La poesía del origen
se canta a cielo abierto,
brota al golpe de las piedras
cuando la chispa incendia enciende las voces.
J.Santopietro
La mujer curandera
Una mujer se sueña una y otra vez en una tupida selva
sus sueños son truenos de
cristales de la piedra lumbre que
derrite la maldad en el comal.
Los sueños de la curación donde las plantas sagradas le anuncian
que el cuerpo está plagado de
animales invisibles.
Xochicuicatl tlen piltlahuiltzitzin
Pilteoxihuitzitzin motlatlah
cequin tlayohua quemman echcapatzin tlahuilli patlanihtihuallohuih tlen tlalli
ixcanelin quitlachpanah malhuilli
ininohhui campa nehnemizceh
naman piltlahuiltzitzin nemih pan xihuitl
Neca nouhquiya nimomahchahcoa
ica huitzli huan nimahezquiza.
Poema de las luciérnagas
Los brotes sagrados se incendian
algunas noches cuando las diminutas luces vuelan desde la tierra
las hormigas barren tiernamente los senderos por donde caminarán
ahora las pequeñas luciérnagas viven en la yerba
Allí también mis manos se espinan con astillas y sangran.
Xopantlan
Nimocehuihtoc xochitlan
ni tzintlayohua campa tlahuilli patlanih tlahtlayohua
nicnehnehuilia tlaahuetziliztli quiixhualtia pilteoxihuitztitzin
nouhquiya nitemiqui huanya nonanan:
inahnahualiz axnechmaca
huan poctli quentzin totonic tlen nechtlahtlania ma nicpopochhui itlacayo.
Zan cequin tonatiuh tlen cueciuhtoc ohtli
pan nochipan tzopelic huan yeccaquiztiliztli xochitlahtolli
totohuicaliztli tlen zanoc quichichilihuiltia elhuicatl:
cahuitl quemman tlahuilli calaqui tlen ni tlaltepactli.
Nguixó
Bosque de silencio:
los clavos nocturnos de la remembranza
donde nace la yerba:
se escucha un grillo en el intervalo de los tiempos
y descubro la tristeza aún sonriente.
Por el surco del armadillo resbala su voz el hombre
con sus pómulos de muerte alegre,
miro la profundidad del ojo como una cañada de rocas,
de raíces duras,
de historia de brujos.
Me encuentro yerba,
nervadura de hoja,
mortero donde se tritura el llanto,
fermento que se bebe de alegría.
Kalasasaya o las piedras erguidas
Aún las piedras erguidas de la soledad en esta pampa
el profundo aire que habita los pasillos
caras pétreas en un templo de paredes ocre mineral
Aún así extiendo los brazos a distancias que no puedo narrar
caigo sin ir cayendo por esta áspera cumbre
sostengo la hostil navaja en mi mano
(con la otra escucho el corazón y sus rugidos):
es ésta una tierra donde no nací
su desfile polvoriento no me importa
sus imperios restaurados del racismo inverso
me son indiferentes
(también con esa mano detengo las injurias que erosionan
mi boca cual deshielo triste de los Andes)
Aún la Chakana da el Sur y sus misterios:
esa cruz vencida un poco hacia la noche un poco hacia la nada
que no es lamento de mujeres en su borde
sino infinito resplandor entre los mundos
Jach’a Qhana:
nido de los cóndores que sobrevuelan la estepa lunar
fulgor incandescente que es rosa de los vientos y es cráter
Es éste el Altiplano donde no he vivido
me deleitan
sus dolientes cabecitas sobre el muro rojo
poso junto a cada rictus ajado por el alfarero esclavo
en todos los retratos
A distancias que no quiero mirar
las piedras verticales peregrinan con el más dócil cautivo
resplandece la estela en su simiente
vestida cual figura de andesita
(el águila la pluma el cóndor la vicuña)
Aún el fraile-monolito acicala sus cangrejos
(un poco gordo por los años dedos torcidos por artritis)
a veces llora en arenisca peces
y su agua colma cada gárgola
limpia las columnas abre la puerta al inicio temporal del Sol:
así de primavera el equinnocio.
Pero los dioses
que serenos observan las estrellas
espían el orbe con su oído colosal
(tímpano secreto entre las piedras)
y en tal estancia del subsuelo
mi voz resuena expandida y pesarosa:
es ésta una tierra donde no nací
su desfile polvoriento no me importa
sus imperios restaurados del racismo inverso
me son indiferentes.
Delivery
Un inmigrante corre en el techo de un vagón
el tren cruza el puente de Metlac a ciento
treintaiún msnm
un inmigrante hace malabares con su cuerpo
como si la cima del mundo avanzara
a la par de las montañas
todo sereno en el gran puente norteamericano
Quizá más tarde vengan
los retenes el chirrido de
las vías
pero ahora filma con su celular el bosque
nuboso
y las orquídeas negras que pasan en la
sucesión de imágenes De algún andamio proviene un sonido
lontananza los distingue semiatados a los fierros
los garífunas que bailan con sus hijos en el pecho
luego habitarán los desiertos en Texas
o las praderas húmedas del Bronx en el verano
Al centro del vagón
alguien inclina un dólar
este hombre lengua y figura ajada
su canto de árbol casi muerto
su voz eco en el vientre de este cántaro
(iba a encender fuego, pero mejor lía un cigarro
tabaco miel olor a trementina y orín)
Aunque ahora un inmigrante desafía la gravedad
en su euforia por llegar al Norte
después su cuerpo se hará recio para soportar
tormentas
repartir comida y regalos navideños
cuando los demás se refugien en la calefacción
lo llamarán deliveryy
su nombre lucirá en letras rojas
en cada entrada de los restaurantes
lo llamarán delivery mientras se equilibra en su
bicicleta
y el tren avanza
un inmigrante desafía la gravedad
brinca el desierto y luego el mar desde lo alto
del puente
balbucea un territorio lejano
que ni él mismo recuerda.
Guennda náabani sicarú
A Macario Matus y su espíritu zapoteco que va a todos lados.
Veo tu larga cabellera enredada en los listones
los peces con su piel de plata
al sol
parecen un espejo
de tus pómulos salientes,
recorres las calles
con tu cuerpo de flores hiladas
una tarde de calor
tan intrépido
igual que si buscaras a tientas en la oscuridad
tu primer rostro.
Veo desde aquí la orilla última del agua
y nuestra esperanza de remar
una vez más
sobre las piedras:
porque la belleza y la vida,
guennda náabani sicarú,
en un año como éste,
serán de buscarlas bajo las enramadas
o en las confines de nuestros recuerdos
Izcaltitla
Los hombres de la loma taciturna
se desvisten ante una fogata de sabiduría
sueltan en la oscuridad las formas
de un ojo lleno de costumbre
cada uno en la danza pega el cuerpo al corazón de la tierra,
pide al ave sus alas desplegadas,
desea los negros ojos del mapache
alguna vez seremos la mirada del nahual
que sobrevuela la barranca
y pariremos maíz por la boca
para arroparlo en el chisporroteo del brasero.
Izcaltitla
Tlakamej inon katej itech tleokoyal tepetl
moxijxipetsouaj ixpan tlikuil tlamatilistli
kikajkauaj ijtik tlapoyaual, tlachiualtij
nekaj se ixtololotl tentok ika ajsikamachilistli.
Sejsenmej, itech ijtotilistli kiuiteki inakayo itech yolotlal,
kitlajtlanilia tototl i ajasuan tlapotiuij,
kineki i ixtololouan tlilikej mapachin
kemantis tietoskej itlachialistli nahual
tlen majkoktinemi ik uarrankaj
iuan tikpiluaskej tleoli ijtik tokamak
pampa sektlakentis itech tliko tlikuisalotl.
De Se incendia la palabra, Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, México, 2009
Judith Santopietro (Córdoba,Veracruz, México, 28 de octubre de 1983). Poeta y escritora. Judith es maestra por la Universidad de Texas en Austin y ha hecho residencias de investigación en la Sierra de Zongolica y Tecomate (Veracruz), el Instituto de Estudios Latinoamericanos Teresa Lozano Long (Texas), la Universidad de Leiden (Países Bajos), y en Nueva York y Bolivia.
Se crió entre Ixhuatlán del Café y Boca del Monte, pueblos de las Altas Montañas a los que pertenece su familia y donde convivió con historias sobre nahuales, chaneques, mujeres voladoras y otros seres extraordinarios.
Escritora nómada, mujer de las ensoñaciones, cree en los mitos y en las leyendas. Su idioma materno es el español; sin embargo, ha aprendido Náhuatl por decisión política y para honrar a sus ancestras que soñaban y vivían en esta lengua.
Ha publicado los libros Palabras de Agua (Instituto Veracruzano de Cultura-Praxis, 2010) y Tiawanaku. Poemas de la Madre Coqa (Hanan Harawi Editores,2017) —primera versión en español—, además del ensayo “Migrantes nahuas celebran a Santiago Apóstol: un ejercicio de comunalidad en Nueva York” (Universidad Autónoma de Chiapas, 2017/ Leiden University Press, 2016). Ha publicado en el Anuario de Poesía Mexicana 2006 del Fondo de Cultura Económica, Rio Grande Review, La Jornada y The Brooklyn Rail, y también ha participado en numerosos festivales, incluyendo el World Voices Festival del PEN America en Nueva York, 2018.
Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Lázara Meldiú 2014 y fue finalista en el Premio Literario Internacional “Aura Estrada” 2017.
Enlaces de interés :
https://judithsantopietro.wixsite.com/judithsantopietro/copy-of-about
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