Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras y/o escritoras es tan importante que creemos deben ser incluidas.
Este es el caso de Florencia Pinar. La primera mujer escritora que participo en juntas poéticas o en los festivales y y una de las pocas mujeres cuya poesía aparece, junto a la de setecientos hombres, en los cancioneros castellanos de la Alta Edad Media.
Una de nuestras Imprescindibles.
Ell amor ha tales mañas
Ell amor ha tales mañas
que quien no se guarda dellas,
si se l’entra en las entrañas,
no puede salir sin ellas.
Ell amor es un gusano,
bien mirada su figura:
es un cánçer de natura
que come todo lo sano.
Por sus burlas, por sus sañas,
dél se dan tales querellas
que, si entra en las entrañas,
no puede salir sin ellas.
Es de diversos colores,
críasse de mil antojos;
da fatiga, da dolores,
rige grandes y menores
ciega muchos claros ojos;
y aquellos desque cegados,
no quieren verse en clarura;
hállanse tanto en quebrados,
que dicen los desdichados
es un cáncer de natura,
a quien somos sojuzgados.
Y estas cosas declarando,
piensa que son de creelas,
porque amor tiene tal mando,
qu´en las entrañas entrando,
no puede salir sin ellas,
hasta dexarnos llorando.
Glosa de Florencia
Será perderos pediros
esperança qu’es incierta,
pues quanto gano en serviros
mi dicha lo desconcierta.
Cresce quando más va más
un quereros que me haze
consentir, pues c’a vos plaze
mis bienes queden atrás.
Mas verés con mis sospiros
la pena más descubierta,
pues quanto gano en serviros
mi dicha lo desconcierta.
¡Ay! que ay quien más no bive
(Canción de una dama que se dice Florencia Pinar)
¡Ay!, que ay quien más no bive
porque no ay quien d’¡ay! se duele,
y si ay, ay que recele:
ay un ¡ay! con que s’esquive
quien sin ¡ay! bevir no suele.
Ay plazeres, ay pesares,
ay glorias, ay mil dolores,
ay, donde ay penas d’amores,
muy gran bien si dél gozares.
Aunque vida se cative,
si ay quien tal ¡ay! consuele,
no ay razón por que se cele,
aunque ay con que s’esquive
quien sin ¡ay! bevir no suele.
Destas aves su nación
Destas aves su nación
es cantar con alegría,
y de vellas en prisión
siento yo grave passión,
sin sentir nadie la mía.
Ellas lloran que se vieron
sin temor de ser cativas,
y a quien eran más esquivas
essos mismos las prendieron.
Sus nombres mi vida son,
que va perdiendo alegría,
y de vellas en prisión
siento yo grave passión,
sin sentir nadie la mía.
Hago de lo flaco fuerte
Hago de lo flaco fuerte,
voy a lo más peligroso,
quiero bolver a la muerte,
puedo huir y no oso.
La voluntad me condena
y en ello consiente amor,
do por avelle temor
hago del hilo cadena.
No contradize mi suerte,
voy a lo más peligroso,
quiero bolver a la muerte,
puedo huir y no oso.
Cuidado nuevo venido
Cuidado nuevo venido
me da de nueva manera
pena la más verdadera
que jamás yo he padecido.
Yo ardo sin ser quemado
en bivas llamas de amor,
peno sin aver dolor,
muero sin ser visitado
de quien por beldad vençido
me tiene so su bandera.
jO mi pena postrimera,
secreto fuego ençendido!
Tanto más creçe el querer
Tanto más creçe el querer
y las penas que sostengo,
quanto más quiero esconder
el grado que de vos tengo.
El grado creçe mirando
en tanto que más os miro,
y las penas sospirando
si de vos mirar me tiro.
Ya no me puedo valer,
que en punto de morir vengo,
quanto más quiero esconder
el grado que de vos tengo.
Florencia Pinar (¿1470-1530?). Poeta castellana del siglo XV, considerada una de las primeras voces femeninas en ser recogidas en los cancioneros medievales. Fue una de las pocas mujeres cuya poesía aparece, junto a la de setecientos hombres, en los cancioneros castellanos de la Alta Edad Media. También fue la primera que participo en juntas poéticas o en los festivales.
Como suele ser habitual en estos casos, conocemos muy poco sobre su lugar y fecha de nacimiento. Fue dama de la corte de Isabel la Católica y se asume que habría recibido una educación esmerada, perteneciente a la clase alta, dada la composición de sus poemas, escritos en el dialecto castellano característico de las clases altas educadas de su época.
Los títulos de dama o señora que recibe la autora en los Cancioneros la remite a una clase social elevada. Tenía un hermano mayor al que se le citaba como Pinar, Jerónimo de Pinar, autor de “El Juego Trobado”, composición poética creada para la misma reina Isabel y que, a modo de juego de adivinanzas, identificaba a cada personaje con un árbol o planta, un ave, una canción y un refrán. Con estas pistas debían los jugadores adivinar las 40 damas y seis miembros de la familia real que se escondían en cada una de las estrofas.
De la obra de Florencia Pinar solo se han conservado siete poemas y seis canciones. Seis de sus poemas fueron incluidos en el Cancionero General (1511), la recopilación poética del siglo XV de Hernando del Castillo. (¡Ay! que ay quien más no vive; Destas aves su canción; Ell amor ha tales mañas; Hago de lo flaco, fuerte; Cuidado nuevo venido; Tanto más creçe el querer) y una glosa al mote Mi dicha lo desconcierta. Su obra se ha conservado con su nombre, lo cual también es infrecuente en una autora del siglo XV.
La posición peculiar de la mujer dentro de la dinámica de la producción literaria medieval —es decir, su personificación paradójica de una “doble identidad”, como lo ha descrito Stephen Nichols (“Medieval Women”)— resultó en un estilo innovador que era, muy frecuentemente, anómalo desde un punto de vista lingüístico. Las mujeres escritoras de aquellos siglos tuvieron que recurrir a distintos códigos lingüísticos en sus obras. Desarrollar un lenguaje peculiar “de las mujeres” fue, para ellas, una manera de asegurarse un lugar en los dominios —tanto intelectuales como políticos que por definición las excluyeron. (1)
Florencia Pinar destacaba por su habilidad con el lenguaje figurado y con el conceptismo, mostrando la doble naturaleza del amor, que es causa de placer y de dolor.
A su vez, uno de los aspectos mas controvertidos y actualmente celebrados de la poesía de Florencia es su forma de describir la sexualidad de forma oculta, a través de la retórica y del uso de metáforas.
Sus obras:
Se le atribuyen seis poemas:
- ¡Ay! que ay quien más no bive
- Destas aves su nación
- Ell amor ha tales mañas
- Hago de lo flaco, fuerte;
- Cuidado nuevo venido
- Tanto más creçe el querer
Enlaces de interés :
(1) https://revistas-filologicas.unam.mx/medievalia/index.php/mv/article/view/352/404
https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/julio_01/16072001_02.htm
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