Mirar sin voz,
solo experimentar
el ser Silencio…
R.R.Barba
Caminar sin brújula
Caminar, caminar, sin más destino
que el propio caminar; sin más morada
que el espacio infinito de la Nada,
las raíces del aire. Mi camino
no tiene brújula, es solo sonido
que brota del silencio; es una balada
sin notas ni corcheas: la balada
de un dios que se susurra en su silbido.
Mas su atenta mirada ilimitada,
carece de pupilas y de dueño.
Es Conciencia, sin forma ni manera.
Y su estrofa, silente e inacabada,
late en mi corazón, con tal empeño,
que la recordaré yo hasta que muera.»
Vacía de su nombre lo nombrado
y déjalo sin voz, que quede mudo,
sin palabras; sin más arma y escudo
que el cuenco de este verso vaciado.
El poema, se apoya en lo in-nombrado,
su fuente es el silencio. Yo no dudo:
el poeta, en su ser, bebe desnudo
del propio manantial que aún no ha encontrado.
Tan sólo cuando él mismo, se hace verso,
su palabra, ya rota, hecha ceniza,
desvela, vaciada, su secreto
bajo el ritmo del Ser, que se desliza
en la danza que baila el Universo,
sonando en el sonido del soneto
Al dictado
No me engaño, lo escucho claramente:
el dictado es exacto. Me conmueve
su lenguaje sin voz, silente nieve
que atempera el incendio de mi mente.
La deja en su honda paz. Muy largamente
contemplo el quieto Fondo que hoy me mueve
a alzarme a mis adentros, donde llueve
rocío de alba en lágrima silente.
¡Cuán claro es tu dictado, tu presencia
sin verbo, sin acento, sin fonema,
sonando en sinfonía con la nada!
¡Qué claro, Dios, el eco de tu ausencia
que hoy se ensancha en mi pecho hecho poema,
recordándome el don de no ser nada!
Soledades
Me refugio, etéreo Dios del viento,
en el aire que alientas con tu aliento.
Hoy me alzo desde del barro al aleteo
de tu brisa vacante. Y te presiento…
Te presiento en la sed y hambre de lumbre,
temblando ante el temor de no ser nadie,
(constructor de sonetos que hoy te implora:
Dime ya, ¿dónde estás? ¿En dónde moras?)
“Mi albergue está en las simas de estas rimas,
donde truenan los vientos de la Nada,
donde braman los truenos del Silencio.
Yo moro en tus destierros cuando escribes,
me abismo en tus abismos cuando callas,
y te amo en la intemperie, donde te hallas».
Escucha y despierta
Tus respiraciones están guiadas
desde antes de que nacieras,
como contados tus cabellos.
Percátate: Alguien te acoge por la noche.
¿Acaso no oyes
en tu pecho su propio palpitar?
Advierte: Alguien respira en tus pulmones,
¿tal vez no percibes el milagro de su soplo ya tan tuyo?
Presta atención a su aliento, a su latido,
en tu más profunda vena
¿No los oyes en el pulso de tu propio palpitar?
Escucha su Presencia en la Ausencia silenciosa
de tu propia soledad
haciendo suya la soledad del mundo en esas horas oscuras
que es la soledad del ser humano.
Adviértela en los ojos de quienes nada tienen,
Repárala en los que de pena en pena
y calle en calle extienden su mano para comer bocado…..
Pregunta , ¿quién te ha dicho que ellos no son tu mismo?
¿Quién transmuta en dicha tu dolor, que es su dolor?
Escucha en tus propios pasos sus pasos silenciosos.
Ponte a escuchar,
Escucha, escucha, escucha…
Escucha, por favor, despierta,
que ya es hora.
Excavar los conceptos
como un picapedrero extraño
excava en un oscuro túnel los poemas nunca oídos,
hasta dar con la grieta del aliento que los nutre.
Recordar que la luz suele ausentarse hacia los cielos,
pero también la sombra se ausenta y la persigue en las estrellas.
Allí hacen el amor.
Por eso los poetas verdaderos
utilizan buril en vez de pluma
para horadar el vacío entre dos versos,
pues saben que en el silencio blanco de la nada
se funden para siempre
lo Uno y lo diverso…
Mirada retrospectiva
“Hoy me sobran los ojos y la boca
que en el amor he hallado el yacimiento
de esa Fuerza, mi pasto y mi alimento.
Que en el mudo regazo de esa roca,
vivir un gran amor es lo que intento,
¡que todo lo demás, lo lleve el viento!”
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Abrirme al Misterio,
callar, dejarle decir.
Dejar a Dios ser Dios…
Vaciarme, para dejar paso a la escucha,
del dictado que en todo se transciende.
No hay puerto ni parada, ni posada fija.
Todo encuentro es el brocal de otro pozo,
el umbral de otro camino,
el escalón hacia otro escalón del infinito.
Rafael Redondo Barba (Bilbao,España, 1941)Escritor, conferenciante y columnista de diversos periódicos, desarrolla su principal actividad en el País Vasco. Estudió en las universidades de Deusto y Salamanca, donde se licencia en Filosofía y Ciencias de la Educación (rama de Psicología Clínica) y se doctora en Ciencias Políticas y Sociología (rama de Psicología Social). En 1966, a los veinticinco años, es contratado como profesor en las facultades de Sociología y Psicología de la Universidad de Deusto, y allí permanece hasta 1983. Titular en la Universidad del País Vasco, en cuyo Departamento de Psicología Social ha ejercido la docencia hasta septiembre de 2006. Es pionero en implantar la meditación Zen dentro de un programa de Terapias Alternativas, dependiente del Servicio de Psiquiatría del Hospital Civil de Bilbao. En mayo de 2004 fue reconocido Maestro Zen por Willigis Jäger, en Sonnenhof (Alemania). En 2006, abandonada voluntariamente la docencia universitaria, su actividad se ha centrado en enseñar el camino del Zen. Posteriormente, y ya desvinculado voluntariamente de la línea de Willigis Jäger, fue reconocido Maestro en el Dharma por el Maestro Zen de la línea de la Tierra Pura, David Brazier. Actualmente su dedicación primordial, además de la de escritor, es atender a la floreciente sangha (comunidad Zen) “IparHaizea” de Bilbao e impartir la enseñanza Zen por el Norte de España.
En 1996 se asomó al mundo de la poesía, donde obtuvo el segundo premio del Certamen Nacional de Poesía «IMAGÍNATE EUSKADI», con su trabajo «Margen Marginada», referido al desmantelamiento industrial de la Margen Izquierda del Nervión.
Ha impartido numerosas conferencias y es articulista y columnista en diversos periódicos, siendo autor de doce libros y de treinta y seis artículos científicos relacionados con la Psicología Social, la Psicología Transpersonal, y el Psicodiagnóstico de Rorschach, sobre el que ha escrito numerosos trabajos.
Algunos de sus libros publicados :
El esplendor de la nada(2010), Aromas del Zen,(2007), El brotar del asombro,(2012),Ser la propia luz. Más allá de linajes y maestros, de escuelas y creencias(2015)
También es autor del poemario “El sonido del Silencio”
Enlaces de interés :
https://www.edesclee.com/img/cms/pdfs/9788433027887.pdf
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