9 Poemas de Pedro Garfias

Asturias

Asturias, si yo pudiera,
si yo supiera cantarte…
Asturias verde de montes
y negra de minerales.
Yo soy un hombre del Sur
polvo, sol, fatiga y hambre,
hambre de pan y horizontes…
¡Hambre!
Bajo la piel resecada
ríos sólidos de sangre
y el corazón asfixiado
sin venas para aliviarte.
Los ojos ciegos, los ojos
ciegos de tanto mirarte
sin verte, Asturias del alma,
hija de mi misma madre.
 
Dos veces, dos, has tenido
ocasión para jugarte
la vida en una partida,
y las dos te la jugaste.
¿Quién derribará ese árbol
de Asturias, ya sin ramaje,
desnudo, seco, clavado
con su raíz entrañable
que corre por toda España
crispándonos de coraje?
Mirad, obreros del mundo
su silueta recortarse
contra este cielo impasible
vertical, inquebrantable,
firme sobre roca firme,
herida viva su carne.
 
Millones de puños gritan
su cólera por los aires,
millones de corazones
golpean contra sus cárceles.
 
Prepara tu salto último
lívida muerte cobarde
prepara tu último salto
que Asturias está aguardándote
sola en mitad de la Tierra,
hija de mi misma madre.
 

Coplillas a un poeta muerto

Combatió con los nombres
 
 y los redujo a cero.
 
Y se fue con los hombres,
 
 a fuer de hombre sincero.
 
Caminó por el río
 
constelado de hervores
 
 o celeste de frío
 
con los mismos fervores. 
 
Tuvo un bote, una vela,
 
una mar, un empeño. 
 
Y este viento que hiela 
 
no le cuajó su sueño.
 
Se fue por donde vino
 
-¡ay, Dios, de qué manera!- 
 
con un fuego de vino
 
 quemando su quimera.
 
Fue tan triste su suerte, 
 
vivió tan solo y viejo,
 
 que ni su propia muerte
 
 acompañó el cortejo. 
 
Y se fue – buen camino,
 
 caminante serrano –
 
 derecho a su destino, 
 
con su vida en la mano.
 
Nuevos y viejos poemas. 1931)
 

A mi padre

¿Por qué no hablamos nunca, largamente,
 
tú y yo padre, cuando esto era posible,
 
como dos hombres, como dos amigos
 
o dos desconocidos que se encuentran
 
en el camino y echan un cigarrillo
 
y se sientan al borde de la vida
 
mirando pasar la tarde y el camino
 
y hablan, hablan y callan, pausas de humo,
 
miradas vagas, las palabras caen
 
y se quedan flotando en el silencio,
 
a veces dicen su verdad primera,
 
el origen, la fuente, y se desnudan,
 
las palabras desnudas amanecen,
 
por qué no hablamos nunca, solos, largo?…
 
 

El verso humano pesa

El verso humano pesa.
Yo lo cojo en mis manos
y siento que me dobla las muñecas.
Mi traspiés juega mal con el camino
y mi dolor contigo, oh blanca primavera.

A veces de lo hondo del silencio
que bordean las flores y la brisa
acude el largo grito a mi garganta.
La primavera rápida se esquiva,
se rompe en mil pedazos
el aire de veloz cristalería
y cubre el sol sus desnudados miembros
como una virgen tímida.
Yo quedo sobre un monte de tinieblas
aullando al horizonte de mi vida.
Desde esta primavera luminosa
¿por qué no recordaros,
vosotros que conmigo compartisteis
la lluvia y el espanto?
De vuestra sencillez sabe este agua,
de vuestra dignidad sabe este árbol.
Acaso vuestros rostros en borrasca
rimaran mal con este culto prado:

pero también su cultivado césped
lo ha sido por las manos.
Hombres de España muerta, hombres muertos de España,
¡venid a hacerles coros a estos pájaros!

( de Noche de estrellas)

 
pgpedrog

La paloma de Picasso

El arte que suena tanto, y el viento que suena más,

el niño que no haya el puente que le permita cruzar,

el mozo que ve su vida partida por la mitad,

y el viejo que no ve nada, ¡ay!, nada que recordar.

Y los hombres peleando por el sueño y por el pan.

Cayó el silencio en el mundo que no deja respirar.

Hablo al hombre, hablo a los hombres que me quieren escuchar:

pongan su oído en la sangre y oirán la palabra PAZ.

La mano de Guernica el lápiz afiló.

Sobre el blanco papel una línea trazó.

La delicada forma latió y aleteó

y a los ojos atónitos del papel escapó.

¡Vedla cubriendo el mundo con sus alas de sol!

Paloma de Picasso, Paz de un solo color.

Nunca temblor más puro un brazo recorrió.

Lleva la cruz al hombro …

Lleva la cruz al hombro,

tres veces no, mil veces caído y levantado;

ya su vida es escombro;

va por la calle ya crucificado.

No pavor, sino asombro,

verlo lo mismo y ya transfigurado.

Nadie lo nombrará, ni yo lo nombro,

ni nadie lo ha nombrado.

No resucitará,

nadie le rezará,

nadie balbuceará por la noche su nombre.

Dejó toda su sangre repartida.

Más que su muerte le duró su vida:

¡no era Dios, era hombre!

peeeeedrooo

Su muerte y él

Fue condenado a muerte
la muerte acudió, rápida,
guardó distancia justa
y clavó la mirada.
Los dos quedaron solos
con la puerta cerrada.
Aquella noche no durmió… las sombras
con duras púas le asaeteaban y
y sus ojos abrían túneles en la sombra.
La muerte lo miraba.
Con el día crecieron los terrores,
llenaron celda y alma
y apenas si quedó sitio para la muerte
que en un rincón miraba y esperaba.

Fuera hervía la vida,
subían y bajaban
ascensores de vértigo
hombres oscuros y mujeres blancas.
Perros, niños y céspedes  
corrían por las plazas.
Estiraban sus músculos los días,
los frutos de las luces estallaban.

Dentro el hombre encogido con su muerte.
Agarró brío y rabia,
abrió los grandes libros, con las uñas
subrayó las palabras.
Aullidos de recursos retumbaron
en impasibles, silenciosas salas.
Días y noches se pisaron colas,
la pluma rasgueaba,
de punta a punta se la oyó en el mundo,
voces de todo el mundo contestaban.
Años duró la espera de la de la muerte y el hombre,
siglos duró la infamia.
Mentira que la muerte urgiera el paso,
estaba fatigada
y desviaba los ojos
a la puerta cerrada.

Por fin sonó la hora.
Doble suspiro abrió puerta y ventana
y los dos descansaron
de la larga jornada.

  (Obra poética completa)

A Federico Garcia Lorca

También yo quiero hablarte, Federico,

con esta ruda voz que ahora me brota del mar de mi garganta.

El crimen fue en Granada, dijo el maestro Antonio.

Y yo digo: en Granada fue la aurora decidida del mundo.

Aquella madrugada

sintió el fascismo resbalar los secos gusanos por su entraña.

Muerta estaba la noche, petrificada, lívida,

muerta la aurora igual que un agua presa,

muerta la luz en su ataúd de sombras y

muertos te mataron

a tí que eras la vida y la espiga y el árbol y la yerba y la rosa.

Viviste plenamente tu vida de poeta, de poeta del pueblo,

y has muerto exactamente a la hora justa,

cuando tu muerte es vida para el pueblo.

Yo te lo digo, Federico hermano, que aguardas desvelado

con el oído atento bajo la tierra pálida el disparo de luz de la victoria.

Descansa en buena hora.

Cada obrero español, cada soldado,

tiene ya abierto por sus propias manos

su agujero en la tierra que es trinchera o es fosa.

( De la Guerra Civil a la Guerra de Independencia )

Romance

No es el cañón lo que suena que lo que suena es la paz.

Los huesos alzan los montes, la sangre crece la mar,

los llantos llenan las nubes a reventar.

Cayó un silencio en el mundo que no deja respirar.

Los pájaros se avergüenzan de cantar.

El río fluye despacio, y el árbol no crece más.

España, si hablo de España siempre me pongo a llorar.

España vendida a trozos por la tierra y por el mar.

Por el aire va volando la paloma de la paz;

tiene las alas de luz y el pico de capitán.

Hay un silencio en el mundo que no deja respirar.

Entre España y México

Qué hilo tan fino, qué delgado junco
?de acero fiel? nos une y nos separa
con España presente en el recuerdo,
con México presente en la esperanza.
Repite el mar sus cóncavos azules,
repite el cielo sus tranquilas aguas
y entre el cielo y el mar ensayan vuelos
de análoga ambición, nuestras miradas.

España que perdimos, no nos pierdas;
guárdanos en tu frente derrumbada,
conserva a tu costado el hueco vivo
de nuestra ausencia amarga
que un día volveremos, más veloces,
sobre la densa y poderosa espalda
de este mar, con los brazos ondeantes
y el latido del mar en la garganta.

Y tú, México libre, pueblo abierto
al ágil viento y a la luz del alba,
indios de clara estirpe, campesinos
con tierras, con simientes y con máquinas;
proletarios gigantes de anchas manos
que forjan el destino de la Patria;
pueblo libre de México:
como otro tiempo por la mar salada
te va un río español de sangre roja
de generosa sangre desbordada.
Pero eres tú esta vez quien nos conquistas,
y para siempre, ¡oh vieja y nueva España!

Pedro Garfias Zurita (Salamanca, España, 27 de mayo de 1901 – Monterrey, México, 9 de agosto de 1967), gran poeta de la vanguardia, de la guerra y del exilio, perteneciente a la Generación del 27; se puede considerar como el poeta ultraísta (vanguardista) más importante en la España de 1920. Entre sus amigos podemos destacar a  Federico G.Lorca, Salvador Dalí, Rafael Alberti y Luis Buñuel. En 1931 se adhirió el partido comunista, como Vicente Huidobro, César Vallejo, Neruda, Alberti, Emilio Prados, y tantos otros.

En la Guerra Civil fue nombrado comisario político, y realizó una fuerte labor de divulgación y agitación cultural. Su implicación en la causa social, en la revolución política fué intensa, incondicional, y protagonizó campañas de agitación en diversos frentes. En esa época escribió, por ejemplo, poemas de guerra que no son, como los de tantos otros, de pura circunstancia sino de elevada belleza, de técnica depurada, un documento humano y literario de primer nivel. “Su poesía de guerra fue de lo más auténtico, humano y sincero que salió de su alma”, dirá el estudioso Moreno Gómez . Con ellos ganó, en 1938, el Premio Nacional de Literatura. Más tarde -tras la derrota del Ejército Republicano- en febrero de 1939 sale de España para no regresar. Comenzaba un largo exilio que le llevaría por tierras francesas, inglesas y  americanas para finalmente  exiliarse en Mexico  donde se publicó en 1941 “Poesía de la guerra española” y “Primavera en Eaton Hastings” considerado como la mejor poesía del exilio español.

Entre 1943 y 1948,colaboró en la Universidad Nuevo León de Monterrey  como Secretario del Departamento de Acción Social Universitaria, como fundador y colaborador de la revista Armas y Letras y como colaborador de la revista Universidad y de Hora Universitaria.

Otras publicaciones fueron:

Elegía a la presa de Dnieprostroi y otros poemas (1943 )

De Soledad y otros pesares (1948)

Viejos y nuevos poemas (1951)

Río de aguas amargas (1953)

Haremos una mención especial al poema  “Asturias” ; el poema se incluyó en un libro que tituló Poesías de la guerra y que vio la luz en Valencia en 1937. El poema  nació a raiz de  la caída de Asturias en 1937 en manos franquistas y en él se menciona la cruel represión que se sufrió tras la revolución de octubre del 34. El texto se hizo muy célebre en México, ya que Garfias lo incluía siempre durante sus recitales en los Centros Asturianos y en el Restaurante «El Hórreo» del D. F., regentado por el asturiano Raimundo Fernández.

 En 1970, en el Restaurante El Herreo, a un costado de la Alameda Central, en ciudad de México se celebró una comida en honor a Victor Manuel  y Ana Belén.(cantantes españoles ) Aquel lugar, por supuesto era punto de encuentro de los asturianos de México y los que los visitaban. Uno de sus socios era Urcesino Tomás quien le pidió a un amigo que  que les leyese a Victor y a Ana, un poema de un exiliado de la guerra española , ese poema era “Asturias”  y segun cuenta el propio Victor Manuel : “El poema me estremeció desde las primeras líneas, y cuando Luis acabó su lectura yo tenía un nudo en la garganta. Me dio el poema y al cabo de un rato, ya en la habitación de mi hotel, agarré la guitarra y le puse música.[…] ,la misma noche que lo escuché compuse la canción, la armé entera y la acabé. No recuerdo cuándo la canté por vez primera, supongo que sería a finales del 73. Prohibieron grabarla en disco y anduve cantándola en vivo. La prohibían porque decían que no podía decirse “millones de puños gritan”, lo demás no parecía importarles, seguramente no sabían de qué hablaba. Autorizaron la primera grabación en el 76 para un concierto en vivo que hice en el Teatro Monumental de Madrid, pero la canción empieza a descubrirla la gente a partir de otra grabación del año 83. […] Yo me siento incapaz de escribir sobre Asturias tan bien como él, por eso le he puesto música.” .

Desde el año 70 al 77 estuvo en un cajón por censura y se publicó en forma de disco sencillo ,sin embargo no fue hasta 1983, incluida en un nuevo LP de Victor Manuel  cuando acabó popularizándose. Esta misma interpretación ha terminado convirtiéndose para la inmensa mayoría de asturianos en un verdadero segundo himno de Asturias y, probablemente, pocos sepan quién fue el poeta que creó esos versos.

 

 

Enlaces de interés :

https://www.palabravirtual.com/index.php?ir=vozvia.php&wi=1269&show=vozvid&p=Pedro%20Garfias

http://www.franciscomorenogomez.com/2017/10/asturias-y-pedro-garfias-nueva.html

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