Califa De Dios
¡Califa de Dios!
¡Ojalá el destino aumente tu gloria todo el tiempo que brille la luna
en la oscuridad!
¡Ojalá la mano de la Providencia aleje de ti los peligros
que no podrían ser rechazados por la fuerza de los hombres!
En nuestras aflicciones tu aspecto es para nosotros la luna que disipa las
tinieblas,
y, en las épocas de escasez, tu mano reemplaza a la lluvia y esparce la
abundancia.
Sin tu auxilio, el pueblo andaluz no habría conservado ni habitación ni
territorio.
En una palabra, este país no siente sino una necesidad: la protección de
tu majestad.
Aquellas que han experimentado tus favores, jamás han sido ingratos;
nunca han desconocido tus beneficios.
Ahora, cuando temen por su existencia, me han enviado a ti y esperan.
Poema recitado por Ibn al-Jatib ante el príncipe Abu Inan
Poemas de De Ibn al-Jatib que decoran las dos tacas del arco central del Salón de Comares en la Alhambra
Poemas de la Alhambra
En la taca de la derecha del arco se desarrolla uno de los poemas, escrito en los tres frisos que la enmarcan:
“Con mis alhajas y mi corona a las más bellas aventajo,
y hasta mí descienden los astros del zodíaco.
El jarrón del agua parece en mí un devoto
de pie ante la alquibla del mihrab orando.
Mi generosidad en todo momento
sacia la sed y atiende al necesitado.
Es como si yo tomara los beneficios de la dadivosidad
de la mano de mi señor Abu l-Hayyay.
Luna llena permanezca él brillando en mi cielo
como en las tinieblas resplandece el plenilunio”
Y en la taca de la izquierda, también en diez estrofas y en sus tres frisos correspondientes, otro diferente:
“Los dedos de mi artífice mi tejido bordaron
después de engarzar las joyas de mi corona.
A un trono nupcial me asemejo, incluso lo supero,
y a los novios la felicidad aseguro.
Quien a mi viene quejándose de sed,
mi fuente le da agua dulce, clara y sin mezcla.
Soy como cuando aparece el arco iris
con el sol de nuestro señor Abu l-Hayyay.
Que siga siendo lugar de reunión protegido,
mientras la casa de Dios reúna peregrinos.”
Nicho o taca. Marmol y yeso- Patio de los Arrayanes – Alhambra Granada Spain. Con poema de Ibn al-Jatib. Siglo XIV
Oh!, ansiedad caritativa que sufro
¡Oh!, Ansiedad caritativa que sufro,
hoy excita mi cabalgadura.
Hoy derramó la sagacidad mano con mano
y consiguió el tormento.
Brilló mi alma para dejarse guiar entre aquella tumba
refugiándose en la inseparabilidad de la vigilia
y estremecerse por la morada.
Mendigué a la noche la luz del alba,
¿Acaso tiene ella que levantarse?
Vengo a Agmat y reverente…
Vengo a Agmat y reverente
miro y beso tu sepulcro,
Sultán magnánimo, faro
que dio clara luz al mundo,
en tus rayos, si vivieras,
me bañaría con júbilo.
Y mis poesías mejores
fueran el encomio tuyo;
ora postrado de hinojos
sólo la tumba saludo.
Egregiamente descuella
entre circunstantes túmulos.
Cual tú de reyes y vates
descollabas entre el vulgo.
Siglos ya sobre tu muerte
pasaron y tu infortunio;
Pero guardas la corona,
no te la quita ninguno.
¡Oh, Rey de muertos y vivos!
Tu igual vanamente busco,
que no ha nacido tu igual
Ni nacerá en lo futuro.
Elegía
¡Aunque estemos cerca de la parada terrestre, nos hallamos ahora alejados de ella!
Habiendo llegado al lugar de la cita, guardamos silencio para siempre.
Nuestros suspiros se han detenido repentinamente, bien así como se detiene la recitación de la
oración cuando se ha pronunciado el Konut.
Aunque éramos antes poderosos, ya no somos más que osamentas; en otro tiempo dábamos
festines, hoy somos el festín de los gusanos.
Éramos el sol de la gloria; pero ahora este sol ha desaparecido, y todo el horizonte se conduele de
nosotros.
iCuántas veces la lanza ha derribado al que lleva la espada! iCuántas veces la desgracia ha abatido
al hombre feliz!
iCuántas veces se ha enterrado en un miserable harapo al hombre cuyas vestiduras llenaban
numerosos cofres!
Di a mis amigos: ¡Ibn Al Jatib ha partido!
¡Ya no existe!
¿Y quién es el que no ha de morir?
Di a los que se regocijan de ello:
¡Alegraos si sois inmortales!
Escrito antes de morir , en alusión a su condena y su triste final
(Traducidos al castellano gracias al profesor José M. Puerta Vílchez.)
Lisan al-Din ibn al-Jatib (en árabe: لسان الدين بن الخطيب ) (Ebn Aljathib) o Muhammad ibn Abd Allah ibn Said ibn Ali ibn Ahmad al-Salmani (Loja, Granada, 15 de noviembre de 1313 – Fez, 1374), nació, según el calendario islámico, el 25 del mes de rayab del año 713 de la hégira. También se le conoció con el nombre de Lisaneddín o «lengua de la religión», sin duda debido a su mucha elocuencia o elegancia de estilo.
Poeta, escritor, historiador, filósofo, médico y político granadino, además del visir y primer ministro de los emires Yusuf I y Muhammad V de Granada. Algunos de sus poemas decoran las paredes de la Alhambra, en Granada.
El linaje principal de su familia pertenecía a una estirpe de árabes sirios llamada los Banu Wazir, que después cambiaron su nombre en el de Banu Jatib o «descendientes del Predicador» y que, habiendo pasado a al-Ándalus, se establecieron en la ciudad de Loja, de donde se trasladaron a Córdoba, después a Toledo, y por último su padre se instaló en Granada. La casa de los Banu Jatib alcanzó éxitos sociales, riquezas y grandes propiedades. Su abuelo Saíd fue caíd, general de caballería, y su padre Abdallah, literato y gobernador de Granada. Su padre y abuelo también prestaron servicios como secretarios, jefes militares y preceptores de los hijos de los sultanes a la entonces emergente dinastía nazarí de Granada.
Desde su Loja natal se trasladó, muy pequeño, a Granada, en compañía de su padre, en tiempos del sultán Isma‘il I (1314-1325), ciudad en la que vivió su infancia y comenzó sus estudios bajo la tutela de los más prestigiosos maestros de su tiempo, entre los que cabe destacar a Ibn al-Yayyab, Ibn Marzuq y Abu l-Barakat, y con los que aprendió las más variadas materias (Corán, lengua árabe, bellas letras, derecho, hadit, gramática, medicina, etc.,) que le ayudaron a alcanzar las más altas cotas del saber. De todos sus maestros, uno de los más determinantes fue, sin duda, Abu l-Hasan Ibn al-Yayyab, jefe de la cancillería nazarí y visir, a quien sucedería en esos cargos tras su muerte en 1349.
Cuando sólo contaba con dieciocho años debutó de forma oficial, con la lectura de varios poemas áulicos, en las grandes fiestas que se celebraban en la corte nazarí.
Una fecha determinante en su vida fue la batalla del Salado el 30 de octubre de 1340, donde las tropas del sultán Yusuf I sufrieron una gran derrota y donde fallecieron el padre y el hermano mayor de al-Jatib. Durante el gobierno de Yusuf I (r. 1333-1354) pasó de aprendiz de la cancillería a secretario particular, acompañando al monarca en su viaje por los territorios orientales como Almería, donde escribió la obra Aparición de la imagen soñada, viaje de invierno y de verano.
Durante una epidemia de peste que azotó a la península ibérica en 1348, Ibn al-Jatib enunció por primera vez la noción de contagio y recomendó aislar a los enfermos y destruir sus sábanas. Describió con rigor el desarrollo y la propagación de una epidemia.
La procedencia de la epidemia: La peste, según el autor árabe Ibn al-Wardi, pudo tener origen en el «País de la Oscuridad», el kanato de la Horda de Oro, en territorio del actual Uzbekistán. Desde los puertos a las zonas interiores, la terrible plaga procedente de Asia se extendió por toda Europa en poco tiempo, ayudada por las pésimas condiciones higiénicas, la mala alimentación y los elementales conocimientos médicos.
Esta “obrita” en diez folios, cuyo título es “LIBRO ÚTIL PARA QUIEN PREGUNTA ACERCA DE LA TERRORÍFICA ENFERMEDAD”, fue el primer libro médico de Ibn Al-Jatib en despertar el interés de los investigadores, probablemente porque fue descubierto mucho antes que el resto de su obra médica. Este tratado sobre la peste fue editado y traducido por Müller en 1863; y tendría que pasar más de un siglo hasta que Vázquez de Benito llevase a cabo la recuperación del resto de su producción médica.
El interés de esta obra sobre la peste bubónica reside sobre todo en la descripción que se hace del contagio y las medidas que se toman para la prevención del mismo. En un momento de la historia en la que se desconoce por completo la existencia de virus, Ibn Al-Jatib alude a la experiencia y afirma que los individuos o los grupos de individuos aislados permanecen libres de contagio, mientras que los demás padecen de inmediato la enfermedad por el simple contacto entre ellos o por la llegada de un viajero infectado. Lo que más llamó la atención sobre su trabajo en aquella época, fue el considerar que la peste no era un castigo divino, lo que significaba una audaz afirmación en una época de rígida ortodoxia; por esto, su aportación a la medicina fue tan pionera: la teoría del contagio no se aceptó hasta el siglo XIX.
Ibn al-Jatib también tuvo un papel fundamental en la construcción de dos de los edificios más emblemáticos de su tiempo: el Maristán, primer hospital islámico del que se tiene noticias y la Madraza, universidad donde probablemente ejerció como profesor.
A pesar de que Ibn al-Jatib amasó una gran fortuna por todos sus cargos, a finales de agosto de 1359 se produjo un golpe de Estado por parte de Ismaíl II, tío del emir, el monarca huyó a Guadix, el primer ministro Ridwan fue asesinado y al-Jatib fue encarcelado y se le confiscaron todos sus bienes. Gracias a las gestiones de su amigo Ibn Marzuq, secretario del sultán meriní Abu Salim, fue liberado y, en vez de compartir destierro con el depuesto emir, se instaló en Salé y viajó por todo el Magreb.
Muhammad V consiguió recuperar el trono granadino en 1362 y, a pesar de los recelos entre el emir y al-Jatib por su regreso del exilio, decidió seguir confiando en él por sus grandes habilidades como político y diplomático. Cansado de las intrigas palaciegas y de las acusaciones de traición hacia su persona, por parte de los juristas, que lo imputaron de hereje, de romper los lazos con el Islam, de hacer crítica del Profeta, de conducta inmoral… todo ello basándose en algunos de sus escritos, como su obra “El jardín del conocimiento sobre el amor divino”, incluso fué acusado por su propio alumno Ibn Zamrak, (quien conspiró contra él, acusándole de deslealtad al Islam por los postulados sufistas que profesaba) al-Jatib decidió abandonar el reino con la excusa de vigilar las fronteras occidental y cruzó hacia el Magreb. El político mandó una misiva a Muhammad V explicándole los motivos por los que huía del emirato, aunque el monarca se enfureció, especialmente por la política de acoso de Ibn Zamrak y al-Nubahi.
Igualmente tuvo enemigos en Fez, debido a la influencia que ejercía sobre el rey meriní y las envidias que despertó entre sus altos cargos. Con un doble juicio en ambos territorios, no pudo defenderse de sus acusaciones.
Finalmente, al-Jatib fue arrestado y encarcelado en una prisión de Fez, donde fue torturado y asesinado estrangulado en otoño de 1374 cuando tenía sesenta y un años.
Su amigo el historiador Ibn Jaldún relata que, tras su asesinato, fue enterrado en el cementerio de la puerta del Quemado y, al día siguiente, había sido exhumado y su cadáver quemado, donde se expuso durante dos días hasta que volvió a ser inhumado. Por esta horrible muerte se le conoció como du al-mitatayn, «el de las dos muertes».
Sus más de setenta obras, que abarcan materias muy diversas, pueden dividirse en las siguientes categorías:
Antologías 🙁Al-Katiba al-Kamina – “El escuadrón al acecho”, Kitab al-sihr wa-l-shi‘r – “Libro de magia y de poesía”), Ascética y sufismo : (Istinzal al-lutf – “Invocación de la gracia”, Rawdat al-ta‘rif bi-l-hubb al-sharif – “Jardín de la definición del amor supremo”)derecho, género biográfico (Al-Ihata fi ta’rij Garnata o, abreviadamente, Ihata – La información completa acerca de la historia de Granada al-Iklil al-zahir – “La diadema resplandeciente”), género epistolar, geografía y viajes (Jatrat al-tayf, Mi‘yar al-ijtiyar), historia (A`mal al-a`lam – “Gestas de los hombres”, Al-lamha al-badriya – “El resplandor de la luna llena”, acerca de la dinastía nazarí), medicina (Kitab al-wusul y un tratado sobre la peste, Muqni’at al-s?’il ‘an al-mara? al-h?’il).
Escribió gran parte de sus libros en medio de crisis de insomnio, por lo que fue llamado Dhu l-‘umrayn o “el de las dos vidas”, ya que mientras los demás dormían, él se mantenía despierto, de forma que vivía también de noche. En 1369, escribió una autobiografía.
En total escribió ocho libros sobre historia, dos de geografía, dos sobre política y arte militar tres sobre religión, diez sobre poesía, cinco de literatura, cinco tratados sobre medicina, seis epístolas sobre temas varios cuatro biografías (entre ellas la de su padre, Abd Allah al-Jatib), dos epístolas sobre temas filosóficos, uno sobre música…
Fue todo un erudito y experto conocedor del reino nazarí y mariní de Marruecos.
Según palabras del eminente arabista y catedrático de la Universidad de Granada Emilio García Gómez,: «Si fue laberíntico en su obra y vida lo fue más en el estilo. Conocía al dedillo todos los pormenores de la lengua árabe, pero se habituó a escribir siempre, hasta para las cartas de negocios, en una diabólica prosa rimada, donde el pensamiento se columpia o salta de rima en rima».
Ibn-al-Jatib fue la última figura gigante de la cultura arábigo-andaluza. De él dijo García Gómez referente a su poesía:
«…fue el último representante de este género, porque tras echar la llave apagó la luz, dejándolo todo a oscuras».
Ibn al-Jatib es considerado la figura más relevante de la historia de la Granada islámica y del occidente musulmán de los siglos XIII y XIV.
Hoy podemos disfrutar de una pincelada de su legado poético en la bella Granada ya que junto a su discípulo, el poeta ( y traidor ) Ibn Zamrak, decoró las paredes de la Alhambra con bellos poemas en yesería. Estos han sido traducidos al castellano gracias al profesor José M. Puerta Vílchez y se pueden admirar in situ. De Ibn al-Jatib se conservan los poemas que realizó para las dos tacas del arco central del Salón de Comares, ambos escritos en primera persona del singular femenino (como si la propia taca hablara) honrando al sultán Muhammad V y al lugar donde están.
En 2022 se estrenó la película documental Los constructores de la Alhambra, dirigida por Isabel Fernández, en la que el actor Amr Waked interpreta el papel de Ibn al-Jatib.? La película muestra el papel que jugó el visir en la creación de los Palacios nazaríes de Granada a partir de los textos de sus crónicas.
Enlaces de interés :
Página WEB de la Fundación Ibn Al-Jatib; en esta página puede encontrarse una buena base bibliográfica sobre Ibn Al-Jatib.: http://www.ibnal-jatib.org/
Tratado médico de Ibn al-Jatib : https://euclides59.wordpress.com/2017/03/26/ibn-al-jatib-el-ultimo-gran-ulema-y-medico-de-al-andalus-el-tratado-sobre-la-peste-y-la-salud-en-las-estaciones-del-ano-i/
https://www.musulmanesandaluces.org/hemeroteca/64/Poemas%20de%20la%20Alhambra.htm
https://www.alhambra-patronato.es/700-anos-del-nacimiento-de-ibn-al-jatib
https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=569120
Deja un comentario