15 Poemas de Margaret Atwood 

Los Poetas Resisten

Los poetas resisten.
Es difícil librarse de ellos,
aunque Dios sabe que se ha intentado.
Nos los encontramos en el camino
en actitud mendicante, con sus platos,
una costumbre ancestral.
No tienen nada,
excepto moscas secas y céntimos falsos.
Nos miran como pasmados.
¿Están muertos o qué?
Sin embargo, tienen esa mirada irritante
de los que saben más que nosotros.

¿Saben más de qué?
¿Qué es lo que alegan saber?
Escupidlo, les silbamos.
¡Decidlo claro de una vez!
Si buscas una respuesta sencilla,
entonces fingen estar locos,
o borrachos, o pobres.
Se pudieron esos disfraces
hace algún tiempo,
esos jerséis negros, esos andrajos;
ahora pueden quitárselos
Y tienen problemas con sus dientes.
Ésa es una de sus cargas.
Les vendría bien ir al dentista.

También tienen problemas con sus alas.
No se muestran dispuestos a colaborar
con nuestro departamento de vuelos.
Ya no planean, no resplandecen,
no bromean.
¿Para qué demonios les pagamos?
(Imagina que les pagamos.)
No pueden despegar
con sus plumas enlodadas.
Si vuelan, es hacia abajo,
hacia la húmeda tierra gris.

Idos, les decimos,
y llevaos vuestra aburrida tristeza.
No os queremos aquí.
Se os ha olvidado cómo decirnos
lo sublimes que somos.
Que el amor es la respuesta,
siempre nos gustó ese verso.
Se os ha olvidado cómo hacernos la pelota.
Ya no sois sabios.
Habéis perdido vuestro esplendor.

Pero los poetas resisten.
No se puede decir que no son tenaces.
No saben cantar, no saben volar.
Sólo saltan y croan
y se golpean contra el aire
como si estuvieran en jaulas,
y cuentan el viejo chiste.
Cuando les preguntan, responden
que dicen lo que deben.
¡Jopé, qué pretenciosos son!

Sin embargo, saben algo.
Hay algo que sí que saben.
Algo que están susurrando.
No alcanzamos a oírlo.
¿Será sobre el sexo?
¿O sobre el polvo?
¿O sobre nuestro miedo?

(Traducción de María Pilar Somacarreras Íñigo)

Margaret on the beach, making sand castles, 1941


Habitation

Marriage is not 
a house or even a tent

it is before that, and colder:

the edge of the forest, the edge 
of the desert 
the unpainted stairs 
at the back where we squat

outside, eating popcorn

the edge of the receding glacier

where painfully and with wonder 
at having survived even 
this far

we are learning to make fire

Habitación

El matrimonio no es 
una casa, ni siquiera una tienda de campaña

es menos que eso, y más frío:

la orilla de un bosque, el confín 
de un desierto 
las escaleras sin pintar 
en el patio trasero, donde nos acuclillamos 
afuera, comiendo palomitas de maíz

la base del glaciar en retroceso

donde dolorosamente y con asombro 
por haber sobrevivido incluso 
después de tanto

estamos aprendiendo a hacer el fuego.

Salida de la maleza 

Yo que había sido borrada por el fuego 
me fui cubriendo 
de verde 
                                               (qué 
estación más luminosa) 

                                              Con el tiempo los animales 
vinieron a habitarme, 

primero uno 
           a uno, furtivos 
(sus conocidas huellas 
quemaban); y después 
al haber ya trazado nuevos límites 
volviendo, más 
seguros, año 
tras año, de dos 
en dos 

pero inquietos: no estaba preparada 
del todo para que me habitaran 

Les pudo parecer que 
pesaba demasiado: pude haberme 
volcado; 
Me daba miedo cómo 
el brillo de sus ojos (verdes o ámbar) 
llegaba al exterior desde dentro de mí 

No estaba terminada; de noche 
no veía sin candiles. 

Él escribió, Nos vamos. Contesté 
No me queda ya 
ropa que ponerme 

Llegó la nieve. Fue de gran ayuda 
el trineo; quedaba atrás su rastro 
como si me empujara a la ciudad 

y una vez rodeada la primera colina, me encontré 
de repente 
deshabitada: ya se habían ido.
Hubo algo que casi me enseñaron 
y que al irme no había aún aprendido.

Versión de Lidia Taillefer y Álvaro García
Pre-textos/ Poesía 1991

She Considers Evading Him

I can change myself more easily
than I can change you

I could grow bark and
become a shrub

or switch back in time
to the woman image left
in cave rubble, the drowned
stomach bulbed with fertility,
face a tiny bead, a
lump, queen of the termites

or (better) speed myself up,
disguise myself in the knuckles
and purple-veined veils of old ladies,
become arthritic and genteel

or one twist further:
collapse across your
bed clutching my heart
and pull the nostalgic sheet up over
my waxed farewell smile

which would be inconvenient
but final.

Ella Piensa En Dejarlo

Cambiarme a mí
misma sería más fácil
que cambiarte a ti

podría crearme corteza y
convertirme en arbusto

o volver atrás en el tiempo
a la imagen de una mujer
en la cueva de piedra, el vientre
ahogado en un bulbo de fertilidad,
la cara una pequeña perla, un
grumo, reina de las termitas

o (mejor) dar un salto,
esconderme entre los nudillos
y los velos venosos y morados de viejas damas,
volverme artrítica y refinada

o todavía otra vuelta más:
caigo a lo largo de tu
cama aferrándome a mi corazón
y cubro con una sábana de nostalgia
mi sonrisa lustrada de adiós

que acaso sea inoportuna
pero definitiva.

(Traducción de Edgardo Dobry y Andrea Montoya).

Is/Not

Love is not a profession 
genteel or otherwise

sex is not dentistry 
the slick filling of aches and cavities

you are not my doctor 
you are not my cure,

nobody has that 
power, you are merely a fellow/traveller

Give up this medical concern, 
buttoned, attentive,

permit yourself anger 
and permit me mine

which needs neither 
your approval nor your suprise

which does not need to be made legal 
which is not against a disease

but against you, 
which does not need to be understood

or washed or cauterized, 
which needs instead

to be said and said. 
Permit me the present tense.

Lo que es/Lo que no

El amor no es una profesión 
gentil o su opuesto

el sexo no es odontología 
suave relleno de dolores y caries

tú no eres mi doctor 
tú no eres mi cura,

nadie tiene ese 
poder, eres simplemente un compañero/viajero

Deja esta preocupación médica 
abotonada, atenta,

concédete la ira 
y concédeme la mía

que no necesita ni 
tu aprobación ni tu sorpresa

que no necesita ser legalizada 
que no está en contra de una enfermedad

pero está en contra tuya 
lo cual no necesita ser entendido

o lavado o cauterizado, 
en cambio necesita

ser pronunciado y pronunciado. 
concédeme el tiempo presente.

A Medianoche

A medianoche me despierta la lluvia, un aguacero,
el viento azota las hojas, orejas
enormes, plumas enormes,
como un animal perseguido, un perro
gigantesco o un cerdo salvaje. Truenos y ventanas
que se estremecen; del tejado metálico
cae una tromba de agua.

Estoy tumbada bajo el mosquitero,
enredada en una tela húmeda, el pelo lleno de sal.
Cuando escampe habrá luciérnagas
y estrellas, más brillantes que en cualquier lugar;
podría contemplarlas en momentos
de pánico. Están a años luz, si lo piensas.

A la porra la poesía, es a ti a quien deseo:
tu sabor, la lluvia
en tu cuerpo, mi boca en tu piel.

(Traducción de María Pilar Somacarrera Íñigo)

With Graeme Gibson in the 1970s

Axiom

You are a sea. 
Your eye- 
lids curve over chaos

My hands 
where they touch you, create 
small inhabited islands

soon you will be 
all earth: a known 
land, a country.

Axioma

Eres un mar. 
Tus ojos- 
párpados que se curvan sobre el caos

Mis manos 
donde te tocan, crean 
pequeñas islas inhabitadas

pronto todo tú 
serás tierra: un conocido
suelo, una nación.

Margaret and daughter Jess

Sekhmet, cabeza de león, diosa de la guerra, las tormentas violentas, la peste y la curación de la enfermedad, contempla el desierto en el Metropolitan Museum of Art

Fue uno de esos hombres
incapaces de matar a una mosca…
Muchas moscas viven ahora
y él no.
No fue patrón mío, prefería
los graneros repletos; yo, la batalla.
Presagiaban matanza mis rugidos.
Y sin embargo ahora estamos juntos,
en el mismo museo.
Tampoco veo los grupos caprichosos
de niños admirados
que aprenden la lección del olvido
multicultural, sic transit
y etcétera.

Veo el templo donde nací
o me levantaron, donde fui poderosa,
y más allá el desierto, con sus tumbas
calientes en forma de cono, a decir verdad
y a la distancia, muy semejantes
a orejas de burro,
donde se ocultan mis bromas: piel y huesos
resecos, las barcas de madera
donde los muertos navegan
sin rumbo por toda la eternidad.

¿Qué esperábais oír de dioses
con cabeza de animal?
Y sin embargo, si bien se piensa,
los que inventaron luego, completamente humanos,
tampoco se lucieron.
“Ayúdame, hazme rico
destruye a mi enemigo”
parece ser la pauta en general.
Y también : “Sálvame de la muerte”,
a cambio de vuestras ofrendas de sangre
y pan, oraciones y flores,
mucha palabrería.

Tal vez se me escape algo, pero si buscáis
amor altruista, os habéis equivocado de diosa…

Me quedo donde estoy,
hecha de piedra e ilusiones,
que la deidad que mata por placer,
también sane;
que en la última pesadilla aparezca
una leona buena con vendas en la boca
y cuerpo suave de mujer,
y que os limpie la fiebre a lametazos,
que os levante el alma con dulzura, por el cuello,
y os abrace hasta la oscuridad, el paraíso.

Traducción de Amparo Arróspide

Variaciones Sobre La Palabra Amor

Ésta es la palabra que usamos para taladrar
agujeros. Tiene el tamaño justo para esos tibios
huecos del discurso, para esos vacíos en forma
de corazón que no se parecen
a los corazones de verdad. Si le añades encaje,
puedes venderla.
También la escribimos en el único
espacio vacío del impreso que viene sin instrucciones. Hay revistas
enteras que no tienen mucho más
que la palabra amor; puedes
frotártela por todo el cuerpo
y también puedes cocinar con ella. ¿Cómo sabemos
que no es lo que sucede en las divertidas orgías
de las babosas bajo cartones
mojados? Y los semilleros
de malas hierbas que asoman sus tercos hocicos
entre las lechugas, también la gritan.
¡Amor! ¡Amor!, cantan los soldados, levantando
al saludar sus brillantes cuchillos.

Pero luego estamos nosotros
dos. La palabra nos parece demasiado corta, sólo tiene
cuatro letras, es demasiado austera
para llenar esos vacíos profundos
y desnudos entre las estrellas
que oprimen con su sordera.
No evitamos caer en el amor,
sino en ese miedo.
Esta palabra no es suficiente pero tendrá
que bastarnos. Es una sola
vocal en este silencio
metálico; una boca que dice
oh, una y otra vez, con asombro
y dolor, un suspiro, un dedo
asido a un acantilado. Puedes
agarrarte o dejarte caer.

(Traducción de María Pilar Somacarrera Íñigo)

The Animals In This Country

In that country the animals

have the faces of people:

the ceremonial/ cats possessing the streets

the fox run

politely to earth, the huntsmen

standing around him, fixed

in their tapestry of manners

the bull, embroidered

with blood and given

an elegant death, trumpets, his name

stamped on him, heraldic brand

because

(when he rolled

on the sand, sword in his heart, the teeth

in his blue mouth were human)

he is really a man

even the wolves, holding resonant

conversations in their

forests thickened with legend.

In this country the animals

have the faces of/ animals.

Their eyes

flash once in car headlights

and are gone.

Their deaths are not elegant.

They have the faces of

 no-one.

Los Animales De Aquel País

En aquel país los animales
tienen rostros de personas:

los gatos
ceremoniales toman las calles

el zorro corre
amable hacia la tierra, los cazadores
lo cercan, siguiendo
el tapiz de sus costumbres

el toro, bordado
en sangre tiene
una muerte elegante, trompetas, su nombre
impreso en la piel, una marca de heráldica
porque

(cuando se revolcó
sobre la arena, espada al corazón, los dientes
en la boca azul eran humanos)

en realidad es un hombre

        como los lobos, que tienen
        conversaciones sonoras en sus
        bosques llenos de leyenda.

En este país los animales
tienen rostros de
animales.

Una vez sola
sus ojos brillan frente a los faros del auto
y desaparecen.

No hay elegancia en su muerte.

        Tienen los rostros
        de nadie.

El Hombre Que Existió

En el campo con nieve va abriendo mi marido
una X, concepto definido ante un vacío
se aleja hasta que queda
oculto por el bosque.

Cuando ya no lo veo,
en qué se ha convertido
que otra forma
Se mezcla en la
maleza, vacila por los charcos
se esconde de la alerta,
presencia de animales de la ciénaga

Volverá
al mediodía; o puede que la idea
que tengo yo de él
sea lo que me encuentre de regreso
y con él amparándose tras ella

Puede que me transforme a mí también
si llega con los ojos del zorro o los del búho
o con los ocho
ojos de la araña

No puedo imaginarme
qué verá
cuando abra la puerta

(Traducción de Lidia Taillefer y Álvaro García)

The Moment

The moment when, after many years 
of hard work and a long voyage 
you stand in the center of your room, 
house, half-acre, square mile, island, country, 
knowing at last how you got there, 
and say, I own this,

is the same moment when the trees unloose 
their soft arms from around you, 
the birds take back their language, 
the cliffs fissure and collapse, 
the air moves back from you like a wave 
and you can’t breathe.

No, they whisper. You own nothing. 
You were a visitor, time after time 
climbing the hill, planting the flag, proclaiming. 
We never belonged to you. 
You never found us. 
It was always the other way around.

El instante

El instante en que, después de muchos años 
de arduo trabajo y un largo viaje 
te detienes en el centro de tu habitación, 
casa, medio acre, milla cuadrada, isla, país, 
consciente al fin de cómo llegaste ahí, 
y dices, esto es mío,

es el mismo instante en que los árboles desatan 
sus suaves brazos de tu alrededor, 
las aves recuperan su lenguaje, 
los acantilados se agrietan y colapsan, 
el aire se aleja de ti como una ola 
y no logras respirar.

No, susurran ellos. No eres dueño de nada. 
Eras un visitante, una y otra vez 
subiendo la colina, plantando la bandera, proclamando. 
Nunca te hemos pertenecido. 
Nunca nos encontraste. 
Fue siempre al contrario.

Un Asunto De Mujeres

La mujer del aparato con púas,

agujereado como un colador, que le aprisiona

la cintura y el espacio entre las piernas

es la Prueba A.

La mujer de negro que mira a través

de una celosía y tiene una estaca

de madera de diez centímetros metida

entre las piernas para que no la puedan violar,

es la Prueba B.

La Prueba C es la muchacha

que las matronas arrastran al monte

y obligan a cantar mientras sajan la carne

de entre sus piernas, luego atan sus muslos,

hasta que le salen costras y la creen curada.

Ahora puede casarse.

Para cada nacimiento la abrirán

en canal, luego la coserán. 

A los hombres les gustan las mujeres bien apretadas.

Las que mueren son enterradas con cuidado. 

La siguiente prueba yace sobre su espalda,

mientras ochenta hombres cada noche

se mueven a través de ella, diez cada hora. 

Mira al techo, escucha

cómo la puerta se abre y se cierra.

Un timbre sigue sonando.

Nadie sabe cómo llegó hasta aquí. 

Verás que lo que tienen en común

está entre las piernas. ¿Por esto

se lucha en las guerras?

Territorio enemigo, tierra de 

nadie, que se penetra furtivamente,

cercada, poseída, pero nunca con certeza;

escenario de estas incursiones desesperadas

a medianoche, capturas

y crímenes viscosos, guantes de médicos

grasientos de sangre, carne inerte, fuente 

del inquietante poder que posees. 

Este lugar no es un museo.

¿Quién inventó la palabra amor?

Solipsismo al morir

da el esqueleto carne                        que se enfrenta 
                                                                    al enemigo y luego 
                                                                    se olvida y es cosecha, 
                                                                    tierra agotada que se pisa 


los oídos dan sonidos                         lo que oía 
                                                                     creaba. (voces
                                                                     determinantes, que repiten 
                                                                     historias, viejas costumbres 
 

la boca da palabras                              que decía que yo misma 
                                                                     creaba, y estas 
                                                                     estructuras, comas y calendarios 
                                                                     que me rodean 
 

las manos dan objetos                         a los que el mundo hacía 
                                                                       realidad: era 
                                                                       esta taza, este pueblo 
                                                                       al alcance de la mano 

los ojos dan la luz                                   el cielo 
                                                                       me salta encima: 
                                                                       hágase 
                                                                       el ocaso 

O, tumbada en la cama, eso pensé 
mientras que me velaban
añadí: ¿Qué harán ahora 
que yo, que todo lo que 
dependía de mí desaparece? 

¿Dónde estará Belleville? 

                             Y Kingston. 

                            (los campos 
                              entre los que vivía, las barcas 
                              del lago 

                                   t o r o N T O

Versión de Lidia Taillefer y Álvaro García
Pre-textos/ Poesía  1991
 

All Bread

All bread is made of wood,

cow dung, packed brown moss,

the bodies of dead animals, the teeth

and backbones, what is left

after the ravens. This dirt

flows through the stems into the grain,

into the arm, nine strokes

of the axe, skin from a tree,

good water which is the first

gift, four hours.

Live burial under a moist cloth,

a silver dish, a row

of white famine bellies

swollen and taut in the oven,

lungfuls of warm breath stopped

in the heat from an old sun.

Good bread has the salt taste

of your hands after nine

strokes of the axe, the salt

taste of your mouth, it smells

of its own small death, of the deaths

before and after.

Lift these ashes

into your mouth, your blood;

to know what you devour

is to consecrate it,

almost. All bread must be broken

so it can be shared. Together

we eat this earth.

Todo Pan

Todo pan está hecho de madera,
excremento de vaca, musgo pardo y compacto,
del cuerpo de animales muertos, dientes
y espinazos, aquello cuanto dejan
los cuervos. El polvo
circula por los tallos hacia el grano,
el brazo, nueve golpes
de hacha, corteza de árbol,
ese primer regalo que es el agua
fresca, cuatro horas.

Entierro vivo bajo un paño húmedo,
una fuente de plata, las hileras
de panzas de la hambruna blanca
tensas e hinchadas en el horno,
bocanada incompleta de aire tibio
bajo el calor de un sol arcaico.

El buen pan tiene el gusto a sal
que hay en las manos después de nueve
golpes de hacha, el gusto
a sal que hay en la boca, huele
a su propia y modesta muerte, a muertes
pasadas y futuras.

Levantá estas cenizas y llevátelas
a la boca, a la sangre;
conocer lo que se devora
es como
consagrarlo. Todo pan debe partirse
para así compartirlo. Juntos
comemos de esta tierra.

Margaret Eleanor Atwood (Ottawa, Canadá, 18 de noviembre de 1939). Poeta, novelista, crítica literaria, profesora y activista. Considerada una de las principales voces literarias en la actualidad.

Hija de Margaret Dorothy William, maestra y  nutricionista y de Carl Edmund Atwood, zoólogo. Eran precursores del conservacionismo, hablaban de problemas del clima y el desarrollo ya en los años cincuenta. Debido a la investigación que llevaba a cabo su padre sobre entomología forestal, Atwood pasó gran parte de su infancia entre el norte de Quebec, Ottawa y Toronto. No asistió a la escuela a tiempo completo, hasta que tenía 11 años.

Atwood fue una ávida lectora, curiosa y gran observadora de todo lo que la rodeaba; comenzó a escribir a los 16 años.

En 1957 inició sus estudios universitarios en la Universidad de Victoria de Toronto. Se graduó en 1961 como licenciada en filología inglesa, con estudios también de francés y filosofía.

En otoño de 1961 ganó la Medalla E. J. Pratt por su primer libro de poemas Double Persephone, y comenzó sus estudios de postgrado en el Radcliffe College de la Universidad de Harvard con una beca de investigación Woodrow Wilson. Obtuvo un máster en Radcliffe en 1962 y continuó estudiando dos años más en Harvard. Fue profesora de literatura inglesa en diversas universidades canadienses (1964-1972).

Tras su exitoso debut publicaría The Circle (1964), que ganó el Governor General’s AwardExpeditions (1965), Speeches for Doctor Frankenstein(1966) y The Animals in That Country (1968). 

En 1968, se casó con Jim Polk, de quien se divorció en 1973. Luego, contrajo matrimonio con el novelista Graeme Gibson, con quien se mudó a Ontario, al norte de Toronto. En 1976 tuvieron a su hija Eleanor Jess Atwood Gibson.

En 1969 publicó La mujer comestible, donde se hizo eco de la marginación social de la mujer. En sus siguientes libros de poesia  Procedures for Underground (1970) y The Journals of Susanna Moodie (1970), (una pionera de la colonización de la frontera canadiense del siglo XIX), los personajes tienen dificultades para aceptar lo irracional. Con la obra Power Politics(1971) usa las palabras como refugio para las mujeres débiles que se enfrentan a la fuerza masculina.

Posteriormente escribió You Are Happy (1974), y su tercera novela, Lady Oracle (1976), una parodia de los cuentos de hadas y las novelas de amor.

En 1978, publicó Two-Headed Poems, que explora la duplicidad del lenguaje, y Up in the Tree, un libro infantil.

Su siguiente novela, La vida antes del hombre (1979), es más tradicional que sus libros de ficción anteriores y se centra en una serie de triángulos amorosos.

Atwood siempre ha estado interesada en los derechos humanos, lo que se refleja en su libro de poesía True Stories (1981) y la novela Bodily Harm (1981).

Publicó Second Words (1982), muestra de una de las primeras obras feministas escritas en Canadá; ese mismo año dirigió la revisión del Oxford Book of Canadian Poetry, lo que la colocó al frente de los poetas canadienses de su generación.

En 1985 publica la novela El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale), una novela distópica que se ha convertido en una de las más importantes de la literatura actual y por la que recibió premios como el Arthur C. Clark .

En el año 2000 publica el libro El asesino ciego con el que gana el Premio Booker y el Premio Hammett.

Le siguieron las publicaciones Penélope y las doce criadas (2005, en donde subvierte el mito de Penélope), La semilla de la bruja (2016) y la reciente Los testamentos (2019), la continuación de  El cuento de la criada. Textos a los que hay que añadir una decena de ensayos; varios guiones de televisión, una obra de teatro, varios libros para niños y distintas colecciones de relatos cortos y cuentos.

 Las obras de Atwood se han traducido a múltiples idiomas y han sido llevadas al cine y televisión alcanzando gran popularidad. Tanto Handmaid’s Tale como Alias ??Grace se convirtieron en miniseries en 2017.

 Por su trayectoria ha recibido numerosos reconocimientos y premios; incluido, el Premio Príncipe Asturias de las Letras en 2008 o el Premio Franz Kafka en 2017. Ha sido, además, nominada al Premio Nobel de Literatura.

Enlaces de interés :

Las 10 reglas de Margaret Atwood para escribir

https://inventarunpajaro.files.wordpress.com/2015/12/la-puerta.pdf

https://www.infobae.com/america/cultura/2019/10/02/entrevista-exclusiva-con-margaret-atwood-es-evidente-que-hay-un-retroceso-hacia-los-gobiernos-represivos-la-historia-nunca-se-mueve-en-linea-recta/

https://www.lavanguardia.com/cultura/culturas/20200215/473553918317/margaret-atwood-salamandra.html

https://www.abc.es/cultura/libros/abci-margaret-atwood-gente-miedo-capaz-sacrificar-derechos-cambio-falsa-seguridad-202002090114_noticia.html#vca=modulo&vso=abc&vmc=noticias-rel&vli=cultura

Margaret Atwood visual

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