Y no te quiero lejos
No quiero soltar mis amigas
en países más fríos que acá
Estamos heridas y cicatrizadas
Vez tras vez
Y a una no le alcanza la saliva
para lamerse tanta herida a solas,
con ventanas abiertas
que dan a paisajes que les duelen
como levantarse de la cama
Y cómo salir huyendo
cuando han sido muchas las caídas
Y entonces el mensaje
apenas formal para decir
“Esta vez no puedo”
Y cómo poder tomarlas de la mano
para que se tiren en la sala
Devastadas
Cortadas nuevamente
a navaja limpia,
como suenan las palabras
Si a veces una también está rota
porque la herida misma nos atraviesa
desde la historia que se dictó para
Nosotras
Y cómo soltar mis amigas
en paisajes que les han sido tan ajenos
Con el miedo calando el esqueleto chiquitito
de aquella que viajó sin saber lo que aquel país le deparaba
Quisiera ver volver a mis amigas
con la sonrisa que calma saberte aterrizada nuevamente
Abrazadas, cobijadas, aunque la distancia tenga
que volver a ponerse en presente
Desearía volver a ver partir a mis amigas
a explorar tierras lejanas
sin llorar la herida que nos quema desde adentro,
parir la tierra que nos haga sentir firmes
sin importar el paisaje que cruce las ventanas
Que París deje de ser llanto y California duelo,
que Italia nunca más sea un desencuentro
Que cada una sepa cuando la nombro
ser siempre cadena, soporte, apego
y armario donde ir a escondernos
en caso de que la necesidad se vuelva apremio.
Panorama de un desierto
Amar de a ratos,
como se hacen los poemas,
porque el amor no se escribe dos veces
-tampoco la poesía-
/Humedal de todos los clamores/
Cerrar ventanas y sacudir silencios
Ser ventarrón en un cuarto ciego.
Amar de a ratos,
como viven las moscas y todos los insectos
Efímero sorteo, rehilete al viento
Paso de araña que va tejiendo
la medida exacta de atrapasueños.
Amar de a poco,
porque tampoco damos lo correcto,
porque aterra entregarlo todo
y seguir viviendo
Saberse entero y al mismo tiempo
partido por momentos.
Odiarlo todo
y seguir queriendo
Porque a veces amamos los infiernos
Los frascos rotos
Los corazones secos
Poemas a la muerte de un amigo
En memoria de Paco Nihil
I
Me debo a mis muertos
y hasta la tumba voy a honrarlos
El ataúd ahora soy yo
Te guardo, te contengo como no pude hacerlo
en el último respiro
Te suelto y después el mundo flota
Y flotas en él
Puedo saber que ahora eres todo
Completamente presencia absoluta
Cuánto nos dolía la vida
Ahora me duela sola
Pero algo me mantiene viva
Respiro por ti
Por ambos que supimos querernos
más allá de los orgasmos
Que atesoramos la dicha de una mirada
De la existencia compartida en la lejanía de la especie humana
II
Cómo le explico a los días tu ausencia
Que el tópico más absurdo era pensarnos
cuando podíamos hablar la noche entera
Trascendimos el amor de la pareja
y fuimos santos de amanecer en descampado
De risa loca y línea predilecta
/cómo libar la justa precisa medida a tu partida
Con qué navaja pico ahora tu ausencia
Y en dónde inhalo aquello que dejaste/
III
Conozco palabras
pero no domino todas las que puedan explicar tu ausencia
El principio fundamental de la poesía,
explicar la falta, la carencia, el vacío instantáneo
que se prolongó como incierto,
no me sirve ahora
Nunca un poema fue tan imperfecto
Quizá por que las palabras se han vuelto
concreción en absoluto
Materialidad de la nada
Tangible hueco bien preciso
Qué golpe tan artero
es darlo todo por sentado
y descubrir que nada es cierto
Que me dueles como nunca más me habrás dolido
Que habitamos el recuerdo
y en él yacemos aparcados
Único espacio que me mantiene unida
Pegada larva que te devora como incendio
porque es junto a tu cuerpo
que quiero habitar ahora la poesía
IV
Desnudo mi pecho
al alba
Quién dice que no te recuerdo
Tu muerte va dolerme como rajada infinita
Hendidura y piel expuesta supurando cada día
Repasando los recuerdos
Salvándote del olvido para que no desaparezcas
por completo
y habites calles
azoteas
perros callejeros
y gastos de barda tranquila
Nos merecíamos el mundo
y yo me culpo por quedarme
a trazar rutas desiertas
a aullar sin tu confianza
Nos rozaba la vida a cada paso de acción destartalada
Protesta improvisada sin camisa
Te recuerdo
megáfono en mano, la rabia en la boca
la vida clavada en la pupila
y el destino que siempre voy a reprocharme
por no haber leído Antes que todos
V
Sé que no eres todos los ruidos del silencio
Las notas vagas que murmuran vida
aún estando todo quieto, apagado
Quisiera que fueras algo más que esta
furtiva soledad tan impresente
Materia que no devoran los gusanos
Quiero ser yo quien coma tu carne
para saber que sigues vivo
y ni el lanzamiento del cometa ventana abajo
ni la cuerda mirando al precipicio
fueron el método certero y suficiente
para asegurar la existencia del flujo prematuro a tu partida
Háblame
Desde el fondo de la tiniebla
que era tu cabeza junto a la mía
Sueña conmigo, sueña la noche
que descubriste mi piel risueña
Revive el orgasmo que para los dos fue
entero placer inequívoco
Di algo, lo que sea
Rompe el zumbar de los mosquitos
con tu llanto que jamás supe escucharte
Destroza la noche
antes de que esta vez sea yo la del espanto
Y no me mires irme
No juzgues mi partida
que no soy yo la que está lejos
Es la pura soledad que se avecinda
en esta tibia casacorazón
Lugar común para el naufragio
Cúbreme de nuevo con tu abrigo gigantesco
Y no me sueltes
Quédate en mí, conmigo
Haz para siempre este presente
donde no yaces colgando
VI
A veces escribo mensajes que jamás serán contestados
Me vuelvo río, cascada que fluye y no para
Brota agua como si de agua estuviera hecha
y no de palabras, certezas, o ideas mal elaboradas
No sirven los recuerdos
La voz ausente que a ratos viaja por las ondas espaciales
desde la fría pantalla que reproduce
una tras otra, una tras otra
las veces que me hablabas
Todo sigue inquieto
Adentro se revuelve
y afuera parece calma:
la sonrisa, el trabajo, la vida
Qué soy si no un manojo de costumbres
que tu ausencia ha dejado rotas
Qué doy sino pasos hacia atrás porque no avanza
la tristeza que de mí se ha apoderado
Vitae/ vitalis
Ve al baño
Date el gusto de tener una gripa
y que alguien te cuide
Continúa sin pretextos
los designios del tiempo inusual
Mata sólo si crees que no era pertinente
/la vida ajustará todo para una vez más
llevarte al camino indicado del error y la desdicha/
Adopta un perro
uno muy flaco que encuentres en la calle
Fíngete el hombre de la planta
de aquella película en que Nátalie Portman
aún era una niña
(si eres mujer
fíngete Natalie Portman en el papel de aquella niña)
Sigue viendo cintas viejas
en el espacio vacío de tu casa
De vez en cuando da besos sinceros
y llena los días con un amor fresco
como las flores del jardín imaginario
de tu familia perfecta inexistente
Húndete en el derrotero de las palabras complicadas
Haz poesía una y otra vez
como si todo en la vida te hubiera sucedido
consume drogas y critica la corrupción
al mismo tiempo
Muere a los 27 o a los 33 o 35
o nunca mueras
como Mick Jagger y Keith Richards
Untitled track n. 4
Quiero ser Patty Smith
Escribir poemas chingones
y drogarme hasta el abismo
Platicar con Bob Dylan y Allen Ginsberg
al filo de la media noche
Ser delgada y tener bigote
Hablar sobre Rimbaud como si lo hubiera visto,
contar sus secretos de sangre y mujeres
Tener las greñas desérticas y enmarañadas
La mirada ida para siempre
Quiero ser Patty Smith
Pero tengo el cabello más rizado
La miopía instalada en la mirada
y la poesía ausente
La lectura menos aguzada
y las estrellas lejos de mi vida
Dualidad de una misma
Donde habita el silencio están las Otras
/Asteroide ligero en apariencia/
Construyendo alegrías que sí duran para siempre
Desenfocando el mundo que te aprieta
te constriñe entre mentiras y exigencias
para las que nunca estamos preparadas
Donde invade la soledad en tanta asfixia
arrasan Ellas
/Amniosis primigenia/
Escuchan, sujetan, luego contienen
la sobrevinencia aleteante de un llanto
jamás escuchado por terreno
Clausuran puertas para que nadie entre
a manchar aquel ritual de vaciamiento
Y luego erguidas
en sinuosa caricia abrasan todo
y te liberan.
Para Ellas
la palabra es el signo cotidiano
/Acto sagrado de nombrarnos vivas/
Es un canto sustentado en la arritmia
que destroza todo mandamiento
Un opus nigrum
El eco de un pasado donde ninguna
se sabía ser escindido.
Qué son Ellas si no las Otras
Parecidas a un espejo
Un rumor de noche
Salvación de día
cuando el miedo ataca por completo.
WEAPON
Si escribir nos salva, por qué sigo muriendo.
No llega el cese de la gotera en mi cabeza,
la nota constante del odio a uno mismo.
La psicosis se ha apoderado de mis huesos
y el mundo entero está en mi contra.
El poema ya no se escribe entre mis manos,
ahora son ellos quienes controlan todo lo que digo
y nada va a salvarme de que un día me haga daño.
No piensen que todo está en mi cabeza,
la química no dicta cuándo hemos de matarnos
y el suplicio que comparto con el mundo
no es sólo la fecha de caducidad en cada envase.
Afuera acecha la codicia,
el celo interminable me contempla,
me hace pequeña y me devora,
palpitando me deja entre sus tripas
y lo único que late es mi cabeza,
punza como el taladro que gorjea
tras las paredes que cada día se hacen más pequeñas
y me desnudan a los ojos de los vivos,
como si el tiempo no hiciera otra cosa que matarme,
escribiendo mensajes que nadie sacó de la botella.
Náufraga en este templo de los vicios
donde todos adoran lo perdido.
Pero la voz en mí no se detiene,
camina en cada cuarto de mi vida
sacando gritos que ya no suenan a alegrías
y al final del pasillo no te encuentro,
tan lejano como el piso de mis piernas,
tan amante que no pudo soportarme,
tan destino otra vez bien arruinado
como el final insulto de este poema
que va a cortar a todos en cachitos
y a arrojarlos al fuego de la hoguera
donde hemos de quemarnos
tras la soledad interminable de ser uno.
Disyuntiva
Pensar en términos de poesía lacerada,
loba herida aullando despedidas.
Cómo decirte que ya no te quiero
en la métrica perfecta del consuelo.
Aprisionar palabras y soltarlas luego.
Lentamente,
como los días pasan acomodándose en mi espalda.
Cuántos versos construirán el romance
de un adiós que quiero decirte apresurada.
Qué soneto habrá escrito aquel poeta
para romper un corazón sin más cuidado.
Ditirambos sueltos e imprecisos
no ayudan en el acto de dejarnos.
Fauces abiertas de poemarios de tres siglos
sin respuesta para ahora que quiero desecharte
/como a la hoja en blanco o el ensayo que no queda/
Porque la poesía a veces no tiene todas las respuestas,
como si los sentimientos que no están decididos
se amordazaran a sí mismos sin permitir
la complaciente respuesta de dejarnos…
Escribir
Si escribir nos salva
por qué sigo muriendo.
No llega el cese de la gotera en mi cabeza
la nota constante del odio a uno mismo
la psicosis se ha apoderado de mis huesos
y el mundo entero está en mi contra.
El poema ya no se escribe entre mis manos
ahora son ellos quienes controlan todo lo que digo
y nada va a salvarme de que un día me haga daño
no piensen que todo está en mi cabeza
la química no dicta cuándo hemos de matarnos
y el suplicio que comparto con el mundo no es sólo la fecha de caducidad en cada
envase.
Afuera asecha la codicia
el celo interminable me contempla
me hace pequeña y me devora
palpitando me deja entre sus tripas
y lo único que late es mi cabeza;
punza como el taladro que gorjea tras las paredes
que cada día se hacen más pequeñas y me desnudan a los ojos de los vivos
como si el tiempo no hiciera otra cosa que matarme
escribiendo mensajes que nadie sacó de la botella
náufraga en este templo de los vicios
donde todos adoran lo que he perdido.
Pero la voz en mí no se detiene,
camina en cada cuarto de mi vida
sacando gritos que ya no suenan a alegrías y al final del pasillo no te encuentro,
tan lejano como el piso de mis piernas,
tan amante que no pudo soportarme,
tan destino otra vez bien arruinado
como el final insulto de este poema
que va a cortar a todos en cachitos
y va arrojarlos al fuego de la hoguera
donde hemos de quemarnos
tras la soledad interminable de ser uno.
Ítaca Personal
Cuánto esperó Penélope la llegada de Ulises
(No tengo idea)
Qué pasó en ese camino de regreso
para que Ulises tardara tantas puntadas y deshilados
(Tampoco lo imagino)
Pero, Penélope,
a veces yo también me estoy en tu nombre
Tejiendo una pequeña mortaja a mi corazón
por ese Ulises que no llega
Destejiendo punto a punto
pues no consigo saber con seguridad alguna
cuánto mide ese órgano palpitante
que aloja mis sentimientos por Ulises
(AKA) conocido con otro nombre
susurrado al viento en tanta calma
bajo la espera siquiera de un mensaje
una leve señal que me indique que ya viene
que no cambió su rumbo ayer, hoy o mañana
No hay Telémaco, eso lo sabes
Mi cuerpo envejece realizando
las tareas cotidianas de la isla
y con cada año
las posibilidades de un hijo se anulan prontamente
Sé bien que tampoco tengo perdices o frutos secos
que ofrecer como banquete a su llegada
Mi figura cambia
Mi estómago acumula úlceras
que a veces no me permiten levantarme
Qué me queda, entonces, que ofrecer a ese Ulises
/ construido de aventuras
caro a mis ilusiones /
más que la determinación de no volver a permanecer
tejiendo la misma prenda inacabada
y lanzar al horizonte la señal que indique:
Me fui, Ulises, desde la entrada de la isla,
con una maleta ligera y el espíritu crecido
No espero encontrarte ahora
porque el tiempo dilatado te ha borrado ya la cara
Me busco a mí y quizá a otra, Ulises,
valga viajar para saberlo.
Ximena Cobos Cruz (Ciudad de México, 1988).Poeta y escritora. Lic. en letras Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM). Actualmente estudia Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, a paso lento. Es editora del medio de comunicación independiente Enpoli, Entre política y Literatura, así como co-creadora del proyecto Ingrávida, dedicado a la difusión y análisis de la literatura escrita por mujeres. Es feminista en formación y poeta (aunque cueste nombrarse). Ha publicado en medios tanto impresos como digitales, algunas de sus obras se pueden encontrar en Puf!, Larvaria, Rojo Siena, Revista Marabunta, Sierpe y Granuja, entre otros.
Enlaces de interés :
https://academiamexicanadelsinsentido.wordpress.com/tag/ximena-cobos/
https://www.enpoli.com.mx/ingravida/
Deja un comentario