3 Poemas de Lyubov Sirota

Radiofobia

¿Es sólo un miedo a la radiación?
¿O acaso un miedo a la guerra?
Quizás el pavor a la traición,
la cobardía, la estupidez, la anarquía?
El tiempo ha venido a mostrar
lo que es la radiofobia.
Es
cuando aquellos que han conseguido superar
la tragedia de Chernobyl
rechazan someterse
a la verdad orquestada por los ministros
(“¡Esto te lo tragas a diario!)
No nos resignaremos
a cifras falsificadas,
razonamientos elementales,
¡incluso si nos ficháis!
No deseamos -¡y ni se os ocurra!-
contemplar el mundo a través de las gafas de burocracia
¡Somos demasiado desconfiados!
Y, entended, recordamos
¡cada víctima como a un hermano!…
Ahora vemos una frágil Tierra
a través de los cristales de edificios abandonados.
¡Estos cristales ya no nos engañarán!
Estos cristales nos mostrarán más claramente
creédme
los menguantes ríos,
bosques envenenados,
niños que no nacen para sobrevivir…
Poderosos tíos, ¿qué nos habéis dado
aparte de bravuconería en la televisión?
¡Cómo milagrosamente los críos han absorbido
la radiación, que se creía tan peligrosa!
(Son los adultos quienes sufren radiofobia
para los niños ¿es cuestión de adaptación?)
¿Qué ha sido del mundo
si la más humana de las profesiones
se ha vuelto también burocrática?
Radiofobia
¡puede que seas omnipresente!
No esperéis que nuevos sustos,
nuevas tragedias,
conviertan a más gente
que sobrevivieron al infierno
en videntes.
La radiofobia puede que cure
al mundo
de la desidia, la saciedad, la ira,
la burocracia y la falta de espiritualidad,
algo que nosotros no podemos, por culpa del bien de alguien
mutaremos a un no género humano.

Poemas de Chernobyl

Tu mirada vagará sobre mi sombra
y la sombra
se empujará a sí misma
hacia la frondosa oscuridad.
El pálido sol brillará sobre nosotros,
un farol
abrasado por la ardiente pregunta…
Cogida por la gravedad de la luz,
respiración sofocada, labios apretados,
y no hay respuesta
ninguna respuesta
a esta luz en la violenta noche.
Pero libres de gravedad nuestras sombras
sacudieron el jazmín,
seguirán su camino,
respirando la neblina de la noche a nuestras espaldas.
Y la amarilla hoja caerá exhausta,
llevará un tiempo insoportable respirar
Como si la sabiduría del otoño
fuera a cogernos por sorpresa…

A Pripyat

1.

No podemos ni expiar ni rectificar
los errores y la miseria de ese Abril.
Los hombros caídos de una conciencia despierta
deben soportar de por vida la carga del tormento.
Es imposible, creédme,
dominar
o rehacer
nuestra pena por el hogar perdido.
El dolor perdurará en los corazones que laten
marcados por la memoria del miedo.
Allí,
rodeada por espinosa amargura,
nuestra perpleja ciudad se pregunta:
si nos amó
y nos perdonó todo,
¿por qué fue abandonada para siempre?

2.

Por la noche, por supuesto, nuestra ciudad
a pesar de estar vacía para siempre, vuelve a la vida.
Allí, nuestros sueños deambulan como nubes,
iluminan las ventanas con la luz de la luna.

Allí los árboles viven de inquebrantables recuerdos
recuerdan el tacto de unas manos.
¡Qué amargo para ellos saber
que no habrá nadie para su sombra
nadie a quien proteger del calor abrasador!
Por la noche sus ramas mecen en silencio
nuestros sueños inflamados.
Las estrellas penetran
sobre la acera,
permanecerán en guardia hasta la mañana…
Pero la hora pasará…
Abandonadas por los sueños,
las casas huérfanas
cuyas ventanas
se han vuelto locas
¡se helarán y nos darán su adiós!…

3.

Hemos permanecido sobre nuestras cenizas;
¿qué debemos llevar ahora en nuestro largo viaje?
¿El secreto miedo de que allá donde vayamos
seremos superfluos?
El sentimiento de pérdida
que revela la esencia
de una extraña y repentina bondad,
mostró que nuestra calamidad no es
compartida por aquellos que ¿acaso no deberían, un día,
ellos mismos afrontar el exterminio?
… Estamos condenados a ser abandonados por el rebaño
en el más duro de los inviernos…
¡Vuela lejos!
Pero cuando te alejes
¡no nos olvides, varados en el campo!
Y no te preocupes a qué dichosas tierras lejanas
te conducen tus felices alas,
puede que las nuestras, carbonizadas,
te protejan de nuestro descuido.

Lyubov Makarivna Sirota, ????? ????????? ?????? ;(Irtyshsk,provincia de Pavlodar ,Kazajstán, entonces parte de la URRSS, el 21 de junio de 1956) Poeta, escritora, dramaturga, periodista y traductora de ucraniano.

En 1975, Sirota se mudó con sus padres a su tierra ancestral, Ucrania. Allí, recibió una licenciatura en lengua y literatura rusas del departamento de filología de la Universidad Nacional de Dnipropetrovsk . En 1983 se trasladó con su hijo a la nueva ciudad de Pripyat (cerca de la estación de energía atómica de Chernobyl, a 1,5 km), donde dirigió el grupo literario Prometheus y un estudio literario para niños. También dirigió el departamento del Palacio de Cultura “Energetik “ (literalmente, el “trabajador de la planta de energía”). En el Palacio de la Cultura, Sirota escribió y dirigió dos obras: el musical  “No pudimos encontrarnos”“ Mi especialidad:una vida” , una biografía de la poeta rusa Marina Tsvetaeva https://poetryalquimia.org/2019/09/26/poemas-de-marina-tsvietaieva/. La última obra tuvo más éxito y estaba programada para repetirse cuando la estación nuclear de Chernobyl explotó el 26 de abril de 1986. Sirota y su hijo se encontraban entre las decenas de miles de personas evacuadas del área después del evento. Sus vidas cambiaron para siempre debido a la evacuación, la pérdida de amigos y conocidos y el ataque a su salud debido a la exposición a la radiación.

Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, la experiencia realzó el talento poético de Sirota. Para expresar su dolor y rabia, escribió poesía y las recopiló en un libro,  Burden ( 1990 )en Kiev (capital de Ucrania), donde Sirota (desde 2011) vive con su familia. En Kiev, Sirota trabajó como editora de películas en el estudio de cine que lleva el nombre de Alexander Dovzhenko . Después de su evacuación de Pripyat, reorganizó “Prometheus”, utilizando poesía y música para proclamar la verdad sobre el área de Chernobyl y su gente. Sin embargo, la hospitalización repetida por fatiga y dolor (resultado típico de la exposición a la radiación) interfirió cada vez más con su trabajo. Desde 1992 Sirota está inválida; sin embargo, en casa continúa sus esfuerzos para prevenir otro Chernobyl. El tema de Chernobyl, así como el tema de la supervivencia y la regeneración espiritual de la humanidad, continúan siendo los temas principales de su poesía, periodismo y prosa.

La poesía de Sirota se hizo más conocida después de la  película de Rollan Sergienko de 1988 sobre la catástrofe de Chernobyl,(de la que fue coautora) y su antología de 1990 Burden , publicada en Kiev.

Como ex habitante de la ciudad de Pripyat y testigo ocular (y víctima) del desastre de Chernobyl , ha dedicado gran parte de su producción creativa a la catástrofe de 1986. Escribe tanto en ucraniano como en ruso, y también traduce del ucraniano al ruso y viceversa. Sus poemas se han traducido a muchos idiomas, incluido el inglés.

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