O vivens fons
O vivens fons, quam magna est suavitas tua
qui faciem historum in te non amisisti
sed acute previdisti
quomodo ejos de angélico casu abstraheres
qui se aestimabat illud habere
quod non licet sic stare.
Unde, gaude, filia Sion
quia Deus tibi multas reddit
quos serpens de te abscidere volvit,
qui nunc in majori luce fulgent
quam prius illorum causa fuisset.
Oh fuente viva
Oh fuente viva, cuán grande es tu suavidad
no rechazaste el rostro de quienes se vieron contigo
sino que bien les advertiste
cómo evitar caer como aquellos ángeles
que prefirieron tener
lo que no es lícito.
Por eso, alégrate, hija de Sión,
porque Dios a ti mucho te recompensa
pues la serpiente te quiso separar de Él,
mas ahora luces con mayor brillo
que cuando la primera vez.
O virtus sapientia
O virtus sapientia,
quae circulens circuisti
comprehendo omnia
in una via, quae habet vitam.
Tres alas habems
Quarum una in altum volat,
et altera de terra sudat,
et tertia undique volat.
Laus tibi, sicut te decet,
o sapientis.
Oh virtud de la sabiduría
Oh virtud de la sabiduría
que circulando cercaste
para abarcarlo todo
en un camino, el que tiene vida.
Llevas tres alas
de las que una vuela en lo alto,
y la otra suda en la tierra,
y la tercera va por todas partes.
Alabada seas, como lo mereces,
oh sabiduría.
Canto al Creador
Tú, la que todo lo consigue
Palabra del Padre,
eres la luz del alba
primordial sobre las esferas.
Tú, la que sabe de antemano
mente de la divinidad,
previste todos tus trabajos
como los predijiste,
tú presencia escondida
en el corazón de tu poder,
tú poder como una rueda alrededor del mundo,
cuya circulación nunca comenzó
y nunca se desliza a un final.
Antífona para los ángeles
¡Luz animada! en el borde
de la Presencia tu anhelo
arde en la secreta oscuridad,
oh ángeles, insaciablemente
hacia la mirada de Dios.
La perversidad
no podría tocar vuestra belleza;
ustedes son alegría pura.
Pero vuestro perdido compañero,
ángel de las alas torcidas
– él buscó las cimas,
se hundió en las profundidades de Dios
y cayó en picada más allá de Adán-
que un espíritu formado de barro pueda elevarse.
El verdor, fuerza germinante
Oh, nobilísimo verdor,
tú que te enraizas en el Sol
brillas en la serena claridad,
en el movimiento de una rueda
que escapa a la inteligencia humana.
Tú, verdor, estás envuelto
por la fuerza de los misterios celestiales.
Enrojeces como la aurora,
flameas en el ardor del sol,
oh tú, noble verdor.
O Virtus Sapientiae
“Oh potencia de la Sabiduría, que girando giraste
abrazándolo todo
en una sola órbita que tiene vida y que tiene tres alas,
de las cuales una vuela en lo alto y la otra desde la tierra mana
y la tercera vuela por doquier.
Que haya alabanza para ti,
como corresponde, oh Sabiduría!”
¡Dios eterno!
¡Dios eterno!
que ahora te sea grato
arder en ese amor,
que [nosotros] seamos aquellos miembros que tú hiciste en ese mismo amor,
cuando engendraste a tu Hijo
en la aurora primera
antes que a toda creatura.
Y fija tu mirada en esta necesidad
que cae sobre nosotros,
y, por tu Hijo,
arráncala de nosotros
y condúcenos
a la dicha de la salvación.
¡Qué gran milagro es!
¡Qué gran milagro es
que en una humilde forma de mujer
el Rey penetró!
Esto lo hizo Dios,
porque la humildad asciende sobre todas las cosas.
¡Qué gran felicidad hay también
en esta forma!
porque la maldad,
que fluyó de la mujer,
una mujer después la limpió,
y construyó toda la más dulce fragancia de las virtudes,
y embelleció el ciclo
más que lo que en otro tiempo alteró la tierra.
Entonces porque una mujer…
Entonces porque una mujer introdujo la muerte,
la deslumbrante Virgen la aniquiló.
Y por ello existe la suma bendición
en la forma de una mujer
más allá de toda creatura,
porque Dios fue hecho hombre
en la dulcísima y bienaventurada Virgen.
Ahora una puerta cerrada
Ahora una puerta cerrada
nos abrió
lo que la serpiente
cerró de golpe para una mujer.
Por ello brilla en la aurora
la flor de la Virgen María.
¡Cuán preciosa es la virginidad!
¡Cuán preciosa es la virginidad
de esta Virgen!
que tiene su puerta cerrada
y cuyas entrañas
la santa divinidad con su calor
penetró,
de modo que una flor en ella creció.
Y el Hijo de Dios
así como la aurora
por su pasaje secreto nació.
Por ello el dulce germen,
que es su Hijo
a través de la clausura de su vientre
abrió el paraíso.
Y el Hijo de Dios
así como la aurora
por su pasaje secreto nació.
La Caridad abunda
La Caridad
abunda en todas las cosas,
desde lo más profundo
hasta más allá de las estrellas,
la que más ama
todas las cosas, porque le dio el beso de la paz al sumo Rey.
Sed Diabolus
Sed diabolus in invidia sua
istud irrisit,
qua nulum opus Dei
intactum dimisit
Pero el diablo
Pero el diablo en su envidia
de sí mismo se burló,
porque ninguna obra de Dios
dejó intacta.
Sin embargo su relación con la Iglesia no siempre fue cordial, porque Hildegard no escondió su opinión crítica con la degradación de las costumbres y con la falta de compasión con los pobres, además de discrepar sobre aspectos fundamentales de la doctrina, como es el caso de la culpabilidad de Eva, sobre la que recaía todo el peso del pecado original y a quien Hildegard consideraba, por el contrario, una víctima engañada por el demonio, envidioso de su capacidad de procrear. Su conflicto con la jerarquía de la Iglesia alcanzó la cima cuando Hildegard y las monjas del convento de Rupertsburg dieron sepultura en el cementerio del convento a un joven revolucionario, que había estado excomulgado por el arzobispo. La abadesa se negó a desenterrarle e incluso hizo desaparecer cualquier rastro del entierro, para que nadie pudiese buscarle. Sostuvo que se había reconciliado con la Iglesia antes de morir. Los prelados de Maguncia, en ausencia del arzobispo Christian, que estaba en Roma, pusieron en entredicho al monasterio. Por él se prohibió el uso de las campanas, los instrumentos y los cantos en la vida y liturgia de Rupertsberg. Hildegarda se defendió escribiendo una carta de rico contenido doctrinal donde recogía el significado teológico de la música. Cuando regresó el arzobispo en marzo de 1179, se presentaron testigos que apoyaban la versión de Hildegarda y fue levantado el entredicho. A los pocos meses, el 17 de septiembre de 1179, a los ochenta y un años de edad murió Hildegarda. Las crónicas hagiográficas cuentan que a la hora de su muerte aparecieron dos arcos muy brillantes y de diferentes colores que formaban una cruz en el cielo.
Entre 1180 y 1190 el monje Teoderico de Echternach escribió la Vita (Vida) de Hildegarda, recogiendo pasajes autobiográficos que la monja había dejado y contado. Gregorio IXabrió el proceso de canonización en 1227, aunque no se concluyó. Fue reabierto por Inocencio IV en 1244, sin que tampoco en esta ocasión se llegase a concluir. Sin embargo, debido a la difusión de su culto se la inscribió en el Martirologio romanoincluyéndose además su nombre en algunas letanías; se extrajeron reliquias de su sepulcro; se celebró su fiesta litúrgica; se le atribuyeron milagros y sus representaciones pictóricas y escultóricas comenzaron a ser objeto de veneración.
Sus reliquias fueron conservadas en el convento de Rupertsberg hasta la destrucción de este en 1632, durante la Guerra de los Treinta Años. Entonces fueron llevadas a Colonia y después a Ebingen, donde se depositaron en la iglesia parroquial, donde aún reposan.
En 1940 se aprobó oficialmente su celebración para las iglesias locales. Con motivo del 800 aniversario de su muerte, Juan Pablo II se refirió a ella como profetisa y santa. De la misma manera, en 2006, el papa Benedicto XVI también se refirió a Hildegarda como santa y la encomió como una de las grandes mujeres de la cristiandad junto con Catalina de Siena, Teresa de Ávila y Teresa de Calcuta.
En diciembre de 2011, el papa Benedicto XVI anunció su decisión de otorgar a santa Hildegarda el título de “doctora de la Iglesia“.
El 7 de octubre de 2012, durante la misa de apertura del Sínodo de los obispos en la Basílica de San Pedro en Roma, se realizó la proclamación oficial por el cual se le concedió el título de «Doctora para la Iglesia Universal».
Hildegarda también es venerada por algunas de las Iglesias que conforman la Comunión anglicana, entre ellas la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia episcopal escocesa.
Hildegarda y su obra han generado una gran influencia en personas como la estudiosa española de la cultura y literatura medieval, filóloga, traductora y editora Victoria Cirlot quien dice :
“Hildegarda de Bingen constituyó para mí la puerta de entrada en la mística. […] [Ella] continúa siendo puerta abierta para estudios fundamentalmente comparativos, entre la Edad Media y el siglo XX, que permitan una mejor comprensión de la floración de las imágenes”
Enlaces de interés :
https://www.naturallibres.com/producto/vida-y-visiones-de-hildegard-von-bingen/
https://es.wikipedia.org/wiki/Hildegarda_de_Bingen