He visto mujeres
He visto mujeres en cuerpos de niñas,
que no conocen su infancia.
He visto mujeres desplazadas con sus
hijos a cuestas sin saber
a dónde acudir.
He visto mujeres surgir de la nada,
con tesón y perseverancia,
haciendo del desierto
un bello huerto.
He visto mujeres en el amanecer,
amasando pan y dando de comer,
en el anochecer esperando al
marido de la guerra aparecer.
He visto mujeres parir a la luz de una vela,
derramando lágrimas por ver
a sus bebés nacer.
He visto mujeres indefensas gritando
desesperadas, buscando paz
en las trincheras.
He visto mujeres agarradas a su fe,
esperando la calma, la calma, la calma,
que no llega, terca y dormida la esperan
con calma y esperanza.
He visto mujeres soldados en las guerras con
las manos manchadas de sangre, matando a
inocentes sin piedad.
He visto mujeres occidentales solidarias,
en pleno desierto sin pedir
nada a cambio.
He visto mujeres africanas y latinas
humildes, con riqueza en el corazón,
sin nada que llevar a la boca
han logrado educar a
una generación.
He visto mujeres gitanas bailando
al ritmo del flamenco, alrededor
de una fogata sin pedir
nada a la vida.
He visto mujeres australianas
sin prisas, que han dado cara al tiempo
y voz al espacio.
He visto mujeres asiáticas arraigadas
a sus costumbres, con semblanza inconfundible
trabajando codo a codo,
sin descanso ni seguro.
He visto mujeres árabes piadosas,
rezando hacia el ocaso, pidiendo
clemencia, sin que nadie les
haya hecho caso.
He visto mujeres caribeñas donar
sangre de sus venas, para dar vida
a la muerte en África,
sin esperar de una
orden familiar.
He visto arco iris de mujeres:
morenas, mestizas, negras, blancas,
rubias… echando raíces por
todo el mundo
He visto tantas mujeres y aún no he visto
suficientes, sé que somos diferentes,
pero nos une el hecho de ser mujeres,
engendramos vidas a la vida,
por todo eso, no tenemos que
ser diferentes ante
las injusticias
en esta vida.
La unión
Qué sería de los ríos
con una sola gota.
Qué sería de los aplausos
con una sola mano.
Qué sería del arco iris
con un solo color.
Qué sería del árbol
con una sola rama.
Qué sería de la siembra
con una sola semilla.
Qué sería de la tierra
con un solo ser.
Qué sería de la lucha
con una sola voz.
Qué sería de la fuerza
sin la unión.
Niños
Vi ojos bellos clavados en los míos,
miradas apagadas, sin juguetes ni diversión.
Vi pupilas nubladas, manos tiernas con
mascotas de lagartos y escorpión.
Vi tez morena, pies descalzos correteando,
por los charcos y dunas.
Vi criaturas víctimas del terror, inocencias
que apasionan, rostros que inspiran,
corazones que cautivan.
Vi lo que nadie pudo ver, espejismos
tejiendo cuerdas del pasado, sombras
en el horizonte cultivando claveles y
resplandores en el cielo con
mensajes esperanzadores.
Vi semillas forjadoras del mañana, un
presente con futuro, un porvenir con
varias formas del saber.
Vi tantas, tantas cosas por decir, que sólo mi mente
guarda y mis labios no podran describir.
La justicia
¿Quién no suspira el anhelo de la justicia?
La busco por todas partes y
no la encuentro.
¿Quién sabe dónde se esconde?
La llamo y no me responde.
quién la tenga retenida
Que la suelte ya.
Cuántos inocentes perecieron
sin que nadie les ha
dado la razón.
Cuántos se quedaron impunes
sin pagar por sus culpas.
Cuántos culpables pagaron
para no ser juzgados.
Cuántos indicios fueron borrados
para no ser descubiertos.
Cuántos secretos inculpatorios
se fueron a la tumba antes de
ser confesados.
Quien suspira el anhelo de la justicia,
que no cese algún día llegará
cuando la llames
te responderá.
¿Quién sabe dónde se esconde?
La llamo y no me responde.
quien la tenga retenida
que la suelte ya.
En la ciudad del viento
En la ciudad del viento,
veo lo que nadie ve,
siento lo que nadie siente,
lo digo, lo repito con
el viento y no me arrepiento
El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.
En la ciudad del viento,
hay palacios de piedras
y castillos de arena,
como en los cuentos de hadas.
El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.
Ando descalza sobre una alfombra de arena,
suave como la seda
y dorada como el oro.
Vivo bajo un cielo
grande e inmenso,
cubierto por un velo azul,
azul como el mar.
En la ciudad del viento
la libertad nació sin dueño.
En este horizonte lejano y sin límite,
como un sueño,
cuando posa la mirada,
la vista navega libremente.
El desierto me hace sentir
como una princesa
en mi palacio de lona,
rodeado de espejismos,
como cascadas y fuentes de agua,
que se deslizan de las montañas…
espejismo brillante, con destellos,
como el diamante que
brota de repente
desde el fondo
de la tierra…
Tierra, yerma y querida,
madre del fuego,
del aire, del frío, del silencio,
del nómada y del viento.
El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.
El sol, mi hada madrina,
cada día me quiere,
me guía y me protege.
La luna, mi espejo mágico,
que me escucha,
me mira y me mima.
Las estrellas, luces de vecinos
y pueblos de princesas,
cercanas y lejanas,
cada noche me iluminan,
me vigilan y me amparan.
El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.
En la ciudad del viento
veo lo que nadie ve,
siento lo que nadie siente.
Lo digo, lo repito
con el viento y
no me arrepiento.
El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.
Lagrimas de pueblo herido
Lágrimas, lágrimas,
lágrimas de un pueblo herido
por caravanas de tanques y
cañones, que sembraron
un bosque de bombas
y muertes.
Gritos de senderos ensangrentados,
mujeres aterradas y sin el ayer,
mezquitas derrumbadas,
por peregrinos sin
piedad.
Lágrimas de un pueblo herido,
por pájaros de fuego
y balas de veneno,
palomas mensajeras de paz que
vuelan sobre el desierto,
deprimidas y sin silbido,
en duelo al mártir
caído.
Llantos de niños huérfanos y madres
viudas, que perdieron al
ser querido.
Lágrimas de un pueblo herido,
derramadas en tierras extrañas,
almas inocentes sufridas
por el destierro y la guerra
del olvido.
Héroes, héroes invictos, con sólo
su voluntad y esperanza,
han sobrevivido.
Lágrimas, lágrimas,
lágrimas de un pueblo herido.
Pueblo de sabios, pueblo de…
A mi tierra van mis versos de fuego y
de arena, que llegarán tan alto como
el sol y la luna.
.
Mujeres sabias, padres de familias,
niñas maduras, que crecen cada día;
niños prodigiosos, humildes y curiosos,
pueblos de sabios; pueblos dignos y hospitalarios.
.
Jaimas sumisas, clavadas en la tierra,
que vuelan con el viento y se envejecen con el tiempo;
albergan al nómada y amparan al forastero.
.
Caravanas de nómadas, que van y vienen, viajando
a cuestas de sus adorados camellos incansables,
en busca de una vida mejor.
Pueblo de sabios, pueblos de caminantes,
en rumbo hacia el porvenir.
.
Senderos de huellas de niños descalzos,
de ganados y pastores,
que marcaron sus rutas.
En el desierto no hay caminos y, paso
a paso, han hecho sus caminos al andar, al andar…
.
Como dice el poeta,
“caminante, no hay camino,
se hace camino al andar, al andar…
.
Pueblos de sabios, pueblos de pocas necesidades,
Pueblos de sabios, pueblos de genios y adagios,
Pueblos de sabios, pueblos felices, dignos y hospitalarios.
.
Pueblos de sabios, pueblos de caminantes
en rumbo hacia el porvenir.
Pueblos de sabios, pueblos de pocas necesidades.
.
A mi tierra van mis versos de fuego y
de arena, que llegarán tan alto como
el sol y la luna.
El inmigrante
El inmigrante siempre sueña despierto
por un mundo feliz y tolerante.
El inmigrante se arriesga buscando la vida
en patera y la pierde antes de pisar la cantera.
El inmigrante que llega a cruzar la frontera
no sabe por dónde se agarra.
El inmigrante siempre sueña despierto
por un mundo feliz y tolerante
El inmigrante se despide de la muerte
en oriente y la recibe en occidente.
No sé quién tiene más suerte,
el inmigrante que muere de repente
o el inmigrante que vive muriendo
lentamente.
De: “Poemas saharauis para crecer”
¿Cuantos versos hacen falta?
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que tiemblen los cimientos
de la injusticia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para convertir en cenizas los fantasmas
de la injusticia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que reina la justicia en su palacio
sin injerencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que coronen la verdad en nombre
de la justicia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que las túnicas negras, abriguen antes
la razón que el corazón
sin preferencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que la dignidad sea una esencia
de nuestra existencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que la independencia, no sea un rehén
de nuestra ignorancia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que las palomas de la paz posen
en los tejados de la inocencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
Para que la bandera de la libertad ondea
con honra y elegancia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir,
para que las sentencia de la justicia sean
el elixir de la conciencia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que los indignados luchen a diario
con vehemencia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que suenen las campanas de la tolerancia
desde nuestra infancia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que el amor sea el aroma
de nuestra fragancia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la felicidad sea la gran
exigencia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la buena convivencia
no sea una apariencia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la violencia en nuestro universo
no tenga presencia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la pobreza no sea
una herencia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la riqueza no caiga en manos
de la codicia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la generosidad no sea víctima
de la avaricia.
.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la solidaridad no esté retenida
por la intransigencia.
Caminando en el desierto
El desierto me hace sentir
como una princesa
en mi palacio de lona,
rodeado de espejismos
como cascadas y fuentes de agua,
que se deslizan de las montañas…
Espejismo brillante, con destellos,
como el diamante que
brota de repente
desde el fondo De la tierra…
Tierra, yerma y querida,
Madre del fuego,
del aire, del frío, del silencio,
del nómada y del viento.
De: “Nada es eterno”
Mujeres
He visto mujeres sonreír
con el corazón desgarrado,
ahogando sus penas
bajo piedras.
He visto mujeres de hierro que
ocultan sus penas detrás
de un velo.
He visto mujeres rehenes de sus
sentimientos, atrapadas entre
barrotes del miedo
y del amor.
De tanto dolor brota una profunda
herida en su corazón antes que
entren en razón, salen de sus
casas en ataúd, como el
mejor trofeo, del que
un día fue su
gran amor.
Si un pueblo
Si un pueblo quiere existir, no puede prescindir
de las mujeres.
Si un pueblo quiere ser libre, no puede omitir a sus mujeres.
Si un pueblo quiere ser democrático, no puede prescindir de
las igualdades entre
los hombres y
las mujeres.
Si un pueblo quiere ser… lo que quiere ser,
no puede serlo
sin sus mujeres
De: La dignidad una corona de oro(2013)
Nada es eterno
Nada es eterno, vive la vida mientras dure,
los malos momentos no asustan,
ni los buenos alegran,
al fin y al cabo, todo, todo pasa …
La infancia feliz y adorada, pasa,
la adolescencia fulminante y alocada, pasa,
la juventud radiante e ilusionada, pasa,
la madurez brillante y cultivada, pasa
la vejez culminante blanca y arrugada ,
paso a paso, pasa …
Abre las puertas de la vida, de par en par;
no pares, pasa la cuesta,
cuesta, lo que cuesta.
Los pasos de la vida,
con sus sabores
amargos y dulces,
se viven disfrutando,
lentamente, paso a paso …
Al fin y al cabo, todo pasa,
lo malo y lo bueno, pasa,
lo triste y lo alegre, pasa,
lo fuerte y lo débil, pasa,
lo duradero y lo efímero, pasa,
los malos momentos, no asustan,
ni los buenos alegran …
Nada es eterno, al fin y al cabo, todo,
todo, todo pasa …
Vive la vida, mientras dure,
aprende a vivir, aprende a soñar,
aprende a perdonar, aprende a olvidar,
aprende a disfrutar… y a ser feliz,
antes que sea demasiado tarde,
todo pasa y nada es eterno.
Fatma Galia Mohamed Salem. Escritora , poeta y periodista saharaui, activista por los derechos humanos .
A los 10 años fue a Cuba a estudiar junto con otros niños saharauis. Realizó cursos de Periodismo en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba.
Tras sus estudios en Cuba estudió Periodismo en la facultad de Leioa en la Universidad del País Vasco y es doctorada por la Universidad del País Vasco. Reside en Bilbao desde 1992. La mitad de su familia vive en la parte ocupada y la otra mitad, en los campamentos de refugiados donde las condiciones de vida son muy duras.
Ha publicado los libros de poemas: Lágrimas de un pueblo herido, 2008; Poemas saharauis para crecer. Nada es eterno -Antología poética 1989-2009-, 2009, donde habla de la mujer, la pobreza, la libertad y su carencia, y de lugares y personas que han significado algo para ella; y La dignidad, una corona de oro, 2015.
También publicó el libro Pueblos de sabios, pueblos de pocas necesidades. Cultura oral de los nómadas (Selección de cuentos, poemas, refranes, proverbios y adivinanzas), y el libro La henna y sus maravillas, 2001, en el que refleja las distintas utilidades de la henna en la sociedad saharaui.
Además colaboró en una publicación de Mujeres del Mundo en su libro de poemas “Palabras desde la distancia”.
También ha escrito, dirigido y publicado una obra de teatro titulada “Monólogos con África”.
Fatma es la autora del único diccionario Hasanía-euskera-castellano que existe y que fue impulsado por el Gobierno vasco.
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