7 Poemas de Natalia Sosa 

Muchacha sin nombre

No me llamo Natalia.
Jamás nací.
O si nací fue muerta.
El sol extendía sus primeros rayos
por una madrugada fatídica de marzo.
Mas no era yo la que su luz bebía.
Yo no existí jamás.
A lo sumo fui venas, manos, sangre,
un corazón pequeño y precintado
pero no fui jamás destinada a ser alguien.
Mi nombre, yo, Natalia,
estará inscrito en un papel cualquiera,
en labios que no saben lo que hablan,
en tardes remotísimas y ausentes,
acaso,
en el tiernísimo corazón de alguien.
Mas yo, yo no soy yo.
No soy Natalia.

De: Muchacha sin nombre y otros poemas, 1980.

Ira

Yo quería tenderme a lo largo de un río,

y contigo subir las montañas más altas,

escalar las sublimes paredes del pecho

para decir después: ¡He salvado

el tesoro azul de la esperanza!

Yo quería tener un corazón de lila

y ser una pradera interminable,

y contigo ser hierba, lluvia, risas,

estrellas y palabras.

Pero he aquí que el río quedó paralizado,

que los olvidos fueron minando la montaña

y el pecho es un inmenso hueco

donde mueren

los extraños deseos del pasado.

No he sido nada, nada, salvo este vacío,

este torpe cansancio y este ciego dolor

que me aprisionan

entre todas las cárceles.

La ira me estremece. Has cercenado

cuanto había en mí de amor.

Ante mis pies, la llanura se abre.

Furiosa, transida por violentas congestiones,

vuelvo, sin una lágrima, la espalda. 

Femenina

Me han dicho: «estás cansada. Hay en ti

un velo de tristeza. No eres quien fuiste

y no hace tanto tiempo que fuiste primavera».

Yo no puedo esconder más el fracaso

de haber nacido mujer y femenina. Soy un ser pequeño,

me parezco a los perros de la calle,

llevo de ellos la misma, eterna, melancolía.

Me han dicho: «tienes que amar la vida,

sonreír al encanto, no pensar en la muerte».

Y no puedo evadirme de mí misma.

Si realmente fuera, antes que alma, cosa;

si fuera antes que alma, mujer y femenina,

¡qué me importaría el vacío que traigo,

qué me importaría la muerte que me acecha!

Dentro de mí no hay nada. Cultivaba un jardín

y se me ha muerto, planté eucaliptus al borde

de mi vida. Y llegó la tempestad primera

y devastó mis bosques primitivos. Hoy,

solo sé que soy alma, solo sé que soy triste,

solo sé que mañana me veré en el espejo,

me escucharé en el viento, mujer y femenina,

con la inquietud viviéndome en los ojos,

y lejos de la esperanza, lejos, lejos.

De: Muchacha sin nombre y otros poemas, 1980.

La extranjera

Como vapor de lluvia en el asfalto,
cada paso que emprendo se hace nube.
Soy la extranjera inquieta
que por la calle huye
en busca del hotel del que ha extraviado
nominación y número,
con el miedo brotando de los labios
y aterrados los ojos por lo cierto
de saberse en el exilio sola.

Mi nombre sólo es bruma entristecida
y nadie lo pronuncia, por extraño;
ni siquiera otro amor lo ha cobijado
en la terrible hora de tu olvido.
Extranjera en las noches que me aman,
e igual que gime el aire enfurecido
—oh, tus manos levísimas que el viento me arrebata—,
si otro aliento me siega la garganta,
mi nombre y tu distancia se estremecen
desde el dolor del alma.

En cada paso, en la pasión del sexo,
en el éxtasis de Dios, en la mañana clara;
en la ira inútil e infecunda
con que me enfrento a mi morir constante,
extranjera, extranjera y extraña
me definen,
extranjera y extraña me comporto.
¡Para siempre exiliada en el país del hombre!
Para siempre la sed de tu voz ida
que susurre a mi pena: compatriota.

De: Muchacha sin nombre y otros poemas, 1980.

Indiferencia

A Manuel González Sosa

Ya no quiero ser la mujer triste,
me cansé del cantar de la tristeza,
de sepultar los años que me viven,
de, invariable, vestir de color negro.
No pediré perdón si me hacen daño
ni nunca ya será la compasión
mi eterna compañera.

Si marzo me creó, ¡era la primavera!
¿Por qué voy a ser yo quien me retorne a otoño
soñando que soy ave, o árbol, o sendero?
Quiero a los ojos mirarme abiertamente,
ver el gris de mi pelo y alegrarme,
caminar por las calles y escucharme
vibrar de amores llena.
¡Ya nadie dejaré que reconozca
que tengo un corazón tan vulnerable!

Indiferente y plena, ausente del dolor,
distante de lo bello, soberbia de ambición,
devolveré el amor al desamor supremo.
¿Que la luz me hará falta mientras tanto?
¿Que no podré vivir sin voz ajena?
¿Que volverá el recuerdo alguna tarde?
¿Que lloraré, tal vez, la misma pena?
¡Qué importa! Afilaré mis garfios
y alertaré mis dedos. Y, si alguien,
de nuevo, me suplica: extiéndeme la mano,
compañera, aclárame la sombra,
se volverá mi rostro indiferente,
indiferente y nuevo.

De: Autorretrato, Ediciones Ronda(1981).

Cuadro de Natalia pintado por Gopar

Frente a la isla

Mirad a esa mujer, dicen algunos,
callada frente al mar cada mañana.
Es una pobre loca soñadora,
una pobre mujer que desde siempre
soñó con ser gaviota y tener alas.
Mirad con qué insistencia se detiene
a contemplar la Isla, allá lejana.
¡Qué distante de su razón la nuestra!

Miradme, sí, miradme.
A juicios de los hombres ya no temo.
Helados juicios
que con desdén quisieron
congelar las hogueras de mi pecho.
No los oigo. Soy una pobre loca,
mas, al fin,
mis oídos cerré a las voces vanas.

Sólo la tristeza del mar es lo que escucho.
Oíd…
Cada mañana me acerco a recoger
de alguna de sus huellas
los restos destrozados.
Yo sé que habrá pisado alguna orilla
y aguardo el milagro de ese instante.

¿Llamáis a esto locura?
Seguid vosotros, pues, con la cordura:
si loca me creéis, no me hacéis daño.

De: Autorretrato, Ediciones Ronda(1981).

Presentimiento

A Pino Ojeda

No entiendo por qué,
a veces,
cuando es sombra la tarde y confusa es la luz,
surge un pensamiento constante de mi mundo,
no sé por qué lo gris,
el frío y lo indeciso,
se apoderan, terribles, de mi sueño más puro,
y lo vuelven atroz.
Acosada por ellos, elementos malditos,
el espanto es agua que refleja el terror,
el sentimiento previo de mi fin
–presentimiento de que él llegará
en la soledad de la pequeña casa–,
frente al mar,
casi sin dios,
como siempre
he vivido,
palpando ávidamente lo que veo.

Quiero dejar escrita
una palabra dulce,
colgar en la ventana un retal blanco.
Pero alguien
me encontrará
dormida,
con el nombre de Nada
al borde de mis labios.

Sí, así pudiera ser.
Así lo he presentido
y nada más deseo para la ida:
dos apasionados instantes tal vez, una caricia,
mi libertad terrena,
y un rosal
hundido
en el hambriento secano de mi huerto.

Sí, ha de ser así.
¿No ven que yo deseo
mi solitario goce,
hacerme mía, al fin,
únicamente?

Presiento que el hado, que vive de mi sangre,
conmigo irá camino del silencio.
Lo dejo reafirmado en estos versos:
moriré
junto al mar
con el adiós anónimo del viento.

De: Cuando es sombra la tarde, (Poemas 1996-1997), 1999. (Incluido en el libro Soy éxodo y llegada. Torremozas, Madrid, 2021).

Natalia Sosa Ayala (Las Palmas de Gran Canaria, 27 de marzo de 1938-13 de noviembre de 2000). Poeta y narradora.

 Hija de Peregrina Ayala Cabrera y del poeta republicano Juan Sosa Suárez. El ambiente cultural e intelectual que se vivía en la familia hizo que se desarrollase su vocación literaria.

En 1956 comienza a colaborar con la revista Mujeres en la Isla donde aparece su primer poema”No dejes de cantar” ,dedicado a la cantante folclórica Mary Sánchez, y a partir de 1957 realiza crónicas culturales para diversos periódicos.

A los 17 años escribe su primera novela, Stefanía, que sera publicada en 1959 con ilustraciones de Pepe Dámaso y prólogo de Ventura Doreste.

En 1961 se traslada a vivir a Inglaterra, donde permanece 10 meses trabajando de au pair y a su regreso publica su segunda obra narrativa, Cartas en el crepúsculo(1963).

En 1964 se traslada a Madrid donde trabaja haciendo traducciones y dando clases de español a extranjeros mientras aprende alemán y francés .

En 1969 se traslada a Barcelona para escribir un reportaje sobre la trapecista del circo Price, Pinito del Oro a quienes acompañara durante toda la gira. El trabajo se publicó en la revista Semana.

En 1970 Natalia regresa a Gran Canaria donde da clases de ingles. Es incluida en la antología “96 Poetas de las islas“, de Jose Quintana. En 1972 fallece uno de sus referentes ,su padre.

En 1981 publica su segundo poemario Autorretrato, en Ediciones Ronda, y se consolida como una de las voces más originales y profundas de la literatura canaria de la segunda mitad del siglo XX. 

En 1984 comienza a publicar en Canarias7 una serie de artículos bajo el titulo “Desde mi desván ” que posteriormente recoge y publica en un libro.

En 1986 fallece su madre y tres años después Natalia sufre un derrame cerebral que le dejara una hemiplejia que le paralizó la mitad del cuerpo, por lo que se jubila en 1990, aunque siguió escribiendo y publicando en el periódico La Provincia.

En 1992 publica su poemario “Diciembre” y en 1996 sale “Desde mi desván y otros artículos. Neurosis. Cartas”.

Natalia Sosa fallece en Gran Canaria el 13 de noviembre del año 2000. Tenía 62 años.

En el año 2004 se publico su libro póstumo “ Los poemas de una mujer apátrida ” y en el 2018 se publica ” No soy Natalia” una recopilación de su obra poética desde 1957 a 1981.

En 2019 la feria del Libro de Gran Canaria le dedica su edición y en el 2021 es seleccionada para protagonizar el dia de las Letras Canarias bajo el lema Toda infinito.

Natalia Sosa Ayala era mujer, escritora y de convicción de izquierdas en la España franquista. El ostracismo al que fue condenada Natalia Sosa por la sociedad y por los círculos culturales canarios no fue nada casual. De hecho, esa negación de su identidad es el doloroso motor que la impulsa a escribir. «En Natalia Sosa se junta la insularidad, ser mujer y homosexual en tiempos de la posguerra. Lo tenía todo en contra», asegura Blanca Hernández Quintana, autora del libro Escritoras canarias del siglo XX, un ensayo en el que resumió su tesis doctoral. «No pudo desarrollar algo tan importante como su sexualidad y lo que hizo fue descargar toda esa frustración en la escritura», sostiene la especialista. «Natalia Sosa se acerca a la poesía para construir su identidad en un sistema que le reprocha su homosexualidad y para encontrar un lugar desde el que ubicarse en el mundo»

Natalia en 1999

Enlaces de interés :

Fuente de la bio : https://www.bibliotecadecanarias.org/escritores-as/natalia-sosa-ayala

https://www.lasalamandraebria.com/natalia-sosa-ayala/

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