8 Poemas de Esperanza Zambrano

Delirio del incrédulo

Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas?, sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
[Si pudiera, pero hundirme… ]
Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. [Era tu gloria.]
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.

Pensador del aura

Nacer sin pasado, sin nada previo
a que referirse, y poder entonces verlo todo,
sentirlo, como deben sentir la aurora
las hojas que reciben el rocío;
abrir los ojos a la luz sonriendo;
bendecir la mañana, el alma,
la vida recibida, la vida ¡qué hermosura!
No siendo nada o apenas nada
por qué no sonreír al universo,
al día que avanza, aceptar el tiempo
como un regalo espléndido,
un regalo de un Dios que nos sabe,
que nuestro secreto, nuestra inanidad
y no le importa, que no nos guarda rencor por no ser…
…Y como estoy libre de ese ser,
que creía tener, viviré simplemente,
soltaré esa imagen que tenía de mí misma,
puesto que a nada corresponde y todas,
cualquier obligación,
de las que vienen de ser yo, o del querer serlo.

El agua ensimismada

Para Edison Simons

El agua ensimismada
piensa o sueña?
El árbol que se inclina buscando sus raíces,
el horizonte,
ese fuego intocado,
¿se piensan o se sueñan?
El mármol fue ave alguna vez;
el oro, llama;
el cristal, aire o lágrima.
¿Lloran su perdido aliento?
¿Acaso son memoria de sí mismos
y detenidos se contemplan ya para siempre?
Si tú te miras, ¿qué queda?

Peregrino


A mi gentilísimo amigo el Dr. Rafael Cruz


Yo sé que al cabo, amante, seguirás tu camino
cuando te hayas hastiado de mi pan y mi vino,
y del albergue tibio, que acogió en el invierno
la fatiga infinita de tu ambular eterno.

Sentirás la nostalgia de las tierras brumosas,
y la intemperie, el viento,
las brisas salitrosas
que estrujaron tu rostro con su bárbaro aliento,
te llamarán de nuevo, con voces imperiosas,
y olvidaras mi fuego, mi canción y mi cuento.

Despertará el anhelo de tu alma aventurera,
amante de la lluvia
que se impacienta afuera,
y al destejer tus dedos de mi cabeza rubia,
se llenará de sombra mi larga cabellera.

¡Y no me dirás nada!…
Mas sin rendirme al sueño,
por la fuerza invisible de mi angustia callada,
atisbaré tus pasos, sorprenderé tu empeño
y furtivo, una noche como aquella de invierno,
en que cortaste el hilo de tu ambular eterno,
silencioso, inconsciente, como el propio destino,
sin mirarme siquiera, seguirás tu camino.

de La inquietud Joyante,1923

¿En dónde estás, amor…?

¿En dónde estás, amor, hondo de ausencia?
Amor, como tan mío, desesperado,
que viven tan en mí, siempre callado,
por no decir a gritos tu evidencia.

No pudiendo hacer fe de permanencia,
que ante el mundo juzgárase pecado,
te guardas silencioso y obstinado,
pecador en ayuno y abstinencia.

Y aunque negar pretenda tu existencia,
por el buen parecer, si de mal grado,
aquí te estás, amor, hondeo de ausencia,

en un rincón del alma agazapado,
conjugando tu propia desinencia
y culpable de culpa sin pecado.

Poema sin nombre

Pienso que estarás solo, viajando por la ausencia,

y que a veces, tu olvido reclama mi presencia.

Pienso, si al estar solo y a veces taciturno,

no buscas mis palabras en el aire nocturno,

aprendiz de tu nombre, que en mi boca besabas,

hace ya mucho tiempo, cuando quizá me amabas.

Cuando el verde follaje dorábase en tus ojos,

sobre la tierra nuestra, en que rubios rastrojos

decoraban las eras,

y maduraba azúcar el fruto en las higueras.

(¿Conserva aún tu boca el sabor de otros días,

y miras como entonces, con aurea llamarada?…

¿O también tú ya sabes de las melancolías,

que enferman la sonrisa y enturbian la mirada?)

II

¿Dónde estás, vagabundo? ¿Qué destino te envuelve?…

Hoy sé que de la ausencia el amor nunca vuelve;

Que existe un maleficio en las tierras distantes,

e impide a los viajeros volver al sitio de antes.

¡Ah!… ¿Para qué te fuiste?…

Si una dicha tuvieras, yo no estaría tan triste.

Pero al saberte solo, más solo que yo misma,

un dolor más que el mío, desolado, me abisma,

sintiendo que te apresan parajes inhumanos,

sin que una mano ponga su tibieza en tus manos;

mientras pájaros graves se agitan en la niebla,

y de obscura congoja tu soledad se puebla.

III

Amor que amarga el llanto… ¡Ah! ¿para qué te fuiste?

Mi corazón te sabe desamparado y triste;

triste, de una tristeza que antes no conocías,

cuando era tuya mi alma y tus pupilas mías.

de Fuga de Estío (1952)

El callejón del Beso

Callejón inesperado

en que se perdió un suspiro,

porque antes del beso aquel

ya suspiraba el olvido.

Hay en todas las ciudades

ese callejón propicio,

donde las bocas se oprimen

en un anhelo furtivo.

Callejón de dos balcones

con un silencio expresivo…

Casi se tocan, se tocan

en las noches de platino.

Casi se tocan las almas

al contacto fugitivo…

Callejón largo del beso

en que se perdió un suspiro.

de Retablos del viejo Guanajuato,1943

Tarea de mujer

Para Amalia de Castillo Ledón

Tarea de mujer,

paciente, ingrata;

mañana igual que ayer…

Labor de hormiga,

o como gota opaca,

taladrando la mole

gris, que forma la vida

cotidiana de un ser.

Quietud, resignación

a veces desolada,

en la caparazón

de una casa cerrada

que oprime el corazón.

Lento correr de aguja,

en que apenas se advierte

un hilo más;

y en el que por demás,

afán y sueño

sin cesar se invierte.

Igual que ayer, mañana,

ignorar la caricia

perfumada

de nuestra propia huerta,

en que el otoño oficia

con su capa dorada.

Pasar por nuestra puerta

primaveras, veranos,

sin que puedan besarnos

los rostros ni las manos.

Y así seguir,

hasta volverse vieja,

lo mismo que una abeja,

trabajadora fiel;

aunque algunos ni noten

tan siquiera la miel.

Labor ímproba; obscura

tarea de mujer…

¡Oh, cómo pesa,

los días que de amargura

se tiene el alma obsesa!

de Canciones del amor perfecto,1939

María Esperanza Dolores Zambrano Sánchez, Esperanza Zambrano ( Dolores Hidalgo, Guanajuato, México, 14 de noviembre de 1901 – Ciudad de México, 4 de junio de 1992).Poeta.

En 1927 publicó su primer Libro de Poesías “Inquietud Joyante”, lo cual fue posible gracias al patrocinio del doctor Rafael Cruz. El poemario fué una sorpresa en el panorama de la poesía mexicana, pues nunca antes una mujer se había referido de manera directa a su intimidad y a sus deseos amorosos. En 1930, el Gobierno del Estado de Guanajuato le publicó su segundo poemario “Ritmos Secretos” . En 1939 publica el poemario “Canciones del Amor Perfecto”, dedicado a su hijo quien murió al nacer. En 1952 publica “Fuga de Estío”, editado por un grupo de sus más cercanas amigas en colaboración con su prima Isaura Zambrano.

Zambrano fue una activa feminista que luchó por la igualdad y la dignificación de la mujer en todos los órdenes, y la Organización de Estados Americanos la llamó a ocupar el cargo de Asesora Técnica de la Comisión Interamericana de Mujeres lo que la llevó a viajar por todos los países de América.

Fue asesora y directora de la Unión Panamericana y de Publicaciones de la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA. Fundadora y presidenta del Ateneo Mexicano de Mujeres. Miembro de la Legión de Honor Mexicana.

Obtuvo el premio Palmas Académicas 1945 y la Medalla de Reconocimiento 1946, en Francia; la Condecoración Juan Pablo Duarte de la República Dominicana y la Medalla al Mérito del Gobierno de Guanajuato 1963.

Obra poética:

  • (1927). La inquietud joyante. Ciudad de México.
  • (1931). Los ritmos secretos. Guanajuato, México: Gobierno del Estado de Guanajuato.
  • (1939). Canciones del amor perfecto. Ciudad de México: Artes Gráficas del Estado.
  • (1943). Retablos del viejo Guanajuato. Xalapa, México: Editorial Veracruz.
  • (1952). Fuga de estío. Ciudad de México: Juan Pablos.
  • (1983). La vida plena: antología. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.
  • (1988). Poesía completa. Guanajuato, México: Gobierno del Estado de Guanajuato.

Enlaces de interés :

https://poetisa-esperanza-zambrano.blogspot.com

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