Este caballo de mi infancia
Este caballo de mi infancia
encerrado en una cárcel de sal
asombrado por esa sal
en el cruce inexorable
el pájaro de mi niño
con filo de flecha
y de yeso blanco
que anda por la arena del alba
hacia atrás
borrando la huella de sus pasos
obeliscos del silencio
en el país que he perdido
donde ningún árbol con sus hojas
devana el viento
líneas del horizonte de la mano
y bailando la ronda del verbo jaula
caed todas en la mar de este espejo
donde solo se ve el cielo
Al Iztaccíhuatl
Señalada con el dedo como las estrellas
en los límites chorreantes del oro inhabitable
a la copa de los árboles sin volar
cuando en los flancos de las montañas
las casas de los hombres se calientan los costados
he llevado mi vida
como ese sol que se traslada de un muro a otro
en esta calle
bajo el balcón de la extranjera
llorando en sus cabellos
cuando el amaranto mece al viento
y cuando las rosas se elevan
las más altas torres del sentir
desde mis dedos
arqueados como el ala del gavilán
cae el pájaro fragata
solitario
cae
A méme la terre
En la noche del principio
la bruma dejó
su sangre
entre los labios salados
más allá de los ojos de sol
La sonrisa de la muerte
recostada en el camino
inesperada como el rostro del pasado
Para estos destinos paralelos
no hay línea en el horizonte
en donde reunirse o descansar
o huir de los peces crueles
de la angustia y la preocupación
Estos nadan en las orillas
de los oscuros ríos
que separan a los amantes
La sombra baja una escalera de sol
hasta el fondo de mi corazón
La sombra baja una escalera de sol
Hasta el fondo de mi corazón
Pienso en los amores castos y pensativos
de esos animales que se unen
como dándose la mano
Solitarias como los planetas
Solitarias como los planetas
en el espacio
como el niño dentro de su madre
islas cubiertas de árboles
aparecieron verdes por encima de la niebla
coronadas de casas
con blancas caras de ciego
La soledad le apretaba la garganta a los faros
en el crepúsculo lluvioso
Este día había vencido una vez más
a la esperanza
terminaba con un viento ocioso
que hacía batir las alas inmensas
de tul gris de los pájaros desarraigados
Un corazón batía perdido
al final de una estela inmóvil
Son esas rutas las que hay que seguir
para encontrar el camino
donde los marineros deslumbrantes
duermen bajo doscientos metros de agua
Noir animal
Encuentro de río
agua que viene de las nubes
y de los manantiales
agua que me une a tu destino
agua libre que nunca vuelve
a sus orígenes
último ropaje para mi miedo
atraída hacia ti con una argolla en la nariz
hasta esta muerte
como una gota de agua la noche
llamando hasta que nos levantemos
trampa del fuego para quemarlo todo
Á même la terre
Una mujer que fue hermosa
un día quitó su cara
la cabeza se volvió lisa
ciega y sorda
al abrigo de las trampas de los espejos
y las miradas de amor
Entre las cañas del sol
no pudimos encontrar su cabeza
incubada por un halcón
los secretos más hermosos
por no ser dichos
las palabras no escritas
los pasos borrados
las cenizas esparcidas sin nombre
sin losa de mármol
violando la memoria
tantas alas para romper
antes de la noche
(Poemas,1936)
Alice Marie Yvonne Philppot, Alice Rahon, (Chenecey-Buillon, Francia, el 8 de junio de 1904- Ciudad de México 27 de septiembre de 1987), poeta y pintora francesa de nacimiento (más tarde se nacionalizaría mexicana), Se crió parte de su infancia con sus abuelos maternos en la población de Roscoff, en la Bretaña francesa.De muy joven tuvo un accidente en el que se lastimó la cadera, por lo que pasó tres años en reposo. Ahí aprovechó el tiempo leyendo, dibujando y pintando. A los doce años de edad sufrió un nuevo accidente, en el que se rompió la pierna, por lo que toda su vida padeció dolor y dificultad para caminar.A principios de los años 30 llegó con su hermana a París para dedicarse a la poesía y se sumergió de lleno en el ambiente bohemio parisino. Allí conoció a su futuro marido, el pintor austríaco Wolfgang Paalen (1905-1959), y a otras figuras del grupo surrealista como Max Ernst, Paul Eluard, o André Breton. Muy joven ya era aclamada en París por el cúmulo de celebridades que se daban cita en casa de André Breton, quien gustaba declamar sus poemas. En París también entabló una estrecha amistad con Frida Kahlo, por quien sintió de inmediato una afinidad personal, ya que ambas compartían las mismas dolorosas limitaciones físicas provocadas por varios accidentes sufridos siendo muy jóvenes. Fue Frida quien invitó a Alice Rahon a viajar a México en 1939, siendo en este país donde inició y desarrolló toda su trayectoria artística como pintora, obteniendo la nacionalidad mexicana en 1946.
En 1938 se casó con Paalen, viajaron a las cuevas de Altamira en Cantabria. La visita a Altamira no sólo impactó en su imaginación creativa sino que le permitió formular hipótesis diferentes al discurso dominante. Narró que ella tenía su propia conjetura respecto a la autoría de dichas pinturas. Esa presunción se antoja pensarla como recuerdos de los sueños de una pequeña postrada en cama que fue recordada por la mujer adulta convertida en pintora: …f ueron hechas por mujeres que debieron quedarse en reposo después del parto y, aprovechando los accidentes de las rocas, ejercieron a su manera el delirio de interpretación […] que es algo a lo que los surrealistas le pusieron nombre pero que siempre ha existido.
Antes de que estallara la guerra en Europa llegaron a México tras un viaje por Alaska y la Columbia Británica en busca de los signos gráficos de la prehistoria.
En México encontraron, un mundo de cosmogonías donde cualquier otra por excéntrica que pudiera parecer se ensamblaba de manera fluida y natural.
Al tomar contacto con las ricas culturas indígenas de México, Rahon tomó un cariz definitivamente personal que se constituyó en uno de los referentes de su primera obra, sentando las bases del poderoso y fascinante mundo onírico construido de finas arenas, polvos de mármol y pedazos de papel plateados o de colores.
En México también estableció lazos amistosos con Leonora Carrington y Remedios Varo, y en su época hubo varios críticos que las apodaron a las tres “las hadas del surrealismo”. Su primera muestra individual fue en 1944 en la Ciudad de México en la Galería de Arte Mexicano. Posteriormente realizó diversas exposiciones en Washington, San Francisco, Nueva York y Los Ángeles. De hecho todavía existe mucha obra suya en los Estados Unidos, tanto en museos como en colecciones particulares. También expuso en otros países cómo , Japón, Francia y Líbano, por lo que viajó constantemente.En 1947 la pareja Paalen se divorció; Alice asumió el apellido de Rahon, probablemente derivado de su abuela bretona. Tuvo relaciones con la escritora Elizabeth Smart y la artista Sonja Sekula; finalmente se casó con el canadiense Edward Fitzgerald, autor de sets para Buñuel. Varios años más tarde también terminó el segundo matrimonio, después del trabajo que hicieron juntos para una película.En esa misma década se interesó por otros campos, como fueron el cine y el teatro, especialmente en la creación de títeres. Entre sus amistades de esa época también se encontraban el pintor Rufino Tamayo, el artista Carlos Mérida, Octavio Paz, Henry Miller, Anaïs Nin, el escultor Henry Moore, Gordon Fordlow Ford, uno de los pintores del primer grupo surrealista en París, así como Frida Kahlo y Diego Rivera.
En su poesía, Rahon continuamente se refería a su infancia, a su padecimiento y a la nostalgia. En 1935 estaba totalmente inmersa en el movimiento surrealista; Alice Rahon publicó dos poemarios: “À la meme terre” con una portada diseñada por Yves Tanguy y “Sablier Couche” ilustrado por Joán Miró en 1938, ambos proyectos apoyados por André Breton. Poco a poco fue dejando la poesía, aunque en su estancia en México publicó el poemario “Noir Animal,” acompañado de un retrato suyo hecho por Paalen.
A Alice Rahon le encantaba rendir homenaje a los artistas que más admiraba: pintó cuadros en honor de Giorgio De Chirico, Joan Miró, Pablo Neruda, Diego Rivera y Frida Kahlo a quien dedicó la balada de Frida Kahlo, creada poco después de la muerte de Frida, y Frida aux yeux d”Hirondelle de 1956, rehecha una década más tarde.
En 1986 Alice Rahon expuso en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, fue la última y mayor exposición retrospectiva que se le hizo en vida. Tras ésta última, sufrió una caída que la lastimaría gravemente, por lo que se retiró a un asilo, donde murió en septiembre de 1987.
El aislamiento en el que vivió Rahon en los últimos años provocó el fracaso en la promoción de su obra, hasta el punto de que fue casi olvidada por las nuevas generaciones de artistas e historiadores del arte, a pesar del importante papel que desempeñó en el desarrollo del Arte Mexicano. En 2009, sin embargo, el Museo de Arte Moderno le dedicó una retrospectiva que, junto con una exposición colectiva contemporánea en el Museo Mural Diego Rivera, revivió sus obras que no se habían exhibido desde 1986.