12 Poemas de María Antonieta Flores

Heredad

delgados hilos atados en mis dedos
flores secas prendidas entre los dientes
firmemente atada con cordones de palabras
para no escaparme de esta tierra
la muerte sacia su hambre mordisqueando mis cabellos
sobre el esternón
corre el hilo
el nombre que el tiempo grabó en el hueso
corre el hilo
en la pelvis
el nombre que el tiempo grabó en el hueso
estéril miro los campos
en la caverna vacía los vientos andan con furia
mis manos pretenden ser los velos que cubran tanto horror
la muerte unta su dedo con saliva y me acaricia
me pasa como a una de las páginas de su libro
de tapas rojas
la muerte me arrebata un íntimo espasmo
mientras se acerca a mis labios
y me pide silencio
pero la conjuro nombrando tu cuerpo

arañas rojas
nombrándote
en mis pies
el ardor de sus ponzoñas
dejándome

arañas rojas
que aman

laten los perros
de toda orfandad y hambre
de acercarse a la mesa
a por las migajas
y por las violencias
echados en la llaga cruda de sus silencios
todo lo miran
pasa frente a ellos el deseo
y corren atrás con ladridos
siempre sin alcanzar nada
corren por correr
anudados en su cuerpo
esperan que pase lo adverso

cuánta hambre cuánta sed cuánto frío
quita la mano y haz silencio

ya la muerte se ha marchado
escucha los huesos descabritarse
cuerpo cribado por tu cuerpo
ayuntado
reverberado por tu ritmo
pero déjalo aquietarse en el mudo espacio
donde nada puede nombrarse
donde el jadeo es un último resquicio
y un agradecimiento
quita la mano del tiempo
respira en mi boca
hazte sorbo en mis papilas

un día mi padre decidió morir

no recuerdo el día exacto
ni las palabras que dijo
pero lo supe en ese momento
había cerrado las puertas

para consumirse
alejado de cualquier visita
que es decir abrazo
que es decir palabra
o amor

escucho sus excusas
en silencio absoluto

extiendo mi mano como un deseo
que nada atrapa

a veces me detengo
por algo sutil que pasa

la muerte es un roce

tendidos de la memoria

coloqué un libro sobre otro
en una calle sin mirarlos
eran todo el tiempo que quedaba
los que amparaban del desprecio
del sonido y de la furia de estos tiempos
pero espacio debía a otras cosas
tendidos cuidadosos de lo perdido
golpes en el rostro para despertar
ante el sonido del ramaje que atraía el canto
pequeñas aves que de flores se alimentan
era así la orden en mis días
declinar invitaciones presuntuosas
seguir ajena a los juegos de la vanidad
que otros edifican en las palabras
o en sus juegos de salón
salones de cartón que el viento perdona
frivolidades de palabras ingeniosas
lejos del reposo que tengo atesorado
entre los huesos y la hilera de mis dientes
que no cesan de crujir en el descanso
pues la vigilia deja su semilla de maldad
inconsistencias de los días y de los aquellos
en el tiempo que de minutos a semanas se dilapida
pero siempre el rastro del olor
de un destino
con sabor
pasos
descalculados propósitos

me senté y escribí estas palabras
para encontrarme más cerca
de aquellos días cuando la respiración sobre mi cuello
era
de estos tiempos cuando aún acompasábamos el aliento

con la luz de los vitrales

no el odio
en esta tierra de exilio

avísole a los hierros que sostienen la balanza
y limpio los platos

coloco los sucesos con mesura
lo que de ellos queda

siempre traen sangre
la violencia que aborrezco

de naturaleza acuosa
sobrevivo

regreso a los lugares donde fui amada
tiempo extraordinario ya segado

(de temples, 2014)

cadencia del milagro

en esos asuntos
no te metas

puedes quemarte las manos

ya de por sí con cicatrices
en demasía arrugadas por la faena
por relieves de venas cruzadas

pero las manos han nacido para eso

para agarrar y soltar
sentir el frío o el calor
recibir el cuchillo imprudente
su cortadura
hacerse de callos
para luego rozar apretar sudar el deseo

hacer de ellas mismas un asunto
con sus huellas
que en el papel dejan marcas tintadas
para aquellos que interpretan sueños
o hacen fantasías con la niebla
o persiguen
y con gestos dibujan animales en la penumbra

se extienden para confiar

no te quemes por nadie te digo

pero quién detiene unas manos
que golpean una espalda convulsa en su tos
o apresuran los movimientos del placer
con impecable sabiduría
aquellas que no fallan sobre la tabla de cortar
o desgranan
y frotan sabores sobre una olla hirviente
hierbas de aromas que han cultivado
sin guantes
desnudas sobre la tierra
o apretadas sobre prendas blancas
que golpean en las piedras
soñando con la luz el amor
porque la historia de miles de años
cuajan en las manos
que hoy sostienen el relevo
porque ya es tiempo de abandonar los afanes
cruzarse en el pecho
y quizás sostener
fingidamente
un rosario o una rosa

sean de papel o pintadas de blanco
que no lleven quemaduras las manos
por tu exceso de confianza

míralas
son tuyas

y vendrán a cerrar ojos
lavar cuerpos rígidos
secar lágrimas
y
siempre siempre
acariciar

diérame con la piedra más blanca en los dientes
yo
triunfadora entre las todas
gallarda y grácil
bien ganada
diérame por inconforme
esta ganancia  de tenerte

en los filos me advierto
y saco la carta

mujer y con un libro
sacerdotisa

la más afortunada
lento me golpeo los dientes con la piedra

                              inédito, 1998

las grandes aflicciones

las palmeras 
cuanto más peso llevan
más alto ascienden

tú del orden de los tréboles
te extiendes sobre una tierra roja

al borde del camino
seco y flaco el rastro de un arbusto

la higuera

tu mano extendida bajo su sombra

en la otra tierra
los eucaliptos se mecen bajo el viento rojo

hoy te despiertas con certezas

la luz del amanecer te contradice
diez lirios abrirán hoy

regresas de días de lluvia

las palmas se han secado en tus jardines

ellos te expulsaron

un niño canta

el zumo dulce de la naranja se seca en tus labios
y apenas comienza el día

presentimiento

una mujer todo lo inventa
todo está en lo que escucha y no le dicen
en lo que ve y no mira
donde no está tu voz ni tus palabras
no está tu cuerpo ni tú

una mujer ha visto sentido escuchado
lo que allí no está       el rumor
de las alas            el incendio del alma

desde la nebulosa se inventa en lo inexistente

bajo tu aliento y tus palabras
abre los ojos
sólo está la quimera
un último desaliento en los rincones del sueño

levanta los velos
habla            nadie le cree
se arrodilla

te repite cuidadosa lo que le has dicho

lejos de esta realidad y de la tuya

una mujer te hace aparecer

soy fuerte me susurra
respiraste la malaria
el sonido de la sangre
el lado derecho del corazón recibe sangre
la bombea hacia los pulmones
el mundo tropical no es una fruta de pasión
es la fiebre que te llena de temblores
bajo su sombra el final se apresura
más rápido se regresa a la tierra
las palmas el caribe el azul
el reino de los insectos
los antepasados invencibles en el paisaje
algo no cesa de latir
el corazón trabaja mucho  

de los gozos del sueño,(2021, Oscar Todtmann Editores)

los cuchillos 

se levantaron
hundiéndose hiriendo

en una piedra de esperanza
que se ha desmoronado

desollaron sin cuidado y con destreza
cortaron para que no olvidara

tasajo me hicieron para el silencio

con mis manos detuve el filo
siempre dulce la palabra perdón

la fragua en mi mirada
el fuego en la piedra

nadie sabe cuánto tuve que aprender
para gritar
cuánto conquisté con sangre

los gozos del sueño

han llegado como espinas encendidas
para el fulgor de las noches

sólo aguardan el día que brota de los acantilados

porque todo es caminar entre la vigilia y el sueño
transcribir las señales
escuchar cada paso que se adentra en la incógnita de las alas

el vuelo suspendido en los límites del alba

allí empieza todo

somos la alborada
el canto que despliega un ave perdida en medio de la luz

así nacen los sueños
como las llamaradas

y sus brasas caen sobre mi cabeza
una y otra vez cada día

a veces cenizas otras veces candelas
con una palabra

para hacernos abrazos
es la dicha cavada en las líneas de mis manos 

a veces candelas otras veces cenizas
con el silencio

porque tú y yo estamos en los gozos

para secreta alegría

de los gozos del sueño (2021)

vigilia de la rapiña

ahí se quedarán los libros
para los saqueadores
las prendas que amaste
aquello que no usaste porque
era muy bello
las cajitas los aretes los anillos
para los saqueadores
la silla, la mesa y tus pañoletas
tus fotos y tus secretos
tus datos los archivos tus claves

todo será arrasado
no por el tiempo sino por la violencia

entonces volverás a morir otra vez
en el comienzo

de los gozos del sueño (2021)

María Antonieta Flores.( Caracas, Venezuela, 22 de junio de 1960). Poeta, escritora, editora, profesora universitaria jubilada. . Magister en Literatura Latinoamericana. Tempranamente se interesó en la literatura y en la escritura. En 1978, se gradúa de maestra. En 1986, de profesora en Literatura y Lengua Castellana en el Pedagógico de Caracas (actual Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL). Obtiene su título de magíster en Literatura Latinoamericana en 1993.

En 1987, entró a trabajar en el Instituto Universitario de Tecnología de la Región Capital Dr. Federico Rivero Palacio como profesora de la Cátedra de Lengua y Comunicación hasta diciembre de 2012, fecha en la que se jubila. Fue seleccionada para participar en el Taller de Poesía coordinado por Ida Gramcko durante el período 1989-1990, auspiciado por la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG). Entre 1994 y 2000, fue profesora invitada de la Maestría de Literatura Latinoamericana de la UPEL en sus sedes de Caracas, Maturín y Maracay.?

Ha publicado los poemarios: El señor de la muralla (1991), Canto de Cacería(1995. Premio de Poesía de la I Bienal de Literatura Municipal “Augusto Padrón” 1994), Presente que no en ausencias (1995), Agar (1996), criba de abril (1998), Los trabajos interminables (1998. Mención Premio Municipal de Literatura 1999), índigo (2001. Premio Único del Primer Concurso Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana), limaduras (2005),la voz de mis hermanas (2005, 2021), regresaba a las injurias (2009), madera de orilla (2013), temples (2014), deletérea (2015), las conductas discretas (Bogotá, 2020). Con Oscar Todtmann editores publica su más reciente poemario los gozos del sueño en 2021.

En ensayo, obtuvo el Premio Municipal de Literatura “Rafael Angel Insausti” mención Ensayo 1996 (Barinas) con Sophia y Mythos de la pasión amorosa editado en 1997 y ganó el Premio de la Mención Ensayo Literario de la IV Bienal de Literatura Mariano Picón Salas 1997 con Espiral sonora.Lectura de Ida Gramcko. Autora del monólogo Como una mariposa, estrenado en 2018. Recibió el Honor prizes (for complete work) Naji Naaman’s Literary Prizes 2016, otorgado por la Naji Naaman’s Foundation for Gratis Culture, de Líbano, por su trayectoria completa. Su poesía ha sido traducida al inglés, italiano, alemán, francés, portugués, rumano.

Ha sido, también, incluida en más de veinte antologías nacionales e internacionales, entre ellas, Rasgos comunes. Antología de la poesía venezolana del siglo XX (Pre-Textos, 2019). Ha participado como poeta invitada en distintos festivales y encuentros internacionales en Colombia, Brasil, Argentina, México, Romania, Austria, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Perú. Es la editora y fundadora de la revista de poesía digital el cautivo, creada en 2004.

Enlaces de interés :

El fuego transformador en los versos de María Antonieta Flores

https://letralia.com/entrevistas/2021/07/25/maria-antonieta-flores/

https://sellocultural.com/Maria-Antonieta-Flores-Supedite-mi-voluntad-al-poema

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