogada en tus ojos sin pupilas
la muerte en tu vientre comiéndose mi cerebro

Todo esto hace de mí una extraña damisela.

Hombre enfermo de mil hipos
hombre alterado por las ideas que le dicta
le dicta su sombra que le sigue sin descanso
dispuesta a engullirlo durante una ausencia del sol
dispuesto a erigirse en dueña de su carne
dispuesta a arrastrarlo por el espacio
hombre sin raíces convertido en astro

de Gritos,1953

Qué falo

Qué falo sonará la campana
el día en que dormiré bajo una manta de plomo
fundida en mi miedo
como la aceituna en su bote
Hará un frio metálico y deslucido
no haré más el amor en una bañera esmaltada
no haré más el amor entre paréntesis
ni entre los labios javaneses de un césped de primavera
Exudaré la muerte como una transpiración amorosa
rodeada acosada por las visiones de octubre
me acurrucaré en el lodo.

Faire signe au machiniste (1976)

Quiero dormir contigo codo con codo

Quiero dormir contigo codo con codo
entremezclados los cabellos
anudados los sexos
con tu boca por almohada
Quiero dormir contigo espalda con espalda
sin aliento que nos separe
sin palabras que nos distraigan
sin ojos que nos mientan
sin ropas
Quiero dormir contigo seno contra seno
exaltada y sudorosa
relumbrante de estremecimientos
devorada por una loca inercia del éxtasis
descuartizada sobre tu sombra
martilleada por tu lengua
Morir feliz entre tus diente picados
de conejo

de Desgarraduras,1955

Nadie escucha a nadie escucha a nadie

Fulgurantes caballos salvajes de Europa
caos de miembros rotos
paredes movedizas
soles
adoquines sangrientos que lanzan manos ciegas
en la mayonesa
en el lodo
en la cloaca familiarmente abierta de par en par
en todo lo que se nombra y no se atreve a mostrarse
Dentro de mí tirita el árabe a cada peldaño de carne
sumisa
capaz de esperar mucho tiempo la triste arboladura prometida
Saludad oh amigos míos a la muerte sus huidas sus fusiones
sólo para ella casi no hay zonas prohibidas
en la hoguera del amor pasión
Después
cuando llega la noche
la noche la noche la tormenta
vuelvo a mi juventud
el fósforo desenfrenado
el calor bestial
las olas de la venganza permitida
la arena
el bostezo de la noche frágil
el éter
A la hora en que París se enciende
el animal libre corre aún bajo nuestros faros
el alma deliciosa
allá en la carretera sexo sutil del desierto
la hermosa manzana velada ya no vomita su gusano
claro de luna
Soy judía es verdad
puedo aprender la libertad en la calle
donde la infamia se pavonea
maldigo en mí a la mujer que acepta
el rostro triangular del candado
Silencio
escupo sobre los que escuchan
detrás de sus pupilas nítidas
sus braguetas pisadas por demasiados cerebros chiflados
sus puertas suciamente cerradas
nomenclatura de la pesadilla
una única gota de orina en la acera
se alargan todos los hocicos

Estoy harta de los hombres
de sus súplicas de su pelambre
de su fe de sus modos
ya he tenidos suficiente con su esqueleto
Bendíceme loca luz que iluminas los montes celestes
aspiro a quedarme de nuevo vacía como el ojo apacible
del insomnio
Aspiro a ser astro de nuevo.

de Rapaces


Su pelo rojo

Su pelo rojo

huele al océano.

El sol poniente se refleja en la arena muerta.

La noche se tiende sobre su cama de gala

mientras que la mujer sin aliento temblorosa

recibe entre sus piernas doblegadas

los últimos besos del sol moribundo

Joyce Mansour con Andrè Breton

El olor de la justicia

El olor de la justicia
El olor de la paciencia sobrehumana
De las bestias de piel a rayas tras los barrotes
de la suerte
El olor del miedo
El olor de los excrementos sobre las tumbas
de los pobres
La casa de fieras de la policía
La crueldad de los niños
y ese olor complejo que es la libertad
mezcla de amoniaco
melaza
y transpiración

de Rapaces,1960

He visto cómo crecía mi rojo vello eléctrico

He visto cómo crecía mi rojo vello eléctrico
desde mi vientre hasta mi garganta desplumada de pájaro
y me he reído.
He visto cómo la humanidad vomitaba en la pila inestable de la iglesia
pero sigo sin comprender a mi corazón.
He visto al camello en camisa partir sin lágrimas para La Meca
junto a mil y un mercader de arena y al monstruo escamoso de las negras multitudes
pero no les he podido seguir
pues la pereza se ha impuesto a mi fervor
y la rutina ha recuperado su danza dislocada

como la de los dedos del pie.

Vivimos pegados al techo
sofocados por los rancios vapores que desprende la vida cotidiana
Vivimos incrustados en las más bajas profundidades de la noche
resecadas nuestras pieles por el humo de las pasiones
Giramos alrededor del polo lúcido del insomnio
sostenidos por la angustia separados por el éxtasis
viviendo nuestra muerte en el gollete de la tumba.

de Desgarradura,1955

Desnuda

Desnuda

floto entre despojos con bigotes de acero

Con la herrumbre de sueños interrumpidos

por el suave ulular de los mares

Desnuda

persigo las olas de luz

que corren sobre la arena sembrada de cráneos blancos

Muda planeo sobre el abismo

la densa gelatina del mar

pesa sobe mi cuerpo

monstruos legendarios con bocas de piano

se repantingan en la sombra de los abismos

Desnuda yo duermo

de Rapaces

El sol en Capricornio

Tres días de descanso

y por qué no la tumba

me ahogo sin tu boca

esperando se escurre el amanecer recién nacido

y las largas horas en la escalera

con el olor a gas

aplastado en mi cara espero la mañana

veo brillar tu piel 

en la brecha negra de la noche

el surgir lento de la luna

en el mar interior de mi sexo

el polvo sobre el polvo

el martillo sobre el colchón

el sol sobre un tambor plomizo

Todavía sonriendo tu mano golpea indiferencia

vestida de crueldad se inclina hacia el vacío

Decís no y el objeto más mínimo el cuerpo de una mujer puede abrigar

doblegarse

Belleza artificial 

Perfume sintético en el sofá por una hora 

Por qué  jirafas pálidas

He dejado Bizancio

La soledad apesta

Un ópalo es un marco ovalado

Otro ataque de insomnio con rigidez articular

Una vez más una daga vibra en la lluvia

Diamantes y delirio la desiderata del mañana

Sudor de playas de tafeta sin cobijo

Locura de mi fe perdida.

Los ojos de los amigos

Buscaba tu corazón bajo un montón de escombros
un extraño perfume hirsuto y previsor
rebuscaba a mi alrededor sin apagar su puro gris
Platos recalentados pasaban ante mi nariz
lígulas lamas plumas lilas
tentáculos que aprietan con más fuerza que una enfermedad
recuerdos incomestibles grabados con desnudos de rodillas caderas
inmuebles del pasado carcomidos por la demencia
otros más conformistas maquillados con polvo de arroz
decoraban sus muebles con pompa y encajes ceremoniosos
Buscaba tu corazón bajo un montón de grasientos papeles
pero el perfume de tu amor apagó su puro en el alfombra
y sola me quedé con las cenizas de una broma ingeniosa

de Rapaces,1960

Los muertos con cabeza de perro

Sé que los que mueren durante el coito se transforman y aprenden de nuevo a sufrir
cuando la luna saca su verga de ojos de lluvia
se restriegan sobre sus llagas giran y parecen desfallecer
poseídos por el vacío
dislocados perdidos
ocupan el aire con sus miembros abren sus bocas gritan
brotan perlas de sus hermosos muñones
la leche mana
mas una fina lluvia infla los cielos en los que nada la podredumbre
ahogando a los muertos de endomingados ojos
ahogando a los tiranos que se disputan la eternidad
haciendo que hombres y bienes
mujeres niños hombres perros perros con cabeza de hombre
todos esos perros de hombres
esos bienes de hombres
floten en la fibrosa sopa
de la nada

de Rapaces,1960

La irrupción del bárbaro

Presiento mi muerte próxima
aquí en el sofá sembrado de píldoras
entre la leña seca
y la consola vanidosa con florones muy dorados
tu pulgar atravesará la película
acosará al fugitivo con su pelliza almizclada tensa de carne rosa
Sé que acabaré llorando antes de que termine la cena
no quiero despertarme sola en el sofá
perdida

Sola

Sola vago por las sombrías cavernas de la desesperación

sola disfruto de las viandas impuras

sola muero, sola sobrevivo,

sin orejas con que oír el alarido de los holocaustos

y vacía de palabras, mi boca se lamenta.

Yo soy la tierra cuando el agua la ha abandonado

soy el amor cuando Dios ha creado

yo misma soy la enemiga soy

Sola…

Soy la noche

Soy la noche
esta noche de espacio congelado por la fría imbecilidad de la luna
soy el dinero
el dinero que llama al dinero sin saber por qué.
Soy el hombre
el hombre que aprieta el gatillo y dispara la emoción

para vivir mejor.

Todas las mañanas un águila enfebrecida
afila su pico
en mi piel de rabino
llena de granos.
Todas las campanas toca a muerto
cuando el águila se duerme
sin dar de comer ni a los pobres ni a los perros
que mendigan sin cesar en las puertas de la felicidad
a la que tanto adoran.
Todos los hombres escuchan cómo mi pie derecho proclama
las reglas del juego aventurado de la muerte
en el que participan el hombre y el águila
contra Dios.

de Desgarraduras,1955

Joyce Patricia Adès, Joyce Mansour (Bowden, Inglaterra, 25 de julio de 1928-París, 27 de agosto de 1986)Poeta y narradora. De padres judíos-egipcios ,la familia se traslada a  El Cairo. Su infancia estuvo marcada por el deporte, ya que fue una ávida atleta, así como por la tragedia y la muerte. Su madre murió de cáncer cuando Joyce tenía 15 años. Mansour entró en contacto por primera vez con el surrealismo parisino cuando aún vivía en El Cairo. En 1947, su primer matrimonio terminó después de seis meses cuando murió su esposo. Su segundo matrimonio fue con Samir Mansour de quién toma el apellido con el que firmará sus libros . En 1949 la pareja vivía entre El Cairo y París hasta que en 1953 se instalan en París. Mansour comenzó a escribir en francés. En 1953 publica en París su primer libro Cris (Gritos) y en 1954, Joyce Mansour se involucra con el movimiento surrealista después de que Jean-Louise Bédouin  escribiera una reseña alabando Cris y participa activamente en la segunda ola de surrealismo en París. Más tarde, el trabajo de Joyce fue alabado por André Breton, quien le dedicó una semblanza y hablaba de ella como la “Poète-Femme”. Mansour rápidamente despierta una enorme fascinación en los ambientes literarios y artísticos y su apartamento se convierte en un lugar de encuentro popular para los miembros del grupo surrealista; era frecuente verla con Breton dando paseos por las calles parisinas. 
Salvo algunos poemas en inglés, toda su producción literaria, fundamentalmente poesía, pero también teatro y algunas novelas, la escribirá en francés. En 1958 publica una de sus novelas más famosas, Les gisants satis­faits; en 1973 la editorial Gallimard reúne bajo el título Histoires nocives las novelas cortas Jules César (que había sido publicada con anterioridad) e Îles flottantes.

Uno de los grandes logros de Mansour fue utilizar figuras femeninas como María, Lilith o Miriam como temas centrales en su obra. Varios de sus poemas evocan a Nut, la diosa egipcia de los cielos. Su poesía está marcada por un erotismo sombrío y un humor irónico que se interroga sobre el deseo carnal, la muerte, la angustia, la ternura y también la inocencia.

La obra de Joyce Mansour es extensa, cuenta con 16 libros de poesía, 4 textos de narrativa de ficción, una obra de teatro y diversos artículos. Su obra completa ha sido publicada en:”Prose et poésie, œuvre complète», Actes Sud, Paris, 1991.

En 2019 la editorial “Egitur” editó en España un libro de poesía que reune tres poemarios de Mansour: Gritos, Desgarraduras y Rapaces. (Prólogo de Juan Manuel Bonet, Traducción y Epílogo de Eugenio Castro). 

Joyce Mansour es considerada  una de las voces más potentes de la literatura francesa de la segunda mitad del siglo xx.

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