«La verdad es silenciosa e insoportable»
Inge Müller
Jetzt
Was läuft bin ich
Was fällt bin auch ich
Zerschunden heb ich mein Gesicht
Aus Kot und Erde
Immer wieder
Wer hilft mir
Wem helf ich?
So und immer wieder so.
Ich wir
Das Leben
Unser Gesicht
Erde Kot Licht
Solang der Muskel links sich so bewegt
Wind sich regt
Die Funken aus der Asche aufzuheben
Prometheus, Wunden und Grimassen, lebt.
Ahora
soy lo que está pasando
soy lo que cae
levanto mi rostro destrozado
de excrementos y tierra
una y otra vez
quien me ayuda ¿A
quién estoy ayudando?
una y otra vez.
Yo, nosotros
la vida
nuestro rostro. La
tierra excreta luz
mientras el músculo de la izquierda se mueva así. El
viento se agita
para recoger las chispas de las cenizas
Prometeo, heridas y muecas, vive.

Mi madre no me quería tener
Prefería un hijo
pero llegué yo
y a mi hermano aún no lo habían enterrado.
Alemania, madre vieja
quería un hijo
pero llegaron uno y –
mil cañones en lugar de manteca.
Fritz y Krupp y Karl, el fuerte
sagrada nación
sí, ya lo sabemos
es nuestra tierra y nuestra marca distintiva.
Y el mundo se rompió en pedazos
Alemania, un pedazo de él
pedazo de nación
favorita cuando se habla de mortandad.
Nuestros pensadores y poetas
tuvieron que irse
la madre permaneció de pie frente a la lápida
en el embudo de Nuremberg.
Mi madre no me quería tener
yo tampoco la quise
por eso no tuve rostro
hasta que me enterraron.

Unterm Schutt III
Als ich Wasser holte fiel ein Haus auf mich
Wir haben das Haus getragen
Der vergessene Hund und ich
Fragt mich nicht wie
Ich erinnere mich nicht
Fragt den Hund wie.
Bajo los escombros III
Cuando iba a buscar agua un edificio se derrumbó
sobre mí
el perro abandonado y yo
cargamos la casa.
No me pregunten cómo
no recuerdo
Pregúntenle al perro.

Pregunta
Yo también estuve en prisión
tres días en el sótano
por desmoralizar a las tropas
no quise aceptar la Cruz de Hierro
(Otorgada por la suprema solapa)
por algo sobrentendido
no quise
dejar agonizar heridos y moribundos
no quise la cruz
y todavía cargo el peso.
En el sótano
quise escribir
encontrar colores
entender palabras
Amar
Ver
seguir andando.
¿Pero quién
está detrás de mí?

A los 33 yo era una niña creyente
Mis padres eran buenos y trabajadores
Me hice adulta a los 39
cuando estalló la guerra.
Oí esto y aquello
contra Hitler y después a favor de Stalin
vi: que este hizo eso y este lo dejó
cuando eso se hizo cargo de él.
Tuve mi primer amor cuando estalló la guerra
y cuando se marchó al frente
lloré. Yo era una cosa tonta
Un ser inferior en relación a la nación.
Antes de caer regresó a mí
totalmente destrozado por el crimen
no supe nada mejor que decirle: ven quédate aquí
felices nunca hemos sido.
En el 45 todo el mundo era anciano
yo no quería vivir y tampoco morir
vi la herencia sin herencias
y la movilización fue el precio.
Porque tuve que marcharme me fui
busqué una razón
y pensé en los árboles del parque
y en sus labios suaves.
Bombas y cañones
me enseñaron a tener paciencia
a considerar a los que sangran
a pensar: qué significa la culpa.

Te dejé anoche
Te dejé anoche
Por un tiempo largo -tengo la sensación, para siempre.
La mañana era un cuarto gris.
Y cuándo saliste las calles estaban llenas de humo.

Amor 45
Ellos no tenían casa
Ellos no tenían cama
Se amaron afuera, frente a la puerta
Detrás de ellos, la ciudad murió en el bombardeo
Roja, por encima del humo, salió la Luna.

Fallada 45
Iba un caballo tirado del carro
por las calles reventadas,
el cochero yacía muerto
y el carro ardía en llamas.
Echó a correr el caballo y la gente gritó:
¡Eh! Ahí va un caballo, ¡agarradlo!
.
Aún no había acabado el tiroteo,
salieron de los sótanos a rastras
con cuchillos y con hachas.
El caballo cayó envuelto en la humareda.
A por el.¡Duro con El caballo!
Hambrientos las tripas le rasgaron,
el caballo todavia respiraba.
.
El hambre hizo olvidar tanto alarido,
bien sabían que no había vuelta atrás.
A tres los destrozó la ultima granada,
y entre dos se llevaron la mitad
del caballo a casa más al llegar
ya no había casa.
.
Alguien dijo: La guerra ha terminado.
Nota: “Fallada» es el nombre de un caballo mágico de un cuento recopilado por los hermanos Grimm.
Traducción Elena Martinez Rubio

El búnker
Contaban la munición
disparaban
porque tenían orden de disparar.
Sentados sobre sacos de polvo,
con el cigarro en la boca
se pusieron a reflexionar
sobre la inmortalidad del cangrejo.
Antes de que terminaran de reflexionar
se levantó uno y encendió la mecha.
Entre los restos hallaron piedras, huesos
y una libreta de notas
era de uno que había reflexionado.

A los intelectuales de izquierda
Oye, Hércules, deja caer la carga
O divídete entre setecientos
Muere antes de que los buitres te devoren
No esperes más.
Aquellos que ahí lloran lágrimas amargas
Están enterrados hace mucho tiempo
Los que todavía tienen lágrimas
No somos ni tú ni yo.
Oye, Hércules, quítate los músculos
La cabeza
Deja que la arena sea arena
Ponte de pie, toma el bastón.
Camina
Busca
El poder no se reconoce
Tan rápido.
El cadáver
Hércules, es inteligente y maravilloso.
¿Quién recoge la suciedad?
¿Acaso ustedes?

Máscaras
Me resisto a llevar máscaras
me busco a mí misma
no quiero que ustedes me imiten
busco nuestro rostro
desnudo y cambiante.
Ni las lágrimas ni el tiempo
nos quitan las larvas
ningún fuego ningún Dios
nosotros mismos
nos llevamos a la tumba

Los he visto: hombres
Sin Dios.
A su suerte
y en silencio.
Yo ya no existiré.
Será mucho
si se acuerdan.
Aunque no será literatura
De : Wenn ich schon sterben muss («Si tengo que morir…»)

Inge Ursula Elsa Meyer, Inge Müller (Berlín , Alemania, 13 de marzo de 1925 – Berlín, 1 de junio de 1966). Poeta, soldado, Trümmerfrau y escritora . Autora de libros infantiles, obras radiofónicas, piezas de teatro y de una novela inconclusa,Yo, Jonás.
Estudia comercio en un tiempo en que sólo el diez por ciento de las mujeres lo hacían .
Su primer matrimonio con Kurt Loose duró muy poco pero tuvieron un hijo. Ya en 1948, se casó con Herbert Schwenker, gestor del Friedrichstadt-Palast y más tarde un miembro importante de Zirkus Busch, se hizo miembro del Partido socialista unificado alemán (SED) .
En el año 1945 Inge fue llamada por las Fuerzas Armadas Alemanas para trabajar como ayudante en las Fuerzas Aéreas; recibe el uniforme color gris campaña (Feldgrau) con la insignia de la esvástica. En el frente, tan agresivo como indignante, toca a ratos el acordeón. Intenta escapar en repetidas oportunidades, pero es detenida.
En abril de 1945, despues de un bombardeo aéreo a Berlín, Inge quedó sepultada durante tres días bajo los escombros, junto a un perro. Camino a casa encuentra el edificio donde vivian sus padres también destruido y en el sótano yacen los cadáveres de sus progenitores y de algunos vecinos. Ella misma les levanta y les lleva al cementerio en una carretilla. Este traumático acontecimiento marcó su vida entera. Durante la Segunda Guerra Mundial, participó en el Reichsarbeitsdienst en diferentes localidades de Estiria hasta que fue enviada a Berlín como ayudante de la Luftwaffe.
En la postguerra, trabajó como secretaria periodista y corresponsal, de las Trümmerfrauen, (literalmente mujeres de los escombros, fueron las mujeres que, tras la II Guerra Mundial, se dedicaron a limpiar y a reconstruir las ciudades alemanas y austriacas mediante la reutilización de los escombros de los edificios bombardeados).
En otoño de 1953, conoció a Heiner Müller y pronto se mudó a un apartamento con él ; se casaron en 1955. La pareja, que llegó a ganarse la vida como escritores freelance, trabajó en dramas radiofónicos y teatrales.
Heiner e Inge escriben por lo menos dos piezas de teatro a cuatro manos Der Lohndrücker y Die Korrektur por las que, en 1959, obtienen el Premio Heinrich Mann. Sin embargo, el nombre de Inge Müller no aparece en los créditos de la obra. Tal omisión se repite en otros textos que conciben juntos.
Mientras Heiner Müller insiste en la adaptación estética de las obras, Inge Müller se rebela contra la censura del Estado y se resiste a obedecer los mandatos políticos del creciente socialismo de la República Democrática Alemana. La pareja se separa progresivamente.
Inge cada vez mas aquejada de depresiones y problemas psicosomáticos intentó quitarse la vida varias veces hasta que lo consiguió el 1 de junio de 1966. Tenía 41 años.
La mayoría de sus poemas fueron escritos entre 1961 y 1966, en un momento en que Inge Müller veía cada vez menos oportunidades para hacerlo. En un lenguaje y gestos sencillos y precisos, los poemas describen las experiencias insuperables de su generación: la culpa y el sufrimiento de la guerra y la posguerra, así como las esperanzas frustradas de una «nueva era» y «nuevas personas» como la RDA prometió inicialmente de manera creíble para Inge Müller.
Durante su vida, sin embargo, sus poemas ni siquiera fueron reconocidos por Heiner Müller. Se la consideraba autora de libros infantiles y empleada de su marido, quien luego negó el valor y alcance de su colaboración. Sin embargo, su expulsión de la asociación de escritores y de la vida cultural de la RDA en 1961 la golpeó duramente. “¿Cómo no hacer poemas?” Esta pregunta fue el último y desesperado intento de Inge Müller por superar su creciente aislamiento como persona y mujer que veía y quería ver.
En vida casi no pudo publicar poesía, sobre todo lo hizo en la antología In diesem besseren Land.
Se editó póstumamente un poemario, pero su obra pasó rápidamente al olvido porque el suicidio no cuadraba con la política de Alemania Oriental y además Heiner reclamaba la autoría de muchas de sus colaboraciones.
«La verdad es silenciosa e insoportable», dijo Inge Müller en el delgado volumen de poesía If I Must Die, que se publicó en Alemania Oriental en 1985, casi veinte años después de su suicidio.
En la actualidad sus archivos se encuentran en la Academia de las Artes de Berlín.
Obra :
Wölfchen Ungestüm (1955)
Zehn Jungen und ein Fischerdorf (1958)
Die Weiberbrigade
Auf dem Wege
Ich Jona.
Der Lohndrücker (1956)
Die Umsiedlerin (1956)
Die Korrektur (1957)
Klettwitzer Bericht (1958
Unterwegs (1963)
Poesiealbum (1976), póstumo.
Wenn ich schon sterben muß (1985), póstumo.
En España se publicó la antología ¡Que no me asfixie de hacer tanto silencio! con traducción de Geraldine Gutiérrez-Wienken, Editorial Llantén (2021)