8 Poemas y una canción de Patti Smith

El largo camino

Será mejor que aquí caminemos de puntillas
mientras por seguridad yo voy a la cabeza

Robert Louis Stevenson

Vagábamos con abrigos negros,

tiempo barrido, tiempo barrido,

dormíamos en dejadas chimeneas,

salíamos para hacer frente a la lluvia.

Mojados, embarrados, un poco idos,

sorteando surcos, masticando bulbos,

tanta hambre teníamos, tulipanes

fulgurantes de pétalos rotos.

Adornados con ombligos de Venus,

sudábamos a mares hacia el frente elegido,

el susurro de un rastro que en parte conocíamos,

lluvia que no era lluvia, lágrimas que aún no eran lágrimas.

Y el grial, ay, lo teníamos tan cerca,

con su capa de aluminio, envuelto en el sol.

Gladiolos en plena floración estallaban

por todas las rendijas. El mundo entero

ansioso porque las santa madre inspeccionara

nuestro mentón y repitiera la cantinela:

Te has manchado de mantequilla.

Cuánto te gusta la mantequilla…

y asaltamos una colina invadida de amarillo.

Montamos a caballo, vagamos por bosques,

hadas traviesas bailaban bajo nuestros pies.

Las ramas nos azotaban la cara.

Nuestro reino detrás de una alambrada…

Luchamos en las canteras, pulimos mármoles,

de rodillas disparamos por el botín en fervientes círculos.

Montamos furiosos campamentos,

nuestras tiendas perforadas por estacas,

marcadas a navaja…

zorrillos calibrando la tierra dura,

maldiciendo el barrizal cuando nos hundíamos.

Recogimos centeno, rellenamos sacos, hicimos almohadas

para nuestros hombres. Frotamos la sangre de catres empapados,

cubrimos la cabeza inerte de los mártires, llevamos en equilibrio

cubos llenos hasta el borde

y no vimos nada y lo vimos todo.

Nos subimos a lomos del gran oso, metimos el cucharón

en el lechoso licor vertido como un lago blanco ante nosotros.

Nuestros osados barcos soltaban obscenidades escritas

en velas de pergamino, flotando en ríos iletrados, volcados

en sangrientos charcos de fango tras la lluvia.

Tocamos alabanzas con cuernos de animales sagrados:

abucheos, confesiones, rezos adolescentes

tejidos hasta formar tapices de jardines enclaustrados.

Ya no teníamos madre, y rasgando hilos infinitesimales,

los juramentos surgieron con más violencia sin mala voluntad

salvo la de haber nacido: nuestra lealtad al avance

y al movimiento de las estrellas.

Una luz azul proyectada desde la gorra de un ser

que ya no podíamos nombrar. Subimos las escaleras

hasta un cielo aún más azul surcado por banderines,

sangrando al viento. Saboreamos el espectáculo.

Luego desapareció, pero ya nos habíamos ido.

Poseíamos un resplandor nuevo. El rocío nos caía

por la nariz. Alardeábamos del brillo de la piel,

la mudábamos sin un suspiro. Algunos levantaban la linterna.

Otros parecían caminar con luz propia.

Feroces montículos que no eran montículos, en el horizonte…

Al acercarnos caímos sobre masas de abrigos

abandonados por los almirantes, el púrpura de reyes destronados,

medallas de honor, botas militares de piel de lengua de perro,

vales, guaridas de animales, armiño y vellón lucidos por

los de mayor rango, príncipes y pilotos, magos y místicos.

Mas ningún rango teníamos nosotros, pescando harapos tejidos por ciegos.

El nuestro era un país de hoyos. Estaban vacíos.

Y, sin embargo, albergaban todas las esperanzas de un niño:

nuestra historia feliz, nuestra vida feliz,

cortadas con la tela de una lucha extática.

En cuanto supimos adónde íbamos, reptamos

con abrigos consagrados. Podríamos haber seguido para siempre

de no ser porque aquí y allá nos tiraban del almidón de las mangas

Le rompimos el corazón a nuestra madre y nos convertimos en quienes somos.

Seguimos respirando y, por tanto, nos marchamos,

borrachos, abrumados, cada uno de un dios.

Ahora apaga la linterna.

Pon el pulgar en la mecha.

Si se pega, te quemarás.

Si se apaga, te convertirás

en un rayo de luz que se extinguirá

en la noche, transformado en un sueño

adornado con baratijas.

Vimos los ojos de Ravel, perfilados de azul, dos veces

parpadearon. Cantamos arias propias, cánticos decepcionados,

blues inertes de terreno sagrado y zapatos mortales,

de infanterías olvidadas y distancias jamás soñadas…

Pero solo llegamos a una colina humana, compuesta de soldados de madera

vigilando en los pliegues de las mantas, tan cerca como la mano de un hermano,

tan lejos como el sueño, la orden de un padre…

…el largo camino, hijos míos.

Surgimos de nuestros capullos de polilla vivos en la noche,

el cielo emborronado de estrellas que ya no vemos.

El credo de un niño cosido en los pañuelos…

Dios no nos abandona nunca,

somos lo único que conoce.

No debemos abandonarlo,

él somos nosotros,

el éter de nuestros actos.

Los silbidos de un vagabundo, tiempo barrido, tiempo barrido.

Dormimos. Conspiramos, tensamos la vibrante cuerda.

Cohibidos pero contentos, empezamos de nuevo.

Seventh Heaven

Oh Rafael. Ángel guardián. En el amor y el crimen
todas las cosas se mueven en sietes. Siete compartimientos
en el corazón. Las siete tentaciones elaboradas.
Siete demonios expulsados de Maria Magdalena, la puta
de Cristo. Los siete maravillosos viajes de Sinbad.
Sin/bad. Y el número siete marcado para siempre
en la frente de Caín. El primer hombre inspirado.
El padre del deseo y del asesinato. Pero el suyo no era
el primer éxtasis. Considera a su madre.

El de Eva fue el delito de la curiosidad. Como dice el refrán
mató al gato. Una mala manzana estropea
a las demás. Pero estén seguros de que no era una manzana.
Una manzana parece un culo. Es la fruta de los maricones.
Debe haber sido un tomate.
O mejor aún. Un mango.
Ella mordió. ¿Debemos culparla? ¿Abusar de ella?
Pobre perra dulce. Quizás haya más en la historia.
Piensa en Satanás como un semental.
Tal vez sus rodillas estaban abiertas.
Serpientes satánicas entre ellos.
Se abren más
Serpientes por sus muslos
Que se frotan en ella por un tiempo
Más que el árbol del conocimiento era
para ser comido… estremece su primer estremecimiento
jardín de los placeres placeres
¿Acaso lo lamentó?
¿Alguna vez somos chicas?
¿Era buena en la cama?
sólo Dios sabe

Manuscrito del poema Devotions

El muchacho que amaba a Miguel Ángel (A Robert Mappelthorpe)

El muchacho que amaba a Miguel Ángel

decían tenía el rostro de un Dios

otros veían un demonio con sandalias de esparto

y un zarcillo de vid enredado en los rizos

venas fluían por su brazos de mármol que cantaban

esculpiendo montañas como niebla cubriendo

una grieta en el corazón y la áurea honda

creaba de una manera que ni soñamos

cuchilla que raspa el dorso del deseo

músculo expuesto de un amor no cosechado

somos el búfalo una raza moribunda

remolcados en carros huesos augustos

vergüenza un éxtasis que nadie puede poseer

esclavos abrazados mientras clama la sapiencia

volúmenes de nada escritos en piedra

Devociones. A Arthur Rimbaud

Él era joven. Él era muy joven.

Era demasiado maldito.

Se emborrachó con la sangre de jóvenes muñecas.

Con el poder de esas risas locas.

Corriendo codo a codo

con la visión de su propio demonio.

Rápidamente penetró a las jóvenes muñecas.

Clavó alfileres en inocentes cabezas.

Su tristeza dorada producía una mala semilla.

Ja ja. Fue el último en reírse.

Cabellos rubios enredados con tu aliento vital.

Hidrógeno blanco. Rimbaud.

Salvador de los científicos olvidados: los alquimistas.

La alquimia de la palabra.

El poder de la palabra.

Los disparos de los rayos del amor

en las ceremonias obscenas

no dejan marcas doradas de prueba.

Detrás, Rimbaud,

bendito Rimbaud herido Rimbaud

ángel con mangas de cabello azul (NO) luz sin sombra.

Rimbaud,

¿fue una piedra rodante

perseguida como todos los profetas?

Fue un joven demasiado maldito.

Mariposas

No puedo caminar

no puedo ver

más allá de lo que está

frente a mí

me recuesto

pero no lloro

transportada en el espacio

por las mariposas

Sobre mi cama

otro cielo

con las alas que enviaste

a mi vista

todo el dolor se disuelve

en otra luz

transportada a través del tiempo

por la mariposa

Me llegó esta cancioncita

como un pequeño regalo

mientras me paré

junto a la cama de Frida

se las regalo

con mucho

amor

(Escrito en su visita a la casa de Frida Kalho)

Digno el cordero sacrificado por. nosotros

Al borde de un prado en una confusión de piedras,

oculto por la hierba alta y el amaranto,

la huella del horror dibujada y hendida.

Tenía un nombre hermoso: libertad.

Bonita costilla. Invendible, ligera,

el balido de una nueva vida.

Le encantaba su boca, piececillos con pliegues.

Al oírlo gritar, lo levantó por el pescuezo

con sus fuertes brazos pegajosos de rocío.

Y el hombre, un alma gobernada, de hombros anchos

y ojos como Blake, lamentó quién lo había alimentado, nutrido

de hidromiel y flores, mientras lo partía en dos.

El granero ardía en un indiferente infierno,

sepultaba doncellas con sus túnicas rizadas.

El campo y el brezal vacíos cual corazón.

Llamó a su dios casi sin aliento,

abandonamos las granjas sacrificadas,

cortamos el cordón, incineramos a nuestras crías.

Lo hicimos por amor, lo hicimos por el hombre,

el espino blanco y el cuco,

los senderos de Cumbria.

Lo hicimos por un nombre hermoso:

libertad, be, be, be,

algo fútil, intangible.

Arte en el cielo

Navegando por el terreno cubierto de plumas dejando caer frases como

he estado en sitios peores

he estado en mejores

he andado por ahí…

Y todo lo que deseas es una mano amiga

que te saque del lodazal,

de la belleza,

que te levante…

Dejo que las ventanas vuelen, sobre los ríos, el campo y la rama que se dobla.

A lo largo de la orilla del río unas mujeres cogen agua; otras golpean las camisas de sus maridos con una piedra. Niños medio desnudos muerden frutas extrañas, delicadamente dulces, y cantan.

Un día todos estaremos muertos.

Pero los que se siguen moviendo

rastreando y volviendo sobre sus pasos

nunca morirán

Se llamarán

Rembrandt, Colón,

Soñé que era una misionera

Soñé que era una mercenaria

Mi mochila era un corte de lino

atado como un globo a un palo.

Arriba las nubes se forman una y otra vez. Parecen -un embrión, un amigo que se ha ido y descansa horizontal. Sobre un gran brazo, compasivo como un resorte que recibiera la orden de alcanzar y agarrar ese bolso de lino y todo lo que lleva dentro, aunque sólo fuera el alma de una idea- el color del agua, el peso de una colina.

People have the power

was dreaming in my dreaming
Of an aspect bright and fair
Oh, and my sleeping it was broken
But my dream it lingered near
In the form of shining valleys
Where the pure air recognized
Oh, and my senses newly opened
And I awakened to the cry

That the people have the power
To redeem the work of fools
From the meek the graces shower
It’s decreed the people rule

People have the power
People have the power
People have the power
People have the power

Vengeful aspects became suspect
And bending low as if to hear
Well, and the armies ceased advancing
Because the people had their ear
And the shepherds and the soldiers
And they laid among the stars
Exchanging visions, laying arms
To waste in the dust

In the form of shining valleys
Where the pure air recognized
And my senses newly opened
And I awakened to the cry

People have the power
People have the power
People have the power
People have the power

Where there were deserts, I saw fountains
Like cream the waters rise
And we strolled there together
With none to laugh or criticize
There is no leopard and the lamb
And lay together truly bound
Well I was hoping in my hoping
To recall what I had found

Well, I was dreaming in my dreaming
God knows a pure view
As I lay down into my sleeping
And I commit my dream to you

People have the power
People have the power
People have the power
People have the power

The power to dream, to rule
To wrestle the Earth from fools
But it’s decreed, the people rule
But it’s decreed, the people rule

Listen, I believe everything we dream
Can come to pass through our union
We can turn the world around
We can turn the Earth’s revolution

We have the power
People have the power
People have the power
People have the power

The power to dream, to rule
To wrestle the earth from fools
But it’s decreed, the people rule
But it’s decreed, the people rule

We have the power
We have the power
People have the power
We have the power

del album Dream of life de 1988

Patricia Lee Smith, Patti Smith (Chicago, Illinois; Estados Unidos, 30 de diciembre de 1946). Poeta, legendaria cantante, artista visual y escritora. 

A los 20 años, en el Verano del 67, se plantó en Nueva York, dispuesta a encontrar un hueco en el mundo de la poesía. Pasó hambre , durmió en parques, portales de inmuebles, vagones de metro, pisos infames e incluso un cementerio…, pero nunca desfalleció. Vivió en el ya mítico hotel Chelsea, “su nueva universidad”, como ella lo calificó en sus memorias, junto al fotógrafo Robert Mapplethorpe; hasta la muerte de Robert en 1989, vivió con él una larga y turbulenta historia de amor. Pese a las contrariedades, incluidos los emparejamientos homosexuales de él, su amor mutuo nunca se apagó. Patti leyó, escribió y pintó incansablemente; se codeó con algunos de los poetas y escritores de la Beat Generation, desde Gregory Corso a William Borroughs o Allen Ginsberg; pasó por la Factory de Warhol; trabajó en una librería de la Quinta Avenida; escribió críticas de discos y reportajes musicales en diversas revistas, entre ellas, el Rolling Stone o Creem; robó libros y revendió otros viejos que compraba en mercadillos de segunda mano; conoció y consoló en su soledad a Janis Joplin…

Smith saltó a la fama durante el movimiento punk con su álbum de debut Horses (1975). Apodada «la madrina del punk», trajo un punto de vista feminista e intelectual a la música punk y se convirtió en una de las artistas más influyentes de la música rock, integrándola con un estilo de poesía beat. Sus letras introdujeron la poesía francesa del siglo XIX a la juventud norteamericana, mientras que su imagen andrógina desafió a la era de la música disco. Su canción más conocida, «Because the Night», la coescribió con Bruce Springsteen; llegó al puesto número 13 de la lista Billboard de Estados Unidos en 1978, siendo posteriormente versionada por el propio Springsteen, Keel, 10,000_Maniacs, R.E.M., U2, entre otros.

Tras el éxito que supuso su tercer álbum, Easter (1978), continuado por Wave (1979), dijo adiós. La fama, las giras, los estadios… fulminaron su libertad, ella que siempre luchó por ser libre como persona, y una noche de 1980, en Florencia, rompió la guitarra, estampándola a golpes sobre el escenario, y se fugó. 

Casi dos décadas duró la fuga. No solo estaba cansada del trajín rockero y afectada por una caída desde el escenario, tras bailar como un derviche, que casi la deja tetrapléjica, sino que por fin había encontrado al hombre de su vida, a Fred Smith, el guitarrista de los seminales MC5, y lo dejó todo para reunirse con él en Detroit. Durante 18 años desapareció del radar musical.

Patti se dedicó a cuidar de sus dos hijos, a vivir en familia junto a Fred Smith, a escribir y a tocar en casa, lejos de los escenarios y sobre todo de los estadios, y, pese a grabar en 1988 , Dream Of Lifecomo bandera de su existencia— que se abría con su hoy ineludible People Have The Power— se obcecó en deconstruir su papel de estrella del rock. A recuperar una libertad que ella pensaba que había perdido en la algarabía del negocio musical y que siempre había sido la estrella polar de su vida. Una vida feliz y tranquila. Mas todo se desmoronó en un instante: enviudó, perdió a su hermano, a su teclista e incluso a su amigo Mapplethorpe. Tras una dura recuperación emocional y psicológica, en 1996 volvió con Gone Up, ensartando a partir de entonces una rueda de álbumes a cuál más maduro y bien acabado, sin el salvajismo y crudeza de la primera etapa pero lleno de hermosas canciones.

En 2005, fue nombrada Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, y en 2007 entró en el Salón de la Fama del Rock. En 2011 recibió el Premio de Música Polar. En 2014 la cantante colaboró en la banda sonora de Noé (dirigida por Darren Aronofsky) con la canción «Mercy Is» que le valió una nominación a los Globo de Oro como Mejor canción original.

Patti Smith sigue brillando, ella es musa, sacerdotisa del punk, poeta del rock, dama negra, icono feminista, tótem rockero, mariscala del rock… y sobre todo poeta eléctrica.

Libros publicados:

Woolgathering, Tejiendo sueños, (1992), Just kids ,Éramos unos niños (2010), el libro de memorias M Train (Lumen, 2015), Devoción,(2018), el poemario Augurios de Inocencia (2018)

 A continuación, una lista de más de 40 títulos de libros imprescindibles que la cantante compartió hace unos años en el Melbourne International Arts Festival. Apareció originalmente publicada en Vértigo:

  • El maestro y Margarita, de Mikhail Bulgakov
  • Viaje al oriente, de Hermann Hesse
  • Juego de abalorios, de Hermann Hesse
  • El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad
  • Moby Dick, de Herman Melville
  • Billy Budd, de Herman Melville
  • Canciones de inocencia, de William Blake
  • Los chicos salvajes, de William Burroughs
  • El aullido, de Allen Ginsburg
  • Una temporada en el infierno, de Arthur Rimbaud
  • Iluminaciones, de Arthur Rimbaud
  • El atizador de Wittgenstein, de David Edmonds & John Eidinow
  • Villette, de Charlotte Bronte
  • El proceso, de Brion Gysin
  • El libro de Caín, de Alexander Trocchi
  • Coriolanus, de William Shakespeare
  • El príncipe feliz, de Oscar Wilde
  • El cielo protector, de Paul Bowles
  • Contra la interpretación, de Susan Sontag
  • Los diarios de una nómada apasionada, de Isabelle Eberhardt
  • El Cairo, de Gerard de Nerval
  • Bajo el volcán, de Malcom Lowery
  • Almas muertas, de Nikolai Gogol
  • Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa
  • La muerte de Virgilio, de Herman Broch
  • Levantad, carpinteros, la viga del tejado/ Franny & Zooey, de J.D. Salinger
  • Letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne
  • La gran borrachera, de Rene Daumal
  • Un amor de Swann, de Marcel Proust
  • La muerte feliz, de Albert Camus
  • El primer hombre, de Albert Camus
  • Las olas, de Virginia Woolf
  • Big Sur, de Jack Kerouac
  • Cualquier cosa de H.P. Lovecraft
  • Cualquier cosa de W.G. Sebald
  • Diario del ladrón, o cualquier cosa de Jean Genet
  • El libro de los pasajes, o cualquier cosa de Walter Benjamin
  • Poeta en Nueva York, de Garcia Lorca
  • El honor perdido de Katharina Blum, de Heinrich Böll
  • El bebedor de vino de Palma, de Amos Tutuola
  • Hielo, o cualquier cosa de Anna Kavan
  • La divina proporción, de H.E. Huntley
  • Nadja, de André Breton

Enlaces de interés :

https://www.pattismith.net/intro.html

https://www.eternacadencia.com.ar/blog/libreria/imprescindibles/item/los-40-libros-de-cabecera-de-patty-smith.html

https://elpais.com/elpais/2020/11/27/eps/1606476224_059822.html

https://poetryalquimia.org/2021/12/30/patti-smith-visual/

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