13 Poemas de Edith Södergran

El ansia de los colores

Porque soy pálida amo el rojo, el amarillo y el azul,
la gran blancura es melancólica como el crepúsculo
          en la nieve,
como cuando la madre de Blancanieves a la ventana se sentaba
          anhelando también para sí el rojo y el negro.
El ansia de los colores es el de la sangre. Si tienes sed
          de belleza
cerrar debes los ojos y mirar en tu propio corazón.
Pero la belleza teme al día ya las miradas excesivas.
Pero la belleza no soporta el ruido ni los movimientos excesivos –
 no debes llevar tu corazón hasta los labios,
perturbar no debemos los nobles anillos de la soledad y del silencio, –
¿se puede hallar algo más grande que un enigma sin resolver
          y con extraños rasgos?
Taciturna seré toda mi vida,
una habladora es como el gárrulo arroyo que a sí mismo se traiciona,
un árbol solitario seré yo en la llanura,
los árboles del bosque perecen de ansia después de la tormenta,
debo estar sana de pies a cabeza y tener dorados rayos en la sangre,
debo ser inocente y pura como una llama de húmedos labios.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen

El lago del bosque

Yo estaba sola en la soleada orilla

de un lago azul pálido del bosque,

en el cielo flotaba una nube solitaria

y en el agua una isla solitaria.

El dulzor de la canícula

de cada árbol goteó con perlas,

y en mi corazón abierto

se deslizó una gota pequeña.

Dos poemas acuáticos

I

Mi vida era tan desnuda

como las grises peñas,

mi vida era tan fría

como las blancas alturas,

pero mi juventud se sentaba con ardientes mejillas

y se regocijaba: ¡ya llega el sol!

Y el sol llegaba y yo desnuda me tendía

todo el largo día sobre las grises peñas –

y entonces una fría brisa del rojo mar llegaba.

II

Entre las piedras grises

yace tu blanco cuerpo que se lamenta

de los días que vienen y se van.

Las leyendas que de niña escuchaste

sollozan en tu corazón.

Silencio sin eco,

soledad sin espejo,

el aire se torna azul por todas las fisuras.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen

Refresca el dia

I
Refresca el día atardeciente…
Bebe el calor de mi mano,
mi mano, cuya sangre es sangre de primavera.
Coge mi mano, coge mi blanco brazo,
toma el anhelo de mis hombros estrechos…
Sería maravilloso sentir,
una sola noche, una noche como ésta,
tu cabeza sobre mi pecho.

II
Tú tiras la rosa roja de tu amor
en mi blanco regazo:
y yo tengo en mis cálidas manos
la rosa roja de tu amor, qué rápidamente se aja…
Oh, tú, vencedor de fríos ojos,
acepto la corona que me tiendes,
me hace humillar la cabeza hacia el corazón…

III
Hoy vi por primera vez a mi señor,
inmediatamente le reconocí, temblorosa.
Y ahora siento, clara, su grave mano sobre mi leve brazo…
¿Dónde está mi resonante, virginal risa,
mi libertad de mujer, siempre con la cabeza en alto?
Ahora siento, clara, su mano asirme el cuerpo
estremeciente,
y oigo la dura nota de la realidad
contra mis frágiles, frágiles sueños.

IV
Buscabas una flor
pero encontraste un fruto.
Buscabas una fuente
pero encontraste un mar.
Buscabas una mujer
pero encontraste un alma.
Te sientes engañado.

El secreto de Eros

Roja yo vivo. Con sangre vivo.

No he renegado de Eros.

Mis rojos labios arden sobre tu frío altar.

Te conozco. Eros –

no eres hombre ni mujer,

eres la fuerza

que se sienta agazapada en el templo,

y que se alza más salvaje que un grito,

más violenta que una piedra arrojada,

lanzando al mundo las justas palabras de la anunciación

desde las puertas del templo del Todopoderoso.

Recuerdos de verano

Sueño con un lago de orillas vestidas de follaje,
con juncos y arena y salpicar de agua y patos,
con nenúfares y sol y helechos y brezo y abedules,
con orquídeas silvestres y humedad y valles sombríos,
con viejas lanchas y conchas y piedras,
con altas cuestas y pinos y ramas y enebros,
con hondos pantanos
cubiertos de zarzas floridas.

Tú me preguntas: ¿Es cálido tu corazón?,
¿sientes el dolor y la tristeza?
y yo respondo: Tengo alma,
pero no corazón.

Y a través de mi alma prudente
siento toda la vida,
pero un corazón que llore, un corazón que sonría,
eso no lo tengo.

Cuando el sol reluce sobre la superficie del agua
y hay demasiada luz, me pongo a pensar
en toda la luz que él irradia.

Cuando las nubes cuelgan sobre la superficie del agua
y todo es gris y se sienten ganas de llorar,
pienso en mi melancolía.

Ahora todo está oscuro y sombrío,
y la tierra espera nieve,
para que la flor, quemada por la helada,
se adormezca y muera.

Mi corazón, que arde de helada,
no tiene ni palabra ni canción,
yace mudo y escucha
la pesada marcha del mundo.

Él sabe que la canción, un día,
surgirá violentamente.
Y entonces sonrío, porque mi dolor
está condenado a morir.

La vieja casa

Como extraños sin corazón
ojos nuevos ven viejos tiempos…
Anhelo volver a mis viejas tumbas,
mi triste grandeza vierte amargas lágrimas
que nadie ve.
Me refugio en el suave antaño,
entre extraños que levantan ciudades nuevas
sobre colinas azules, contra el borde del cielo.
Hablo quedo con árboles cautivos
y a veces los consuelo.
Qué lentamente roe el tiempo
la esencia de las cosas.
Qué silenciosamente pisa el tiempo
con sus duros talones.
Mi alma espera libertad
en brazos de la dulce muerte.

Amor

Mi alma era un traje celeste como el cielo;
lo dejé sobre una roca junto al mar
y desnuda llegué hasta ti y parecía una mujer.
Y como mujer me senté a tu mesa
y brindé con vino y aspiré el aroma de unas rosas.
Me encontraste bella y semejante a alguien que en sueños viste,
olvidé todo, olvidé mi infancia y mi patria,
sólo sabía que tus caricias me tenían cautiva.
Y tú, sonriendo, tomaste un espejo y dijiste que me mirara.
Vi que mis hombros estaban hechos de polvo y se desmoronaban,
vi que mi belleza estaba enferma y ahora sólo quería desaparecer.
Oh, aférrame entre tus brazos, tan fuertemente
que ya no necesite nada más.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen

Nuestras hermanas van en trajes multicolores…

Nuestras hermanas van en trajes multicolores,
nuestras hermanas están a la vera del agua y cantan,
nuestras hermanas están sentadas sobre piedras y aguardan,
tienen el agua y el aire en sus cestos
y los llaman flores.
Pero yo arrojo sobre una cruz mis brazos
y lloro.
Alguna vez fui dulce como una hoja verdeclara
pendiendo muy alto en el aire azul.
Y fue entonces que dos espadas en mí se atravesaron
y el vencedor me llevó a sus labios.
Tan tierna era su rudeza que no me quebré,
puso una fulgurante estrella sobre mi frente
y me abandonó estremecida por las lágrimas
en una isla llamada invierno.

Triunfo de existir

¿Qué temo? Soy una parte del infinito

Soy una parte de la gran fuerza del todo,

un mundo solitario entre millones de mundos,

semejante a una estrella de primer grado que se apaga de último.

Triunfo de vivir, triunfo de respirar, triunfo de existir…

Triunfo de sentir el tiempo helado corriendo en las venas

y escuchar el silencioso río de la noche

y estar en la montaña bajo el sol.

Voy en el sol, me paro en el sol,

No conozco nada más que sol.

Tiempo – transformador, tiempo -destructor, tiempo – prestidigitador,

¿Vienes con nuevas ardides, mil astucias para ofrecerme una

existencia

como una pequeña semilla, como una serpiente enroscada, como una roca en medio del mar?

Tiempo – asesino – ¡repliégate!

El sol vuelve a llenar mi pecho hasta el borde con miel exquisita

y el tiempo dice: una vez las estrellas se apagan, pero brillan siempre sin

espanto.

Coraje

No soy mansa.

He pesado la mansedumbre en mis garras de águila

y la conozco bien.

Cada poema habrá de desgarrarse de un poema

y no será un poema, sino la marca de las garras.

Vierge moderne

Jag är ingen kvinna. Jag är ett neutrum.
Jag är ett barn, en page och ett djärvt beslut,
jag är en skrattande strimma av en scharlakanssol…
Jag är ett nät för alla glupska fiskar,
jag är en skål för alla kvinnors ära,
jag är ett steg mot slumpen och fördärvet,
jag är ett språng i friheten och självet…
Jag är blodets viskning i mannens öra,
jag är en själens frossa, köttets längtan och förvägran,
jag är en ingångsskylt till nya paradis.
Jag är en flamma, sökande och käck,
jag är ett vatten, djupt men dristigt upp till knäna,
jag är eld och vatten i ärligt sammanhang på fria villkor…

Virgen moderna

No soy mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una osada decisión,
soy un rayo risueño de un sol escarlata…
Soy una red para todos los peces golosos,
soy un brindis en honor a todas las mujeres.
soy un paso hacia el azar y la ruina,
soy un salto en la libertad y en el yo…
Soy el murmullo de la sangre en el oído del hombre,
soy un escalofrío del alma, el ansia y la negación de la carne,
soy el anuncio de nuevos paraísos.
Soy una llama inquisitiva e intrépida,
soy agua, honda mas audaz hasta las rodillas,
soy fuego y agua sinceramente unidos por libre decisión.

Deseo

De todo nuestro soleado mundo
sólo deseo una silla en el jardín
donde un gato toma el sol…
En ella me sentaría
con una carta en el regazo,
una sola, breve, carta.
Así es mi sueño.

Edith Irene Södergran (San Petesburgo, Rusia, 4 de abril de 1892- Raivola, 24 de junio de 1923).Poeta. Su impacto en la poesía nórdica, especialmente en el modernismo finlandés de los años veinte, fue significativo en lo que se refiere a la liberación del verso de los confines de la rima y el ritmo regular. Está considerada como la más importante poeta de Escandinavia.

Nació en una familia burguesa de lengua sueca . En 1902 Södergran ingresó en la Petri-Schule alemana en San Petersburgo . Influenciada por Heinrich Heine y Goethe, escribió sus primeros poemas en alemán, cambiando posteriormente al sueco. No obstante, los germanismos se convirtieron en una constante en su lenguaje. Sus primeros poemas —en general de interés más biográfico y psicológico que literario— los escribió entre 1907 y 1909 en alemán, que ella consideraba su lengua más propia. Es en aquellos años cuando contrae la tuberculosis, al parecer contagiada por su padre quien al poco tiempo moriría de esa enfermedad, por lo que inicia un doloroso y deprimente peregrinaje y  desde 1911 hasta 1914 vivió principalmente en hospitales en Suiza, donde empezó a leer a Dante.

En 1914 regresó a Finlandia, llena de esperanzas con respecto a su futuro. Al año siguiente, conoció en Helsinki  al escritor Arvid Mörne, que la animó a seguir escribiendo. Se cree que un encuentro casual con el filólogo Hugo Bergroth  fue el motivo por el que dejó de escribir en alemán, pasando al sueco.

A raíz de la expropiación de los bienes de su familia durante la revolución rusa de 1917,  se refugió en Raivola, cerca a San Petersburgo donde escribió y publicó su primer libro, Dikter  en 1917 y le siguieron Septemberlyran (1918),Rosenaltaret (1919) y y Framtidens Skugga(1920).

A principios de los años veinte se hizo miembro de la Sociedad de Antropología, dejando de escribir poesía durante un tiempo. Su último libro, Landet som icke är, La tierra que no es, fue la preparación de Södergran para la muerte; fue publicado póstumamente en 1925.

Södergran falleció en 1923 a causa de la tuberculosis, tenia 31 años.

La ciudad donde murió, Raivola, se convirtió posteriormente en un lugar de peregrinaje para los seguidores de Södergran.

Enlaces de interés :

https://elcomercio.pe/eldominical/cultura-contemporanea/edith-sodergran-la-poeta-feminista-que-se-adelanto-a-su-tiempo-noticia/

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