12 Poemas de Ferreira Gullar

“A arte existe porque a vida ñao basta”

Ferreira Gullar

Subversiva

La poesía

cuando llega

                      no respeta nada.

Ni padre ni madre.

                         Cuando llega

de cualquiera de sus abismos

desconoce el Estado y la Sociedad Civil

infringe el Código de Aguas

                                            relincha

como puta

                nueva

                frente al Palacio de la Alvorada

Y solo después

 reconsidera: besa

                             en los ojos de los que ganan mal

                             acuna en brazos

                             a los que tienen sed de felicidad

                             y de justicia

 Y promete incendiar el país.

Aprendido

Del mismo modo que te abriste a la alegría
ábrete ahora al sufrimiento
que es el fruto de ella
y su contrario ardiente

Del mismo modo
que de la alegría fuiste
al fondo
y te perdiste en ella
te hallaste
en esa pérdida
deja que el dolor se ejerza ahora
sin mentiras
ni disculpas

y en tu carne se vaporice
toda ilusión

que la vida sólo consume
lo que la alimenta.

La alegría

El sufrimiento no tiene

ningún valor.

No enciende un halo

alrededor de tu cabeza, no

ilumina ningún trecho

de tu carne oscura

(ni aún lo que iluminaría

el recuerdo o la ilusión

de una alegría).

Sufrís vos, sufre

un perro herido, un insecto

que el insecticida envenena.

¿Será mayor tu dolor

que el de ese gato que viste

la columna rota a palos

arrastrándose y a los gritos por el desaguadero

sin ni siquiera poder morir?

                                            La justicia es moral, la injusticia

no. El dolor

te iguala a ratas y cucarachas

que también dentro de las cloacas

espían el sol

y en su cuerpo repugnante de entre las heces

                                             quieren estar contentas.

Canción para no morir

Cuando te vayas,
muchacha blanca, como la nieve,
llévame.

Si acaso no puedes
cargarme de la mano,
niña blanca de nieve,
llevame en el corazón.

Si en el corazón no puedes
acaso llevarme,
muchacha de sueño y de nieve,
llévame en tu recuerdo.

Y si allí tampoco puedes
por tanta cosa que lleves
conmovida en tu pensamiento
niña blanca de nieve
llévame en el olvido.

Paseo en Lima

Bajo este árbol

siento en la cara el calor

de sus flores coloradas (como

si dentro de un relámpago

        Podrían ser de trapo

estas flores, podía

ser de tela este

                   fulgor vegetal-

que es la misma materia de la flor,

        de la palabra

y de la alegría en el corazón del hombre.

Mi pueblo, mi poema

Mi pueblo, mi poema crecen juntos

como crece en el fruto

el nuevo árbol.

.

En mi pueblo va naciendo mi poema

como en el cañaveral

nace verde el azúcar.

.

En mi pueblo el poema está maduro

como el sol

en la garganta del futuro.

.

Mi pueblo en mi poema

se refleja

como la espiga se funde en la tierra fértil.

.

Devuelvo al pueblo aquí su poema

no como quien lo canta

sino como quien lo planta.

Traducirse

Una parte de mí
es todo el mundo:
otra parte es nadie:
fondo sin fondo.

Una parte de mí
es multitud:
otra parte extrañeza
y soledad.

Una parte de mí
pesa, pondera:
otra parte
delira.

Una parte de mí
almuerza y cena:
otra parte
se espanta.

Una parte de mí
es permanente:
otra parte
se sabe de repente.

Una parte de mí
es sólo vértigo:
otra parte,
lenguaje.

Traducir una parte
en la otra parte
-que es una cuestión
de vida o muerte –

¿será arte?

REPRODUCAO FERREIRA S3 08/10/01

No hay sitio

El precio de las judías

no cabe en el poema. El precio

del arroz

no cabe en el poema.

No caben en el poema el gas

la luz el teléfono

la falta

de leche

de carne

de azúcar

de pan.

El funcionario público

no cabe en el poema

con su salario de hambre

su vida encerrada

en archivos.

Como no cabe en el poema

el obrero

que frota su día de acero

y carbón

en los talleres oscuros

—porque el poema, señores, está

cerrado

«No hay vacantes».

No cabe en el poema

el latifundista (¡ni qué decir del latifundio!)

Los especuladores

de inmuebles

los pensionistas del café

los testaferros de los trust

 —no caben en el poema.

El hombre

el hambre del hombre la lucha

del hombre

la explotación del hombre por el hombre

no caben en el poema

—dicen los poetas

—dicen los admiradores del poeta

 —dice la policía.

Sólo cabe en el poema

el hombre sin estómago

la mujer de nubes

la fruta sin precio.

El poema, señores,

no hiede

ni huele.

Anticonsumo

Qué lejos está el día, hermano,

en que podíamos ser simples.

Entre pastos pobres, hojas mojadas de tártago

podíamos ser simplemente,

nuestras manos, nuestros pies,

nuestros cabellos y lo que por dentro quemaba

en lo oscuro.

.

Qué lejos está el tiempo en que las aguas golpeaban

contra el murallón

alegremente

como los peces

viviendo en su músculo

el misterio del mundo.

La vida late

No se trata del poema y sí del hombre

y su vida

-La mentida, la herida, la consentida

vida, de pronto ganada, de pronto perdida y otra vez

ganada.

No se trata del poema y sí del hombre

y su vida,

el ávido pulsar entre constelaciones

y paquetes y náusa.

Algunos viajan y se van

a New York, a Santiago

de Chile. Otros se quedan

no más en la Rúa de Alfândega, detrás

de mostradores y ventanillas.

Todos te buscan, rayo

de vida, oscuro y claro,

que eres más que el agua en el césped,

y el baño de mar, que el beso

en la boca, más

que la pasión en la cama.

Todos te buscan y sólo algunos te encuentran. Algunos

te encuentran y te pierden.

Otros te encuentran y no te reconocen

y están los que se pierden por encontrarte,

.¡oh destino!,

¡Oh verdad!, ¡Oh hambre

de vida!.

El amor es difícil

pero puede brillar en cualquier parte de la ciudad.

Y estamos en la ciudad,

bajo las nubes y entre las aguas azules.

La ciudad. Vista desde lo alto

es fabril e imaginativa, se entrega entera

como si estuviera acabada.

Vista desde lo alto

con sus barrios, calles y avenidas, la ciudad

es el refugio del hombre, pertenece a todos y a nadie.

Pero vista

de cerca

la ciudad revela su turbio presente, su

carnadura de pánico: la gente que va y viene

que sube y baja

que entra y sale y pasa

sin reír, sin hablar, entre gases y pitazos. ¡Ah!,

la oscura

sangre urbana movida

por intereses.

Es la gente que pasa sin hablar

y está llena de voces

y ruinas. ¿Eres Francisco?

¿Eres Antonio? ¿Eres Mariana?

¿Dónde ocultaste el verde

resplandor de los días? ¿Dónde

ocultaste la vida

que en tus ojos se borra apenas brota?

Y pasamos

cargados de flores sofocadas.

Pero adentro, en el corazón,

yo lo sé,

la vida late. Subterráneamente,

la vida late.

En Caracas, En Harlem, en Nueva Delhi,

bajo las penas de la ley

en tu pulso,

la vida late.

Y es esa esperanza clandestina

mezclada con sal de mar

lo que me sustenta

esta tarde

asomado a la ventana de mi cuarto en Ipanema

en América Latina.

Los muertos

Los muertos ven el mundo por los ojos de los vivos

a veces oyen con nuestros oídos ciertas sinfonías
algún batir de puertas
y ventanas

Carentes
de cuerpo y alma
mezclan su risa con la nuestra si también ellos
cuando vivos
encontraron la misma gracia.

Una voz

Su voz cuando canta

me recuerda un pájaro pero

no un pájaro cantando:

me recuerda un pájaro volando.

José Ribamar Ferreira, Ferreira Gullar, ( São Luís, Maranhão,Brasil, 10 de septiembre de 1930-Río de Janeiro, Brasil, 4 de diciembre de 2016).Poeta, escritor, dramaturgo, traductor, cronista y crítico de arte.

De familia comerciante, se educó en un colegio católico. Ingresó luego en la Escuela Técnica de São Luis (1943). En 1945 ganó un concurso sobre el Día del Trabajo, convirtiéndose dos años después en colaborador del suplemento literario del Diario de São Luis.

Decidió dedicarse a la poesía, eligiendo como pseudónimo “Ferreira Gullar”. Su primer poemario lleva por título “Un Pouco Acima do Chão”. En 1954 publicó Luta corporal, emblema de la poética brasileña, y en 1958 salió a la luz Poemas. Participó después en el movimiento de la poesía concreta de Sao Paulo. En 1959 fundó el neoconcretismo y publicó el ensayo Teoria do não-objeto, referencia obligatoria sobre arte brasileño. En Río de Janeiro, donde fijó su residencia, trabajó como periodista, crítico de arte y ensayista, tareas que compaginó con su vocación poética.

A partir de 1961 abandonó la vanguardia y se volcó hacia la cultura popular a través de la creación del Museo de Arte Popular y de la publicación de Romances de cordel (1962-1967). En 1963 fue nombrado presidente del Centro Popular de Cultura (CPC). Con la instauración del régimen militar en Brasil, en 1964, se afilió al Partido Comunista. En 1971 marchó al exilio en Moscú, Santiago de Chile, Lima y Buenos Aires. Aquí publica su obra “Poema Sujo”, y dos años después pudo retornar a Brasil. Entre sus restantes obras cabe destacar los libros de poemas Na vertigem do dia (1980), Barulhos (1987) y Muitas vozes (1999), la colección de cuentos Cidades inventadas (1997), los ensayos Indagações de hoje (1988) y Argumentaçaõ contra a morte da arte, y el volumen de memorias Rabo de foguete: os anos de exilio (1998).

Ferreria Gullar abrió el camino para la corriente denominada “Poesía concreta”, siendo uno de sus líderes, con la obra “La lucha Corporal”.
Su obra contiene un claro sentido social, siendo Ferreira uno de los principales poetas brasileños surgidos tras el movimiento modernista. Creó el concepto de libro-poema, en el cual “el pasar las páginas hace el poema”. “Es la participación del lector en el hacer del poema. Deja de ser leer solo con el ojo. La mano participa”

Entre los galardones recibidos por su obra, están:

El premio Jabuti al mejor libro de ficción (2007) por “Resmungos”; el Premio Camões en 2010; el Premio Jabuti de Poesía (2011); el Título Doctor Honoris Causa de la UFRJ.

En 2002 fue nominado al Premio Nobel de Literatura

En 2014 fue elegido miembro de la Academia Brasileña de Letras.

Obras principales:

  • Justo encima del suelo (1949)
  • La lucha del cuerpo (1954)
  • Poemas (1958)
  • Teoría de no objetos (1959)
  • Buena muerte John, cabra marcada para morir (1962)
  • Cultura en cuestión (1964)
  • En la noche rápida (1975)
  • Poema sucio (1976)
  • Una luz en el suelo (1978)
  • En el vértigo del día (1980)
  • Sobre el arte (1984)
  • Pasos del arte contemporáneo (1985)
  • Ruidos (1987)
  • Consultas de hoy (1989)
  • Argumento contra la muerte del arte (1993)
  • Muchas voces (1999)
  • Un gato llamado gatito (2005)
  • Gruñidos (2007)
  • En ninguna parte (2010)
  • Autobiografía poética y otros textos (2016)


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