10 Poemas de Jesús Lizano

La conquista de la inocencia

Resulta que soy un niño, que todo

ha ido haciéndome un niño,

que el sufrimiento y la alegría me han hecho un niño, 
que como un niño

todo lo he ido transformando en sueños, 
jugando con mis sueños y con mis versos, 
resistiendo con ellos,

que contemplar todos los mundos me ha hecho un niño,

que yo iba como todos para ser un hombre

y las fronteras me han hecho un niño,

los fingimientos y los límites:

todo me ha hecho un niño;

que la locura me ha hecho un niño,

verla, palparla,

a través de todos los disfraces y de todas las máscaras, 
que el asalto de la razón a todo lo que vive 
me ha hecho un niño,

que sorprenderme por todo me ha hecho un niño,

desear un vivir que sobre todo fuera una aventura,

que me ha hecho un niño

el engaño de cuantos han crecido,

que les hacían hombres

las trampas de los dominantes,

que dejas de ser niño cuando te conviertes en dominante,

que el dominio de las abstracciones me ha hecho un niño,

que al parecer eso es ser hombre,

que he preferido ser un niño

para salvar todo lo creativo,

que mi mundo

no es de este reino perdido,

para dar a los sentidos lo que es de los sentidos,

al instinto lo que es del instinto,

que los sueños me han hecho un niño,

que no podía vivir si no era un niño

que me ahogaban las órdenes y las leyes.

Resulta que muchos de los que se hicieron hombres

y no buscaron la inocencia,

al final de sus vidas

recuerdan con nostalgia lo que tuvieron de niño, 
porque a ser hombre llaman
vivir en un mundo de dominantes 
y sometidos,

que la soledad me ha hecho un niño, 
que el darlo todo y el haberlo perdido 
me ha hecho un niño,

que he sido un poeta maldito porque soy un niño,

que me ha hecho un niño

ver que lo único importante

es buscar la inocencia entre la astucia,

que cuando he amado

me he convertido en un niño,

que comprender que hay víctimas pero no culpables 
me ha hecho un niño, 
que por ser un niño

mantengo la ilusión a pesar de los desencantos 
y de la sangre derramada 
entre las trampas y los mitos,

que ver cómo caemos todos en las innumerables trampas

me ha hecho un niño,

y que de no ser un niño

nunca hubiera nacido en mi la rebeldía,

que es preciso

comenzar a rebelarse a uno mismo,

no seguir la consigna de ser un hombre,

que soy poeta porque conquisto la inocencia

cada vez que abro los ojos y contemplo las cosas,

que a ser niño

es lo único que he aprendido

y porque observo que todos los seres

con el mismo destino:

nacer para la muerte,

no dejan de ser niños:

que un pájaro siempre es un niño,

que un árbol siempre es un niño,

que un perro siempre es un niño.

Y porque pienso qué es un hombre

si deja de ser niño,

que se equivocan las escuelas

que intentan hacernos hombres

prometiéndonos falsos paraísos,

que la anarquía sólo será posible

cuando todos fuéramos niños,

cuando todos partamos

a la conquista de la inocencia,

que escribo este poema

porque resulta que soy un niño…

Necesito cariño

Fui al médico del cerebro, del alma,
los médicos
con su uniforme blanco, los curas

con su uniforme negro, los militares
con su uniforme verde, el papa

con su uniforme blanco.
Ya vemos
lo que les pasa a los dominantes cuando prescinden de sus uniformes. Qué ha sido, por ejemplo,
de los reyes
sin su uniforme…

Por no hablar del uniforme
de los bomberos, de los policías, de los conserjes,
de los mayordomos,
de las monjitas, de los presos, de los jueces,
vaya uniforme el de los jueces…

¿Y los burgueses?
¿Y su uniforme de señores? ¿Y el de los cocineros? Pobres cocineros:
hasta los cocineros revestidos… Y las novias vestidas de blanco
cuando se dirigen
a firmar con los novios
el contrato…
¡plaga de contratos!

Y qué seria este mundo sin uniformes: sería
el mundo real poético…

El caso es que fui al médico del alma, del cerebro…
¡qué pretensión salvar el alma con la teología,

o la química
y otros derivados

de la Razón! Y cómo
va a curar con su locura la Razón al alma
si liberarse de su dominio es lo único
que puede salvarla.

El caso es que fui al médico, con su uniforme blanco, llamado bata,
como los farmacéuticos, como los fantasmas… hundido por aquél

desamor que había
herido gravemente y, cómo no, mi alma
y me dio una medicina
como si el alma
fuera un intestino
o una garganta.

Y yo le dije: no necesito medicina, necesito cariño…

Y pensé:
lo que yo necesito,
lo que todos necesitamos,
es que se acaben todos los uniformes, que todo cambie de sentido.

Y las órdenes,
que se acaben las órdenes, las recetas, los específicos, los sermones, sobre todo los sermones.

Recuerdo que cuando yo era un niño
-un niño niño-
íbamos a la escuela

con uniforme.
¡Venga! ¡Todos uniformados! Qué educativo…

Y qué son las ideas
sino uniformes malditos si lo que necesitamos
es cariño, mucho cariño…

Y al cabo de cierto tiempo volví al médico y me preguntó si me había tomado la medicina. Y le dije que no
Y él, indignado, me dijo:
¡No sé
ni cómo le recibo!

Un príncipe

¿Y si un príncipe, en un buen momento, dijera como el poeta:
mi mundo no es de este reino?

¿Y si exclamara:
nada de dominantes y dominados: todos compañeros,
todos
asamblearios?

¿Y si su última orden
fuera despojar a los dominantes
de sus uniformes,
dejándoles con una mano
detrás y otra delante?
¿De sus armas? ¿De sus estandartes?

¿Y si
se pusiera a trabajar,
no sé, de mecánico,
de médico, de bombero, que más da, pero ganándose el pan con su trabajo?

¿Y si viera
que no es necesario
que nadie represente a nadie?

¿Y si su último acto
fuera firmar el finiquito
de todos los mandatarios,
de todas las sedes dominantes, de todos los palacios?

¿Y si, eufórico y tranquilo, clamara a los cuatro vientos: ¡todos a los caballitos!?

Sería el último príncipe
y pasaría a la Historia
como el príncipe más humano.

Manifiesto poético

¡En nombre
de todos los Caballeros
de la Poesía
que en el mundo fueron
llamo a todos los soñadores,
a todos los poetas
para manifestarnos
en la calle (¡la calle
es suya
y no de los voceras!)
frente a la lucha por el dominio! ¡A su horror! ¡A su locura! ¡Adelante la columna poética!

¡Compañeros!
¡Todos compañeros! ¿O no tenemos
los mismos problemas, la misma esencia? ¿Nadie lo recuerda? “Mi patria es el mundo, mi familia
la humanidad entera”, el humanismo poético mi humanismo.

Los otros,
los hemos vivido,
¡vaya
si los hemos vivido!
se pierden en esa lucha, llenos de insufrible retórica. ¡Llenos!

¡Llamo a todos los soñadores, a todos los poetas! ¡Reclamemos
el fin de cuanto nos divide olvidando lo que nos une, nuestro destino

de seres mortales y creativos, de cuanto origina
un mundo de dominantes
y sometidos,

enfermos y confusos, de cuanto impide
la libertad de sentir,

el vuelo del pensamiento, nuestra vida interior
liberada de todo
lo que imponen y mentalizan

los retóricos enloquecidos, los voceras!
¡No al Mundo Real Político! ¡Todos a la conquista

de nuestra plenitud humana, del Mundo Real Poético,
el que, por fin, supere
esa locura que nos destruye, que impide la plenitud

para la que hemos nacido, los sueños
para los que vivimos!
¡O para qué vivimos!

¡De qué nos sirve
un continente deslumbrante carcelero
de nuestro humanismo contenido! ¡De nuestro heroico contenido!

¡Soñadores! ¡Poetas!
Frente a las víctimas inocentes
no llorar, no lamentarse:
¡que lloren los cocodrilos! Luchemos para que acabe
la sed de dominio
causa de nuestra barbarie. Salvemos nuestra mente
de todo lo ensombrecido
¡No al racionalismo
que impide la libertad
de nuestro mundo íntimo!
¡No al irracionalismo
que la enloquece con sus símbolos!, terribles enfermedades
no señaladas por los médicos. ¡Pobres de nosotros
en manos de los médicos,
los físicos y los metafísicos!
¡Qué saben
de nuestro sufrimiento,
de nuestro destino!

¡Vean, vean,
el reino de la Diosa,
la diosa Razón enferma!

¡El reino de sus voceras!

¡No a la “crítica” de la Razón pura! ¡No a la “crítica”
de la Razón práctica!
¡Crítica

a la Razón enloquecida! ¡A sus pozos,
causa de las mismas!

La Razón crea mitos
que nos sacan los ojos. ¡Derribemos
todos sus monumentos, todos sus Palacios,
todos sus Reinos! ¡Salvemos nuestra especie de esa locura! ¡Merecemos un mundo de plenitud,

un Mundo Real Poético!
¿La Revolución? ¡Será poética o no será! ¡Manifestemos
al Mundo Real Poético!

Todo es profundo y sencillo si lo miramos no con ojos racionalistas sino con ojos poéticos.

Y no gritar: ¡”No a la guerra” sino a la lucha por el dominio causa de todas ellas!
¡Las causas no los efectos!

¡Las vidas no las ideas! ¡Asambleas
no compartimentos
con nombre extrañísimos! ¡No voceras!

Sólo desde la altura
de nuestro libre vuelo podemos comprender las cosas y comprendernos.

Denunciemos este delirio. Invitemos a todos los inocentes perdidos entre su voces
que llevan a esa lucha,
todos perdidos

entre las falsas verdades
y sus terribles ecos.
Lo poético no lo político
nos lleva a la plenitud, a la Belleza, entre nuestros límites y posibles verdaderos.

Es nuestra consciencia
la que ilumina la Belleza, nuestra Razón quien la ciega.

¡Sus voceras!
Y qué es la libertad
sino la luz de la consciencia.

¡Soñadores! ¡Poetas! La libertad de pensar y de sentir
es el aire.

Porque sin ese aire
no hay quien respire, no hay quien sea, ¡no hay quien se salve!
¡No cambiaremos
sin ella!

Sin ella
sólo tenemos
palabras. Quién
tiene voz sin ella.
¡Todos únicos! ¡Todos compañeros! ¡Adelante la columna poética!
¡En nombre de la libertad, en nombre de todos los ingenuos
Caballeros Andantes!
¡En nombre de nuestra especie!

¡A la conquista
de la tierra prometida
por nuestros orígenes,
por nuestros sueños!
¡A la conquista de la inocencia!

Mamíferos

Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.
Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantoautores.
¿Cantoautores?
Yo veo mamíferos…
Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores ¡Aparejadores!
¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero! Miembros, sí, miembros, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos… académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.
Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras…
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos,
nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.
Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.
Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas…
Yo veo mamíferos.

Lamento ácrata

¡Ellos

han!

¡Nosotros

hemos!

¡Vosotros

habéis!

¡Tú

has!
¡El

ha! Pero, yo,

¿eh?

La columna poética

Versos en lugar de soldados,

metáforas en lugar de fusiles,

olivos en lugar de mástiles,

imágenes,

no trincheras, no aviones,

estrofas,

flores en lugar de banderas,

jardines,

no checas, no uniformes,

poemas,

ingenuos en lugar de espías,

libertad, no victoria,

verso libre en lugar de leyes,

molinos en lugar de gigantes,

niños con piel de hombre,

no asesinos con piel de justicieros,

romances en lugar de estrategias,

musas, no jefes y subalternos,

sonetos en lugar de tanques,

églogas en lugar de tácticas,

liras en lugar de tambores,

soledad, no alianza, no intriga,

música,

sueños en lugar de radares,

coplas, no discursos y arengas,

viajes, no desfi les,

licencias poéticas,

no reclutamientos, no fronteras,

soñadores,

no dominantes y dominados,

la conquista de la inocencia

no la conquista del mundo,

nocturnos, en lugar de cuarteles,

odas cánticos, no armamentos,

ideas al servicio de las vidas

no vidas esclavas de las ideas,

de sus profetas,

románticos, en lugar de locos,

líricos, no fanáticos,

contemplación, no ordeno y mando.

¿Cómo?

¿Cuándo?

¡Adelante la columna poética!

Canción del Pococatepelt

Iré
al pococatepelt,
al popo catepelt, al po
pocatepelt.
Este mun dejaré, este mun, este ser, de,
y al cratér llegaré, al cratér,
del popó
catepelt,
catepelt.
Seré
una llama tan so vuelta al fue vuelta al po, popocá,
catepelt.
Soy un ar
que ya de,
debe arder,
que ya dio
dio sus fru
entre ser
y no ser.
¡El popocatepelt! ¡El popocatepelt! Me lanzaré, lanzaré
al popo
catepelt,
me moripoporé, me poporé.
Sobre las sel
y los desier
se oirá,
oiirá,
la vie, la vie canción del po pocatepelt,
del po
pocatepelt,
del po
pocatepelt.

(coral)

Las personas curvas

Mi madre decía: a mí me gustan las personas rectas

A mí me gustan las personas curvas, las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo

y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas, no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;

los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos! El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.

POEMO

Me asomé a la balcona
y contemplé la ciela
poblada por los estrellos.
Sentí fría en mi caro,
me froté los monos
y me puse la abriga
y pensé: qué ideo,
qué ideo tan negro.
Diosa mía, exclamé:
qué oscuro es el nocho
y que sólo mi almo
y perdido entre las vientas
y entre las fuegas,
entre los rejos.
El vido nos traiciona,
mi cabezo se pierde,
qué triste el aventuro
de vivir. Y estuvo a punto
de tirarme a la vacía…
Qué poemo.
Y con lágrimas en las ojas
me metí en el camo.
A ver, pensé, si las sueñas
o los fantasmos
me centran la pensamienta
y olvido que la munda
no es como la vemos
y que todo es un farso
y que el vido es el muerto,
un tragedio.
Tras toda, nado.
Vivir. Morir:
qué mierdo.

Jesús Lizano (Barcelona,España, 23 de febrero de 1931 – 25 de mayo de 2015)?. Poeta y pensador libertario que defendía lo que denominaba Misticismo Libertario, la evolución desde el Mundo Real Salvaje, donde se encuentran todos los animales excepto la especie humana, que ahora se encuentra estancada en el Mundo Real Político, en su camino hacia el Mundo Real Poético, la Acracia.

Estudió Filosofía y llegó a ejercer la docencia en un instituto, donde se hacía llamar “El antiseñor Lizano” y aseguraba el aprobado a todos los alumnos. Aunque muy pronto se dedicó a su vocación poética, dejando una extensa obra que reunió en el volumen “Lizania. Aventura poética 1945-2000”.

Jesús Lizano fue uno de los poetas fundamentales de la década de los cincuenta y después de un tiempo de ostracismo, en los años ochenta reapareció y se dedicó a viajar por diferentes ciudades en las que ofrecía recitales en directo, que le dieron mucha popularidad. En su ultima etapa firmó libros como Lizanote de La Mancha

Lizano se consideraba un anarquista poético, que hacia una poesía social y humana de y para el pueblo, pues entendía que su obra no era para él, sino para acercar a los seres humanos el mensaje que recibe el poeta del ámbito natural.

https://youtu.be/ZEVh8AB5G2w

Enlaces de interés :

http://www.lizania.net/

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