X A N A T
Asida brevemente a la tierra fecunda
dedos —raíces blancas— que reciben la vida,
sube y trepa graciosa por la rama escogida
del arbusto amoroso que en el trópico abunda.
Florece con ebúrneos capullos de jocunda
albura de corolas de castidad serena,
con placidez de nácar y olor de azucena
al campo verde-obscuro con el perfume inunda.
Caen los pétalos blancos y surge el fruto verde
—filtro de encantamiento cuya virtud no pierde—
hasta que manos indias lo cortan en ritual.
Después, el sol transforma su vegetal venero,
ya negra se convierte en rico pebetero
que se ofrenda en aliento misterioso y sensual.

El niño lucero
La luna está acariciando
en su regazo de plata
al lucero de la tarde
como en luminosa hamaca…
-Dame un beso mi lucero-
le dice la luna clara
y el lucero, que es su niño
le besa manos y cara.
Madre del lucero, ella
todas las tardes lo manda
que cuando el sol se retire
se asome por la ventana.
Madre luna, que bonito
es este collar de ágatas
que te pones por las noches
sobre tu cuello de garza…!
-Este collar que me dices
lo recogí una mañana
cuando bajaba a la mar
para bañarme en la playa-.
La luna lleva un vestido
todo de camelias blancas,
sus zapatitos tejidos
con hilos de mil arañas.
Una cofia de crespones
con chaquiras de esmeralda,
son luciérnagas dormidas
en su cabellera larga…
¡Ay, la luna que acaricia
en su regazo de plata
a su lucerito niño
en el amor de su hamaca…!
¡Ay, el lucerito claro
que tiene madre tan blanca
y le permite asomarse
a veces por la ventana…!
Lucero y luna han llegado
arriba de la montaña,
allí, en alcoba de sombras
tiende la luna su cama.
Y ya se cierran las puertas
de la noche sosegada
los párpados del lucero
cierran su carne de nácar.
-Madre, yo quiero dormir
en el amor de tu hamaca-.
La luna alarga los brazos,
llenos de camelias blancas…
y…allá en el oriente empiezan
las alondras su cantata.

V o l a d o r
Danza de los cuatro vientos, danza loca
como una ave de raro colorido
se abre el reto a la muerte, ennoblecido
por el rictus del indio que la invoca.
Vértigo de infinito le provoca
el cielo majestuoso, conmovido
por el valor humano que ha subido
más allá de la cumbre y de la roca.
Indio, Señor del aire, el gavilán
envidia la destreza de tu fuerza
hacia los cuatro rumbos esparcida. . .
Sigue la danza loca, Taracuán
sigue la danza ebria de belleza
por todos los caminos de la vida.
Poema Inspirado en la danza ritual prehispánica, actualmente conocida como los voladores de Papantla.En 2009, este ritual fue inscrito por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Pozos de mi ciudad, que repitieron
su milagro en cristal claro y licuado,
el Pozo de la Cruz iluminado
por las fiestas de mayo que se fueron.
El Pozo del Pintor, donde surgieron
las canciones del barrio enamorado,
y el Pozo del Cuxapo, adornado
de trinos que en las ramas florecieron.
El Pozo del Ubero. . . viejo pozo,
el del Naranjo en secular reposo
a la sombra amorosa de la higuera. . .
La Pahuita, el San Juan, páginas bellas
y el de la Garza que cautiva estrellas
si llora su garrucha plañidera.

E n v í o
Mi corazón es tuyo. Mi poesía.
Esta pequeña vibración humana,
mi verso que en tu nombre se engalana
con tu viejo prestigio y tu hidalguía. .
Nací para cantarte, ciudad mía,
sólo de ti mis sueños recibieron
el mensaje del arte, que sintieron
mis células latir, que florecía. . .
Tal vez no vuelva a derramar la pluma
que quisiera platearse con tu luna
en último soneto intrascendente. . .
Y solamente tú, ciudad querida
guardarás estos cantos de mi vida
que te entrega mi lírica ferviente.

Tajin
Con su verdad de piedra viva
escrita con la fuerza de otros tiempos
alza el Tajin su vieja voz de cumbres
más allá del silencio.
.
Unas horas de luz en el quedaron
como en la paz de un templo.
Luminosa montaña es su nombre,
y toda ella palabra del pasado
flor del revés caído en el mito selvático.
.
Tajin; yo soy tu raza
y por tu raza vengo
con la voz que callo sobre mis labios
con la palabra que brotá la sangre
con el primer día de tus anales.
.
Con tu roca soberbia
dices tu mismo tu elegia
enhebrada en la noche de los siglos
ruda y bella expresión que resucita
en el códice oculto de tus ritos.
.
Tajing; esa luz geroglifica
abrirá alguna vez su luna nueva
germinaré tu fuero de montaña
asombrando a la vida,
triunfando del pasado.
.
El caracol arrancará el silencio
cóncavo de los ciclos su eco milenario
y por los cuatro rumbos cardinales
se sabrá tu verdad petrificada.
.
.
Yo soy tu raza, y por tu raza vengo
con los tres corazones de tus clanes
en la palpitación de mi poema
.
Conto la flor del vendaval sellada
de prestigios, sinforizada de alboradas,
y por tu raza vengo
con irízado colibrí en las manos,
color en madrígal de argentería,
como Joyel con alas.
.
Tu realidad se eleva
en la altivez de tu mirada muerta
en la callada angustia de tus días
llovidos de distancias.
.
Mi canción conturbada
por la vieja emoción que es siempre nueva
es la oración del Indio
al aromarse al cielo las estrellas
es la oración del Indio
con su mirada de añorar tranquila
con su estoica y vertical presencia.
.
Fuiste, eres y serás
sabiduria esencial
no alegórica piedra solamente.

María de la Luz Lafarja Urrutia, Lázara Meldiú, (Papantla, Veracruz, México, 9 de enero de 1902 – Ciudad de México, 4 de mayo de 1884). Poeta, sindicalista, editora y feminista pionera en la lucha feminista de la primera parte del siglo XX en México.
Hija de Julia Urrutia y de Juan Lafarja. Tuvo por hermanos a Manuela, Juan, Rosa y Raúl. Maria de la Luz estudió en la Escuela Cantonal para niñas «Rafaela López Aguado», de gran prestigio en el estado de Veracruz.
Desde muy joven y de manera autodidacta comenzó a escribir poemas. Después destacó como activista en los difíciles años de la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios). Con otras 13 mujeres que representaban a más de 800 organizaciones femeninas de todo el país, constituyó el comité directivo del Frente Único Pro Derechos de la Mujer. Ahí trabajó con Esther Chapa, Frida Kahlo, entre otras.
En la década de los 40 Lázara Meldiú fue una de las fundadoras del Ateneo Mexicano de Mujeres y de la publicación literaria-científica Ideas, la revista de las mujeres de América, en la que llegaron a escribir Simone de Beauvoir y Gabriela Mistral, entre otras intelectuales de la época.
El 17 de octubre de 1953, después de una lucha de más de veinte años entró en vigor la reforma constitucional que permitió la participación de las mujeres para votar y ser votadas en elecciones federales.
Aunque se dedicó sobre todo a la poesía, publicó una novela corta de contenido social.
Fué colaboradora de varios periódicos y revistas de los Estados, como la Revista Sociopolítica (nacional e internacional), donde cubrió las páginas «Ciudadanas Mexicanas» y «Poesía Universal».así como productora para el Instituto Nacional de Protección a la Infancia que editó una síntesis de su libro Columpio con cien mil ejemplares; además de pertenecer al cuerpo de productores de la Editora «Oasis».
Fundadora del Círculo de Escritores Continentales «Cauces Americanos».
Colaboradora del Instituto de Intercambio Cultural Mexicano Soviético y Miembro de la Asociación Mexicana de Periodistas.
Hay un prestigioso premio en México que lleva su nombre : El Premio Nacional de poesía “Lázara Meldiú”
Obra: Flechas; Arrullo; Devoción al Quijote (1947); El dolor de la astilla; Columpio. Letras para niños (1952); Surcos en promesa (1957); Cinco sonetos vegetales (1957); Elogio del café (1965); La ciudad perfumada (1982); Canto en tres tiempos; Canción de cuna; Cántico; Elogio del maíz; Balcón sobre el mar; Vida, pasión y muerte de una rosa; Con la tierra que soy; Colinas en otoño; Carabela hacia la sombra; Ocarina de agosto; Ánforas de luna y de dolor; Manos ausentes.
Enlaces de interés :
http://cronistadepapantla.com/_prs/_fls/L_Meldiu.htm
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