9 Poemas de Sor Juana Inés De la Cruz

  “No estudio por saber más, sino por ignorar menos”

                                                                                              Juana Inés De la Cruz

                                                                                                                           

Hombres necios que acusais

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Érase una niña

Érase una Niña
como digo a usté,
cuyos años eran,
ocho sobre diez.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Ésta (qué sé yo,
cómo pudo ser),
dizque supo mucho,
aunque era mujer.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Porque, como dizque
dice no sé quién,
ellas sólo saben
hilar y coser…
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Pues ésta, a hombres grandes
pudo convencer;
que a un chico, cualquiera
lo sabe envolver.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Y aun una santita
dizque era también,
sin que le estorbase
para ello el saber.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Pues como Patillas
no duerme, al saber
que era santa y docta,
se hizo un Lucifer.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Porque tiene el Diablo
esto de saber,
que hay mujer que sepa
más que supo él.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Pues con esto, ¿qué hace?
Viene, y tienta a un rey,
que a ella la tentara
a dejar su ley.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

Tentóla de recio;
mas ella, pardiez,
se dejó morir
antes que vencer.
Esperen, aguarden,
que yo lo diré.

No pescuden más,
porque más no sé,
de que es Catarina,
para siempre. Amén.

(Villancico dedicado a Santa Catalina de Alejandría)

Al que ingrato me deja…

Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.

Este amoroso tormento

Este amoroso tormento

que en mi corazón se ve,

se que lo siento y no se

la causa porque lo siento

 

Siento una grave agonía

por lograr un devaneo,

que empieza como deseo

y para en melancolía.

 

y cuando con mas terneza

mi infeliz estado lloro

se que estoy triste e ignoro

la causa de mi tristeza. “

 

Siento un anhelo tirano

por la ocasión a que aspiro,

y cuando cerca la miro

yo misma aparto la mano.

 

Porque si acaso se ofrece,

después de tanto desvelo

la desazona el recelo

o el susto la desvanece.

 

Y si alguna vez sin susto

consigo tal posesión

(cualquiera) leve ocasión

me malogra todo el gusto.

 

Siento mal del mismo bien

con receloso temor

y me obliga el mismo amor

tal vez a mostrar desdén.

 

juanaines

Dime vencedor rapaz

Dime vencedor Rapaz,

vencido de mi constancia,

¿Qué ha sacado tu arrogancia

de alterar mi firme paz?

Que aunque de vencer capaz

es la punta de tu arpón,

¿qué importa el tiro violento,

si a pesar del vencimiento

queda viva la razón?

Tienes grande señorío;

pero tu jurisdicción

domina la inclinación,

mas no pasa el albedrío.

Y así librarme confío

de tu loco atrevimiento,

pues aunque rendida siento

y presa la libertad,

se rinde la voluntad

pero no el consentimiento.

En dos partes dividida

tengo el alma en confusión:

una, esclava a la pasión,

y otra, a la razón medida.

Guerra civil, encendida,

aflige el pecho importuna:

quiere vencer cada una,

y entre fortunas tan varias,

morirán ambas contrarias

pero vencerá ninguna.

Cuando fuera, Amor, te vía,

no merecí de ti palma;

y hoy, que estás dentro del alma,

es resistir valentía.

Córrase, pues, tu porfía,

de los triunfos que te gano:

pues cuando ocupas, tirano,

el alma, sin resistillo,

tienes vencido el Castillo

e invencible el Castellano.

Invicta razón alienta

armas contra tu vil saña,

y el pecho es corta campaña

a batalla tan sangrienta.

Y así, Amor, en vano intenta

tu esfuerzo loco ofenderme:

pues podré decir, al verme

expirar sin entregarme,

que conseguiste matarme

mas no pudiste vencerme.

Estos versos lector mio (fragmento)

Estos versos, lector mío,

que a tu deleite consagro,

y sólo tienen de buenos

conocer yo que son malos,

ni disputártelos quiero,

ni quiero recomendarlos,

porque eso fuera querer

hacer de ellos mucho caso.

 

No agradecido te busco:

pues no debes, bien mirado,

estimar lo que yo nunca

juzgué que fuera a tus manos.

En tu libertad te pongo,

si quisieres censurarlos;

pues de que, al cabo, te estás

en ella, estoy muy al cabo.

 

No hay cosa más libre

que el entendimiento humano;

pues lo que Dios no violenta,

por qué yo he de violentarlo?

 

Di cuanto quisieres de ellos,

que, cuanto más inhumano

me los mordieres, entonces

me quedas más obligado,

pues le debes a mi musa

el más sazonado plato

(que es el murmurar), según

un adagio cortesano.

 

Y siempre te sirvo, pues,

o te agrado, o no te agrado:

si te agrado, te diviertes;

murmuras, si no te cuadro.

juanasor

Finjamos que soy feliz (fragmento)

Finjamos que soy feliz,

triste pensamiento, un rato;

quizá prodréis persuadirme,

aunque yo sé lo contrario,

que pues sólo en la aprehensión

dicen que estriban los daños,

si os imagináis dichoso

no seréis tan desdichado.

 

Sírvame el entendimiento

alguna vez de descanso,

y no siempre esté el ingenio

con el provecho encontrado.

Todo el mundo es opiniones

de pareceres tan varios,

que lo que el uno que es negro

el otro prueba que es blanco.

 

A unos sirve de atractivo

lo que otro concibe enfado;

y lo que éste por alivio,

aquél tiene por trabajo.

 

El que está triste, censura

al alegre de liviano;

y el que esta alegre se burla

de ver al triste penando.

 

Los dos filósofos griegos

bien esta verdad probaron:

pues lo que en el uno risa,

causaba en el otro llanto.

 

Célebre su oposición

ha sido por siglos tantos,

sin que cuál acertó,

esté hasta agora averiguado.

 

Antes, en sus dos banderas

el mundo todo alistado,

conforme el humor le dicta,

sigue cada cual el bando.

 

Uno dice que de risa

sólo es digno el mundo vario;

y otro, que sus infortunios

son sólo para llorados.

 

Para todo se halla prueba

y razón en qué fundarlo;

y no hay razón para nada,

de haber razón para tanto.

 

Todos son iguales jueces;

y siendo iguales y varios,

no hay quien pueda decidir

cuál es lo más acertado.

sorjuana5

Esta tarde, mi bien,cuando te hablaba

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y en tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;

y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos:
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.

 

¿En perseguirme, mundo, qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas.

Yo no estimo hermosura que vencida
es despojo civil de las edades
ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor en mis verdades
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

 

sor-juana-ines

 

De una reflexión cuerda

Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.

 

Toda en el mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.

 

Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,

 

no sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?

 

sorjuana

    Juana Inés de Asbaje y Ramirez de Santillana,más conocida como Sor Juana Inés de  la Cruz (San Miguel Nepantla, México, 12 de noviembre de 1651- Ciudad de México, 17 de abril de 1695). Poeta, dramaturga y monja. 

Hija de Isabel Ramírez de Santillana (fallecida en 1688), criolla, y del capitán español Pedro Manuel de Asbaje (fallecido en 1669), quienes tuvieron otras dos hijas, María y Josefa María. Se dice que a los  tres años ya sabía  leer y escribir con  facilidad  y sus capacidades intelectuales eran tan altas que a los 16 años , en agosto de 1667, decidió ingresar en un convento para poder asi dedicarse al estudio y la escritura,cosa que era muy dificil para las mujeres de su época cuyo destino era el matrimonio con todo lo que eso implicaba de sometimiento y falta de libertad.  En principio ingresó en el convento de San José de  la orden de las Carmelitas Descalzas, pero la rigidez de su regla ,le hizo abandonar el convento  para ingresar en  la orden de las Jerónimas , (1669) 

Entre el abandono de las carmelitas y la elección de las jerónimas, regresó a la Corte unos meses. Fué en ese intervalo cuando tuvo lugar la anécdota que recoge Calleja (Fama y obras póstumas )según un relato del marqués de Mancera : “El virrey reunió en 1668 a los cuarenta hombres más sabios de Nueva España para que la examinaran y dictaminaran si su sabiduría era adquirida o natural “y atestigua el señor Marqués […] que a la manera que un galeón real […] se defendería de pocas chalupas, que le embistieran, así se desembarazaba Juana Inés de las preguntas”.

En las Jerónimas fue administradora del Convento y se dedicó a escribir textos literarios, actividad que le fué cuestionada por su confesor, Antonio Núñez de Miranda, por no ser adecuada a su condición de mujer y religiosa. Debido a una carta que escribió, “Carta athenagórica” una crítica a un sermón del jesuita portugués Antonio de Vieyra,famoso teólogo de la época, el  obispo de Puebla, Fernández de Santa Cruz (quien en principió habia publicado la carta) se vió obligado a recriminar sus conducta y aconsejarle que se dedicase a asuntos menos profanos y más santos; Sor Juana Inés de la Cruz responde  al obispo con su famosa Carta a Sor Filotea  De  La Cruz  ;  como resultado su biblioteca fué confiscada ( se dice que contenía cuatro mil libros), y también sus instrumentos musicales ya que sabemos por ella misma que no solo era música sino que tambien componía exquisitos tratados musicales.

Sor Juana siempre contó con la amistad y admiración de  la virreina María Luisa Gonzaga Manrique de Lara  quien fue  su protectora y promotora de su obra y talento.

Escribió  teatro, auto sacramental y poesía. Entre sus autos sacramentales destacan “El Divino Narciso“, “El cetro de José” y “El mártir del sacramento” dedicado a San Hermenegildo.En otros escritos aborda temas de tinte romántico, irónico y filosófico.Es célebre la obra, Respuesta a sor Filotea (1691), contestación a la Carta del obispo  Fernandez de Santa Cruz,  una brillante defensa del derecho a expresarse libremente, esta carta hoy  es considerada como el primer manifiesto feminista de América

Uno de los poemas mas bellos y feministas de Sor Juana es el villancico a Santa Catalina de Alejandría, mujer que habia vencido a los filósofos paganos en una discusión .

Sor Juana es  autora de una literatura de altísima calidad , que le dio prestigio y reconocimiento tanto en la alta sociedad novohispana como española. Se le considera una de las máximas exponentes de la literatura del siglo de oro español. Siendo mujer fué la mas grande poeta de su época.

.Por la importancia de su obra y su figura universal  Sor Juana ha sido llamada “ el Fénix de América”, “la Décima Musa” o “la Décima Musa mexicana”.

 

Carta athenagórica de Sor Juana :http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000047961&page=1

 

http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?showYearItems=&field=todos&advanced=false&exact=on&textH=&completeText=&text=sor+juana+ines+De+la+Cruz&pageSize=1&pageSizeAbrv=30&pageNumber=2

 

Carta laudatoria a la insigne poetisa Soror Inés Juana de la Cruz : http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000147568&page=1

http://catalogo.bne.es/uhtbin/cgisirsi/?ps=izDVlrYn60/BNMADRID/44541233/38/798/X/BLASTOFF

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