La guerra
Los diarios mancharon nuestras manos,
como si asir el papel
pudiera prevenir nuestra caída.
Dijiste:
Después de la bomba
sostuve el brazo de un camarada,
escuché Radio Nacional,
y contemplé la luna.
Los cuerpos no se movían.
Me acerqué-
debemos recordar
cómo alguna vez fuimos,
un país cortado en dos.
Y allí estaba ella
recostada en la acera
aún fiel a sus creencias,
su cuerpo tieso,
sus manos abiertas,
como si supiera que yo la encontraría-
era su forma de darme
otra oportunidad para cambiar de bando,
o mi oportunidad de llevármela-
cómo lo deseaba-
pero ella ni siquiera me permitiría
eso,
la sonrisa de su rostro
más estridente que mis ruegos-
este no era el país que soñamos.
Así que me alejé,
trate de recordar
cómo lucía su corazón
cuando aún estaba dentro de su pecho,
cuando me besó por vez primera
y creyó
que yo estaba a su lado
Esta noche
el agua alcanzará
el borde del vaso mas no
se permitirá rebosarlo
la violencia explotará y los horrores
se atarán a
cada árbol desnudo
esta noche oiremos discursos
ordenándonos abrir nuestras piernas
a escandalizar como meretrices
esta noche veremos
cinturas tatuadas y kalashnikovs
en los maleteros de los autos
recuerdos paralizados y
revoluciones tras
la puerta de cada casa
veremos paisajes rojos,
piedras de luz, plumas ligeras meciéndose
en el paisaje nocturno
y las arrugas se multiplicarán
en nuestros rostros esta noche mientras cada
muerto se alza de su tumba
esta noche los exiliados, inmigrantes, refugiados
serán atrapados en pájaros cantores,
el asfalto cuarteado recitará viejos versos
esta noche escucharemos las grietas de historias
los gritos de los estrangulados
por la noche en la noche
escucharemos el anhelo
de tardes púrpura
bajo el manto de dios
esta noche el amor será difícil.
El guerrero
Era miércoles, lo recuerdo.
Tal vez era jueves.
Yo había llegado temprano,
suficientemente temprano para beber un buen
vino sola,
con un hombre que pensaba todos debíamos
temer,
y por un segundo lo olvidé.
Luego ellos llegaron.
Nada en mí había cambiado,
incluso después del vino,
incluso después de que vi una cabra y un
cadáver abiertos de un tajo,
uno al lado del otro.
Algunos dicen que este lugar está maldito,
cada gota de agua hunde la tierra.
Cuán extrañas las cosas que pensamos en
momentos como éste.
¿Era yo una extraña para el amante que vio mis
curvas y cicatrices,
los besó y luego durmió como un desertor?
Cuán extraño lo que se nos ocurre en las
sombras oníricas de Dios,
los niños que un día viste en Nablus o Ramallah,
que te dijeron la hora en que los dátiles
crecerán en Palestina.
Luego ellos llegaron.
Anunciaron,
ella murió ayer,
pero había oído que murió hace un año,
luego esa noche supe que morirá mañana.
Y luego le escuché decir:
Cállate,
sólo hay una manera de librar una guerra.
Conviértete en el otro.
Cruzo mis piernas
y deshago su rostro,
intentando hallar una forma de recordar este
momento de manera diferente.
Oí
soy un armenio
que cree que las estrellas
son trozos relampagueantes
de historia abandonados en el espacio,
oí
tengo sangre romana
y mi hermano es turco
y griego,
oí
mi corazón está
junto a la mezquita de Omar
junto a la Natividad
al lado de un talismán
y de un anciano
sin dientes ni llaves,
oí
mis poemas se convirtieron en piedras
con caracteres arameos,
oí
que aquí
los invasores expulsaron a los nativos
los nativos dieron sus nombres a los árboles y los árboles ensayaron los versos
que permitió la libertad,
oí
que era una casa
construida con la luz del Mediterráneo
lo que ocurre es que sólo oí esto en primavera
y la primavera hace ya tiempo que no existe aquí— se llevaron todos nuestros árboles—
tal vez Jesús pueda explicar lo que ocurrió
o tal vez todo lo que necesito recordar
es que
oí—y es lo que sé—
que soy árabe,
que los siete barrios
de la ciudad antigua
me han dejado siete llaves
para que pueda entrar siempre.
Talhamiyeh
Las vidas de la lluvia
El viejo chino
en la tienda de alimentos naturales
en la 98 con Broadway me dice
que la lluvia tiene muchas vidas.
Me pregunto si le dice a todo el mundo
lo mismo o si esto es algo
sólo entre los dos, me pregunto si ha luchado
en alguna guerra,
matado a alguien, me pregunto si se ha
enamorado,
si ha perdido una casa, su acento, perdido una
esposa o
un hijo en la lluvia, me pregunto si llama a la
lluvia mientras revuelve su sopa del día,
me pregunto qué oculta su tela de seda,
arroz, pinturas, tal vez recuerdos de lluvia.
La lluvia, me dice, lleva rumores de los muertos,
de aquéllos con valijas y epidemias.
La lluvia lleva el recuerdo de sequías,
de casas que ya no están, la lluvia como
los amantes
va y viene, como los soldados se van
y a veces retornan a una vida
ya no de pie.
El chino espera que yo pregunte,
quién sabe realmente por cuántas vidas más.
Muro contra nuestro aliento
Cada día, una hora más cruel
la esgrima de corazones apenas palpitando,
el pálpito de hojas en nuestros jardines secos
el calor en Gaza, en Jericó,
manteniendo sueños que jamás tuvimos tiempo
de recordar
una anciana intentando revivir
cualquier fantasía posible,
otra pensando en su esposo
perdido en lo inimaginable,
hombres sobre alambres de púas que dejan
de responder cuando gritamos sus nombres,
demasiado atareados,
intentando cruzar el punto de inspección,
mientras otros beben té,
las mujeres hablan de toques de queda,
mientras una madre pregunta
qué le dirá al niño que lleva adentro
que ella desearía que no viniera.
Somos testigos del octubre en llamas,
y cada mes siguiente es igual,
las calles por las que caminamos
nos recuerdan quiénes somos y lo que ellos
jamás harán de nosotros…
Retratos humanos en esquinas
que olvidamos mirar u olvidamos alcanzar…
fotografías pegadas en muros como si
pertenecieran a ninguna parte.
Un novio y una novia forzados a casarse
en cualquier lugar menos donde era debido,
y aun así, seguimos preguntando:
¿cuál victoria apaga las velas?
¿cuál mar habla de otro mar?
Aun si levantan el muro
más allá de nuestro alcance
sólo conocemos un hogar,
aun si cada vez tomamos rutas distintas
los árboles nos guían,
el viento nos guía
el sol y la luna nos guían
y cuando llegamos hallamos los libros
que no podemos dejar de leer,
los bordados hechos por los refugiados,
la cocina donde vivimos nuestras vidas
una propuesta de matrimonio,
una muerte,
un nacimiento
y cada día mientras colamos nuestro café
nos saludamos adecuadamente
y expulsamos el muro de nuestro aliento.
Música rota
Tal vez cuando estés listo para la música
todos los instrumentos estarán rotos
Tal vez cuando estés listo para la libertad
tu corazón ya no podrá latir
Tal vez cuando te brote la locura
hallarás lo que debes ver
Tal vez si me muestras
cómo implora el deseo
tocas una canción en mi menor
el lento río de alas
se revelará ante nosotros.
Pero tuvimos que llegar a esto:
Un violín roto
el corazón, irresuelto
una discusión con Jesús o Mahoma
el exilio tiene sus tácticas.
Ahora tu aliento, una canción desafinada
cojeando alrededor
del despertar de tu boca.
Lo que pasa con las plumas
Guardamos solo las llaves,
cartas, y fotos –
todo lo demás quedó atrás
cuando abandonamos la casa.
Eso ocurre cuando
una nación cambia súbitamente,
cuando aquellos que conocemos
se transforman en
una verja de plumas-
y lo que ocurre con las plumas es que
ellas saben lo que dejamos atrás.
Por años vigilo
la casa de mi vecino
desde ventanas ajenas-
diferentes países,
distintas casas,
unas de ladrillo, otras de piedra.
Hay quien no imagina siquiera
lo que significa un hogar
cuando una melodía inconclusa
atrapa el techo.
Yo finjo
no haber visto jamás
flotar un cuerpo en medio del aire
o las manos de un padre
plantadas en el suelo-
al fin y al cabo
lo que nuca admitimos
nunca sucedió.
Pero no pude
cambiar ese día en Murcia,
cuando el agua trajo la luz
a la puerta:
tengo siete años
es la víspera de nuestra partida,
el día en que mi padre
me da un cuaderno,
y yo le digo,
aquí guardaré mi país.
Corriendo
Digamos que
????tomaste sal marina
?????? y la colocaste en mis labios
Digamos que
?????hacia el mediodía me dijiste que tu
??????? célebre letra no fue escrita por ti
Digamos que
?????tu corazón sangra en mis manos
????????y pronuncias el nombre de otra
????? mientras estás adentro
Digamos que me muestras tus ojos peligrosos
????tu sonrisa dura
Digamos que me traes el aroma de la lujuria
?????y dejas que el sol descienda entre tus piernas
???????sería eso suficiente
????o no es más extraño el amor.
En busca de la medianoche
Él besó mis labios a la medianoche
Yo lo permití
Él me quitó la blusa
Yo lo permití
Él me quitó el sostén
y tocó mis senos
Yo lo permití
Él me quitó los pantalones
Yo lo permití
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro.
…Yo lo permití
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos…
Luego él se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo…
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que se puede regresar
a un amante aún si
el amor ya no fuera posible
una segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado el pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aún incapaz
de llegar…
Él responde:
En mi país, no pronuncié
mi nombre correctamente
y entonces fui torturado,
en la línea del enemigo, no pronuncié
mi nombre correctamente
y fui exiliado
al llegar, no pronuncié
mi nombre correctamente
y me dieron nuevos documentos…
Ya ves. Un corazón que busca la medianoche
es sólo un corazón, todo lo demás es igual,
excepto lo que espera el otro …
Escucha, esta noche
A las hojas murmurando
en los campos amarillos
a las dolencias de un campesino
el dolor de un niño abandonado
mira a Tiberia disfrazada en sombras
en las minúsculas pisadas de las estrellas
siente el toque hambriento de un mendigo
y responde por qué fingimos
cuando medimos la tierra
y no había espacio para los dos.
Nathalie Handal (Haití, 29 de julio de 1969) es una poeta ,dramaturga, escritora franco-estadounidense de familia palestina de Belén, criada en Francia, América Latina y Oriente Medio, y educada en Asia, Estados Unidos y el Reino Unido. Vive en N. York y París. Estudió teatro en Queen Mary College de la Universidad de Londres, así como escritura creativa en Bennington College de Vermont. Su trabajo ha sido traducido a más de quince idiomas y ha sido destacado en NPR, PBS Radio, The New York Times, The San Francisco Chronicle, Reuters, Mail & Guardian, The Jordan Times, e Il Piccolo ; ha estado involucrada como escritora, directora y/o productora en más de veinte producciones de teatro y cine. Miembro de la Fundación Lannan, Mención de Honor del Gift of Freedom Award, Becaria de AE Ventures, Candidata al Agnes Lynch, ganadora del Premio Literario Menada y del Premio Nacional del Libro “Pen Oakland Josephine Miles”.
Algunas de sus publicaciones :
«The Never Field» (1999)
«The Lives of Rain» (2005)
«Love and Strange Horses», ( 2010)
«Poet in Andalucía», (2012)
«The Invisible Star / La Estrella Invisible», 2014
«The Republics», 2015
«Life in a Country Album», 2019
«The Poetry of Arab Women», Antología, 2001, por la que recibió el Pen Oakland Josephine Miles National Book Award
Enlaces De Interes :
http://la-convencion.blogspot.com/2013/05/entrevista-nathalie-handal-la-poesia-es.html
http://www.facebook.com/nathalie.handal.3
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