12 Poemas de Gregory Zambrano

Tarde del viejo Walt y compañía

Tan largo es el tiempo de la espera viejo Whitman

Que sólo tú puedes comprenderlo ahora

Cuando eres compañero único

En este doler de las ausencias

.

Un poema tuyo puede salvar la tarde

cuando todo se ha ido con ella

y la risa de los niños es la única alegría

en esta inmensidad

la posible recompensa

que dejó un celaje

cuando pasó por aquí

a saludarnos llevándose en su marcha

todas las palabras

.

Qué desgraciados somos viejo Whitman

todo fue fugaz en esta tarde

como el paso lento de sus ojos

sobre tus hojas de hierba

De: Víspera de la ceniza(1990)

Desvelo de Ulises

No encontrarás otro país ni otras playas,

llevará por doquier y a cuestas tu ciudad.

K. Kavafis

¿Dónde llevas

a Ítaca?

Acaso en la memoria,

acaso en lo más hondo del corazón;

has visto otras ciudades,

has hundido tus manos en tantos

océanos,

pero sólo el mar de tu nostalgia

tiene la justa esencia de los peces y la sal.

La memoria está enterrada

mas a salvo el cor

azón; si miras hacia el horizonte

sólo la ilusión hará que veas la tierra,

Ítaca la soñada ha navegado contigo.

Ha sido largo el camino,

el alma y el cuerpo se han vaciado

pero lejos aún está el reposo.

No estrujes más tus ojos insomnes,

bajo tus párpados

sigue intacto el paisaje

de la infancia,

y ahora que estás viejo, sabrás

que los mismos colores

llenan de luz aquellas calles,

el patio de un solo árbol,

el solar de la casa.

Ítaca sigue lejos,

mientras, mantén el rumbo,

sigue soñando

Escucho La Voz De Alejandra Pizarnik

Esta oración no es lamento ni reproche por

tu ausencia, es canto y palabra trunca,

un cielo inmenso para escucharte,

es aliento que quiere hacerse piel.

es tu acento, Alejandra, estremeciendo,

pulsando en cada uno como herida tatuada,

como garganta y suspiro en la profunda quietud,

tal vez la noche. Me hablas y no sé si es el viento

en tu hora –sangre detenida y amable- si es la luz

o este cansancio de siglos.

El fuego de tu lengua, filo implacable

emerge de la noche.

Alejandra en el silencio, estrella y nube.

Alejandra, es el paisaje (quiero decir)

manojo amoroso de preguntas.

De:Ciudad sumergida(1997)

Poeta en estado de emergencia

El poeta solía hacer grandes cosas
con sus manos, con su voz.
Era un gran constructor,
pintaba ríos y ponía una brújula
en los paisajes,
su oficio preferido
era pensar en las mujeres,
confundía sus piernas
con colmillos de elefantes,
el poeta pintaba sus sueños
y siempre venía el verbo a él manso,
luminoso y todo el universo
se unía en un aliento,
en una carta donde él daba cuenta
de las grandes carencias de los demás hombres.
Ahora, después de muchos años,
el poeta cabalga porque es jinete insomne
y se lamenta de sus dolencias,
sin embargo nada ha cambiado,
de su palabra salen grandes inventos,
es decir, dioses, fuegos, dudas y canciones.
Es un pirómano con las palabras.
El poeta no cree en lo que ve, por eso
lleva siempre un farol entre sus manos
y toca la realidad como para salir de dudas.

De: Desvelo de Ulises y otros poemas, 2000

Los Profetas

No hay condición para soñar

paisajes y nuevos porvenires.

Los profetas están vacíos,

todo está cegado como el amor infinito.

Los profetas cabalgan solitarios

porque ya no les queda corazón.

por eso tienen faroles en lugar de ojos

y nubes en lugar de manos.

Los profetas pagan sus cuentas puntualmente,

con doradas tarjetas que compran en las jugueterías,

se divierten y piden prestada la mujer del prójimo.

Los profetas no creen en nadie

sólo danzan borrachos bajo la luna de Tepoztlán,

allí no son profetas ni divinidades

sólo fuegos silenciosos, soles que se regocijan

de cuando en vez y dejan de salir.

Un día veremos cómo los profetas

por fin se asombran de su lucidez,

de su implacable verdad,

tienen cara y sello de moneda,

y se avientan buscando el fondo,

nadie cree en su paso,

en las verdades selladas, en nada.

Están allí, mirando desde un agujero negro,

y juegan a decir la verdad.

De: Desvelo de Ulises y otros poemas, 2000

Delirio del náufrago

Han quitado la venda a los ojos

de este mu

ndo,

ya no queda fruto ni semilla,

es hora de descorrer los delirios

y olvidar los males,

las voces aciagas que imprimen

culpas y abandonan.

Ya no quedan sinfonías,

no se escuchan aires de fuga,

y escancio el vino convertido en agua.

En este territorio

firmo mi capitulación,

doy gracias a los fuegos donde ardo

y me yergo ante el jadeo de una desconocida.

Soy el náufrago,

guardo una mirada desgarrada

y atesoro los misterios del mar

para descifrar la noche.


MAREA del DESEO


(Cinco poemas y un epílogo)

I
Contempla mi sueño desde adentro,
ábrete en dos,
adéntrame en tus senos
y no postergues a la espera
la juntura del deseo,
que sólo se escuche un respirar,
que sea infinito el jadeo,
despliega las ventanas,
deja las puertas abiertas,
que salga de paseo nuestro ardor,
que otros sepan del incendio de la noche,
de la agilidad del vino tinto,
de tus uñas abriendo surcos
bajo la luz de la vela,
mariposa, caracol, pez ágil y paloma,
déjame entrar y nacer de ti.

II
Esta piel que es madera
se quema en cada sorbo.
De la boca la brasa
que expande
de arriba abajo
un olor de sándalo irrepetible. 
Tu espalda es el arco perfecto,
arena fértil de los gemidos,
de estos sueños que me rozan
y me abren la carne en pequeñas porciones.
Ahí vienes, silenciosa por un segundo,
dulce, segura, a succionarme el aliento.
Arquéate para tocar en ti la redondez, 
la materia cierta, el resplandor.

III
Algo se yergue y hace espuma
la saliva. Toco, respiro, sólo de tu humedad
brota la vida.
Híncate, acompásate al vaivén de las olas,
Jadea hondo, amor mío, 
mujer de grandes ojos y dorados pechos.
Inclina tu boca hacia el vértigo
donde hoy
el sol y tu ombligo 
son la geometría exacta del universo.

IV
Vienes como oleaje a estremecerme.
Mis pies desandan sobre tu pubis
y puedo verte lejos y aquí, 
en el vértigo del mismo instante,
cuerpo alfombra, cuerpo nave, cuerpo río subterráneo,
déjame lamer tus gotas, déjame alcanzar la orilla.
Soy un náufrago inevitable
arrastrándose sobre la arena,
soy un enigma que te toca,
soy aire que te cerca por los cinco sentidos,
soy marea de carne y besos.

V
Caminamos a ras de agua
sordos entre el oleaje,
cada imagen es la transfiguración del deseo,
el verbo es consumación de la carne,
saliva, sudor y semen,
los sexos acoplados al tañer del corazón en los oídos.
Fluye un interior de lava 
ardiendo en la caída. 
Se estremecen las murallas
y ceden al fin, derribadas por un golpe de nube.
Vuelas, me arrastra la majestad de tus alas.
Soy el temblor de todos los cuerpos en uno,
el vestigio de un goce milenario,
soy en ti amanecer y noche, agua y fuego
alimento y sed, 
la altura y la caída,
halcón y escarabajo. 
Tócame, devuélveme hombre
para la mujer que eres, 
arca de todos mis diluvios
puerto de todos mis naufragios.

EPÍLOGO


Ya te he guardado 
muchacha de ojos de certeza,
ahora habitas la llama
que enciendo cada noche,
vienes desde lejos a los rincones
de esta ausencia. Lo llenas todo.
Hay un olor de ti en la memoria.
Eres el agua de mis manos 
y alforja donde viajan mis sueños trasegados

Certezas

Día a día contemplo las nubes

Y me digo:

Sólo el deseo es eterno

Unno Ahl (1900-1941)

La guerra está en el fuego

del dragón que nadie ha visto

Sale el conejo del sombrero

y

también desaparece

_acto de magia acaso_

allí está la realidad, escarabajo, escaramujo,

escafandra y ancho mar

Así como la gramática vino después de la lengua,

el perdón después del pecado,

todo llega a su punto, hierve como

la sangre, como la vida que viene

después del gozo y de la pena,

cada cosa en su sitio para perpetuarse

así el deseo que es inmutable

permanece en lo que nunca

se ha llegado a poseer

así será verdad tanta certeza

pues sólo el deseo es eterno.

No mide ni pesa

Es duende y dragón,

nadie lo ha visto

pero existe,

¿quién se atreve a dudarlo?

En el patio de Frida y Diego

Aquí no hay veranos, ni estaciones

no hay fragmentos de sueños ni miradas

aquí solo hay pequeñas hojas al borde de los caminos,

los puntuales comensales que bajan de su trono a

descorrer los velos. Aquí nadie le teme a la belleza,

todo es laganancia de un día claro.

Así son estas almas, de sus ojos mana la corteza,

el olor húmedo, vegetal, el insomnio

que descuajó el cuchillo.

Criaturas de media noche que oyen el chasquido

de un mundo girando afuera, ya sin ellos.

Aquí no hay veranos, ni inviernos,

aquí no hay tiempos para el arte de la holgazanería,

pacto cerrado con las leyes de Dios.

Aquí sólo hay huracanes que cortan como hachas

y llenan las manos de alcatraces y gaviotas

que lejos del mar no pueden sostener su signo en el espacio;

las tardes se quedan extasiadas en un arcoíris de paleta,

en un pincel, en unos lienzos ya mudos y vacíos.

Aquí no hay primaveras, porque marzo sigue lejos.

Todo el silencio es la casa azul

donde tantas copas se quebraron.

Ahora no hay fiestas ni altares,

sólo asombros, ojos y extrañas manos;

tal vez aquí respiren los otoños,

y haya noche para los ausentes.

Identidad

Yo nací en mil novecientos cuarenta y cinco

y crecí fuerte en aquel verano

en que no hubo golondrinas

sino estruendo y silencio.

Yo nací un día en que hubo dolor de madres en la calle

y llanto de lluvia, del rojo al ocre.

Las estrellas caían del cielo,

nunca estuvieron más cerca, pero quemaban.

Yo nací de la muerte a orillas de siete ríos

donde se esfumaron los sueños

y nada quedó en pie ni enterrado.

Hace tanto y apenas ayer se encontraron los amantes

desde entonces se buscaban sin rostro por las calles,

al fin se reúnen y no pueden decirse nada del pasado.

Sin embargo, la vida sigue en los viajeros,

los desnudos, los inocentes.

La vida se perpetúa en mí, nacido

un día aciago en el que todo se borró a mis pies.

Sólo quedó un nombre, deletreado y sonoro en el agua

que vuelve del polvo y resucita del fuego.

Yo soy la gran isla, corazón de bordes lacerados,

tierra fértil que renació de sus propias entrañas

para que los niños fueran aprendices de la luna.

Sí. Yo soy la tierra renovada, vive en mí un brillo que ah

uyenta los fantasmas de este cielo

donde las palabras no perturban el silencio.

La ceniza es más que vestigio de un día,

es lección aprendida de memoria.

De :Memorial del silencio (2002)

La vida entera

(Homenaje a Anne Sexton)

La respiración taladra más allá de la médula

más allá de la cal de los huesos

.

Paso a paso desando el boulevard

busco una calle que me perturbó en el sueño

.

Nada hay parecido a la pared rugosa

al jardín que olía a azahares

al muro de piedra / de conchas marinas incrustadas

.

Busco la calle exacta y la puerta de madera

que apareció en la playa cuando bajó la marea

.

Busco la bahía

pero no reconozco el horizonte

.

Quisiera salir del sueño

y encontrar aquella casa

quisiera recorrer sus pasadizos

subir un piso / luego el otro

reconocer los viejos armarios

las fotografías

la duela de tablillas finas que tanto cuidabaspage17image3325473360

.

Pero ésta es otra casa

está vaciada de vida

no hay sillas / camas / ceniceros

sólo pulula un rancio olor de algas descompuestas

tal vez los fantasmas

abuelo / padre / el niño que yo era

.

Una música tenue viene de otro sueño

afuera los candiles titilan

todo está oscuro aquí adentro

.

La calle se extiende de una a otra orilla

como la vida entera

De: Paisajes del insomnio (2015)

Gregory Zambrano Meza (Mérida, Venezuela, 28 de octubre de 1963).Poeta, escritor, editor, profesor universitario y crítico literario.

Estudió la Licenciatura en Letras en la Universidad de Los Andes, de la cual egresó con la distinción Magna Cum Laude. Ingresó como profesor a la Universidad de Los Andes en 1989.  Su primer poemario, Víspera de la Ceniza se publicó en 1990.
En el año 1993 obtuvo el título de Magíster en Literatura Iberoamericana en la ULA y publicó su segundo poemario Dominar el silencio. Fue miembro fundador del taller literario Mucuglifo(1984-1988) y corresponsable de la página cultural “Vértice” (1984-1999) del diario Frontera de la ciudad de Mérida. Entre los años 1986 y 1996 se distinguió como locutor y productor de programas de radio e incursionó como presentador en programas de televisión.
Se vinculó al equipo académico que preparó el Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina (DELAL), para el cual redactó numerosas entradas.


Entre 1996 y 2001 vivió en la Ciudad de México, donde obtuvo el Doctorado en Literatura Hispánica, otorgado por El Colegio de México, con una tesis sobre la obra narrativa de Mariano Picón Salas. En el país azteca desarrolló una intensa labor de investigación y escritura, también hizo trabajos como editor. Colaboró en revistas como EscritosMilenioArmas y LetrasLa ColmenaNueva Revista de Filología Hispánica y Texto crítico, entre otras. También dio a conocer sus poemarios Ciudad sumergida (1997) y Desvelo de Ulises y otros poemas (2000). En el año 2000 la Universidad Nacional Autónoma de México publicó su libro de ensayos De historias, héroes y otras metáforas.


Al regresar a Venezuela, en 2001, se reincorporó a la labor académica en la Universidad de Los Andes y ocupó la Coordinación del Postgrado en Literatura Iberoamericana. Fue director de la Escuela de Letras en dos períodos (2002-2004 / 2010-2011) y Coordinador General del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la Universidad de Los Andes (2004-2007).

En 2002 se editó en Mérida su poemario Memorial del silencio. En mayo de 2005 apareció su libro Los mapas secretos, que recopila su poesía escrita entre 1990 y 2002. En 2015 la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, editó su poemario Paisajes del insomnio, en su colección «Palabra en Poesía».


Ha sido colaborador en publicaciones venezolanas como la Revista Nacional de Cultura, Revista de Literatura HispanoamericanaContextoKaleidoscopioExtracámaraImagen, Veintiuno, así como en publicaciones extranjeras, tales como Armas y Letras (México), Caravelle (Francia), Casa de las Américas (Cuba), Kipus (Ecuador), Guatapique (Francia), Quimera (España), Quaderni-Iberoamericani (Italia), iichiko (Japón), entre otras.


También es muy amplia su actividad como profesor de postgrado y conferencista invitado en Argentina, Perú, Colombia, Cuba, México, República Dominicana, España, Francia, Italia, Bélgica, India y Japón.

Entre 2007 y 2009 vivió en Tokio, Japón, desarrollando una investigación sobre el escritor Kobo Abe, con el patrocinio de la Fundación Japón, adscrito a la Universidad de Tokio.

Se jubiló como profesor Titular de la Universidad de Los Andes (Venezuela) en 2011, mismo año en que ingresó como miembro correspondiente en la Academia de Mérida. Desde entonces vive en Japón y se desempeña como profesor-investigador en la División de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Tokio.


Poemas suyos han sido difundidos en diversas antologías de Venezuela y otros países.

Enlaces de interés:

https://gregoryzambrano.com/2010/09/08/poesia-2/


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