15 Poemas de Ali Ahmad Said,Adonis

Os dije…

Os dije
que he escuchado a los mares
leerme sus poemas,
que he escuchado a la campana
que dormita en las conchas.
Os dije
que he cantado en la boda del diablo,
en el banquete de la fantasía.
Os dije
que he visto en la lluvia de la historia,
en la distancia encendida,
un hada y una casa.

Como navego dentro de mis ojos,
os dije que lo había visto todo
desde el primer paso
por la distancia.

De “Canciones de Mihyar el de Damasco” 1961
Versión de Pedro Martínez Montávez

Diálogo

¿Quién eres tú?
¿Qué luz, bajo los párpados,
te llora?
¿Dónde estuviste?
¡Enséñame lo que has escrito!

Yo no le respondí,
no podía decir ni una palabra.
Había roto todos mis papeles,
por no haber encontrado
estrellas en las nubes de la tinta

¿Qué luz, bajo los párpados,
te llora?
Dime, ¿dónde estuviste?

Y no le respondí.
La noche era una choza beduina.
Las lámparas,
la gente de la tribu.
Y yo, tan solamente
un sol enflaquecido,
bajo el cual la ancha tierra
había cambiado de sitio las colinas.
Mientras el descarriado se encontraba
con el largo camino.

De “Canciones de Mihyar el de Damasco” 1961
Versión de Pedro Martínez Montávez

La bala

Una bala gira

engrasada con el resplandor de la civilización,

perfora el rostro de la aurora -cada instante

se repite esta escena-

los presentes

renuevan el trago de la vida, animan

sin telón, oscuridad ni descanso:

la escena es la historia

y el actor la civilización.

IV
Si en el país de los espejos y los sueños
tuviera un puerto.
Si poseyera un barco
y los restos de un pueblo.
O una ciudad tuviera
en el país del llanto y de los niños.

Haría con todo ello
una limpia canción para la herida.
Aguda como flecha
que traspasara árboles,
piedras y firmamentos.
Tan tierna como el agua.
Igual que la invasión,
desafiante,
atónita.

La herida

I
La hoja dormida bajo el viento
es un barco para la herida.
El tiempo perecedero es la gloria de la herida,
y el árbol que sube por nuestras cejas
es un lago para la herida.

La herida está en los puentes
cuando se alarga la tumba,
cuando se alarga la paciencia
entre los bordes de nuestro amor y nuestra muerte.
La herida es un gesto.
Está en las travesías.

II
A la lengua de timbres asfixiados
yo le otorgo la voz de la herida.
A la piedra que viene de lejos,
al mundo seco, a la aridez,
al tiempo transportado en camilla de hielo,
le enciendo el fuego de la herida.
Y cuando la historia arda en mis vestidos
y las uñas azules crezcan en mi libro.
Cuando le grite al día:
¿quién eres tú?,
¿quién te ha arrojado en mis cuadernos
y en mi tierra virgen?,
notaré cómo brillan en mis cuadernos
unos ojos de polvo.
Oiré decir a alguien:
Yo soy esa herida que comienza a crecer
en tu historia pequeña. 

III
Te he llamado nube, 
¡oh herida y paloma del adiós! 
Te llamé pluma y libro.
Y es ahora cuando empiezo a dialogar
con la lengua hundida
en las islas viajeras,
en el archipiélago de la vieja caída.
Es ahora cuando enseño a dialogar
al viento y las palmeras,
¡oh herida y paloma del adiós!

V
Llueve sobre nuestros desiertos,
¡oh mundo engalanado del sueño y la nostalgia!
Llueve, y agítanos, a nosotros, que somos
palmeras de heridas.
Y pártenos dos ramos
de un árbol enamorado del silencio de la herida,
de un árbol que vele sobre la herida
con las cejas y las manos arqueadas.
¡Oh mundo engalanado del sueño y la nostalgia!
¡Oh mundo que me cae sobre la frente!,
como la herida dibujado.
No te acerques, la herida
está más cerca que tú.
No me tientes, la herida
es más bella que tú.
Y esa magia lanzada por tus ojos
sobre los reinos últimos
ha sido sobrepasada por la herida.
La pasó, sin dejar una vela seductora,
sin dejarle una isla siquiera.

De “Canciones de Mihyar el de Damasco” 1961
Versión de Pedro Martínez Montávez

Salmo

Le creo al viento un pecho, una cadera sobre la que apoyarme. Creo al rechazo un rostro que con el mío comparo. Me sirvo de las nubes cual cuadernos y tinta. Lavo la claridad.

El cielo tiene lóbulos que corto, y las lágrimas, hojas sobre las que yo escribo, las amapolas, galas que me visten, y los pinos, cintura que me ríe. Sin encontrar a nadie a quien amar, ¿es demasiado, muerte, que me ame a mí mismo?

Me auto-acuno. Mis senderos yo creo de mis dedos y dispongo el espacio en circular, lo mismo que mis ojos. Invento un agua que no me sacie nunca. Igual que el aire soy, sin leyes qué acatar. Creo un paraje donde convergen infierno y paraíso. Invento otros demonios con quienes yo compito en carreras y apuestas.

De “Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y de la noche” 1965
Traducción de Federico Arbos

Celebración del juego de la vida y de la muerte

La muerte llega por detrás

incluso si parece que viniese por delante:

por delante sólo llega la vida.

.

El ojo es camino.

El camino encrucijada.

.

El grupo

escribe la historia.

El individuo es quien la lee.

.

El niño juega con la vida.

El viejo se apoya en ella.

.

La lengua se oxida por exceso de palabras.

El ojo se oxida por falta de sueños.

.

Arrugas-

surcos en el rostro,

fosas en el corazón.

.

Cuerpo- mitad umbral

mitad recodo.

.

Su cabeza es mariposa

con una sola ala.

.

El rostro es la luz del cuerpo.

Cuando el rostro se ensombrece

todo el cuerpo se apaga.

.

El cielo te lee

después de que la tierra te escriba.

.

El cielo tiene dos senos.

Toda la humanidad mama de ellos

en cualquier lugar,

en cualquier instante.

.

A veces

la línea recta es un camino

que no conduce a ninguna parte.

.

El hombre es un libro

que la vida lee sin cesar.

La muerte lo lee en un instante,

una sola vez.

.

La idea de la realidad es un fuego

de paja-

rápidamente se extingue.

.

¡Ah! Esta ciudad-,

en ella el alba es bastón

en una oscuridad llamada tiempo.

.

Bajo la lluvia que gotea de sus miembros,

la primavera llegó al jardín.

Fue dejando sus maletas por los árboles

y por las plantas.

¿Por qué el poeta se equivoca siempre?:

La primavera le da sus hojas

y él se las da a la tinta.

.

Nuestra existencia es una pendiente.

Vivimos para escalarla.

.

Te felicito, arena:

sólo tú puedes verter el agua y el espejismo

en un mismo cuenco.

.

El sol nos inunda con su luz

sin prestarnos atención-

Su brazo perpetuo

es perpetua despedida.

.

Las más bellas lámparas, a veces,

son esas que encendemos

no para ver la luz

sino para ver la sombra.

.

…una mujer encinta

se sienta y habla con su cuerpo.

.

El color es un manto

que el ojo no puede ver,

a menos que se cubra con él.

.

Colores- abecedario de la naturaleza.

.

La melodía es para el oído,

el color es para el ojo,

la palabra es para todo el cuerpo.

.

Negro- desmayo de la naturaleza

en el regazo del universo.

.

El blanco embauca.

El rojo excita.

El negro se te entrega plenamente.

.

De todos los colores

el negro es el más material

y el que mejor desvela

lo desconocido.

.

Los colores forman una orquesta itinerante

que dirige el negro.

.

Los colores parecen unas veces desnudos,

otras vestidos,

menos el negro:

siempre parece vestido-desnudo.

.

El blanco abre la camisa del lugar.

El negro la abrocha.

.

El desierto le dijo a Qays:

“No te comprendo.”

La locura le dijo:

“Porque él es el mar.”

.

La razón es ruina.

La locura viaje.

.

La locura es continuo encuentro con las cosas,

y es, al mismo tiempo, continua despedida.

.

Los seres se cubren con ropajes que los
          enmascaran-
El ser no aparece en completa desnudez

más que cuando lo coge de la mano la locura.

.

La locura es infancia

que practica su más bello juego

en el jardín de la razón.

.

La imaginación no tiene pasado.

.

La imaginación es un rito

que no podemos practicar

más que en la casa de la realidad.

.

La imaginación escribe,

la realidad es quien la lee.

.

La razón gira en torno nuestro,

el corazón camina delante de nosotros.

.

Allá donde viajes,

dondequiera que te dirijas-

tus profundidades son los lugares más lejanos.

.

El planeta del amante está en sus brazos.

El planeta de la amante está entre sus muslos.

.

La vida de la piedra no termina:

vive muerta.

Espejo de una pregunta 

Pregunté y me dijeron: 
la rama cubierta de fuego es un pájaro, 
y me dijeron que mi rostro era una ola 
y el rostro del mundo espejos, 
suspiros de marinero y faro. 
Y vine. 
Tinta era el mundo en mi camino 
y cada estremecimiento una frase. 
No sabía que entre nosotros 
había un puente de hermandad, 
de pasos de fuego y profecía. 
No sabía que mi rostro 
era un barco navegando en una chispa.

De “El teatro y los espejos” 1988 
Versión de María Luisa Prieto

Alquimia del Narciso

Los espejos reconcilian el mediodía

con la noche.

Detrás de los espejos

un cuerpo abre camino

a sus nuevas regiones

en el cúmulo de las épocas,

borrando la estrella del camino

entre su ritmo y el poema,

cruzando el último puente.

… He matado a los espejos

y he mezclado sus zaragüelles de

narciso con el sol.

He inventado a los espejos,

obsesionado en abrazar a los soles

y sus inmensidades siderales.

En la sombra de las cosas

Yo prefiero quedar en la penumbra;
quedarme en el secreto de las cosas.

Me gusta introducirme en las criaturas.
Errar como una idea.
Extraño como el arte.
Anónimo,
incierto
y olvidado.

Naciendo, nuevamente,
en cada día.

Traducción de Pedro Martínez Montávez

Homenaje a ella

…CUERPO-
la más bella morada de la imaginación.

Placer-
resurrección del cuerpo.

…Sus lágrimas-
arroyo en el que navega el deseo.

Mi mirada se pierde en las regiones de su cuerpo.
             El mayor océano
             es el cuerpo de una mujer enamorada.

Cuando me ve
su rostro se enciende.
Yo soy su fuego interno.

-El corazón del amante está entre sus labios.
El corazón de la amante está bajo su ombligo.

N o, no puede ver en la rosa
más que un cuerpo de mujer.

¿Por qué tu recuerdo no me deja?
Ni el viento me escuchó
cuando dije: te quiero.

Se levanta en su cuerpo,
duerme en el cuerpo de ella.

La línea recta
es círculo en el amor.

El hombre para la mujer es un libro
que ella sólo puede leer con todo el cuerpo.

El perfume es el más bello traje
que puede vestir una mujer.

No entrarás en la noche del cuerpo
a menos que te entregues al sol de la locura.

Para el cuerpo, el presente
es la forma del tiempo.

Sé modesta, lengua.
Sólo el cuerpo puede escribir al cuerpo.

El perfume de mujer es creado:
para ser lecho y falo del aire. 

Sueña, sueña-
dice la rosa marchita.

He visto a la mujer
que vio la golondrina
que creó la primavera:
eres tú.

De “Homenajes”  1988
Versión de María Luisa Prieto

Homenaje a ellos

¡QUE VELOZ es la bala!
No obstante, jamás llegará.

Están sentados-
                sus pestañas son velas,
sus manos restos de navíos.

De vez en cuando
el cielo envía un ángel para visitarlos
mas éste se pierde por el camino.

Avanzo en su dirección.
Entre ellos, muerta, una mujer a la que amé.
Entre ellos, un niño que se parece a mí.

Aprenden el alfabeto de las olas
para leer las playas.

Tu pálida imagen
relumbra nuevamente en ellos:
¡Salve! Feminidad de la tierra.

Sin embargo…
No veo en sus heridas ninguna rosa
y las estrellas, sobre ellos, permanecen blancas.

Intentó cruzar la calle:
no pudo andar por la sombra
ni pudo andar por el sol
ni halló, entre ambos, camino.

El día se inclina,
el cielo se acurruca
y el sol
se contenta con ser bastón
para el viejo vendedor de fruta.

Se ahoga al recordar.
Se ahoga al intentar olvidar:
es un infierno que se devora.

El humo es tinta
que escribe el tiempo.

Calle-
templo que se apoya en las muletas de sus oraciones.

De las ventanas cuelgan espectros
que no son ni cuerpos ni ropajes.
Preguntad a la silente misa
que flota sobre los escombros.

El tiempo corre a mi lado
en una pesadilla que improvisa el camino.

La ceniza
que ha devorado a los muertos
no se acuerda de ninguno.

El cielo afirma que desciende
y camina entre la gente.
Tal vez sea cierto
mas yo no lo veo.

Con hilos de rosa
amarraban la muerte
y la arrojaban al regazo del agua.

Despojos de figuras en el cuerpo del aire:
son los hijos del Líbano
que embellecen el libro de la tierra
y enmiendan el horizonte.

Si el mar envejeciera 
elegirá Beirut como recuerdo. 

A cada instante la ceniza demuestra
que es el palacio del futuro.

Desesperado,
hasta el aire se dispone
a tender el cuello a cualquier asesino.

Rebaños de sangre
pastan por la superficie de la tierra.

¿Cómo podrá cicatrizar esa herida?
¿Y cómo podría alumbrarse de otra?

De “Homenajes”  1988
Versión de María Luisa Prieto

Homenaje a la soledad

Soledad – jardín
con un sólo árbol.

Desde la infancia
por este camino vamos
mi amigo el poeta y yo.
¡Qué extraño!
Sus pasos todavía vuelan con el polvo.

Mi amistad es para el narciso.
Mi amor es para otra flor
que no mencionaré.

Sediento
sólo me saciará
un agua que no puedo alcanzar.

El que no tengas secretos
también es un secreto.

Sé ausencia
para permanecer como pregunta.

Amo la lluvia
que ama la palidez de la tierra.

Si no actúas
más que para realizar aquello que deseas,
¡qué ínfimo es lo que haces!

Prefiero la traición de la palabra a la palabra,
que la fidelidad de la piedra a la piedra.

¿Tras la altura el descenso?
No lo creo-
Lo alto lleva siempre hacia lo más alto.

Lo que te dices a ti mismo
se lo dices al otro-
aunque no te lo propongas.

No conozco de lo que conozco
más que mi ignorancia
de lo que aún desconozco.
Dicen: lo fácil es imitar.
¡Ah! Si pudiera imitar al mar.

Siempre olvido lo que poseo
para poder liberarme
de lo que me posee.

El individuo es unidad de lo infinito.
La multitud es el infinito de la unidad.

A veces
el sol no puede alumbrarte
y una vela te alumbra.

Mi deseo- que mi capacidad de deseo
sea mayor que mi capacidad
de realizar mis deseos.

Un hombre solo: un ala.
Una mujer sola: un ala rota.

Saldré de mi soledad
mas ¿para ir adónde?

Me pongo frente al espejo
no para mirarme
sino para asegurarme:
¿de verdad eso que veo soy yo?

El arco iris juró
vagar eternamente
porque perdió su primera casa.

Ayer , al despertarme,
vi al sol frotarse los ojos
en el cristal de mi ventana.

Afirmo que el sol es otra sombra,
mas no tengo pruebas.
Afirmo que la luna es otro fuego-
tengo muchas pruebas.

Mis días pasados tienen una tumba
sin cadáver.

¡Qué extraña es mi memoria!:
Un jardín repleto de toda clase de árboles
y no veo ni un sólo fruto.

Las palabras que conozco se han tomado
en un bosque de tristeza.

A veces siento
que el abismo al que me asomo
no es lo bastante amplio para mis pasos.

Confieso mi error-
creo que era acertado.

Siempre que pregunto
me divido en dos:
mi pregunta y yo-
La pregunta busca respuesta,
yo busco otra pregunta.

¿Por qué aquella noche sentí
que el cielo era la guitarra de la noche
y las estrellas sus cuerdas rotas?
¿Será porque dormí solo?

Ahora sé por qué
alaban, a veces, a las tinieblas
los que no sueñan más que con la luz.

Escucho en las palabras campanadas
que anuncian mi tercer nacimiento.

Todo lo que no he escrito
lo he olvidado.
Y ahora es lo que me escribe.

Escribe-
esa es la vía suprema
para leerte a ti mismo
y escuchar al mundo.

Dale los buenos días a tu camino
si quieres que el sol te acompañe.

Me rebelo contra la llama que me guía.
La llama a la que guío
se rebela contra mí.

Abro un lago para el olvido
y ahogo en él mi historia.

Demasiado tarde
para que seas tú mismo y para saber quién eres-
se te escapó la infancia.

Me das tu rostro,
te doy mis pensamientos.
El rugido es nuestra promesa:
puedes guiarme, mar.

Para ser hermano de la mañana
debes confraternizar con la noche.

¿Qué hacer por este cielo
que se marchita en mis hombros?

Para que ardan en ti los bosques de imágenes
basta con calentarte al fuego del sentido.

Al principio fue la pareja,
luego el primer pecado
que se llamó el solo,
el único.
Así escribiré la palabra pareja,
como si excavara una fuente,
y la pronunciaré
como si fuera a brotar agua.

Todo arde en tomo a él-
fuego en el aire,
fuego en el agua.
¿De dónde viene entonces este frío
que penetra en sus miembros?

Puedes protegerte contra todo
menos contra el tiempo

De “Homenajes”  1988
Versión de María Luisa Prieto

Epitafio para Nueva York

NUEVA YORK,

cuerpo color de asfalto. Cinturón húmedo le ciñe las caderas,

     ventana cerrada su rostro… Me dije: Walt Whitman

     podrá abrirla -“Yo pronuncio la palabra prístina”-.*

     Pero esa palabra no la escuchó más que un dios que ya no está

     en su lugar de siempre. Los encarcelados, los esclavos, los

     desesperados, los ladrones, los enfermos salen a borbotones

     de su garganta sin canal ni boca. Grité: ¡Puente de Brooklyn!

     Pero ése es el puente que une a Whitman con Wall Street,

     a la hoja de hierba con la hoja de papel del dólar…

*          *          *


¡Ah, Nueva York, mujer sentada en el arco del viento!

     Forma más difusa que el átomo.

     Punto que se precipita en el vacío de los números.

     Con una pierna en el cielo y otra en el agua.

*          *          *

La señora Brewing, una griega en Nueva York. Su casa es una

     página del libro del Mediterráneo Oriental. Mirène, Niamar

     Allah, Yves Bonnefoy… Y yo como quien está perdido

     y dice cosas nunca dichas. El Cairo se esparcía entre nosotros

     como rosas que no saben de las horas. Alejandría se trababa

     con la voz de Cavafis y Seferis. “Ese icono bizantino…”, dijo

     la griega, y el tiempo prendió en sus labios un perfume rojo.

     Los momentos se abovedaban y el hielo se curvaba como

     un bastón (Medianoche del 6 de abril de 1971).

                  de Epitafio para Nueva York, Nórdica, 2014. Traducción de Federico Arbós

*Cita de W. Whitman en “Canto a mí mismo”, 24 (Hojas de hierba).

Nota:”Epitafio para Nueva York” es un poema dividido en diez partes compuesto en 1971 e incorporado después a Este es mi nombre. Se trata de un texto experimental donde “Las imágenes ‘fotografían’ la crueldad, la confusión, la insolidaridad de la Gran Manzana, urbe por excelencia del siglo xx, descarnada pero atrayente, vital y desmesurada.” Los fragmentos seleccionados pertenecen a las partes I, IV y VIII, respectivamente. 

Doce candiles para Granada

1

Una sola morada para el cielo y la tierra
aquí, entre el Mediterráneo y Sierra Nevada.
La montaña estrecha la mano en la de las olas
y el mar trepa por las ventanas de los árboles.
Es la puerta de Gumara.
Veo sombras de poetas que suben a la Alhambra:
Hugo, Góngora, Jiménez, Rilke, Lorca
y oigo a Armando Palacio Valdés:
“Cuánto hubiera deseado haber nacido en tiempo de Granada”.

Angosto es el espacio para el perfume de esta historia,

angosta es la historia para el sabor de esta tierra.
¡Oh, poeta!, sube, a las torres de las preguntas,
lee el perfume de arrayán,
y acostumbra tus labios al vino del sentido.

2

Es la Alhambra que abre sus puertas hacia el cielo

para salir y visitar a sus niños.
Una mano – cinco oraciones,
una mano – exorcismo lucha contra el mal,

Y qué llevan esas manos que se agitan ¿acaso una granada que sangra o un

hígado que gime?

Y he aquí el río Adra: ajorca, y dos pies descalzos.

Las ratas iban agarrando los filos del sol,
yo las dejé extender en un manto de rayas y colores,

y así entré en ambigüedades misteriosas

encarcelando mis tristezas en un verde talismán:

la imaginación es el Adán de la creación
y la Alhambra es la Eva de la arquitectura.

Sueña, sueña,
si no sueñas, te comen el dormir y la noche.

3

Es la puerta del vino, ¿acaso entraba yo o salía?
Se emborracharon de mí paseos y galerías,
donde tiembla el jazmín de la historia.
Me emborraché en los jardines de la escritura cúfica y nesjí,

música te lleva y te acompaña a todo lugar y a ningún lugar .

Salas, moaxajas nadan en las albercas de la luz,

mariposas, de devoción ante las paredes, entran para salir de sus colores,

donde el barro es una glorificación
y la pared es hermano del éter.
Vida – ombligo en el cuerpo del arabesco

y las estrellas son mechones debajo de sus orejas.

4

No temas tocar las nubes y di: calmaos pasos míos.

En el patio de los Leones, en el patio de los arrayanes,

la luna baja por la escalera del agua,
para encontrarse, en el agua, con una cara que ama.

De vergüenza, se apega, a su alrededor,

la luz de los candiles.

En las bases de estas columnas, cuchicheo de joyas
y los hombros son nubes y olas.
¿y quién será este escultor delgado
que cautivó en sus grabados estrellas que no quieren liberarse?

Línea – río grabado por la tinta
para que corra en ella el agua de la vida.

5

He aquí tu polo, tú discípulo del grabado ,

donde las cúpulas son situaciones y estados.

De la cúpula se escucha un murmullo
del que, las olas, tienen celos.

Debajo del placer hay sillones que se mueven,

llevados por las gacelas del anhelo.
Aquí, la infinidad se viste de jubón,
y el horizonte se descansa en la hornacina.

Escuchad los pórticos:
el matrimonio de la noche y del sol
es la permanente boda entre el yo y el yo mismo.

Ahora mi cuerpo no es mío
me lo quitó el deseo y el placer.
Dejadme, entonces
penetrar el sentido e inventar mis caprichos.

6

He aquí universos
que entran por los ojos de las agujas,
que cosen los vestidos de las ventanas

– tienen naves, cuellos de gacelas, monturas

me monté en una de ellas
y sacudí las palmeras de las distancias.

No supe por qué lloraba aquella ventana,
a pesar de que vi el espacio ofreciéndole su azul pañuelo.
Cuenta esta ventana que la luna en la Alhambra, cuando se esconde bajo las

[nubes, hace milagros.

Ventanas como las albercas no caben sino las naves del sueño.

Ventanas – pendientes en las orejas de las estrellas.
El vacío no es una letra digna para el alfabeto de la Alhambra.

7

En los baños de Comares, entre el amarillo, el azul y el rojo,

no se sacia el sed del agua, y puedes saber por qué.
Así, la fuente anhela ser un cuerpo,
y el agua trabaja para transformarse en cuerpo

y todo bañado
cree que el cielo es un brazo que aprieta su cintura,

donde el índole abraza la naturaleza y su metafísica,
o así me pareció y dije, encantado por lo que me pareció:

bien que en esta ilusión
las cosas se ignoran a sí mismas.
En aquella noche, Granada no durmió en mi imaginación,

sino durmió entre mis brazos.
Arrastra, ¡oh Granada!, las colas de tus albornoces

porque el tiempo le aplazca tropezarse con ellas.

8

Me susurró un rincón:
Oh, – ¡tu poeta!, entraste en mi triángulo, y ahora es imposible salir,

tengo senos y no tengo loza,
sé como yo –
viaja, pero en tu cuerpo,
para sobreentender bien el universo.

Y dijo otro rincón:
La razón aquí es criada del sentido
y los grabados son quienes enseñan al barro a hablar.

Pero, basta con mirar fijamente en este grabado,

porque tras hay herejes que nadan en el aire,

vestidos de la púrpura de la duda.

Los rincones de la Alhambra desmienten la ciencia:
En ellas se vierte la luz como si fuera líquido desconocido, aún.

Los rincones empezaron a recoger sus greguescos,
mientras que los rayos del sol arropaban de dudas.

9

Debajo de los estratos del arabesco y el grabado

hay ríos subterráneos del sueño –
pero no hay verdugo debajo de esta cúpula,
no hay sangre en estas galerías

no hay huellas excepto las de la poesía.
Hombres se apoyan a las puertas de la Alhambra,

como si estuvieran echados desde las alturas de viaje,

y cada quien intenta arrastrar el paraíso a su morada.

Mujeres soplan en los nudos de Granada,
y arriba, las estrellas desatan sus trenzas.
Pero mi cuerpo está triste ahora mismo –
¿Acaso diría que todavía no he nacido?

¡Oh mañana! No vengas.
No tengas prisa, despacio
espéranos para aprender cómo verte; para aprender cómo recibirte.

10

Tiempo – viejo,
se sienta en la sombra de una carro roto y fuma las estaciones.

¿Acaso digo a los muros de la Alhambra: rompe tus bolsillos?

¿Acaso pido que lloren las columnas?
“No me sobra tiempo para vendar las heridas”:
¿Será el tiempo quien me dice esto?
Pero, ¡escucha Granada! a tu sombra
consolando las arrugas de la realidad,
escucha a tus torres recitando los poemas de amor.
Pero, pero
Aquí está la noche ofreciéndome su guitarra
para cantar el canto del alba.

11

¿Se inventará otro astrolabio
que diga que las estrellas habiten en el hígado de la Alhambra,
y que la poesía talle su rastros en las estrellas?
Y por qué no me gusta mirarme sino en el espejo que no veo?
De esta manera junto entre la creación y su acción;
la cosa y su símil;
la cosa y su contrario,
y digo que las dos manos de Granada están en los campos del futuro,

y todas las cosas a que vengan de enfrente.

He aquí los pasos de Granada,
son tinta que escribe la moaxaja del universo.

12

¡Oh tu poeta!, ¡escucha a Granada!:

Tu no amaste la noche del pasado sino porque estas encantado en la mañana del

futuro.

La noche prepara el alba –
Raíz que te abre el horizonte;

Profundidad que te alimenta de altura.

Y tú poeta, tienes como el sol, y como Granada, dos mejillas:
Una da al Oriente;
y otra al Occidente.

de “Profetiza, oh tú ciego“Traducido por Yaafar Al-Alouni

Párrafos de una carta escrita un veintitrés de septiembre

Desde el insomnio escribo, desde una fosa negra como el asedio:

mi tinta es piedra, polvo las yemas de mis dedos.

Tú, amor, destino que me rodeas hasta aniquilarme,

apagar mi brillo, extinguir el día.

Mis pasos retroceden, un muro es mi retorno.

Palidez o escoria es cuanto reflejan mis pupilas.

Mi corazón es de piedra en tu alcoba oscura,

tu alcoba con una sola ventana y su cortina triste.

Mi corazón quiere huir de esa prisión, emprender el vuelo.

Mis huesos se prenden en tu pelo revuelto,

en tus senos de azucena, en la cintura de oro,

a la camisa abierta, a tus curvas, a tus dientes.

resumo cuanto puedo: la verdad es un atajo.

Pero quiero que sea nuestro amor embate de olas, fuego.

Mañana volveré del cautiverio,

de la cárcel de esta pasión adolescente

con la sangre ardorosa, sedienta, colmada de futuro.

No tropieza la vida en mis pasos, ni vacila:

hemos de cambiar este planeta, no hay otra salida.

Ali Ahmad Said Esber ( Al Qassabin, Siria, 1 de enero de 1930), conocido por su seudónimo Adonis o Adunis. Poeta , traductor y ensayista. Está considerado como el máximo exponente de la poesía árabe contemporánea. Es considerado desde hace varios años uno de los aspirantes a obtener el Premio Nobel de Literatura.

Durante su infancia trabajó en el campo, pero ya en aquella época su padre le recitaba poesías, que le hacía memorizar. Adonis pronto mostró facilidad para la composición, y en 1944, con 14 años, tuvo la oportunidad de recitar un poema suyo delante del presidente sirio Shukri al-Kuwatli; el muchacho despertó la admiración de todos los presentes y el presidente le invitó a que expresara un deseo, su deseo era estudiar y el jefe del estado le aseguró que así se haría; esto supuso su ingreso en una escuela de Latakia y después en la Universidad de Damasco, donde se licenció en Filosofía en 1954.

Sus primeros poemas aparecieron en revistas en 1947 bajo el nombre de “Adonis”, siendo su primera publicación el poema Dalila-, donde queda evocada la idea de una renovación espiritual, una suerte de resurrección. Según el propio autor revela en una entrevista, a la pregunta de cuál es el motivo por el que adoptó el pseudónimo de Adonis: “fue en torno a los quince años cuando por primera vez envié un montón de poemas con mi verdadero nombre a una serie de publicaciones. No se publicaron nunca. En pleno enfado conocí la historia de Adonis. Su salida a cazar al monte, su muerte, su sangre que al fluir convierte a las flores en color rojo. Dicen que el río de Adonis, cuando se desborda en Líbano, se vuelve también rojo. Me gustó. Envié a partir de entonces los mismos poemas a las mismas publicaciones firmados con ese nombre. Y se publicaron. Y eso me dio la oportunidad de salir del mundo árabe y proyectarme al mundo occidental”.

En 1955, Said estuvo preso durante seis meses por ser miembro del Partido Social Nacionalista Sirio. Tras su liberación, se instaló en Beirut, donde fundó, junto con el poeta Yusuf al-Khal, la revista Shi’r (‘poesía’). A partir de este momento, Adonis abandonó el nacionalismo sirio, para abrazar el panarabismo, al tiempo que renunciaba a buena parte de la carga política en sus obras.

Said recibió una beca para estudiar en París entre 1960 y 1961. En 1970 fue designado profesor de Literatura árabe en la Universidad del Líbano, y tres años más tarde se doctoró por la Universidad de St. Joseph en Beirut con su Tesis “Permanencia y cambio en el Pensamiento y la Literatura Árabes”. En 1975 estalló la Guerra Civil en Líbano, que se agravó en los 80, cuando el ejército israelí se trasladó a Beirut. En 1980, emigró a París para escapar de la Guerra Civil Libanesa. En 1980-81 fue profesor visitante en la Universidad de París III. Adonis también ha impartido clases en La Sorbona, el Collège de France, la Universidad de Georgetown y la Universidad de Ginebra. En 1986 se trasladó a París, donde vive en la actualidad, y trabajó como consejero cultural para la delegación árabe en la UNESCO.

Ali Ahmad Said es considerado como un rebelde, un iconoclasta que sigue sus propias reglas. Su obra, se caracteriza esencialmente por un fuerte tono social y político. Aunque Adonis ha examinado de forma crítica los problemas sociopolíticos de Oriente Medio, en su condición de poeta se ha interesado de forma particular por el lenguaje y la liberación de la poesía del tradicional formalismo a que se encontraba sometida. Sus opiniones sobre el estancamiento de la cultura árabe y la literatura han despertado una gran controversia entre los círculos más radicales. Uno de sus libros más importantes es Lo permanente y lo mudable, obra en la que pone de relieve la cuestión de la creación y la tradición en el mundo árabe desde el Islam hasta hoy en día.

Adonis es un pionero dentro de la poesía árabe contemporánea y está considerado como máximo exponente de ésta. Ha publicado más de treinta libros de poesía árabe, habiendo sido mencionado varias veces como candidato al Premio Nobel de Literatura por la importancia de su obra así como por su labor humanitaria y su aspiración a la creación de un mundo más justo e igualitario para todos.

Premios y distinciones :

Premio de la revista Shi’r 1961

Premio de los Amigos del Libro 1968 (Beirut)

Syria-Lebanon Award 1971 of the International Poetry Forum (Pittsburg)

Premio Nacional de Poesía 1974 (Beirut)

Miembro de la Academia Mallarmé (1983)

Officier des Arts et des Lettres (Francia, 1983)

Medalla Picasso 1984 (UNESCO)

Gran Premio de las Bienales Internacionales de la Poesía de Lieja 1986

Miembro de la Academia Universal de Culturas (París, 1990)

Premio Jean Marlieu Etranger 1991 (Marsella)

Premio Nazim Hikmet 1994 (Estambul)

Premio Méditerranée-Etranger 1995 (París)

Premio del Foro Cultural Libanés en Francia 1995

Premio de Poesía de Struga 1997

Premio de Poesía Nonino 1999 (Italia)

Premio Alain Bosquet 2000 (Paris)

Doctor honoris causa por la Universidad de Ginebra (2004)

Medalla de Oro del Gobierno de Italia (Comité Científico del Centro Internacional de Investigaciones Pio Manzú, 2006)

Doctor honoris causa por la Universidad Estadounidense de Beirut (2007)

Premio Bjornson 2007 (Noruega)

Premio Grinzane Cavour per la Lettura 2008 (Italia)

Premio Max Jacob 2008 (Francia)

Premio Giovanni Pascoli 2008 (San Mauro di Romagna, Italia)

Premio Goethe 2011 (Fráncfort del Meno)

Algunas de sus obras poéticas:
“Canciones de Mihyar el de Damasco” 1961, 
“El diván de la poesía árabe “
1964, 
“Celebraciones” 
1965
“Libro de las huidas y mudanzas”
1965,  
“Epitafio para Nueva York “
1971,   
“El tiempo de la poesía” 
1972, 
“Introducción a la poesía árabe”
 1976, 
“Homenajes” 
1988, 
“La palabra de los orígenes” 
1989,  
“La
 poética árabe” 1989,  
“El tiempo, las ciudades” 
1990  
“Crónica de las ramas” 
1991

Enlaces de interés :

https://adonisinspanish.blogspot.com/2019/01/adonis-el-poeta-que-loa-la-paz-en-siria.html

https://laicismo.org/etiqueta/adonis-poeta-sirio

http://interclassica.um.es/var/plain/storage/original/application/462db73076c4cc566360ca81600052f1.pdf

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