Varsovia
I
Es para mí una gracia inesperada
que tu optimismo no pusiera veto
al pesimismo audaz de mi soneto,
chispa en el aire de mi pluma espada.
Es tu optimismo tradición forjada
con libertades y al honor respeto
mas tú y yo conocemos el secreto
de decir: «por aquí no pasó nada».
De una guerra infernal las ondas rojas
de una revolución, que huyas o acojas
nos arrastran, nos llevan al abismo.
Hay que saber perder, solo quien sabe
mirando al cielo conducir su nave,
la salvará quizás, del cataclismo.
II
Hay que saber perder y hemos perdido
una generación de tal grandeza
que es un milagro porque en ella empieza
del profeta el milagro prometido.
Sin armas, pan ni luz han combatido,
fue hospital cada hogar y fortaleza
y nación en fuego y sangre la proeza
que el pasado jamás ha conocido.
La palabra no puede definirla,
hay que sangrar con ella, hay que sentirla
vivir, luchar, morir, vencer en vano
y ver que en cada tumba cada aurora
la Madre que con tantas madres llora
pone una cruz, de luz, su triste mano.
III
Gloria al hecho inmortal de esas legiones
que a Polonia en Varsovia defendieron,
que las cadenas bárbaras rompieron
cantando al pelear sus oraciones.
Nuestras son sus divinas ilusiones,
nuestro cuanto ganaron y perdieron,
mártires, que al partir nos ofrecieron
su corazón a nuestros corazones.
Hoy el triunfo de al ayer es diferente.
Hay que virilizar y unir el frente
y desarmar la pérfida anarquía,
forjar con nuevos hombres nuestra historia
y en paz o por la fuerza, la victoria
la inviolable, ancestral Soberanía.
Ante Cristo Rojo
Adonde quiera que la planta pongas
la tierra se abrirá,
y las chispas del antro inextinguible
tus pies abrasarán.
En donde poses la nublada frente
de víboras el nido encontrarás,
que a tu cuello, tus manos y tu pecho
se enroscarán.
Si en los bosques te ocultas perseguido,
un rayo la arboleda incendiará
y las llamas, buscándote enemigas,
tus ojos cegarán.
La hembra que te sigue, abandonándote,
a la traición te herirá.
y los míseros hijos que tuvisteis
tu sangre beberán.
El fallo va a cumplirse inexorable,
la maldición perpetua de Jehová…
Polvo del polvo tórnese tu cuerpo;
entre tu alma en la negra eternidad.
Cúmplase la sentencia inexorable,
devora el fuego hermano de Satán…
Cúmplese la sentencia cada día;
los malos mueren ¡y persiste el mal!
Anhelo
Seguid la carretera que tendida
entre prados está
como inmenso reptil de fina escama
parado a descansar,
y una plaza, antesala de una aldea,
por fin encontraréis
donde la vieja iglesia está orgullosa
de su misma vejez.
Y allí donde agrupadas las acacias
al declinar el sol
parecen los guardianes que se estrechan
para velar mejor;
allí donde las brumas misteriosas
flotan entre la luz;
donde corta el escueto campanario
el horizonte azul;
allí donde las negras cordilleras
parecen a mi afán
negras perlas formando de los valles
el sombrío collar,
está la pobre aldea que idolatro
porque en ella nací,
cuando el otoño descolora impío
de la selva el matiz.
Mi hogar perdido en la olvidada aldea
contemplad con amor
y en su iglesia rezad, que allí he rezado
mi primera oración.
¡Mi aldea! Quiero verla, quiero sola
sus playas recorrer
y aspirar en sus auras nueva vida,
la vida de la fe.
¡Llevadme, por favor! Busco armonías
que solo encuentro allí,
secreto de sus noches y sus olas
que cantan al gemir.
Quiero, Galicia, en tu adorado seno
mi tristeza cantar,
tú, que vives, cual yo, desventurada,
tú me comprenderás.
Quiero en tus soledades dar al mundo
mi postrimer adiós…
y en tu iglesia rezar entre mis lágrimas
mi postrera oración.
Llegaba vencedor pero enojado…
I
Llegaba vencedor pero enojado
de España por la terca rebeldía
Somosierra a su espalda se veía
y ante él Madrid, en pleno sol, dorado.
Su anteojo militar quedó enfocado
sobre Madrid. Miró, se sonreía
y un lejano rodar de artillería
sonaba como un trueno prolongado.
Le rodeaban aquellos oficiales
que su capricho hiciera mariscales.
El sol iluminaba el campamento.
Montó premioso en su corcel de guerra
y un «hurra» largo resonó en la Sierra
cárdena en el azul del firmamento.
II
Frío el mirar, la voluntad ardiente
bebía el aire en ráfagas de gloria,
que volvía radiante a su memoria
fundida con el sol de occidente.
Cual si tuviera al enemigo enfrente
raudo lanzose en pos de la victoria
que marcando otra época en la historia
rendiría a sus pies el continente.
El tricornio en la testa parecía
un ave negra, que a clavar venía
su garra del caudillo en las entrañas.
Y el gris capote en la veloz carrera
semejaba un pedazo de bandera
perdido en las ibéricas montañas.
III
Y dicen, que la noche era venida
cuando el César insomne en su cuidado
quiso ver el Alcázar enclavado
en la corte tomada y no vencida.
-Vivís mejor que yo. -No es esto vida-
repuso el rey José. -No soy soldado.
A vuestro honor el trono he confiado
de España, que deseo sometida.
Y el palacio real, que a los Borbones
viera huir al tronar de los cañones,
del rey intruso escucha las querellas.
Pálido Napoleón no le escuchaba
mirando el horizonte, que negreaba
bajo la eternidad de las estrellas.
IV
Y Napoleón de cara a la llanura
marcha de prisa, taciturno el ceño,
en dominar España está su empeño.
Y arde España en guerrillas y conjuras.
-País de quijotescas aventuras
te rendirás y yo seré tu dueño.
Y a Rusia ahora a realizar el sueño
de conquistas asiáticas futuras.
Arde el polvo, es acecho cada rama,
es cada piedra de la hoguera llama
que invade pueblos, mar y tierra.
El César adelanta sin cuidado
y el genio de Castilla va a su lado
por arma el bravo grito: «¡Guerra, guerra!»
V
Del bien y el mal él conoció la ciencia,
que cultivó sagaz, frío, consciente
y fue en la lucha alguna vez clemente,
sin que su alma sintiera la clemencia.
Su gloria ennoblecía su presencia.
Y los tronos caídos por sus manos
triunfante se los daba a los hermanos,
olvidada en la gloria la conciencia.
Codició más que amó. De Josefina
amó el rango, el amor, la gracia femenina
y a la princesa la compró su espada.
No emperador, vencido lo prefiero,
y sus años de mártir prisionero
dan a su muerte excelsitud sagrada.
El búho
Del juvenil ramaje de la huerta
las palomas su vuelo han levantado,
un búho en el pinar se ha recatado
ciego, que ya el crepúsculo despierta.
El caballejo con mirada alerta
para la noria, el cuco se ha callado,
una gata se esconde en el tejado
y un can aulla tras cerrada puerta.
Silencio. Pasa un hombre lentamente
baja la testa, el capuchón caído
cual si buscara en torno algo perdido.
Y el buho se lanzó del hombre enfrente
el disco de sus ojos encendido…
Y está la luna de la noche ausente.
Gota de agua
Gota de agua es la lágrima brillante
que, al nacer, en los ojos se evapora;
gota de agua es la perla de rocío
que nace y muere en la mañana hermosa.
.
Gota de agua también es la perpetua
gota que filtra y que la piedra horada,
secreto de las rocas de granito,
caliza filtración de la montaña.
.
¡Gotas de agua las dos! mas cuán distinta
es la que nace y muere en un momento
de aquella que, entre rocas serpeando,
se petrifica y desafía al tiempo.
.
Así también del alma soñadora
brotan, a veces, fugitivas lagrimas
que mueren a la luz de una sonrisa
que evapora el calor de una esperanza.
.
Y otras veces hay lágrimas que brotan
y dejan en el alma ,para siempre
estalactitas de dolor profundo
que el tiempo agranda, y jamas perecen.
Te reconozco aunque llegas recatada
Te reconozco, aunque llegas recatada
de la ilusión amiga con el manto,
porque, a través de ese fingido encanto,
tu faz miro de sombras coronada.
Te ve el hombre al nacer, por ti olvidada
no hay existencia; en horas de quebranto
quién en tu pecho no vertió su llanto!
dónde irás, que no seas esperada!
En la infancia te hallé por vez primera,
y ya en la juventud, contigo vino
a brindarme su luz la primavera…
Tristeza, pues que a ti me unió el destino,
pon tu mano en la mía, compañera,
y sigamos el resto del camino.
Poesía del destierro
Cuando dejé mi Patria llevaba la quimera
del amor y del triunfo cual musa compañera
y allá en las soledades de la nieve murió…
Pero de su alba forma vi surgir florecida
La verdad —la experiencia— que es la voz de la vida,
Y ella fue quien a España viva me reveló.
Quiero Galicia en tu adorado seno…
Quiero, Galicia, en tu adorado seno
mi tristeza cantar,
tú que vives cual yo desventurada,
tú me comprenderás.
Sofía Guadalupe Pérez Casanova (Almeiras , Galicia, España, 30 de septiembre de 1861-Poznan, Polonia, 16 de enero de 1958). Poeta, escritora y periodista, fue la primera española corresponsal de guerra permanente en un país extranjero.
Hija natural de Rosa Casanova Estomper y de Vicente Pérez Eguía, litógrafo, que se casaron dos años después de su nacimiento.Tras el nacimiento del tercer hijo, su padre abandonó a la familia dejándoles sin recursos, para sobrevivir vivieron con los abuelos maternos en Almeiras y posteriormente se trasladaron todos juntos a Madrid, donde Sofia prosiguió sus estudios y empezó a estudiar poesía y declamación, allí conoció a Blanca de los Ríos y se hicieron amigas.
Sofía fué protegida del famoso poeta asturiano Ramón de Campoamor, posteriormente, también gozaría de la protección del que, más tarde, sería nombrado conde de Andino y tutor del rey Alfonso XIII. Éste, junto con el marqués de Valmar, cuñado del Duque de Rivas, célebre escritor romántico, la introdujeron en la Corte de Alfonso XII, donde se solían organizar veladas poeticas, y la ayudó a publicar algunos de sus poemas en publicaciones madrileñas.
Parece ser que el rey le llegó a tener en tanta estima que en 1886 fué quien sufragó la publicación de su primer poemario “ Poesías”. Es posible que eso le abriera el camino para conocer a otros intelectuales de su época, tales como Bernard Shaw o Emilia Pardo Bazán y Zorrilla, entre otros.
También participaba en algunas tertulias literarias, donde se relacionó con escritores del momento. Con sólo 20 años ya era una poeta conocida .
Campoamor le presentó a un diplomático y filósofo polaco, recién llegado a Madrid, llamado Wincenty Lutoslawski con quien se casó en marzo de 1887, (tuvieron cuatro hijas). Posteriormente, se fueron a vivir a una ciudad del norte de Polonia por entonces territorio del Imperio Ruso. La labor diplomática de su marido le obliga a trasladarse frecuentemente de unos países a otros, este hecho le facilita a Sofía el aprendizaje de idiomas, llegó a hablar ocho . En esos viajes conoció personajes tan importantes como Marie Curie o Tolstoi. En 1896 la familia se traslada a Madrid y a Galicia donde Sofía contrató a una asistenta, Pepa Lopez Calvo, para ayudarle en la crianza de sus hijas y que se convirtió en su amiga y confidente para el resto de su vida. En 1905 Sofía ,harta de su marido, infiel y misógino se traslada a España. Separada de su marido, decide instalarse en Madrid donde realiza colaboraciones para varios periódicos y mantiene una intensa actividad social, pronunciando conferencias y colaborando en diversas obras sociales.
En 1906 fue elegida miembro de la Real Academia Gallega. El 12 de marzo de 1913, Benito Perez Galdos estrena en el teatro Español de Madrid la primera obra dramática de Sofia Casanova, La Madeja, aunque no tuvo éxito, según crónicas de la época por la pésima interpretación de la actriz protagonista.
En uno de sus viajes a Polonia, donde vivían sus hijas, estalló la Primera Guerra Mundial, y en 1915 el avance de los alemanes las obliga a huir de Polonia y se instalan en San Petersburgo. Desde allí sigue enviando crónicas. En 1917 le toca vivir la Revolución Rusa y durante la insurrección popular del 3 de julio, Sofía recibe un golpe accidental en los ojos, las consecuencias de este accidente fueron nefastas ya que a no logró volver a ver bien, pero no dejó nunca de escribir.
En 1918 Polonia consigue la independencia y Sofía deja Rusia y regresa a Polonia.Entre 1920 y 1930 realiza muchas visitas a España donde recibe numerosos homenajes y es reconocida como una heroína y en 1925 le conceden la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia de Alfonso XIII por su colaboración con la Cruz Roja durante la 1ª Guerra Mundial; incluso ese mismo año se baraja su nombre como candidata al premio Nóbel de Literatura y quien lo gana es su amigo George Bernard Shaw.
En 1939 le sorprende de nuevo la guerra en Polonia, esta vez es la Segunda Guerra Mundial y cuando los nazis ocupan el territorio polaco se ve obligada a huir a una aldea con una de sus hijas y sus nietos aunque la intercesión del embajador de España en Berlín le permitió vivir con cierta seguridad en medio de la barbarie. Escribe poemas donde narra la situación de los judíos, ABC le prohibe hablar mal de los alemanes y es obligada a cortar la comunicación con el periódico. En Polonia le exigen elegir nacionalidad y tiene que renunciar a la española.
En su trabajo periodistico destacó el perfil humano de sus crónicas como corresponsal de ABC en las que narraba el sufrimiento de la población civil durante las guerras que cubrió, a las que se añadía el valor literario. Su actividad por toda Europa le permitió vivir acontecimientos como la lucha de las sufragistas en Inglaterra, relacionándose con las mas importantes de ellas, el desarrollo del sindicalismo, la formación del Partido Bolchevique en la Rusia zarista, cubrió la Gran Guerra, la Semana Trágica de Barcelona, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la persecución de los judíos por el régimen nazi en el gueto de Varsovia. Ademas de para ABC colaboró en otros periódicos como La Época, El Liberal, El Imparcial de Madrid, la revista Galicia, en otras publicaciones gallegas y en prensa internacional, como la Gazeta Polska y el New York Times. De especial relevancia son sus crónicas desde San Petersburgo y su entrevista al líder bolchevique Trotski, documento periodístico y literario imprescindible. Trabajó como enfermera voluntaria con los combatientes moribundos de la Primera Guerra Mundial. De convicciones católicas y monárquicas en la guerra civil española incluso, en 1938, viaja a Burgos, invitada por Franco, donde se entrevista con él y da unas charlas, apoyando al bando nacional.
En 1952 fué nombrada Académica de Honor por la Real Academia Gallega.
Su producción literaria, de narrativa, poesía y teatro fue muy prolífica. Incluyen cuatro colecciones de poesía, cinco novelas, ocho novelas cortas, relatos cortos, una obra de teatro, un libro infantil y ocho volúmenes de comentarios sociales, culturales y políticos; como periodista escribió casi un millar de artículos en publicaciones gallegas, españolas, hispanoamericanas y polacas. Impartió numerosas conferencias sobre la situación de la mujer y relaciones internacionales, tanto en España como en Polonia, tradujo obras clásicas del polaco y del ruso al castellano. Sus obras han sido traducidas al polaco, al sueco, al francés y al italiano.
Dicen sus biografas que Sofía fué molesta tanto para los conservadores como para los progresistas, por su lealtad en contar la verdad de lo que veía.Nuncase subordinó a nada ni a nadie, siempre valiente, honesta y fiel a si misma.
Siguió viviendo con sus hijas en Polonia, hasta el día de su muerte, la cual se produjo, el 16 de enero de 1958, en la ciudad polaca de Poznan, tenia 96 años. Aunque estaba casi ciega, siguió escribiendo hasta el final ayudada por sus nietos . No vio cumplido su deseo de acabar sus días en España.
Mucho tiempo olvidada, fué su biógrafa, Rosario Martínez (ex profesora del IES SOFÍA CASANOVA), quien por así decirlo la redescubrió, con un libro que publicó en 1999.
¿Por qué esta mujer ha permanecido en el olvido y es casi una desconocida en España?
Buena pregunta…
Sofía Casanova en la Revolución Rusa de 1917
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