11 Poemas de Nathalie Handal

La guerra

Los diarios mancharon nuestras manos,

como si asir el papel

pudiera prevenir nuestra caída.

Dijiste:

Después de la bomba

sostuve el brazo de un camarada,

escuché Radio Nacional,

y contemplé la luna.

Los cuerpos no se movían.

Me acerqué-

debemos recordar

cómo alguna vez fuimos,

un país cortado en dos.

Y allí estaba ella

recostada en la acera

aún fiel a sus creencias,

su cuerpo tieso,

sus manos abiertas,

como si supiera que yo la encontraría-

era su forma de darme

otra oportunidad para cambiar de bando,

o mi oportunidad de llevármela-

cómo lo deseaba-

pero ella ni siquiera me permitiría

eso,

la sonrisa de su rostro

más estridente que mis ruegos-

este no era el país que soñamos.

Así que me alejé,

trate de recordar

cómo lucía su corazón

cuando aún estaba dentro de su pecho,

cuando me besó por vez primera

y creyó

que yo estaba a su lado

Esta noche

el agua alcanzará

el borde del vaso mas no

se permitirá rebosarlo

la violencia explotará y los horrores

se atarán a 

cada árbol desnudo

esta noche oiremos discursos

ordenándonos abrir nuestras piernas

a escandalizar como meretrices

esta noche veremos

cinturas tatuadas y kalashnikovs

en los maleteros de los autos

recuerdos paralizados y

revoluciones tras

la puerta de cada casa

veremos paisajes rojos,

piedras de luz, plumas ligeras meciéndose

en el paisaje nocturno

y las arrugas se multiplicarán

en nuestros rostros esta noche mientras cada

muerto se alza de su tumba

esta noche los exiliados, inmigrantes, refugiados

serán atrapados en pájaros cantores,

el asfalto cuarteado recitará viejos versos

esta noche escucharemos las grietas de historias

los gritos de los estrangulados

por la noche en la noche

escucharemos el anhelo

de tardes púrpura

bajo el manto de dios

esta noche el amor será difícil.

El guerrero

Era miércoles, lo recuerdo.

Tal vez era jueves.

Yo había llegado temprano,

suficientemente temprano para beber un buen

vino sola,

con un hombre que pensaba todos debíamos

temer,

y por un segundo lo olvidé.

Luego ellos llegaron.

Nada en mí había cambiado,

incluso después del vino,

incluso después de que vi una cabra y un

cadáver abiertos de un tajo,

uno al lado del otro.

Algunos dicen que este lugar está maldito,

cada gota de agua hunde la tierra.

Cuán extrañas las cosas que pensamos en

momentos como éste.

¿Era yo una extraña para el amante que vio mis

curvas y cicatrices,

los besó y luego durmió como un desertor?

Cuán extraño lo que se nos ocurre en las

sombras oníricas de Dios,

los niños que un día viste en Nablus o Ramallah,

que te dijeron la hora en que los dátiles

crecerán en Palestina.

Luego ellos llegaron.

Anunciaron,

ella murió ayer,

pero había oído que murió hace un año,

luego esa noche supe que morirá mañana.

Y luego le escuché decir:

Cállate,

sólo hay una manera de librar una guerra.

Conviértete en el otro.

Cruzo mis piernas

y deshago su rostro,

intentando hallar una forma de recordar este

momento de manera diferente.

nathhaliehan

soy un armenio

que cree que las estrellas

son trozos relampagueantes

de historia abandonados en el espacio,

tengo sangre romana

y mi hermano es turco

y griego,

mi corazón está

junto a la mezquita de Omar

junto a la Natividad

al lado de un talismán

y de un anciano

sin dientes ni llaves,

mis poemas se convirtieron en piedras

con caracteres arameos,

que aquí

los invasores expulsaron a los nativos

los nativos dieron sus nombres a los árboles y los árboles ensayaron los versos

que permitió la libertad,

que era una casa

construida con la luz del Mediterráneo

lo que ocurre es que sólo oí esto en primavera

y la primavera hace ya tiempo que no existe aquí— se llevaron todos nuestros árboles—

tal vez Jesús pueda explicar lo que ocurrió

o tal vez todo lo que necesito recordar

es que

oí—y es lo que sé—

que soy árabe,

que los siete barrios

de la ciudad antigua

me han dejado siete llaves

para que pueda entrar siempre.

NatalieHandal

Talhamiyeh

Las vidas de la lluvia

El viejo chino

en la tienda de alimentos naturales

en la 98 con Broadway me dice

que la lluvia tiene muchas vidas.

Me pregunto si le dice a todo el mundo

lo mismo o si esto es algo

sólo entre los dos, me pregunto si ha luchado

en alguna guerra,

matado a alguien, me pregunto si se ha

enamorado,

si ha perdido una casa, su acento, perdido una

esposa o

un hijo en la lluvia, me pregunto si llama a la

lluvia mientras revuelve su sopa del día,

me pregunto qué oculta su tela de seda,

arroz, pinturas, tal vez recuerdos de lluvia.

La lluvia, me dice, lleva rumores de los muertos,

de aquéllos con valijas y epidemias.

La lluvia lleva el recuerdo de sequías,

de casas que ya no están, la lluvia como

los amantes

va y viene, como los soldados se van

y a veces retornan a una vida

ya no de pie.

El chino espera que yo pregunte,

quién sabe realmente por cuántas vidas más.

Muro contra nuestro aliento

Cada día, una hora más cruel

la esgrima de corazones apenas palpitando,

el pálpito de hojas en nuestros jardines secos

el calor en Gaza, en Jericó,

manteniendo sueños que jamás tuvimos tiempo

de recordar

una anciana intentando revivir

cualquier fantasía posible,

otra pensando en su esposo

perdido en lo inimaginable,

hombres  sobre alambres de púas que dejan

de responder cuando gritamos sus nombres,

demasiado atareados,

intentando cruzar el punto de inspección,

mientras otros beben té,

las mujeres hablan de toques de queda,

mientras una madre pregunta

qué le dirá al niño que lleva adentro

que ella desearía que no viniera.

Somos testigos del octubre en llamas,

y cada mes siguiente es igual,

las calles por las que caminamos

nos recuerdan quiénes somos y lo que ellos

jamás harán de nosotros…

Retratos humanos en esquinas

que olvidamos mirar u olvidamos alcanzar…

fotografías pegadas en muros como si

pertenecieran a ninguna parte.

Un novio y una novia forzados a casarse

en cualquier lugar menos donde era debido,

y aun así, seguimos preguntando:

¿cuál victoria apaga las velas?

¿cuál mar habla de otro mar?

Aun si levantan el muro

más allá de nuestro alcance

sólo conocemos un hogar,

aun si cada vez tomamos rutas distintas

los árboles nos guían,

el viento nos guía

el sol y la luna nos guían

y cuando llegamos hallamos los libros

que no podemos dejar de leer,

los bordados hechos por los refugiados,

la cocina donde vivimos nuestras vidas

una propuesta de matrimonio,

una muerte,

un nacimiento

y cada día mientras colamos nuestro café

nos saludamos adecuadamente

y expulsamos el muro de nuestro aliento.

Música rota

Tal vez cuando estés listo para la música

todos los instrumentos estarán rotos

Tal vez cuando estés listo para la libertad

tu corazón ya no podrá latir

Tal vez cuando te brote la locura

hallarás lo que debes ver

Tal vez si me muestras

cómo implora el deseo

tocas una canción en mi menor

el lento río de alas

se revelará ante nosotros.

Pero tuvimos que llegar a esto:

Un violín roto

el corazón, irresuelto

una discusión con Jesús o Mahoma

el exilio tiene sus tácticas.

Ahora tu aliento, una canción desafinada

cojeando alrededor

del despertar de tu boca.

Lo que pasa con las plumas

Guardamos solo las llaves,

cartas, y fotos –

todo lo demás quedó atrás

cuando abandonamos la casa.

Eso ocurre cuando

una nación cambia súbitamente,

cuando aquellos que conocemos

se transforman en

una verja de plumas-

y lo que ocurre con las plumas es que

ellas saben lo que dejamos atrás.

Por años vigilo

la casa de mi vecino

desde ventanas ajenas-

diferentes países,

distintas casas,

unas de ladrillo, otras de piedra.

Hay quien no imagina siquiera

lo que significa un hogar

cuando una melodía inconclusa

atrapa el techo.

Yo finjo

no haber visto jamás

flotar un cuerpo en medio del aire

o las manos de un padre

plantadas en el suelo-

al fin y al cabo

lo que nuca admitimos

nunca sucedió.

Pero no pude

cambiar ese día en Murcia,

cuando el agua trajo la luz

a la puerta:

tengo siete años

es la víspera de nuestra partida,

el día en que mi padre

me da un cuaderno,

y yo le digo,

aquí guardaré mi país.

Corriendo

Digamos que
????tomaste sal marina
?????? y la colocaste en mis labios 

Digamos que
?????hacia el mediodía me dijiste que tu
??????? célebre letra no fue escrita por ti 

Digamos que
?????tu corazón sangra en mis manos
????????y pronuncias el nombre de otra 
????? mientras estás adentro 

Digamos que me muestras tus ojos peligrosos
????tu sonrisa dura 

Digamos que me traes el aroma de la lujuria
?????y dejas que el sol descienda entre tus piernas
???????sería eso suficiente
????o no es más extraño el amor.

En busca de la medianoche


Él
besó mis labios a la medianoche
Yo lo permití
Él me quitó la blusa
Yo lo permití
Él me quitó el sostén
y tocó mis senos
Yo lo permití
Él me quitó los pantalones
Yo lo permití
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro.
…Yo lo permití
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos…

Luego él se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo…
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que se puede regresar
a un amante aún si
el amor ya no fuera posible
una segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado el pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aún incapaz
de llegar…

Él responde:
En mi país, no pronuncié
mi nombre correctamente
y entonces fui torturado,
en la línea del enemigo, no pronuncié
mi nombre correctamente
y fui exiliado
al llegar, no pronuncié
mi nombre correctamente
y me dieron nuevos documentos…
Ya ves. Un corazón que busca la medianoche
es sólo un corazón, todo lo demás es igual,
excepto lo que espera el otro …

Escucha, esta noche

A las hojas murmurando

en los campos amarillos

a las dolencias de un campesino

el dolor de un niño abandonado

mira a Tiberia disfrazada en sombras

en las minúsculas pisadas de las estrellas

siente el toque hambriento de un mendigo

y responde por qué fingimos

cuando medimos la tierra

y no había espacio para los dos.

nataliehhhhand

Nathalie Handal (Haití, 29 de julio de  1969) es una poeta ,dramaturga,  escritora  franco-estadounidense  de familia palestina de Belén, criada en Francia, América Latina y Oriente Medio, y educada en Asia, Estados Unidos y el Reino Unido. Vive en N. York y París. Estudió teatro en Queen Mary College de la Universidad de Londres, así como escritura creativa en Bennington College de Vermont. Su trabajo ha sido traducido a más de quince idiomas y ha sido destacado en NPR, PBS Radio, The New York Times, The San Francisco Chronicle, Reuters, Mail & Guardian, The Jordan Times, e Il Piccolo  ; ha estado involucrada como escritora, directora y/o productora en más de veinte producciones de teatro y cine. Miembro de la Fundación Lannan, Mención de Honor del Gift of Freedom Award, Becaria de AE Ventures, Candidata al Agnes Lynch, ganadora del Premio Literario Menada y del Premio Nacional del Libro “Pen Oakland Josephine Miles”. 

Algunas de sus publicaciones :

«The Never Field» (1999)

«The Lives of Rain» (2005)

«Love and Strange Horses», ( 2010)

«Poet in Andalucía», (2012)

«The Invisible Star / La Estrella Invisible», 2014

«The Republics», 2015

 «Life in a Country Album», 2019

 «The Poetry of Arab Women», Antología,  2001, por la que recibió el Pen Oakland Josephine Miles National Book Award

Enlaces De Interes :

http://la-convencion.blogspot.com/2013/05/entrevista-nathalie-handal-la-poesia-es.html

http://www.facebook.com/nathalie.handal.3  


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