El jardín de los milagros
Temprano en la mañana mi madre intenta
llamarme por teléfono, y en la tarde
luego me cuenta: “tan hermosa noticia
tengo”, con una voz de aterciopelado
misterio, muy serena y suave anunciando
“la pequeña magnolia se abrió en dos flores
por primera vez”. Hay justicia, pensé
con un agua dulce que se abría paso
en mi corazón. Esa magnolia que ella
plantó bajo la mirada de mi padre
años atrás diciéndole melancólico
“si no la verás florecer, tarda tanto”
Y yo, verano tras verano mentía
un poco o creía o pasaba revista
de las pequeñas magnolias florecidas
que supe visitar en una placita
por Colegiales, adonde robé aquella
reina blanca, perfumada y frágil que huelo
aún en la distancia como si fuera,
como si hubiera sido una hostia pascual
o el cuerpo de la amada, la comunión
con lo bello del mundo, como mi madre
lo siente ahora y lo dice en esa voz
que me parece el cantar de los cantares
Florecerá, le aseguraba, el próximo
verano, ya verás, y hoy ha sido visto,
esta vez se unieron belleza y justicia
para ganarles juntas, las dos al tiempo
Variaciones de la luz
Un revuelo naranja al poniente
en lucha libre con el violeta
donde se hace de repente un claro
verde como aquel rayo purísimo
perseguido en la juventud
y al fondo el coro de las gallinetas
y un silencio al frente que corta
el tajo de luna
con más silencio
y plata y noche hasta que sólo
quedan las luces de tu casa
a veces como mágicas naranjas
dulces y en la soledad amargas.
Corre paradigma de miel
Corre paradigma de miel
Yo me quedo en el jardín viendo
abrir las semillas de gingo
un árbol sabio por antiguo
y simple como el brote de un
poroto
Ríos de la mente sabrán porqué
elrevés de la trama te lleva hacia
Leyenda
Un alma sola enfrenta su pasado
para luego dar la cara a la muerte
Aquí, no hay poder del
pensamiento ni saber
que al mundo modifique
Paciencia solamente
que busca sentimiento,
sentido en la astillada
totalidad del puma
cruzando el tiempo como
a un tapiz. El bosque
se transforma en jardín
a medias modelado
por la conciencia humana
como si una mujer hablara a otra en
un cruce de aguas profundas y clara.
El mazo
En el viejo café Cervantes sobre la plaza
la sombra luminosa de mi padre me acompaña
siempre he querido a este boliche sombrío
donde los parroquianos varones juegan al mazo
español o miran la televisión silenciosos
y me dan permiso, Dios mío, de fumar adentro!
aquí veníamos con el papá a tomar café
y a él, no le daba vergüenza traer a su hija mujer
la ruta al frente y la vieja estación de tren
con la plaza al lado, ya suben las voces de estos
machos y quisiera atrapar cada gesto o frase
que se repite desde mi infancia a mi vejez
ahora que ya se han olvidado de mi presencia
con las cartas en la mesa y uno lee le diario
dos toman cerveza o miran un documental
sobre Tailandia y el mozo del bar y yo
la octava pasajera con un noveno sentado
atrás que ahora entra al café de la plaza, el más
antiguo que conozco y siempre milagrosamente
abierto, hay un tipo ahora en el reservadito
tomando vino, y mujeres nunca, qué entretenida
la rutina de los varones que ahora comparto
con mi cuaderno de notas mientras el noveno
se acerca a jugar una básica y hablan de una víbora
no sé si será de Tailandia o de Zavalla
pero todo tiene un sabor de aventura antigua
que me dan ganas de reír y de llorar al mismo
tiempo y ahí entra el barbero y Barrera detrás
que se sienta en mi mesa mientras recuerda,
octogenario ya, al Chevalier y a su mujer
Hilda, amiga de mi mamá, encantador ese
Barrera, y otro, al que le reconozco la cara
aunque no sé cómo se llama y me dice “acá
se sentaba siempre tu papá, en esta silla,
frente a vos”, lo recuerdo, sí, mirando hacia la plaza…
ustedes me trajeron, ¿verdad viejitos?, y el dueño
del bar que me ofrece ahora una copita que no
me dejará pagar, tan grande y hondo, no sé
Perdida en la mañana
La gente me inquieta tanto, a solas
estoy feliz y calmada, luego todo
se transforma en un rompecabezas
que cuesta resolver como si el mundo
se derrumbara y no sé siquiera
mi nombre o el número de mi casa,
pero pasa, sí, con Wanda y los pajaritos
me siento tranquila y ese gallito
que canta otra vez, lo oí esta mañana
en los patios vecinos, sutura
no es lo mismo que supura, rubia
mía, el mundo se ha dado vuelta
y vos
cada vez sos más chiquita y
necesitás
a tu papá y a tu mamá pero ya
no vuelven más y con su sombra
enfrentás el mundo inmenso
que se te viene encima, sola, solita
como esas gallinas que cloquean
mientras vos escribís tus últimos
poemas y conversamos con Belkis
alambrada de por medio, cómo quiero
a esta mujer, es la única que me habla
como me hablan los malvones, rojito
y naranja y es esta charla
la que me devuelve la paz perdida
y reencontrada siempre, sábados
de mi vida, aquí en Zavalla…
He construido un jardín
He construido un jardín como quien hace
los gestos correctos en el lugar errado.
Errado, no de error, sino de lugar otro,
como hablar con el reflejo del espejo
y no con quien se mira en él.
He construido un jardín para dialogar
allí, codo a codo en la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón.
Deja el equipaje repetía, ahora que tu cuerpo
atisba las dos orillas, no hay nada, más
que los gestos precisos
dejarse ir para cuidarlo
y ser, el jardín.
Atesora lo que pierdes, decía, esta muerte
hablando en perfecto y distanciado castellano.
Lo que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía
que te allega, a la orilla lejana de la muerte.
Ahora la lengua puede desatarse para hablar.
Ella que nunca pudo el escalpelo del horror
provista de herramientas para hacer, maravilloso
de ominoso. Sólo digerible al ojo el terror
si la belleza lo sostiene. Mira el agujero
ciego: los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en el espejo frente al cual, la operatoria carece
de sentido.
Tener un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno movimiento de partida. Flores, semillas y
plantas mueren para siempre o se renuevan. Hay
poda y hay momentos, en el ocaso dulce de una
tarde de verano, para verlo excediéndose de sí,
mientras la sombra de su caída anuncia
en el macizo fulgor de marzo, o en el dormir
sin sueño del sujeto cuando muere, mientras
la especie que lo contiene no cesa de forjarse.
El jardín exige, a su jardinera verlo morir.
Demanda su mano que recorte y modifique
la tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo la noche helada. El jardín mata
y pide ser muerto para ser jardín. Pero hacer
gestos correctos en el lugar errado,
disuelve la ecuación, descubre páramo.
Amor reclamado en diferencia como
cielo azul oscuro contra la pena. Gota
regia de la tormenta en cuyo abrazo llegas
a la orilla más lejana. I wish you
were here amor, pero sos, jardinera y no
jardín. Desenterraste mi corazón de tu cantero.
Tomo y obligo
No renunciaré, no,
a nombrar esta belleza
cuando esté sostenida con el corazón,
cuando tenga la certeza
de que no es un ornamento
o instrumento para hablar sólo de lo humano
o de mí. El camino
que interseca, cruz de amor
donde se encuentra lo viviente. Por lo que es
y sé, y no sé y no sólo
aquello que le otorgo
Lo singular de mi conciencia no me arroga
privilegios de saber,
dictamen sobre el otro
y disponer como si acaso no existiera
tanto, tanto como yo
con el concierto. Enigma
transparente, retablo del Edén. Francisco
y Juan lo hicieron, tomo y
obligo. Fe al impulso
sostenido que en los versos hace un nido,
decirle no, ah error
consumado de la artista
Estar atenta, ser más fina cuando el rostro
del otro humano en su
belleza y su desdicha
se perfila aquí, en desamparo, es ese
su poder, como lo es
la trémula voz que en verso
teje la bienvenida, entre vos y yo.
Milonguita
Acodadas en la barra
de un bar por la estación
terminal de colectivos
charlamos mi hermana y
yo de bueyes perdidos…
digo algo de unos versos
que se andan escribiendo
y su cara se ilumina,
me recuerda momentos
muy antiguos, encanto
de niña ante el relato:
así que también de eso
puede hablar la poesía,
dice cuando le cuento
que tengo mis visitas
Si, digo, gente de antes
nítidos y vestidos
de domingo, como eran
o con lo mejor puesto
en trotecito lento
vienen a recordarme
que yo también, sabes,
me vuelvo gente de antes
Ensombrece su cara
y siento que pasa el ángel
de la muerte, es decir
el tiempo, vuelto puro
resplandor y recuerdo
al principiar y después
noche, solo silencio
Mi padre me enseño
hace ya algunos años
a caminar tranquilos
por el pequeño y amable
cementerio del pueblo,
parándonos en frente
de las tumbas con cierta
rememoración, era
la gente de su vida
y para mi un eco
Pero me voy volviendo
yo también, cosa tierna,
la fila de los que entran
al umbral de recuerdos
tan soleados y dulces,
no da miedo quisiera
decirle a mi joven
hermana, así nomás
te llega con anuncios
extraños al principio
y luego, hay una fe
que celebra el polvo
en reverbero, esto
fuimos para seguir
siendo en la única
memoria que cuenta…,
allí donde nos dimos
como ahora, vos y yo
Love story
Estábamos
tomando mate en su rancho
bajo un mediodía de oro
en las riberas, San Pedro
era y ella
doña Aurorita López
Iban y venían tramos
de vida con el amargo
Los vecinos,
la miseria, el que está
en el río come, dijo,
Dios y Evita y qué ojos tiene
m’hijita
hasta que el relato ancló
en su hombre escuchando manso
mientras hacía el estofado
Supe ser
buenamoza dijo y aquí
amarró su barco un hijo
del gringo Ford. Me propuso
matrimonio
Consulté a mi padre y él
que sabía yo esperaba
al que hoy es mi marido
sirviendo
de soldado allá en el sur,
me miró de frente y dijo:
«Sepa usted y para siempre,
el corazón es una achura
que no se vende»
El largo adiós
Yo lo vi: dinamita
o lo que sea, Fu
Man Chú lo haría
Mejor rehaciéndolo
de las cenizas. Fuerte
Apache derrumbándose
al instante, una nube
y el silencio, el clamor
acongojado. Vine
a despedirme, esa
era mi casita alma
mía en el círculo
de tiza donde brinda
el coronel, tarea
terminada la torre
demolida la infamia
así se tapa…
…Viví
En Fuerte Apache, alguna
vez llamado Alborada
y que nadie me cuente
yo lo sé: son vecinos
de ley. Más de una vez
me salvaron, ¡Milicos!
golpeaban la puerta
grande libros y máquina
Martín Edén
Que vas a ser de grande
llego a la puerta un día,
la primaria se iba y
mis viejos me miraron
de frente. Yo quería
ser actriz y escritora,
puse tregua a mi anhelo
de monja en el África,
(…)
Así se fragua a veces
un destino…
Diana Bellessi (Zavalla, Argentina, 11 de febrero de 1946), Escritora , poeta. y traductora .
Estudió la carrera de Filosofía en Argentina,recorrió América a pié del año 1969 al 75, publicó su primer libro de poemas en Ecuador, 1972, «Destino y propagaciones» . En 1975 regresó a Argentina ,vivió en Buenos Aires, donde hizo pequeños trabajos de traducción para tener ingresos. Durante dos años coordinó talleres de escritura en las cárceles de Buenos Aires, experiencia encarnada en el libro «Paloma de contrabando «(1988). También colaboró en la redacción de la revista Revista Feminaria desde su fundación formando parte de el Consejo de dirección. Perteneció a la redacción de Diario de Poesía hasta 1991 y fue una de las fundadoras de la cooperativa editorial Nusud .
Ha traducido a poetas como Ursula K. Le Guin, Denise Levertov, Adrienne Rich y Olga Broumas..
En 1993 le fue otorgada la beca Guggenheim en poesía; en 1996 la beca trayectoria en las artes de la Fundación Antorchas; en 2004 el diploma al mérito del Premio Konex; en 2007 el premio trayectoria en poesía del Fondo Nacional de las Artes; en 2010 Premio Fundación del Libro –mejor libro año 2009– Feria del libro de Buenos Aires; en 2010 el XXXII Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Melilla”, España. Fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en el año 2010; y en el 2011 le fue otorgado el Premio Nacional de Poesía.
Algunas de sus publicaciones son:
Crucero ecuatorial (l981); Tributo del mudo (1982); Contéstame, baila mi danza (selección y traducción de poetas norteamericanas contemporáneas, 1984); Danzante de doble máscara (1985); Eroica (1988); Buena travesía, buena ventura pequeña Uli (1991); El jardín (l992); Colibrí,¡lanza relámpagos! (l996); Lo propio y lo ajeno (1996); The twins, the dream (con U.K Le Guin, 1996); Sur (1998); Gemelas del Sueño (con U.K.Le Guin, 1998). Leyenda (2002); Antología poética (2002); Mate cocido (2002); Desnuda y aguda la dulzura de la vida (selección y traducción de la obra de Sophia de Mello Breyner, 2002); La edad dorada (2003); La rebelión del instante, 2005; Tener lo que se tiene (obra reunida), 2009; Variaciones de la luz, 2011; La pequeña voz del mundo, 2011;Zavalla, con Z ,2012,Pasos de Baile, 2015,Fuerte como la muerte es el amor, 2018.
Diana Bellessi es una de las voces poéticas más singulares de Argentina y una de las más importantes autoras contemporáneas.
Bibliografía:
Bellessi, Diana (2009): Tener lo que se tiene. Poesía reunida. Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, Argentina.
Enlaces de interés :
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7538-2011-12-11.html
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