7 Poemas de Muin Basisu

فلسطين في القلب


إِرْفَعِي‭ ‬عَنْ‭ ‬أَرْضِي‭ ‬الْخَضْرَاءِ‭ ‬ظِلَّ‭ ‬السِّلْسِلَه

وَاحْصُدِي‭ ‬مِن‭ ‬حَقْلِ‭ ‬شَعْبِي‭ ‬سُنْبُلَه

فَأَنَا‭ ‬لَمْ‭ ‬أَحْضُنْ‭ ‬الْخُبْزَ‭ ‬وَمِنْ‭ ‬قَمْحِ‭ ‬بِلادِي

مُنْذُ‭ ‬أَنْ‭ ‬هَبَّتْ‭ ‬رِيَاحٌ‭ ‬مُثْقِلَاتٌ‭ ‬بِالْجَرَاد

نَهَشَتْ‭ ‬أَرْضَ‭ ‬بِلَادِي

مُنْذُ‭ ‬أَنْ‭ ‬شَدُّوا‭ ‬لِي‭ ‬اللُّقْمَةَ‭ ‬في‭ ‬سَاقِ‭ ‬غَزَال

وَعْدًا‭ ‬مِلْءَ‭ ‬الرِّمَال

وَهَمُّوا‭ ‬قَدْ‭ ‬غَصَبُوا‭ ‬قَوْسِي‭ ‬وَسَهْمِي‭ ‬وَنَصَالِي

وَهَمُّوا‭ ‬قَدْ‭ ‬قَطَفُوا‭ ‬زَهْرَ‭ ‬دِمَائِي

غَيْرَ‭ ‬أَنِّي‭ ‬فِي‭ ‬نَمَاء

فَجُذُورِي‭ ‬تَتَحَدَّى‭ ‬الفَأْسَ‭ ‬فِي‭ ‬أَرْضِ‭ ‬بِلَادِي

‭:‬وَهِيَ‭ ‬خَضْرَاءٌ‭ ‬تُنَادِي

يَا‭ ‬أَيَادِي

‭ ‬إِرْفَعِي‭ ‬عَنْ‭ ‬أَرْضِي‭ ‬الْخَضْرَاءَ‭ ‬أَغْلَال‭ ‬الجَرَادِ”

“وَحَصَادِي‭ , ‬لِي‭ ‬حَصَادِي

Palestina en el corazón

Oh manos mías
Levanten de mi verde suelo la sombra de la cadena
y cosechen del campo de mi pueblo cada espiga
pues no he abrazado el pan del trigo de mi patria
desde que soplaron vientos cargados con las langostas
que devoraron el suelo de mi patria
desde que apretaron mi sustento en la pierna de un venado
una promesa llena de arena
y anduvieron forzando a mi arco, mi flecha y mi lanza
y anduvieron recogiendo la rosa de mi sangre
Sin embargo seguí creciendo
pues mis raíces desafían la pica en el suelo de mi patria
y ella es verde y me llama
Oh manos mías
levanten de mi verde suelo los grilletes de las langostas
y mi cosecha, mía es mi cosecha

Las palabras

En su vocabulario no había árboles

ni flores.

En su vocabulario no había pájaros.

Sólo sabía lo que le habían enseñado:

matar a los pájaros,

y mató a los pájaros,

odiar a la luna,

y odió a la luna,

tener un corazón de piedra,

y tuvo un corazón de piedra,

a gritar: “¡Viva lo que sea!”

“¡Abajo lo que sea!”

“¡Muera lo que sea!”.

En su vocabulario no había árboles,

en su vocabulario no había

tú ni yo

porque él debía matarnos

a ti y a mí.

Sólo sabía lo que

le habían enseñado:

matarnos a ti y a mí.

La rosa y el pájaro

El pájaro ha jugado

a su gran juego.

Ha creado la rosa, le ha dado

forma en seis días

y el séptimo día se ha dormido.

El pájaro se ha cansado de crear,

de dar forma, y se ha dormido.

El pájaro se ha dormido

y la rosa gira sin cesar

en torno al pájaro…

¡Despierta, pájaro!

Que la rosa se tambalea

y está a punto de caer en un pozo

llamado jarrón de flores.

¡Despierta, pájaro!

Por tu plumaje reptan las polillas

y un batallón de hormigas concentrado en

tus alas está a punto de arrancártelas.

¡Oh, pájaro!

La rosa se tambalea, se tambalea, se tambalea,

está a punto de caer, pájaro.

Despierta, pájaro.

Despierta, pájaro.

Despierta, pájaro.

Encuentro con un hombre cuyo nombre era EL

Él: ¿Qué noticias hay en la tierra?

 –   Perdón, la tierra gira y Egipto

También gira, pero…

Él: Pero ¿qué?

No entierres secretos en tu pecho.

–         ¿ Subo el volumen de la radio?

Él: No. Aquí estás seguro.

Di lo que quieras.

–         Estás a punto de convertirte en un mito.

Él: Eso no me alegra en absoluto.

Quien haga de mí un mito, me reniega.

No soy una imagen en el muro.

A Egipto le basta con las tres pirámides,

no tiene necesidad de una cuarta.

Prefiero ser ventana en una casa

a ser estatua en una calle.

–         Y tu mausoleo…

Él (interrumpiendo):

Eso es lo que me empieza a preocupar

porque rechazo que se convierta en la lámpara de Aladino

que frote el impedido

o el pájaro ruc que se cuelga con las alas

a falta de manos.

Yo no soy una puerta

que se abre con un eslogan

y se cierra con otro eslogan.

Quien me cuelga en el ojal de su abrigo

o me momifica en su boca

no cree en mí.

Yo no soy un muro que cura al leproso

y al sarnoso si lo tocan.

No tengo nada que ver con eso.

¿Hay algo más?

–         Temo que te conviertas en algo

sobrehumano.

Él: Cuando Dios ama a un ángel,

le convierte en un hombre.

–         Tu muerte nos ha sorprendido.

Era el sufrimiento de la vida.

Él: No. Era la revolución, “otro julio”,

la revolución del hombre contra el mito.

(Telón)

Yo, Tú, El

En su vocabulario no había árboles

ni flores…

En su vocabulario no había pájaros.

Sólo sabía lo que le habían enseñado:

matar a los pájaros,

y mató a los pájaros,

odiar a la luna,

y odió a la luna,

tener un corazón de piedra,

y tuvo un corazón de piedra,

a gritar: “¡Viva lo que sea!”

“¡Abajo lo que sea!”

“¡Muera lo que sea!”.

En su vocabulario no había árboles,

en su vocabulario no había

tú ni yo

porque él debía matarnos

a ti y a mí.

Sólo sabía lo que

le habían enseñado:

matarnos a ti y a mí.

A una turista

Perdón, señora. Ha venido cuando

las manos de los poetas han sido cortadas.

¿Qué hay para vender en el Este?

Nosotros hemos vendido a una turista vieja

que ha llegado antes

la tumba de Saladino

y la ciudad de Hittin.

Hemos vendido los jardines de Babel,

las flores y capullos en los mercados del mundo,

hemos vendido los dedos y los anillos.

No nos queda más que las pirámides,

¡y qué pesadas son sus piedras!

La esfinge está herida,

morirá si no abandona esta tierra,

si no se quita de su frente el cuchillo.

Perdón, señora. Hemos vendido el último ataúd,

hemos arrojado al río el último tintero

y hemos degollado al último gallo que cantaba.

No nos queda más que Dios,

que corre cual gacela verde perseguida por

todos los perros de caza

y galopantes mentiras.

Le perseguiremos. Cazaremos a Dios para usted.

Los que vendieron al poeta, señora,

venderán también a Dios

Tres muros para la sala de tortura

Al alba

Yo resistiré…

Mientras haya en el muro una página en blanco

y no se derritan los dedos de mi mano.

Aquí, alguien pulsa

un mensaje a través del muro.

Nuestros hilos se han convertido en nuestras venas,

las venas de estos muros.

Toda nuestra sangre se derrama

en las venas de estos muros…

Un mensaje a través del muro:

Ellos han cerrado una celda,

han matado a un prisionero,

han abierto otra celda

y han llevado a un prisionero…

A mediodía

Ellos me han puesto delante el papel,

me han puesto delante el lápiz,

me han puesto en la mano la llave de mi casa.

El papel que han querido manchar

ha dicho: ¡Resiste!

El lápiz cuya frente han querido mancillar en el barro

ha dicho: ¡Resiste!

La llave de la casa ha dicho:

En nombre de cada piedra

de tu humilde casa ¡Resiste!

Un golpe en el muro

es el mensaje de una mano rota

que dice: ¡Resiste!

Y la lluvia cae

golpeando el techo de la sala de tortura.

Cada gota grita: ¡Resiste!

Al ponerse el sol

Nadie está conmigo,
nadie oye la voz de este hombre,
nadie lo ve.
Cada noche, cuando los muros
y las puertas se cierran…
él sale de mis heridas sangrantes
y camina por mi celda.
Soy yo.
Es como yo.
Le veo de niño
y con veinte años.
Es mi único consuelo,
mi único amor.
Es la carta que escribo cada noche
y el sello para el amplio mundo
y el pequeño país.
Esta noche lo he visto
saliendo de mis heridas
sombrío, torturado, triste,
caminando en silencio, sin decir
nada, como si dijera:
No me volverás a ver si confiesas,
si escribes…
 

Muin Basisu (1926, Gaza, Palestina – 1984, Londres, Reino Unido) Poeta y activista.

En 1948, tras la implantación del Estado de Israel, se vio obligado a marcharse de Palestina, eligiendo primero El Cairo como lugar de residencia y luego Bagdad. Comunista convencido, pagó con al menos seis años de cárcel su intensa actividad política, sin renunciar jamás a sus ideas. Tras una peregrinación desde mediados de los años sesenta por diversas ciudades: El Cairo, Beirut, Damasco, Moscú… se estableció en Beirut a comienzos de los años setenta, participando activamente en la actividad cultural y política de la ciudad hasta la invasión israelí del Líbano en 1982. Posteriormente vivió en Túnez, Alemania y Londres, donde falleció súbitamente en 1984. 

Considerado como uno de los principales poetas palestinos, recibió en 1981 el Premio literario Lotus, concedido por la Unión de escritores afro-asiáticos. 

Su poesía refleja de forma rotunda su tragedia personal y la de su pueblo, y a la vez se identifica con cualquier tipo de tragedia humana, ya sea del pasado o del presente. 

Entre sus obras poéticas, destacan: Palestina en el corazón (1960), Los árboles mueren de pie (1963), He venido para llamarte por tu nombre (1968), Poemas en los cristales de las ventanas (1970), Los últimos corsarios son pájaros (1973), Ahora, toma mi cuerpo cual saco de arena (1976).

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